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Torreta Matakrakens

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Rocavarancolia Rol
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Rocavarancolia Rol
Rocavarancolia Rol

Torreta Matakrakens - Página 6 Empty Torreta Matakrakens

10/03/19, 06:50 pm
Recuerdo del primer mensaje :

Única superviviente de las doce torretas que protegieron los acantilados de posibles ataques desde el mar antes del ataque de la Alianza de Mundos. La fachada occidental del edificio todavía está oscurecida por las llamas de Umbra Gala, el dragón de Basa que murió defendiendo esta posición. Su nombre se debe a que esta torreta fue esencial para repeler el ataque de una criatura marina de proporciones gigantescas traída por las corrientes uncidas. En la azotea todavía se hallan restos del nido donde vivieron la arpía dama Moreda y la cabeza del traidor inmortal Alastor Borodín: un pedestal en el centro y una techumbre medio derruida de tablones y alfombras.

Kanyum

Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma

Torreta Matakrakens - Página 6 Empty Re: Torreta Matakrakens

15/10/24, 10:25 am
Igual que cuando el sueño es más débil que la angustia y los pensamientos irremediablemente te apartan de los brazos de Morfeo, todos sus intentos por enfriarse fueron cayendo en desgracia, preguntas interrumpidas por dudas más agobiantes. Primero tuvo una extraña firmeza al oír a Damian, como el tipo de noticia que te pilla tan descolocado que no da margen al horror que merece. Nohlem le miró, ojos como platos y boca entreabierta según su atosigado cerebro procesaba las perlas que el italiano, un niño, acababa de soltar. ¿Es que acaso no…? ¿Damian estaba… incluyéndose por gusto?

Y en ese mismo instante, como un trueno, su ansiedad estalló. La adrenalina viajó a la desesperada por sus venas, entorpeciendo su pulso y haciendo poco a poco castañear sus dientes, espasmos tan leves que le costó unos segundos darse cuenta de que no lo estaba haciendo aposta. Estaba temblando como si tuviera frío, algo imperceptible desde fuera pero ridículamente notorio desde dentro, como si se hubiera tragado un pequeño terremoto y lo viviera en sus propias carnes. Tomó aire, y en el sonido que hizo la corriente se vería que no estaba respirando con normalidad. La adrenalina que le invadía no era de la que te ayuda a correr y evita que te canses, sino de la incapacitante, la que te hace olvidar lo aprendido. Si le pidiesen apuntar ahora mismo Nohlem no podría ni sujetar la flecha.

Si el odio de Damian le pilló desencajado, las palabras de Connor terminaron por ensordecerlo. Quizás fuera su forma de ayudar a sacar al pequeño de ahí, pero la cura era como derramar en carne viva litros de alcohol ardiente.
También querría verlo…

Apretó los dientes en una mueca.
¿Acaso tenía cara de puto circo?

Tomó aire de nuevo y de nuevo sonó como el filo de una hoja. Volteó el rostro en dirección contraria cuando Connor llamó su nombre una y dos veces, con una bola en la garganta y la vista fija en el suelo, ya siquiera en Muerto. Irónicamente, estando a solas podría haber sido fácil. Muerto era un invertebrado y él un varmano, la historia se escribía sola, era casi natural. Si se mantenía calladito no podía ser distinto a acabar con un animal. Solo necesitaría espacio, margen para mentalizarse. Pero…

Los ánimos del motero fueron la gota que colmó el vaso.

Iros a la mierda —susurró en “alto”, frío y ardiente, tenso y grave. No era su intención bajar el tono, es que sencillamente… no le salía más fuerte. De donde no había no se podía sacar. No pensar en nada es justamente lo que habría hecho de no ser por ellos dos. No necesitaba ánimos ni mucho menos público, solo silenciosa solidaridad, algo que visto lo visto era mucho pedir. Deseó que fueran duros con Damian, que se lo llevasen a rastras, pero hasta eso vino de mano de una suavidad que no casaba con su urgencia.

Las preguntas desesperadas de Rick no le resultaron tan duras porque difícilmente ya nada podía hacerle más daño del recibido, porque sus oídos estaban taponados con el río que era su flujo sanguíneo y las voces menguaban bajo el zumbido. Y aún así, algo sí que caló en él, pues su sensación de debilidad empeoró tras las dudas del neoyorquino. Dudas que traían heridas frescas, heridas que como la del hombro, aún palpitaban.

No quería ser el responsable. No quería sentirse culpable. No quería decepcionar a nadie. No quería tener miedo. No quería ser la mala influencia de un niño pequeño. No quería ser un monstruo. No quería-…

Apretó la mandíbula.

No quería llorar.

Pero era difícil cuando Ethan ya lo estaba haciendo. Sus palabras fueron un bálsamo, un sentimiento encontrado, una voz que no tenía, un escudo que le protegía y simultáneamente un arma que le apuntaba. Lo apreciaba y odiaba a partes iguales pues por él se sentía defendido, sí, pero también expuesto, señalado y abierto. No quería llorar, no delante del puto bicho, porque recordaba las palabras que la peliverde les había dedicado, porque sabía que les estaría dando la razón por ser unos débiles. No le daría el placer de tal escena, un pensamiento estúpido si ya les estaba viendo patéticos y enfrentados.

No miraría a nadie, especialmente no a Ethan, pues con la cercanía un vistazo bastaría para seguirle y venirse abajo. Había dejado los brazos tiesos a ambos lados, manos pegadas a su cuerpo para evitar el temblor, pero el único cambio es que ahora le temblaban los codos. Si estaba calmándose era por mera disociación, por límite emocional, no por fuerza ni apoyo. Siquiera se había movido de su posición inicial, siempre de cara a Muerto. Que fácil habría sido de no recibir ánimos innecesarios, de no cuestionarse por su público, de estar solo. Cada vez tenía menos ganas de hacerlo pero ya no hallaba forma de echarse atrás. Se quedó con la despedida de Aniol como mantra y aguardó en su voto de agonioso silencio.

Incapaz hasta de tragar, aguardó a que se fuesen.


Su mano derecha se deslizó hasta cerrarse en el mango del cuchillo atado a su baja espalda. No sabía lo que hacía y aún así estaba seguro, cegado y entumecido como un caballo de guerra. La bola seguía pegada a su garganta como una garrapata que se hubiese tragado viva, pero al menos volvía a respirar por la nariz. Robótico, pero lo hacía. Con esa nueva privacidad sacó el cuchillo y se arrodilló delante de Muerto. Ethan se había roto, pero no era a él a quien le había tocado hacer aquello. Nohlem no podía romperse aún. Le agarró la mandíbula por abajo, con una firmeza concentrada que dejaba menguante y tembloroso el resto de su cuerpo, dedos rectos para evitar un mordisco y corazón cruzado en una plegaria para que el insecto no hablara ni gritase. Le levantó la cabeza para buscar las juntas de su exoesqueleto, las partes débiles de su cuello, un lugar donde clavar el cuchillo como si supiera lo más mínimo de anatomía o donde debía apuñalar, y entonces, sin concederle más tiempo de sufrimiento ni a él ni a su consciencia, hizo justo eso.

El varmano hundió el filo hasta el fondo.
No tardó ni cinco segundos en sacarlo... y volver a hundirlo presa del pánico a que con una no fuera suficiente.
Aes

Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.

Torreta Matakrakens - Página 6 Empty Re: Torreta Matakrakens

15/10/24, 07:57 pm
Aniol sabía que las cosas no andaban bien, que los asuntos de mayores siempre traían caras largas. Lo notaba en lo cargado del ambiente, muy parecido a lo que sería escurrirse por el desagüe y tener que caminar durante horas por las alcantarillas: Apestaba.
También lo percibía en el agarre de Räg, uno al que se encaramó no solo porque le servía como consuelo emocional, si no que le ayudaba a caminar mejor sin que nadie advirtiera del todo el temblor de sus rodillas y la fatiga que padecía su cuerpo. Tantos hechizos lo tenían consumido, más ninguno de sus sudores fríos se comparaban a la tensión que le sobrevino después.

La actitud de Damian laceraba directamente contra el pilar de pensamientos agrupados que tenía sobre su mejor amigo. Y el italiano los había derribado todos como si se tratara de un juego de bolos. ¿Por qué desearía quedarse? ¿Si lo que iba a ocurrir iba a ser bastante feo? Por su parte él intentaba no pensar siquiera en ello. Era como cuando Connor hizo aquella cosa rara con el coyote, pero peor. El churumbel solo quería salir de allí y volver a casa, ya ni le apetecía jugar a los caballitos después de tanto trote, le bastaba con regresar sin altercados y con todos enteros.

Pero había heridas que rasgaban por dentro sin necesidad de roer la piel. Pronto la voz de Ethan manchó el aire. El niño apretó la mano del mjörní de manera inconsciente durante todo el proceso, pero ni las cosquillas que sus escamas le proporcionaban en la palma de la mano consiguieron que oír tanta verdad y desesperación resultara tolerable. Aún sin haber hecho nada malo, Aniol escuchó como si fuera uno de los implicados, su mirada de miel clavada en el suelo y el corazón aguijoneado por una decena de abejas. Ver al medio japonés tan al límite y con el cariño que le tenía podía ser la gota que colmara el vaso para alguien tan menudo en edad como él.

Sus labios balbucearon sin ser capaz de fijarse más en el interior de las ruinas que en el exterior. Era incapaz de decir nada para remontar la conversación, y en el fondo es que ni siquiera lo deseaba. Porque sabía que las palabras de Ethan eran más que ciertas y que tenía todo el derecho del mundo a romperse de esa manera. El temblor de la voz del joven resultaba doloroso y empañó sus ojos, y sin embargo no movió ni un músculo hacia su angelito de la guarda ni cuando éste rompió a llorar.

