Biblioteca Mágica
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Rocavarancolia Rol
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- Rocavarancolia Rol
Biblioteca Mágica
02/08/11, 04:22 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Edificio de mármol gris de tamaño medio visto desde el exterior, pero que en realidad cuenta con una gran cantidad de espacio en el interior debido a un hechizo. Dos grandes portones de madera permiten el acceso al interior.
El suelo es de madera, y lo único que se ve nada más entrar son hileras e hileras de estanterías con algunas mesas y sillas repartidas por los pasillos. La cantidad de estanterías es incomensurable y todavía más los libros y manuscritos de todo tipo que contienen. Se puede acceder a un segundo piso desde escaleras a ambos lados repartidas en varios puntos de la gigantesca sala principal, donde se repite el mismo entramado de estanterías y mesas.
Entre los estantes de apariencia normal y corriente destacan algunos ejemplares peculiares como libros voladores o libros enjaulados que parecen tener vida propia que se encuentran repartidos de forma aleatoria por el edificio.
La Biblioteca cuenta con una gran cantidad de hechizos anclados sobre ella que la hacen un lugar bien protegido, tanto de ataques desde el exterior como desde el interior. Aunque no solo cuenta con hechizos de seguridad. Uno de los artificios mágicos más destacables son los hechizos ilusorios y barreras que impiden el paso a los cosechados más allá de los primeros pasillos. Los cosechados tienen la sensación de que avanzar por toda la biblioteca, pero en realidad solo pueden moverse por una sección muy limitada de esta. Casi todos los grimorios sobre hechizos y runas, así como ejemplares sobre alquimia y bestiarios de transformaciones han sido movidos a la nueva biblioteca especializada: la Torre Doce. Quedan algunos grimorios básicos a los que tienen acceso los cosechados y la mayoría se encuentran en idiomas incomprensibles, aunque algunos cuentan con notas de traducción y hay algunos diccionarios.
El bibliotecario es Biblios, un espíritu ligado al edificio que conoce bien todas las secciones de la biblioteca y buena parte de los contenidos de los libros de las mismas. Suele aparecer para ayudar a los cosechados brevemente, y a los transformados si le llaman... Aunque no siempre.
NOTA: A disposición de los transformados hay amuletos logománticos variados que se pueden tomar prestados para leer dentro de la biblioteca. Nunca se pueden sacar de esta, pero se pueden traer materiales del exterior para leer aquí usándolos.
El suelo es de madera, y lo único que se ve nada más entrar son hileras e hileras de estanterías con algunas mesas y sillas repartidas por los pasillos. La cantidad de estanterías es incomensurable y todavía más los libros y manuscritos de todo tipo que contienen. Se puede acceder a un segundo piso desde escaleras a ambos lados repartidas en varios puntos de la gigantesca sala principal, donde se repite el mismo entramado de estanterías y mesas.
Entre los estantes de apariencia normal y corriente destacan algunos ejemplares peculiares como libros voladores o libros enjaulados que parecen tener vida propia que se encuentran repartidos de forma aleatoria por el edificio.
La Biblioteca cuenta con una gran cantidad de hechizos anclados sobre ella que la hacen un lugar bien protegido, tanto de ataques desde el exterior como desde el interior. Aunque no solo cuenta con hechizos de seguridad. Uno de los artificios mágicos más destacables son los hechizos ilusorios y barreras que impiden el paso a los cosechados más allá de los primeros pasillos. Los cosechados tienen la sensación de que avanzar por toda la biblioteca, pero en realidad solo pueden moverse por una sección muy limitada de esta. Casi todos los grimorios sobre hechizos y runas, así como ejemplares sobre alquimia y bestiarios de transformaciones han sido movidos a la nueva biblioteca especializada: la Torre Doce. Quedan algunos grimorios básicos a los que tienen acceso los cosechados y la mayoría se encuentran en idiomas incomprensibles, aunque algunos cuentan con notas de traducción y hay algunos diccionarios.
El bibliotecario es Biblios, un espíritu ligado al edificio que conoce bien todas las secciones de la biblioteca y buena parte de los contenidos de los libros de las mismas. Suele aparecer para ayudar a los cosechados brevemente, y a los transformados si le llaman... Aunque no siempre.
