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Subterráneos

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Subterráneos - Página 27 Empty Subterráneos

03/08/11, 11:04 am
Recuerdo del primer mensaje :

Los subterráneos ocupan todo el subsuelo de la ciudad y están plagados de horribles criaturas. Se puede entrar en ellos desde cualquier punto de la ciudad y puedes salir en cualquier sitio.

Descripción más detallada sacada de la saga:

Raven

Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivación

Subterráneos - Página 27 Empty Re: Subterráneos

16/05/24, 01:10 am
Aniol se acercó sí, pero no pudo decir que le diera su mejor atención médica. La gente seguía movilizándose a su alrededor y sin más tiempo que perder tras observar como superficialmente tenía menos moratones que el resto lo dejo ir. Había otras preocupaciones rondando su mente, unas tan densas que le hicieron desviar la vista hacía el otro lado del foso. El resto del grupo marchaba y él solo podía contentarse con un par de despedidas simples, poco decoradas. En parte anhelaba que alguien le hubiera dicho que todo iba a estar bien, que le hubieran consolado aquel mar de dudas constante, pero era muy complicado rescatar un naufragio cuando todos se estaban ahogando en el mismo océano.

-Ya se que no lo es, solo no quiero pensar mucho en ello.

Fue lo único que logró responder a Rick con un nudo en el estómago. Claro que sabía lo que tenía pero pronunciarlo en alto le despertaba miedos que llevaba incrustados bajo su piel, en forma de un metal sujeto al hueso. No volverás a caminar le habían dicho en su día y ahí estaba cojo pero andando, preguntándose si aquella historia se repetiría con su brazo o si quedaría muerto y olvidado. Se sentía maltrecho, no mejor que un juguete roto al que dejaban abandonado al fondo de la caja y esa emoción tan tirante le estaba obligando a bajar la mirada hacía el abismo negro que los dividía.

Pues las heridas a veces iban más allá de lo que uno veía y las suyas estaban ocultas en forma de anhelos. Siempre había sido el hermano pequeño, el consentido que pisaba un sendero ya creado con anterioridad. Se había acostumbrado a que Jasper estaba ahí, preparado para abrazarlo en sus momentos más bajos y consolarlo cuando no se viera capaz de continuar. Ahora en cambio, la soledad dolía más de lo que todas sus heridas podían hacerlo y ese miedo, esa incapacidad de verse seguir adelante le mantuvo en el borde.

Por un segundo, un momento tan ínfimo como lo que tardaba la arena de sus pies en deslizarse hacía el foso sintió la tentativa. Era un martilleo constante, la alarma de un coche estropeado, el frenazo ensordecedor que sólo él escuchaba. Era el silencio abismal que quedaba tras el estallido, por que si, le aterraba el accidente, pero más lo hacía saber que su hogar estaba vacío. Se permitió desinflarse ahora que nadie lo veía, de sentir la necesidad de querer un amor del que no se sentía merecedor. La culpa, el miedo y la incertidumbre crecieron hasta que su mano buena acarició una piel que apenas mandaba un cosquilleo apagado a su cerebro.

¿Por qué seguía intentándolo?  Se esforzaba en ser fuerte por los demás, como si tuviera una deuda invisible que saldar, pero entonces…

¿Qué ocurriría cuando ya no estuvieran?

Ethan respiró hondo, apenas un suspiro roto mientras escuchaba como las pisadas de su grupo estaban cada vez más amortiguadas por la distancia. Debía de avanzar, por ellos ni que fuera. El dolor del hombro seguía presente, tanto como las durezas de unos moratones cada vez más violáceos y el continuo desenfoque de una vista cansada aún así llegó junto a ellos para permanecer último. Pronto empezaría a notar la ausencia de la malla pero tras la confesión de Rick era bastante más preocupante su tobillo salido que su cojera temporal.

-No hay salida. -Comentó lo obvio aún habiendo llegado último, centrándose lentamente en aquello que señalaba Damian. Lo borroso de la imagen empezó a desaparecer tras varios pestañeos hasta que un esqueleto tan carcomido por el tiempo que parecía irreal se mostró ante él. -El libro, quizá es algo útil.

Respondió agachándose con cierta torpeza. Tomaría los objetos de uno en uno, primero el libro y luego el collar para ofrecerlos al primer voluntario que quisiera cogerlos pues ni sabía de magia ni dudaba que empezara hacerlo ahora por el contrario podría darle un mejor uso a la toga medio carcomida del antiguo mago.

-Ah ehm… ¿Rick te importa sí?

Dirigiría una mirada apurada a su compañero mientras desvestía sin mucha elegancia al cadáver. Por suerte el cúmulo de huesos era suficientemente irreal como para que le diera menos grima robar una tumba. Si el neoyorquino no se oponía o pedía para sí la prenda Ethan no tardaría en probarsela como buenamente pudiera. Todo por no morirse de frío y sobre todo, por no verse el maltrecho cuerpo.
Giniroryu
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas

Subterráneos - Página 27 Empty Re: Subterráneos

16/05/24, 10:00 am
El libro está en tan mal estado como parece, completamente polvoriento y desgastado, el pergamino en su interior amarillento y sucio. La portada es marrón y apenas queda rastro de lo que hubiese en ella. Al abrirlo, Rick podrá comprobar que no se entiende absolutamente nada de lo escrito en él: no está en idioma Rocavarancolés. A priori tampoco parece contener instrucciones para hechizos, por lo menos no hay nada que se parezca a las instrucciones del libro de cocina que ya les es familiar. La ausencia de dibujos para los gestos de la mano es lo más evidente.

El colgante es otra historia completamente distinta, una sin letras pero con mucho más que decir. En cuanto Aniol toque la piedra notará que algo está afectando a su cuerpo a marchas aceleradas. Un leve hormigueo será el primero indicativo de lo que está ocurriendo, siendo más notable en su vientre: cualquier otra herida que haya sufrido durante la caída se verá completamente restaurada en cuestión de menos de un minuto. El proceso no es doloroso

El hechizo de recomposición que contiene el colgante del mago fallecido no pudo llegar a tiempo para salvar a su dueño, pero acababa de ofrecer un gran alivio al polaco. Si alguien más lo toca, el hechizo volverá a hacer efecto una segunda vez, pero su carga se terminaría ahí por el momento: no contaba con una gran capacidad para ser el artefacto de un mago
Aes

Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.

Subterráneos - Página 27 Empty Re: Subterráneos

16/05/24, 05:06 pm
Después de sacar fuerzas para responder a Airi algo engulló la voz de Aniol. Dentro de lo que cabía todos parecían estar bien y el monólogo de Damian era un claro indicativo de ello. Pero seguía teniendo miedo y su cuerpo comenzaba a entender en qué clase de pesadilla estaban metidos. En algunos momentos reunía esperanzas y en los segundos siguientes una sensación asfixiante se apoderaba de su cuello con tanta fuerza que tenía que hacer esfuerzos por no hiperventilar.

La presencia de Ethan le calmaba. La sangre de Räg lo desajustó.

Las bromas de Connor fueron un bálsamo familiar. La sonrisa de medio lado de Nohlem provocó que no cesara de mirarle hasta que su figura se recortara tras la niebla verde.

Sus pulmones ya respiraban bien y las piernas le impulsaban a andar. Pero su corazón debía "basta". En realidad lo gritaba en mayúsculas. "BASTA". Como una montura encabritada que se niega a seguir.

Y así permaneció mudo, al fin y al cabo nadie resonaba por encima de un tornado. Y este era una vorágine de luces y sombras para la que no podía sacarse una recete improvisada de las de su padre.

Mudo ante el perdón de Damian al que solo le devolvió una mueca avergonzada.

Mudo y esquivo cuanto Ethan trató de revisar su estado.

Al menos asintió cuando Rick le pidió ayuda al internarse dentro del camino e invocó una llama en la palma de su mano. Más lo hizo mudo también.

Y de repente el esqueleto. El niño ahogó un gemido a la par que el resplandor de su mano titiló por el movimiento brusco que realizó al echarse a un lado. Se habría aferrado a la tela de Rick por el susto de haber existido una. En su lugar, saboreó el dulce pánico durante unos instantes. No fue hasta que sus amigos se acercaron que sus niveles de cautela se redujeron considerablemente, permitiendo que tomara el colgante que el medio japonés les tendía mientras se apoderaba de la túnica de aquel hombre muerto.

No le dio tiempo a reflexionar sobre su historia, ya que tocar la gema le hizo vibrar con el cosquilleo inconsciente de quien está escribiendo la suya.

Oh... —era agradable, era bonita, quizás podía guardarla para dársela al granta más tarde, si es que le volvía a ver. —Uh... qué... —Aniol se giró hacia Ethan y Rick con los ojos llorosos por lo evidente. El hormigueo estaba resultando reparador, no solo se sentía aliviado sino que los moratones se desvanecían con rapidez—. Me ha... curadu... mira... Ethan... ¡Mirad! —levantó la camiseta, dejando que se viera su panza intacta a pesar de estar bajo una prenda empapada en sangre.

