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Desierto Malyadar

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Desierto Malyadar - Página 3 Empty Desierto Malyadar

03/08/11, 01:02 am
Recuerdo del primer mensaje :

Vasta extensión de arena en la que nada crece y que no lleva a ninguna parte sino a la muerte.
Descripción más detallada sacada de la saga:

Tak
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.

Desierto Malyadar - Página 3 Empty Re: Desierto Malyadar

22/10/12, 03:16 pm
El gusano fue más rápido de lo que me esperaba capturando el pequeño dragón que poseía. Cuando me quise dar cuenta estaba atrapado entre sus fauces y abandoné el cuerpo sin pensármelo un segundo. Ya en el aire regresé al interior de la barrera, ahora renovada, y observé los esfuerzos de los demás por detenerlo. La arena de Matt en concreto pareció ser muy efectiva, y el gusano pareció retirarse por donde había venido. Era hora de hacer lo propio, como Matt también dijo. Y aunque todos salimos pitando de allí, tanto él como Noel se quedaron. Me di la vuelta para no perderlos de vista pero me seguí alejando, Noel volaba y Matt era un brujo de la arena, por lo que no había de qué preocuparse. Sí traté de mirar en todas direcciones, no fuera a salir un peligro similar, ¿y si aquella era solo una larva de todo un nido?

Cuando ya nos aproximamos de nuevo a terreno montañoso Matt y Noel nos alcanzan por fin. Nos paramos allí, todavía alerta, y encima Matt aún tiene ganas de bromear.
-Claro. Una excursión completita, Matt. Vegetación exuberante y alguna que otra pelea para abrir el apetito -suelto mientras tomo aliento. Pero entonces Matt dice que lo lamenta por el dragón y me arrepiento un poco por si he sonado más irritado de la cuenta. La verdad es que lo único que me pesaba era la pérdida del dragón, al final no había pasado nada más grave-. No pasa nada, donde había este había más -añado, quitándole importancia. Cuando Noel se ofrece a ayudarme a conseguir otro también le respondo, contento-. ¡Claro! En realidad me harán falta ese y bastantes más, cualquier ayuda es bienvenida.

Y por último, haciendo caso a su sugerencia, seguimos huyendo del desierto. Al menos Matt ha conseguido una buena cantidad de arena, así que el viaje no ha sido en vano. Y creo que tendré que agradecerle a Vac la infusión como no lo hice en su momento, porque si llego a venir con el dolor de cabeza con el que me había despertado, otro gallo cantaría.

Cuando ya caminábamos por las montañas, la brisa me molestaba demasiado, así que me aparté del grupo un momento y con el hechizo de niebla mágica rastreo entre las rocas en busca de agujeros que puedan ser madrigueras. Escucho a los demás un poco más allá y trato de avanzar al mismo tiempo para no quedarme atrás. Al cabo de un rato encuentro un agujero en el que hay un roedorcillo de pequeño tamaño acurrucado. "Bingo" pienso mientras me acerco allí sigilosamente. Con un hechizo de atracción saco al animalito de su madriguera, que por suerte era poco profunda. El pobre ratón se revolvía histérico mientras se acercaba a mí, así que no me quedó más remedio que romperle el cuello con un hechizo de constricción. Y maldita la gracia, porque no estoy de reservas mágicas tan bien como me gustaría.

Una vez listo el animalito, lo poseo y voy correteando hacia los demás. Me reconocen fácilmente por el brillo azulado y Noel me deja subir en su hombro, donde me dedico a ir de un lado a otro y, por chiste, hacer ruiditos con la boca. Después me bajo saltando por sus alas y me subo a los hombros de Giz por su poncho. La ratita pareció caer en gracia, porque al final acabé pasando constantemente de una espalda a otra, tanto de Wen, como de Noel y de Giz.
Matt

Ficha de cosechado
Nombre: Matthew Lowell/Korasihanna Sebrhon
Especie: Humano/ Daeliciana
Habilidades: Agilidad, velocidad mental y nociones de supervivencia.

Desierto Malyadar - Página 3 Empty Re: Desierto Malyadar

05/01/13, 04:05 am
Desierto Malyadar - Página 3 L


La fiesta en el cuchitril siguió su curso entre bromas y algún que otro borrachín. Me mantuve en silencio dubitativo todo el camino hasta Serpentaria. La misma idea que me llevaba rondando la cabeza unos días y la idea de no haber conseguido ningún regalo para los chicos hace que se me encienda la bombilla. “Muy bien Matt... hay que intentarlo.”

Llegamos a Serpentaria y cada uno se fue subiendo a sus cuartos. Subo a mi cuarto en silencio sopesando mis ideas y mis maquinaciones tranquilamente. Entro en mi pequeño desierto en miniatura y cierro la puerta.

Mientras camino hacia el foso de arena una buena cantidad se arremolina a mi alrededor formando tres nubes que vuelan entorno a mi. Me siento con las piernas cruzadas y observo las nubes como se mueven. Con un rápido movimiento de manos las tres nubes se detienen en el aire.

“Venga Matt.. La prueba final.” Me digo intentando auto motivarme. “Venga lo has practicado tropecientas veces. Una... dos... y ¡Tres!” De pronto las partículas de una de las nubes comienza a girar hasta formar una esfera perfectamente modelada. -Esferas.. listo.- Mi mirada se posa en otra de las nubes y sonrió. Sin hacer cuenta atrás alzo la mano y chasqueo los dedos. La segunda nube comienza a compactarse formando un cuadrado liso perfecto.

Una sonrisa se dibuja en mi cara al ver que ya no me cuesta tanto modelar arena en formas sencillas. -Muy bien.. Ahora un nivel más.- Miro la ultima nube como se encuentra suspendida en el aire como si estuviese esperando la orden precisa para comenzar a moverse. -Tu turno.- Cabeceo en dirección a la nube y sus partículas se compactan y arremolinan formando un triangulo casi perfectamente liso. “No puedo creer que con cuatro copas de mas pueda tener tanto control. Las figuras básicas las tengo... medianamente controladas. ” Digo mientras inspecciono cada figura.

No se muy bien cuanto tiempo ha pasado mientras jugueteo con la arena pero el sueño y un cierto mareo comienza a hacer mella en mi por lo que decido intentar una ultima cosa antes de irme a dormir. Levanto una gran cantidad de arena y comienzo poco a poco a formar la imagen del objeto que quiero que forme la arena. Voy siguiendo los pasos tal y como me dice el libro de Dama Drástica ya que me los he acabado aprendiendo de memoria de tanto mirarlos. La arena suspendida comienza a tomar forma, la bola empieza a dar pequeños espasmos y comienza a sacar unos intentos de patas y un intento de cabeza. -¿Pero que mierda?- Digo mientras veo el intento de perro que acababa de hacer.

Perro, si a eso se le podía llamar perro. El torso estaba muy bien conseguido, la cola no era como yo la había imaginado pero podía tener un pase. había imaginado que fuese un pelin mas larga pero estaba medianamente aceptable. El problema venia en las patas y la cabeza. Las patas delanteras estaban algo conseguidas, una mas larga que otra pero al menos tenían forma de pata. No podía decir lo mismo de las traseras, completamente inexistentes. La derecha acaba en un muñón a la atura de donde debería estar la rotula y la izquierda, directamente no había pata izquierda. El intento de cabeza era hasta graciosa de mirar, era tal y como la había imaginado pero a una escala muchísimo mas pequeña, como si hubiera mezclado a un mastín tibetano con un chihuahua y el tamaño de la cabeza es lo único que ha sacado del animalillo.

