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Torreón Sendar

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Rocavarancolia Rol
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Rocavarancolia Rol

Torreón Sendar - Página 60 Empty Torreón Sendar

19/09/12, 10:54 pm
Recuerdo del primer mensaje :

Ya antes de la Batalla de Rocavarancolia éste era uno de los mayores torreones de la ciudad. Quedó destruido por un explosivo que le arrancó sus cuatro plantas superiores, dejando tan sólo dos, aunque más tarde se reformó convirtiéndose en un torreón de cuatro plantas. Su base es circular y está protegido por un foso frente a la puerta, mientras que en la parte trasera hay un risco de varios metros de profundidad.

Tiene un patio empedrado muy pequeño acoplado a la parte trasera, con sitio para que una o dos personas entrenen. Una estatua pegada al muro representa una figura envuelta en túnicas cuya nariz y barbilla sobresalen de entre los pliegues. Alguien le pintó un bigote ridículo y una perilla garabateada con carbocillo mezclado con grasa.

La planta baja es un salón circular dividido en una gran sala central con cocina y salón y tres dormitorios pequeños que la rodean. Las escaleras, que están tras una puerta, llevan al resto de plantas del torreón. En el sótano hay una armería con mazmorras, en la primera planta hay cinco habitaciones medianas y dos baños, y en la segunda hay tres dormitorios grandes. La última planta no contiene nada salvo unas escaleras que llevan a la azotea, delimitada por un muro simple de escasa altura.

Recetario integral de Persilia Sukaldaria:

Grimorio para principiantes de Platero:

Varios grimorios:

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Tak
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: sanaí
Habilidades: habilidad manual, memoria, imaginación.

Torreón Sendar - Página 60 Empty Re: Torreón Sendar

04/12/24, 02:43 pm
Fue difícil respirar en el torreón durante un tiempo. Nada se había hecho más difícil tras la muerte del insecto, excepto la convivencia. Todos se habían visto arrastrados a ese vórtice sin poder evitarlo, como si se hubiese abierto una grieta invisible entre ellos.

Airi no tenía pensado tratar a nadie diferente por lo que había ocurrido, pero al principio no le quedó otra que dejar pasar los días. Centrarse en las tareas que sí podía hacer, dando espacio, esperando. Estaba ahí para Aniol y Damian, quienes habían perdido dos pilares importantes en su día a día, aunque en cada caso de forma diferente. No había lugar para muchos juegos, pero sí para conversaciones, para colaborar en tareas o simplemente para demostrarles lo importantes que eran para elle.

Acabó por darse cuenta de que trataba de cubrir la ausencia de Nohlem y de Ethan de más de una forma. Nunca había dado realmente su opinión a la hora tomar decisiones, fuese por su inexperiencia, por su edad o por, sobre todo, su miedo. Siendo justos no estaba cubriendo una ausencia, sino tomando algo que no se había atrevido antes. Empezó a decir más lo que pensaba sobre a donde ir, qué hacer, qué priorizar. Todo porque se había dado cuenta tras la explosión de Ethan de que hasta ese momento se había estado protegiendo a sí misme, y a nadie más. Su obsesión con traducir hechizos nuevos ahora era menos una necesidad de sentirse útil, o de tener las manos ocupadas, y más la necesidad de defender y dar armas a su tribu. Los hechizos defensivos y curativos ya eran el centro de sus búsquedas, pero ahora también lo eran los ofensivos, por poco que le gustasen, aunque parecían eludirles. Que Räg hubiese llegado a las mismas conclusiones que elle solo le servía para tener menos dudas. Pasar tiempo con él siempre resultaba fácil.

La amenaza de Letargo siguió pesando sobre ellos, obligándolos a ser precavidos pese a la ausencia del insecto. Estaba claro que ahora que no podían saber todos sus movimientos ellos también estaban siendo más cautelosos, pero eso no quería decir que no estuviesen planeando algo, y Airi no podía evitar sentir miedo constante por ello.

Por si fuera poco, empezaron a ocurrir fenómenos inquietantes incluso dentro del torreón. La aparición de estrellas en el cielo no fue ni la mitad de desconcertante que los destellos de luz que, en algún momento, comenzó a ver en torno a alguno de sus compañeros. Inicialmente pensó que eran imaginaciones suyas, pero llevaban demasiado tiempo codeándose con magia extraordinaria como para descartar nada. Tal vez había efectos secundarios en usar la magia día sí y día también, porque donde más había llegado a ver aquel fenómeno era en torno a Aniol. En el fondo, y como no ocurría nada más allá de eso, Airi estaba más preocupada por problemas como los dolores de cabeza frecuentes de Damian. Pero, por más que buscaban, no encontraron un hechizo para aliviar aquello en específico.

---

Al terminar de desayunar, Airi aún estaba jugueteando con las migas de pan de la mesa, apretándolas con un dedo y dejándolas caer para volver a juntarlas en un montoncito. El ambiente aquella mañana no era mucho mejor que de costumbre. Observaba, de forma disimulada, a Ethan frotar mecánicamente la loza.

Airi no había necesitado que pasase mucho tiempo para tratar de hablar con Ethan y con Nohlem por primera vez. Inicialmente le bastaba con que comprendiesen que no les guardaba ningún tipo de rencor por lo que había ocurrido, esperando que lo contrario también fuese cierto. Después de la conversación que había mantenido con Ethan tiempo atrás, le debía una demostración de su comprensión, que extendió al varmano.