- Cómo se creó la Biblioteca Mágica:
- El proyecto inicial de construcción de la Biblioteca Mágica fue llevado a cabo por el Consejo tras la finalización del conflicto del regreso de Hárex y Hurza. Se recopilaron una enorme cantidad de libros y manuscritos a lo largo de los años con la colaboración de una buena parte de los ciudadanos y decenas de magos ayudaron en la elaboración del entramado de hechizos anclados que contiene el edificio. Uno de estos magos, Littero Ara, que se involucró tanto en el proceso como para perder la vida tras invocar a Bilbios y anclarlo a la biblioteca, culminó el proyecto con lo que es hoy en día. El catálogo de la Biblioteca siguió y sigue aumentando año tras año.
NOTA: A disposición de los transformados hay amuletos logománticos variados que se pueden tomar prestados para leer dentro de la biblioteca. Nunca se pueden sacar de esta, pero se pueden traer materiales del exterior para leer aquí usándolos.
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma
Re: Biblioteca Mágica
19/08/24, 12:00 am
Rick iba a seguir curioseando entre los mapas del libro cuando el griterío de Damian se ganó su atención. El chico cerró el tomo y, todavía llevándolo, se acercó de nuevo a la zona del mostrador. Al menos estaban en un sitio seguro y no tenía ni idea de qué era el libro de Aniol para tener tan emocionado al italiano, pero que estuviera rompiendo con tanta intensidad la regla más básica de una biblioteca no dejaba de inquietarle un poquito, más cuando Biblios le había llamado la atención nada más entrar. Por suerte Räg y Airi ya le estaban avisando al pequeño de que intentara hablar más bajo, a lo que el neoyorquino asintió para reforzar sus palabras.
Sin embargo, de poco sirvió para evitar lo que pasó a continuación. En cuanto el bibliotecario apareció entre los niños, Rick se puso en alerta, acercándose un par de pasos en su dirección por instinto de protección. Claro que en realidad poco iban a poder hacer contra alguien incorpóreo, claro. Aunque no alzara la voz, le dieron escalofríos solo de escuchar la bronca del fantasma. Temía por el chiquillo y temía por todos ellos, no sabía hasta qué punto la amenaza del veto se podía extender al resto.
El neoyorquino terminó por acercarse del todo y puso la mano libre en el hombro del italiano, en un gesto que intentaba transmitirle un poco de seguridad, aunque no por ello estaba totalmente de su lado. -Disculpe. Estaremos atentos para que no vuelva a pasar- se excusó con cortesía con Biblios, intentando ayudar a solucionar aquella tensión. Quería confiar en que el chiquillo se comportaría solo después de eso, pero sino esperaba que pudieran recordárselo antes de que volviera a llamar la atención del bibliotecario.
La pregunta del polaco le hizo apretar los labios, pensativo. No le culpaba por querer salir después de vivir en primer plano la bronca de un fantasma, pero no llevaban mucho tiempo allí y aún había mucho que investigar. Si por él fuera, se quedaría un par de horas rebuscando entre los tomos todo lo que pudieran darles un poco de información o más hechizos, aunque tampoco quería preocupar a Szczenyak si tardaban demasiado. Luego de sopesarlo por unos instantes, acabo por responderle a Aniol con tranquilidad (al menos la que todavía le quedaba con la preocupación por Damian): -Todavía estamos buscando libros que puedan ayudarnos, pero en cuanto los tengamos nos vamos- Al menos él ya tenía algo así y, ahora que se fijaba algo mejor, tal vez no era el único. -¿Habéis encontrado algo interesante?- preguntó al resto, en especial al mjörní y le sanaí, intentando no subir mucho el volumen de su voz. Ni siquiera estaba hablando muy alto, pero prefería ser precavido ahora mismo.
Sin embargo, de poco sirvió para evitar lo que pasó a continuación. En cuanto el bibliotecario apareció entre los niños, Rick se puso en alerta, acercándose un par de pasos en su dirección por instinto de protección. Claro que en realidad poco iban a poder hacer contra alguien incorpóreo, claro. Aunque no alzara la voz, le dieron escalofríos solo de escuchar la bronca del fantasma. Temía por el chiquillo y temía por todos ellos, no sabía hasta qué punto la amenaza del veto se podía extender al resto.
El neoyorquino terminó por acercarse del todo y puso la mano libre en el hombro del italiano, en un gesto que intentaba transmitirle un poco de seguridad, aunque no por ello estaba totalmente de su lado. -Disculpe. Estaremos atentos para que no vuelva a pasar- se excusó con cortesía con Biblios, intentando ayudar a solucionar aquella tensión. Quería confiar en que el chiquillo se comportaría solo después de eso, pero sino esperaba que pudieran recordárselo antes de que volviera a llamar la atención del bibliotecario.
