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Raven
Raven

Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivación
Personajes : Ethan: Humano, Ingles/Japonés 1.75

Síntomas : En ocasiones, se le desenfocará brevemente la vista.
Armas : Ethan Lanza partesana y una daga

Status : Ciego y cojo, el chiste se cuenta solo.

¡Cenicienta, que ya son las doce! - Página 3 Empty ¡Cenicienta, que ya son las doce!

12/03/24, 10:54 pm
Recuerdo del primer mensaje :

Después de haber tenido un cielo estrellado tan bellamente decorado, regresar a la cotidianidad de una noche oscura e insípida era un poco solitario. Ethan ya no vestía sus mejores galas, ni lucía un maquillaje suave y efectivo, ahora, como una Cenicienta a la que el hechizo se le había acabado antes de tiempo descansaba recostado en el patio. Las ojeras marcadas y sus ropajes amplios recordaban más un estatus de servidumbre que de príncipe y rota la magia del baile no había zapatito que pudiera regresarle a vivir de nuevo aquel cuento de hadas.

Estaba bien con ello, no tenía ratones como compañía pero Antorchita hacía de buen sustituto. El pobre y rechoncho murciélago (Estaba engordando de más gracias a su fuente poco controlada de comida) descansaba a su ladol, iluminando de forma tenue las cercanías del pozo. Había terminado de comer hacía rato y ahora por inercia, estupidez o mera ingenuidad se había quedado medio adormilado. El suave calor que emanaba sus alas no era el suficiente para calentarlo pero al menos aliviaba parte de la añoranza arrastrada por la visita al palacete.

Ethan suspiro feliz por el nuevo acercamiento, aún no se atrevía a acariciarlo en parte por el miedo a que se fuera y en parte por el miedo a volver a quemarse, así que en ese momento vacío de tiempo se dedicaba a hacer una pequeña figurita mientras su mente vagaba en los embriagadores recuerdos. Eran tan recientes que aún sentía el rubor de sus mejillas florecer cuando pensaba en las diferentes escenas, en como los brazos de Connor había envuelto sus caderas para recortar distancias o en cómo los iris esmeralda de Nohlem se posaban sobre él a medida que quedaba acorralado en la terraza. Una sonrisilla tonta se le escapó de entre las comisuras lo que llevó a que el murciélago se erizara en el sitio asustado ante el repentino sonido.

-Oh, perdona pequeñín. -Le susurró bajo para no importunar más su ansiada siestecilla.

Tras la puerta que daba al patio los ruidos quedaban levemente opacados por lo que a pesar de la fiesta que estaban haciendo sus compañeros a ellos solo les llegaban los ecos de la misma. Ethan ya había estado animando y festejando pero la pierna había sido demasiada molestía y la música demasiado cansada por lo que con el tiempo había ido a refugiarse en ese remanso de paz al que tantas veces recurría. Bajo sus manos una pequeña nutria de tono castaño (Gracias a un pequeño mago anónimo llamado Aniol al que le pedía colorearle los papelitos)  estaba cobrando cada vez más forma.

Kanyum

Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma

¡Cenicienta, que ya son las doce! - Página 3 Empty Re: ¡Cenicienta, que ya son las doce!

08/04/24, 01:58 pm
NO —exclamó tajante cuando Ethan le ofreció que saliera—. No —debió sentirse mal, pues en seguida se repitió mucho más suave. Aún así, prefería congelarse a salir y recibir más burlas. Se encogió en el sitio, temeroso a que en la cercanía de sus voces alguno se asomara por el pozo para verle.

Al menos su duda en algo había funcionado, porque ahora jugueteaban con el nombre de Damian. No es que fuera mucho consuelo que Connor hubiera visto al crío desnudo: era un crío al fin y al cabo, no un adulto medio hecho y derecho como él, y por supuesto el pelirrosa se vio poco saciado con esto y redirigió sus mofas. La vergüenza empezaba a ser cargante, la que dejaba de lado la hostilidad más directa por una más fría y frágil, resultando en su absoluta mutis. Si creían que iba a subir corriendo en ropa interior lo tenía claro. Antes moriría ahí fuera o se tiraría dentro del pozo con la esperanza de ahogarse.