No era tan fácil. Ethan siempre decía estar bien, pero Airi sabía que no era cierto. Sentía que su amigo no estaba presente cuando hablaba con él, así que finalmente se había decidido a intentar tener una conversación más seria con él en su lugar de confidencias. Con Nohlem había necesitado más tiempo para comunicarse, pero por la propia resistencia del varmano a abrirse a nadie.

A veces quería sentir que no iban por tan mal camino, que con un poco más de tiempo podían mejorar las cosas. Otras no había cabida para tanto optimismo. Para empezar, no tenían control de todo lo que les podía pasar en esa ciudad, donde los de Letargo distaban de ser el único de sus problemas.

No necesitamos comida especialmente —respondió cuando la petición de Aniol le devolvió a la realidad—, pero podríamos salir. A alguno de los lugares que queríamos investigar, por ejemplo. ¿A dónde os gustaría? —Articuló la pregunta mirando a Aniol y a Damian, pero la extendió a todos los presentes posteriormente con la mirada. Podían ir adonde prefiriesen los niños, siempre y cuando a nadie le pareciese peligroso.
Harek

Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma

Torreón Sendar - Página 60 Empty Re: Torreón Sendar

04/12/24, 11:57 pm
La expresión del neoyorquino mostró una ligera duda con la respuesta del japonés. -(¿Un… funeral?)- pensó solamente, pues antes de que pudiera plantearse verbalizar la pregunta los dos se estaban poniendo en movimiento. Los siguió con la mirada, pensando por unos momentos si merecía la pena saciar una incógnita a medias que cuanto más procesaba menos entendía, pero acabó por dejar que subieran para que descansaran y vieran cómo se encontraba Connor. Allí abajo seguían, aunque algo más aliviados tras la vuelta de sus compañeros, muy afectados por la tensión y la incertidumbre de las horas anteriores. Así, sintiendo de nuevo lo cargante del ambiente, Rick se quedó con el resto atento por si necesitaban cualquier cosa, fuera consuelo o espacio.

Los días siguientes no fueron mejores para el chico. La preocupación que le quedaba por las heridas del motero que no habían podido curar no tardaron demasiado en desaparecer una vez el colgante recobró su magia, pero todavía quedaban muchos motivos aparte que le dejaban con dudas sobre cómo seguiría todo. El ánimo general en el torreón le resultaba triste y confuso; intentaba apoyar a sus amigos más cercanos aún cuando sentía la misma incertidumbre, pero la raíz de todo aquello le quedaba demasiado lejos para poder arreglarla. Tanto Ethan como Nohlem estaban mal, eso era algo obvio aún con lo poco que los había visto, pero no podía hacer nada para solucionarlo, y mucho menos hasta que su cabeza se decidiera en qué pensar. Lo que había ocurrido antes y luego de aquella discusión junto a Muerto… era algo que no podía aceptar aún cuando podía entender parte de los motivos. Era por ello que al pasar de los días y verlos tan mal le preocupaba aunque se mantuviera en silencio, porque aunque no quisiera imaginar el peso de lo que habían hecho entendía lo jodido que debía ser vivir con ello. Y sin embargo, a la vez, aquello mismo le daba cierto coraje y reforzaba su propia postura al respecto. Además de su moral, una de las cosas que ya había tenido claro desde un principio es que no quería que nadie fuera a arrepentirse por algo así, aún cuando lo hubieran pensado en frío. La conversación con el vittya en la azotea se le venía mucho a la mente, pero no era la única. El primer punto de conflicto cuando Serena se marchó y apareció la sombra; y la tensión que se vivió en el torreón también lo estaban, especialmente su intento por solucionar las cosas con el británico. De repente sentía que todo lo que le había recriminado se había dado la vuelta. Lo habían matado por el bien del grupo, de acuerdo, pero ahora les tocaba ser consecuentes con todo lo que aquello conllevaba sin importar si sus intenciones eran buenas o malas. Él no podía aceptarlos de brazos abiertos, y sin embargo al ver al resto preocuparse tanto… Y así era casi a diario.

Dentro de lo que sí había sacado en claro, el neoyorquino siguió con las tareas habituales para abastecerse de cestas y mantener la vida diaria dentro del torreón. Los entrenamientos continuaban a buen ritmo y su amistad con Räg y Airi seguía afianzándose; más de lo habitual cuando estando con ellos o haciendo algo podía mantener la cabeza ocupada. Que ambos estuvieran ganando algo de decisión lo animaba aún más a seguir el mismo camino y la traducción de los nuevos grimorios juntos era un momento agradable entre la apatía general.

Movido entre la empatía y el sentimiento de que tenían que seguir adelante de alguna forma, el chico se decidió a pasar un poco más de tiempo con los niños. No era un misterio que los dos estaban muy unidos al varmano y al británico y, si la situación ya era complicada para el resto, tenía bastante apuro por cómo lo estuvieran viviendo los peques sin esos apoyos. Por desgracia, los intentos de charlar o pasar un rato con ellos le hacían sentirse muy oxidado, tanto por no tener una forma clara de mejorar algo que no podía arreglarse así como así, como por la distancia que había tenido con ellos semanas atrás. Era de esperar siendo justos, aunque al menos le consolaba que Räg y Airi pudieran suplir un papel que no conseguía llevar a cabo.