Sus ojos color miel revolotearon repleto de intentos de asimilación. Dio un giro sobre sí mismo al estilo de Cenicienta o la mismísima Ania en el palacete. Debía ser un milagro. Debía serlo porque a excepción de la suciedad gozaba de la misma salud con la que contaba antes de precipitarse hacia el vacío.
Kanyum

Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma

Subterráneos - Página 27 Empty Re: Subterráneos

17/05/24, 01:45 am
La vida de Räg no cobraba peligro, pero a oídos de Nohlem eso sonaba a mentira. No toda la sangre significaba riesgo, un corte de papel es molesto y aparatoso pero nada más, sin embargo esa cantidad de sangre saliendo de algo tan sagrado como los ojos...

No.

Arrugó el morro.
No era normal.
Como tampoco lo era que Räg sonase tan vivo. Al menos parecía no haberle explotado el cerebro realmente.

Les esperó antes de perderse dentro de la oscuridad tras la niebla, sin atreverse todavía a mirar al mjorní a pesar de la incertidumbre por su estado y la cercanía. Por suerte el trabajo que tenían por delante cundía bastante más que reavivar la llama de un recuerdo demasiado reciente y explícito, consistente en simple y llanamente avivar una llama en su forma más literal.

Bien pensado... —se atrevió a decir con un hilo de voz a Airi, un intento de hacerse presente, calentar cuerdas y recuperar el habla. No había podido despedirse en condiciones de los niños, de Rick y en particular de Ethan, lo cual empezaba a carcomerle en sus peores posibilidades. Demasiado tarde. Cuando se volteó a mirar ellos ya habían desaparecido túnel adentro. El pensamiento le encogió el corazón.

Se tragó el suspiro, suspiro que habría movido más la llamita de lo que la estaba moviendo nada dentro. Tampoco es que tuvieran otra elección. En un principio entró tras Connor, quien entre todos los presentes más seguridad le proporcionaba, por no decir más pantalla tras sus anchos hombros... Pantalla que terminó siendo molesta para mirar adelante y seguir la luz. Detrás estaba más seguro pues nada iba a atacarles por donde habían venido, pero más pesaba la angustia de no ver nada que la calma de tener un escudo humano. Especialmente si ese escudo era su amigo, y si algo le pasaba a él de nada serviría huir por donde habían venido. Era muerte o muerte en acantilado, e independiente de tales opciones de mierda Nohlem no quería perder a Connor. Era cuestión de cariño, de camadería. Acabó a su lado, escrutinando las sombras que la luz de le sanaí arrojaba sobre el túnel y los pequeños -y no tan pequeños- mamíferos que lo habitaban. El siseo de un murciélago le hizo sujetar el arco, sosteniéndolo por delante mientras preparaba por si acaso una flecha. El único que le gustaba de esos bichos era Antorchita.

Sin pretenderlo sus pasos se fueron haciendo más lentos, más silenciosos. No es que fuera claustrofóbico (se había escondido en suficientes armarios para saberlo), pero aquel sitio se sentía como una tumba. No, peor. Como el estómago latente de un animal que por error los estaba digeriendo vivos. Y entonces justamente lo escuchó. Su piel se erizó, sus orejas se alzaron sin rumbo fijo en busca de la criatura dueña de esos sonidos y sus manos se pusieron rígidas, como listas para disparar. Menos mal, parecía que algo de instinto de supervivencia sí le quedaba. Asintió a Connor, no queriendo hablar por esta ocasión, en el fondo decepcionado de que no fuera su mente asustada la que se hubiera inventado los ruidos. No eran buenas noticias. Cuando el canadiense comentó lo de reventar a lo que se escondiera ahí dentro el varmano volvió a asentir con una convicción que solo podía ser prestada. Como silenciosa aprobación alzó un poco más el arco.

Parte de su frágil valentía se esfumó al voltear hacia Airi y Räg (dada la tensión se le olvidó su incomodidad con el último, y para cuando fue consciente de a quien se dirigía ya era tarde para mirar a otro lado), recordando entonces que no todos eran grandes e intimidantes como Connor- él incluido. Santos. Estaban fregados. Por favor, rezaba porque a los otros les estuviera yendo bien. No sabía que le aterraba más, si no salir de ahí o verse más solo que ayer.

Intentemos pasar lo más rápido y silen- —empezó susurrando, interrumpido entonces por algo que le hizo abrir mucho los ojos. La llama se movía. Viento.
Una salida.

>>¡Hm! —masculló, señalándola con la barbilla repetidas veces. ¿Así es como lucía la esperanza?
Harek

Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma

Subterráneos - Página 27 Empty Re: Subterráneos

17/05/24, 01:34 pm
El chiquillo asintió y poco después ya había conjurado una llama a su lado para avanzar por la galería, aunque su silencio le preocupaba. Desde el primer día Rick había pensado que, incluso peor que todo lo que pasaba en esa ciudad, era terrible que los niños tuvieran que sufrir esas macabras pruebas. En ese momento aquella idea solo ganaba más fuerza a cada segundo que pasaba. Le hubiera encantado ofrecerle algunas palabras de ánimo o un simple gesto de compañía pero, ¿acaso podía o funcionaría de algo cuando todos estaban tan sobrepasados con la trampa y las heridas? Lo único que les quedaba era seguir adelante los cuatro juntos.

Por eso mismo se quedó mirando con cierta preocupación a Ethan, que seguía a los pies del abismo que los separaba de sus compañeros. Había confiado en el británico, pero aún así era un alivio confirmar que sabía de la gravedad de sus heridas. No podía hacer mucho más si había decidido no pensar en ellas por un motivo u otro, pero esperaba que su ruego hiciera algo de efecto y lo tuviera en cuenta. Eso y que no le hubiera bajado los ánimos sin querer, claro. Solo cuando el chico mostró un signo de ir con ellos empezó la marcha hacia la posible salida.

Con su arma en la mano libre, el neoyorquino avanzó al ritmo de la llama de Aniol, preparado y tenso por lo que les pudiera esperar más adelante. Sus ojos se movían al mínimo movimiento que captaba entre las sombras, aunque por suerte solo eran escarabajos y ratones que se escondían en cuanto pasaban cerca de ellos. De vez en cuando se fijaba rápidamente en la llama por si se movía por alguna corriente de aire, pero nada. Pasado un poco más llegaron por desgracia al final del camino sin salida. Rick soltó un pequeño "tsh", les tocaba volver atrás y probar por otro, pero todavía quedaba una sorpresa allí. En cuanto oyó el quejido del polaco se adelantó un paso en guardia para protegerlo, aunque se calmó algo en cuanto se percató de que lo único que había allí era un esqueleto. No es que aquello le ayudara a pensar que tenían alguna forma de salir, pero lo que señaló Ethan le dio una pizca de ánimo. -En cuanto terminemos de comprobar el libro- le dijo al italiano antes de acercarse al cuerpo.

De todos los lugares donde podrían encontrar un grimorio aquel no era el primero en el que habría pensado, pero desde luego sería una alegría si conseguían volver a la superficie con nueva magia. Tomó el libro en cuanto el británico se lo tendió y, con cuidado de mantener el apoyo de la vara recto, dejó libre la otra mano para poder examinar su contenido. -Oh, claro. Todo tuyo- contestó a su compañero antes de ponerse a ello. Ya que le había cedido la media, prefería que el chico tuviera algo con que cubrirse el torso, pero además el neoyorquino estaba haciendo todos sus esfuerzos para no centrarse en el frío, menos mal que la adrenalina colaboraba un poco. Un posible resfriado no sería nada comparado con el resto de cosas de las que tendría que ocuparse en el torreón, podría aguantarlo.

Con los resquicios de ilusión que le quedaban, Rick empezó a ojear el libro pero... Al principio frunció el ceño extrañado por si acaso con la poca luz no estaba viendo las letras, pero a medida que pasaba las páginas más le quedaba claro que estaba escrito en algún idioma que desconocían. Además tampoco parecía haber gestos como los que tenía el libro de cocina, lo cual no era buena señal. -Mierda... No puedo leerlo, pero tampoco parece que sea un grimorio. Tal vez...- fue comentando para informar al resto hasta que la voz de Aniol consiguió llamarle la atención. Entonces le dio igual el libro.

-¡¿Cómo es...?!- exclamó con los ojos abiertos de par en par. Rick no se había fijado en todas las heridas del niño, pero por simple comparación con su ropa era evidente que cualquier corte que hubiera tenido minutos atrás acababa de desaparecer sin dejar rastro. Por unos instantes, la neutralidad hueca de su interior se vio sustituida por una alegría enorme, una pizca de esperanza en un lugar en el que solo esperaba más desgracias. -Podríamos... podríamos curar a todos con el amuleto, tenemos que llevárnoslo- se le iluminó la cara mientras sus ojos empezaban a empañarse un poquito. Nada más de brazos rotos y extremidades fuera de su sitio, aunque las heridas más profundas, las que no podían verse, seguirían ahí.

