- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face
Un pozo de decepciones
16/12/23, 11:51 am
Desde que habían descubierto cómo se cargaban los cristales y que realidad servían de canalizador para los hechizos, la ilusión por poder hacerlos estaba ahí. Era lo que le habían prometido, magia, al alcance de su mano. Y era incapaz de que le saliera nada. Había dejado de intentar practicar con el resto cuando estaba claro que ni siquiera notaba aquel cosquilleo del que hablaban.
Pero por la noche nadie practicaba. Podía pasarse horas con el libro y un cristal en la mano, practicando una y otra vez gestos y palabras. No tenía sentido que hubieran dicho que tenía que estar en Rocavarancolia si no podía hacer magia, porque se suponía que era a lo que iba. Tenía que estar haciendo algo mal. No hacía los gestos lo bastante bien, o la pronunciación no debía ser lo suficientemente perfecta. En su cabeza la posibilidad de simplemente no poder hacer magia no entraba, así que solo podía ser que no se estuviera esforzando lo suficiente.
Y aquella noche no estaba siendo distinta de las anteriores. Se encontraba en el patio, con un cristal cargado en una mano y con otro a medio cargar para dar luz, de un color ambarino esta vez. El libro estaba abierto por la página del hechizo de cambio de color, porque había pensado que podía ser bastante visual para ver si le salía de una vez, y el objetivo estaba siendo una de las figuritas de papel de Ethan.
«Una vez más», se dijo antes de volver a probar el hechizo. Quería que el pájaro pasase a ser rojo, pero cuando terminó seguía igual de blanco que al principio de la noche. Suspiró profundamente. No parecía que estuviera haciendo los pasos tan mal como para no notar absolutamente ningún cambio, pero todo seguía siendo como la primera vez que lo habían probado en grupo. Apretó los labios con frustración, dando gracias de que nadie estuviera allí para verla.
Pero por la noche nadie practicaba. Podía pasarse horas con el libro y un cristal en la mano, practicando una y otra vez gestos y palabras. No tenía sentido que hubieran dicho que tenía que estar en Rocavarancolia si no podía hacer magia, porque se suponía que era a lo que iba. Tenía que estar haciendo algo mal. No hacía los gestos lo bastante bien, o la pronunciación no debía ser lo suficientemente perfecta. En su cabeza la posibilidad de simplemente no poder hacer magia no entraba, así que solo podía ser que no se estuviera esforzando lo suficiente.
Y aquella noche no estaba siendo distinta de las anteriores. Se encontraba en el patio, con un cristal cargado en una mano y con otro a medio cargar para dar luz, de un color ambarino esta vez. El libro estaba abierto por la página del hechizo de cambio de color, porque había pensado que podía ser bastante visual para ver si le salía de una vez, y el objetivo estaba siendo una de las figuritas de papel de Ethan.
«Una vez más», se dijo antes de volver a probar el hechizo. Quería que el pájaro pasase a ser rojo, pero cuando terminó seguía igual de blanco que al principio de la noche. Suspiró profundamente. No parecía que estuviera haciendo los pasos tan mal como para no notar absolutamente ningún cambio, pero todo seguía siendo como la primera vez que lo habían probado en grupo. Apretó los labios con frustración, dando gracias de que nadie estuviera allí para verla.
Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
- Raven
Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivaciónPersonajes : Ethan: Humano, Ingles/Japonés 1.75
Síntomas : En ocasiones, se le desenfocará brevemente la vista.
Armas : Ethan Lanza partesana y una daga
Status : Ciego y cojo, el chiste se cuenta solo.
Re: Un pozo de decepciones
17/12/23, 04:51 pm
La conducta humana era extrañamente caprichosa, tenía una naturaleza donde uno no daba valor a las cosas hasta que las perdía o se daba cuenta de que no podía tenerlas. Ese era el caso del moreno, quien tras darse de bruces con el primer ejemplo, ahora vivía el segundo. Era entendible echar en falta una salud que en su día había disfrutado, el querer saltar o correr sin las limitaciones con las que hoy en día vivía, pero la magia, la magia era otro cantar. ¿Cómo podía alguien añorar una cualidad que nunca había llegado a poseer?
Hasta hace un par de semanas solo formaba parte de un cuento infantil, la gracia de evadirse a un mundo fantástico donde vivir grandes aventuras. Ahora en cambio, ese mundo ideal eran unas ruinas grises y aquello que le convertiría en un gran hechicero le era negado para recordarle que dentro de todo aquel caos de mundo, él seguía siendo un simple chaval cotidiano. Sin fuerza, sin inteligencia y sin magia.
