NiaLa ulterana, con los ojos cerrados, respiró hondamente una vez llegaron.
<<Es el aire de París>> se decia, ilusionada.
Y entonces abrió los ojos. La iluminada avenida turistica se extendia ante ellos. Monumentos de los que hasta ahora solo habia visto en fotogafias se alzaban ante ella y no podia evitar sino sentirse humilde ante ello.
Habia poca gente paseando, así que reprimió su instinto primario de ponerse a chillar como una loca mientras hacia las fotos. Pero nada le detenia a hacer lo segundo. Sacando su cámara de su zurrón, hizo una foto a los campos elisios y luego se paró a hacer fotos individuales a cada uno de los momentos. Mientras lo hacia, contestaba a Vac.
-
¡Estamos en Paris! ¡La ville de l'amour et de beaux-arts~!-canturreaba, alegre.-
Si hemos de empezar por un sitio, es sin duda la Torre Eiffel. Hay tanta historia enmarcada en ella... ¡Ah! Y no pienso esperar al horario de turista habitual ¡Me muero de ganas por entrar ya!-
Y así lo hicieron, usando magia de invisibilidad y adormeciendo a los guardas con un potente somnifero que traia la ulterana, pronto se encontraron en la cima de la Torre Eiffel y, ante ellos, las luces de la ciudad bañaron sus rostros. La ulterana no cabia en sí de alegria y mientras destellaba con la cámara en la cima mientras contenia pequeños chillidos agudos.
Tras que estuvieron un buen rato arriba, la ulterana decidió seguir su visita, empeñada en visitar tantos lugares como les fuera posible en el poco tiempo del que disponian. Y así que salieron para las calles iluminadas de Paris. Muchas tiendas aun conservaban decorativos de Halloween, aunque ya hacia horas que los niños no se veian andando por la calle. Algunos adolescentes parecian salir de algún tipo de fiesta, unos más borrachos que otros y Nia, mientras tanto, iba a lo suyo. Se detenia a fotografiar las cosas más aleatorias, como un conjunto de piedras que sobresalian de una fachada, un semáforo o el letrero de una calle. Todo era nuevo y excitante para la ulterana y al estar en confianza con el griego no se contuvo en lo más mínimo en expresar su emoción (y en bombardearle en preguntas de lo más absurdas)
- Sarta de Preguntas Absurdas y Monologos de una Ulterana Francófila Fan Girleando:
¿Y cada cuanto pasan a recoger la basura los encargados de la basura?
¿No cierran las tiendas por la noche?
¿Porqué este hospital no tiene una estación de metro?
¿Dónde suelen estar las piscinas públicas?
¿Crees que podremos encontrar tiendas especificas que vendan chocolate? ¡Videoreproductores! ¿Crees que costarán mucho? ¿Cuanto son ochocientos eeee...uuuros... en rocavaros?
¿Qué hay de las tiendas de mascotas? ¡Quiero verlas!
¡Ah necesito conseguir saldo local! ¿Dónde crees que podria abrir un depósito a estas horas? ¿Abren los bancos las veinticuatro horas tambien?
¿Qué hay de la policia? No he visto mucha desplegada. ¡El crimen debe estar por las nubes!
¿Qué oferta este local? ¿Porque se llama "Boys"?
¡E-Esa tienda tiene expuesta ropa interior en su escaparate! ¡Que soltura!
¡Oh, propaganda! ¿Cuanto suele costar por aqui? ¿A cuantos kilometros estamos del mar?
¿Cerrais las playas por la noche? ¿Y los baños públicos?
¿Y estas calles? ¿Están hechas con granito o con alquitrán procesado para hacer asfalto?
Finalmente, Nia decidió ir a un prestamista. Aunque el local era algo intimidatorio, pues se encontraba en uno de los barrios bajos de Paris y los guardias parecian intimidantes, no era nada que un rocavarancolés debiera de tener miedo, pero sin embargo, Nia no dejó que su orgullo le estropease la estafa que estaba apunto de plantar al prestamista. Cuando llegó su turno, la ulterana musitó hacia Vac, para despejar cualquier duda que tuviese sobre el plan de la niña.
-
Confia en mí.-le susurró guiñandole un ojo. Y entonces entraron en su despacho y Nia sacó unos tacos de brillante oro y los depositó sobre la mesa del prestamista quien, inconscientemente, dejó caer su mandíbula de asombro.
-
Tengo en total tres kilos de tacos como estos aquí mismo. Estoy un poco desesperada y necesito el dinero para esta noche. Si la primera oferta que me des no me convence, me iré sin más. No tengo tiempo para ir regateando.-
El hombre parecia decidido comprarle todo el lote, pero no era un idiota y se olia una trampa. Exigió examinar los tacos y así lo hizo, uno por uno, hasta ver que, aunque era oro sin registrar, era completamente verdadero y de además muy buena calidad. Sellaron el trato por cuarentamil euros por tres kilos. La ulterana habia usado los precios de los aparatos tecnológicos que antes habia estado observando en escaparates y calculó cuanto necesitarian máximo para poder gozar de su estancia en Paris. Cuando salieron a la calle, Nia habiendo guardado los copiosos fajos de billetes en metálico en su zurrón y se giró hacia el griego con una sonrisa tan amplia como malefica.