Y ya que estaban allí... El neoyorquino miró a Ethan, por si estaba pensando lo mismo que él, y entonces se giró al italiano. -Damian, cógelo- le invitó a ello, emocionado por la idea de que el chiquillo se ahorrara todo el dolor que estaba soportando. Se curarían todos, pero primero serían los pequeños.
Giniroryu
Giniroryu
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas

Personajes :
Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
Lethe: Horus, enderth.
Rägjynn: mjörní.
Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.


Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.

Armas :
Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
Irianna: arco y estoque.
Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
Lethe: arco y lanza.
Rägjynn: jō.
Naeleth: arco, sai y báculo.


Status : Gin: do the windy thing.

Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.

Subterráneos - Página 27 Empty Re: Subterráneos

17/05/24, 04:24 pm
Sonrió débilmente a Connor.
Sí, gracias… No duele, así que bueno… No es tan malo, supongo.

Intentaba ser optimista al respecto, pues en realidad no sabía si nadie iba a tener el conocimiento necesario para poder recolocarle su brazo. Y, además, cuando Airi conjuró la llama le recordó que en realidad que no doliese era lo de menos: estaba inutilizado para lanzar hechizos en caso de ser necesario. Darse cuenta le hizo contener una mueca de desánimo, no queriendo añadir aún más al pesado ambiente, aunque estaba resultando una tarea titánica.
Notó que Nohlem lo evitaba, probablemente porque estaba siendo demasiado consciente de sí mismo.
<<Te evita porque sospecha algo. ¿Los ojos no eran muy importantes para los varmanos, además?>>.
Los pensamientos intrusivos volvían mientras observaba la espalda del granta con la mirada perdida.

Quería volver a refutar sus propios argumentos, y la maraña de ruido que era su cabeza le estaba exigiendo que prestase toda su atención a su interior, pero eso no era posible en aquel momento. La cercanía de Airi, que parecía preocupade por él, y el ambiente a su alrededor lo anclaron lo justo a la realidad para evitar que se volviese a paralizar. Las pequeñas criaturas que a veces incluso les siseaban molestas eran difíciles de ignorar. Por suerte, ninguna parecía tener interés en hacer nada más que quejarse de su presencia disruptiva. Sobre todo, Räg temía que incluso si algo relativamente inofensivo saltaba hacia ellos repentinamente…

Las advertencias de Connor y Nohlem le hicieron detenerse sobre sus pasos. Él también lo oía, por supuesto. Intentó discernir de donde venía, pero posiblemente por la propia naturaleza de la gruta donde se encontraban el sonido hacía eco de forma que era difícil distinguirlo. ¿Estaba más adelante? ¿Acababan de pasar cerca de… lo que quiera que fuese que hacía esos sonidos? La extraña neblina también hacía que fuese difícil ver mucho más allá que a su alrededor.

Pero, por supuesto, el humano tenía razón: solo tenían un posible camino que seguir y además la idea que había tenido le sanaí estaba dando sus frutos, justo como hizo notar Nohlem en ese instante.

Asintió, queriendo responder a su frase inacabada. Tenían que tener extremo cuidado, porque tratase de lo que se tratase, desde luego no sonaba a que compitiese en la misma categoría que las criaturas que les habían estado evitando hasta ese momento. Ojalá estuviese mucho más lejos de lo que parecía y solo les estuviese llegando un eco lejano. Sobre todo, porque ni siquiera iba a poder participar en el “plan” de Connor con su brazo inútil.

Al empezar a avanzar se toparon con un desnivel: el suelo se elevaba un poco formando una pequeña oquedad bajo este. Podían treparlo sin demasiados problemas, aunque el mjörní caminó hacia un lateral buscando si había forma de rodearlo para no tener que volver a pedir ayuda. Efectivamente, el saliente solo cubría una pequeña parte del camino.
Por aquí continúa plano —dijo sin alzar mucho la voz, para informar a sus compañeros por si querían ahorrarse el esfuerzo.

Otro resoplido. Se giró, pues le dio la impresión de que venía desde atrás, pero no estaba seguro en absoluto. ¿Sonaba más cerca? Tampoco lo tenía claro. Maldijo para sí, cada vez más nervioso.
Isma
Isma

Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidad
Personajes :
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad. Sufrirá de vez en cuando migrañas con aura.

Armas :
  • Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
  • Damian: Dientes
    Daga

Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj

Subterráneos - Página 27 Empty Re: Subterráneos

17/05/24, 04:40 pm
El italiano soltó un bufido por la nariz, viendo lo que era un tipo que solo era huesos, una toga y portando un libro y un adorno curioso. Encogió el rostro, pensativo y, sobre todo, recordando aquella cicatriz con tantísimos huesos de cosas que se quedaron en eso, huesos. ¿Lo que tenía delante tendría carne antes de ser eso, huesos?

Prefirió no indagar más en su mente, eso le perturbó lo justo para no querer pensarlo demasiado puesto que se le hacía ya escabroso dar vueltas a quien era o qué hacía ahí. En su lugar, se conformó con la presencia del libro y asintió ante la declaración de Ethan. Sí, el libro quizás tenga cosas parecidas al de cocina o… no tendría nada.

Mientras el susodicho agarraba lo de utilidad, incluido el collar ese tan raro, Damian estuvo aun raro con aquel esqueleto, miraba sus cuencas vacías donde antes había ojos. Joder, que extraño se veía. Tenía dientes, brazos por ahí, piernas por allá, algún que otro hueso suelto pero en su complexión… De nuevo empezó a indagar, distraído, embobado. En aquello era la primera vez que tenía lo mas parecido a un cadáver de cerca, alguien dormido como la pelirroja pero desecho, todo en ese maniquí de calcio exhibía tiempo, hasta en la ropa.

Ropa que Ethan retiró no sin antes pedir la opinión de Rick. Ambos conformes, lo desvistió de una forma que despertó a Damian de estar en Marte, parpadeando un par de veces y recolocando un poco el brazo con dolor, siseando por los pinchazos. No dejaba de ser un montón de huesos, palos blancos pero aquella experiencia no se le quitaría fácilmente del cabolo.

Oh, ¿te lo vas a poner? —regresando al mundo real, Damian preguntó al ver a su amigo ponerse el collar. Se veía guay, plateado y con un brillante de color verdoso. De pronto, Aniol estaba mirando a Rick y Ethan como si pasase algo y Damian se acercó, mirándolo—. ¿Estas… bien?

Y vaya si lo estaba. El polaco se curó de un momento a otro, todas las heridas y hasta su panza que, por la sangre, parecía tener algún corte chungo, estaba libre de daños. El italiano estuvo perplejo, una suave sonrisa de sorpresa se le dibujó en la cara, llevando a la alegría de verlo bien.

¡Estas como… como nuevo! ¿Quee? —Damian no cabía en sí, uniéndose a Rick y a su sorpresa.

De hecho, el neoyorkino tuvo una idea que, de hecho, vaya si le gustó a Damian. El circense, ante el amuleto, se puso nervioso y con mucha esperanza.

¿¡E-e-el colgante para mí…!? E-eh... ¡Vale, vale! ¡Dame, dame! —con algo de ansia, extendió su brazo bueno hacia el colgante y lo agarró entre sus dedos.

Ahí es donde empezó lo extraño y donde entendió la sorpresa de Aniol. Mirando a los tres con los ojos como platos pudo sentir un hormigueo en su cuerpo, siendo aun mayor en su brazo que parecía moverse solo. Bajó la mirada al cabestrillo de mientras las rozaduras, moratones y cortes iban cerrándose ligeramente, le daban ligeros escalofríos aquellos movimientos pero no dolían. Al contrario, le estaban haciendo sentir mejor y al cabo de un rato el hormigueo cesó. Por instinto se llevó la mano al brazo y, esperando un chispazo de dolor, no hubo nada, no había siquiera un bulto entre el mango de la lanza que aseguraba su brazo. Aun conservaba ciertos daños en su piel pero…

No… ¡No me duele! ¡Tios, no me duele nada! —meneó con saña el brazo aun dentro del cabestrillo, perplejo. Sus músculos retenían un poco de aquella caída pero si fuese por el brazo, estaba entero. Se desató el apaño de Ethan y los demás, dejando libre el antebrazo que lucía recto, sin ningún signo de haber estado roto. Damian estuvo apunto de llorar, sintiéndose aliviado y agradecido y con el corazón acelerado—. Lo tengo bien... ¡Lo tengo bien! ¡Que lo tengo entero! ¡No me lo puedo creer que ya no está roto!

Extendió la extremidad, con una enorme sonrisa. La levantó y todo, como si fuese un trofeo que mostrar al mundo entero.

