Un caso no resuelto

Rick se consideraba una persona paciente y con cierto aguante para los problemas, pero la situación en el torreón desde que habían vuelto del faro lo estaba poniendo a prueba. Que justo las tensiones fueran con dos de sus compañeros, que ya la primera noche hicieron buenas migas, no ayudaba. Nohlem lo evitaba por completo, sin una pizca de disimulo. Ethan seguía siendo tan amable como con el resto, aunque... había matices. Los suficientes para que el neoyorquino se diera cuenta de que algo no iba bien entre los dos. Si a eso le sumaba que Serena, de la que tenía esperanzas para que se enfrentara a sus problemas y quisiera arreglar las cosas con todo el grupo, se había encerrado por completo en su habitación, el chico estaba empezando a frustrarse.

Creía entender de dónde salía aquel cambio de humor en sus compañeros, realmente no era muy complicado encontrar el origen, pero buena parte de los detalles de por qué a él y a los otros que salieron les había caído parte del repudio a la escocesa no llegaba a entenderlo. Durante sus investigaciones había estado pensando la forma de abordar el tema con sus dos compañeros, pero no estaba seguro de cómo saldría. Ahora más que antes se necesitaban los unos a los otros si querían sobrevivir, tenía que haber confianza y algo de buen rollo en el grupo. Y, demonios, le habían caído bien. Le fastidiaba que por una discusión no fueran a hablar nunca más.

Finalmente Rick encontró las fuerzas para hablarlo con Ethan. Había pensado también a comentarlo con el varmano, pero por cómo se había comportado era mejor darle más tiempo. El británico parecía más dispuesto a solucionar las cosas ahora mismo, o al menos no lo fulminaría con la mirada al verlo acercarse. Pocos días después del incidente, el neoyorquino bajó al salón en su búsqueda. No tenía claro si estaría allí o tal vez fuera aumentando el número de figuritas en el pozo. Iba concentrado mentalizándose por el camino y por ello no se esperó encontrárselo ya en el salón.

-Ah, hola- le saludó con tranquilidad. Que no hubiera nadie a la vista ayudaba a sacar fuerzas para comentar el tema. Terminó de prepararse con una última respiración y se rascó la nuca empezando a decir: -Oye, Ethan. He estado pensando y... Tenemos que hablar- Su voz estaba calmada, aunque por dentro no supiera cómo seguiría la conversación o si empezaría siquiera. -Si estás libre y quieres, claro. Tampoco quiero presionar.- Había cierto tinte de preocupación, una esperanza de que las cosas fueran a mejor en sus palabras.

La conservación de alimentos sin refrigeración era un problema notorio, aún consiguiendo otras cestas al ser tantos organizar las comidas en un intento de consumir antes lo que primero caduca le obligaba a revisar que tenían tras cada día de uso. Los botes de conserva y la carne en sal al menos aguantaba un poco más, pero la fruta y verdura era otro tema muy diferente. Ya había ahumado unos trozos que notaba endurecidos y ahora se dedicaba a crear mermelada con unos melocotones (O eso creía él, no estaba muy seguro) que estaban madurando de más. La mezcla era básica, rica en su medida, no sería la mejor que hubieran probado pero tendrían que conformarse con lo único que podía hacer.  

Estaba guardando los botes en unas alacenas cuando escucho la voz de Rick a su espalda, sorprendido por la intromisión del chico. La incomodidad le vino al momento pero supo sobreponer su sonrisa al malestar, pues la educación premiaba y con el pasar de los días su cabreo había encontrado cierta calma en la convivencia obligada. Le saludo de vuelta dispuesto a buscar cualquier excusa en cocina que tuviera su atención ocupada pero cuando el chico insistió no le quedó de otra que girarse a verle. Se apoyó con ambas manos sobre la repisa de la cocina y su rostro pasó de ser una careta de amabilidad a una sonrisa fría presuponiendo de que quería hablar.

