Capilla de los nombres

08/09/12, 12:00 am

Recuerdo del primer mensaje :

Capilla situada bajando la Senda de la Perdición, junto a la Iglesia de los Descreídos.
Tiene planta de octógono y está construida en algo que parece piedra arenisca pero que es muchísimo más duro. Es bastante espaciosa, como dos salones grandes. Tiene ocho columnas cubiertas de nombres y ocho pequeñas ventanas en lo alto de cada muro para iluminarla. Su tejado es una pirámide octogonal algo aplastada. La entrada es un arco tallado con suaves formas de un estilo que recuerda al renacentista.
En ella se encuentran registros de los nombres que los habitantes de Rocavarancolia han ido adoptando a lo largo de los siglos, junto a una breve descripción de su legado. Algunos trozos están emborronados con golpes de pico efectuados durante la Batalla de Rocavarancolia a manos de los enemigos de la ciudad. Borraron con especial afán los mundos vinculados de pertenencia de muchos transformados a los que consideraban indignos de ser de sus mismos planetas. Hay un trozo de la pared lleno de grietas radiales causadas colateralmente que impide leer bien los datos de algunos muertos recientes.

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13/12/14, 10:55 pm

Ante la mención de mascotas, tuve que chistarles en señal de que se callaran o habrían empezado a insultar a Cío. Pensé en mandarlas de nuevo fuera, pero por no interrumpirle no lo hice. Al final, como el chico preguntó por la transformación, sonreí, tanto por sus palabras como por haber decidido dejarlas conmigo.

—Por eso mismo creo que te consideraron peligroso —empecé, señalando a los cuernos con un gesto de cabeza—. Soy una bruja y ellas mi dominio. Mascotas les enfada, así que no. Son como compañeras forzosas, me obedecen aunque no quieran y a la mínima me la juegan si no tengo cuidado. Aún estoy acostumbrándome, pero creo que pueden tomar la forma que quieran o les ordene. Sirven hasta para caminar por el cielo o vestirme. Pero nos llevamos bien, ¿verdad?

Y para que sirviera de ejemplo, miré a las que se agolpaban en el techo.
—Hacedme una capa. La de siempre, venga.

Nos tuvo que tocar la bruja más tonta de la ciudad —respondió una agarrada a mi brazo derecho con forma de escolopendra.

Entre tanto, varias obedecieron. Se separaron del grupo del techo y se entremezclaron, aplanándose y expandiéndose hasta dar forma a una capa con agujeros y luego se colocaron sobre los hombros.

—Buen trabajo. Ah, no me fijé, pero creo que oíste a esta, ¿no?—inquirí, señalando a la escolopendra—. A veces se hacen entender, como ahora, pero la mayor parte del tiempo solo las entiendo yo.

Ese demonio no merece nuestra compañía. ¿Por qué no nos vamos? —inquirió otra, subida a mi hombro izquierdo, con forma humanoide pero con ocho bracitos rematados en garras. De nuevo en ese lenguaje comprensible por todos.

—Podéis iros, nadie os ordenó que entrárais —dije y luego me centré en el irrense, pues habían dicho algo curioso—. Te han llamado demonio... ¿Es eso lo que eres? Ay, no tienes que responder si no quieres, claro.

Los cuernos al menos los tenía. Pero ni rastro de piel roja o cola ni lo típico de los demonios terrícolas.