-¿Pero que mierda se supone que te ha pasado? ¡Yo no te había imaginado así!- La consistencia esta bastante bien conseguida. Quizá algo dura para lo que había imaginado pero esta bastante bien. Me sorprende la cantidad de arena que he utilizado para crear esta mierda de intento de perro. Yo intentaba hacer un mastín y bueno... al menos la altura la había conseguido .

Me siento un poco mareado aunque no entiendo muy bien el por que. -¿Donde esta el libro? ¿Donde coño lo he puesto? Me cago en la leche.- Mientras me vuelvo loco buscando el libro la silla se acerca a mi lentamente con el libro encima. Noto como me golpea suavemente la rodilla por lo que me giro asustado pensando que era el intento de perro intentando vengarse por la mierda de forma que tenia. -Ai coño mira donde lo había puesto.- Digo mientras que recojo el libro.

Ojeo de nuevo la misma sección del libro que había releído cuatrocientas millones de veces. Mis ojos repasan cada palabra aunque ya me las se casi como si la tuviese grabada en la mente. -Aaanda coño. Me he quedado corto de arena.- Levanto el brazo y relleno las imperfecciones del perro llegando a tenerlo casi perfecto. El perro ya parecía un perro, calvo, pero tenia forma de perro. -Ai.. no ha quedado tan mal.- Con un ligero toque el perro desciende del aire aunque por alguna razón comienzo a sentirme muy cansando. Giro la cabeza intentando despejarme. El perro esta inmóvil, con la vista fija, sin vida, sin nada. Una estatua inmóvil. “Venga Matt.. Una pata, otra pata, una pata otra pata.”

-Acercate.- Le digo al perro pero el perro sigue inmóvil. Vuelvo a ojear de nuevo el libro y me paro en la parte que Dama Drástica explica como ella conseguía que los golems hicieran sus deseos sin que ella tuviera que estar detrás de ellos. -¿Runas?¿Tengo que usar runas?. -También hay un apéndice al margen que explica que esto conlleva un uso bestial de magia por lo que puedo entender que por eso me puedo estar sintiendo mareado.

Bueno voy a intentar moverlo. Cierro el libro y me giro hacia el perro y con un chasquido el perro para mi asombro bosteza y se sienta. -¡Ai lo he conseguido!- Rápidamente bajo la voz pensando en las horas que podrían ser. Poco a poco comienzo a sentirme mas cansado pero intento hacer el ultimo esfuerzo y chasqueo los dedos. El perro se incorpora y hace un ademan de ladrido pero no suena nada. -Necesito.... algo... con lo que... ladres....- Le digo apesadumbradamente. -Ven- Levanto la mano y hago un gesto para que se acerque el perro y poco a poco el perro comienza a moverse en mi dirección. Pero al cabo de cuatro pasos la vista comienza a nublarseme y sin poder evitarlo caigo de bruces sobre la arena.

A la mañana siguiente cuando doy en mi mismo un dolor en la cabeza me ataca al levantarme. -Ostias... resaca mágica.. Que horrible... Paso de entrenar. Me voy a acostar.- Me digo mientras me acerco al foso lentamente mientras busco por la habitación a mi perrito pero parece ser que se ha desecho. Me sumerjo en el foso y al cabo de una media hora el dolor de la cabeza cesa.- Mm.. Que vida.- Me digo sumergido en mi grumosa oscuridad vuelve a inundarme la idea de hacer una excursión al desierto para perfeccionar lo que estuve practicando anoche. De pronto mi estomago ruge. “Voy a desayunar”

Bajo a la cocina y por lo que veo no es tan sumamente tarde como pensaba por que los chicos están terminando de desayunar. Les comento que voy a saltarme los entrenamientos un par de días y que voy a llevarme unas cuantas provisiones para el camino.

Los chicos se van al entrenamiento y yo salgo con ellos sin comentarles el motivo de por que me voy al desierto. Simplemente saben que me voy, quiero que sea una sorpresa. A mitad de camino me desvío hacia la biblioteca para buscar el libro al que se refiere Dama Drástica. Llevo conmigo los libros envueltos en una esfera de arena que revolotea a mi alrededor junto con otra donde guardo la comida que he medio calculado que necesitaré para los dos días. Cinco piezas de fruta y carne en salazón será mi menú para las horas de comer y si se me acababa, ya había conseguido cazar en el desierto, no creo que me sea difícil volver a hacerlo. Con cierta prisa llego a la biblioteca me paro en la puerta y recuerdo las palabras del bibliotecario. -Mierda, la arena- Saco los libros de la esfera y hago que todas las partículas salgan de los libros, con la esfera vacía la acabo uniendo a la otra y la dejo en la entrada lo suficientemente alta como para que no hubiese posibilidad de que ningún curioso le diese por llevarse la comida.

Entro en la biblioteca que esta tan solitaria como de costumbre aunque por lo que veo parece ser que ha habido algo de movimiento últimamente. Llamo al bibliotecario que no tarda en hacer su aparición lenta y con la misma ilusión que siempre. Tras bromear un rato con el le pregunto sobre el libro al que se refiere Dama Drástica. El bibliotecario me suelta aun par de muletillas que prefiero no responder por que no se muy bien como responderle. Por lo que me da a entender los nuevos cosechados han empezado a pulular por allí y le presento mi interés por ellos a lo que el me pone en sobre aviso sobre las leyes de rocavarancolia y la verdad no me apetece morir por ver a los nuevos. “Ya te buscarás las vueltas Matt. Hay que ir a ver a quien está ocupando tu habitación.”

Después de un rato en la biblioteca buscando el libro me acabo llevando otro parecido por que por lo que parece el libro al que se refiere Dama Drástica alguien se lo llevo hace años y aun no lo ha devuelto. Cambio el libro de magia térmica por el de las runas y bromeo con el bibliotecario y le insinúo que si encuentra una sola mota de arena en el libo me comprometería a limpiarle de cualquier arena que hubiese en la biblioteca. Salgo de la biblioteca y la bola de arena me esta esperando suspendida en el aire. Saco arena de la esfera y vuelvo a formar dos metiendo los libros de nuevo y encaminándome hacia el desierto.

El camino hacia el desierto se me hizo rápido. No se muy bien si fue por las ganas que tenia de llegar o por que me había aprendido el camino de memoria. Paso por Letargo y puedo escuchar algunas voces y un deseo de entrar y saludar a los nuevos cosechados y contarles las historias de mi cosecha me inundaron la cabeza aunque la voz del bibliotecario diciéndome que mi cabeza podría acabar a mucha distancia de mi cuerpo me hicieron recapacitar y continuar mi camino.

Al poco tiempo de camino el aire del desierto vuelve a inundar mi cuerpo haciéndolo vibrar de emoción. “Dios... nunca me cansaré de contemplarte.” Aun recuerdo la ultima vez que fui al desierto con los chicos que nos acabo atacando un gusano gigante. “¿Me pregunto si conseguí matarlo?” Esa será una duda que siempre tendré me acabo diciendo a mi solo.