La pregunta del polaco le hizo apretar los labios, pensativo. No le culpaba por querer salir después de vivir en primer plano la bronca de un fantasma, pero no llevaban mucho tiempo allí y aún había mucho que investigar. Si por él fuera, se quedaría un par de horas rebuscando entre los tomos todo lo que pudieran darles un poco de información o más hechizos, aunque tampoco quería preocupar a Szczenyak si tardaban demasiado. Luego de sopesarlo por unos instantes, acabo por responderle a Aniol con tranquilidad (al menos la que todavía le quedaba con la preocupación por Damian): -Todavía estamos buscando libros que puedan ayudarnos, pero en cuanto los tengamos nos vamos- Al menos él ya tenía algo así y, ahora que se fijaba algo mejor, tal vez no era el único. -¿Habéis encontrado algo interesante?- preguntó al resto, en especial al mjörní y le sanaí, intentando no subir mucho el volumen de su voz. Ni siquiera estaba hablando muy alto, pero prefería ser precavido ahora mismo.
- Isma
Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidad
Re: Biblioteca Mágica
21/08/24, 09:28 am
El chico ya era un círculo vicioso de nervios, emoción y ansia pura por querer llevarse su libro, instigando a su mejor amigo para que hiciese lo mismo con unos meneos en el otro que fueron cesando un poquillo debido a la reacción de éste.
Los demás tampoco ignoraron al nerviosísimo y escandaloso Damian, pidiendo que bajase la voz. Airi y Rag pidieron tanto con gestos como palabras que bajase la voz. Estaban solos, ¿y qué tenía que ver que estuviesen en una biblioteca? Tuvo el don de la ignorancia pues no había pisado una en su vida y si ya de base era tan estridente como un tenedor contra un plato, terminó provocando de nuevo a quien no debía provocar.
El ente estirado apareció de pronto frente a Damian y justo en medio de Aniol y él. Bibilos definitivamente estaba cabreado, lo suficiente como para regañarlo directamente. Una amenaza simple pero la mar de efectiva puesto que el chiquillo, serio y cabreado, quiso soltar más de una barbaridad de dentro de sus labios apretados. No quería quedarse sin libro y solo lo escuchó, voz que en su cabeza se transformaba en lo más parecido a una voz ridícula y estridente como un teleñeco. Un pequeñísimo gruñido se le escapó de las fosas nasales, fijándose en la disculpa de Rick porque no hacía falta que estuviese atento a él tal y como dijo. Es más, la pregunta de Aniol le dio una tremenda oportunidad para hacer bomba de humo y mirar de reojo a Biblios, poco a poco llevando su mirada al tío porculero.
—No te ralles que yo me piro ya, pelazo Pantene —luego de dedicar una mirada de tremendo coraje a Biblios, se dirigió a Aniol—. Aniol vente conmigo, total yo voy a pillar puerta.
Dando pasos contundentes por la mala baba que tenía dentro fue con comic bajo el brazo dirección a la salida. Por el camino no se le pasó desapercibida la pregunta de Rick y en una impulsiva respuesta le mostró en un rudo gesto la portada del comic para luego volver a retomar sus pasos a la salida. No necesitaban disculparse con ese sieso de mierda.
Los demás tampoco ignoraron al nerviosísimo y escandaloso Damian, pidiendo que bajase la voz. Airi y Rag pidieron tanto con gestos como palabras que bajase la voz. Estaban solos, ¿y qué tenía que ver que estuviesen en una biblioteca? Tuvo el don de la ignorancia pues no había pisado una en su vida y si ya de base era tan estridente como un tenedor contra un plato, terminó provocando de nuevo a quien no debía provocar.
El ente estirado apareció de pronto frente a Damian y justo en medio de Aniol y él. Bibilos definitivamente estaba cabreado, lo suficiente como para regañarlo directamente. Una amenaza simple pero la mar de efectiva puesto que el chiquillo, serio y cabreado, quiso soltar más de una barbaridad de dentro de sus labios apretados. No quería quedarse sin libro y solo lo escuchó, voz que en su cabeza se transformaba en lo más parecido a una voz ridícula y estridente como un teleñeco. Un pequeñísimo gruñido se le escapó de las fosas nasales, fijándose en la disculpa de Rick porque no hacía falta que estuviese atento a él tal y como dijo. Es más, la pregunta de Aniol le dio una tremenda oportunidad para hacer bomba de humo y mirar de reojo a Biblios, poco a poco llevando su mirada al tío porculero.