Por eso las noches solitarias eran su mejor compañía, allí donde no tendría la vergüenza de que le pudieran observar fracasar una y otra vez. Bajó las escaleras aún adormecido, dejando un bostezo morir mientras buscaba a tientas donde estaba el patio respecto a la cocina. Un contraluz que a oscuras expuso a la joven libense en su escapada nocturna, en la oscuridad que era el salón los brillos de una piedra a medio cargar robaban toda su atención hacía lo que sea que estuviera haciendo y si bien de primeras no entendió nada, solo le costó escuchar un par de palabras para empezar a hacer funcionar sus engranajes mentales.
¨Ah, está practicando.¨
Pensó en su espesura. Kalna al igual que él parecía incapaz de conjurar hasta el hechizo más simple. Un hecho que si bien le debería de aportar cierta tranquilidad le había dejado algo descolocado. Pocos eran los que no podían y siendo los que eran no acababa de encontrar nada en común cuando Connor era de los mejores, solo el pelirrosa le había descuadrado cualquier esquema mental.
-Heey -Pronunció en voz baja al asomarse por la puerta, un intento de alertar de su presencia sin llegar a asustarla. -Veo que alguien ya se me ha adelantado en mis increíbles planes nocturnos.
Le dedicó una sonrisa torpe y cansada mientras salía para dirigirse al pozo, ver la figura blanca e impoluta sobre el mismo le hizo negar con suavidad. No sabía que estaba intentando conjurar, pero claramente no lo estaba consiguiendo. Tomó al pajarito entre sus manos, alzándolo a la altura de sus ojos mientras se apoyaba de forma desinteresada sobre la piedra del pozo.
-¿Aún nada de nada?
Hasta hace un par de semanas solo formaba parte de un cuento infantil, la gracia de evadirse a un mundo fantástico donde vivir grandes aventuras. Ahora en cambio, ese mundo ideal eran unas ruinas grises y aquello que le convertiría en un gran hechicero le era negado para recordarle que dentro de todo aquel caos de mundo, él seguía siendo un simple chaval cotidiano. Sin fuerza, sin inteligencia y sin magia.
Por eso las noches solitarias eran su mejor compañía, allí donde no tendría la vergüenza de que le pudieran observar fracasar una y otra vez. Bajó las escaleras aún adormecido, dejando un bostezo morir mientras buscaba a tientas donde estaba el patio respecto a la cocina. Un contraluz que a oscuras expuso a la joven libense en su escapada nocturna, en la oscuridad que era el salón los brillos de una piedra a medio cargar robaban toda su atención hacía lo que sea que estuviera haciendo y si bien de primeras no entendió nada, solo le costó escuchar un par de palabras para empezar a hacer funcionar sus engranajes mentales.
¨Ah, está practicando.¨
Pensó en su espesura. Kalna al igual que él parecía incapaz de conjurar hasta el hechizo más simple. Un hecho que si bien le debería de aportar cierta tranquilidad le había dejado algo descolocado. Pocos eran los que no podían y siendo los que eran no acababa de encontrar nada en común cuando Connor era de los mejores, solo el pelirrosa le había descuadrado cualquier esquema mental.
-Heey -Pronunció en voz baja al asomarse por la puerta, un intento de alertar de su presencia sin llegar a asustarla. -Veo que alguien ya se me ha adelantado en mis increíbles planes nocturnos.
Le dedicó una sonrisa torpe y cansada mientras salía para dirigirse al pozo, ver la figura blanca e impoluta sobre el mismo le hizo negar con suavidad. No sabía que estaba intentando conjurar, pero claramente no lo estaba consiguiendo. Tomó al pajarito entre sus manos, alzándolo a la altura de sus ojos mientras se apoyaba de forma desinteresada sobre la piedra del pozo.
-¿Aún nada de nada?
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.
Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face
Re: Un pozo de decepciones
19/12/23, 12:55 pm
Una voz la hizo tensarse de golpe. Más que asustarse lo que estaba era sorprendida de que hubiera alguien despierto a esas horas, y que hubiera decidido salir al patio se le hizo más raro aún. Precisamente ella hacía eso porque suponía que nadie iba a tener la misma idea. Se equivocaba, por supuesto.
—Por los Grandes Felinos, Ethan. ¿Qué haces despierto a estas horas? —bueno, “a estas horas”, que podía ser cualquiera después del anochecer y antes del amanecer. Quería suponer que no era demasiado tarde, pero no sería la primera noche que se quedaba más horas de la cuenta practicando y el cielo empezaba a clarear.