De nuevo no tenía idea de que eran esos condenados juegos del hambre que otras veces habían mencionado (empezaba a creer que los humanos tenían un concurso similar a lo que fuera que hacían en Rocavarancolia), pero entre uno y otro entendió mejor la lógica tras la desaparición de sus pantalones. Después de haber visto ropa de talla mágica que dejaría en paro al mejor sastre o una orquesta tocarse sola, no era difícil creer que todo estaba intacto dentro del palacio precisamente porque estaba tan hechizado que era imposible de saquear. Mientras fuera la ciudad estaba hecha trizas ese sitio mantenía toda su gloria. Por lo pronto prefería pensar eso a que hubiera gente vigilándolos en ese mismo instante, decidiendo que podían tener y que no con un chasquido de dedos. Se tapó más con los brazos por si acaso.

Y aburrido de teorías, Connor volvió a ser un tremendo imbécil. Nohlem sintió arder su paciencia, y aunque no era una persona de violencia física, pulsando las teclas correctas podía tener la misma cantidad de veneno que el resto de su familia. Muchas se habían pulsado solas por la vergüenza de la situación, pero es que Connor estaba aporreando las demás. Se irguió ligeramente tras el pozo, buscando al pelirrosa con unas pupilas redondeadas que poca positividad indicaban.

Estábamos hablando —contestó mordaz, en un tono que claramente no aceptaba más preguntas que por poco no sonaba a “y a ti que te importa”. No pensaba dar margen a que Ethan le delatase también—. Oye, Connor —continuó en un tono más suave; demasiado suave, ignorando nada de su concierto. Hablando de venganza…—. No quiero ser esa persona pero, tengo que recordarte que me debes dos favores —levantó dos dedos, manteniéndole muy fija la mirada, desafiante. En su rostro había surgido una sonrisita muy falsa y poco amable—. ¿Te acuerdas? —le preguntó como si fuera tonto—. Pues creo que me vas a hacer uno ahora mismo. Quítate los pantalones —la sonrisita desapareció. Con los ojos señaló fugazmente las piernas del pelirrosa—. Quítate ahora mismo los pantalones y dámelos.

Apoyó los codos sobre el pozo, espectante.

>>Niégate y te juro que mi próxima petición será peor —le señaló con un dedo—. Eso o vete acostumbrando a tener una rata peluda en la cara, porque no pienso ser yo quien siga afeitándote.
Seth

Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mental

¡Cenicienta, que ya son las doce! - Página 3 Empty Re: ¡Cenicienta, que ya son las doce!

10/04/24, 09:28 am
Connor no podía negar que se lo estaba pasando de puta madre. Ver a Nohlem en esa situación solo le daba años de vida y muchas oportunidades para usar a favor ese día y recordarle de muchas formas que: "Al menos yo no perdí los pantalones..." "Oye, ¿te acuerdas cuando perdiste los pantalones" "Se me ha caído el puto vaso... Me recuerda a cuando perdiste tus pantalones, hmmm más o menos". Así con infinidad de ejemplos. Nada con verdadera malicia, pero era esa clase de puñetero amigo y había que aprovechar las oportunidades.

-"Estábamos hablando"...- Repitió el motero con tono estúpido y una sonrisilla ante el comentario mordaz de Nohlem. Sin poder evitar hacerle un poco de gracia que se estuviera picando un poquito con aquel vacile.- Joder, pues vale... Vosotros os habéis perdido mi puto concierto.- Sin embargo donde las dan las toman y él ya había estirado y vacilado demasiado a Nohlem, y aún así Connor no se esperó para nada el siguiente comentario del varmano. Los putos favores. El motero abrió los ojos por la sorpresa y una leve sonrisa nerviosa empezó a asomar en sus labios. Soltó un ruido de su garganta que bien podría haber sido una risa queda. -Ehhh.... ¿Si te digo que no tengo ni puñetera idea de qué estamos hablando?- Bromeó mientras su mirada se desviaba hacia Ethan. -Es una mierda larga de contar eso de los favores...- No tuvo mucho tiempo para decir nada más. Pues aquel cabrón vengativo salió con algo que ni él mismo se había esperado. Joder si jugaba sucio. Connor se quedó mudo durante unos segundos, antes de soltar un bufido entre incrédulo, divertido e incluso algo molesto.