—No te ralles que yo me piro ya, pelazo Pantene —luego de dedicar una mirada de tremendo coraje a Biblios, se dirigió a Aniol—. Aniol vente conmigo, total yo voy a pillar puerta.
Dando pasos contundentes por la mala baba que tenía dentro fue con comic bajo el brazo dirección a la salida. Por el camino no se le pasó desapercibida la pregunta de Rick y en una impulsiva respuesta le mostró en un rudo gesto la portada del comic para luego volver a retomar sus pasos a la salida. No necesitaban disculparse con ese sieso de mierda.
- YberGM
Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.
Re: Biblioteca Mágica
21/08/24, 02:06 pm
Biblios recoge con sus ojos la mirada de coraje de Damian como el triunfo que es para él y, como toda respuesta al posible insulto del niño (porque Biblios no sabe lo que es Pantene, pero se huele por dónde van los tiros), simplemente se recoloca el pelo tras la oreja con una mano. Con la otra, recoge la llave de Aniol y le dedica una mirada de reojo al libro enjaulado, un ejemplar único de grimorio escupetintas que tal vez no vuelva a ver la luz del sol.
—Gracias —dice escuetamente. Y vale tanto para Aniol por devolverle la llave, como para Damian por irse.
Acto seguido, desaparece del sitio y vuelve a su mostrador, recoge su libro agujereado y, antes de seguir leyendo, les habla por última vez:
—He tomado nota de los ejemplares que se han llevado los dos niños, el resto pasad por aquí cuando os hayáis decidido. En el mostrador tenéis folios y otros artículos de escritura que podéis llevaros si los necesitáis. —Les señala un bloque de folios, la mayoría blancos, pero no todos; y una caja con lápices, bolígrafos, gomas, sacapuntas, plumas...— El único límite que hay es el de las existencias, si os lo lleváis todo... —se encoge de hombros—. Pues no habrá nada más que tomar.
A partir de ahí, Biblios entra en mutis y cumplirá su cometido como bibliotecario en el silencio más absoluto y sin dirigirse a nadie si no es necesario. No le quedan muchas páginas para acabar La historia terminable, cuyo final, irónicamente, cambia cada día, y tiene más ganas de leer el libro por sexagésimo-segunda vez que de pastorear chavales que tal vez no vivan lo suficiente para devolver los libros que se van a llevar.
—Gracias —dice escuetamente. Y vale tanto para Aniol por devolverle la llave, como para Damian por irse.
Acto seguido, desaparece del sitio y vuelve a su mostrador, recoge su libro agujereado y, antes de seguir leyendo, les habla por última vez:
—He tomado nota de los ejemplares que se han llevado los dos niños, el resto pasad por aquí cuando os hayáis decidido. En el mostrador tenéis folios y otros artículos de escritura que podéis llevaros si los necesitáis. —Les señala un bloque de folios, la mayoría blancos, pero no todos; y una caja con lápices, bolígrafos, gomas, sacapuntas, plumas...— El único límite que hay es el de las existencias, si os lo lleváis todo... —se encoge de hombros—. Pues no habrá nada más que tomar.
A partir de ahí, Biblios entra en mutis y cumplirá su cometido como bibliotecario en el silencio más absoluto y sin dirigirse a nadie si no es necesario. No le quedan muchas páginas para acabar La historia terminable, cuyo final, irónicamente, cambia cada día, y tiene más ganas de leer el libro por sexagésimo-segunda vez que de pastorear chavales que tal vez no vivan lo suficiente para devolver los libros que se van a llevar.
- TakGM
Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Re: Biblioteca Mágica
22/08/24, 12:54 pm
De ninguna manera se habría esperado le sanaí aquella reacción exagerada por parte del bibliotecario. De nuevo, no estaban en su mundo si bajo sus reglas, y el tipo parecía un excéntrico. Airi sabía que era de mala educación hacer ruido, pero era un niño, y la primera vez que entraba allí. Apoyó el libro que tenía entre manos en una estantería y salió con pisadas vacilantes a ver qué podía hacer, pero la bronca fue tan concisa que no llegó ni a poder detenerla.