No sabía que hacer, se sentía como una moto de polvo flotando sobre un campo minado. Si abría la boca sería para gimotear, y ahora mismo ninguno necesitaban tener que encargarse de nuevo de un crío. Anhelaba correr en su dirección, darle un abrazo y decirle que todo estaría bien. Pero... el tono de decepción del joven era tan tangible que cualquier improvisación le parecía vacía.

Además, no era lo único que ocupaba su mente. La cabeza del niño se giró hacia el edificio en el que había tenido lugar la escaramuza. Su interior era oscuro, desde su ángulo no podía ver la silueta del granta. Y es que Nohlem no paraba de venírsele a la cabeza, sus hombros abatidos, su posición tensa. El tono frío y ardiente con el que los había mandado a pastar a todos. Por muy de acuerdo que estuviera con lo que tuviera que pasar de esos escombros hacia dentro... no era algo que le deseara a nadie. Y su elfito estaba allí solo, atrapado en una callejuela sin salida que cada vez asfixiaba más al grupo.

Lo único que hizo fue tratar de controlar el descompás de sus pulmones. Y escrutar los rostros de todos los presentes en absoluto silencio. Un silencio que arañaba más que el ruido.
Isma

Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidad

Torreta Matakrakens - Página 6 Empty Re: Torreta Matakrakens

15/10/24, 10:50 pm
Dejó el torso relajarse en su costado, algo apoyado en el mango del cinto que portaba. Un arma letal, un filo que lo protegía y lo hacía sentir seguro, un apoyo figurado y, en este caso, literal, lo estuvo impulsando a decir aquello . Fue un extremo que no conocía en su ignorancia y que, al final, decidió cruzar usando palabras filosas, duras de roer para oyentes a su alrededor que podían ver a Damian altamente convencido de lo que estuvo diciendo, a pesar de que aquel camino para él estuvo lleno de bruma, por solo tomar el mismo camino que los responsables del grupo.

Sin embargo, Connor le nombró y el chico se giró a verlo, torciendo el gesto por verlo de nuevo así de dolorido e, irónicamente, empatizando con el de la cresta por todas aquellas heridas provocadas por el bicho. Connor también quería verlo, también quería formar parte pero dijo que no tenía por qué haber más mirando.

Su mirada se tornó a la confusión, ¿Connor no quería estar tampoco, acaso no era cosa de participar todo en el plan que idearon? Dudas al aire se plantearon sin parar en su cabeza para un desenlace que, como tal, se le hizo ajeno tanto por la falta de empatía, el desenfreno de su impulsividad y unas ganas de querer ser algo más que un chico sin magia.

Pero Connor, yo… —observó como se lo llevaron, planteando el inicio de sus dudas con algo de tensión. Quería ser un tío duro, un hueso duro de roer como su amigo y ansiaba demostrarlo, que no era un crío y que ya había crecido lo suficiente para ser uno más y no uno de “los niños”.

Antes de que pudiese decir nada, Airi le pidió vigilancia para cuando se llevasen a Connor y Rag igualmente sugirió lo mismo. Damian los miró apretando los labios, emitiendo quejidos leves tras su boca cerrada y unos leves pasos hacia ningún lado rechazando inicialmente la mano de Rag en confusión.

Si ellos fueron suaves, el terremoto comenzó con Rick. Un reproche que no se esperó le hizo agitarse, frunciendo el ceño hacia arriba y apretando los dientes. El de ojos distintos, aquel listillo no le pareció nunca tan serio como para regañarlo. Si solo fuese eso, respondería con alguna palabrota o un insulto al aire relacionado con su cara por no dejarlo en paz pero…

Las reacciones temblorosas de Rick fueron solo el principio, Ethan se sumó a la conversación con amargura, no se fijó en aquella mirada de ojos abiertos dirigida hacia él en un inicio pero ahora… también le tembló la voz. Nohlem también aportó un insulto al aire que no tardó en recibirlo el italiano para él también.

Damian tuvo un conflicto ante sí que le hizo sentirse pequeño, desorientado, un viaje que en un inicio sería pillar al malo, hacer lo que tocaba y volver. ¿Y lo de “hacer lo que tocaba”? ¿Ese objetivo que perseguían no era… bueno… para todos?

Las palabras de Ethan fueron punzantes, como un cuchillo en su pecho ya no solo como un regaño sino como algo más. Su amigo lo estaba pasando fatal y se le veía claramente en su forma de hablar, sus gestos y sus lágrimas. Lo estaba puteando con querer quedarse y Nohlem parecía estar en las mismas, una declaración de intenciones que Damian tuvo ahora le hicieron sentirse una mierda. Tenía conflicto, su brújula moral decanto mas a tener culpabilidad por sus compañeros que la muerte de Muerto en sí y aun así…

Ethan también quería irse y rogó, entre sollozos, que se fueran.

Ethan… Nohlem… Tíos yo… me voy, ¿vale? Me voy, me… iré… Vale... —su cara se torció, mordiéndose el labio y aclarando que no estará ahí y no lo hará sentir mal. Joder, su pecho le ardía como un hierro candente y sus ojos se tornaron tristes, aguados y mirando al suelo, dando media vuelta y asumiendo el regaño agarrando finalmente la mano libre de Rag, sin mirarlo ni a él ni a su mejor amigo con su cara colorada de vergüenza, coraje y culpa.

Si antes quería ser mayor, ahora se sentía más crío que nunca.
Tak
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.

Torreta Matakrakens - Página 6 Empty Re: Torreta Matakrakens

16/10/24, 01:40 pm
Le sanaí se centró en la levitación por un momento. Solo era el segundo hechizo ese día, pero ambos habían requerido un esfuerzo importante, y comenzaba a notar el familiar cansancio mágico, aunque tolerable por el momento.

Airi creía que ya estaba, que Damian haría caso a Räg y enseguida estarían en el torreón todos juntos, sanos y salvos. Había escuchado el intento vano de Rick por encauzar las cosas por otra ruta y rendirse, sin saber que todos los intercambios que acababan de ocurrir estaban gestando un estallido que todavía estaba por venir. Airi no estaba mirando a nadie en particular, a propósito. No tenía ni idea de las expresiones faciales que estaban mostrando cada uno, hasta que levantó la vista hacia Ethan, al escuchar sus crudas palabras.

Su mirada perdida se enfocó en su cara, en su sufrimiento. Recordó la noche en la que habían hablado precisamente de eso, y tras aquellas palabras que le herían fue capaz de encontrar al joven ansioso por lo que estaba por venir, que no quería hacer nada de aquello pero se veía obligado por las circunstancias. Le había hecho una promesa y no la estaba olvidando, pero su pecho empezó a sentirse cada vez más pesado por aquella reacción repentina contra todos ellos. Si Airi no tuviese también los nervios de punta tal vez habría razonado mejor que no debía tomárselo como algo personal, ya que no le había llevado la contraria en ningún momento y él estaba en una situación en la que era normal que los nervios explotaran. Sin embargo, dolía como una puñalada. Le estaba diciendo que estaban obligados a hacer aquello porque los demás no querían. Aquello era verdad. Por otro lado, no había necesidad de rematar al insecto moribundo si no querían, pero Airi no se había atrevido a llevarles la contraria… ni lo haría, tras oír aquello.

Tal vez deseaban que alguien los reemplazara y no solo que nadie más tuviese que mancharse las manos. Nohlem no fue vocal apenas sobre cómo se sentía, aunque pensar en su situación también dolía. Airi los miró, perdide, hasta que Damian decidió retirarse sin rechistar. Si había algo que hablar en ese preciso momento, le sanaí no sabía qué era, así que con una expresión vacía se dio la vuelta y siguió a sus compañeros, alejándose de allí con pasos pesados. Trataba de dejar en blanco su mente y centrarse solo en la trayectoria de Connor, pero la negatividad parecía querer aplastarle contra las losas que pisaba.
Yber
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Ulmara.
Especie: cercana alaí.
Habilidades: Velocidad, nociones de lucha y resistencia.

Torreta Matakrakens - Página 6 Empty Re: Torreta Matakrakens

16/10/24, 02:54 pm
Resultaba sorprendente lo lento que pasaba el tiempo a la sombra de la muerte, la pesadez de sus pensamientos, lo pausado que percibía los gritos de Ethan y todo lo relativo al verdugo frente a él… y a la vez la multitud de emociones que se agolpaban en su cabeza: pena, rabia, tranquilidad, odio, asco, rencor, cansancio, tristeza… El clinger no tenía ese aire de grandeza de otros compañeros suyos, no quería alcanzar la Luna Roja por el poder, por dejar huella. Raki venía de un mundo que no admitía huella ninguna de nadie salvo unos pocos afortunados y Rocavarancolia parecía tan solo un paisaje más de Dryfus, uno más difícil, pero con unas bases parecidas. Raki solo quería sobrevivir y había fallado.

Cuando la hoja se hundió en su cuello, se preguntaba qué había hecho mal, qué podría haber sido diferente para que el resultado fuera otro, para no acabar así, maltrecho y dolorido, emboscado y asesinado por un grupo de personas que sentían su muerte como algo merecido. La fuerza abandonó sus músculos, el dolor parecía más lejano.

Abrió la boca y de ella no salió nada más que hemolinfa, una sangre verde y clara.