13/12/14, 11:57 pm

«Así que, en definitiva, sí son mascotas pero no puedo decirlo en voz alta porque se ofenden» concluyó el irrense después de escuchar la explicación y ver la demostración de la bruja. Parecía útil su dominio, aunque el libre albedrío de las sombras tenía pinta de molesto y algo complicado para lidiar con ello. En comparación, aprender a usar su habilidad era mucho más simple.
—Son todo amabilidad, por lo que veo —dejó caer tras escuchar los comentarios ofensivos de las ónyces. Alice tampoco conocía en qué se habí convertido Cío porque un comentario de sus sombras la llevó a preguntar—. Eso dicen. Un demonio raigaurum, para más señas, sea lo que sea que signifique. Yo prefiero llamarlo demonio pila alcalina: almaceno electricidad y la suelto cuando quiero. —Aunque bromease sobre ello, aún estaba fresco todo el sufrimiento que había padecido durante la transformación y ni siquiera se molestó en acompañar la broma de una sonrisa. Distaba de hacerle gracia, en realidad—. No puedo hacer esas cosas tan chulas, y los cuernos no me hacen compañía, pero puedo sobrevivir a un relámpago. Lástima que solo sirva como espectáculo callejero. —Se apoyó en la pared con un costado y se encogió de hombros. Su cara sí indicaba ahora que la broma no le sentaba mal, pero no quería seguir hablando de sí mismo. Tenía la sensación, incluso desde que se había quedado tullido en la cosecha, de que llevar tan mal las cosas que le pasaban hacia que cada vez que abriera la boca parecise tratar de dar lástima. Y él no quería eso, así que rio.

—Si se permite una pregunta indiscreta más... —comenzó de nuevo—, estás al tanto de la tradición de cambiarse el nombre, ¿verdad? ¿tienes pensado hacerlo?

14/12/14, 02:40 am

Cuando respondió, me dio por pensar que no estaba cómodo con su transformación aunque bromease sobre ella. A la par, me recordó a un villano terrícola, así que lo comenté cuando dijo lo de "espectáculo callejero".

—En mi mundo teníamos cómics... Libros, no sé si tenéis cómics allí. Bueno, libros donde había gente que controlaba la electricidad. Uno, Shocker, podía controlarla porque le cayó un rayo, así que quizá otra pila alcalina —bromeé— visitó mi mundo e inspiró ese personaje.
En resumen, que nos vamos, que ni es peligroso ni lo será en el futuro —interrumpió la onyce del brazo, tirando hacia atrás.
—Yo no he dicho eso. Y perdí el hilo por vuestra culpa... —y rápidamente miré a Cío, apurada—. Lo siento. No les hagas caso, siempre van a doler.
Esa era la idea.
—Callaos. No habléis hasta que os lo diga —siseé. Luego volví a mirar al chico—. Seguro que tu transformación sirve para algo... Y bueno, sí, conozco la tradición y de hecho la puse en práctica, por así decirlo. Vosotros podéis seguir llamándome Alice, pero la ciudad me conocerá como Onyx.
Mejor será que la llames Majestad Onyx, demonio —volvió a interrumpir una onyce en lengua común.

La misma onyce que me sacudí con fuerza del brazo; la misma escolopendra que se soltó y se alejó fulminándonos con la mirada al tiempo que le gritaba.
—¡Largo de aquí!
Algunas se fueron con ella y otras se quedaron. Sacudí la cabeza, mosqueada, y luego suspiré por el espectáculo que estaban dando.

—Joder. A este paso te puedo acompañar como espectáculo, oye —mascullé, aún encendida, pero luego agaché la cabeza y frené—. Olvida eso. Lo siento mucho, de verdad. Les cuesta acostumbrarse a gente que no conocen... —suspiré y me pasé las manos por la cara, queriendo arreglar la situación pero sin saber cómo—. Oye, de verdad, no te preocupes por las preguntas, pregunta lo que quieras. ¿Imagino que estás pensando en cambiar de nombre también? Algunos de aquí están chulos, lo llego a saber antes y vengo a inspirarme.
Onyx nos gusta. Onyx bruja de onyces. Esos nombres son de muertos. Nosotras conquistaremos la muerte —proclamó una de las sombras del techo, que bajó y con silencioso permiso se agarró a mi brazo.

Al fijarme, pensé que quería imitar a Cío, pues también tenía dos cuernecillos, pero lo descarté al ver su boca vertical y dos pares de ojos a cada lado de esta. En cuanto terminó de moverse, miré al irrense y rodé los ojos con una media sonrisa.