-Nada nada, sin problemas, me pillas terminando. -Había amabilidad en su tono, pero también cierta advertencia. Estaba dispuesto a hablar, pero no sería el que iniciara conversación y aunque agradecía el intento de cordialidad aún estaba por ver qué es lo que buscaba exactamente de él. -¿Te importa si nos movemos a un cuarto? Agradecería más privacidad. -Se quedó momentáneamente en silencio, incómodo ante su propia respuesta. -Ah, y eh, ¿quieres un melocotón? Se me están poniendo malos, por favor coge uno. -Al margen de la tensión que pudiera acumular la antesala del tema, parecía realmente desesperado por el tema de los melocotones. Valoraba que ante un panorama falto de comida no tuvieran que tirar nada.

Indiferente de que Rick decidiera hacerle caso en su intento por acabarse la fruta él se subiría uno, todos recién limpios y listos para consumir. El cuarto le era indiferente mientras tuviera un par de camas, y tras abrir el primero que no estuviera siendo utilizado para dormir se sentaría en el borde de una de ellas, dejando que enfrente le quedará otra libre. Con un cuchillo pequeño empezaría a pelar de forma mecánica el alimento, entretenido en su propia actividad antes de volver a hablar.

-Creo que puedo imaginarme por donde van los tiros, pero igual no quiero adelantarme así que bueno… ¿Qué quieres?

La sonrisa de cordialidad que tenía el neoyorquino desapareció por unos brevísimos instantes en cuanto Ethan se giró y aceptó la propuesta, pero volvió lo más rápido posible. Que fuera el que más dispuesto de los dos a hablarlo no quería decir que el ambiente con el británico fuera más tranquilo que con Nohlem. Lo era, pero tal vez por su personalidad de normal se le hacía más rara la incomodidad en el aire. Tenía que seguir adelante.

-Claro, sería lo mejor- asintió despacio a la petición. Tampoco quería molestar al resto por si la conversación se alargaba mucho y había habitaciones de sobra en el torreón para que pudieran estar solos. Estaba listo para empezar a subir, aunque la mención de los melocotones hizo que no se girara hacia las escaleras todavía. No es que le apeteciera en ese momento, ni siquiera tenía claro si se le cerraría el estómago hasta que terminaran, pero para luego no la negaría. -Oh vale. Muchas gracias.- respondió para coger uno junto a un cuchillo pequeño para pelarlo.

Con todo listo, los dos subieron hasta entrar en el cuarto más cercano que no fuera de nadie. Rick le dejó avanzar primero y cerró tras de sí al entrar. Estaba preocupado por cómo iba a salir, pero hacía falta hablarlo antes de que fuera a más. Respiró y se apartó de la puerta, yendo a la otra cama libre. Se sentó también en el borde, quedando frente al chico que ya había empezado a pelar su fruta. El neoyorquino dejó la suya con el cuchillo en la mesilla de noche, fijándose antes de que no estuviera sucia. Por suerte no lo estaba.

Ethan abrió la charla, no había vuelta atrás. El neoyorquino apoyó las manos los brazos en las piernas, quedando sus manos en el hueco de éstas. Después de unos breves segundos de pensar cómo llevarlo, empezó: -Quiero hablar sobre estos días, de todo lo que ha pasado desde la discusión.- No creía que fuera necesario especificar cual, era bastante obvio y no quería sacar a flote a todos los afectados ahora mismo. -Creo que a nadie le gustó lo que paso y te aseguro que me incluyo ahí. Llevó pensando en ello desde entonces y, aunque imagino parte, no termino de entender todos los motivos para tanta tensión conmigo.- Por supuesto no olvidaba que también se extrapolaba a Kalna y a Abel, pero se estaba centrando en él para no alargarlo más de la cuenta. Su tono era serio, aunque con un fondo que buscaba la conciliación en todo momento.

Se incorporó un poco, apoyando las manos en la cama. -Lo que menos quiero son más preocupaciones, ya tenemos demasiadas esperando a que salgamos del torreón. Solo quiero arreglar las cosas, entender qué pasa para trabajar en ello y mejorar la convivencia. Quiero ayudar, por favor.- Rick tenía la esperanza de que Ethan lo entendería El británico ya había demostrado con creces que le preocupaba el bienestar del resto y él solo quería restaurar una tranquilidad efímera que tal vez solo había durado un día, o incluso una sola noche, con la esperanza de que esta vez permaneciera bastante más.