Por otra parte, el ambiente con sus antiguos compañeros de cuarto no había variado demasiado, salvo por el detalle que no negaba la palabra a nadie aunque no la fuera buscando. Con Connor seguía más o menos igual y el caos mental que le traían Ethan y Nohlem no terminaba de llevarlo en una dirección muy distinta. Con el japonés, después de todas las tensiones que habían desembocado en el día que capturaron a Muerto, había llegado a la conclusión de que era imposible que llegaran a un entendimiento, y los esfuerzos de éste por las tareas, los entrenamientos y demás a pesar de lo evidente que era su estado le hacían reforzar su idea. Con Nohlem, siendo prácticamente lo opuesto, era lo ausente y poco proactivo que estaba lo que le preocupaba y molestaba una pizca. Era extraño notarlo tan esquivo, aunque podía imaginarse el por qué. Aún con todo, alguna que otra vez el neoyorquino preguntaba escuetamente al mjörní o a le sanaí sobre cómo seguían; al fin y al cabo seguían siendo todos un mismo grupo aunque hubiera grietas. No podía olvidar lo que habían hecho, pero con el varmano a medida que pasaban los días hubo un intento pequeño por acercarse. Nunca habían llegado a hablar de sus tensiones, lo que le hacía conservar una ínfima chispa de que con el tiempo, aún si no iban a arreglar todo, pudieran mantener más cordialidad. El “madura” que le había dicho, salvando el contexto, le había daba algo más de determinación para no quedarse en el torreón solamente e intentar seguir adelante por todos. Tal vez era el momento de devolverle el favor metafórico. Al menos dentro de todo lo malo, Letargo se había convertido en una preocupación algo más lejana. Apenas los veían en las salidas, lógico cuando habían perdido a su explorador, pero aquello distaba de ser un alto al fuego; todavía necesitaban andar con cuidado.

Las investigaciones del neoyorquino curiosamente aumentaron con creces a lo largo de las semanas, y no era para menos. Al día siguiente de aquel día se fijó en el solitario punto brillante en medio de la total oscuridad del cielo. -Una estrella…- dijo para sí desconcertado por el cambio de la noche. Contempló como al pasar de los días se iban sumando más de vez en cuando, sin encontrar una explicación al fenómeno. De la misma forma, cuando el polaco empezó a tener destellos o el varmano, en algún momento en que conseguía verlo por poco, parecía tener luces de color a su alrededor, su mente empezaba a trabajar a mil buscándole un sentido. No tenían ningún hechizo capaz de hacer algo así, ¿pero entonces qué pasaba? Los ratos libres los utilizaba para intentar unir piezas de un puzzle que no sabía cómo de grande era y las veces que salían a la biblioteca buscaba entre los libros alguna pista sin demasiado éxito. También empezó a preguntar a todos si habían visto o notado algo raro entre ellos, para al menos determinar si eran unos casos concretos o se les estaba escapando algo. De haber tenido un espejo en el torreón, Rick tal vez se habría percatado que parecía lo segundo.

-----------

El desayuno de esa mañana no tenía nada de especial. El neoyorquino había terminado su plato y se encontraba revisando una de las últimas páginas de su libreta, donde había estado apuntando sus últimas investigaciones sobre el cielo y las luces dentro del torreón. La pregunta de Aniol le hizo levantar la vista, sopesando la idea. Asintió levemente a lo primero que dijo le sanaí, no iban mal de comida, pero tampoco estaba en contra de salir a explorar. Necesitaba algún cabo nuevo del que tirar, porque con lo que tenían no encontraba ningún sentido; tal vez algún sitio nuevo en la ciudad pudiera arrojar algún detalle más. -Me apunto, podría venir bien- comentó. Sobre dónde exactamente no tenía preferencia, al fin y al cabo cualquiera de los lugares que les habían llamado la atención en el mapa sería bienvenido, así que decidió esperar a alguna propuesta concreta.
Kanyum

Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma

Torreón Sendar - Página 60 Empty Re: Torreón Sendar

06/12/24, 12:20 am
En cuanto a sentimientos se trataba, leer a un Ghiope podía ser como intentar ver a través de un cristal empañado por las cenizas de un incendio. Sabes que algo dentro está o estuvo mal, pero la suciedad te impide verlo. Nohlem nunca había sido tan hermético como su madre o su hermana sino más alegre como su padre, pero bajo aquellas circunstancias sin lugar a duda la sangre hacía peso.

Día tras día, semana tras semana, permaneció tras el cobijo de una puerta que por prueba y error aprendió a dejar firmemente cerrada. No había salidas, ni apoyo ni ayuda por su parte, ni nada de lo previo aprendido en esos meses de convivencia. No era ningún líder y aquella era su patética forma de demostrarlo. Si no les gustaban sus ideas tampoco tenían de qué preocuparse, pues por aportar no aportaría ni su presencia. Esa era su especialidad, a fin de cuentas: decepcionar y desaparecer. A pesar de lo acostumbrado que debería estar tras toda una vida bajo el techo de su madre, había un límite mental de cuantas responsabilidades podía soportar sin ayuda, y precisamente antes de que los otros le castigasen dejándole de lado Nohlem se ahorró el mal trago aislándose por adelantado. Al fin y al cabo, ¡si lo hacía él primero, no dolería tanto!

