- ¿Renovar tu vestuario?- le preguntó indignada, como si le hubiera acusado de algo terrible.- No, ya sabes que a mí me gusta muchísimo tu ropa… tirada en el suelo de mi habitación.- terminó susurrando muy bajito, a sabiendas de que el oído de Noel podría captarlo, pero no el de ningún espectador.
Wen esquivó el siguiente movimiento del draco tirándose al suelo con intención de rodar, aunque el arma enemiga sí que chocó con la suya, haciendo que esta perdiera su posición. A penas había comenzado a rodar cuando vio como el sueco la sobrevolaba. Wen había dejado atrás su doble guadaña en aquel momento, ya que rodar con ella resultaría muy peligroso para su integridad física. Cuando pasó por su carcaj abierto se hizo con una flecha, aunque no pudo planear que hacer con ella, pues Noel ya la estaba esperando al otro lado. Sin pensarlo demasiado, le clavó a flecha en la pierna izquierda por encima de la bota y, gracias a la distracción, se levantó y corrió de nuevo en busca de su arma.
No tardó en sentir a su espalda al draco siguiéndola, por lo que, en el último momento, cambió de decisión en cuanto a la forma en la que iba a recoger su arma. En vez de acuclillarse a por ella perdiendo un valioso tiempo, realizó una voltereta hacia adelante tomando como punto de apoyo el mango del arma, que además, si el draco se encontraba lo suficientemente cerca, podría dar como resultado una importante patada en la cara. De esa manera al completar la voltereta, arrastraría el arma consigo y, de espaldas a su oponente, golpearía con el filo trasero hacia atrás antes de enfrentarlo en posición defensiva.