—Es un niño, no sabía… seguro que no sabía… —trató de explicarse, aún a espaldas del bibliotecario.
Rick se estaba disculpando por los modales de Damian, y Aniol devolvió la llave enseguida, mostrando que quería irse. Cuando miró al italiano su expresión le rompió el alma. El bibliotecario no le conocía, Damian no era malo, solo energético. Si le hubiese dicho antes que no se podía gritar seguramente no lo habría hecho. «Supongo que no se puede esperar amabilidad de nada que venga de esta ciudad» concluyó.
—Ahora os alcanzamos, esperad fuera un poquito —les pidió a los niños, y esperó a ver si alguien se ofrecía a esperar fuera con ellos antes de seguir con su búsqueda.
Puede que la ciudad no fuese amable, pero por una vez tenían información real a su alcance. Se sentía fatal por no marcharse de allí de inmediato, pero por mucho que le hubiese molestado la actitud del bibliotecario necesitaban aquello. Airi recogió el grimorio que había dejado fuera de sitio al pasar y volvió a ojearlo. Sin duda su contenido les sobrepasaba. Los gestos eran larguísimos rituales, y las retahílas de palabras que los acompañaban no se quedaban atrás. Ni siquiera estaba segura de qué se trataba, así que lo hizo a un lado y continuó buscando.
No sabía bien qué buscaba, pero abrió más libros en aquella lengua, uno tras otro, fijándose en los gestos descritos, hasta que por fin uno captó su atención. Era el hechizo de corte, inconfundible y claro. El número de palabras listadas a su lado también coincidía.
—Eso es… —murmuró, permitiéndose sonreír brevemente. El libro tenía muchos otros hechizos que no le sonaban, pero no parecían tan largos como los de otros que había visto previamente. «Si usamos los que conocemos de referencia tal vez sea más fácil traducir los que no conocemos».
Con aquello su libro estaba decidido. Solo restaba servirse de papel y lápices para trabajar y encontrar el diccionario correcto. Trataría de pedírselo al bibliotecario, pero antes preguntaría si alguien estaba dispuesto a llevárselo para poder traducir aquel tomo. A lo mejor no era lo que necesitaban, pero era un comienzo y podían volver a la biblioteca otro día a cambiar los libros.
—Es un niño, no sabía… seguro que no sabía… —trató de explicarse, aún a espaldas del bibliotecario.
Rick se estaba disculpando por los modales de Damian, y Aniol devolvió la llave enseguida, mostrando que quería irse. Cuando miró al italiano su expresión le rompió el alma. El bibliotecario no le conocía, Damian no era malo, solo energético. Si le hubiese dicho antes que no se podía gritar seguramente no lo habría hecho. «Supongo que no se puede esperar amabilidad de nada que venga de esta ciudad» concluyó.
—Ahora os alcanzamos, esperad fuera un poquito —les pidió a los niños, y esperó a ver si alguien se ofrecía a esperar fuera con ellos antes de seguir con su búsqueda.
Puede que la ciudad no fuese amable, pero por una vez tenían información real a su alcance. Se sentía fatal por no marcharse de allí de inmediato, pero por mucho que le hubiese molestado la actitud del bibliotecario necesitaban aquello. Airi recogió el grimorio que había dejado fuera de sitio al pasar y volvió a ojearlo. Sin duda su contenido les sobrepasaba. Los gestos eran larguísimos rituales, y las retahílas de palabras que los acompañaban no se quedaban atrás. Ni siquiera estaba segura de qué se trataba, así que lo hizo a un lado y continuó buscando.
No sabía bien qué buscaba, pero abrió más libros en aquella lengua, uno tras otro, fijándose en los gestos descritos, hasta que por fin uno captó su atención. Era el hechizo de corte, inconfundible y claro. El número de palabras listadas a su lado también coincidía.
—Eso es… —murmuró, permitiéndose sonreír brevemente. El libro tenía muchos otros hechizos que no le sonaban, pero no parecían tan largos como los de otros que había visto previamente. «Si usamos los que conocemos de referencia tal vez sea más fácil traducir los que no conocemos».