Le aterraba encontrarse con nadie fuera, hasta le avergonzaba que Ethan tuviera que llevarle el almuerzo a su ridícula cárcel, y eso que el londinense era el único cuya presencia no solo toleraba, sino que anhelaba a cada rato. El humano era su mayor punto de apoyo, su cómplice y compañero en desdicha, el único que, por lo pronto, sabía a ciencia cierta le entendía, y toda esa carga mal mezclada con el cúmulo de sentimientos que había empezado a desarrollar por él volvieron de Ethan una dependencia emocional casi enfermiza. En contraste, con el resto el granta se volvió tan escurridizo como un animal en mitad de la cadena alimenticia, más con uno que con otros, y aunque había días en los que hasta salir al baño suponía aguantar durante horas con tal de no encontrarse con sus fantasmas en el trayecto, aceptó aquella nueva rutina por miedo. Igual que aceptó los espíritus, las estrellas y el odio que, real o no, tan tangible era en su cabeza.

Pero si de algo no se arrepentía era de sus actos. El tiempo todo lo cura, sea bien o sea mal, y en su caso aquel era un hueso mal soldado sobre el que tenía que apoyarse para no caer de boca. Lo que le quitaba el sueño no era haber librado al mundo de un monstruo, de un asesino e insecto gigante -era varmano, por la gloria de todos los Santos-, no: su mayor miedo era, justamente, sus compañeros. El qué dirán y sus infinitas posibilidades. A pesar de las luces que de en cuando en cuando se manifestaban a su alrededor, tenía la lección muy bien aprendida: los muertos no guardan rencor.

Por lo que sí se sentía mal era cada esfuerzo hecho por otros: por cada plato lleno de alimentos, por cada pregunta recibida por Airi o Räg, por cada intento de normalidad de Connor, por cada mirada preocupada de los niños… y entre eso, la angustia de tantos días tirados y los signos cada vez más alarmantes que recibía de Ethan, fuera por sus palabras sin fuerza o las heridas que se reproducían en su piel, Nohlem tuvo que animarse a ser visto. Pero igual que la lava se endurece al enfriarse, el granta había pasado tanto tiempo con la coraza puesta que para cuando salió a la luz todo él se había endurecido. La preocupación de Airi, Connor y Räg, que hasta ahora había rebotado contra él sin éxito aparente, en realidad se había ido abriendo paso por sus grietas, impregnándole de la calidez de sentirse querido y ayudándole no a romper la armadura, pero sí a aprender a moverse con ella. Saber que al menos una mayoría no le culpaba fue calando en él poco a poco, lo justo y necesario para abrirse no solo a Ethan, sino también a le sanaí o el tan conflictivo motero, a volver a no tener miedo del trato con los pequeños, y a pesar de ser una versión desteñida de sí mismo, apenas una reminescencia, el granta recuperó una parte que le era necesaria para seguir intentándolo. Tenía que hacerlo por aquellos que creían en él.

Claro que eso no ocurría de la noche a la mañana.

Cual recuerdo de guerra, no propuso nada. Esperaría que lo hicieran otros. Una de sus tres tostadas seguía intacta, abandonada hacía rato en favor del lamentable libro de sexo y dragones heteros que ni con el confinamiento se había llegado a leer, y aunque parecía enfrascado en él no lo estaba. Escuchaba la conversación, sabiendo que se uniría a la excursión donde fuese. Pensó en el palacio, en la maravillosa visita que habían tenido y lo mucho que le gustaría volver... como también pensó en quien se enfadó y quien se enfadaría de nuevo si abría la boca para ofrecerlo. Asesino y ladrón a tiempo completo, ¿eh? No necesitaba tantos recordatorios.

Humedeciéndose los dedos pasó de página sin haber leído la previa.
Seth

Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mental

Torreón Sendar - Página 60 Empty Re: Torreón Sendar

07/12/24, 01:03 pm
Las semanas pasaron con la clásica lentitud que solo podía otorgar una monotonía agónica. Horas muertas llenas de pensamientos intrusivos y pesadas preocupaciones. Habían logrado lo que en un principio pareció imposible: matar a uno de esos cabrones. Matar a "Muerto". Pero como era obvio no hubo celebraciones ni gritos de júbilo, si bien el ambiente se volvió más gris y apagado tras la vuelta de Ethan y Nohlem al torreón y ver cómo lo que habían hecho les había pasado factura. Ojos perdidos y reacciones carentes de vitalidad eran solo algunas de las consecuencias que mostraron en un inicio. Connor solo pudo lamentarse por ello y maldecirse de nuevo por no haber estado allí. Por no haber sido ese hombro de apoyo que solía querer ser.