No llevaba pelado ni la mitad del melocotón cuando tuvo que dejar de hacerlo. Su atención quedó atrapada en las palabras de su compañero, buscando unos ojos que en otro momento le habrían parecido preciosos pero a los que ahora solo dedicaba un rostro estupefacto. La sorpresa apenas duró un suspiro, el suficiente para que su sonrisa temblara y le tocará recular forzando una aún mayor en su rostro. Quería pensar que en las palabras de Rick no había mala fe, ni que escondía unas segundas muy enrevesadas, pero no le conocía tanto para guardar una paciencia que de por sí ya venía desgastada por gente como Serena.

Si quería atajar el problema por una preocupación sincera no estaba eligiendo las mejores teclas para tocar, pues chirriaban a cada nota disonante. Podía comprender que estuviera a la defensiva pero lo primero sonaba como una acusación directa. No buscaba un por qué, exigía una explicación a una situación que claramente notaba injusta y si eso ya de por si le estaba haciendo contener un suspiro, la segunda parte no fue a mejor. Nos ha jodido, ni él ni nadie quería preocupaciones, era hilarante como de golpe sentía su propia opinión venida a menos. Se habría esperado esos comentarios restando valor al asunto de Kalna o incluso de un Connor cabreado, pero no de Rick. Definitivamente, si creía haberlo conocido por solo una noche de charla estaba horrendamente equivocado.

La incomodidad le hizo abandonar la fruta en una mesita próxima, apoyando ambos codos en sus rodillas para poder entrelazar sus manos en una postura que se inclinaba hacía el estadounidense.

-No hay ahora mismo nada en lo que puedas ayudar, mi cabreo no se soluciona con un perdón, ni esto es una preocupación innecesaria que se vaya con una simple charla de amigos. No fuiste el que empezó el problema, pero fuiste igual de cómplice y si piensas que la ignorancia y la buena fe sirve para que uno se limpie la sangre de las manos estás muy equivocado.

Se incorporó en su asiento solo para tener mejor vista de su posible reacción, no había subido a escuchar las penas de nadie, menos concretamente de una de las personas con quien se había generado la disputa y si Rick esperaba consuelo, definitivamente no iba a encontrarlo allí.

>>Y oye, una pregunta, ya que tú no has hecho ninguna. ¿De verdad quieres que te explique lo que me cabrea de tu actitud o solo has venido a intentar quitarte el disgusto de que haya gente incomoda contigo? Porque me has buscado tú pero hasta ahora solo estás diciendo que tú tienes problemas, que a ti no te gustó tal, que a ti no te agrada tanta tensión…

Fue enumerando los ejemplos con los dedos de su mano, no había sarcasmo en sus palabras pero tampoco existía el tono afable del inicio. La sonrisa solo escondía la neutralidad de unas palabras tan serías como la actitud del londinense. Claro que quería tratar el tema, pero tal y como lo estaba llevando Rick quemaba lo suficiente como para no poder ignorarlo.

-Yo intentaría enfocar el problema de nuevo. Estoy dispuesto a hablar, si es que tu de verdad  quieres escuchar.

Las esperanzas que tenía se esfumaron rápidamente en cuanto reparó en la mirada y los gestos de Ethan. Vale, tal vez podría haber sido algo menos directo, lo tendría en cuenta para lo siguiente y se disculparía si hacía falta, ¿pero tanto la había fastidiado ahora? En el rostro del neoyorquino como mucho pudo haber al final de lo anterior una ligerísima mueca de sonrisa, ahora no había ni rastro y solo había una neutralidad sumida en el desconcierto.

Éste solo aumentó en cuanto el británico habló. ¿Cómplice? ¿A qué demonios se refería? O había un enorme malentendido o cada vez entendía menos el ambiente que les habían dedicado esos días. Quería dejarle hablar primero, que expusiera sus quejas, pero no pudo evitar soltar en voz baja un incrédulo: -¿Qué?- Estaba de acuerdo en que a veces no bastaba querer solucionar las cosas para recibir perdón del resto, pero es que no encontraba un crimen que hubiera podido hacer.