14/12/14, 06:58 pm

El irrense rio que existiera un personaje de comic así, pero no pudo puntualizar que sí conocía los comics por las continuas interrupciones de las ónyces y las respuestas que le daba la bruja. Incluso tuvo que echar a unas cuantas de la capilla antes de poder seguir hablando con normalidad sobre el cambio de nombres.
—Ah, de acuerdo entonces. Me cuidaré de no llamarte Alice donde no deba —le dio tiempo a decir antes de aquella interrupción.

Observó cómo se retiraban varias de ellas y también que la bruja parecía un tanto crispada.
—No te disculpes, es a ti a quien van a volver loca… —Pero como ella quiso volver al tema anterior, no insistió. Además, las sombras más problemáticas ya parecían haberse marchado. La ocurrencia de una de las que se quedó hizo sonreír al irrense. A lo mejor no todas eran tan malas, aunque de aspecto, muchas sí eran un rato grotescas.
—Pensé lo mismo —dijo suspirando—, pero no quiero llevar el nombre de ninguna momia, más bien eso, solo inspirarme. Para ser más exactos, me habría cambiado el nombre hace muchos años, pero de ahí a tener una idea… hay un trecho. No quiero ser Tilecio nunca más, nadie en su sano juicio querría. Ah… creo que nunca me había presentado como tal —«cuando llegué aquí prefería llevármelo a la tumba y ser solo Cío, asi que no, imposible que lo sepa» —. Ya tengo nombre de momia, así que ahora busco algo un poco más fresco —rio. Le gustaría encontrar uno que sonase tan bien como el de la bruja.

16/12/14, 03:02 pm

—Te entiendo.

No era el primero al que conocía que no le gustara su nombre por algún motivo, el que fuera, el suyo. Y tampoco teníamos el nivel de confianza apropiado para entrar en detalles, así que aparté ese tema de mi mente.

—Si te sirve, yo probé con referencias a cosas con las que recordara de dónde vengo, la Tierra...
Y que la gente tiemble al oírlo; un nombre que respeten, que no olviden y que sea lo último en que piensen al morir.
—Sí, bueno, algo así —reí—. Seguro que encuentras alguno que se adapte bien.

16/12/14, 07:24 pm

—¿Referencias, eh…? —Repitió, meditabundo—. No se me vienen a la cabeza muy buenas ideas. Estaría bien que el nombre en sí mismo infundiese respeto —añadió mirando de refilón a la ónyce, con una media sonrisa—, pero no se me ocurre nada que pegue con esta guisa. —«Miento, pega de maravilla con mi aspecto llamarme como esos óvidos extintos que tenían cuernos y órgano bioeléctrico, pero ni de coña»—. De todos modos… a lo mejor me decanto por dejar de lado cualquier referencia a mi origen. Quiero desentenderme de Irraria, pero no sé si seré capaz.
«Envidio que parezcas tener las cosas tan claras».

20/12/14, 03:15 am

Me encogí de hombros.
—Siempre puedes recurrir a sonidos que te gusten. A mí me gustan los nombres que acaban en ese o en equix... O puedes investigar culturas de otros mundos. ¿Recuerdas a Dhelian? Pues él me estuvo preguntando sobre creencias de mi mundo, por ejemplo. También puedes juntar letras aleatorias... O —pero la misma onyce me interrumpió.

¿Aleatorias? No fastidies al demonio. Tiene que ser algo que haga juego con su magia destructora. Es como tú: Onyx porque nos tienes a nosotras. Pues él algo así.

Ahí fruncí el ceño: Cío no tenía magia en la cosecha.
—Oye, lo que ha dicho esta señorita... ¿tienes magia ahora? ¿Tienes, tienes? —inquirí, ilusionada. Quería recuperar los entrenamientos mágicos de la cosecha y si más amigos tenían magia, podríamos juntarnos.