Casi por reflejo bajó la vista hacia sus pantalones cuando Nohlem hizo lo mismo. Porque eso es lo que quería ese maldito pijo de los cojones. Qué cabrón, joder. A Connor no le daba tanta vergüenza el hecho de quitárselos que el hecho de que era jodidamente humillante. Más cuando antes había estado vacilándole sin parar.

-Eh....- Volvió a bufar algo incrédulo antes de reponerse un poco. Frunció el ceño ahora él un poco picado, aunque la sonrisa tampoco se la quitaba nadie. Un juego era un juego. Y un trato era un trato.- Joder, tendrás mala hostia cabronazo...- Aún así volvió a bufar con una sonrisa mientras negaba con la cabeza y empezaba a descalzarse.- A tomar por culo, joder... Pero ésta pienso devolvértela, que lo sepas.- Con un rápido tirón hacia abajo Connor se bajó los pantalones hasta los tobillos, quedándose en calzoncillos en el proceso y recogiendo la prenda del suelo. Abrió los brazos con una risa algo nerviosa.- ¿¡Contento, gilipollas!? ¡Ahora somos dos putos subnormales de mierda sin pantalones! ¡Hay que joderse, joder!- Exclamó divertido y ya algo más repuesto de aquel tremendo vacile que le había hecho. Se dirigió a Ethan con una leve sonrisa y fingiendo con exageración que hablaba educado y cordial, que se portaba bien. Incluso puso la voz algo más fina. -¿Podrías por favor darle estos bonitos pantalones a nuestro amigo? Es que estás más cerca y es que...- Su mirada de desvió hacia Nohlem otra vez y habló como de costumbre-... me están entrando unas ganas de tirarlo al pozo que no te haces ni una puñetera idea, joder...- Connor le lanzaría los pantalones por el aire a Ethan esperando que los cogiera al vuelo.- Ojalá te queden tan puñeteramente grandes que parezcas un puto payaso... Payaso...- Le soltó a Nohlem con los brazos cruzados.
Raven

Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivación

¡Cenicienta, que ya son las doce! - Página 3 Empty Re: ¡Cenicienta, que ya son las doce!

10/04/24, 11:01 am
Las risas siguieron acompañando a los insultos, Connor era una metralleta sin capacidad de apuntar a nadie en concreto y con tanta pulla soltada al aire era imposible que no acabara escaldado con alguna. Su sonrisa se ensanchó al momento, un tanto nervioso al haber sido descubierto, él había salido a descansar pero que luego hubiera sucedido el intercambio de besos solo teñía su rostro de un matiz culpable, o así fue hasta que Nohlem consiguió borrar todo rastro de alegría de un plumazo. Pronto lo que era timidez pasó a ser una incomodez solo escondida tras una suave sonrisa apenas mantenida, no acaba de entender que acababa de ocurrir.

Si, vale, le venía bien que lo hubiera querido ocultar, la pregunta era ¿Porque había querido ocultarlo? Ethan tenía sus motivos, pero el felino más allá de un pique que se estaba volviendo personal no tenía ninguno. Había sido tan cortante que el hachazo había traspasado al pelirrosa para llegar hasta su persona, no le apetecía añadir nada ante la contundencia de su compañero. En parte por ese motivo agradeció que el foco desapareciera de su persona para centrarse en una batallita de favores y afeitados.

¿Si se iba sería muy cantoso? No sentía que tuviera nada más que opinar allí y ahora que el frío de la noche calaba en forma de dudas no estaba seguro de querer directamente opinar nada. Claro que los favores no eran individuales, nunca lo habían sido, ya conocía los de Rick de tantos platos que le había visto limpiando pero que Connor también tuviera le hizo más daño del que cabía esperar, porque claro, todo lo que le hacía exclusivo e importante había desaparecido de un solo plumazo. ¿Le pediría otro beso al canadiense? Podría hacerlo perfectamente, la primera proposición había sido en público así que nada le paraba de repetir, ahora bien qué irónica era la situación. Que alguien quisiera seguir su mismo plan le dolía horrores.