Tampoco quedaba nada en sus bolsillos, previamente saqueados por Ethan. De ahí, el humano se pudo hacer con dos dardos envenenados y un trozo de papel con una runa dibujada, contenedora de un hechizo cuya identidad solo se sabría tras ser activada mediante presión.




Mientras el clinger se encontraba con la muerte, la estructura del edificio dañado por su hechizo cedió por completo. El techo terminó de caer y se llevó consigo parte de las paredes, dejando como quien dice las raíces de una casa vieja. La caída no hizo daño a nadie, pero levantó una polvareda y causó un estruendo.




No muy lejos, escondidos y asustados por Raki estaban Wintoon y Kiyut, entre las ruinas de un edificio cercano. Kiyut temblaba mucho y la xiotwacana había posado su mano sobre su hombro con firmeza para tratar de infundirle tranquilidad mientras esperaban por Ama, sin embargo a veces se descubría a sí misma moviendo una pierna con nerviosismo. Su compañera se había adelantado un poco para poder vislumbrar lo que ocurría, pero ellos optaron por quedar al margen, pues cuanto más fueran más probabilidades de que les vieran. Cuando la carabesa llegó visiblemente agitada, Wintoon ya se imaginaba lo que les iba a decir.

—Se… Se lo han cargado —Ama parecía en shock, tenía un nudo en la garganta y a Wintoon se le formó otro al escuchar las palabras que había escogido para comunicarles la muerte de Raki. A Kiyut se le humedecieron los ojos y Wintoon solo pudo soltar su agarre y acariciarle la cabeza. Ama siguió hablando—. Uno de los suyos está paralizado y vienen hacia aquí, quizás… —buscó con su mirada la de la xiotwacana, respiró hondo—. Si les pillas… Si les pillamos… Es un objetivo fácil, creo que podríamos convertir esto en un uno por uno, Win.

Bajo la máscara, Wintoon arrugó el gesto, sentía que nada de lo que había dicho Ama tenía sentido, que había utilizado mal tantas palabras que se formaba una brecha entre los dos. <<Win… Uno por uno… ¿Qué somos?>>. Aun así se descubrió a sí misma incorporándose, soltando al mivense y dándole una palmada en la espalda.

—Ponte detrás de Ama —le pidió mientras tomaba su arco y una flecha.

Aprovecharían para moverse por una calle paralela a la de la comitiva entorno a Connor y varios pasos por delante, en busca de un buen lugar de tiro.





La caída del edificio los pilló desprevenidos, pero Ama enseguida entendió aquello como la oportunidad que era. El grupo corrió aprovechando la distracción causada por el polvo y el ruido y aparecieron en una bocacalle desde la que Wintoon podría disparar sin problemas al enemigo paralizado, el blanco más fácil, el uno por uno. La xiotwacana aflechó el arco, tensó la cuerda y posó sus ojos en Connor. Sin embargo no disparó inmediatamente, sino que dudó, y en ese tiempo pudo escuchar cómo Kiyut se sorbía los mocos mientras lloraba en silencio. Antes de disparar rotó bruscamente el arco para errar el tiro y la flecha cayó en el suelo por el que pronto pasaría Connor levitando, alertando a todo el grupo de su presencia.

—¡Mierda! —exclamó Wintoon, como si no hubiera bastado con la flecha para delatar su posición. Sabía que no podía decir que le había podido la conciencia, así que mintió—. Perdón, tengo las manos sudadas —dijo, ahora sí, en voz más baja.

—¡Me cago en… ! —la frustración de Ama era evidente, pero por suerte para Wintoon había cosas más urgentes ahora—. ¡Vámonos de aquí, pero ya!

Los tres estaban listos para huir de allí.
Harek
Harek

Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma

Personajes :

Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.

Armas :

  • Rick: Sable y arco
  • Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire

Status : The journey never ends

Humor : Cualquier cosa me vale.

Torreta Matakrakens - Página 6 Empty Re: Torreta Matakrakens

18/10/24, 10:44 am
O al menos esa había sido su intención. Al neoyorquino no le dio tiempo a dar ningún paso antes de que la voz del japonés lo frenara en seco. Se giró con la boca ligeramente entreabierta por lo inesperado de aquello y escuchó, escuchó cada una de las palabras que siguieron en un momento de alguna forma más tenso que la situación en la que ya estaban metidos.

Alguna vez había pensado en si en algún momento Ethan era consciente de todo lo que hacía por el grupo o, más bien, el sobreesfuerzo al que parecía someterse. No tenía toda la información con la que contaban algunos de sus compañeros, pero con lo que había ido viendo desde que habían llegado y lo poco que sabía no era complicado darse cuenta de que pasaba algo. El qué exactamente era algo que solo podía teorizar en base a eso y a algunos conocidos que se habían quedado muy lejos en La Tierra, pero si se parecía en lo más mínimo, la presión sumado a todo lo que estaban viviendo no era algo que se pudiera llevar así como así. Tarde o temprano llegaba un momento donde se volvía insostenible y Rick no se esperó que estuviera ocurriendo ahora mismo.

Decir que le resultó difícil de escuchar sería cuanto menos reducir y mucho el cúmulo de sentimientos que sintió durante cada segundo del estallido de su compañero. No apartó la mirada del chico en ningún momento, captando cada lágrima, cada palabra de enfado y frustración; atendiendo con un silencio que dejaba entrever el bloqueo en su interior. Había muchos detalles en los que tendría que pensar con tiempo, por ejemplo la fugaz idea de cómo se sentiría Connor con eso o todas las implicaciones entre aquellos argumentos, pero una de las primeras impresiones que tuvo el neoyorquino es que allí asomaba la pieza que faltaba entre las dudas que alguna vez había sentido con su compañero. Y, a su vez, otra de las cosas que sintió fue una profunda pena con una pizca de alivio. Porque era triste que tanto él como Nohlem, que no dijo demasiado pero su postura rellenaba los huecos, se hubieran visto en la necesidad de llegar hasta ese punto por el resto para sobrevivir en la tortura que era esa maldita ciudad, porque ahora entendía un nuevo matiz en sus motivaciones para tomar tantas acciones contra el otro grupo. Era una que podía entender y con la que sí podía empatizar hasta cierto punto, pero aún con todo... había unos límites que no se debían pasar y que no podía ignorar. Ya pensaría en todos los errores, por supuesto incluidos los propios, que se podrían haber evitado, pero en ese justo momento tuvo la certeza de que probablemente nunca llegarían a ponerse de acuerdo entre todos y no se le ocurría ninguna forma de que pudiera cambiarse ese destino.

Rick ni quería ni encontraba sentido a aumentar más esa discusión. Se guardó lo que pensaba de eliminar a Muerto en esas condiciones, de muchas de las cosas que habían pasado esos meses y que, probablemente, seguirían en el futuro; de nada iba a servir ya. No había más puentes, solo un abismo que había intentado ver como salvable con las últimas esperanzas que le quedaban. Lo único que dijo el chico, luego de mirar cabizbajo al suelo cuando el británico les dio la espalda, fue un simple, decepcionado y con tintes de pena: -No necesitábamos un líder, ni que nadie hiciera tantos sacrificios- No lo decía por menospreciar todos los esfuerzos que habían tenido, aquello era algo innegable que no podía no agradecerse, sino que remitía a algo mucho más sencillo de los momentos donde no estaban al borde de la muerte. Se habían llamado una tribu, y tal como lo veía él, en una tribu todos se cuidaban entre sí para salir adelante. Su filosofía desde el primer día es que nadie merecía quedarse atrás, si podía evitarse tenían que salir todos de allí con vida. La seguía manteniendo, pero ante una mentalidad que chocaba con esas bases en distintos puntos aún con todas las similitudes, era imposible actuar siguiendo ambas sin contradecirse. Había llegado el punto en que era imposible encontrar una conciliación.

Sin más tardanza, el chico se giró en un silencio apesadumbrado y emprendió la marcha hacia el torreón, atento con su arco a los alrededores. No se había fijado demasiado en el resto de sus compañeros, pero con lo poco que había visto de sus expresiones y el ambiente se hacía la idea de que tampoco andaban mejor. Se estaba obligando a no pensar y concentrarse solo en vigilar, intentando acallar una mente que estaba trabajando de más.

Cuando llevaban un par de calles recorridas, el estruendo le hizo girarse por un instante en dirección de donde venían. -(La casa, supongo)- pensó amargo. Los daños y el estado tan deteriorado habrían acabado por hacerla ceder. Sus inquietudes le hicieron encontrar una suerte de paralelismo con lo que estaría sucediendo en su exterior, momento en que sacudió la cabeza para volver a centrarse en avanzar. Fue entonces cuando desde un lateral vio de refilón la flecha que se estampó en el suelo cerca de dónde estaba pasando el motero y saltaron todas sus alarmas. -¡Mierda, están aquí!- exclamó con urgencia mientras preparaba una flecha en dirección a la calle desde la que vino el ataque. Le dio tiempo a fijarse en las tres figuras antes de que desaparecieran entre las ruinas, las reconocía de las veces que habían espiado, aunque por motivos obvios quien más captaba su atención era al enmascarada con el arco y su compañera, "Karin". Aquello no pintaba nada bien y no estaban en condiciones de pelear. -¡Hay que irse!- apremió mientras tensaba la flecha sin quitar ojo de esa calle por unos momentos más antes de sumarse a avanzar rápido hasta el torreón. Iban a tener que estar atentos durante el camino por si tenían intención de tenderles otra emboscada.
Isma
Isma

Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidad
Personajes :
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad. Sufrirá de vez en cuando migrañas con aura.