¡Ah claro! ¡Vosotros también lo deberíais de probar! ¡Que alguien lo pille, a mi me ha curado! ¡Quedáis los dos, el que quiera que lo agarre que esto es mano de santo! —extendió la mano, con el colgante que recién le dio uso en ella. Habían encontrado algo chulísimo y quería usarlo ya de ya en los demás. si podía curar un brazo así de doblado, podría de sobra con un hombro o un pie hecho mierda.
Tak
Tak
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
Kin: demonio raigaurum irrense.
Ayne: anima sinhadre.
Eara: sinhadre sin esencia.
Nime: demonio mineral libense.
Iemai: cercana, fallecida.
Airi: sanaí.


Unidades mágicas : 8/8

Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.


Armas :
Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
Kin: alfanje y guan dao.
Ayne: sable.
Eara: ballesta de repetición.
Nime: dagas.
Airi: vara y arco.


Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧

Subterráneos - Página 27 Empty Re: Subterráneos

18/05/24, 01:16 am
Separarse del otro grupo le produjo una sensación dolorosa en las entrañas, como si le estuviesen arrancando una parte de sí misme. No tenían otra opción, tenían que tomarla aunque fuese a regañadientes. ¿Pero y si se perdían? ¿Y si solo había salida de un lado? ¿Cómo se iban a comunicar si ocurría algo? ¿Deberían buscar la forma de cruzar la grieta antes de nada?

Sus preocupaciones no hicieron más que agravarse cuando se dio cuenta de que la cueva era un hervidero de alimañas, que por suerte se hacían a un lado al ver a unos extraños invadiendo su territorio. A la mayoría apenas podían verlas, entre lo que se alejaban de la luz y la molesta niebla que les rodeaba. Y la llama solo se movía con su respiración. De vez en cuando se detenía y dejaba de exhalar para observarla, pero ardía recta e imperturbable.

Caminó durante un rato cerca de Räg, pendiente de que no se sintiese mareado o algo parecido, aunque tuviese que centrar su atención en que no se apagase la llama. Sus oídos captaron también los gruñidos, que parecían reverberar por toda la cueva sin permitirles discernir de dónde procedían exactamente. Un temblor sacudió toda su columna, obligándole a detenerse y mirar alrededor instintivamente, como si pudiese ver algo por hacerlo.
Si… si se acercan los sonidos igual deberíamos escondernos… —murmuró tras Connor. Aunque no había mucho dónde.

Al centrarse en sus compañeros olvidó la llama por un momento. Esta titilaba más de lo habitual, pero no se dio cuenta hasta que Nohlem empezó a hacer gestos. Le sanaí abrió los ojos y cortó su respiración, comprobando que, efectivamente, no se movía por su culpa.
¡Sí! —exclamó bajito—. ¡Hay algo!
No se atrevía a decir el qué, definirlo. Podría ser una salida, o podría ser una abertura inaccesible. Pero era un comienzo. En realidad, y llevaba un rato dándole vueltas, si el otro grupo sabía que había una cueva debajo de la casa, quizá era porque habían estado en ella, o conocían alguna otra entrada. O quizá no y bajo la casa ya había una buena porción de suelo derruido, pero si pensaba lo primero sentía un hilillo de esperanza.

Llegaron a lo que parecía una galería nueva, más grande, que se abría tras un desnivel que podían rodear. A medida que se acercaban a aquel lugar la niebla ya se había ido disipando, y la llama danzaba más que nunca. El porqué lo verían claramente al subir el desnivel: en lo alto de la cueva había una grieta por la que se filtraban algunos rayos de sol, completamente inaccesible y demasiado pequeña para que nadie pasase por ella. La galería, que podían ver en su totalidad gracias a la poca luz que entraba, era amplia en todas direcciones, lo suficientemente ancha como para albergar una plaza. Hacia arriba se iba estrechando entre salientes de la roca y estalactitas hasta la pequeña abertura en lo alto. Aquí y allá había algunos derrumbes de rocas y arenisca, y en la zona opuesta a donde estaban la galería se estrechaba hasta crear un camino que se perdía más allá, en la oscuridad, por donde podrían continuar avanzando. Cerca de allí, incrustada en la pared de roca, había también lo que parecía una pequeña cueva oculta tras algunas piedras grandes. Nada se movía allí. Tras el último gruñido que sintieron a su espalda no volvieron a escuchar nada. Allí solo sonaba el eco de sus pasos y las alimañas habían quedado atrás, tal vez espantadas por la presencia del sol.

Airi sintió alegría y decepción casi al mismo tiempo. La luz le daba esperanza, sí, pero si aquel era el lugar que generaba la brisa, ¿serían capaces de encontrar otra pista? ¿Era aquella la única abertura que iban a encontrar aparte de la que se los había tragado?
¿Qué… qué hacemos? Por ahí es imposible salir. ¿Seguimos hacia delante? —Apretó los labios, obligándose a no verbalizar el resto de sus pensamientos.

Diagrama de la galería, por si ayuda.
Seth
Seth

Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mental
Personajes :
Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre

Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena

Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio. Tendrá episodios de vértigo postural, más frecuentes al levantarse tras dormir, que pueden durar desde minutos a varias horas.

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18/05/24, 09:35 am
La niebla impedía ver lo que cojones fuera que estuviera haciendo esos ruidos, y aunque la mayoría de animales se alejaban asustados y molestos de la luz de Airi, Connor temía que éste último fuera lo bastante grande para plantarles cara. Aunque le hubiera encantado negarlo, estaba jodidamente agotado tras aquella dura caída y todo lo ocurrido. Pensaba luchar con todas sus fuerzas si hacía falta, pero el hecho de que solo fueran la mitad del grupo ya era una puta mala señal a la hora de enfrentar peligros... Al menos su tensión y nervios estaban más relajados al tener a Nohlem al lado suya, lo que le daba una mayor confianza al recordar que fue él quien ahuyentó a Sutileza con un disparo certero de cojones. Solo esperaba que tuviera la misma buena puntería ahora si hacía falta.

Aún así no todo fue miedo y estrés, y cuando el varmano masculló hacia atrás Connor se giró intrigado y alarmado, solo para descubrir la llama de Airi bailando por una brisa. Los ojos del motero se abrieron por la sorpresa y el alivio, contagiándose por la emoción de le sanaí y sintiendo algo de puta esperanza por primera vez desde que había ocurrido todo. Connor asintió con la cabeza a los tres mientras seguían avanzando, sintiendo que unas energías renovadas le empujaban a caminar y caminar en busca de una jodida salida. Porque estaba cerca. Tenía que estarlo. Los ruidos y gruñidos no tardaron en desaparecer detrás de ellos en la distancia, y no supo si sentirse contento por ello o acojonado por haber pasado tan cerca y que no lo hubiera visto.

Pronto dejaron atrás la niebla verde y su puta cacofonía de sonidos y movimientos animales. Solo para llegar a una amplia caverna capaz de llenar una jodida plaza. Sus ojos se desviaron rápidamente hacia la luz del lugar, y nada más hacerlo no pudo evitar soltar un bufido cargado de frustración y decepción. La brisa que movía la llama de Airi solo venía de un puto agujero en la pared. Demasiado alto para poder alcanzarlo y demasiado pequeño para salir por él.

-¡Joder! ¡Mierda!-
Susurró con voz alzada el motero. Su rostro la puta imagen de la decepción y su puño derecho apretado, hasta tener los nudillos blancos en torno a la maza. Tenía que haber más agujeros como ese... Rocavarancolia era una puñetera ciudad de mierda que se caía a trozos... Debía haber agujeros más grandes y accesibles para salir.- Pues a tomar por culo, sí...- Le contestó a Airi a su pregunta de seguir adelante, mientras se encogía de hombros frustrado y negaba con la cabeza.- Tiene que haber una salida, cojones. Tiene que haberla.- Su tono de voz era preocupado, sí, pero tras esa capa había otra más profunda que era una mezcla entre la frustración y la determinación, mientras sus ojos buscaban cruzarse con los de Nohlem, Räg y Airi buscando una confirmación de sus esperanzas. Cerca de ellos había una pequeña cueva sepultada por grandes rocas, pero a ojos de Connor no tenían tiempo que perder en intentar despejar ese pesado camino. Tenían uno mucho más libre y accesible para ellos. -¿Seguimos adelante, joder? No creo que tras esa cueva pequeña encontremos una puta mierda, la verdad...-

El motero echó un rápido vistazo vigilante hacia la niebla verde, casi esperando que cualquier cosa saliera de allí y deseando con todas sus fuerzas que no ocurriera. Solo esperaba que el resto del camino estuviera libre de putas sorpresas desagradables.
Kanyum
Kanyum

Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma

Personajes :
Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
Nohlem: varmano granta. 1’69m
Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m

Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.

Status : Prrrr prrrrr

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18/05/24, 11:47 am
La ilusión prendida en el rostro de sus compañeros fue un chute de energía, uno que casi fue acallado por la pequeña vocecita en su cabeza que se preguntaba si el movimiento no se estaría dando por la respiración de un monstruo. Al tragar saliva se tragó consigo la paranoia, aún si sus ojos echaron un brevísimo vistazo detrás de las cabezas de sus amigos por si acaso. De momento no había nada... como tampoco había lugar para esconderse como recomendaba Airi. Les cundía moverse.