Comienzo a caminar con los pies hundidos en la arena disfrutando del camino hasta encontrar la ladera de una duna enorme donde pienso hacer mi base. Inspecciono la zona y hago un par de sondeos en el suelo para no encontrarme ni una sorpresa indeseada. A parte de un par de alimañas de poco tamaño no había nada por lo que preocuparse por lo que decido hacer mi base. -Bueno... listo. De aquí no me muevo.- Las esferas continúan deambulando a su bola y para conservar la comida y evitar que se recalienten hago que la superficie de la esfera de endurezca y compacte hasta adquirir la consistencia y dureza de una roca y la hundo en el suelo a medio metro de profundidad para conservarla.

Ojeo de manera bastante minuciosa el libro de runas hasta llegar al apartado que me interesaba. El libro hablaba de trampas, de maneras de proyectar la voz, de incluso ritos mediante la combinación de runas se podría confinar a alguien en algún lugar pero a decir verdad, eso no me interesaba.

Tras muchos intentos fallidos de crear formas me acabo cabreando conmigo mismo y tras soltar mil y un improperios a las figuras deformes acabo destrozándolas con hechizos de impacto. A la tarde después de una buena comilona vuelvo a las andadas aunque he consumido una gran parte de los alimentos que he traído. “Usar tanta magia me da un hambre. Ni que estuviese con todo el hama coño. Es peor que fumarse un porro a las tres de la tarde en pleno verano.” Me digo mientras entierro de nuevo la esfera con la comida.

Sin mas dilación comienzo a calentar haciendo formas sencillas que por alguna razón no me cuestan nada hacerlas. “¿Será por tanta arena que no me cuesta nada?”. Las primeras formas fueron bastantes sencillas, esferas, cuadrados, triángulos, grandes, pequeños, muchos, pocos. Tras un rato miro de nuevo el libro de Dama Drástica. -Cuanto mas grandes... ¿mas sencillas?- El libro tenia razón, el modelage de arena era mas sencillo cuanto mas grande querías hacerlo y con menos detalles. Doy una palmada en el suelo y se levanta un cubo de unos tres metros de alto, dos de ancho y dos de profundidad.

Empiezo a imaginar la imagen del animal. Imagino las patas, el pelo, la cabeza, la cola. Voy modelando poco a poco en mi mente como si lo hiciese en la realidad. A decir verdad noto como me cuesta y como me voy cansando pero me cuesta mucho menos que la otra noche por lo que lo achaco a la gran cantidad de arena. Al cabo de un buen rato abro los ojos y contemplo asombrado mi creación.

Aquel intento de caballo me estaba dando miedo. Tenia forma de caballo pero a decir verdad no se que demonios había pensado para que acabase teniendo esa forma. Las crines caían gracilmente sobre el cuello pero donde empieza la carne arenosa la crin cambiaba a ocho extremidades, cuatro a cada lado. Los apéndices tenían forma de serpiente. Las cabezas de las serpientes tenían forma de flecha, al final, el caballo tenia la boca abierta pero no parecía tener dientes.-Das miedo- Digo mientras me acerco a la figura inmóvil de la bestia.

Era guay, imponente e incluso sombría. Recuerdo una pesadilla que tuve un día y esa bestia se parecía bastante a lo que me perseguía. -Voy ha ponerte una buena dentadura mi querida pesadilla.- Le digo al corcel. Una pequeña nube de arena asciende y se coloca en su mandíbula formando unos dientes algo afilados. -Muy bien. Ya tienes una sonrisita bonita.- Le digo al caballo mientras paso los dedos por sus dientes. -Muy bien... Ahora muévete.- Juego con el caballo como si de una marioneta se tratase le hago galopar, saltar, encabritarse y para mi sorpresa los apéndices funcionan perfectamente alargándose y clavándose en el suelo. -Muy interesante.- Digo mientras hago que el caballo se tumbe en el suelo y le hago conservar su forma según como dice el libro.

Al hacer esto un fuerte mareo me asalta a la cabeza. “Dios Matt... No.. te...desmayes... cojones... entereza.” El cuerpo entero me falla y me hundo en la arena instintivamente comenzando a sentirme mejor. Giro mi cabeza hasta que cruje y vuelvo a subir. El resto de la tarde me lo tiro haciendo todo tipo de formas. Perros grandes, mas caballos, algún que otro intento de golem sin mucha suerte. La mayoría se acababan disolviendo al dejarlos solos y otros muchos a decir verdad me entretenía ver como mi querida pesadilla se los merendaba o los despedazaba. A la noche terminé con casi todas las existencias de comida y comencé a preocuparme.

“Matt... Tienes que buscar comida.” Digo al terminarme la ultima pieza de fruta. La mitad de la noche me la tiro modelando arena y evitando caerme de bruces al usar demasiada magia al plantar algunas runas en varios modelos. Las primeras veces no ocurría nada o hacían de todo menos de lo que le había mandado. Al final de la jornada terminé con cinco especie de lobos con unas mandíbulas extremadamente fuertes. Eran grandes, de unos dos metros de largo y un metro y medio de alto. Les había inducido mediante runas la capacidad de rastrear, cazar y volver a avisarme. Por alguna razón que se escapaba de mi conocimiento las criaturas parecían interactuar entre ellas. Se movían como una manada e incluso parecían aprender.

Los había mandado a cazar aquella noche esperando vanamente que volviesen. La pesadilla seguía inmóvil, aun no me había atrevido a ponerle ninguna runa por miedo a que saliese mal y perdiera aquella criatura. No se muy bien por que pero me gustaba. Y un par de murciélagos que revolotearon un par de veces pero me di cuenta de que se sostenían en el aire por mi voluntad, no por sus alas. Por lo que a la mañana siguiente estaba muy seguro de que no habría murciélagos.

A la mañana siguiente me levanté con ganas de seguir con mis trabajos manuales. Salgo de la arena lentamente medio adormilado pero totalmente recuperado del esfuerzo de la noche anterior. Me encantaba la arena, la tranquilidad, nada se escucha, nada cambia en el desierto, todo es arena por lo que podía concentrarme perfectamente en mis pensamientos y tareas. Echaba de menos esa sensación en Serpentaria aunque me seguía dando pena el pensar que ahora sin los chicos todo se haría mas aburrido. El pensar en los chicos me hizo recaer en por que había ido hasta el desierto. Busco los murciélagos pero como había previsto habían caído al suelo y se habrían disuelto.

-Bueno Matt.. hora de ponerse a currarse el regalo.- Estaba totalmente enfrascado en mi trabajo, no valía cualquier modelo, no eran buenos, no eran lo suficientemente grandes o eran demasiado armatostes. Solo había parado para terminar de comerme las pocas trazas de carne y la ultima pieza de fruta que no estaba muy seguro que estuviese en buen estado pero me lo comí con gusto. Al cabo de un par de horas unas unas pisadas rápidas me sobresaltan y me hacen girarme anonadado. Uno de los lobos había vuelto y se encontraba sentado a mi espalda. Esa no fue mi mayor sorpresa. Lo que me quedo sorprendido fue verle que en la cavidad bucal había trazas de sangre seca.

-!OOOO! ¡No me lo puedo creer! ¿Lo habéis conseguido?- Inspecciono al lobo y puedo ver como la parte de arriba de su mandíbula ha sido arrancada y su vientre se encontraba mordido por uno de los lomos. Lo reparo lo mas rápido que puedo y le ordeno al lobo que me lleve con los demás y como si hubiese accionado un resorte el lobo sale a correr en dirección a lo que yo pienso que estará su presa. Salgo a correr detrás de él pero el lobo corre mas que yo por lo que silbo y la pesadilla se levanta y galopa hacia mi. Me subo al caballo y le hago correr detrás del lobo.