Armas :
  • Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
  • Damian: Dientes
    Daga

Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj

Torreta Matakrakens - Página 6 Empty Re: Torreta Matakrakens

18/10/24, 02:41 pm
Una vuelta amarga fue el resultado de sus acciones, llevadas por la impulsividad y el carente filtro que lo acompañaron desde muy pequeño. En aquel mundo, no obstante, llegó a un punto de hacer sentir realmente mal a seres queridos y por eso lamentó cada palabra que salió de su boca. Quería meterse en la boca de un león, como en esa pesadilla tan jodidamente rara, así con suerte estaría en un boquete lo suficientemente oscuro como para asumir mejor la culpa de ver llorar a Ethan y a Nohlem pasarlo así de mal por querer estar ahí para cumplir con la misión.

Una misión más jodida de lo que creía.

Llevado de la mano por Rag, Damian no quiso mirar atrás. La voz de Rick se le hizo lejana, demasiado, como si no quisiese escuchar esa voz que le regañó en un inicio. Tampoco quiso saber nada de Ethan y Nohlem, otorgándoles la privacidad que Connor dijo necesitaban y, además, obedecer a su petición llena de tonos desgarradores para el italiano.

Ni siquiera pudo articular palabra con Aniol, cerca suyo y sujeto a la otra mano de Rag. Su amigo lagarto tampoco recibió señal alguna de Damian, sorbiendo por la nariz y aguantando esa enorme pelota dentro de su fino cuello, pesada e insufrible.

Después de un rato en silencio, el sonido rocoso y escandaloso lo hizo espabilar. Se giró con el puño cerrado en la cuerda del arco, como si quisiera aferrarse a más cosas con tal de sentirse seguro y miró con miedo detrás de sus pasos. La preocupación de pronto lo invadió, había dejado a sus dos amigos ahí haciendo lo que tocaba y… ¿y si había pasado algo ahí? Respiró agitado un buen rato, sin saber como diantres proceder hasta que pudo ver una puta flecha que terminó aterrizando cerca de Connor.

¡Joder! —del sobresalto insultó al aire, a todo ya de paso. No podían estar tranquilos un maldito segundo, llovían cosas malas a cada momento y Damian solo quería gritar, llorar y cagarse en todo lo cagable. Ese “ellos” de Rick lo confirmó para el italiano, si, eran ellos, los mismos aunque no hubiese sacado esa conclusión por sí mismo.

No tuvo tiempo para mirarlos, yendo ligero hacia su lugar seguro junto al resto y procurando no dejarlos atrás, aferrado a Rag como fuente de seguridad. Al poco tiempo Aniol le habló, pidiendo magia al chico. Damian abrió los ojos, sabiendo a lo que se refería y soltó a Rag para ello.

¡Vale! ¡Dame la mano corre! —no había tiempo de sentirse mal, quería compensar esas lágrimas cumpliendo con la solicitud del polaco. Lo agarró de la mano y, como ya tuvieron ensayado de varias veces pasadas, ambos realizaron el traspaso de energía. Damian notó por el camino como algo poco a poco se iba drenando de su cuerpo, una sensación parecida a la de esos cristales de colores.

Si no tenía magia, al menos ofrecería todo lo que pudiese a su mejor amigo.
Aes
Aes

Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Personajes : Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
Fleur: Humana (Francia)
Siwani
Aniol: Humano (Polonia)


Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.

Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D

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19/10/24, 01:06 pm
La situación se antojaba irrespirable ya que la tensión que los unía a todos con hilos invisibles podía cortarse con un cuchillo. Las caras de Airi y Damian eran un poema, pero es que la expresión de Rick no se quedaba atrás. Llevara razón o no, el niño nunca había sentido tantas ganas de darle un abrazo, recordando que él estaba tan atrapado en esa ciudad como cualquiera de los presentes.

Pero lo peor era alejarse de Ethan y Nohlem en aquella marcha fúnebre hacia el torreón. Connor flotaba como el globito paralizado que era y el ruido de los pasos sobre las callejuelas fue la única banda sonora que los acompañaba. El churumbel se sentía terriblemente mal. Primero por haber tenido que conjurar sobre el motero para asegurarse de que el plan salía a la perfección. Y segundo porque sus límites mágicos se encontraban rebasados.

Por todo esto no se despegó de Connor. Aniol mantuvo su mano aferrada al chico como si éste fuera a salir volando hacia las alturas para perderse en las nubes. A veces le dedicaba una mirada aguada y otras comprobaba el estado de Damian y Räg. Se quedó en aquel agarre incluso con el estruendo a sus espaldas. Incluso al llover la primera flecha.

Cuando la voz de Rick rasgó el aire su primer instinto fue agacharse, raspándose las rodillas en el proceso al chocar contra el suelo con tanto ímpetu. Su corazón se quejó desde dentro con un martilleo acelerado muy distinto al provocado por la acción de antes. Crear una emboscada no era lo mismo que verse envuelto por una, así que las lágrimas no tardaron en brotar de manera abundante.

Damian... —susurró, su rostro compungido por una amenaza que aún no había identificado—. Damian dame tus manos... —por suerte estar al borde del precipicio no lograba incapacitarle del todo, y como mini soldado con poca -pero intensa experiencia- su raciocinio luchaba por imponerse sobre el pánico.

El italiano lo entendió y pronto no tardaron en juntar sus palmas en un gesto que iba más allá del entendimiento. El chispazo de magia inicial fue el pistoletazo de salida. Aniol lo percibió todo con un gran suspiro de alivio. Sintió el drenaje, disfrutó de una manera atípica de aquel cosquilleo de nuevo en su cuerpo y siguió gimoteando a pesar de todo mientras notaba como su almacén de dulces personal se llenaba de pasteles nuevos.

Tuvo que cortar el traspaso antes de lo que le gustaría para continuar con el papel que sus dones le habían dado. No quería estar allí, deseaba esconderse en un capullo indestructible y solo asomar la cabecita cuando todo hubiera acabado dentro de unos meses. Pero sus manos ya estaban trabajando de manera instintiva y mecánica antes de que pudiera echar el culo al suelo y se pusiera a patalear. Hechizó y conjuró como puro afán de supervivencia, y no como un acto de protección real.

El campo de fuerza se extendió desde su centro hacia fuera en forma de una campana, lo suficiente como para que cupieran unos cuantos o la mayoría, pero no todo lo que le hubiera gustado. Fue chapucero. Y lento. Y sin ningún tipo de gracia. Sus piernas temblaron por el esfuerzo y fue la rodilla de Damian lo que impidió que no se diera de bruces contra el suelo. Las náuseas le sobrevenían pero lo que le impedía moverse con naturalidad fue una única cosa:

Puro miedo.

Si querían que saliera de allí iban a tener que tirar y arrastrarlo como una madeja.

_________________________________________

"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."

"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."

"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."

"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
Seth
Seth

Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mental
Personajes :
Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre

Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena

Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio. Tendrá episodios de vértigo postural, más frecuentes al levantarse tras dormir, que pueden durar desde minutos a varias horas.

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19/10/24, 05:34 pm
Si la situación ya era tensa y delicada de por sí, pronto lo fue más. La negativa de Damian caló como una puta jarra de agua fría en todos los demás, dificultando aún más la marcha de aquel sitio y lo que Nohlem y Ethan debían hacer. A pesar del dolor y el cansancio que sentía, Connor fue capaz de mostrar una expresión a medio camino de la ira y la advertencia hacia Damian. El ceño fruncido severamente, mientras negaba con la cabeza y lo miraba con gran enfado. Su silencio decía más que mil palabras: Ni se te ocurra no hacernos caso, joder. ¿De verdad era tan complicado que entendiera que debía irse? ¿Que Ethan y Nohlem no les quería allí a ninguno? Su mente agotada de tantos dilemas dejó que un cometa oscuro y malicioso apareciera fugazmente: <<¿Por qué cojones no puede poner las cosas fáciles como Aniol?>> Aquella idea desapareció tan rápido como vino con las palabras de Rick. Si bien empezó con otra negativa hacia el italiano, al igual que Airi y Räg, pronto volvió a caer en lo mismo de siempre.

Cómo no. Rick tenía que intentar salvar a uno de esos cabrones hasta el último momento. Ni siquiera porque les habían machacado hasta la saciedad podía parar de una puñetera vez. Ni aunque existiera la posibilidad de que Muerto volviera a por ellos si no lo remataban ahora.

-Para ya con esa puta mierda, joder-. Murmuró con voz seca y cortante. Su tono de voz bajo pero directo. Su mirada mucho más viva y ardiente que sus palabras. Connor estaba dispuesto a discutir lo que hiciera falta. Estaba cansado. Agotado y malherido. Estaba paralizado. Y empezaba a desear dejar de estarlo para poder agarrarlo del cuello de la camiseta y zarandearlo de un lado a otro.