Vamos —susurró con apuro.

Estuvo a punto de escalar el desnivel al que llegaron cuando Räg avisó que seguía liso por delante, ansioso por cualquier señal ascendente del terreno. El resultado sería el mismo, según descubrirían después: ante ellos se abrió una amplia galería iluminada, cuya brisa arrancó al varmano la primera sonrisa genuina desde que habían caído en aquellas. Una sonrisa que tan pronto vino, se fue. La "ventana" abierta no era más que una muesca en lo alto de la cueva, demasiado lejos y pequeña para ser una posibilidad real de huida.

Mierda —pronunció meticulosamente cada sílaba, con el arco apuntando al suelo—. Por los condenados augurios —terminó entredientes mientras se acercaba corriendo a la pared.

Había más puertas por las que salir, pero ahí, bajo la luz, el granta no dejaba de pensar en falsos escenarios. Quizás si hacían una escalera, si trepaban, el de arriba pudiera de alguna forma arañar la superficie y hacer la salida más grande... y luego con una cuerda tal vez...

Que carajos. Räg tenía el brazo dislocado, ahí el único alto era Connor y encima le estaría pidiendo cargar con el peso de otras tres personas para golpear roca dura a la que quizás ni llegaban. Nohlem suspiró pesadamente, volviéndose a los demás. Su reticencia hacia el mjörní tendría que esperar, por mucho que sus ojos sangrantes fueran una grave advertencia. Al menos la imagen había dejado de ser tan grotesca.

Tenemos que seguir —respondió a Connor y a Airi, dando una barrida entre sus compañeros para cerrar la aceptación. La mención de la pequeña cueva le hizo mirar a ella, a escasos pasos de donde él estaba, inclinando la cabeza a su interior con curiosidad sin mucho resultado—. No —confirmó al canadiense—. Aquí no hay nada.

Así pues, las "puertas" se cerraban a una. Solo podían seguir. Al menos por lo pronto no era un callejón sin salida... Avanzó hasta la boca del nuevo túnel, esperando entremedias al resto. Mientras tanto observó su alrededor, buscando ver algo en las paredes (no sé, rastros de civilización o lo que fuera) antes de reparar en la niebla que habían dejado atrás. Su extraño color verde le hizo fruncir el ceño, más consciente de la misma ahora que no tenía el shock encima ni los ojos acostumbrados a su tonalidad. ¿Habrían inhalado algún tipo de veneno? Había oído historias de gente asfixiada sin saber por los gases de minas y fábricas... Su sensación de urgencia aumentó.

Venga. Ya estamos más cerca de la superficie...

_________________________________________

♪♫♬:
Raven
Raven

Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivación
Personajes : Ethan: Humano, Ingles/Japonés 1.75

Síntomas : En ocasiones, se le desenfocará brevemente la vista. El amuleto curativo se carga el doble de rápido a su contacto y además es más eficaz si lo usa sobre sí mismo.

Armas : Ethan Lanza partesana y una daga

Status : Ciego y cojo, el chiste se cuenta solo.

Subterráneos - Página 27 Empty Re: Subterráneos

18/05/24, 12:44 pm
-Ojala estuviera en inglés. -Le respondió con cierto sarcasmo a Rick cuando informó de que aquel manuscrito tenía otro idioma. A ciencia cierta y tras todo lo ocurrido bien podría estarlo que ninguno de los dos lo sabría. Movido por la curiosidad se acercó a él, asomándose por un costado para verificar que efectivamente esos jeroglíficos eran irreconocibles. -Pues vaya gracia.

Y entonces ocurrió, el collar resultó ser mágico. Ethan no pudo evitar abrir los ojos en notoria sorpresa cuando Aniol empezó a curarse, la desgracia de no tener capacidades mágicas volvía de aquellos momentos unos más chocantes. Ni con una convivencia continua haciendo pequeños hechizos podía asumir que un objeto tan pequeño cerrase heridas como si tal cosa. Aquel lugar era caótico y sumamente desagradable, pero no podía negar que esos pequeños detalles salpicaban pequeñas luces sobre un escenario tan oscuro. ¿Funcionaria para…

Negó con la cabeza, pues sus pensamientos durante un breve instante habían viajado lejos, bastante más allá de ese grupo y de los niños que debían cuidar. La verdad es que no, en el momento donde le dirigió una torpe sonrisa a su compañero neoyorquino no estaba pensando lo mismo que él. Lo hizo después, cuando el collar viajó hasta Damian y su brazo tras un leve chispazo de aquella magia regresó a su lugar. Ahí todo empezó a girar como un mecanismo que llevaba demasiado tiempo oxidado.

-Es increíble… Tu brazo! -Movido por la misma energía alegre se dirigió hacía el italiano, palpando su brazo con cuidado y moviéndolo para ver que efectivamente no quedaban marcas de una rotura por ningún lado, ni siquiera tenía ya cortes o moretones decorando su piel, solo los estragos más ínfimos seguían intactos. -Es, no puede ser!. Podríamos curarlos a todos, es, no tiene lógica.

El estupor inflaba su pecho con la ilusión que tenía un niño el día de navidad. Claro que estaba bien para poder sanar pero a diferencia del resto él estaba viendo otro panorama. Cerrar corte y limpiar rasguños estaba bien, solucionar un brazo roto era una extraña fantasía pero… ¿y las enfermedades crónicas? Aquel colgante brindaba un futuro mucho más prometedor que el simple hecho de salir de aquella cueva, le daba esperanzas. Si tan solo pudiera curar su cojera tendría que encontrar a Airi lo más rápido posible, recordarle las estrellas, los deseos y quizá con suerte ese abalorio tan ínfimo podría convertirse en la estrella fugaz que tanto anhelaban ambos. Podrían curarse del todo.

-Chicos, estamos salvados.

Comentó con un cosquilleo en la piel presa de la expectación cuando tomó el collar del pequeño para usarlo él mismo y entonces…

Nada, no ocurrió nada.

Ethan volvió a ponérselo, se lo sacó, le dio la vuelta a la piedra y hasta se lo colocó sobre la mejilla. Nada, lo único que recibía a cambio era una decepción tan apabullante con la que no quería ni lidiar. Su brazo seguía colgando, sus heridas seguían quemando y los moratones escocían con tan solo la rozadura de la capa. En un intento estupido movido por pura desesperación clavó la piedra sobre uno de los cortes que apenas le había sanado en el brazo dañado. No hizo falta más que una leve presión para que el cristal se tiñera de rojo pero ni con esas ocurrió nada. ¿Qué estaba mal? ¿Era porque no eran mágicos? ¿Porque no tenían la misma chispa que el resto? Damian se había curado y ahora tenía la duda de si el problema eran ellos o el propio colgante. Descontento con un resultado tan nefasto se lo cedió a Rick por si quería probar suerte.

-Nada, no creo que nos sirva para más. Vamos a llevarlo por si acaso pero sea lo que sea que haya ocurrido ya no funciona. -Trató de sonreír pero lo único que le salió fue una mueca pobre. -Intentemos ir por el primer camino que vimos, el que estaba más limpio.
Giniroryu
Giniroryu
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas

Personajes :
Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
Lethe: Horus, enderth.
Rägjynn: mjörní.
Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.


Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.

Armas :
Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
Irianna: arco y estoque.
Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
Lethe: arco y lanza.
Rägjynn: jō.
Naeleth: arco, sai y báculo.


Status : Gin: do the windy thing.

Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.

Subterráneos - Página 27 Empty Re: Subterráneos

19/05/24, 01:57 pm
Cuando el grupo de Aniol, Damian, Ethan y Rick se internase en la segunda galería, podrían comprobar que era bastante similar a la primera en cuanto a aspecto y criaturas que la poblaban, aunque aquella no era un pasillo recto. Al poco de caminar empezarían a encontrar desviaciones repentinas en otra dirección, desniveles en el terreno en forma de cuestas arriba y abajo, y que esta continuaba mucho más allá que la anterior. Pronto, de hecho, podrían escuchar a lo lejos los resoplidos y gruñidos que en ese momento atormentaban a sus compañeros.

La esperanza no había siquiera tenido tiempo de germinar en la destruida psique del mjörne cuando ya estaba siendo despedazada. Y aun si no esperaba nada, fue desesperante comprobar que no había ninguna salida a la vista. Solo era una simple grieta en el techo a la que no podían hacerle nada en absoluto. Una parte de él tuvo el fugaz pensamiento de que el grupo de “Karin” y Sutileza podría haber extendido la explosión hasta allí también, como un pequeño atisbo de sarcasmo tan infantil como absurdo en el que quizás estaría capitalizando si las circunstancias fuesen algo diferentes.