Con aquello su libro estaba decidido. Solo restaba servirse de papel y lápices para trabajar y encontrar el diccionario correcto. Trataría de pedírselo al bibliotecario, pero antes preguntaría si alguien estaba dispuesto a llevárselo para poder traducir aquel tomo. A lo mejor no era lo que necesitaban, pero era un comienzo y podían volver a la biblioteca otro día a cambiar los libros.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Biblioteca Mágica
22/08/24, 03:48 pm
A pesar de que trataron de disculparse en su nombre, Biblios no parecía estar dispuesto a tolerar el error de Damian que probablemente se debiese a desconocimiento. Le dio miedo y no le gustó a partes iguales la forma en la que se dirigió al niño, pues a pesar de su tono calmado, el mago o lo que quiera que fuese estaba claramente cabreado. Por suerte, Damian no armó todavía más jaleo (más que nada porque temía que el bibliotecario tomase represalias si lo hacía), ni Biblios pareció ofenderse más. Antes de que se pusiese en marcha junto a Aniol, Räg apretaría el hombro de Damian a modo de apoyo, queriendo transmitirle que no había sido tan grave lo que había hecho. Más tarde deberían explicarle por qué no se podía armar jaleo en una biblioteca, de todos modos.
Necesitaban la información de aquel lugar, por lo que tras asegurarse de que los niños no esperaban solos fuera, siguió ayudando a buscar algo útil entre los estantes. Airi parecía haber encontrado un grimorio prometedor, y le enseñó también a elle y Rick el libro de runas que estaba ojeando. No le parecía en absoluto mal que algunos llevasen libros para entretenerse, y le daba apuro pedirle a nadie que sacase un diccionario que ayudase a traducir el compendio de runas que había elegido él, pero tendría que hacerlo. Probablemente se lo pediría a Szczenyak cuando estuviesen en el torreón para la próxima vez que volviesen con él por allí…
También tomó buena nota de la advertencia de Biblios acerca de los utensilios de escritura, y aunque tampoco se sentía particularmente cómodo cogiendo demasiado, abogaría por llevarse todo el que el pudiesen cargar. Era también una forma de que, tal vez, el otro grupo tuviese menos acceso a aquel material, si lo que había dicho sobre que aquellas eran todas las existencias era cierto.
—Creo que ya estamos —diría a los que esperaban fuera una vez saliesen del edificio—. El monstruo… No se le oye, parece. Espero que haya vuelto al bosque y lo evitemos por completo.
Tendría los oídos muy atentos todo el camino de vuelta.
Necesitaban la información de aquel lugar, por lo que tras asegurarse de que los niños no esperaban solos fuera, siguió ayudando a buscar algo útil entre los estantes. Airi parecía haber encontrado un grimorio prometedor, y le enseñó también a elle y Rick el libro de runas que estaba ojeando. No le parecía en absoluto mal que algunos llevasen libros para entretenerse, y le daba apuro pedirle a nadie que sacase un diccionario que ayudase a traducir el compendio de runas que había elegido él, pero tendría que hacerlo. Probablemente se lo pediría a Szczenyak cuando estuviesen en el torreón para la próxima vez que volviesen con él por allí…
También tomó buena nota de la advertencia de Biblios acerca de los utensilios de escritura, y aunque tampoco se sentía particularmente cómodo cogiendo demasiado, abogaría por llevarse todo el que el pudiesen cargar. Era también una forma de que, tal vez, el otro grupo tuviese menos acceso a aquel material, si lo que había dicho sobre que aquellas eran todas las existencias era cierto.
—Creo que ya estamos —diría a los que esperaban fuera una vez saliesen del edificio—. El monstruo… No se le oye, parece. Espero que haya vuelto al bosque y lo evitemos por completo.
Tendría los oídos muy atentos todo el camino de vuelta.
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma
Personajes :- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
- Rick: humano, neoyorquino
- Erknest: humano, italiano/inglés Kamaitachi
Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia.
Armas :- Rick: Sable y arco
- Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire
Status : The journey never ends
Humor : Cualquier cosa me vale.
- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
Re: Biblioteca Mágica
25/08/24, 12:46 am
La tensa situación no tardó en acabar y, aunque no fue el peor de los finales, Rick no podía quitarse el regusto amargo. Menos mal que iban a estar acompañados, pero no le gustaba que los niños esperaran afuera al resto aunque fuera por decisión propia. Entendía el enfado del italiano y aquello probablemente sería lo mejor, pero... Airi tenía razón, seguramente no sabía cómo funcionaba una biblioteca. Un toque de atención habría bastado seguramente, pero la reacción de Biblios había sido demasiado fuerte cuando, además, estaban solos allí. ¿Lo estaban, no?