Por eso ocultaba lo que ha ocurrido, por eso se había centrado en él en cuanto ha entrado, por eso le pidío más favores, aún le quedaba otro. Ya sabía cual es el otro.

Que Connor se quedara en calzoncillos no le alegró las vistas, el juego ya le resultaba más cansado que divertido. Sobraba lo suficiente como para tener una excusa para irse y aún así, su educación le obligó a formar parte de una broma que ya no le hacía gracia. Tomó los pantalones antes de que acabaran de caer y se los llevó a Nohlem sin chascarrillos, coñas o ánimo.

-Anda toma, pero deberías de regresar los dos pronto, al final os vais a resfriar.

Mencionó sin dirigir la mirada a nadie en particular, en cuanto el felino tomará la prenda se alejaría un par de pasos señalando la puerta en un gesto que esperaba que se entendiera.

-Voy a por unas mantas para que podáis subir -Trató de mejorar su sonrisa, un intento pobre de no sonar sumamente seco.- No vaya a ser que asustéis a los de dentro.
Kanyum

Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma

¡Cenicienta, que ya son las doce! - Página 3 Empty Re: ¡Cenicienta, que ya son las doce!

17/04/24, 01:25 am
Nohlem le mantuvo la mirada a Connor en una actitud que habría sorprendido a su yo del pasado, quien creía que el pelirrosa podía matarle por cualquier excusa. En el fondo no es que hubiera dejado de pensarlo, la diferencia es que ahora confiaba en su autocontrol y lo bien que le cayera.

Sus sonrisas eran más rápidas y escuetas, pues la vergüenza y la molestia habían hecho mella. Para ser de la estricta clase alta se le podía considerar bastante tolerante, pero su soberbia era tan grande como frágil y pocas veces había sido herida de tal forma, y eso se demostraba. Ignoró sus amenazas por mucho que quisiera devolvérselas con el recordatorio de su segundo y último favor, viéndole en silencio con una pequeña sonrisa perder los pantalones. De nuevo no dijo nada a los insultos, pero su sangre se mantuvo caliente por ellos, en un tira y afloja entre el dulzor de la venganza y el picor de una nueva bofetada. El pelirrosa jugaba con su paciencia y los afilados trozos rotos de su orgullo, al punto que ni verle medio desnudo le estaba satisfaciendo. Chasqueó la lengua ante el comentario del pozo, exhalando una risa cortante por la nariz. No aguantó más.

Pues ya somos dos, imbécil.

Si le preguntaban a él si la acidez de sus palabras era real o broma no sabría especificarlo.
Tomó los pantalones en cuanto Ethan se los tendió, dándole las gracias por lo bajo sin atreverse a mirarlo demasiado. Aún se sentía demasiado expuesto. Por supuesto no era ni medio consciente de los intrincados derroteros que había tomado la mente del londinense, mucho menos tras haber sido toreado por el canadiense y sentirse un saco de boxeo. Empezó a vestirse en seguida, y como era de esperar la prenda le quedó gigante. Tuvo que sujetarse la cintura para que no se le cayeran, sobre todo cuando se agachó para recoger el ruego y que no arrastrasen; no porque le importase manchar los mugrientos pantalones de Connor, más bien porque no quería matarse ni terminar haciendo el payaso para deleite del mismo. Si los que había llevado antes de cambiarse esa mañana le hacían un culo lamentable, con estos estaba oficialmente apuntado a una carrera de sacos. Ahora bien, mejor eso que medio desnudo. Al menos él podría entrar al refugio con un mínimo de decencia. Y vamos, ni de coña iba a quedarse esperando ahí con Connor.

Yo ya estoy vestido, no me hace falta una manta.

Por si no era obvio seguía picado. Con las manos haciendo pinza a la tela en su cintura pasó de largo del canadiense y siguió a Ethan unos pasos atrás. No se registraba como causante de la sequedad en su tono, una sequedad que compartía e interpretaba como empática decepción, quizás por la realización de haber sido interrumpidos o haber presenciado tan lamentable documento. No es como si Ethan no se hubiera reido también, pero definitivamente no le había llamado gilipollas repetidas veces. Apretó los labios, mirando en todo momento a un punto bajo con las orejas gachas y expresión en conflicto consigo mismo.