En lugar de eso, solo se forzó a sumarse al intento de positivismo por parte de sus compañeros: sí, tenían que poder salir de allí, y no podían detenerse… Sobre todo no con aquel inquietante sonido que parecía pertenecer a algo peligroso ocultándose en algún lugar. Al pensar en ello se dio cuenta de que ya no se encontraban inmersos en la extraña neblina verdosa. No parecía haberles afectado de ninguna manera, pero era un alivio librarse de ella y obtener mejor visibilidad.

El varmano inspeccionó lo que hubiera podido ser otro hallazgo prometedor… llevándose una segunda decepción en el proceso. Solo podía asentir a los comentarios del resto. ¿Qué otra opción tenían?

Fue poco después de que decidiesen reanudar la marcha que un ligero temblor empezó a sonar frente a ellos. Rägjynn se detuvo de inmediato, observando el camino que iban a tomar.
¿Qu… qué está pasando? ¿Se está derrumbando algo...?

La respuesta vendría en forma del sonido de la tierra temblando cada vez más fuerte, así como una enorme polvareda que salía del camino. La carrera de un animal cuadrúpedo antecedía a aquel escándalo. De entre el polvo, el hocico seguido de dos grandes colmillos que había estado produciendo aquellos resoplidos haría acto de presencia.

Antes de que su cerebro le diese la orden de que debería salir corriendo en ese caso, el estruendo aumentó, acompañado de unas pisadas y gruñidos que sin duda pertenecían a la criatura que habían estado escuchando todo ese tiempo, pero cada vez más cerca y con más fuerza. El mjörní contuvo un grito.

El horror en su rostro al ver el inicio de lo que tardó unos instantes en identificar como el morro de un animal con unos enormes cuernos a cada lado dio paso a la urgencia y miró frenéticamente a su alrededor. Si aquella bestia estaba provocado semejante desastre, no creía que pudieran correr más rápido que él. El escamas moradas señaló el hueco que había examinado Nohlem momentos antes, dirigiéndose hacia allí todo lo rápido que su estado le permitía. Con suerte podrían ocultarse allí y… No podía hacer hechizos, maldita sea. Si Airi no tenía la misma idea de inmediato, le sugeriría en voz muy baja emplear el hechizo de olor falso.

El otro grupo también había podido escuchar el estruendo. Parecía provenir desde detrás de una de las paredes de la galería donde se encontraban, aunque saber su posición exacta era casi imposible. En cualquier caso, aquella galería tenía un único camino y terminarían encontrando una apertura hacia una zona mucho más amplia: reconocerían la niebla verdosa que habían visto desde el otro lado, aunque había perdido densidad respecto a lo que habían visto anteriormente, y podrían atisbar la tenue luz del sol que llegaba desde la misma grieta que había encontrado la llama de Airi, por lo que la de Aniol también habría empezado a dar señales de moverse por la corriente que llegaba de ella según se acercaban a la salida del enrevesado pasillo. Entremezclada con la niebla se había levantado una polvareda reciente. Se encontraban ligeramente más atrasados que el otro grupo, y muy cerca de la elevación en el terreno que ellos acababan de dejar atrás. La oscuridad, la niebla y que casualmente no se habían acercado a esa pared había hecho que el otro grupo pasase por alto dicha apertura.

Por supuesto, no tardarían en ser plenamente conscientes de los sonidos provenientes del animal cuadrúpedo, pero había otro ruido que requería su atención inmediata: el de las rocas y la tierra moviéndose, que les avisaría de que tenían que abandonar su posición cuanto antes junto a la galería que acababan de atravesar. Pronto escombros y tierra comenzarían a derrumbarse en un efecto en cadena provocado por las vibraciones emitidas por estampida del animal medio jabalí medio oso , cortando con una pila de rocas la posibilidad de dar la vuelta. Aquella zona se encontraba en un estado más precario y no aguantó la agitación que al animal había desatado. El pequeño hueco que quedaba bajo el saliente estaba libre de posibles restos que pudieran continuar cayendo mientras la galería intentaba recuperar su estabilidad.

Mientras tanto, el animal llegó a la zona más iluminada y el grupo de Airi, Connor, Nohlem y Rägjynn podría verlo entero por primera vez:  se trataba de una criatura del tamaño de un oso, con pelaje marrón. Su estructura corporal era muy similar a la de este animal, pero su morro y largos colmillos eran como los de un jabalí. Gruñó con furia y olfateo los alrededores, buscándoles.
Harek
Harek

Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma
Personajes :

Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.

Armas :

  • Rick: Sable y arco
  • Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire

Status : The journey never ends

Humor : Cualquier cosa me vale.

Subterráneos - Página 27 Empty Re: Subterráneos

20/05/24, 12:51 am
-¡Claro, adelante!- asintió a la pregunta del niño, tan ilusionado como él. Si ya que a Aniol le hubieran desparecido todas las heridas le había supuesto todo un alivio al neoyorquino, que todos ellos y en especial Damian pudieran recuperarse también le daba fuerzas para seguir. Contemplo con expectación como el italiano tomo el colgante y, ahora sí, pudo ver como los cortes y raspazos iban curándose. Por un momento le extrañó que algunas heridas, aunque pequeñas, siguieran allí, pero se vieron opacadas rápidamente en cuanto el pequeño movió el brazo de nuevo.

-Joder, que bien. Menos mal que...- llegó a decir contento con la voz rota, mientras caían un par de lágrimas por sus mejillas. -Cuanto me alegro de que estéis mejor- añadió sincero para los dos niños en cuanto se repuso un poco de la emoción. Estaban muy lejos de estar bien, al fin y al cabo seguían ahí abajo y el peligro al que les habían expuesto el grupo de Karin y Sutileza era muy real por más que pudieran deshacer sus heridas, pero por un breve momento la esperanza, aunque maltrecha, volvía a pasos agigantados. Les quedaba para salvarse, pero era un comienzo.

Le hizo un pequeño gesto a Ethan para que se adelantara y fuera el siguiente en curarse, aprovechando para dejar de nuevo el libro junto a su "dueño", pero en cuanto el británico lo tuvo en sus manos el efecto no aparecía por ninguna parte. El ánimo de Rick fue volviendo a templarse mientras veía que, por más que tocara la piedra del amuleto e incluso intentara cargarlo con sangre como con los cristales, Ethan seguía con todos sus daños. -Mierda- musitó tomándolo y tocando la joya por si hubiera suerte, aunque tenía claro el resultado antes siquiera de probar. Con lo bien que les habría venido, pero sin magia no era más que una baratija... El recuerdo, empujado por el optimismo de hacía unos instantes, lo iluminó. -¿Y si se recarga de otra forma? Quiero decir, Rägjynn no había visto nunca los que tenemos en el torreón, tal vez este le suene más- teorizó con la poca esperanza que tenían. Desconocía si aquello era posible o si el mjörní habría visto algo similar siquiera, pero lo único que les quedaba era intentarlo. Le devolvería el colgante a Ethan o se lo cedería a alguno de los niños si querían cuidarlo, sino simplemente se lo colgaría al cuello para llevárselo.

-Dadme un momento- pidió cuando el japonés propuso ir por el primer camino que había visto. Ahora que Damian no iba a necesitarlo más, deshizo el nudo del cabestrillo y recuperó su camisa, que no tardó en ponerse con un poco de dificultad para mantener el equilibrio. -No se si deberíamos llevárnoslo también aunque no se entienda- giró la cabeza por un momento hacia el libro. Aunque sería poéticamente irónico que estuviera en inglés tal como decía Ethan, aunque no tuviera hechizos al menos sería más papel. Dejaría al resto decidir, él tenía que seguir con el sable y con suerte encontrarían algún libro similar y menos pesado en otra salida.

Hicieron el camino de vuelta hasta el lugar en el que habían caído y encabezó junto al polaco la marcha por la nueva galería. Al principio cuando se fueron adentrando pensó que sería un pasillo similar al anterior, pero en cuanto las cuestas empezaron a aparecer el neoyorquino entendió que no sería un camino tan fácil. Tuvo que bajar el ritmo para no caerse cuando llegaba a las pendientes, que por suerte no eran demasiado pronunciadas, pero entre el cansancio por ello y los giros que daban de vez en cuando se sentía perdido. Además, el eco que les llegaba de alguna parte no ayudaba a que se calmara, llevando tenso la espada al frente. -No me gusta como suena eso- soltó preocupado muy por lo bajo. Menos le gustó cuando los gruñidos cambiaron a un estruendo desde la pared de la galería.

Rick siguió caminando con un poco más de urgencia por si podían alejarse de aquellos ruidos y, aunque no parecían sonar más amortiguados, lo que vio más adelante le hizo olvidarse por un momento del posible peligro. -Eso es... ¿Estamos al otro lado?- preguntó con la mirada fija en lo que quedaba de la neblina verde. Le hacía pensar en la que había detrás del resto del grupo, aunque pensándolo en frío tal vez fuera otra zona completamente distinta. La claridad que se veía sin embargo le invitaba a pensar que sus compañeros estaban por allí y, quien sabe, incluso una salida.