Que precisamente el humano hubiera tenido su misma idea hacía todo una casualidad que casi hubiera podido resultar graciosa si Kalna hubiera tenido mejor sentido del humor. Pero estaba acostumbrada a que todo fuera más bien serio, y aunque era capaz de ver la ironía de que ambos hubieran tenido la idea de que nadie más les molestase para intentar hacer una magia que no eran capaces de conjurar, no era capaz de encontrarle la gracia.
Se mordió el interior de la mejilla cuando cogió la figurita, con miedo a que haberla usado de práctica hubiera resultado ofensivo. La falta de otro papel convertía el blanco de aquellos animalitos en un objetivo perfecto, y no era como si la magia fuera a dañarlos, así que no lo había visto como algo problemático. Al menos solo preguntó por cómo le estaba yendo, lo cual podía significar que a Ethan no le importaba demasiado.
—Igual que ayer y que el resto de días. Estaba intentando que cambiase de color, pero sigue igual de blanca que siempre.
Dejó el cristal cargado a un lado, sin dejar de sostener el que usaba como iluminación. Quedarse sin luz en plena noche no era agradable, y sabía que sin contacto no cargaban y no emitían brillo alguno.
—¿Tú has conseguido que te salga algo?
—Por los Grandes Felinos, Ethan. ¿Qué haces despierto a estas horas? —bueno, “a estas horas”, que podía ser cualquiera después del anochecer y antes del amanecer. Quería suponer que no era demasiado tarde, pero no sería la primera noche que se quedaba más horas de la cuenta practicando y el cielo empezaba a clarear.
Que precisamente el humano hubiera tenido su misma idea hacía todo una casualidad que casi hubiera podido resultar graciosa si Kalna hubiera tenido mejor sentido del humor. Pero estaba acostumbrada a que todo fuera más bien serio, y aunque era capaz de ver la ironía de que ambos hubieran tenido la idea de que nadie más les molestase para intentar hacer una magia que no eran capaces de conjurar, no era capaz de encontrarle la gracia.
Se mordió el interior de la mejilla cuando cogió la figurita, con miedo a que haberla usado de práctica hubiera resultado ofensivo. La falta de otro papel convertía el blanco de aquellos animalitos en un objetivo perfecto, y no era como si la magia fuera a dañarlos, así que no lo había visto como algo problemático. Al menos solo preguntó por cómo le estaba yendo, lo cual podía significar que a Ethan no le importaba demasiado.
—Igual que ayer y que el resto de días. Estaba intentando que cambiase de color, pero sigue igual de blanca que siempre.
Dejó el cristal cargado a un lado, sin dejar de sostener el que usaba como iluminación. Quedarse sin luz en plena noche no era agradable, y sabía que sin contacto no cargaban y no emitían brillo alguno.
—¿Tú has conseguido que te salga algo?
Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
- Raven
Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivaciónPersonajes : Ethan: Humano, Ingles/Japonés 1.75
Síntomas : En ocasiones, se le desenfocará brevemente la vista.
Armas : Ethan Lanza partesana y una daga
Status : Ciego y cojo, el chiste se cuenta solo.
Re: Un pozo de decepciones
21/12/23, 12:39 am
El sobresalto de Kalna le hizo dibujar una sonrisa un tanto divertida, era novedoso ser quien asustara a la joven pues en el día a día estaba tan acostumbrado a verla preparada para cualquier imprevisto que ya solo la novedad se le hizo interesante. ¿Qué iba a decirle? Estaban allí por lo mismo, un intento de escapada para ocultar lo sumamente incapaces que eran. Recibir una negativa era esperable pero no por ello menos decepcionante, seguía sin comprender cómo en un grupo tan variopintos la excepción eran los sin magia. Solo eran cuatro tontos sin ningún factor común entre ellos, que Aniol o Connor tuvieran el don le había desbancado muchas teorías y quizá si la libense si hubiera podido aún habría se habría justificado en que era una cosa de humanos.
-Hmmm ya veo ya. -Chascó la lengua al inspeccionar la figurita más de cerca, nada, no había ni una mísera mota de otro tono. Tras su rápido examen volvió a dejarla donde estaba, alejándose medio paso por si la joven quería repetir el intento. -Qué va, estamos en las mismas, es más ya te digo venía a …bueno, lo mismo.
Por un momento su sonrisa flaqueó y sus ojos lejos de dirigirse hacía la joven se perdieron en la noche, incómodo al tener que hundirse en un tema tan pantanoso. No ayudaba en su autoestima repetirse como de incapaz era aunque una parte de él estaba agradeciendo la escapada, al menos esta vez no estaba solo.
