Reina
Quizás se estaban excitando demasiado y lo que proponian a la hora de cocinar se les podría ir de manos. Estaba bien querer variedad, pero Reina estaba más que dispuesta a pragmatizar lo que tuvieran, eligiendo productividad sobre estetica. Sin embargo, no lo mencionó. No era quien para decirles a los otros que hacer con sus porciones, siempre y cuando estuvieran porcionadas, claro está. Libertaria hasta el final, dejaria que otros se hundieran siempre y cuando no le afectase a ella. O acaso, ¿es que era una sociopata? ¿Que no podría tener simpatia alguna por otros? Consideró. No, ella sabía que no era así. Si una persona se habia buscado su propia ruina, entonces Reina no veia el motivo para sacarle las castañas del fuego. Si alguien no podia tirar con su propio peso, ¿que bien le hacia al grupo? Estas y otras más introspecciones cruzaban su mente a medida que otros intervenian. No pudo evitar darle la razón a la chica negra, Amira. La racionación de comida era esencial, así que comenzó a mirar a otros inquisitivamente, intentando leer en ellos que opinaban al respecto.
Sin embargo, antes de que pudiera alzar la voz en apoyo de la chica, los que habian salido comenzaron a bramar en el exterior para que bajasen el puente y eso tenia prioridad, asi que todo el mundo se puso dispuesto a abrirles y dejarles entrar. Extrajeron lo que habian conseguido producir de su microaventura. Basura, claro. No se podía esperar más, con el sitio en el que estaban, pero con recursos tan escasos como los que tenian, hasta la basura podia serles útil, Reina pensó. Sin embargo, y siguiendo la costumbre de estos últimos momentos, sus pensamientos fueron interrumpidos por el chico-nutria llamado Chromsa, quien primero les aseguró que habian encontrado un Esqueleto y luego un Liche. ¿O acaso sugeria que eran ambos el mismo personaje? Lo verdaderamente irrisorio de la situacion no era el ser parlanchin que describian, sino lo que Reina se imaginó que era un ser a caballo de un monton de huesos y un pequeño fruto. Se reveló entonces que estaban heridos. El blanco Kolja mudo, algo más tendría que haber pasado, estaba claro, pero Reina no creia en presionarles, habría que esperar a ver. El chico rendido sobre el sofá estaba siendo el objetivo de una puya de Kahlo. Claramente no le habia sentado bien, porque se levantó y fue hacia la armeria, peleandose con su equipamento saqueado de la misma.
Reina se acercó a Kahlo por detrás le puso una mano sobre el hombro. Asintiendo levemente, alabó la rapidez de Luci, para despues girarse hacia la Varmana.
—Bien pensado chiqui.— sus orbes relucientes cual luceros trazaron un elegante arco hasta posarse en los de la varmana. —No te lo tomes a mal, no ha sido tu culpa. Estamos todos un... poco tensos, considerando nuestra situación y los peligros de afuera.— tras aquel comentario intentando que la varmana no se culpase u ofendiese, se giró hacia Chromsa. —Curemos esa herida, y cuentanos cuando te encuentres con fuerzas, Chromsa.—