-
Oro Leprechaum. En Rocavarancolia hasta el peor de los comerciantes es capaz de reconocerlo, pero ¿aqui?-la ulterana bufó acompañandolo de una risilla a continuación.-
Mañana se va a levantar con tres preciosos kilos de gravilla y menos dinero en sus arcas.-apoyó sus manos en su cadera.-
Le esta bien empleado, por dedicarse a negocios tan poco honestos.-
Sin embargo, el dinero sucio era bienvenido en la mentalidad de la niña.Siguieron paseando hasta que se detuvieron en una libreria-cafeteria abierta a altas horas de madrugada porque todavia habia estudiantes que la visitaban. Afuera empezaba a hacer frío y dentro del local habia una agradable estufa entre los humeantes cafés y las pobladas. Nia habia pedido un expreso "Por Probar algo" y un surtido de bolleria e invitó al griego a pedi lo que quisiera, pues, a fin de cuentas, invitaba el prestamista. Finalmente, mientras Nia paseaba entre las estanterias contiguas a su mesa, sacó una buena montaña de libros polvorientos y los pasó por caja, comprandolos con más del dinero estafado.
Volviendo a la mesa, se dirigió a Vac.
-
Creo que he comprado suficiente lectura por ahora.-Entonces fue que sacó un folleto publicitario escrito en francés que, aunque asi fuera, cualquier terricola sabria de que se trataba con tan solo ver al famoso ratón de Walt Disney.
¿Qué es esto de "Parque de Atracciones"? Suena emocionante.-
Cuando Vac le contó sobre que iban la ulterana se quedó fascinada con tan bizarro concepto.
-
¡Decidido! ¡Mañana, cuando abran, iremos allí! ¡Quiero probar todas las montañas rusas que pueda!-
La niña no se dió cuenta hasta entonces, pero la visita a Francia le estaba haciendo reirse y disfrutar por unas horas sin preocupaciones de ningún tipo, un lujo del cual no podia presumir en Rocavarancolia o en Ulterania. Y muy posiblemente, la visita habia mejorado notablemente con la compañia del griego. Por un instante, el no sentirse siempre tan solitaria le fue recomfortante.
Charlando como estaban mientras Nia avasallaba a aun más preguntas al griego, pronto comenzó a amanecer y entonces Nia se acordó que debian ir a otro sitio antes de que se adentrase mucho la mañana.
Y asi fueron, usando el teletransportador y un mapa del sur de Francia se teletransportaron justo a tiempo para unirse a un tour por la ribera. Varias parejas de mediana edad componian el grupo, siendo los dos rocavarancolenses los más jovenes en unirse al grupo. La niña habia planeado aquel tour desde hacia semanas, cuando una guia turistica francesa habia caido en sus manos. Nia pagó por los billetes de los dos y pronto fueron visitando viñedos y villas y deleitando uno de los vinos más sabrosos que Nia habia probado jamás, mientras la guia comentaba sobre la zona, las tradiciones y la cultura hacia el viñedo que habia en el lugar.
Casi a mediodia, terminó el tour y Nia compró una buena cantidad de botellas del vino que más le habia gustado. Entonces, volvieon a Paris. Siguiendo la guia, el siguiente sitio a visitar era el Louvre. Por suerte, gracias a su condición como rocavarancoleses esquivaron la cola que duraba horas con una simple combinación de hechizos de intangibilidad e invisibilidad y pronto estuvieron dentro. Nia aplicó invisibilidad a su cámara, pues no estaba permitido hacer fotos dentro, y aun así las hizo, a sabiendas que no estaba contribuyendo a la conservación de las piezas de arte.
Las secciones de escultura fueron de sus favoritas, y se quedó fascinada ante la macabridad y las similitudes de una pequeña exposición que habia sobre un tal H.R. Giger. Una de sus criautras de pesadilla se parecia bastante a los depredadores de fondo que Nia habia estado criando hasta el último accidente de la botica.
Cuando pasaron la Giocconda, Nia se acercó a ver cual era la conmoción, pero el minusculo retrato no le llamó demasiado la atención, más fascinada por otros retratos más macroestilisticos y que estuvieran menos abarrotados. Aun asi, le hizo una foto.