20/12/14, 04:23 pm

El irrense estaba escuchando pensativo las sugerencias de la bruja, hasta que una sombra los interrumpió, haciéndolo reír con su “magia destructora”. Además, era la primera que abría la boca a su favor y no para insultarlo.
—No hay nada que pegue, no me voy a llamar Eléctrico —respondió con una media sonrisa. Y no fue lo único que le hizo gracia, porque Alice parecía ilusionada preguntando al respecto de su magia. Era una chica realmente vivaracha, cada vez le caía mejor—. Destructora no, normal y corriente, pero así es. No se me da muy bien, no tengo mucha capacidad o algo así, pero es todo un cambio. ¿Por qué lo preguntas así? —quiso saber. Había estado a punto de reírse.

30/12/14, 05:38 pm

Lo pregunta así porque es tonta.
—Bah, cállate —le respondí con desgana. Luego miré al irrense y me encogí de hombros antes de hablar—. Pues... porque en mi mundo la magia ya me gustaba bastante... —<<Quieta ahí, a ver si se va a creer lo que no es>> paré y en tono menos alegre, lo aclaré—. Quiero decir, allí es algo puramente literario, no existe. Empiezo a pensar que alguien de Rocavarancolia fue a nuestro mundo y divulgó todo lo que aquí existe como algo ficticio... porque este mundo es de libro, tío. Ciudad de piedra, toda medieval, en ruinas, con criaturas de libro, hechizos de libro... Y encima conectada a otros mundos como un mundo puente...

Ahí, la onyce que se había quedado con nosotros llamó mi atención con un gesto y rodé los ojos en respuesta. Me estaba yendo por las ramas, ¿pero y qué? Carraspeé en la pausa y volví al tema.

—Ejem. Bueno, como iba diciendo... Desde que en la cosecha descubrimos que algunos podíamos hacer magia, siempre he querido que mis amigos puedan... Y cuando descubro que alguien puede con su transformación, pues me alegra.

No deberíais alegraros tanto a no ser que fueran vuestros esclavos. ¿No os dais cuenta de que cualquier criatura sin magia de Rocavarancolia es un enemigo potencial? Con magia la cosa se complica aún más. Malditos críos.
—Shh, que le vas a asustar.
Eso dices ahora. Ya pujaréis por esclavos en el Mercado, ya.
—Espera... ¿En serio se comercia con esclavos? —pregunté, sorprendida. No es que fuera sorprendente, pero no me lo había planteado nunca, realmente.
Pregunta a tu amigo el vampiro o al trasgo. Haríais bien en ir con cuidado —remató riendo. No fue una risa nada alegre. Encima, la muy... rió más al verme lo pálida que se me había quedado la cara con la mera idea de que alguien nos atrapara con ese propósito.

31/12/14, 03:32 am

El modo en que Alice parecía admirar la magia hasta le dejaba en ridículo a él. Desde pequeño le había fascinado que existiese algo así… hasta que se hizo mayor y dejó de creer. Cuando se reencontró con ello esa pasión infantil estaba más que apagada, pero podía entender perfectamente a Alice aunque no fuese tan efusivo. Y desde luego era como para plantearse aquellas dudas sobre su planeta, a fin de cuentas en Irraria habían dejado una huella imborrable. Incluso aunque todo fuese un engaño.

—Pues que no te extrañe, no… —dijo antes de la interrupción. Se rio de que el motivo fuese tan simple como que se alegraba por cualquiera. Apenas se conocían, y por eso al irrense le sorprendía. No estaba acostumbrado a que la gente que conociese poco se preocupase –para bien– de vidas ajenas. Las sombras de la bruja tuvieron que intervenir de nuevo, claro estaba. Parecía encantarles molestar. «Si ella se alegra de mi magia, yo le doy el pésame por tener que aguantar todo el rato a estas… cosas» pensó, pero no lo dijo en voz alta porque no le parecía conveniente. Sobre todo porque hizo una mención que dejó a ambos mirándola preocupados. «Esclavos… aquí. Vamos de mal en peor».