El neoyorquino siguió con la mirada a los pequeños con cierta preocupación, fijándose de nuevo en el comic que enseñó momentáneamente Damian, sin pasarle por alto el enfado que llevaba. -No tardaremos- añadió tras le sanaí un pelín cabizbajo. Si antes no quería tardar demasiado por los que seguían en el torreón, ahora tenía más motivos aún para salir sin demasiada demora de allí.
Lo bueno, y lo que consiguió distraerle un poco, es que ya habían encontrado algunos libros que podrían ayudarles. Räg había encontrado un libro sobre runas y Airi estaba echando un vistazo a algunos grimorios que podrían ampliar el repertorio de hechizos que tenía el grupo, con suerte no tan enfocados a la cocina. Pasó la vista por las páginas del tomo que les estaba enseñando el mjörní y, aunque no entendía nada de momento de lo que estaba escrito, sí pudo distinguir varios dibujos que le recordaban a los trazos que había en las piedras de hacía un rato y los amuletos que tenían. Después de una buena temporada, no podía evitar sentirse un poco esperanzado. -Yo he encontrado un atlas de la ciudad. Aún tengo que seguir investigando que hay por ahí, pero al menos vamos a poder orientarnos mejor que nunca- comentó con una tímida sonrisa mientras enseñaba a modo de ejemplo el mapa de la zona cercana al torreón. Con todo aquello tal vez podrían empezar a defenderse mejor y en aquellos momentos el chico se estaba permitiendo creer que sí.
Entre todos fueron buscando que libros iban a llevarse y no tardaron demasiado en estar listos para marcharse. Que también pudieran llevarse gratis papel, lápices y demás fue una buenísima noticia con la escasez que llevaban y la falta que iba a hacer para traducir y copiar los mapas. Rick ayudó a cargar lo que pudo, guardando los útiles de escritura en los bolsillos que le quedaban más libres y llevando unos cuantos papeles junto con su libro. Estaba de acuerdo con Räg en que, en la medida de lo posible, debían aprovechar para abastecerse con ellos. Si estaban a disposición de todo el mundo lo más probable es que el otro grupo ya se hubiera llevado una parte, así que mejor era mejor si se llevaban todo lo que pudieran para compensar lo que habían tardado en encontrar aquel lugar y por si acaso se quedaban sin él. Además, aunque tampoco era su intención ni de lejos quedarse con todo el papel, con eso si podía sentirse más cómodo si iban llevándose bastante con el tiempo. Aquello significaba que los otros iban a tener menos papel y, con suerte, menos posibilidades de aprender más magia que pudieran usar en su contra.
Finalmente salieron y neoyorquino se sintió un poco más tranquilo en cuanto vio que los niños estaban bien. Miró con atención a los alrededores por alguna señal de que no fuera así, pero por suerte pudo darle la razón al mjörní. -Ojalá que sea así. Desde luego no parece que ande cerca- comentó calmado, aunque no por ello convencido de que el camino de vuelta pudiera ser un paseo. Iba a estar bien atento a cualquier ruido y a cada esquina durante el regreso. Habían tenido demasiadas sorpresas desagradables por hoy como para sumar otra más.
El neoyorquino siguió con la mirada a los pequeños con cierta preocupación, fijándose de nuevo en el comic que enseñó momentáneamente Damian, sin pasarle por alto el enfado que llevaba. -No tardaremos- añadió tras le sanaí un pelín cabizbajo. Si antes no quería tardar demasiado por los que seguían en el torreón, ahora tenía más motivos aún para salir sin demasiada demora de allí.
Lo bueno, y lo que consiguió distraerle un poco, es que ya habían encontrado algunos libros que podrían ayudarles. Räg había encontrado un libro sobre runas y Airi estaba echando un vistazo a algunos grimorios que podrían ampliar el repertorio de hechizos que tenía el grupo, con suerte no tan enfocados a la cocina. Pasó la vista por las páginas del tomo que les estaba enseñando el mjörní y, aunque no entendía nada de momento de lo que estaba escrito, sí pudo distinguir varios dibujos que le recordaban a los trazos que había en las piedras de hacía un rato y los amuletos que tenían. Después de una buena temporada, no podía evitar sentirse un poco esperanzado. -Yo he encontrado un atlas de la ciudad. Aún tengo que seguir investigando que hay por ahí, pero al menos vamos a poder orientarnos mejor que nunca- comentó con una tímida sonrisa mientras enseñaba a modo de ejemplo el mapa de la zona cercana al torreón. Con todo aquello tal vez podrían empezar a defenderse mejor y en aquellos momentos el chico se estaba permitiendo creer que sí.