Lo siento —musitó finalmente por decencia. En un principio no se sentía exactamente culpable, pero sí abochornado por el espectáculo y ser partícipe en él—. No ha sido… mi mejor actitud.

Siendo hijo de su madre estaba cansado de decir aquello, pero de alguna forma siempre calaba.
Seth

Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mental

¡Cenicienta, que ya son las doce! - Página 3 Empty Re: ¡Cenicienta, que ya son las doce!

22/04/24, 09:21 am
-Ah.- Fue lo único que dijo a la respuesta cortante de Nohlem. Su sonrisa bailó durante unos segundos entre convertirse en una estruendosa carcajada o en limitarse a fruncir el ceño, pues por primera vez desde que había comenzado esa puta broma estaba preguntándose si se estaba pasando. Sabía que estaba jodidamente picado, coño, por eso seguía con el puñetero tema y le chinchaba... Era así de tocahuevos... Pero la acidez de sus palabras abría la veda a que empezara a pensar que estaba cruzando el putísimo límite. Y la verdad: A una parte de él eso solo le hacía más gracia mientras que otra le gritaba a voces que se callara de una jodida vez.

Por si fuera poco la actitud de Ethan tampoco fue la esperada. Ni una sonrisa ante sus últimos comentarios, ni carcajadas, ni palabras ingeniosas aprovechando el momento para burlarse un poco de Nohlem... El británico simplemente se limitó a coger los pantalones al vuelo y llevárselos al varmano sin ánimo alguno y comentando que se iban a resfriar con visible incomodidad. <<¿Qué cojones está pasando?>> Se preguntó con el ceño fruncido y ahora sí muy visiblemente incómodo. ¿Era algo que había dicho? ¿Era algo que había hecho? Negó con la cabeza a su sugerencia de ir a por mantas, ni de coña iba a quedarse solo con un Nohlem tan jodidamente ácido, y carraspeó un par de veces sin saber muy bien qué decir. ¿Se había pasado? Joder, sí... ¿Pero eso qué le importaba al puto Ethan? Cuando Nohlem se reía de él no veía a Ethan así de serio... La mirada de Connor bailaba entre ambos en una expresión de completa confusión y sin entender lo que ocurría. Sus brazos cruzados a la altura del pecho y ahora sintiéndose otra vez imbécil al estar en calzoncillos en medio del patio.

Por suerte o por desgracia sus pensamientos y dudas cayeron al fondo de un puto pozo, pues Nohlem ya se había puesto los pantalones suyos y sí, parecía un puto payaso. Connor apartó rápidamente la mirada hacia el lado contrario por el que cruzaba Nohlem con un fuerte pero tembloroso suspiro, en un intento por no mostrar la puta sonrisilla de sus labios y lo difícil que le resultaba no descojonarse allí mismo. Porque estaba haciendo un jodido esfuerzo titánico por no volver a reírse en su cara, teniendo la impresión de que si lo hacía era posible a esas alturas que Nohlem se le lanzara a la jodida yugular. Pero su andar digno claramente evitándole mientras se pinzaba los pantalones a la altura de la cintura era una tentación demasiado grande. <<No le llames Culo de Saco. No le llames Culo de Saco. No le llames Culo de Saco>>.

-Ehhhh...si... Aquí hace frío y... Luego me devuelves los putos pantalones...- Connor se dio la vuelta para seguir con la mirada su andar reuniéndose con Ethan. Con una sensación similar a cuando eres un puto niño que ha roto un jodido plato y no quieres hablar más o sabes qué te comerás más mierda... El motero volvió a carraspear, siendo ahora más consciente que después de tantas bromitas y gilipolleces ahora llegaba el momento de entrar al torreón en putos calzoncillos. ¿Le daba vergüenza? Joder, no... ¿Era humillante? Joder, era dos cojones de humillante. Connor volvió a carraspear mientras los seguía hacia el interior con un montón de dudas en la puta cabeza, sobre todo en torno a esa actitud tan rara de Ethan. Una vez dentro se limitaría a caminar hacia las escaleras y se dirigiría hacia los que estaban allí encogiéndose de hombros, sintiéndose un jodido imbécil por su apariencia.- Nunca le debáis favores a este cabrón, ¿eh?...- Diría con sorna para resumir lo ocurrido y buscando con la mirada un atisbo de buen rollo en el varmano y el británico, pero su tono de voz seguía siendo apagado por el puto bajón que había tenido lugar en el patio. Nohlem pareciendo molesto y Ethan jodidamente incómodo y con un sentido del humor de mierda.