Y entonces estalló. Las palabras de Ethan calaron en el ambiente como cuchillas en la piel... Y aunque al principio estaba de acuerdo con todo lo que decía, cuando el británico le mencionó llamándole psicópata frunció el ceño y apartó la vista incómodo y molesto. Aquello no se lo esperó. No porque no pensara de sí mismo que era un puto monstruo cabrón o porque no lo hubiera demostrado ya... Pero oírlo decir de sus propios labios delante de todos, delante de los niños... Se sintió expuesto, cosa que no tenía sentido porque él mismo ya se había expuesto de sobra en varias ocasiones. Pero una cosa era saberlo y otra que te lo dijeran en voz alta. Se quedó en silencio mientras seguía escuchando sus palabras como balas de punta hueca. Nohlem mandándoles a la mierda con voz baja pero con furia fría... Aún así, Connor no dijo nada. Estaba molesto, pero no tenía sentido porque en el fondo les entendía a los dos. Iban a matar a alguien por el bien del grupo y quizás era su forma de desahogarse con todos... No podía recriminarles nada. Y cuando mataran a Muerto... cualquier incordio anterior ya daría igual. No era importante. Sólo cómo estuvieran sus dos amigos luego de hacer algo así. Veía la lágrimas de Ethan y cómo Nohlem les daba la espalda... Connor enterró bajo tierra cualquier enfado egoísta y personal que tuviera y desvió la mirada, culpable por seguramente haber contribuido a complicar las cosas en vez de ayudar. Suspiró en silencio, preocupado por lo que Ethan y sobre todo Nohlem estaban a punto de hacer y cómo les afectaría. Culpable por no poder estar allí con ellos. Dejó que Airi se lo llevara de allí con mayor preocupación que antes en el rostro.

-Sí... Venga, vámonos...- Murmuró con dificultad debido al fuego de sus costillas.

                                                                                  ----------

El camino de vuelta fue lento y silencioso. Connor se limitó a darle las gracias a Airi con una sonrisa derrotada por llevarle levitando y a observar el cielo gris encima de su cabeza. Sintiéndose inútil y ridículo como un globo, que es lo que parecía simular. En realidad, sus pensamientos estaban más con Ethan y Nohlem que allí. ¿Lo habrían matado ya? ¿Cómo estaría el varmano luego de eso? ¿Se habría obligado Ethan a mirar para poder acompañarle? Él ya había matado con anterioridad y seguramente sería el único que podría llegar a entenderlos del todo, pero... Dudaba que quisieran la ayuda de alguien que había matado con gusto y cero remordimiento. Ni siquiera tenía el valor para revelar aquello, por miedo a sus reacciones. No podía sentir el tacto amable y ligero de Aniol en su mano, pero sí fue consciente de su mirada aguada cargada de culpabilidad por haberle paralizado. Cada vez que la notaba, Connor se obligaba a sonreír y musitarle: No te preocupes cabroncete... Lo has hecho bien...

Pero nuevamente el caos no tardó en llegar. Natural en aquella ciudad, pero sorpresivo como siempre. Primero llegó un derrumbamiento a lo lejos. El edificio cayendo. Su mirada quiso dirigirse con preocupación hacia las calles donde estaban Ethan y Nohlem y dónde provenía el derrumbamiento, pero no podía girar su cuerpo. Antes de que pudiera darle voz a su temor llegó la segunda nota discordante. Una flecha impactando contra la piedra. Solo segundos antes de que su cabeza ocupara ese vacío.

-¡JODER!- Exclamó con los ojos abiertos por la sorpresa y el miedo asomándose en los poros de su piel como un gusano nauseabundo. Había estado a punto de morir. Otra vez. Uno pensaría que llegaría a acostumbrarse, pero... Era tan jodidamente terrorífico como siempre. Sobre todo si no podía moverse y se sentía atrapado en su propio cuerpo. Sobre todo si no veía a la vista a ninguno de sus atacantes. Le faltaba la respiración y jadeaba, mientras intentaba liberarse en vano de aquel hechizo con gruñidos de esfuerzo... Rick confirmó lo que ya se intuía. Eran ellos.- ¡RÁPIDO, CORRED!- Se unió a las voces mientras pedía en silencio que nadie por culpa del pánico lo dejara flotando allí solo. A merced de aquellos cabrones. Se sentía tan jodidamente impotente...- ¿¡DÓNDE COJONES ESTÁN NOHLEM Y ETHAN!? ¡TENEMOS QUE VOLVER!- Su voz rota a media frase por su garganta seca e irritada, mientras una cúpula los envolvía en un abrazo protector. Su miedo agarrándose con patas oscuras a su corazón. Porque quizás ellos también estaban sufriendo una emboscada parecida...
Tak
Tak
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.

Personajes :
Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
Kin: demonio raigaurum irrense.
Ayne: anima sinhadre.
Eara: sinhadre sin esencia.
Nime: demonio mineral libense.
Iemai: cercana, fallecida.
Airi: sanaí.


Unidades mágicas : 8/8

Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.


Armas :
Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
Kin: alfanje y guan dao.
Ayne: sable.
Eara: ballesta de repetición.
Nime: dagas.
Airi: vara y arco.


Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧

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19/10/24, 11:55 pm
Airi avanzaba como un fantasma, paso tras paso, hasta que la caída del edificio le dio un sobresalto. Estaban ya a cierta distancia y lo único que veía era la polvareda que se llevaba el viento. Si se paraba a pensar en la posición de Ethan y Nohlem, era imposible que la estructura se les hubiese caído encima, pero aquella nube de tierra sí lo habría hecho. En ese momento dejaron de importarle los sentimientos amargos que le producía lo que acababa de ocurrir, su cuerpo le pedía echar a correr y comprobar que estaban bien, pero tenía que pensar en Connor primero, o este daría con sus huesos en el suelo.
¿De… deberíamos volver? —preguntó en apenas un susurro. Les habían echado explícitamente de allí y, ahora que lo pensaba en frío, el edificio ya se tambaleaba antes de que se marchasen. O tal vez ellos mismos lo habían echado abajo para…

Una flecha silbó en el aire. El sonido era inconfundible, cercano, tanto que ni siquiera pudo reaccionar antes de escuchar cómo el proyectil golpeaba el suelo.
¡No! —exclamó, aterrade. Esperaba oír más flechas, incluso sentirlas en su carne. Había olvidado prestar atención por estar inmerse en su propia mente, y una oleada de culpabilidad la llevó a alargar la mano hacia su carcaj y cargar una flecha que apuntó en la dirección de donde parecía venir la emboscada.

Su concentración oscilaba solo por el hecho de mantener el hechizo, pero no vio nada. Escuchó, eso sí, la maldición al otro lado, y pasos alejándose. Airi no entendía qué estaba ocurriendo. ¿Se iban a buscar refuerzos? Entonces debían esconderse en el torreón cuanto antes. Si no fuera porque el grupo estaba dividido…

Aniol ya se había hecho cargo de poner un escudo con la ayuda de Damian, pero por experiencia sabían que eso no era suficiente. Lo que fuera que tuvieran que hacer, tendrían que decidirlo rápido.
Yo también creo que deberíamos volver y… y avisar a Ethan y Nohlem. ¿Y si van a por ellos? —dijo. No miró a nadie, porque su vista se perdía en cada bocacalle y tejado, sin bajar el arco—. O quizás… Ellos preferirían… —su voz se fue apagando a medida que pensaba. Había otra cuestión, y es que si querían sacar de allí a los niños cuanto antes debían irse sin mirar atrás. Cargar con aquella decisión era demasiado para elle en ese momento.
Giniroryu
Giniroryu
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas

Personajes :
Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
Lethe: Horus, enderth.
Rägjynn: mjörní.
Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.


Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.

Armas :
Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
Irianna: arco y estoque.
Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
Lethe: arco y lanza.
Rägjynn: jō.
Naeleth: arco, sai y báculo.


Status : Gin: do the windy thing.

Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.

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20/10/24, 07:50 pm
El odio y el dolor dieron paso muy rápidamente a una confusión absoluta al escuchar el estallido de Ethan. El mjörní se encogió sobre sí mismo, sin dejar de soltar a Aniol en ningún momento, mientras escuchaba aquella súbita bronca que no comprendía. Había muchos motivos para su incomprensión, e incluso una sensación de molestia más allá del simple hecho de estar siendo reprendido sin encontrar una razón de peso para ello, pero en un principio no fue capaz de precisar de qué se trataba. Pero que se acrecentó  un poco más al escuchar el desprecio de Nohlem.

Damian había intentado permanecer allí a… contemplar, y claro que entendía que no quisieran eso. ¿Pero acaso no estaban los demás intentando evitarlo, precisamente? Por muy difícil que pudiera ser el italiano a veces, no dejaba de ser un niño. De hecho, no pudo evitar cierta amargura al sentir que había incluso un tinte de hipocresía cuando se había instado tanto a los niños a actuar activamente en una situación como aquella, y no únicamente para defenderse. Momentos antes, Damian había arrastrado al insecto moribundo sin contemplaciones a petición suya, sin ir más lejos. A Rägjynn le costaba entenderles a veces, y aquel era uno de los puntos que más cuesta arriba se le hacía. Era por eso que aquel molesto ruido de fondo no se iba.

Al igual que varios de sus compañeros, solo pudo llegar a la conclusión de que la situación se estaba afectando demasiado al humano y al varmano hasta el punto de la irracionalidad, lo cual en realidad no era extraño. En el fondo ellos no querían tener que hacer algo así; lo sabía y era lo lógico. Había más matices que no podía entender sin una explicación de lo que pasaba por la cabeza de ambos y que le hubiesen hecho comprender mejor la situación, pero tenía que aferrarse a las nociones que sí comprendía.
Y hablando de comprender, el comentario de Rick le hizo entender parte de qué se trataba aquella sensación difícil de describir. Nadie les había pedido aquello. Sabía que los puntos de vista chocaban, pero ellos no les habían pedido que hicieran algo tan terrible. El mjörní, sin ir más lejos, si estaba allí presente era porque si podía evitar que alguien se hiciera daño no podría quedarse la conciencia tranquila simplemente esperando en el torreón. No sabía si había hecho suficiente, pero lo estaba intentando. El amargo sentimiento tenías sus raíces en todo aquello, empezaba a darse cuenta.