Me encanta galopar de nuevo a lomos de un caballo. Me recuerda al campo del abuelo y a las horas que me tiraba montado en azucarillo, el caballo de mi abuelo que nos ha aguantado a mi y a todos mis primos sin quejarse. A decir verdad no se me dio muy bien pero al controlar yo el caballo me resultaba fácil. El mover el caballo me cansa un poco pero puedo con ello. “El desierto hace maravillas con mi cansancio.”

A la hora y media de seguir al lobo hacia ninguna parte mis ojos se abren de par en par. El lobo se acerca a lo que queda de su manada que están sentados en torno al cadáver de una especie de bestia parecida a un dromedario pero algo mas decrepito y con un par de patas mas. De los cinco lobos solo quedan tres por lo que el bicho tubo que dar bastante guerra.

“Necesito encontrar algo que me avise si alguno cae... Lo necesito para el regalo de esta gente.” Me acerco al cadáver del bicho y los lobos de nuevo vuelven a salir a correr. Por mucho que les grite que vuelvan no me hacen caso y salen a correr hacia ninguna parte. Me alegra ver como he conseguido que hagan lo que quería pero ahora la cosa era ver que puedo conseguir salvar del bicho por que lo habían dejado echo un cristo.

Después de abrirlo y sacar la carne que veía que podía aprovechar estaba seguro que tendría suficiente para pasar la noche y lo que quedaba de día de mañana. Creo una balsa alrededor de los trozos del bicho y lo hago seguirme mientras subo de nuevo al caballo y me voy rumbo a mi base.

Tras un par de horas perdido me bajo del caballo y me concentro en la esfera que contiene mis libros. Intentando localizarla una leve vibración me recorre la espalda, no estaba lejos de los libros. Por lo que me monté en el caballo y galopo hacia donde pienso que están los libros. A la media hora encuentro la duna y respiro aliviado. Meto la carne en la esfera y la hundo en el suelo para que no se estropee.

Sigo mirando el libro de las runas buscando una solución para solucionar el problema de que si el regalo caía yo no me enteraría pero al cabo de un rato al fin consigo la respuesta. Sigo creando bichos, algunos normales y corrientes como gatos, leones, y una especie pájaro enorme que no duró mucho tiempo por que al intentar volar se estrelló contra el suelo deshaciéndose. Cene la carne del bicho haciéndolo con un hechizo térmico que al parecer sirve muchísimo mejor para cocinar que el hechizo de llama que me enseño Tsusu. Tras una buena comilona observo mi creación orgulloso.
“Mañana meteré las ordenes en las runas. Hoy me he ganado un descanso.” Esa noche dormí como hacia mucho tiempo que no dormía.

A la mañana siguiente me despierto antes de que salga el sol y contemplo el amanecer en el desierto. El tenue sol de rocavarancolia comienza a bañar las dunas haciéndome terminar de desperezarme y comenzar a mirar como tenia que poner y dibujar las runas. Coloco en todo el cuerpo de la creación desperdigadas las runas correspondientes para que cumpla ordenes y otra que me avise por si en algún momento mi creación cayese aunque para eso tuve que poner una parte de la arena de mi cuerpo, cosa que fue algo dolorosa. Este trabajo me ha hecho abstraerme totalmente del mundo y cuando quise terminar ya comenzaba a anochecer pero estaba hecho. El golem estaba terminado.

El golem media casi dos metros y medio de alto y tenia una envergadura de dos metros. Unos fuertes brazos colgaban de su torso. Era enorme, imponente. Su cabeza tenia la forma de una cara aunque sin facciones, no tenia ojos pero si nariz. El golem no tendría facciones, estaría siempre igual. Las extremidades son fuertes, anchas y musculadas. El golem se alza sobre si mismo sin moverse esperando a ser activado. Según había leído el golem funcionaria como un ordenador. Me obedecerá a mi y hará lo que yo quiera.- Bueno... Solo queda la ultima fase. Activarte machote.- Escribo la ultima runa que sirve para activar al golem en una esfera de arena y la introduzco en el pecho del golem.

Tras unos segundos agónicos el golem hace lo que esperaba. Absolutamente nada. Tras soltar un par de bufidos, algunos desproperios y acordarme de familiares que no tenia el golem. Me sereno y respiro hondo. Me acerco y le susurro. -Por favor.... Muévete desgraciado por favor.- De pronto el golem vibra y para mi sorpresa lentamente comienza a moverse hundiendo su rodilla en el suelo y agachando la cabeza.

-¡O DIOS FUNCIONAS! ¡SI SI SI!- El golem no se mueve por lo que me extraño un poco. “Claro Matt.. dale una orden.” -Mm mm... Levantate.- El golem tras escuchar esto se incorpora y me mira fijamente con sus ojos inexistentes. -Asiente si me entiendes mis ordenes.- El golem asiente. -Protege el campamento hasta que yo te lo diga- El golem se gira y se mueve lentamente alejándose un par de metros de mi quedándose mirando al infinito. -¿Hola?¿Estas haciendo algo?- Estoy demasiado cansado como para poner a discutir con el golem por lo que decido centrarme ahora en el caballito pesadilla.

Le introduzco runas en bolas de arena al igual que con el golem. El caballo ahora maneja sus extremidades a la perfección y le he puesto las mismas runas que les puse a los lobos para que aprendan a cazar pero a diferencia del golem el caballo se encabrita y sale a correr ignorando mis ordenes de detenerse y se va dirección a ninguna parte. Intento correr detrás del caballo pero he usado demasiada magia por lo que me canso y acabo cayendo mareado al suelo viendo como se aleja sin saber muy bien a donde se dirige. La vista se me nubla y acabo cayendo rendido en un sueño profundo. “Te.. has pasado...”

Unos golpes fortísimos me hacen despertarme y salir de la arena rápidamente buscando el origen del ruido. No se muy bien que hora es pero la noche esta apunto de acabar de pronto otro zambombazo me hace girarme y quedarme asombrado con lo que veo. El golem esta luchando contra una especie de engendro que había sido atraído por el olor de la carne de la bestia que habían cazado mis lobos fugitivos.

La bestia tiene bastante pelo, me recuerda a las típicas leyendas de los yetis. La bestia era casi igual de alta que mi golem y se movía mas deprisa que el pero mi golem no le tiene nada que envidiar. La batalla dura poco por lo que no puedo decir muy bien que ocurre, el golem se mueve mas rápido de lo que yo esperaba y aguanta estoicamente las embestidas de la bestia. De un mamporro en la sien de la bestia escucho un crujido que me hace estremecerme y el bicho cae de espaldas. Creo que le ha partido el cuello. El golem se gira hacia mi agacha la cabeza y arrastra por un pie al monstruo hasta fuera del campamento volviendo a ponerse inmóvil mirando a la nada.

-Guau... joder.... funcionas bien... muy bien... estoy orgulloso de ti.- me quedo contemplando al golem sin decir nada, apreciando que había conseguido crear algo.. y había funcionado. A la luz del alba recojo los libros y comienzo a andar hacia la ciudad con ganas de entregar el regalo a los chicos. “Espero que les guste” Pienso ilusionado mientras camino. Tras un rato andando comienzo a ver como el golem ha sufrido daños en la batalla con el monstruo. Le reparo endureciendo su cuerpo y satisfactoriamente y por lo que veo no ha dado fallos.