Bueno, suponía que se lo había buscado él mismo o algo así. Seguro que mañana dejaban de ser dos putos estirados...

Y sin más pensamientos en la cabeza Connor subiría las escaleras en dirección a su cuarto. A pesar de todo aquel había sido un buen día y mirándolo por el lado bueno... Ya sólo le debía un favor a ese gato cabrón.
Raven
Raven

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Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivación

Personajes : Ethan: Humano, Ingles/Japonés 1.75

Síntomas : En ocasiones, se le desenfocará brevemente la vista.
Armas : Ethan Lanza partesana y una daga

Status : Ciego y cojo, el chiste se cuenta solo.

¡Cenicienta, que ya son las doce! - Página 3 Empty Re: ¡Cenicienta, que ya son las doce!

29/04/24, 01:35 pm
¿Siempre se había sentido tan inseguro? Era difícil decirlo pero sus escasas experiencias románticas parecían avalar que, efectivamente, estaba cargado de dudas. Nohlem no le gustaba, no al menos de forma romántica, ahora bien no sabía definir si lo que sentía era miedo o celos, o ambas, o un cúmulo emocional demasiado complejo como para poderlo definir. ¿Se arrepentía del beso? Indudablemente no, como tampoco se arrepentía de querer arrancarle otro similar al canadiense. Estaba encaprichado, quizá era eso.

Ethan suspiró por lo bajo al llegar al salón. Llegados a ese punto lo mejor que podía hacer era dejar que el tema acabará enfriándose porque con su corazón dándole tantos males no podía pensar claro. Recogió una de las mantas y entonces fue cuando escuchó a Nohlem disculparse. Había estado tan cerrado en sus propios nervios que no se había dado cuenta de que lo seguía.

-Ah, no pasa nada. -Su gesto se relajo al momento pues ante todo era alguien fácil de complacer y aquel perdón, aún sin saber muy bien por que se lo regalaba, era suficiente para sentirse más tranquilo. -Perdona si yo te ofendí, no quería ser maleducado.

Si uno tenía la cortesía de un burgués, el otro la tenía de un británico. Sus disculpas igualmente no eran falsas, sólo no del todo comprendidas. Le dedicó una torpe sonrisa al felino, una de las que se crean cuando no sabes si es mejor alegrarse o no pero que igualmente se te escapa como un ápice de felicidad y se acercó a él más como un padre que como un amigo.

-Anda, ven aquí que si no te vas a matar por las escaleras.

Le respondió mucho más natural mientras le ajustaba el pantalón y usaba su única goma de pelo para hacerle un nudo en uno de los costados de la cintura, así al menos dejaría de caérsele. El gesto era una tontuna pero en esos instantes la única forma con la que se sentía cómodo expresando cariño era cuidando de ellos, como quien te enciende una chimenea una noche fría o te sirve un café caliente en una mañana emocional. Los detalles del día a día que conseguían cobijar hasta al corazón más nervioso.

Lo que desde luego no se esperó es que la impaciencia de Connor le hiciera pasear por el hogar en tan solo un par de calzoncillos. Ethan dejó escapar un suspiro en forma de risa, incorporándose rápidamente para seguir el juego. Prefería, al menos por ahora, centrarse en lo mucho que apreciaba a sus mejores amigos y ya mañana, si tal, se plantearía que quería o que no hacer con ambos.

-Connor! ¡Por dios!

Seguido de otra risa igual de corta tomó una manta del salón y corrió tras él para fingir que hacía de escudo humano, cubriendo al joven como quien cubre a su hijo mientras se cambia en la playa, solo que había que sumar a la hilarante escena lo torpe de subir unas escaleras así. Cuando estaba junto a ellos al menos podía permitirse ser un simple crio más, sin responsabilidades ni tareas, solo tres tontos tratando de llevar una mierda de sitios juntos.
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