Pero nada de eso importaba en aquel instante. Dándose cuenta de que empezaban a asomar lágrimas de sus ojos, se las limpio con la mano que tenía libre antes de que Damian finalmente decidiese irse con ellos, al parecer entendiendo también por su cuenta el motivo tras aquellas desagradables palabras. Simplemente, tenían que irse de allí ya, sobre todo con Connor en el estado en el que estaba.

Y, como si se tratase de alguna clase de broma cruel, ni siquiera eso pudieron hacer sin más incidentes. Primero el estruendo, que le hizo girarse hacia Airi cuando preguntó si deberían volver. Y antes de poder responderle, la flecha. Peligrosamente cerca del grupo, aunque no acertó sobre nadie gracias a la Sanación. En ese momento lamentaba la decisión de haberle dejado al granta la runa con la barrera de inercia, pues en aquel momento podía serles de ayuda… Negó para sí mismo: en realidad no sabía si Ethan y Nohlem podían necesitarla porque…

Los niños tomando acción le distrajeron momentáneamente, preguntándose qué iban a hacer y temiendo por ello. Para su alivio, el resultado fue un campo de fuerza a su alrededor. Sabía que no les iba a salvar la vida si decidían seguir atacándoles, pero no era eso lo que le aliviaba.

El alivio le duró poco al comprobar lo afectado que estaba el polaco. Se acercó rápidamente a él y le puso una mano sobre un hombro.
Gracias, Aniol… No te sobreesfuerces, por favor. Has hecho mucho por nosotros hoy. Y tú también Damian —añadió para el italiano, quien le había prestado su energía mágica a su amigo para que pudiera llevar a cabo aquel hechizo.

Estaban en una situación terriblemente complicada. Connor gritó que debían volver a por Ethan y Nohlem, Airi expuso sus dudas… No era tan fácil. No cuando el propio humano estaba completamente paralizado, herido y deberían alejarle de allí cuanto antes junto a los niños. Miró a unos y otros, intentando tomar frenéticamente cuál era la mejor decisión posible en aquellas circunstancias. Los que les habían atacado no parecían tener intención de volver… ¿Y si se dirigían hacia Ethan y Nohlem?

Aún me queda magia, yo… Puedo intentar llegar hasta ellos lo antes posible y advertirles. Pero no deberíais quedaros aquí… Damian. ¿Me puedes dar el colgante? Si lo llevo puedo… —“tener una oportunidad”— puedo protegerme si es necesario.

Rägjynn no pretendía ser un héroe, ni quería hacer lo que él mismo estaba proponiendo. Simplemente de entre todos los que estaban allí, con Airi agotade levitando a Connor y Rick no podía apoyarse en la magia, pero sí serles de ayuda al grupo de ser necesario… Simplemente creía que era lo mejor que podían hacer. La conciencia no le iba a dejar tranquilo si simplemente se iban sin advertir a Ethan y Nohlem, incluso si al final no pasaba nada y tenía que recibir más palabras desagradables. Pero tampoco quería retrasar poner a salvo a los que más lo necesitaban en ese momento. Era un callejón sin salida, o al menos en su cabeza había una única dirección.
Harek
Harek

Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma
Personajes :

Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.

Armas :

  • Rick: Sable y arco
  • Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire

Status : The journey never ends

Humor : Cualquier cosa me vale.

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21/10/24, 12:22 am
Los instantes de pura tensión pasaban rápidos aún pareciéndole al neoyorquino en conjunto una eternidad. Los de Letargo se habían desaparecido, quién sabe si para retomar el ataque desde otro punto, pero el daño ya estaba hecho y el miedo les estaba haciendo efecto. Rick seguía vigilando al mínimo detalle por si volvían a aparecer en otra calle cercana mientras era medianamente consciente de lo que hacían sus compañeros. Airi apuntaba con el arco manteniendo también la levitación que llevaba a Connor, mientras que Damian estaba ayudando a recargar la magia de Aniol, si no recordaba mal cómo funcionaba el "hechizo". No sabía que estaría pensando hacer, aunque no tardó mucho en responderse su duda. En cuanto el campo de fuerza les rodeó, sintió el alivio justo para bajar el arma y comprobar el estado de todos.

Aparte de agitados, se imaginaba que no habría nadie herido cuando solo les habían lanzado una flecha. Aún así, la cara se le llenó de preocupación en cuanto se fijó en lo agotado que estaba el polaco. -Mierda, Aniol...- dijo empezando a temer si no iban a tener que cargar también con él hasta llegar al torreón. Daba gracias de que Räg ya se estuviera encargando de comprobar que podía seguir y el chico asintió a las palabras de su compañero. -Sí, habéis sido muy valientes- añadió algo más calmado, intentando colaborar en subirles un poquito las fuerzas a los dos chiquillos. Independientemente de que le gustara o no que estuvieran involucrados, no podía negar que habían tenido valor llevando la tarea que le tocaba a cada uno en el plan.

Quedaba ahora un asunto más preocupante. Tenían que ponerse a salvo cuanto antes, pero tal y como estaban preocupándose el motero y le sanaí, Ethan y Nohlem corrían peligro estando el otro grupo por allí. Por desgracia, aquello era más fácil de decir que de hacer. Le daba igual lo que preferirían cuando les superaban tres (al menos que supieran) contra dos aunque tuvieran armas y magia, pero que todos volvieran no era viable, sería arriesgarse demasiado. Entonces el mjörní encontró una solución, una que no le terminaba de gustar.

-Rägjynn, no es...- se adelantó un paso con una ligera preocupación, pero a media frase se calló al llegar a una conclusión. Aunque pudiera defenderse, no convenía que Airi estuviera distraída para mantener la levitación y los niños no estaban en las mejores formas para defenderse, al menos Aniol. Eso les dejaba solo a Räg y a él, y uno tenía que quedarse por si volvían. No era buena idea que fuera solo y tanto el mismo como tal vez el resto no querían ver lo que había sucedido después de que se marcharan, pero... aún con la decepción no podía dejarles atrás así como así. Al menos no estaban demasiado lejos, si su compañero se daba prisa no debería tardar demasiado hasta volver con los dos. Rick suspiró y miró a sus compañeros, intentando captar qué pensaban de esa idea, y luego se giró hacia Räg. -¿Estás seguro?- preguntó con seriedad cansada, no quería que le pasara nada pero tampoco encontraba otra alternativa mejor. -Al menos intenta ir con cuidado, por favor- añadió como ruego algo más bajo, poniéndole una mano en el hombro para dejarle claro que tenía su apoyo, aunque en realidad en el fondo tuviera dudas.
Isma
Isma

Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidad
Personajes :
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad. Sufrirá de vez en cuando migrañas con aura.

Armas :
  • Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
  • Damian: Dientes
    Daga

Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj

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21/10/24, 07:49 pm
Su mano no tardó en percibir el contacto de la de Aniol, un hábito amistoso que transformaron en un traspaso de poder. Damian intentó concentrarse, dejando ir con un suspiro involuntario toda la energía que tuviese disponible para su mejor amigo, notando que se estuvo quedando sin algo en concreto, una munición para la cual el polaco haría buen uso ya que esa arma no la tuvo en ningún momento el italiano.

Que tomase las balas que quisiera era prioridad, pero el proceso se le hacía siempre agotador. Soltaron las manos, Damian jadeó un poco por aquel nuevo cansancio que lo invadió. No fue horrible pero sí pudo sentirlo, le pesaban algo más los brazos, las piernas, meneó su cuello y osciló sus hombros para acostumbrarse a aquel pequeño malestar. No era nada, estaba perfecto y no era momento para quejarse por ello.

Y con aquel nuevo cargador, Aniol estuvo listo para hacer un conjuro. Una barrera se fue extendiendo a su alrededor, lo suficientemente grande para que, al menos, la mayoría pudiese estar bajo su protección. Tenían un escudo de gran tamaño, podían salir de esa y Damian se mordió el labio, tenso. ¿Dónde estaba el peligro? ¿Donde? Su mirada iba por todos lados teniendo de fondo los gritos de Connor bajo la trinchera mágica.

Su mirada se tensó cuando mencionaron de nuevo a ellos dos. Un nudo en la garganta se le formó, temiendo por ellos y por lo que podría estar pasando por aquel lugar. ¿Qué podían hacer, huir?

Joder, joder, joder… —exhaló entre dientes, entre respiraciones agitadas que contuvieron confusión, miedo y preocupación. Sintió el peso del polaco sobre su rodilla, aportando su mano sobre el hombro del agotado mago—. ¿Estas… bien?

Formuló una pregunta en voz queda que ya tenía respuesta con solo observarlo, estaría reventado de hacer ese gran escudo para protegerlos pero iba más que a solo eso. A Aniol se le veía asustado y Damian fue presa del mismo miedo, a que se hayan salido las cosas de control y la vulnerabilidad que pudo sentir bajo un ataque desconocido.

Un posible fuego enemigo por el cual Rag quiso cruzar para llegar a Nohlem y Ethan. Los ojos negros de Damian se agitaron ante esta propuesta, mientras su amigo lagarto solicitó el colgante de protección que el italiano estuvo portando en su cuello. Su mano se acercó, con intenciones de reclamar el aparato mágico pero el chico no pudo más, agarrando la cadena que lo sujetaba y a la defensiva, negando con la cabeza y proyectando un instinto de supervivencia hacia quien tuvo delante.

