Castillo (inciso): una cita

Su cuerpo desnudo me acariciaba y me rozaba como si de una danza sensual se tratase. Sus pechos rozaban con mi torso y sus caricias me erizaban toda la piel...
Esta mujer sabía como seducir a un hombre(tigre).
Mis latidos se iban acelerando y mi riego sanguíneo bombeaba con fuerza en la altura de la entrepierna, acelerándome más a mí...
Me deje seducir por sus caricias, por sus movimientos y por su pasión.
Gahna danzaba encima de mí de manera bestial y yo aguantaba su ritmo gracias a la fuerza y el físico de la nueva transformación. Me agarraba con sus garras y luego agarraba las sábanas, rajando todo el tejido de la cama provocado por la lujuria de la situación. Ella miraba hacia el techo, queriendo rugir y yo me contenía reprimiendo mi rugido también...
El aliento se nos entrecortaba y frenéticos, subíamos el ritmo, jadeando y agarrando como podíamos con nuestras garras el cuerpo del otro.
La lujuria entraba dentro de mi ser de manera frenética y me dejé llevar, sin pensar en nada más que en este momento y esta vez me incorporé yo encima suya, con un poco de brusquedad.
-No sabía que el consejo también tenía su corazón... -Le sonreí.
-No, no me das miedos. Ya no soy un simple cosechado. -Le respondí refiriéndome a la pregunta que me hizo antes, con toda seguridad.

Después, encima suya, le agarré con mis garras de el cabello de Gahna y aumenté un poco más el ritmo. Poco a poco se hacía más difícil contener los rugidos de placer... Yo acariciaba sus pechos mientras le besaba por el cuerpo e iba subiendo hasta el cuello y la nuca. Ella mientras me acariciaba por la espalda y me besaba el torso...
Seguimos subiendo cada vez más el ritmo la cama chirriaba en un tono muy elevado por el balanceo tan frenético que llevábamos... La cama estaba sujeta al suelo y los tornillos iban desenroscándose mientras nosotros continuábamos... Legamos a un ritmo tan elevado, que se nos hizo imposible contener nuestros chillidos y los dos chillamos haciendo temblar todo el castillo por nuestros animales rugidos, transmitiendo el frenesí, el placer y la lujuria de unas bestias desatadas...

Tras el dueto de rugidos, Gahna y yo seguimos subiendo el ritmo sin parar. No teníamos límite. Solo nos guiábamos por el instinto que llevábamos dentro y que se estaba desatando fogosamente.
Al intentar incorporarme y ponerme arriba, Gahna me cogió de las muñecas con tantas fuerzas que fue imposible soltarme, ella estaba tan concentrada en el asunto que no se daba cuenta ni con la fuerza que me cogía, pero eso a mí también me daba igual en estos momentos...
Gahna utilizaba las caderas como si pendiera su vida en ello y a mi me arrastraba en un tremendo placer. Aún con sus movimiento de caderas, yo no me quedaba parado e intentaba rendir al máximo yo también. Conseguí soltar mis manos y cogerle de la cintura y ayudar a esos movimientos con mis manos.
Notaba la penetración tanto como lo notaba ella, jamás recordaba algo igual... Disfrutábamos de la lujuria y del placer...

Después, poco a poco, Gahna iba reduciendo el ritmo de sus movimientos y obligándome a bajarlos ami también a pesar de mis intentos de acercamientos y movimientos pélvicos... Después se puso a mi lado y calló mi severa expresión con un rápido beso y con un segundo y más profundo beso que recorrió desde mi boca hasta mi miembro más preciado. Siguió masturbándome con la lengua y la boca de Gahna que, desde luego dio a notar que no tenía ningún dolor de cervicales, produciendo en mí un tremendo placer y obligándome a producir algún gemido leve y continuo...

Después Gahna me empujo hacia ella y giro su cuerpo dándome la espalda y se puso sobre mí, poniéndome su culo en mi cara y abriendo sus piernas hasta un ángulo que yo antes desconocía.
Después su cola se levanto y me cogió como si de una serpiente se tratase su cola atándome las manos en la espalda. Continuación, un líquido goteó en mi boca... El líquido era salado...
Me pidió que pasara a la acción y que utilizara la lengua. Yo no pensaba defraudarla y con la boca y la lengua, la bese por la zona de su asunto y masajeé con la lengua en el interior y alrededor de su parte más sensible.
Estuve masturbándola unos cuantos minutos, con la boca y moviendo la lengua sutilmente, produciendo en ella unos sonidos irregular... Provocándole unos gemidos entre cortados y unos pequeños espasmos. Seguí con el sexo oral, hasta que ella me acarició el cabello...

Exhausto, aumente el ritmo del sexo oral, moviendo la lengua de un lado hacia otro, en un ritmo lento pero sin pausa. Y con forme oía los gemidos de Gahna, más aumentaba el ritmo, elevando el placer de la mujer-dragón.
Después, Gahna paró de masturbarme con la boca y costosamente soltó mi miembro, pero yo seguía sin importarme que ella hubiera parado, después se incorporó encima mía para rematar la faena y dejar el sexo oral...

Yo intenté penetrarla con ayuda de mi mano, pero me costó un poco debido a la elevada excitación que tenía encima. Finalmente le penetré con mi miembro y abandoné la sutileza del principio... La excitación era demasiada. Le penetraba a un ritmo muy rápido y con muchísima brusquedad, notando en ella una expresión eufórica. Con cada embestida la trasladaba a otro planeta provocado por el extremo placer...
Gemíamos cono nunca lo habíamos hecho... Disfrutábamos como nunca recordábamos...

Finalmente, llegamos al orgasmo, cuyo placer nos cegó a los dos. Poco a poco íbamos bajando el ritmo y el placer se iba calmado. Íbamos tomando conciencia y el instinto se fue tranquilamente desvaneciendo, satisfecho...