Sigue en el cuchitril

Matt

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Desierto Malyadar - Página 3 Empty Re: Desierto Malyadar

29/06/13, 12:07 am
De camino al desierto varias criaturas fueron lo suficientemente imprudentes como para confiarse de su superioridad numérica. Mis figuras no tuvieron piedad con las alimañas mermando a la mitad su numero rápidamente. Una de las criaturas se abalanza sobre mí pero sin saber muy bien como la bestia ralentiza su trayectoria dándome tiempo a moverme y esquivar el ataque.

La revuelta finaliza con todas las criaturas muertas llenando el suelo de sangre y llenando el ambiente de un olor a oxido por la sangre derramada. Chasqueo la lengua en señal de decepción mientras deshago un bloque de arena que había aplastado a una de las criaturas que me atacaron pudiendo ver el amasijo de carne y huesos rotos que había quedado debajo produciéndome una mueca de asco.

Tras un buen rato al fin el paisaje montañoso tiznado de rojo comienza a cambiar lentamente con pequeños cúmulos de arena blanca se empiezan a arremolinar en la piedra. "Ya estoy llegando." Pienso mientras resoplo por el camino tortuoso que he tenido que pasar. "Si no me hubiese entretenido con tanto puto bicho hubiese llegado mucho antes." Mientras pienso eso el traqueteo de las piedras cayendo por una pared me hacen levantar la cabeza para resoplar.

Una especie de mamífero peludo de unos cuatro metros de largo por dos de ancho con tres pares de patas cubierto en su totalidad por pelo se encontraba boca abajo mirándome fijamente agarrado a la pared. La bestia parece percatarse de que la he descubierto por lo que alza la enorme cabeza mostrándome  la gran hilera de dientes que surca su enorme boca en una sonrisa que podía intuirse algo sádica. Puedo notar como sus seis ojos están puestos fijos en mí e intuyo un ataque al observar como se agarra con fuerza a la pared haciendo que la piedra quede mellada por las uñas. -Yo voy a seguir mi camino.- Le digo levantando los brazos. -Créeme que hoy no es el mejor día.- Le digo como intentando que la bestia pudiese entender mis palabras pero la única respuesta que obtengo es el bufido de la criatura que abre su boca sacando una larga lengua morada que le cuelga.

Me pongo en tensión comenzando a recular mientras acaricio al lobo que esta en posición de ataque justo a mi lado. -No lo hagas por favor.... Que no esta el horno para bollos- Le digo a la bestia mientras hago que el lobo aumente un poco de tamaño haciendo que este un poco menos condensado intentando que pareciese mas amenazadora pero la bestia se suelta de la piedra cayendo a unos cinco metros de donde yo me encontraba y olfatea el aire. Como si lo hubiese estado pensando la criatura sale a correr hacia mí con las fauces abiertas soltando un rugido y de manera instintiva lanzo el búho y al lobo a su encuentro.

Al llegar a la altura de sus fauces el búho explota llenando de arena sus ojos mientras que hago que el lobo en su galope se convierta en una espada puntiaguda con filo que sale disparada en dirección a la boca. "Y por si acaso." Pienso mientras lanzo un hechizo de impulso tras la espada grumosa que gana en velocidad y potencia. La espada se hunde en la cavidad bucal de la bestia hasta la garganta haciendo que esta caiga al suelo a escasos cincuenta centímetros de mis pies muerta. -Te lo avisé- Le digo a la bestia tendida en el suelo expulsando sangre por la boca. La criatura se levanta vomitando sangre y arena. "¿Sigue viva?" Me pregunto extrañado. La bestia me lanza un zarpazo desesperado que me toma de improvisto impactando en mi costado derecho haciéndome rodar por el suelo e impactando en una pared de piedra. Suelto un quejido y maldigo mirando el pequeño desgarro que me ha echo en la túnica. El enfado que sentía se encontró en su punto culmen al notar que un hilillo de sangre arenosa brota de mi costado por el arañazo de la bestia. -¡ME CAGO EN TU VIDA!- Le grito al bicho mientras doy una palmada y al momento la bestia se pone rígida y cae redonda al suelo.

-¿Que se siente al reventar por dentro?- Le digo al monstruo sin vida mientras me curo la herida. La arena en el interior del monstruo había sido impermeabilizada cuando toqué al lobo y con la palmada había expandido la arena hasta reventar desde dentro los órganos donde se encontraba la arena. Dejo la arena ya completamente ensangrentada al pasarsele el efecto de la impermeabilización y me encamino para llegar al fin a mi querido desierto.

Una vez en el desierto todo mi cabreo se disipa al ver el color rojo reflejado sobre la arena blanca haciendo que el desierto sea una autentica marea roja. "Que preciosidad. Es hermoso... absolutamente hermoso." Pienso mientras me quito las chanclas y los guantes guardándolos en una esfera que se levanta del suelo arenoso. Hundo las piernas hasta la rodilla pudiendo notar como la arena se mueve sintiéndome uno con los movimientos de las dunas notándome lleno de energía. Respiro hondo y alzo los brazos haciendo que una duna se levante unos cuatro metros y caiga sobre mí como si fuese una ola rompiendo en la orilla de la playa disfrutando de toda la arena que fluye a mi alrededor.

Puedo notar en la oscuridad que me ofrece la duna que me he tirado encima como la superficie se revuelve. La luna me acelera de una manera que me encanta. Asciendo saliendo a la superficie siendo recibido por el astro rojo y caigo de espaldas dejándome medio sumergido. Suspiro profundamente mientras jugueteo con la arena hasta quedarme profundamente dormido.

"Esto es vida." Es lo primero que pienso al levantarme esa mañana y observar los picos de las montañas de la ciudad y el interminable desierto al otro lado. Al mirar a mi alrededor y verme rodeado de arena lo único que puedo pensar es en moldear un poco de arena. -Hoy me siento un artista. Voy a intentar a ver si puedo hacer esto.- Digo para mí mientras pienso en el modelo que tenia en la cabeza desde el día de la fiesta del palacete. Con un chasquido de los huesos de las falanges de la mano una masa rectangular de tres metros de largo por dos de ancho se levanta en frente mía. "Manos a la arena." Pienso mientras crujo mis dedos huesudos y comienzo a comprimir y moldear arena con mis manos.

La tarde comienza a caer mientras estoy terminando de acabar el ala derecha de mi bestia haciéndola mas fina y proporcional a la de la izquierda. "Se me esta haciendo tarde. Debería irme ya a la torre." Digo mirando al sol que esta cayendo sobre la ciudad. -Te acabo la garra y nos vamos ¿Vale?- Le digo a mi nueva figura de arena. Levanto una montañita de arena y me siento a modo de puff mientras hago que la criatura levante el muñón que tiene por garra para terminársela. Me muevo sentado en el puff deslizándome por alrededor de la figura mientras sonrío satisfecho. En ese momento mi estomago comienza a rugir recordándome que llevo sin comer desde anoche por lo que sonrío agarrándome el estomago. "Hostia que hambruna. Matt te pones con tus mierdas y se te pasa el tiempo volando."

Me levanto y comienzo a saltar alegremente mientras palmeo las manos observando la figura. -¡Que bonito que es mi nuevo dragoncito!- Tras decir esto hago que la figura extienda las alas y alargue el cuello.-Aun tengo que hacerte algún que otro arreglillo.- Le digo tocándome la barbilla mirándole el costado al dragón de arena.