—Era de esperar… No se me había ocurrido antes pero era de esperar —comentó al cabo de unos momentos, sin saber qué decir. Aquello de “ir con cuidado” que había mencionado la ónyce no había sonado muy bien. ¿Era verdaderamente peligroso para ellos o solo trataba de meterles miedo? Al menos el raigaurum tenía clara una cosa—: Pero descuida. No pienso pagar por eso en la vida. —Se dio cuenta de que, de algún modo, aquellos comentarios habían estropeado el ambiente. No sabía, cómo, pero intentó remendarlo como pudo—. Tampoco parece que haya que hacerle mucho caso a tus monstruitos —«Aunque me anoto lo de preguntar».

31/12/14, 07:31 pm

—No es sorprendente, no... Y opino como tú. Además, en el caso de necesitar algo similar, os tengo a vosotras —contraataqué, mirando a la onyce del brazo.
No se te ocurra ponernos al nivel de la escoria esclava —siseó en respuesta.
—Pues dejad de aguarme la conversación —y zanjada esa parte, volví a mirar a Cío—. Bueno, mozo, me he quedado sin ideas y —pero justo en ese momento tuvieron que interrumpir mis tripas pidiendo comida. Avergonzada, me crucé de brazos encorvada, como si fuera a paliar así el ruido, y me disculpé entre risas—. Perdón. Oye, que me alegro de haberte visto, a ver si quedamos más a menudo o nos vemos en la Sede o donde sea, ¿vale? Es más, si quieres apuntarte a entrenamientos mágicos ahora que puedes, solo dilo —añadí con una sonrisa—. Hasta otro ratito.

Terminada la despedida, me fui, de vuelta a casa, pensando en que al final lo había pasado bien y que, realmente, la coincidencia me había venido bien. Prefería este tipo de situaciones a quedarme pensando en los muertos.

01/01/15, 05:20 am

Cío sintió una pequeña satisfacción al ver cómo se ofendía la ónyce, pero no lo reflejó más que en una disimulada sonrisa. Sin llegar a decir nada al respecto, descubrió que tal vez había estado entreteniendo a la bruja más de la cuenta.
—Nada de perdón, ve, ve —le dijo—. Seguro que a partir de ahora nos vemos más, que no pienso seguir quedándome encerrado en el cuarto. Ya me pasaré por vuestra torre a aprender magia, si coincidimos estaría bien practicar en grupo.
Tan solo un minuto después, tras despedirse y ver a Alice alejarse por las calles, se quedó completamente solo en la capilla. Había pasado un buen rato inesperado, y casi había olvidado ya el motivo por el que se había dejado caer por allí.

Recorrió de nuevo las listas de nombres, haciéndose una idea de cómo era la tradición allí, pero era tan variado que lo único que le quedó claro era que gustaba mucho el título de Dama. No había nada que lo inspirase o ayudase, pero de alguna manera se marchó de allí considerando la excursión productiva.

Sigue en la Sede de los Taumaturgos.

08/04/15, 07:26 pm

Los nombres tenían, de alguna forma, cierta significancia en Idris. No la palabra en sí, sino el uso que se hacía de ella.

Shizel había arrugado la nariz en su día cuando algunos compañeros de cosecha habían acortado su nombre a Shiz prematuramente. Era un signo de intimidad idrina que desconocían y solo por eso lo dejó pasar. En la actualidad ya no le molestaba, pero una sensación similar le asaltaba ahora cuando sus clientes utilizaban su nombre de nacimiento para dirigirse a él. No se sentía cómodo estableciendo el mismo nivel de confianza, aunque fuese en un plano tan abstracto, con completos extraños que con los amigos con los que había compartido una cosecha plagada de sangre y lágrimas.

Era Shiz para las amistades más íntimas. Shizel para los conocidos.
Para los demás sería otra cosa.