El chico se quedó inmóvil, sin apartar la vista del londinense y atento a todo lo que iba diciendo. El único movimiento que hizo eran los pestañeos, que se retardaban un poco por lo enfrascado que estaba en cada palabra y ocasionalmente abría y cerraba la boca sin llegar a responder nada de momento. ¿Quitarse el disgusto? Le había dejado claro que quería saber qué estaban haciendo mal, no buscaba consuelo ni pretendía que lo pareciera. Aunque lo intentaba, allí delante no encontraba al Ethan de todos los días y mucho menos al de la primera noche. ¿Había existido alguna vez o simplemente su cabeza lo había idealizado? Quería arreglar las cosas pese a todo, tal vez podía probar con ese cambio de enfoque que le pedía.

Manteniendo las formas, lo cual era complicado por lo inesperado de sus palabras, se incorporó un poco para responder. -Oye, no quería que sonara a eso, perdona- comenzó sin ningún atisbo de enfado en su voz, solo la sinceridad del que no buscaba en absoluto empeorar la conversación. -Lo se... Se que todos tienen problemas con lo que está pasando, no es solo algo mío- asintió despacio. El detective se había dado cuenta que no solo los que habían salido, Nohlem y Ethan estaban tensos, el mal ambiente afectaba también al resto por rebote. No era muy complicado verlo. -Por eso te he llamado. Quiero saber que te ha molestado, que ves que hace falta cambiar para que todo vaya a mejor y no se repita.-

Estaba muy tenso por dentro, su seguridad que solía mostrar estaba siendo tambaleada por la incertidumbre. Con un ligero gesto de la mano, le invitó acompañado de una mirada que mostraba que no tenía malas intenciones: -Por favor. Te escucho, todo el tiempo que haga falta, toda lo que haga falta decir.- Iba con cuidado en todo lo que estaba hablando, por si algo se malentendía erróneamente. De no haber estado el ambiente tan frío, seguramente habría preguntado en que empezara por su "complicidad", pero no era una buena idea. Dejaría que se explicara al ritmo que necesitara, esperando rellenar los huecos que no entendía del asunto. -(¿No se refiere a qué fue por salir detrás de Serena, no?)- puso en palabras en su mente la teoría que más le cuadraba de momento, sin terminar de creerla.

La verdad es que le resultaba sorpresivo que Rick no fuera capaz de plantearse el problema a tratar, en su cabeza resultaba alguien realmente lógico por lo que le chocaba obtener respuestas ambiguas con el tema, pero si bien seguía un tanto cabreado por su elección anterior también era suficientemente conciliador como para guardar paciencia. Quizá había fallado algo en la ecuación que él no lograba ver, solo rezaba en silencio que en su futura conversación con Connor no le tocará tener que volver a ser profesor, ya tenía bastante con tenerle que explicar sus propios errores a una persona, como para hacerlo con dos.

-Antes de nada, quiero dejar constancia de que has venido a pedir mi opinión y que eres tú él que quiere cambiar o mejorar respecto a lo que te diga. Yo voy a explicarte el porqué de mi cabreo, no espero de ti ni un perdón, ni un entendimiento, solo que seas consecuente a lo que has hecho.

Ethan tomó aire, un tanto cansado ante la perspectiva de revivir un día que no traía precisamente alegría, los recuerdos iban a despertar en él emociones complicadas, conflictivas, pero no era alguien injusto, si de verdad Rick no entendía lo que estaba sucediendo, se lo contaría.

-La pelea con Serena, ignoremos la discusión que no viene al caso. El tema es que, ya sabíamos que la ciudad era peligrosa, lo habíamos experimentado de primera mano y cuando la chica salió por la puerta, fue ella la que escogió ponerse en peligro.