Sus nuevas heridas se curaron con rapidez gracias al colgante, y por suerte la parálisis acabó por hacer lo mismo. Pero el motero no pudo olvidar en aquellas semanas el sentimiento de impotencia que sintió en su momento debido al hechizo de Aniol. Mente activa, cuerpo dormido. Una auténtica putada, pero no tanto como sentir que había sido un completo inútil en aquella "cacería" contra el insecto. Si, había hecho su parte contra aquel cabrón haciéndole un placaje digno de la NFL, pero... ¿Qué cojones importaba aquello si no podías terminar el trabajo? Porque eso es lo que sentía Connor tras ver cómo estaban Ethan y Nohlem aquellas semanas. Sentía que debía haber sido él quien diera el puto golpe de gracia, no por venganza hacia Muerto o por condescendencia hacia sus amigos. Sólo porque sabía que el británico y el varmano eran buenas personas y no se merecían lo que estaban pasando. Pero sabía que él no era buena persona. Era lo bastante hijo de puta como para haber matado a Muerto y no sentir nada. Por eso tenía que haber sido él, joder. Habría sido más fácil soportar las miradas incómodas hacia su persona por asesinar a sangre fría que tener que ver cómo sufrían sus dos amigos.

Al principio intentó conversar con ellos directamente. Preguntarles cómo estaban... Decirles que habían hecho lo que les habían obligado a hacer... Prometerles que nunca los juzgaría por algo como aquello. Él no, nunca lo haría por algo así. Eran sus amigos y de repente se sentía desconectado de ellos, como si fueran personas diferentes. En cierto modo, es que ahora eran personas diferentes. Al final decidió no tocar más el tema de Muerto al ver las reacciones de ambos. Actitudes distantes o herméticas como Nohlem y aquel confinamiento autoimpuesto. En una ocasión, Connor estuvo a punto de ir adonde el varmano y confesarle que había matado a Roderick y Markus solo para hacerle ver que le entendía. Que podía hablar con él de aquello si quería. Que no estaba solo. Pero no lo hizo. Le aterraba la idea de confesar que había disfrutado llenándose las manos con su sangre. Le daba miedo confesar que volvería a ese día solo para poder matarlos otra vez. Tampoco sentía que aquello le fuera de mucha ayuda a su amigo. En cambio, le dio su espacio a Nohlem y solo cuando éste salió de su confinamiento Connor empezó a interactuar con él. Al igual que con Ethan, les hablaba de anécdotas graciosas de su club o de cualquier cosa que se le pasara por la cabeza. Otras veces solo estaba cerca de ellos en silencio acompañado. Sabía que necesitaban normalidad para superar aquella mierda y Connor se sentía responsable de que eso fuera así. Era lo mínimo que podía hacer.

Siguió entrenando como de costumbre, preparándose para el segundo asalto contra el otro torreón. Porque a pesar de aquella inactividad solo era cuestión de tiempo que volvieran a las andadas. A menudo entrenaba con Ethan, pero los golpes de éste eran más fuertes y agresivos si cabe. Ethan buscaba entrenamientos más violentos que de costumbre y Connor solo pudo pensar que debía ser su especie de terapia. A menudo buscaba mosquearlo a propósito solo para que el motero deseara golpearle con más fuerza. Era jodidamente autodestructivo y finalmente Connor decidió no darle lo que quería. Dejó los entrenamientos con él. Aunque era común verlo a su lado conversando, a pesar de que Ethan solía limitarse a escuchar. Al igual que era común verlo junto a Aniol y Damian intentando distraerles y llenar con dificultad el vacío que habían dejado Ethan y Nohlem en los críos. Siguió conversando con Airi y Räg, sobretodo en las comidas, aunque evitaba hablar con Rick cuando la relación entre ambos estaba ya deteriorada.

Lo tiempos cambiaban: estrellas en el cielo y magia desatada. Más poderosa. Pero a Connor le dio igual. Estaba agotado no solo emocionalmente. Seguía pasando las noches en vela sin poder dormir, con el añadido de episodios de vértigos que podían durar hasta horas y que lo justificó con el cansancio acumulado. Peor aún fue soñar (para una de las pocas veces que lo conseguía) la muerte de Aniol y Damian a manos de Roderick y Markus y despertar en una vorágine de confusión y violencia en medio de la noche.

Aquella mañana Connor se encontraba sentado a horcajadas en una silla, usando el respaldo de la misma para apoyar la barbilla y la cabeza gacha. Sus ojos estaban cerrados mientras escuchaba la conversación que tenía lugar, pero no era complicado vislumbrar los surcos negros de ojeras alrededor de ellos y su respiración medio acompasada. Estaba terriblemente cansado. Sus ojos se entre abrieron un poco con la mención de Aniol sobre "Mentamiel" y esbozó una sonrisa cansada. Luego su mirada pasó hacia la pregunta de Airi sobre dónde querían ir.