-

El nombre que eligió había pertenecido a un duque, cuya vida y hazañas habían quedado borradas por acción del tiempo. Sería perfecto.
Advirtió la semejanza con el nombre de su cosechador, pero por una vez no la rechazó. De hecho le pareció aún más adecuado, un indicio más claro aún de separar a su yo idrino de su yo rocavarancolés, sin contaminar al uno con el otro. Una vez regresase a su mundo de origen Shizel quedaría tras el portal de forma imprescindible cada vez que lo atravesase. En Rocavarancolia sería solo Desidia, con todo lo que eso implicase.

Sigue en los Pozos.

01/12/15, 02:00 am

El edificio captaba la atención y la chica pensó que habría querido adentrarse en él de haberlo visto durante los meses de criba. O al menos después de comprobar que no se les iba a caer encima, ya que su primer impulso fue comprobar con un toque de su puño que la estructura no estaba construida con algún tipo de arena a punto de derrumbarse. El interior, no obstante, ofrecía un contraste notable al resultar mucho más sólido, y los infinitos grabados que poblaban el edificio hacían honor a su nombre, igual de auto descriptivo que la mayoría de lugares que conocía de Rocavarancolia. Sus botas resonaban en el interior, prácticamente vacío de otra cosa que no fuesen palabras. Aquel lugar evocaba recuerdo nada más atravesar el arco que permitía el acceso a sus amplios salones.

La idrina dedicó una breve mirada a Varsai y asintió ligeramente antes de desplegar un banco de niebla. Quería asegurarse de que efectivamente no había nada peligroso allí dentro. Volvió a absorber su dominio casi enseguida: allí solo había columnas plagadas de grabados. Una vez le confirmó a la varmana que así era, llevó sus pasos hacia la columna más cercana, comenzando a descifrar las palabras talladas en la roca dañada por algún agente que no sabría identificar.
—Nombres de rocavarancoleses fallecidos —dijo sin apartar la vista de los grabados, en un tono bajo que había adoptado de forma innata al entrar allí—. Dicen que muchos encuentran aquí su nuevo nombre, inspirándose en el que eligieron otros con sus mismos cambios antes que ellos. O recogiendo el legado de dicho nombre.

Aquella costumbre le había llamado la atención desde que se la habían comentado. Los nombres eran importantes y, a pesar de ser atea, compartía aquella noción con la religión de que debería ser único. La idrina no tenía ningún problema con su propio nombre. Tenía una sonoridad agradable y se reconocía a sí misma en él. Había roto con su vida anterior por completo al aceptar ir a aquella ciudad tan plagada de misterios y milagros como de muerte, pero la lacustre no sentía que tuviera que romper consigo misma. No era la misma que había llegado desesperada siete meses atrás, pero seguía siendo Irianna. Por mucho que pudiese pesar, sus experiencias eran solo suyas y le habían hecho ser como era
—¿Tú tienes algo decidido al respecto? —Le preguntó a la licántropo al cabo de unos segundos de silencio.

01/12/15, 01:21 pm

El día anterior había estado entrenando un poco con Surásara y la niña tenía el cuerpo lleno de cardenales que le dolían, por suerte había podido comprobar que la ira era un buen disparador de la transformación en animal, se había cabreado tanto durante aquel combate que se acabó lanzando contra la naga con las garras por delante. Sura no se lo tuvo en cuenta cuando terminó el combate.

Pese a que la niña había intentado emular aquel sentimiento en su habitación para volver a su forma varmana no lo había conseguido, no del todo al menos. Varsai se presentó frente a Irianna con la cola de leopardo ondeando tras ella y haciéndola tropezar cada dos por tres, tampoco se habían apagado sus sentidos y la niña estaba molesta sobre todo con cualquier ruido fuerte cercano que hacía que se sobresaltara, y, aunque no se veía, tenía zonas de su cuerpo llenas de pelo que no había conseguido quitarse.