Ethan levantó una mano, como para pedir tiempo. En sus movimientos había una calma inusitada, en su tono una neutralidad sosegada, era una cualidad del joven, cuanto más cabreado estaba más frío actuaba. Principalmente porque el enfado era una emoción dedicada a la gente que le importaba y si bien quería cuidar a sus compañeros, sus lazos personales solo estaban atados con dos de ellos en esos instantes.

-Los que la seguistes, me da igual si fueron con motivos buenos o puramente egoístas, escogisteis exactamente lo mismo que ella y ojo, esas decisiones son completamente libres, no me veras a mi frenando a nadie que quiera meterse de boca a un incendio. Cada cual tiene una vida y es libre de ver que quiere hacer con ella.

Hubo una pausa mientras trataba de encontrar la mejor forma de hilar el tema, como si aquello fuera un puzzle en el que si no daba con las piezas adecuadas simplemente crearía una imagen errónea. Quería evitar eso, por eso trazó mentalmente su discurso antes de elaborarlo en alto.

>>Pero, el monstruo apareció a una calle del torreón y mientras vosotros pudisteis huir, esa cosa se nos quedó prácticamente en la puerta. De golpe vuestras decisiones tuvieran el matiz que tuvieran nos habían expuesto a todos al peligro y ya no es tu alarde de heroísmo, lo que sea que quisiera hacer Kalna o la desesperación de Abel. Ahora eramos 3 personas que no podían moverse, dos niños, un par de jóvenes y una única persona que podía defenderse a esperar pacientes si esa criatura que habías llamado vosotros nos iba o no a matar.  

Contuvo un suspiro antes de que saliera, pasándose una mano por la cara como quien deseaba poder olvidar los rostros de sus compañeros aterrados. Entendía que ellos hubieran tenido otros problemas, que no era fácil enfrentar a esa criatura y tener que buscar refugio en la incertidumbre de la ciudad, claro que lo entendía. Ahora bien, su empatía moría donde recordaba el lagrimeo de los pequeños y el shock de los jóvenes, donde el miedo dio paso a la desesperación y mientras los de afuera habían escogido salir, ellos solo podían aguardar el curso de una decisión que no habían tomado.

-Es que con perdón, pero las intenciones importan una mierda. Ahí quisieras ayudar a Serena, ahí quisieras no abandonar a nadie, da igual, porque el resultado de esa elección pudieras o no saberlo podía habernos condenado al resto y tu ignorancia no le habría salvado la vida a nadie. Así que se, consecuente.

>>Escogiste salir, me parece estupendo, pero entonces no esperes que te recibamos con los brazos abiertos cuando regreses.

Vale, parecía que esta vez no había pisado una mina. No iba a conseguir que la charla se calmara, pero al menos ya podían hablar de lo que estaba ocurriendo. El neoyorquino se acomodó en el sitio, listo para escucharle. Asintió serio a sus palabras. Seguía sin entender que había hecho, solo quería resolver lo que hubiera pasado. ¿Era lo lógico, no? Sin saber ambas versiones no se podía solucionar nada.

Serena, como era de esperar. Todo venía a raíz de su huida, como ya había imaginado. -(Al final va a resultar que era eso)- se dijo mentalmente viendo hacia dónde se dirigían sus argumentos. No tenía intención de hablar de momento cuando el británico levantó la mano. Ya le había dicho que iba a escucharle cuanto necesitara contar, si bien en su cabeza empezarían a arremolinarse distintas respuestas a ello. Aunque intentara que hubiera cordialidad en el grupo, tenía que darle la razón en que la escocesa había optado por una de las peores opciones visto lo visto fuera. ¿Podía entender el motivo? Claro, pero no podía defenderlo por completo ni demasiado en realidad. Había sido una temeridad producto de toda la tensión y si justo estaba tan atento con ella era para evitar que volviera a suceder, que la chica encontrara formas de socializar y resolver problemas de convivencia fuera de su armadura de hielo.