Y así pasaron horas dentro del museo del Louvre. Para cuando era la hora de comer, decidieron salir y Nia comenzó a preguntar a la gente en un francés un poco denso cual creian que era el mejor (y más lujoso restaurante) de Paris. Aunque hubo todo tipo de respuestas, hubo una que tuvo la que más concurrencia: El Thoumieux. Y así que pusieron rumbo al sitio. Al parecer habia que pedir reserva para entrar y, hambrientos como estaban y claramente a la vista que habia sitios, Nia deslizó cuatro billetes de los morados con grandes "500" grabados en ellos y eso pareció arreglar las cosas.
Sentados en su mesa, Nia ordenó que le trajeran pequeños platos con las especialidades de la casa, una opción que salia en el menú y dejó a Vac pedir lo que quisiera. Mirando los precios, podia ver con claridad lo inflados que estaban. Aquella comida iba a ser la cosa más costosa que iban a consumir en todo aquel viaje, pero como habia salido gratis, no le dolia en absoluto a la Ulterana. Su primer plato fue un pequeño y fino rectangulo de paté blando con especias, acompañado de unos modestos panecillos. Con etiqueta y modales pertinentes, la ulterana probó el plato acompañandolo de un vino blanco muy suave. Y se quedó maravillada ante la explosión de sabores que se conjuraban en su boca. De ser posible, le encantaria tener a ese cocinero trabajando para ella, pero sabia que seria demasiado complicado llevarle con ella, así que se conformó con separar un poco para meterlo en una probeta y, de ser posible, recomponerlo con un hechizo de recomposición de comida al estar de vuelta en Rocavarancolia.
Además de eso le trajeron calamar en rebozo de lujo, bogavante al vapor con esencias marinas, sardinas picantes y una serie de pequeños trozos de bistec cocinados de diferentes maneras con diferentes salsas cada uno. Aunque el pescado y el marisco seguia siendo excelente y sin duda estaba siendo preparado por unas manos experienciadas, la ulterana no pudo evitar notarlo un poco insípido, probablemente porque era terricola y le faltaba ese algo que garantizaba un pescado y marisco de primera calidad como era el Ulterano. Sin embargo, las carnes y verduras asadas de acompañamiento eran una verdadera delicia y repitió el mismo proceso que con el paté.
Fue entonces el momento del postre y, sin saberlo, Nia pidió un helado muy empalagoso con azucar. A la primera cucharada le dió una arcada y apenas pudo continuar. Se gaseó la garganta con un perfumador que llevaba en su zurrón y el malestar pareció pasarsele.
-
Se me olvidaba ya esta costumbre tan peculiar que teneis de ponerle azucar a todo.-bromeó.
Estuvieron haciendo una sobremesa tranquila y apetecible: El ambiente era inmejorable y tanto ajetreo en un solo día podria llegar a cansar a cualquiera. A primeras horas de la tarde, salieron con rumbo a Disneyland Paris.
Que decir que Nia se lo pasó como una verdadera enana y se hizo de fotos con todas las mascotas. Se subió a todas las atracciones que pudo y asistieron a un par de espectáculos de los principales personajes de Disney. Emocionada y hechizada por la magia de Disney, la ulteana se gastó una cantidad increiblemente sorprendente en mechandising y cosas únicas del parque, haciendo que sus fondos decrecieran peligrosamente a las tres cifas.
Quizás, habria sido notablemente más agradable el tiempo que pasaron en el parque de no ser porque algo se retorció dentro de la Ulterana al ver que una de las maravillosas y mágicas historias Disney trataba de una sirena. O sirenita. Grindó los dientes con malhumor cuando entraron al espectaculo y su mal humor fue aumentando proporcionalmente a medida que el espectáculo avanzaba. Llegó a protestar en voz alta cuando los actores decian una frase especialmente cursi (cosa que en otros espectáculos la habria hecho suspirar) o simplemente cuando la actriz de Ariel monologaba y se puso a animar a la villana del papel, Úrsula, porque "
Ella la entendía" y "
Se sentia identificada como compañera alquimista". Pero en verdad fue porque cogió una tirria impresionante al personaje de Ariel.
Vac tuvo que sacala arrastras casi al final de la función cerca del final feliz porque habia comenzado a sacudir uno de los peluches gigantescos de la bestia que habia comprado golpeando a todo lo que encontrase en su camino.
Y, en mitad de la tarde, la ulterana bostezó. Cierto era que habian pasado la noche en vela y que los horarios de la ulterana le impedían estar despierta tanto tiempo, pero sin duda el factor determinante fue que habían estado sin parar desde las doce y ella no había dormido nada en los últimos días debido a lo excitada que estaba de hacer la incursión. No fue entonces que se dió cuenta, que llevaban todo el día haciendo lo que ella queria y que en ningún momento se habia parado a pensar en que querria hacer el griego.
-
Vac, ¿tú no quieres hacer nada en la Tierra?-le preguntó, sorbiendo un batido de nata con una tapa de orejas de ratón negras.-
Aun tenemos tiempo.-le sonrió.-
Llevas todo el día acompañandome sin rechistar y yo he sido tan desconsiderada como para no preguntar antes...-