- ¿A ti se te ocurre algún sitio? A mi me importa una mierda dónde...- Se encogió de hombros con gesto cansado y un bostezo se escapó de su boca. Se frotó los ojos enrojecidos con insistencia y se levantó con rapidez (o todo lo rápido que le permitía su cansado cuerpo).- Pero nos vamos ya o uso a Mentamiel como puta almohada...- Murmuró mientras pasaba cerca de Aniol y Damian y les revolvía el pelo con cariño. Su caminar se dirigía hacia la armería cuando se giró de nuevo hacia el resto. -¿Vamos todos, no?- Preguntó con voz cansada mientras miraba de soslayo a Ethan limpiando un plato ya limpio y a Nohlem enfrascado en la lectura de su libro.
Isma

Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidad

Torreón Sendar - Página 60 Empty Re: Torreón Sendar

08/12/24, 02:56 pm
Al menos tenía la tripa llena, era lo que Damian estuvo pensando entre tanta monotonía y tanto desayuno, mascullando unos pequeños quejidos con la mirada perdida en el ventanal. ¿Podría hacer algo para pasar el rato, al menos? Su cabeza estaba demasiado embotada por las emociones fuertes que lo asaltaban últimamente, quizás si hubiese algún empujoncito…

Si tuviese orejas de perro como cierto amigo canino, las hubiese levantado al oír a Aniol proponer aquello. Dejó de quejarse por lo bajo, bajando con un burdo salto de la silla y alzando las cejas. Quizás necesitaban algo de aire para despejarse de movidas y así espabilar un poco, al menos eso tenía cierto sentido dentro del autogaslight de querer olvidar a Letargo de su cabeza y poner un pie fuera y, por dios, se aburría demasiado.

Venga, yo también quiero salir un rato —asintió a Rick, Airi y Connor por sumarse al plan. Cuantos más, mejor —Hmmmmm… —la pregunta de donde ir le dejó pensativo, soltando una larga pedorreta de sus labios como lamentable intento de ejercicio mental, con las manos en su cogote y dando vueltas, oscilando en sí mismo.

Una bombillita se le encendió cuando Connor le revolvió el pelo, pensando en donde fueron anteriormente.

¿Y si… miramos un poco por la zona de la biblioteca, por fuera? Ese sitio me parece guay y no hemos echado mucho ojo por el sitio yyyy hemos ido unas pocas veces yyyyyyyyyyy no nos perderemos ni de coña. Meh, por explorar o algo… Yo que se, me aburro —ahí dejó caer una idea, tampoco le apetecía quedarse callado y todo sea por tener un poco de aire fresco en su espíritu aventurero que, aunque mermado, aun seguía ahí.
Aes
Aes

Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.

Personajes : Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
Fleur: Humana (Francia)
Siwani
Aniol: Humano (Polonia)


Unidades mágicas : 14/16
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.

Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D

Torreón Sendar - Página 60 Empty Re: Torreón Sendar

08/12/24, 03:58 pm
El niño no sintió tanta euforia como habría cabido esperar al percibir que su idea calaba en el resto. Airi y Rick se sumaban al plan, cosa que le agradaba. Pero estaba el hecho innegable de que Nohlem parecía seguir enfrascado en su libro. En otros tiempos habría sido el varmano  en lugar de Connor quien revolvía su cabello y le dedicaba unas palabras dulces. No es que quisiera cambiar la relación que mantenía ahora con el motero, pero añoraba esa sensación. Notaba al granta tan lejano como la tostada abandonada que yacía en su plato.

Sin embargo, Aniol no se detendría más tiempo en esa neblina. Le habían dicho que sí... ¿No? Pues adelante, solo tenían que pensar a dónde ir.

A Mentamiel le caes tan mal... —le reveló al canadiense, su boca esbozó una sonrisa breve ante sus gestos de cariño y después se acomodó su propio cabello revuelto—. Menos mal que a mí no tanto.

Gracias a Damian recuperar el ánimo por escapar un rato de aquellos muros no fue tan difícil. Su estado entre vibrante y aburrido por contradictorio que fuera se le pegaba a la piel como la capa del Doctor Strange, y sus ideas no iban desencaminadas con las suyas propias.

¡Sí! ¡Por la biblioteca hay muchas calles que nunca vimos! —al principio la carta que puso le sanaí sobre la mesa de que no necesitaban cestas le hizo pensar que se trataba de una negativa, pero conforme hablaban la excursión cobraba forma en su cabeza. Es por eso que se dirigió con especial ilusión hacia Airi, cogiendo sus manos con calidez. Lo único bueno que tenía la ausencia y distancia es que se había dado cuenta de que había mucho mundo más allá de solo estar con Ethan y Nohlem—. Quizá encontremos un lugar parecido al palacio, tú nunca pudiste verlo...

Por supuesto, no recordaba el detalle de que las proximidades a las que se referían se encontraban cerca de Letargo. Pero con una victoria a sus espaldas y una decena de hechizos por doquier tanto le daba.

Sigue en Cementerio.

_________________________________________

"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."

"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."

"Las Emociones Que No Expresas Nunca Mueren."

"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
Tak
Tak
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: sanaí
Habilidades: habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
Kin: demonio raigaurum irrense.
Ayne: anima sinhadre.
Eara: sinhadre sin esencia.
Nime: demonio mineral libense.
Iemai: cercana, fallecida.
Airi: sanaí.


Unidades mágicas : 12/12

Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.


Armas :
Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
Kin: alfanje y guan dao.
Ayne: sable.
Eara: ballesta de repetición.
Nime: dagas.
Airi: lanza y arco.


Status : ヽ༼ຈل͜ຈ༽ノ

Torreón Sendar - Página 60 Empty Re: Torreón Sendar

09/12/24, 01:41 pm
Airi observó al grupo debatir a donde ir, aunque no con la participación de todos. Los que sí participaban al menos parecían algo animados por la idea de salir, y aunque siempre era un riesgo, elle misme estaba satisfeche con la salida. Si se encerraban en el torreón tampoco podían descubrir nada nuevo o útil, eso lo sabían desde hacía mucho tiempo.