La neutralidad del chico se le hacía fría en contraposición a su actitud habitual, tampoco es que pudiera echarle nada en cara con la tensión en ese cuarto. Rick se cruzó de brazos en cuanto su discurso siguió. -(Ya veo)- pensó sin dejar de prestar atención. Justo lo que pensaba, al fin y al cabo era con ellos cuatro con los que había notado el mal rollo. Se habían puesto en peligro, eso no podía negarlo. También lo habían hecho al salir en primer lugar a las cestas, pero no sabían nada de los colaespinas igual que no sabían que había un monstruo de sombras cerca del torreón. El silencio mientras Ethan pensaba lo siguiente fue una antesala que se le hizo eterna para entender sus motivos.

Y la tormenta cayó. Rick solo escuchó, manteniendo la calma mientras el londinense contaba el miedo que habían sentido, del peso que le habían dado a sus acciones y a los otros tres, de lo que pasó después de salir corriendo al faro. Entendía lo que habían podido sentir al ver a aquella cosa tan cerca, él también lo había sentido. Por eso mismo no terminaba de comprender todos sus puntos, nunca se había imaginado una visión así de él. Obviamente faltaba una versión de los hechos para poder hacer un juicio.

No tenía claro como empezar, pero tenía que intentarlo. Despacio, frenando las emociones, dijo: -Ethan...- Le salía un lo siento, pero iba a ser consecuente con lo que le había pedido. No estaba allí para lamentarse. Tomó aire por la nariz antes de seguir calmado, pero con un peso en el corazón cada vez más grande: -En ningún momento actué con la intención de poner en peligro a nadie ni ser un héroe, ni Kalna ni Abel salieron por eso. No puedo hablar por ellos, sus motivos pueden ser distintos, pero por mi parte ya dije que no pienso dejar a nadie atrás si puede evitarse. Quería parar un berrinche antes de que fuera tarde y nadie esperaba nada de lo que pasó luego.-

Recordó la imagen aterradora del monstruo antes de hablar de él, dándole un pequeño escalofrío: -Si Kalna y yo nos quedamos para parar a esa cosa fue para evitar que hicieran daño a los que estábamos fuera y ten por seguro que si se hubiera acercado al torreón os habríamos protegido. No me enteré de lo que era capaz hasta que llegamos al faro.- Se echó ligeramente hacia adelante, agarrándose un lado de la cabeza con una pizca de frustración. -Había dejado de atacar, por eso nos fuimos. Confiaba en que estabais seguros dentro del torreón. Si hubiera sabido que atravesaba paredes no me hubiera ido hasta que lo hubiéramos echado. No iba a permitir más daños y estoy buscando formas de evitar algo así desde entonces.- Había otros detalles, como que consideraba que seguramente si hubiera querido seguir con su posible carnicería veía más probable que hubiera decidido vengarse de quien le había hecho daño, pero lo dejó estar.

-Se podrían haber tomado mejores decisiones para haber evitado el problema en primer lugar y ojalá hubiéramos sabido cuales eran, pero no fue el caso. No podemos cambiarlo y por suerte seguimos todos vivos. Solo nos queda aprender para que no se repita.- siguió volviendo un poco hacia atrás. -Tienes todo el derecho a estar enfadado con Serena, pero no consigo entender el que tienes conmigo cuando ni era mi intención empeorar nada ni podíamos haber previsto a eso- terminó, no como una acusación, sino como una justificación de sus dudas. Rocavarancolia les había mostrado que era un lugar peligroso en el que o aprendían rápido o no sobrevivirían mucho tiempo. Había captado la lección y estaba actuando en consecuencia sin olvidar sus valores. El grupo se necesitaba y, todo fuera dicho, aunque se conocieran de poco y fueran tan distintos, les caían bien. No creía que nadie allí fuera malo, no como para que pusiera en peligro al resto.

Buena parte del grupo bajó cuando llegaron, a pesar de que tenían motivos de sobra para ni acercarse a Serena. No había hablado del tema con ellos, no cuando todavía escocía el recuerdo de ese día, pero estaba seguro de que habían entendido lo que estaba intentando explicarle al británico. Nadie a excepción de él y Nohlem los culpaban por haber salido tras la escocesa, ni de que el monstruo hubiera estado allí. ¿Por qué esa falta de empatía? -(Podríamos haber muerto fuera)- se cruzó de nuevo por su mente.