No… ¡No, tio, NO! —la decisión del colgante, al final, fue suya y eso le sirvió como puerta de salida a negarse por completo a esa loca idea. Miró a Rick con confusión y a Airi con miedo, mezclados entre uno y otro. Su gesto se torció, oponiéndose por segunda vez a la opinión de los adultos, con la voz temblorosa y, sin embargo, le ganó la preocupación a corto plazo—. ¡No quiero que vayas, te-te puede pasar algo chungo es que no lo ves! —tampoco supo qué hacer exactamente con los que se quedaron atrás—. ¡Joder yo quiero ver si están bien pero...! Pero… ¡Pero no quiero que te hagan daño tío!

A ese punto sus ojos le brillaron, sus cejas arqueadas llevadas por la congoja. No quería más movidas, ni más flechazos en los hombros ni más veneno. Miró a Rag con un enfado llevado por la preocupación, la sangre caliente producto del miedo le hizo no solo mirarlo a él, sino a Rick, a Airi, a Connor y hasta a Aniol en búsqueda de aprobación.

¡Ellos estarán bien! Ellos… nos han dicho de irnos y-y nos tenemos que ir, ¡nos tenemos que ir coño! —una súplica llevada por aquellas palabras, aquella petición que formularon sus dos amigos la tomó con fuerza como una vía de escape desesperada y ni siquiera estuvo pensando en cobardía, no sabía tampoco si podían apañárselas estando solos. Sus lágrimas llenas de impotencia brotaron por sus mejillas, agarrado a la túnica de Rag y con una voz que se desmoronaba entre gallos sufridos—. Vámonos… ¡yo confío que estarán bien, se las apañarán y estoy seguro AL CIEN POR CIEN! ¡VÁMONOS RAG POR FAVOR!

Ni él se estuvo creyendo sus propias palabras pero quería vivir, quería que su amigo viviera. No quería mas lastimados ni más cosas raras por aquellos malditos cabrones que lo querían muerto a él y a sus amigos.

No le salía hacerse el valiente.
Aes
Aes

Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Personajes : Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
Fleur: Humana (Francia)
Siwani
Aniol: Humano (Polonia)


Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.

Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D

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22/10/24, 12:53 pm
La barrera protectora se extendió más allá de su propio centro con un brillo reconocible, al principio creció como una medusa uniforme y débil que nada por el océano sin ton ni son, luego adoptó la forma de una campana mística que los protegería de futuros proyectiles.

No pareció ser el caso, pero aún de serlo y continuar estando bajo fuego enemigo, Aniol no habría podido evitar echarse al suelo de rodillas para recuperar el aliento. Desde allí las cosas le parecían igual de horribles o peor. La humareda al fondo de la calle llegaba hasta su posición como un suspiro tras un gran estruendo. El niño se preguntaba si Ethan y Nohlem se encontraban a salvo del derrumbe y sus cascotes o si por el contrario los rostros de preocupación y debates que se daban a su alrededor se encontraban completamente justificados.

¿Estas... bien?

La pregunta de Damian sonó ajena a su propio cuerpo y muy lejana. Era curioso debido a que lo tenía al lado, en realidad.

¿Lo estaba? ¿Cómo podía explicarle a su mejor amigo que se encontraba aterrado? ¿Qué necesitaba esconderse en una madriguera calentita y no salir hasta que el olor a churritos de su padre impregnara la cocina? Si sus hermanas vieran ahora de lo que era capaz se llevarían las manos a la cabeza. ¿Podía decir que estaban orgullosos de él y que hacía todo lo posible por volver a Polonia? O para regresar precisamente... ¿debía fingir que no era el mismo niño que necesitaba dormir siempre con alguien  para no hacerse pis encima?.

Pero no era solo eso, sabía que el italiano se preocupaba por su estado físico, algo que sí tenía arreglo, aunque no en esas circunstancias.

Nu —se sinceró, percibiendo la mano del circense consolar su espalda. El polaco se esforzó para no pedirle un abrazo y llorar como una presa que excede los litros de agua que puede aguantar. Nunca había rozado tanto el límite de sus poderes mágicos como hasta ahora. Y lo peor de todo es que si pudiera volvería a hacerlo. Pero su mente no daba para más, las náuseas lo sacudían como un terremoto, su visión se empañaba de vez en cuando, cerca del desmayo, y su disociación era tal que le costaba entender las opciones que planteaba su grupo reducido.

A penas entendió los consejos que Rick y Räg le dieron para que cesara en su intento de ayudar. Y si no fuera por lo tremendamente alto y claro que habló Damian, también se habría perdido las intenciones del mjorní en el camino. Aniol alzó la cabeza en su dirección, visiblemente mareado y observando también el arco alzado de le sanaí. Parecían estar a salvo, incluso Connor, quien también deseaba volver sobre sus pasos para buscar a los dos miembros ausentes de aquella comitiva suicida.

Los gallos desesperados de Damian, en cambio, afianzaron su postura y provocaron que se restregara los puños por los ojos con una mueca de agotamiento y desesperación sin igual. No tenía fuerzas para alzar los brazos y tirar de la túnica de Räg, así que solo negó con la cabeza con su melena destartalada y despeinada mientras percibía como sus dedos temblaban a la par de sus peores pensamientos.

Nu... nunu... por favur... por favor... —la súplica eran cuchillos en la garganta. No podían permitirlo. No podían quedarse solos, no iba a perder a uno de sus amigos. El solo hecho de imaginar que el reptil desaparecía de sus vidas amenazaba con dejarle sin oxígeno—. No te vayas... ¡No nos dejes! ¡Rag! Tengo... te-tengo... miedo... —la cara hinchada del churumbel ya era una respuesta de por sí. Sentía un pavor terrible por su elfito y su angelito de la guarda. Pero si el mjorní se marchaba serían más débiles de lo que ya eran. Solo contaban con Rick y Airi, y le parecían muy pocos si una criatura como el oso les sorprendía por la esquina. O si los amigos de la hormiga les atacaban en tropel.

Además... ¿Qué podía hacer Räg solo con su bastón si Letargo explotaba el suelo bajo sus pies? Aniol se moriría si le viera desaparecer y esfumarse ante sus ojos. Räg no era Serena ni Aria, con quienes la distancia le había ayudado a superar sus pérdidas. Era uno de sus pilares, el señor lagarto que con tanta calma y templanza cuidaba de todos.

¡Rick! —le rogó, voz temblorosa y ojos color miel en busca de apoyos. Estaba incluso dispuesto a pelear por el colgante que Damian aún poseía. Si quería marcharse iban a tener que quitárselo de las manos a los dos niños. Una tarea que probablemente no les resultaría muy difícil, debido a su fragilidad—. ¡Díselo! ¡No dejes que se vaya! Rick... por favor... —su garganta se abrió de manera exagerada para que una tos lo acogiera a traición, pero no lo suficiente como para que no le agarrara la mano al neoyorquino. Ninguna de aquellas cosas estaba bien. Echó un último vistazo al motero, que flotaba como un globo triste y azul. Si Connor pudiera acompañarle las cosas serían bien distintas—. ¡RÄG ESTAS BOBO! ¡Y tonto! ¡ERES BOBO! —el enfado también era nuevo, e injusto, y débil y pusilánime a esas alturas. Si finalmente se largaba, no se lo perdonaría.

La contradicción sería notable. Tampoco pedía volver a Sendar tan abiertamente como sí hacía su mejor amigo. Si fuera por él se quedarían con el culo pegado al cemento todo el día hasta que las figuras del medio japonés y el varmano se recortaran en la distancia.

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"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."

"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."

"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."

"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
Tak
Tak
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Airi
Especie: Sanaí
Habilidades: Habilidad manual, memoria, imaginación.
Personajes :
Gael/Koval: fuego fatuo terrícola.
Kin: demonio raigaurum irrense.
Ayne: anima sinhadre.
Eara: sinhadre sin esencia.
Nime: demonio mineral libense.
Iemai: cercana, fallecida.
Airi: sanaí.


Unidades mágicas : 8/8

Síntomas : Tendencia a alargar sus baños. Tiene episodios de disociación esporádicos cuando sale al patio.


Armas :
Gael/Koval: espadas rectas, maza y quimeras.
Kin: alfanje y guan dao.
Ayne: sable.
Eara: ballesta de repetición.
Nime: dagas.
Airi: vara y arco.


Status : (ノ☉ヮ⚆)ノ ⌒*:・゚✧

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24/10/24, 01:32 pm
Airi no se atrevía a bajar el arco, a bajar la guardia. La angustia se había alojado en el fondo de su mente como un parásito, sumándose al cansancio mágico para embotarla por completo. Aun así, escuchaba a sus compañeros, incapaz de no preocuparse más todavía por ellos. Una parte de sí quería dejar el maldito arco y arrodillarse al lado de Aniol, pero temía que perder de vista las calles fuese aún peor. La calma que había seguido a aquel ataque repentino era desconcertante. Por si fuera poco, todavía faltaba tomar decisiones difíciles.

Al escuchar a Räg ofrecerse a ir solo su corazón dio un salto. No era eso lo que pretendía cuando había dicho que tenían que volver. Todos juntos, hacia el torreón o hacia la costa, pero juntos siempre. Aunque enseguida había entendido por qué volver en grupo no era una buena elección tampoco.

No fue quien abrió la boca primero al respecto. Estaba a punto de objetar, sin mirarles, cuando primero Damian y después Aniol suplicaron por miedo a la seguridad de Räg, rompiéndole el corazón más si cabía. Pero ese dolor fue lo que le hizo poner los pies en el suelo. Claramente, ni Ethan ni Nohlem estarían contentos de verlos volver, y ni siquiera por la discusión que acababa de tener lugar. Connor era un blanco fácil y no necesitaba que lo paseasen más por la ciudad, los niños estaban agotados y dejar solo a Räg podía salir tan bien como mal.