La nueva figurilla:

Tras decidir que mi visita al desierto ha sido suficiente me encamino con mi dragón a la ciudad y a los cinco metros de andar a mi lado me paro y sonrío. "¿Y si?" Me pregunto mientras que una sonrisa y una alegría me inunda el cuerpo. Con un chasquido el la figura baja el ala y me monto encima haciendo que levite moviendo las alas como si fuese cierto que la figura pudiese volar por su cuenta.

Sigue en la Torre Serpentaria.
Matt

Ficha de cosechado
Nombre: Matthew Lowell/Korasihanna Sebrhon
Especie: Humano/ Daeliciana
Habilidades: Agilidad, velocidad mental y nociones de supervivencia.

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10/12/13, 01:59 pm
Con las indicaciones de Jack en la mente decido ponerme a fabricar las figuras que guardarán las puertas de la bodega. Tras un par de dias monotonos en la torre acabo cediendo a mis instintos y, sin comentar con mis amigos mucho sobre mis excursiones, acabo pasando todas las tardes en el desierto modelando las figuras para el vampiro. Las mañanas las utilizo para entrenar con los chicos aunque de vez en cuando me escabullo para darle alguna que otra paliza al brujo de las enredaderas. Parece ser que le gusta que le machaque con mis figuras al chaval.

Mi mente trabaja a mucha mas velocidad que estando encerrado en la torre. A la semana siguiente ya he acabado con las figuras pactadas con Jack pero, a decir verdad, ahora se me hacia muy poca cosa por lo que suspirando destrozo de un chasquido el golem que habia fabricado en una semana. Con nuevas ideas en la mente comienzo a modelar usando mi gran imaginación y rezando por que Jack no me odie por modificar un poco nuestro contrato.

Terminar ambas figuras me han acabado llevando mas de lo esperado pero estan quedando justo como lo habia imaginado. Cuando he acabado ambos golems sonrio ante sus formas finales admirando mi tecnica como si fuese ya un autentico artesano. "Son bueno, estoy hasta por quedarmelas para mi" Pienso mientras hago que uno de los golems se adelante para refinar uno de los brazos que estaba algo desigual al otro.

Cuando he acabado las figuras mi mente sigue procesando ideas para esas figuras y, la unica persona que conozco que puede ayudarme a terminar con mis ideas es Adara. Es la unica persona con conocimientos suficientes con runas que puede echarme una mano. El angel negro no pone objeción en ayudarme por lo que agradeciendole cada vez que podia la ayuda de la chica acabo terminando al fin el encargo de jack.

Esta mañana me he levantado mas tarde de lo habitual por lo que tras comer copiosamente pongo rumbo con mi bolsa a la bodega montado en montura de dragón para intentar encontrar a Jack. Al llegar a la bodega entro por la puerta dejando al dragón fuera y me acerco a la barra. Jisto cuando llego a la altura de la madera veo a Jack con Giz y Gael por lo que acercandome casi a saltitos llego al vampiro cantando su nombre. -Jaaaack. Tengo cosas bonitas y grumosas que esperan conoceeeerte.-

Sigue en la Bodega.
Giniroryu
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas

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20/04/18, 05:27 pm
Carroña estaba a punto de desfallecer. Le habían prometido que podría vengarse después de ayudar a los cosechados y le había indicado dónde podría encontrar a su principal objetivo, el ladrón que se llevó sus chucherías. Tal vez habían pasado años, pero para el vagabundo todavía estaba fresco en su mente, grabado a fuego en su memoria. Llevaba todo el día vagando por el desierto en busca del niño de arena. La privación del sueño sumada a su propia locura hacían que Carroña no se detuviese a pensar que ni siquiera sabía en qué dirección caminaba y que no iba a ser posible encontrar a un ser de arena en un desierto si eso era todo lo que hacía. Le daba igual, él solo quería sus chucherías de vuelta.

Una sombra apareció de pronto ante él y el vagabundo se detuvo en seco. Una persona se definió ante sus ojos, vestida de negro y con la cara prácticamente descubierta. Claramente no se trataba del niño egoísta al que buscaba, por lo que no le interesaba lo más mínimo.
—¿Qué quieres¿ ¡Quita de en medio, no tengo tiempo que perder
—Vagabundo Carroña, me envía el Consejo para que recibas tu castigo por intervenir en la cosecha.
—¿Qué diablos dices? ¡Yo no he tocado un pelo a esos críos! Tan solo recojo la comida que dejan tirada, ¿es eso un delito, acaso?
—No. Sabemos que has vertido un somnífero mezclado con un potenciador onírico en uno de los cargamentos de abestecimiento para los cosechados. Para tu mala suerte recogieron esas cestas y sufrieron los efectos de la pócima. Has intervenido en la Cosecha y, por tanto, debes recibir un castigo.
—¡Vete a la mierda, él me obligó!

Carroña sacó entonces un cuchillo y se abalanzó hacia Silente con el arma por delante. El jefe del cuerpo de espías se limitó a esquivar aquel torpe intento de ataque y clavó su propia daga en el estómago del vagabundo.
—Las... las chucherías... No cumplió lo que prometió...
—¿El íncubo te prometió eso?
Carroña trató de escupirle por toda respuesta, pero tan solo consiguió comenzar a toser mientras agonizaba en la arena. El paladín decidió que no valía la pena intentar sacar información a aquel demente, y de todos modos no creía que fuese a conseguir nada que no supieran ya. Lo remató como acto de clemencia y se teletransportó de vuelta al castillo.
Naeryan
Naeryan

Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:

Personajes :
CLICK:

Unidades mágicas : DENIED
Armas :
CLICK:

Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)

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03/07/18, 05:15 pm
A Sox se le había acelerado el corazón estúpidamente cuando por fin encontraron el paso y oyeron el aullar del viento, a pesar de que no sabían qué aguardaba al otro lado ni si habría aguantado indemne a la ruina de Rocavarancolia. La ciudad tenía una salida, llevase adonde llevase.

El trayecto todavía se alargó una buena media hora. El suelo cambió bajo sus pies poco a poco, invadido por terreno nuevo que el viento arrastraba desde más lejos. Sox no se agachó a comprobarlo y no fue hasta que empezaron a llegar las ventoleras cargadas de granos que cayó en la cuenta de que era arena, fina y blanca. ¿No habría más que mar al otro lado de las montañas, más playas como las que habían visto a los pies del faro?

La idea se le había antojado descorazonadora por sí sola, pero se quedaba corta al lado de lo que de verdad habían encontrado al final del paso. La duda había invadido al carabés conforme las ráfagas de calima se habían vuelto más densas e inclementes y el aire seguía sin devolver el olor húmedo y salino que impregnaba la zona este de Rocavarancolia. Haber descubierto un desierto, en sí mismo, no le habría sorprendido.

Pero aquello era nada. Aquella desolación, aquel vacío implacable hasta donde alcanzaba la vista, era la ciudad haciéndoles una peineta y diciéndoles que se volvieran por donde habían venido. Sox descubrió que no conseguía encontrar nada que decir.

_________________________________________

"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
Al veros conspirar... (CLICK):
Al poner un evento... (CLICK):
Durante el transcurso del evento... (CLICK):
Zarket
Zarket

Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha
Personajes :
Spoiler:

Armas :
Spoiler:

Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.

