La estrategia no había surtido efecto, el espectro me alcanzo en cuestión de segundos y antes de que pudiese reacción sus garras me atravesaron. Por un instante, la milésima de segundo antes de que sus garras me tocaras pero luego de saber que no tenia ya ninguna posibilidad de esquivarlo, pensé que moriría y el terror se apodero de mi, mas antes de poder asimilar la extraña sensación de saberme muerto, el dolor de los cortes que esperaba fue reemplazado por un malestar muy distinto.
Me gustaría decir que fue bueno no saberme cortado, que me alegra que las garras de la criatura no desgarraran mi piel ni expusieran mis entrañas, pero la verdad es que incluso hubiese preferido el dolor físico que horrible sensación que es espectro me trajo. Por un instante, mientras su ataque estuvo en contacto conmigo sentí tal malestar que desee que acabara de una vez y poder morir rápido, para cuando las garras habían salido de mi interior sentí mi cuerpo agarrotado, estaba empapado de sudor frió y el mundo entero lucía gris y opaco. Antes de poder recuperarme de aquella extraña sensación, un nuevo zarpazo lleno mi mundo de dolor, para luego ser acompañado de otros...
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NOOOOOOOO... - Grite con toda la fuerza que mis pulmones permitían mientras me desplomaba sobre el suelo, temblando, la criatura no pareció creer que era suficiente pues continuo con sus ataques -
Por favor, detente, por favor... solo... solo termina ya... por favor... matame...¡MATAMEEEE! - Mis ojos se llenaron de lagrimas mientras el dolor de aquel extraño ser se transfería a mi con cada nuevo ataque, las sensaciones no hacían sino empeorar. Pronto ya ni siquiera habían pensamientos racionales en mi cabeza, solo había espacio para el dolor, las ideas se fragmentaron en cientos de cristales rotos y solo supe gritar hasta que mi garganta tuvo el sabor metálico de la sangre.
Sabía que gritar en un lugar así era una pésima idea, podía llamar la atención de cualquier tipo de criaturas, pero nada importaban las criaturas en ese momento, incluso habría agradecido que algo llegara y acabara conmigo con tal de evitar aquel terrible dolor, pero, cuando sentí que todo se volvía negro a mi alrededor y que el olvido comenzaba a envolverme, algo cambio. "Solo deben sobrevivir", palabras tan simples que probablemente, para todos los demás presentes en la plaza fueron la parte menos importante del discurso, pero que para mi habían significado muchísimo más. Tenia una misión, una misión entregada por extraños y sin un fin que pudiese entender, pero una una misión al fin, un significado, una meta, había pasado mis días sin ello, sobreviviendo solo por el hecho de vivir, días iguales sin un final que pudiese esperar, pero ahora era distinta, debía esperar la luna roja, algo ocurriría cuando ella llegara, algo cambiaría, finalmente, en mi vida.
, no sabía que, pero algo en mi me decía que seria importante, un "Milagro", como dijo la licantropa.
Me puse de pie obligando a mi cuerpo a dejar de temblar, mis músculos estaban agarrotados y había apretado con tanta fuerza los dientes que tenia sangre en la boca. El dolor del hombro era solo un lejano murmullo al lado de las sensaciones transferidas por el espectro, pero me aferre a el como puse, sabiendo que ese si era un dolor que venia de mi propio cuerpo, un dolo mio y no ajeno. Gracias a eso pude recuperar el control de mis extremidades, me puse en pie como puse y comencé a correr, corrí sin rumbo fijo, apenas mirando por donde avanzaba, el mundo era un borrón a mi alrededor.
No sabía cuanto tiempo pensaba perseguirme aquella extraña criatura, pero antes de que me diera cuenta ya no estaba sobre cenizas y escombros, había salido del barrio en Quemado, estaba ahora en otra parte de aquella misteriosa cuidad.
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Ruinas de Margalar