La niña había oído hablar de la capilla a los veteranos de la sede y había querido ver si encontraba algún ejemplo para su nombre. Esperó a que la idrina confirmase que el lugar era seguro. Varsai se subió un poco la parte de atrás de su camiseta para que no se viese el pelaje, si tenía que ser sincera le daba envidia lo bien que se desenvolvía la idrina con su dominio y lo mucho que le costaba a ella transformarse.

Escuchó las palabras de Irianna y al poco asintió.

"No quiero perder mi nombre original, es algo que me une a mi familia en Varmania y a todos mis amigos aquí. Pero tampoco quiero que todos sepan de ese nombre, por eso adoptaré uno nuevo de cara a la ciudad. Aún no se cual."

Varsai miró por las paredes, cosa que le costaba poco con su sentido de la vista tan desarrollado.

"Éste me gusta" señaló el nombre de dama Fiera "pero no me gusta que lleve el dama. Quiero decir, a mi no me pega ponerme el dama delante del nombre. No porque no me considere una dama, más por mi tipo de transformación. No veo a un licántropo usando dama. ¿A ti te gusta alguno?"

02/12/15, 05:49 am

Tras leer la primera nota que le mostró Varsai, Irianna asintió antes de alzar la vista de nuevo hacia su amiga.
—Creo que opino igual que tú y creo que yo quizás haré lo mismo, pero es algo que hay que pensar muy bien… Un nombre no es algo que tomarse a la ligera, mucho menos uno que eliges por ti mismo —comentó dando voz a sus pensamientos.
Tras un rato más leyendo nombres y preguntándose qué sería un ángel negro y por qué la mayoría parecían haber intentado proclamarse reyes de Rocavarancolia y fracasado en el proceso, la varmana interrumpió su lectura con una nueva nota. En ella le hablaba precisamente de un ángel negro, aunque de las pocas que su descripción no incluía muerte tratando de ascender al trono, y de su percepción sobre el título que parecía ser un patrón en una buena cantidad de nombres femeninos.
>>Oh, yo creo que puedes seguir siendo perfectamente una dama independientemente de tu transformación, pero si no te parece adecuado a ti no hay más que hablar. —Hizo una pausa para colocarse el pelo tras la oreja antes de seguir hablando—. Hay nombres con sonoridad agradable y otros que probablemente hagan referencia a alguna característica de su dueño. Pero yo no pensaba elegir ningún nombre que ya haya sido utilizado. No es que vaya a leer la capilla entera, tendría que mudarme de Serpentaria aquí —bromeó dejando escapar una leve risa que resonó ligeramente en la estancia—. Pero si me decido por adoptar un nombre alternativo lo pensaré yo misma.

02/12/15, 01:25 pm

"Lo que si os voy a pedir es que en público con más gente me llaméis por ese nombre, pero en privado podéis seguir usando el de siempre" le sonrió a Irianna. Su cola se movía de un lado a otro de forma acompasada.

Asintió a las palabras de la idrina mientras seguía mirando fijamente el nombre de dama Fiera. Fiera le gustaba, le parecía que representaba bien su parte animal pero como decía Irianna a la niña no le gustaba estar copiando a otros, no había conocido a la mujer en cuestión y estaba claro que no iba a recoger el testigo de su vida.

"Yo también voy a elegir uno propio, quiero que sea mi nombre no el de otra persona. Pero estos nombres pueden servir de inspiración."

Se quedó pensativa un rato y luego volvió a escribir en su libreta.

"¿Decías que mucha gente usaba en su nombre cosas respecto a sus características? Puede ser un buen lugar donde buscar un nombre."

Dicho eso cogió con sus manos su cola y se puso a examinarla. Era esponjosa, blanca con manchas negras, larga, calentita y seguro que su animal tenía muchos atributos que aún desconocía. Quizá tendría que pasarse por la biblioteca en busca de un diccionario.

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