Entre todos fueron buscando que libros iban a llevarse y no tardaron demasiado en estar listos para marcharse. Que también pudieran llevarse gratis papel, lápices y demás fue una buenísima noticia con la escasez que llevaban y la falta que iba a hacer para traducir y copiar los mapas. Rick ayudó a cargar lo que pudo, guardando los útiles de escritura en los bolsillos que le quedaban más libres y llevando unos cuantos papeles junto con su libro. Estaba de acuerdo con Räg en que, en la medida de lo posible, debían aprovechar para abastecerse con ellos. Si estaban a disposición de todo el mundo lo más probable es que el otro grupo ya se hubiera llevado una parte, así que mejor era mejor si se llevaban todo lo que pudieran para compensar lo que habían tardado en encontrar aquel lugar y por si acaso se quedaban sin él. Además, aunque tampoco era su intención ni de lejos quedarse con todo el papel, con eso si podía sentirse más cómodo si iban llevándose bastante con el tiempo. Aquello significaba que los otros iban a tener menos papel y, con suerte, menos posibilidades de aprender más magia que pudieran usar en su contra.
Finalmente salieron y neoyorquino se sintió un poco más tranquilo en cuanto vio que los niños estaban bien. Miró con atención a los alrededores por alguna señal de que no fuera así, pero por suerte pudo darle la razón al mjörní. -Ojalá que sea así. Desde luego no parece que ande cerca- comentó calmado, aunque no por ello convencido de que el camino de vuelta pudiera ser un paseo. Iba a estar bien atento a cualquier ruido y a cada esquina durante el regreso. Habían tenido demasiadas sorpresas desagradables por hoy como para sumar otra más.
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.Personajes : ●Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
●Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
●Fleur: Humana (Francia)
Siwani
●Aniol: Humano (Polonia)
Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D
Re: Biblioteca Mágica
27/08/24, 12:07 pm
El día estaba siendo complicado para todos, pero especialmente para un niño de once años. Las emociones fluctuaban a destiempo en una vorágine confusa de eventos azarosos. Primero, el destino quiso que Connor los deleitara a todos con el cadáver de un coyote desafortunado, luego tuvieron que huir de una criatura rodante y colosal, y ahora les había faltado el canto de un duro para que el Guardián de los Libros les expulsara de la Biblioteca.
Así que no era de extrañar que Aniol permaneciera ceñudo y con ganas de volver a casa. Incluso cuando el resto del grupo no fue tan duro con Damian como él mismo lo estaba siendo permaneció mirándole de manera hosca.
Terminó por responder a Rick con un asentimiento de cabeza leve mientras se marchaban junto con Ethan hasta la puerta. Con la llave de bronce en las manos de su propietario original y el libro rosita que había seleccionado bajo el brazo ya no tenía nada más que hacer allí.
Su lealtad de amigo quiso que se quedara junto al italiano en la salida de todas formas mientras su tribu continuaba la búsqueda de grimorios que pudieran serles de ayuda. No fue hasta que escuchó la noticia de un atlas y a Räg suponer que habían acabado que esbozó una sonrisilla de alivio.
—Es como si tuviéramos palas y regaderas nuevas para nuestra casita del Animal Crossing —fue todo lo que dijo, antes de dirigirse a casa.
Sigue en Torreón Sendar.
Así que no era de extrañar que Aniol permaneciera ceñudo y con ganas de volver a casa. Incluso cuando el resto del grupo no fue tan duro con Damian como él mismo lo estaba siendo permaneció mirándole de manera hosca.
Terminó por responder a Rick con un asentimiento de cabeza leve mientras se marchaban junto con Ethan hasta la puerta. Con la llave de bronce en las manos de su propietario original y el libro rosita que había seleccionado bajo el brazo ya no tenía nada más que hacer allí.
Su lealtad de amigo quiso que se quedara junto al italiano en la salida de todas formas mientras su tribu continuaba la búsqueda de grimorios que pudieran serles de ayuda. No fue hasta que escuchó la noticia de un atlas y a Räg suponer que habían acabado que esbozó una sonrisilla de alivio.
—Es como si tuviéramos palas y regaderas nuevas para nuestra casita del Animal Crossing —fue todo lo que dijo, antes de dirigirse a casa.
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"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."
"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."
"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
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