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03/07/18, 05:59 pm
Una vez encontrado el desfiladero empezaron a recorrerlo a la mayor velocidad posible. El tipo E se esforzó durante todo el trayecto en mantener bajo siete llaves la emoción que intentaba inundarlo en aquel momento. No sabía qué podría haber al otro lado, y quizás era peor que la propia Rocavarancolia, pero también podía ser mejor. Podían encontrar los cadáveres nigrománticos de Hurza, alejados de la corrupción gracias a la magia, imperios más fuertes que fueran los culpables de la caída de Rocavarancolia, simples ecosistemas sin habitar, o incluso las puertas a sus mundos. El carabés ya comenzaba a ignorar las funestas palabras que dijo a Sox meses antes: sabía que, si se encontraba con la puerta hacia Carabás, haría todo lo posible por volver.

Su pensamiento fundamental era que daba por completo igual qué encontraban: era imposible que fuera nada peor que Rocavarancolia. Y, por tanto, tras aquellos desfiladeros existía aquello que había buscado durante meses. La llave para escapar de aquella ciudad de monstruos.

Cuando se encontró con el suelo perlado de arena  receló un poco, aunque la molestia de verdad llegó con el viento. Aquel aullido sin clemencia empezó a arrestrar granos de fina arena hacia ellos, dificultando su travesía, pero Rádar se limitó a apretar la mandíbula y seguir dando un paso tras otro. Daba igual lo que intentara hacer aquel mundo endiablado, iba a descubrir qué había tras aquellas montañas. Iba a encontrar la llave para alejarse de Rocavarancolia.

Cuando llegaron al final del desfiladero sintió como si le hubieran dado un puñetazo en la barriga.

La palabra "desierto" surgió en su mente, producto de obligadas sesiones de estudio tediosas sobre biomas del pasado, hechas a conciencia tan solo por el sentir de la obligación, no por el placer que daba a otros estudiar el pasado de la evolución. Y, sin embargo, aquella palabra no alcanzaba a describir lo que tenía ante sus ojos. Aquella Nada era, simplemente, una llanura de arena de aspecto interminable, donde solo había espacio para granos resecos y recalentados. No parecía que hubiera aquellas plantas fósiles que había visto en clases tiempo atrás, ni animales nocturnos, ni ninguna otra cosa que no fuera arena.

Era un lugar donde, no le quedaba duda, jamás podrían sobrevivir. Un callejón sin salida, literal y metafórico, tirado a ellos con mucha más brutalidad de la necesaria.

Aquella fue la primera vez en su vida que Rádar tuvo genuinas ganas de llorar por una decepción.
Yber
Yber
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
Dirke/Ramas.
Giz.
Tap/Malahierba.
Lara 37/Saria Omen.
Rasqa: parqio transformado en moloch.
Eitne.


Heridas/enfermedades : Eitne: le falta la pierna derecha de rodilla para abajo.
Status : Es complicado.
Humor : La gracia de dios.

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03/07/18, 06:28 pm
A lo lejos, ajeno a los macieleros que se arriesgan por nada, un brujo arruinado trabaja su dominio. Una explosión de arena blanca salpica el cielo como fuegos artificiales para reordenarse rápicamente hasta formar una serpiente gigante con alas. Una amiga. La criatura agita las alas y culebrea en el aire, ayudada de la magia de su creador. La arena que se desprende de su figura forma colibríes efímeros que van a morir a las dunas, donde se vuelven a unir con el desierto.

_________________________________________

No llores por no poder ver tu pierna,
las lágrimas te impedirán ver los cadáveres de tus amigos.
Alicia
Alicia

Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejos
Personajes :
  • Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
  • Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
  • Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
  • Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.


Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.

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04/07/18, 01:10 pm
El sonido del viento lo puso en alerta, atento al camino delante de sí. Siete tocó la arena nada más localizarla a sus pies, pasando la mano por el suelo. Le hizo esperar otra playa y acantilados. La sensación familiar de la arena contra la piel y la expectación creciente no lo prepararon para la vista al alcanzar el final. Siete había cedido a sus recuerdos de puertos y costas y todavía había esperado algo, cualquier cosa, pero detrás solo había más arena, hasta donde alcanzaba la vista. Sin agua, sin verde ni vida.
La sierra les había dejado fantasear con otras ciudades ocultas a la vista; la arena en cambio era una verdad desnuda. No les esperaba otra cosa que desolación y muerte. Estaban atrapados allí.

A Siete le pesaron las piernas. Las plantas de los pies doloridas reclamaron por fin su atención. No sabía bien qué habían querido lograr con la excursión pero sí que se lo habían arrebatado y que ahora que solo quedaba la vuelta a casa, tenía menos ganas de cantar.
- Lo hemos intentado - ofreció, en parte a sí mismo- Tenemos un hechizo nuevo, y ya sabemos lo que hay. Estamos enteros. Volvamos al torreón

_________________________________________

-
Reifon
Reifon

Ficha de cosechado
Nombre: Nery´s
Especie: Frivy
Habilidades: Velocidad, agilidad, resistencia.

Personajes :
Spoiler:

Armas :
Spoiler:

Status : Cazador de la luna de sangre.
Humor : JAJAJAJAJA *se marcha riéndose*

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05/07/18, 04:22 am
Después de una pequeña reprimenda a la humana Barael los instó a salir.

-Estoy bastante seguro de que no hay nada más. -Todas las preguntas a la extraña forma de actuar las despejó con un, ya hablaré de ello, y pronto salieron con los demás.

Se forzó a centrarse, tenía mil preguntas sobre lo que la Luna o Hurza y Harex estaban haciendo con él, pero siempre tenía mil preguntas y aquello era más importante que sí mismo.

La arena en aquel desfiladero le extrañaba, por alguna razón no se podía imaginar a Rocavarancolia como un pegote de isla en medio del mar, no hacía "honor" al gran imperio que aquello se supone que fue. Era como si estuvieran empezando otra vez a desvelarle que aquella figura ominosa representada por la ciudad, era tan solo otra triste mentira.

Y entonces lo vio. Inerte, inexpugnable, infinito. ¿Dónde estaba la hierba? ¿Y el agua? ¿Qué...? La mente del nublino se detuvo, confusa a la par que extrañada, reorganizando sus pensamientos poco a poco hasta que dio con una respuesta. No solo Rocavarancolia estaba muerta, si no que aquel mundo también lo estaba.

La ciudad entre ciudades, el imperio entre imperios, el mundo entre mundos. Y al lado de sus puertas había... Barael miró a la arena casi con desprecio. Era un insulto. Polvo de rocas ensuciando la grandeza de lo que en su día, si no era otra mentira, debía haber sido la cuna de los dioses.

-Esto es mucho más trabajo del que pensaba.
-Murmuró más alto de lo que quería.

Aquel ser acarició el cielo a lo lejos, no había duda de que era la misma arena que lo componía todo moldeada por algo que no podían ver. Al nublino le dio igual, aquello debía reformarse, quisiera ese ser o no lo quisiera.

Inspiró con fuerza para calmarse, la sequedad del aire era aún más molesta que de costumbre. -Cierto. -Se sumo a Siete. -No es un camino corto y la noche no perdona. -Pese a sus intentos se le seguía notando molesto. -Volvámonos y quitémonos todo este polvo.

_________________________________________

Equilibrio:
Dal
Dal

Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.