Siguió avanzando, aunque hubo dos cosas que le hicieron pararse un instante. Por una parte, los resoplidos sonaban mucho más cerca que antes y desde luego no quería encontrarse con lo que fuera que los hacía. Y por la otra, el temblor y la arenilla que empezaban a caer del techo avisando de que la suerte se les había acabado. Miró con horror hacia arriba por un momento antes de soltar: -¡Mierda, mierda, mierda! ¡Rápido!- El neoyorquino habría corrido de poder hacerlo, pero en su estado intentaba ir todo lo rápido que podía con la vara haciendo el mayor de los esfuerzos para no tropezar hasta llegar al final del túnel, que parecía mucho más seguro. Solo esperaba que en esa sala no tuvieran que vérselas con lo que fueran los otros sonidos.
Tak
Tak
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
Kin: demonio raigaurum irrense.
Ayne: anima sinhadre.
Eara: sinhadre sin esencia.
Nime: demonio mineral libense.
Iemai: cercana, fallecida.
Airi: sanaí.


Unidades mágicas : 8/8

Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.


Armas :
Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
Kin: alfanje y guan dao.
Ayne: sable.
Eara: ballesta de repetición.
Nime: dagas.
Airi: vara y arco.


Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧

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20/05/24, 11:04 am
Airi no maldijo como Connor o Nohlem, pero compartía el sentimiento. También miró alrededor, buscando algo que se les pudiese pasar por alto, pero estaba claro que allí solo había dos caminos, por el que habían llegado y el que continuaba al otro lado de la gruta. La pequeña cueva que se veía tras unas rocas caídas no era más que un agujero en la pared que no llevaba a ningún lado. No fue capaz de emitir ningún mensaje esperanzador para sus compañeros, pero se obligó a creer que si había aquella abertura podría haber más.

No llegó a ponerse en marcha. Sintió la vibración en aumento, con ambos pies plantados en la tierra, incapaz de moverse. Primero pensó que se podía estar derrumbando alguna galería. Incluso podría ser cosa de los sádicos que los habían tirado allí, provocando más explosiones, pero después cambió de opinión. El temblor era rítmico, como pasos, como el trote de un belote, pero aún más pesado.

No hubo tiempo para prepararse. El hocico de la bestia asomó, cortándoles la huida por ese lado. Y cómo le gustaría echar a correr en dirección opuesta, pero ¿qué había de la oscuridad? No podía mantener la llama mientras corría. Ni siquiera la estaba manteniendo en ese momento, llegó a darse cuenta, porque se había apagado entre sus dedos al perder la concentración.

Airi agradeció que Räg les dijese qué hacer, porque aunque su cabeza iba a toda velocidad, sus extremidades no eran capaces de seguirla. Se escondió en el hueco tan rápido como pudo, y siguió la indicación de conjurar un olor falso. No creía poder cubrirlos a todos ellos, así que dirigió la magia a las piedras que tapaban la entrada, esperando que fuese suficiente para disimular su presencia tras esa cortina de magia. Pensó en el olor a polvo y tierra seca que solía levantar el viento en torno a su aldea, y esperó que fuese suficiente para mimetizarse con la cueva.

Pronto pudieron ver al animal completamente, rastreando, lo que en algún momento le llevaría hasta la entrada de la cueva. Todo dependía de si les veía o no. Airi solo se atrevió a echar un vistazo y después se agazapó, prefiriendo centrarse en la vibración para saber si se acercaba o no. Quién sabía si viviendo en aquellos túneles tendría una buena visión en la penumbra. Se parecía a un jabalí, quizás, solo había visto dibujos de ellos y comido su carne deshidratada. Al menos tenía la certeza de que no eran tan grandes.

Al agazaparse contra el suelo sus manos estaban apoyadas en la tierra. Una de las piedrecillas que se le estaban clavando en la piel le dio una idea, pero antes tenía que consultarla con sus compañeros. Buscó su atención con gestos y les enseñó la piedra en la penumbra. Luego fingió la moción de tirarla lo más lejos posible y los miró interrogante, como pidiendo permiso, dudando de si era buena idea o nefasta. Cómo echaba de menos el lenguaje de signos en momentos como aquel, aunque habría dado igual si sus amigos no podían entenderlo.
Isma
Isma

Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidad
Personajes :
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad. Sufrirá de vez en cuando migrañas con aura.

Armas :
  • Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
  • Damian: Dientes
    Daga

Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj

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20/05/24, 02:10 pm
Se sentía genial con el brazo en su sitio, fuerte y sano. Dejó que le mirasen el brazo sin problema, aliviado incluso de poder recibir tacto sin tener más esa sensación tan desagradable y dolorosa. Hasta muchos de los rasguños que plagaban su piel ya no existían, sentía un alivio inmenso con ello y sonrió a sus compañeros con una felicidad propia de haber esquivado algo tremendamente desagradable gracias a un colgante que le salvó el culo.

Y ya era el turno de Ethan quien agarró el cacharro verde y plateado, esperando que algo mágico ocurriese en su amigo. Sin embargo, tras varios intentos de probar de varias maneras para ver si furulaba, el collar no hizo su función en lo absoluto y su hombro seguía igual de chungo. Damian arqueó las cejas, triste por no ver en Ethan lo que le ocurrió a Aniol o a sí mismo, incluso tuvo algo de culpabilidad encima por no darse el caso. Ni siquiera parecía reaccionar a la sangre como lo hacían esos cristales de colorines ni brillaba como uno de ellos.

Joder, que coraje —reaccionó decepcionado por el collar, que parecía escacharrado. También sintió pena por los que aún estaban hechos polvo, lamentando con apuro haber sido el último en usarlo. Él no hizo nada, no tenía por qué dejar de funcionar pero… igualmente lo hizo—. Si, vamos por donde haya algún camino y salimos pronto

Se tragó aquel pensamiento amargo, sería lo mejor salir de ahí, al menos tenían un libro y aunque no leyó su contenido no había mucho por donde rascar por la reacción de ellos. Mejor eso que nada, quizás.

Iban a paso tranquilo por el nuevo camino, esperando ver si había algo más que solo una pared que los frenasen. Estuvo pegado a Ethan, mirando a Rick y a Aniol. Ya pudo ver de cerca la herida de Ethan pero su cara se arrugó al ver el tobillo de Rick torcido de aquella manera, pensando en lo que debía doler aquella cosa.

De pronto un estruendo ahogado por las paredes hizo acto de presencia, ruido que no se esperó dentro de aquellas grutas. Damian tuvo los pelos erizados, eso no le estaba gustando un pelo y se acercó más al resto hasta que viesen esa niebla de color verde. El italiano tenía miedo y como medida desesperada acercó su mano a la funda que, sorpresivamente, estaba vacía. Joder, no se había dado cuenta. ¿Donde cojones se la había dejado? Se sintió el triple de indefenso, desarmado por lo que relacionó mas con un despiste que con la propia caída que tuvo momentos atrás.

Aunque había más claridad, eso vino acompañado de un ruido proveniente de un animal, sonidos que indicaban que esa cosa no iba a ser precisamente pequeña y Damian tragó saliva, con los ojos llenos de pavor. No tardó en venir más ruido, rocoso, junto a derrumbes que fueron aumentando más y más. El pequeño no pudo hablar, el corazón lo tuvo en el puño y no se quedó otra que ir más rápido, todo lo que pudiesen sin dejar a nadie atrás por mucho que su instinto más cobarde le llevase a querer salir por patas. Quería salir con ellos, quería vivir y sobre todo que ellos viviesen.
Kanyum
Kanyum

Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Personajes :
Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
Nohlem: varmano granta. 1’69m
Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m

Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.

Status : Prrrr prrrrr

Subterráneos - Página 27 Empty Re: Subterráneos

21/05/24, 01:58 am
No me jodas —masculló en cuanto la única salida aparente empezó a temblar cada vez más alto en su dirección.

El polvo y el crugir del escenario le hizo pensar en un terremoto, pero no era el suelo quieto bajo sus pies lo que se estremecía, sino algo dentro del túnel delante. Como una reacción en cadena. ¿Se estaba derrumbando la frágil estructura por las explosiones de antes, o es que sus asesinos sabían que irían por ahí y les estaban cortando el paso? Fuera cual fuera la realidad, Nohlem dio un paso atrás a la vez que se cubría con un brazo del polvo que emergía como olas bravas.

Pum-pum-pum-pum. Pum-pum-pum-pum.

Un animal.

Olvidó que llevaba un arco consigo, la sorpresa de los gruñidos y el ruido rítmico de patas pesadas le hizo recular por instinto de presa como única defensa. Sonaba grande, demasiado grande. Miró al resto durante una fracción de segundo, el poco tiempo que le costó otear la zona en busca de un escondite. La cuevecita de antes. Si es que no se les venía encima primero, claro, pero… Mejor la sepultura que los horrores que la oscuridad les escupiera. Al unísono que la señal de Räg, Nohlem salió disparado para tomar cobertura.