Le sanaí aflojó su agarre sobre el arco, solo un momento, ante el silencio que reinaba ahora en las calles. Apenas se giró para mirarlos de reojo.
Volvamos al torreón. Recuerda que Nohlem aún tiene el papel que le diste antes —añadió para Räg—. Podemos ir deprisa y… volver después. Los que podamos.
Solo tenían que dejar a Connor, Aniol y Damian y volver a salir los tres. Tal vez Szczenyak podía pasarles algo de carga mágica; elle desde luego lo necesitaría.
»Si hacemos eso será mejor que nos demos prisa —añadió. Las calles estaban tranquilas, pero no sabían por cuánto tiempo.

Airi no tenía ni idea de cómo estaba logrando mantener la compostura cuando sus piernas amenazaban con ceder de puro miedo.
Raven
Raven

Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivación
Personajes : Ethan: Humano, Ingles/Japonés 1.75

Síntomas : En ocasiones, se le desenfocará brevemente la vista. El amuleto curativo se carga el doble de rápido a su contacto y además es más eficaz si lo usa sobre sí mismo.

Armas : Ethan Lanza partesana y una daga

Status : Ciego y cojo, el chiste se cuenta solo.

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25/10/24, 09:35 pm
Ethan luchaba por tomar aire entre el polvo y la tierra levantada. Costaba, pues como si de un globo pinchado se tratase, a cada nueva respiración la toma se perdía a medio camino, entre suspiros rotos y un temblor que acompañaba al resto de su cuerpo. Cuando el tejado terminó por desprenderse no pudo moverse del sitio, en parte, como si estuviera esperando quedar sepultado bajo los escombros para poder volverse uno más del escenario. La garganta le ardía intoxicada por el dolor, el pésame y el olor visceral a hierro pantanoso. No tenía que estar cerca para que el brotar de esa sustancia gelatinosa le hiciera desviar parcialmente la mirada, asqueado y aterrado a partes iguales.

Y estaba, lo habían hecho. El silencio que acompañó la muerte se volvió pronto tan pesado como lo era un sepulcro, como el vacío que poblaba los cementerios y la soledad que despedía cada nombre grabado en sus tumbas. Si sus compañeros le habían respondido poco importaba pues sus rostros quedaban difuminados ante un cuadro más desolador. Insecto o no, lo que yacía sobre la pared era un ser vivo. Uno cuya cuerda de vida se había roto ante la suavidad de una hoja ajena, uno cuya existencia quedaba olvidada, escondida en una ciudad que parecía alimentarse de los últimos estertores de quienes tenían la desdicha de acabar allí. Aquel chico no tenía nombre, pero en sus ojos apagados podía ver reflejados los suyos propios, podía verse allí, postrado, con la vida borboteando por su cuello, con su último aliento regalado a unos desconocidos. No eran tan distantes, esa realidad era la más dura de todas. Podía haber sido cualquiera, y nada habría cambiado.

Levantó la mirada para enfocar momentáneamente la vista en los casquetes caídos de una casa destruida, donde piedra, madera y losa se mezclaban en un sin sentido. Y se preguntó para sí, incapaz de atreverse a romper esa inusitada calma, si las últimas palabras del insecto lejos de ser un consejo, eran una advertencia. Si la luna roja ganaba ese matiz al alimentarse de su dolor y las calles cobraban vida cuando eran sus gritos los que reverberaban. Ethan quiso vomitar, dejarse la voz en el intento e incluso golpear lo primero que se le cruzase, pero al contrario, no hizo nada. Permaneció inmovil, como un tinte más de entre tantos grises, sintiéndose más que nunca, parte de un juego en el que nunca había querido participar.

-Nohlem… -Murmuró, y tan pronto su voz salió se arrepintió de ello.

Fue lo único capaz de darle a su compañero. Sus piernas tardaron en reaccionar, congeladas como lo estaba todo su ser, tan frías como las lágrimas que le limpiaban el polvo de las mejillas, pero cuando arrancaron, como un engranaje oxidado, logró recortar distancias con el lienzo tan surrealista que tenía frente a sí. No encontró palabras para continuar hablando, pues había aprendido que dedicárselas a los muertos era solo malgastarlas.

En vez de eso, se arrodilló con duda, dejando que la arenisca de sus manos terminará por manchar su camisa en un torpe intento de desabrocharsela. La maniobra fue lenta, incluso tortuosa, pues el temblor de sus dedos no facilitaba la tarea, pero cuando por fin lo consiguió la uso como una suave tela con la que proteger el rostro sin nombre del chico. Desconocía su historia, su pasado o siquiera su nombre, pero aún siendo el verdugo de su cuento, no era tan desalmado para no querer dar una despedida humana. Un intento insulso por sentir que aquel lugar no le había arrebatado hasta la última pizca de su alma.

-Voy a llevarlo con Serena.

Sentenció igual de bajo e igual de dudoso. No se atrevía a pedirle que le acompañase pues después de aquel acto, era egoísta hacerlo. Enterrarlo era su decisión, al igual que la de Nohlem había sido despedirle. Sabía que cada uno había escogido su última cena en el corredor de la muerte, cuando no había más escapatoria que al menos contentarte con una alegría final. Recogió a Raki con todo el cuidado del mundo, dejando que sus brazos le estuvieran acunando en su pecho, como si solo descansase en la seguridad de un abrazo. La manta improvisada de su ropa ahora quedaba como un suave velo con el que uno decía adiós a su familiar, tan lejano e insípido como sentir el cristal frío que os separaba, tan punzante como el saber que no había vuelta atrás una vez la tierra se volviera uno con él.

Respiró hondo y dejó que el aire llenase por primera vez lo suficiente su pecho como para tragarse el nuevo bombeo de lágrimas. Su pierna, malherida, le advirtió con un cosquilleo que de nada serviría ese último trayecto, pero Ethan, incoloro y gris, simplemente avanzó, un paso y luego otro, dejando que la cojera volviera de esa caminata una fúnebre. Ese era su adiós, el único que podría dar en aquella ciudad.

Rocavarancolia les había recordado que allí no había ningún vencedor más que ella.
Giniroryu
Giniroryu
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas

Personajes :
Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
Lethe: Horus, enderth.
Rägjynn: mjörní.
Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.


Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.

Armas :
Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
Irianna: arco y estoque.
Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
Lethe: arco y lanza.
Rägjynn: jō.
Naeleth: arco, sai y báculo.


Status : Gin: do the windy thing.

Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.

Torreta Matakrakens - Página 6 Empty Re: Torreta Matakrakens

26/10/24, 12:30 am
El callejón ya había empezado a tener huecos por los que reptar fuera de él con la simple pregunta de Rick. ¿Estaba seguro? No. Hubiese querido decirle que no, pero simplemente no dijo nada. Se aferró de nuevo a que no había ninguna otra salida cuando le dijo que tuviera cuidado, recordando la petición de Connor… Pero entonces otras voces mucho más insistentes derrumbaron por completo las paredes que él mismo había construido para sentir que estaba tratando de hacer lo correcto.

Ni siquiera hubiese hecho falta el enfoque más pragmático de Airi, al que asentiría después. Simplemente, la forma en la que Damian y Aniol se negaron en rotundo a su idea. Sus desesperadas peticiones de que no cometiese la temeridad que sabía que era lo que había propuesto. Uno al borde del llanto pidiéndole a Rick que lo convenciera, el otro aferrándose a él mismo con las lágrimas ya desbordando sus ojos. Como decían cosas que probablemente ni siquiera sentían (el italiano asegurando que Ethan y Nohlem iban a estar bien sin importar lo que pasase, o el polaco en su desesperado intento por ¿enfadarlo? lanzándole suaves improperios)… Rägjynn se derrumbó por completo, y si no lo hizo literalmente era porque todavía tenían que hacer lo que había dicho le sanaí.

Alzó ligeramente las manos, en una llamada a la calma, para intentar intervenir antes de que continuasen intentando convencerlo de lo que ya no era necesario. Pasó un brazo por un costado del italiano a modo de consuelo. El niño no era el único que lo necesitaba.
¡Está bien, está bien! —dijo alzando la voz más de lo que pretendía y corrigiéndose de inmediato—. Tenéis razón: no es buena idea. No voy a ir. Tenemos que volver al torreón todos juntos y después… Después nos aseguraremos de que ellos están bien.

Una parte de él no había querido volver al torreón porque sentía que si lo hacía no sería capaz de volver a salir, aferrándose a las diversas excusas que lo atarían a aquel lugar seguro. Pero con la declaración de intenciones de Airi aquello cambiaba un poco. Desde luego, no iba a dejar que volviese a salir sole, o no sole pero tampoco solo Rick y elle. En el torreón, los niños estarían junto a Szczenyak y Connor debería poder empezar a moverse dentro de unos minutos, suponía… El tiempo se había distorsionado por completo para él y no sabía cuánto había transcurrido.

Sus oídos no estaban detectando nada. Tras el derrumbe, no había oído las voces del varmano o el medio japonés. Estaba seguro de que si hubiesen gritado sí lo habría hecho, o si hubiese comenzado alguna otra clase de refriega habrían notado algo… Miró en la dirección en la que los habían abandonado. ¿Podría ser que aquellos que se habían acercado a dispararles una flecha no supieran que estaban allí? Tal vez era un pensamiento demasiado ingenuo por su parte, pero no quería pensar en ninguna otra posibilidad.
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