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05/07/18, 03:24 pm
Salieron de la cueva por donde habían entrado y Eriel miró exultante al resto. Habían encontrado algo útil y no había habido peligro alguno. Con energías renovadas el joven nublino acometió la subida.

Encontraron el paso y lo siguieron durante un rato, pronto la dura piedra se vio sustituida por la blanda arena. <<¿Otra playa?>> pensó con cierto regocijo, esperaba que ésta no estuviera llena de barcos hundidos.

La visión que le esperó en la cima sin embargo no se la esperaba. Aquella desolación no podía tener nada bueno.

-No lo entiendo, ¿dónde está el mar? - preguntó antes de mirar al resto. Luego los miró y por la expresión de sus caras le quedó claro que aquello era todo.

Los sentimientos del pequeño fueron un caos durante un momento. Decepción por las vistas, dolor por la expresión desilusionada de sus amigos, ira contra la ciudad por hacerle a sus amigos tener esperanzas y luego romperlas como si fueran un frágil cristal. Pero, por encima de todo, Eriel sintió alivio, aquello significaba que seguirían juntos, que sus amigos no se irían.

Por un momento se odió a sí mismo, les estaba deseando algo muy malo. Egoísta fue la primera palabra que surgió en su mente. No se atrevió a mirar a ninguno de sus amigos por si descubrían lo que le pasaba, no quería que vieran aquello de él, si lo rechazaban no sabría que hacer.

La exhibición no se le pasó por alto pero en aquel momento Eriel lo observó desabrido.

-Vámonos al torreón - dijo con un gruñido al resto.- Si vive aquí yo no quiero meterme en su casa - se justificó aunque no entedía como nadie podría vivir allí.

Sigue en Torreón Maciel.

_________________________________________

Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
Aes
Aes

Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.

Personajes : Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
Fleur: Humana (Francia)
Siwani
Aniol: Humano (Polonia)


Unidades mágicas : 9/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D

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07/07/18, 01:05 pm
Tayron no se mostró estupefacto ante los rostros de sus compañeros cuando los vieron volver. Comprendía perfectamente su temor e incluso lo compartía puesto que se relajó al comprobar que ellos también estaban a salvo. De aquella pequeña exploración debían quedarse con que habían conseguido un bonito colgante y lo que parecía un hechizo nuevo, si ellos estaban a la altura de emplearlo aún era un misterio.

Ante las palabras de Barael hacia la noruega el humano alzó una ceja, atento a la respuesta de la chica. Algo en su interior le pedía encontrar dobles intenciones en Barael pero otra parte de él con una voz más débil le susurraba que quizás solo necesitara seguir acercándose al grupo. Solo el tiempo sabía como acabaría la relación de Barael con el grupo pero estaba seguro de que el día de la Luna todo sería diferente puesto que algunos conseguirían lo deseado, y puede que algunos se toparan con horror. Tay se preguntó en silencio qué se le habría prometido a cada uno de sus compañeros. Dafne y él perseguían quimeras similares, escapar de la rutina de su mundo, el fanatismo de los hermanos hacía evidente sus motivos, los carabeses seguramente más conocimiento o poder. Pero ¿Siete? O incluso... ¿Hyun?. ¿Qué había de Daer?.

Lo que hallaron tras la montaña fue desolador. Un golpe contudente que le hizo olvidar rápidamente el pequeño éxito de la cueva. Tayron se esforzó de veras en encontrar algún resquicio de vida en la lejanía pero todo lo que encontró fue un mar blanco de arena sin fin. Un desierto.
-Ja- le entró una pequeña risa nerviosa producto de la desesperanza de salir de Rocavarancolia. ¿Así que eso era lo que les esperaba fuera de la ciudad? ¿Un desierto?. Curioso que nunca visitara ninguno en su planeta natal pero sí en otro mundo.- vaya mierda- comentó en voz alta, llevándose la mano izquierda a los ojos para protegerse de una repentina rágafa de arena.
Qué estúpido e ingenuo. Demasiado soñador, era lo único que pensaba tener de especial. Si cerraba los párpados aún molestos por la luz del sol flameante podría imaginar a la ciudad sonreír con edificios picudos como dientes, totalmente llena de vida en el centro de tanta muerte y... vacío.
-Estamos atrapados-  comentó sin reparo en voz alto, Dafne se pegó a él y metió las manos por debajo de su camiseta para acercar su cuerpo, el colgante brillaba más que nunca como una estrella prometedora de sueños  y una vida mejor fuera de tanto peligro. Pero la realidad se extendía ante todos, incomprensible y tormentosa. No había escapatoria posible, ni más bosques verdes o lagos explorables, ni castillos repletos de rebeldes a Rocavarancolia, ni refugios, por supuesto tampoco nada de regresar a la Tierra. No había escapatoria posible porque no existía lugar al que escapar.
Sus amigos notarían su palpitante silencio en el camino de vuelta y un signo aún mas notable de su rabia. Los puños cerrados.

_________________________________________

"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."

"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."

"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."

"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
Tak
Tak
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
Kin: demonio raigaurum irrense.
Ayne: anima sinhadre.
Eara: sinhadre sin esencia.
Nime: demonio mineral libense.
Iemai: cercana, fallecida.
Airi: sanaí.


Unidades mágicas : 8/8

Síntomas : Tendencia a alargar sus baños.

Armas :
Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
Kin: alfanje y guan dao.
Ayne: sable.
Eara: ballesta de repetición.
Nime: dagas.
Airi: diálogo y esconderse.


Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧

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04/10/19, 07:06 pm
En las profundidades del desierto de Rocavarancolia las temperaturas llegaban a ser bastante extremas, aunque eso no era ningún impedimento para un espectro de arena. Matt hacía meses que recorría aquel páramo desolado, algo que podía hacer él con mayor facilidad que la gran mayoría de rocavarancoleses. Cuando se detenía a descansar armaba un iglú de arena, vigilado por media docena de títeres creados por él mismo con su dominio. Era así como lo había hecho esa noche.

La gran cantidad de arena del entorno hacía que su refugio fuese impenetrable. O, mejor dicho, ninguna alimaña podría acercarse sin alertar al brujo. Tal vez sus defensas parecían eficientes, pero en una noche tranquila como aquella, si alguien tuviese la habilidad de poder acercarse levitando, intangible e invisible, habría podido ponerse incluso tras su nuca sin ser detectado. A la distancia que se encontraba de la ciudad, aquello debería ser altamente improbable. Debería. Sin embargo un par de ojos se encontraban clavados en su espalda.

Matt percibió un ligerísimo aumento de temperatura dentro de su refugio justo antes de que varios hechizos estallaran tras él. Fueron tres prácticamente simultáneos, que sucedieron sin darle tiempo a reaccionar. El primero rompió sus defensas, debilitadas por todo un día de exploración; el segundo lo dejó fuera de combate, y el tercero se cernió en torno a él para encerrarlo en una cárcel invisible.

Su atacante pudo respirar tranquilo cuando todo salió como lo había planeado, pero no relajarse. Los vigilantes de arena, que habían sido alertados, entraron en el iglú a través de las paredes, que comenzaban a desmoronarse. Aunque lo cercaron, él ya estaba preparado para escapar muy lejos con el espectro dormido. Un cuarto hechizo que tenía preparado en un papel lo llevaría de vuelta a su refugio en la ciudad. Las marionetas solo pudieron observar cómo su amo desaparecía antes de que la arena del iglú las engullese.
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