Por el rabillo del ojo captó la aparición de una masa marrón, un montón de pelo y colmillo tan grande o más que un condenado osogrifo. Pensó en los inmensos lobos varmanos, pero en el momento no supo cuanto desearía que se tratase de uno de esos. Con la garganta más cerrada que sus corbatas en fechas importantes, solo cuando estuvo dentro del hueco se atrevió a asomar un mísero tercio de rostro en su dirección para verlo mejor.
La criatura era enorme, una mezcla de cosas que distinguía y no le gustaban. Rocavarancolia debía considerar que un jabalí no intimidaba ya bastante, pues lo había mezclado con lo que claramente era un depredador. El granta volvió a meter la cara dentro, con el cuerpo tan pegado a la pared que como se moviera en falso haría rodar las piedrecitas que estaba arrastrando con la espalda. Joder. Joder, estaban jodidos. Muertos, comidos. Vio a Airi hacer movimientos que solo más tarde comprendería como un hechizo, algo que había mencionado Räg (¿por qué el mundo a su alrededor sonaba como si estuviera bajo el agua?), cayendo entonces en la cuenta de que- carajo. ¡Tenía un arma!

Miró abajo, a la mano de nudillos pálidos con la que aún sujetaba el arco. Su pulso temblaba con violencia, una incoherencia respecto a lo petrificado que estaba de codos para arriba, como si a la adrenalina ya no le diera para llegar a la punta de sus extremidades. No tenía mala puntería, había llegado a atinar a tiro al plato alguna vez y todo, pero para ser honestos en toda su historia el granta solo le había disparado una vez a un ser vivo, y ese había sido Sutileza. En una criatura bípeda que además no se estaba moviendo era fácil y rápido interpretar donde estaba el corazón, pero- mierda, es que aquel ser era una mole de músculo y piel gruesa. Quizás era el miedo, pero ahora mismo hasta las formas de lo que acababa de ver bailaban en su memoria. En teoría tendría que dispararle en un costado, como a la altura del hombro, o… Joder, él no era cazador. A su ciudad ni siquiera llegaban los famosos ciempiés gigantes okaes, y un miriápodo no podía parecerse menos a lo que tenían delante.

¿En serio se le estaban anegando los ojos otra vez de lágrimas?

Nohlem tragó saliva, tapándose la boca con la mano libre para contener debajo su atacada respiración cuando escuchó los primeros olfateos cerca. La humedad de sus ojos debió secarse de la impresión, lo cual le permitió ver los gestos de le sanaí malintrepretándolos como un idiota. ¿Quería tirarle piedras al bicho? ¿¡Por qué!? En su cara de pánico se reflejarían las mismas dudas, con las cuales se le escapó un pequeño e involuntario quejido que pronto acalló encerrando su morro con más fuerza todavía bajo la palma de su mano, ojos totalmente abiertos. “¡Mierda!”. Cuando los cerró comenzó a rezar. Un par de lágrimas rodó por el viejo camino marcado.

Ya está. Si se acercaba le dispararía, no quedaba otra. Le dispararía, con suerte le daría en un ojo y... Ah- eso era buena idea. Eso era… ¡muy buena idea! ¡Si lo cegaban tendrían margen para escapar!

Separándose con cuidado de la pared, Nohlem fue preparando el arco en dirección a la entrada. Un ojo. Eso era todo. Es más, no tenía ni que ser tan meticuloso: al cráneo, iría al cráneo. No sabría atinar al corazón, pero la cabeza era una opción igual de buena sino mejor. Inspiró hondo para sacar valor del aire y le dedicó un breve asentimiento a le sanaí con efímera determinación, ignorando lo contrarios que eran sus planes.

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♪♫♬:
Seth
Seth

Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mental
Personajes :
Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre

Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena

Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio. Tendrá episodios de vértigo postural, más frecuentes al levantarse tras dormir, que pueden durar desde minutos a varias horas.

Subterráneos - Página 27 Empty Re: Subterráneos

21/05/24, 10:24 am
No hubo más tiempo para maldecir la puta mala suerte que tenían. Puede que no hubieran encontrado aún el camino a la superficie, que la luz prometedora solo se tratara de un pequeño agujero en el techo y no les quedara otra que seguir adelante. Puede que estuvieran en esa situación, pero no, no hubo tiempo para seguir lamentándose. Sin previo aviso, el suelo empezó a temblar como si de un terremoto se tratase. Escuchaba piedras cayendo en alguna parte, e instintivamente Connor levantó el brazo izquierdo para protegerse como si fuera un jodido escudo. Su vista pasó rápidamente de sus compañeros al origen de aquel temblor, más allá de la niebla verde...

Su expresión de alerta y confusión no tardó en pasar a uno de completa sorpresa y miedo. Porque esos "temblores" no eran más que pasos de algo puñeteramente grande. Eran rítmicos. Estaban vivos y llenos de energía. Y se acercaban a ellos. En una muestra de puto instinto acorralado y viéndose sin escapatoria ni escondite, Connor alzó la maza dando pasos hacia atrás mientras esperaba que aquella cosa saliera a la vista. El sudor frío recorriendo su espalda y un leve bufido como respiración nerviosa. Solo le dio tiempo a ver como unos grandes colmillos asomaban de la niebla, antes de desviar su atención hacia Räg y sus indicaciones de esconderse en el agujero de la pared. ¡Claro, cojones! Aún tenían un puto sitio adónde ir mejor que quedarse quieto como el gilipollas que era. Casi le dieron ganas de darle un jodido abrazo a ese lagarto cabronazo por recordarle el escondite.

-¡A la puta mierda...!- Soltó en un susurro jodidamente asustado mientras seguía a los demás hacia la pequeña abertura de la pared, con pasos apresurados a medio camino de la carrera. No era el mejor puto escondite del mundo y tampoco el más espacioso, aún así el motero intentó pegarse lo más próximo a la piedra mientras escuchaba los gruñidos y bufidos de la criatura. En la semi oscuridad del agujero, Connor intentó centrar su atención en los demás para intentar distraerse de los ruidos de la bestia y así poder controlar su respiración agitada. La cara aún manchada de sangre de Räg, los gestos que hacía Airi y que reconocía como un puto hechizo al que no sabía ponerle nombre, Nohlem tapándose la boca con urgencia ante aquel peligro... Por su parte, casi sin darse cuenta la mano derecha de Connor había empezado a temblar en una especie de deja vú como con aquel puto monstruo hecho de sombras, hacía ya un tiempo. Porque sentía que el peligro era algo similar. Nada de ratas lanzadoras de espinas y esas mierdas, no... Aquel animal era grande y reventarle la puta cabeza como había dicho en un principio... Ni siquiera entraba dentro de las posibilidades. ¿De verdad habían pasado por delante de esa cosa antes en la niebla? Se cambió la maza de la mano derecha temblorosa a la izquierda, en un intento de evitar que se le cayera al suelo e hiciera ruido.

Connor echó un rápido vistazo para ver por dónde estaba el monstruo, solo para esconderse de nuevo y apresuradamente con un bufido nervioso. Estaba ahí. Ese puto monstruo los estaba buscando, olfateando. ¿Estaría oliendo la puta sangre que llevaban encima? Al contrario que el esqueleto de sombras aquel ser era más... ¿normal? Desde luego esa no era la puta palabra, pero Connor había distinguido en su figura rasgos de oso y jabalí. Era una puta mezcla de ambos animales. Así que al menos le pareció algo más físico y "terrestre", aunque no por ello menos peligroso. Quiso cortar su respiración nerviosa aguantando la respiración, pero descubrió que aquello era un arma de doble filo. En ese momento no tenía ninguna jodida capacidad de aguante y cuando volvía a respirar lo hacía con más descontrol. Optó en cambio por ir soltando y retomando aire cada pocos segundos, en un casi silencio mientras pegaba la nuca a la pared rocosa de su espalda. Su mano había dejado de temblar ante el shock inicial, pero el miedo seguía encajado entre sus músculos y huesos como un parásito hijo de puta sin intención de marcharse. Tardó unos segundos en entender los gestos de Airi hacia la piedra, pero cuando lo hizo empezó a asentir con la cabeza. Su ceño fruncido por la expectación, los nervios y el miedo.

Puede que funcionara, joder... Quizás si desviaban su atención podían salir a hurtadillas por el puto túnel que habían visto. Quizás...

Connor retomó aire en un gesto que parecía infundirse valor así mismo: asintió varias veces con el ceño fruncido y la mirada clavada al suelo. Luego apretó la maza con ambas manos, como si se tratase de un puto bate de béisbol. La idea de Airi podía salir muy bien o jodidamente mal, así que el motero se preparó como pudo con el arma en alto unos segundos después de ver que Nohlem hacía lo mismo con el arco y se separaba de la pared. Esperaba que si la idea de Airi no funcionaba, al menos el varmano tuviera la misma puta puntería que mostró con Sutileza. Y que si eso también fallaba... que él tuviera la fuerza necesaria para aplastarle con la maza la puta cabeza a esa cosa...

Era pedir mucho para un simple motero acojonado.
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