Suena bien —le respondió a Damian con una sonrisa cuando propuso la zona de la biblioteca. Le daba un poco de reparo por ser cerca de Letargo, pero una vez allí propondría ir hacia el oeste, en dirección opuesta al torreón, ya que los caminos hacia el punto de las cestas y la biblioteca los tenían muy vistos.

Cuando Aniol se aproximó, tomándole las manos, le devolvió el apretón con una sonrisa. Su interés era hasta contagioso, y le hacía sentirse un poco mejor.
Tal vez —le dijo— . O algo incluso mejor. Por si acaso me haré a la idea de que solo vamos a ver más casas rotas —bromeó. Su mirada le pidió entonces que tuviese cuidado. Era una obviedad expresarlo en voz alta, pero no podía evitar pensarlo cada vez que tenían que salir de la seguridad relativa del torreón.

Tras ocuparse de ayudar a dejar recogido, Airi bajó a la armería a por su arco y flechas. Hizo un par de estiramientos para comprobar el estado de sus articulaciones y, tras considerarlo aceptable, decidió no llevarse también una vara o lanza de apoyo. Estaría en medio si necesitaba usar el arco y, desde que tenían acceso a hechizos defensivos no se sentía tan expueste ante un ataque directo con las manos vacías.

Sigue en el Cementerio.
Giniroryu
Giniroryu
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas

Personajes :
Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
Lethe: Horus, enderth.
Rägjynn: mjörní.
Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.


Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.

Armas :
Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
Irianna: arco y estoque.
Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
Lethe: arco y lanza.
Rägjynn: jō.
Naeleth: arco, sai y báculo.


Status : Gin: do the windy thing.

Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.

Torreón Sendar - Página 60 Empty Re: Torreón Sendar

20/12/24, 04:22 am
“No”.
“En un funeral.”
“Hicisteis bien”.


Aquellas y otras respuestas escuetas resonarían en la mente de Rägjynn a lo largo de las horas restantes del día  y todavía ecos lejanos de estas seguían presentes en su mente mientras pasaban los días a una velocidad extraña. El mjörní no sabía si estaban transcurriendo extremadamente lentos o, por el contrario, terminaban en un suspiro. Era demasiado difícil intentar desenmarañar la turbulencia que había en el interior de su mente mientras intentaba hacer algo similar con lo que percibía de sus compañeros al mismo tiempo. Räg no tenía las herramientas para lidiar con nada de aquello. Y ese nada abarcaba más de lo que podía siquiera contar o tratar de expresar si alguien tratase de profundizar al respecto.

A pesar de que físicamente estaba en edad de crecer, y de hecho había ganado algún centímetro de altura que pasaba desapercibido, se sentía cada vez más y más diminuto. Quería ayudar. Se suponía que mediar se le daba bien, y que era su papel como alguna suerte de “hermano mayor” para muchos niños del orfanato. Incluso para aquellos que tenían edad similar a la suya.

Allí, en el torreón, en aquella extraña ciudad donde nada tenía sentido, solo sentía que había perdido por completo el rumbo de su vida mucho más allá del brusco cambio de entorno. No es que fuese muy sorprendente para cualquier observador externo que tuviese todo el contexto: estaba en un mundo donde no podía aplicar su sentido común, con personas pertenecientes a culturas y con personalidades con las que jamás había tratado, con las que no compartía los mismos valores de una crianza amable pero poco flexible al mismo tiempo…

Lo más lógico era sentirse absolutamente superado por la situación, pero para el escamas moradas aquello suponía sentirse una carga y un fracaso. El haber tenido que empezar a aceptar que era un sanguinario tampoco ayudaba a aquel batiburrillo de confusión en cuanto a su identidad. ¿En qué se había convertido? ¿Seguía siendo el mismo Rägjynn que había llegado meses atrás o era un Rägjynn totalmente distinto? No tenía una respuesta clara, pero si tuviera que decir algo tendría que decir que sentía que no era el mismo. Y no tenía ni idea de cuánto de bueno y malo había en aquella revelación.

El antiguo Räg nunca habría tratado de practicar a disparar mejor la sangre maldita de sus ojos, a fin de cuentas. Ni pensado siquiera en dirigirla contra otras personas aunque supiese que albergaban malas intenciones. Claro que “malas intenciones” había adquirido una dimensión totalmente nueva, una que nunca se hubiese imaginado que podría ver en gente civilizada. Pero allí estaba, pensando cómo podía controlar aquella característica que en su mundo de origen le habría supuesto el ostracismo social absoluto y emplearla como arma contra aquellos que amenazaban sus vidas. De hecho, con el paso del tiempo se dio cuenta de que le ardían los ojos con mayor frecuencia, la señal que avisaba de que sus globos oculares iban a expulsar sangre sin poder impedirlo. Desconocía si así era como le ocurría a otros sanguinarios, o si el estrés cada vez más creciente era el factor determinante. Pero ya daba igual. Saguinario o no, maldito o no… Aunque se sintiese diferente seguía teniendo claro que lo único que quería era no perder a nadie más. Era una suerte que acabasen de descifrar un hechizo de limpieza que no se limitaba a las ropas.

Tuvo que recurrir a Airi en numerosas ocasiones. En demasiadas. No sabía qué hacer acerca de cómo notaba a los demás… especialmente no en el caso de Ethan… y mucho menos en el de Nohlem. Este último se había recluido de una manera que empezaba a recordarle al aislamiento de Abel, y el hecho de que hasta hacía no tanto le hubiese retirado la palabra casi por completo debido a su condición… El mjörní no guardaba rencor a ninguno de ellos por nada de lo ocurrido, y también había conseguido comprender mejor como se podían haber sentido tras poner las cosas en perspectiva; pero seguía sintiéndose como si le hubiesen asignado la tarea de hacer que todo el mundo se llevase bien y se encontrase de pronto con que solo gesticulaba y abría y cerraba la boca mientras todos pasaban delante de él en distintas direcciones. Por supuesto, nadie le había puesto aquella tarea. Se la había impuesto él mismo inconscientemente, y era una tarea imposible siquiera de empezar. Cuando se planteaba preguntarle a Connor o Rick si creían que había algo que pudiera hacer para mediar… simplemente desechaba la idea enseguida. Estaba seguro de que nadie iba a reaccionar bien a la sugerencia, tan solo era lo que quedaba de su antiguo yo buscando imposibles. Aquel Rägjynn estaba muy lejano y no se encontraba en un mundo alienígena.

Hizo, de todas formas, todo lo que pudo. Consultó con le sanaí sus dudas y le explicó las frustraciones al respecto que fue capaz de verbalizar. Entre ambos decidieron ser más resolutivos y tomar más la iniciativa. Sentían que se lo debían. Al menos eso… Y, por supuesto, también estar todo lo presentes que pudieran para Aniol y Damian. Este último había empezado a buscar de nuevo muy activamente su compañía, y el mjörní siempre la aceptaba con el mejor ánimo que fuese capaz de fingir. Le preocupaban enormemente los terribles dolores de cabeza que lo asaltaban, y no parecían poder hacer demasiado por ayudarle, pero siempre estaría allí para hacer cualquier cosa que pudiera aliviar su dolor, así fuera simplemente acariciar su cabello o alejarlo de fuentes de luz.
Atendía también a Aniol siempre que el niño quisiese, preguntándoles a ambos por las cosas que les gustaban, interesándose por los libros que habían sacado de la biblioteca, proponiendo juegos que pudiesen llevar a cabo en el torreón… Y, por supuesto, también contaría con el polaco para la tarea que se habían propuesto le sanaí y él de preparar muchas, muchas más runas que pudiesen ser útiles al grupo.

En algún punto se dio cuenta de que había estrellas en el cielo nocturno. Una destacaba sobre todas las demás, pero desde que lo notó, le parecía que cada día había más… ¿Sería imaginación suya? Lo comentó con algunos de sus compañeros para ver si también tenían la misma impresión. El cielo nocturno se había vuelto extraño. Era como si le resultase reconfortante y… ¿desasosegador? No sabía muy bien qué palabra usar para definirlo. Pero eran ambas cosas a la vez. El que hubiese coincidido con notar aquellos extraños brillos alrededor de Aniol, y los colores que se veían cuando Nohlem estaba presente solo acrecentaba dicha sensación. Pero no sabía explicar por qué era así. Le sorprendió que Rick le preguntase justamente sobre aquello, aunque él no había notado nada similar en sí mismo, porque le hizo pensar que no era el único que notaba… ¿El qué? No lo sabía.

De todos modos, con el pasar del tiempo y ver que por mucho que se esforzase la situación no mejoraba demasiado, aquello iba pasando cada vez más a segundo plano y el estrés y la ansiedad seguían siendo los protagonistas de sus sensaciones. Solo se permitió sentir algo de alivio cuando el varmano pareció volverse un poco más presente y no retrocedió cada vez más. Era más que triste que fuese así con el humano de largo pelo negro como para “perder” a Nohlem también de aquella forma.
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Y así, aquella mañana se sentía igual de poco preparado que el día que habían salido con una meta fija que los había llevado, para bien o para mal, a aquel punto. Pero no alzó su voz en desacuerdo, si no que mostró su apoyo a la petición de Aniol. Más proactivo, se recordaba a sí mismo. Por poco que le gustase poner a los niños en peligro o que el miedo siguiese estando muy presente, explorar zonas nuevas era lo que les había permitido obtener, si bien no mucha información, recursos. Y a fin de cuentas, ciertas últimas palabras de cierto insecto les había implantado una serie de dudas en su cabeza que no estaba dispuesto a admitir sin más. Cualquier posibilidad de encontrar algo que las contradijese era bienvenida. Mientras iba en busca de su habitual jō y de pronto se encontraba escogiendo una lanza con punta metálica sin dudar demasiado, decidió que sería mejor ignorar todo lo que flotaba en el fondo de su mente y centrarse en lo que debía hacer.

Intentaría permanecer al frente, más centrado en el peso del arma que cargaba a la espalda de lo que le gustaría, pero con menos miedo del que pensaba que tendría la primera vez que aquello sucediese. El que pudiera tener en el caso de necesitar usarla, era algo de lo que se ocuparía el Rägjynn del futuro, ya fuese cercano o lejano.

Sigue en el Cementerio.
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