-Oye eh, perdona que te pregunte pero… ¿Qué tal lo llevas? -Se frotó la nuca un tanto perdido a medida que a tientas buscaba el pozo como un sitio donde apoyarse sin llegar a estar sentado del todo. En sus bolsillos escondía apuntes sobre alguno de los hechizos, copias del libro para estudiar aparte que ante el corte había preferido no sacar. -No es... quiero decir, no entiendo mucho sobre esto. En mi mundo no hay nada de magia y que Räg me diga que no todos tiene porqué ser capaces mientras veo como Connor hace un hechizo gritando y le sale es... chocante.
¨Frustrante, estresante, cansado¨ Decidió omitir el resto de sinónimos a medida que se le escapaba un intentó de risa muda. Apenas un suspiro un tanto melancólico. Ya había dado alguna lección al pelirosa, posturas de mano más complicadas o pronunciaciones extrañas que a pesar de hacer él mejor solo le salían al bruto del canadiense. Una ironía constante a la que aún encontrando humor le resultaba dolorosa.
-¿Nunca te dieron información sobre cómo escogen a la gente? Para lo bien que te eligieron a ti siento que en otros sitios hicieron una selección horrenda.
Otra risa queda, muerta a medio camino mientras se acomodaba en ese asiento improvisado. En parte estaba expectante a lo que intentara conjurar la joven si es que terminaba accediendo a ello, guardando una chispa de ilusión en que alguno demostrara que después de todo era solo cuestión de aprendizaje y no de suerte poder hacer magia.
-Hmmm ya veo ya. -Chascó la lengua al inspeccionar la figurita más de cerca, nada, no había ni una mísera mota de otro tono. Tras su rápido examen volvió a dejarla donde estaba, alejándose medio paso por si la joven quería repetir el intento. -Qué va, estamos en las mismas, es más ya te digo venía a …bueno, lo mismo.
Por un momento su sonrisa flaqueó y sus ojos lejos de dirigirse hacía la joven se perdieron en la noche, incómodo al tener que hundirse en un tema tan pantanoso. No ayudaba en su autoestima repetirse como de incapaz era aunque una parte de él estaba agradeciendo la escapada, al menos esta vez no estaba solo.
-Oye eh, perdona que te pregunte pero… ¿Qué tal lo llevas? -Se frotó la nuca un tanto perdido a medida que a tientas buscaba el pozo como un sitio donde apoyarse sin llegar a estar sentado del todo. En sus bolsillos escondía apuntes sobre alguno de los hechizos, copias del libro para estudiar aparte que ante el corte había preferido no sacar. -No es... quiero decir, no entiendo mucho sobre esto. En mi mundo no hay nada de magia y que Räg me diga que no todos tiene porqué ser capaces mientras veo como Connor hace un hechizo gritando y le sale es... chocante.
¨Frustrante, estresante, cansado¨ Decidió omitir el resto de sinónimos a medida que se le escapaba un intentó de risa muda. Apenas un suspiro un tanto melancólico. Ya había dado alguna lección al pelirosa, posturas de mano más complicadas o pronunciaciones extrañas que a pesar de hacer él mejor solo le salían al bruto del canadiense. Una ironía constante a la que aún encontrando humor le resultaba dolorosa.
-¿Nunca te dieron información sobre cómo escogen a la gente? Para lo bien que te eligieron a ti siento que en otros sitios hicieron una selección horrenda.
Otra risa queda, muerta a medio camino mientras se acomodaba en ese asiento improvisado. En parte estaba expectante a lo que intentara conjurar la joven si es que terminaba accediendo a ello, guardando una chispa de ilusión en que alguno demostrara que después de todo era solo cuestión de aprendizaje y no de suerte poder hacer magia.
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.
Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face
Re: Un pozo de decepciones
22/12/23, 01:09 pm
Parecía que el humano estaba exactamente en las mismas que ella. No había conseguido que le saliera nada, a pesar de que parecía que también practicaba a escondidas. No sabía si Rick y Damian lo harían también, pero eran los únicos cuatro a los que no les había salido absolutamente nada, así que intentarlo en las prácticas con el resto era algo que ella al menos veía como una pérdida de tiempo para todos.
Parpadeó lentamente ante la pregunta, sin saber muy bien qué responder. Estaba claro que si no le salía era que no lo hacía lo bastante bien, y era cuestión de esforzarse. Práctica, determinación, no rendirse. Solo había habido una cosa en su vida con la que se hubiera dado por vencida, y era el arco. No pensaba dejar que la magia se convirtiera en la segunda.
—Terminará por salirme. Me da igual que ahora no lo haga—el fracaso no era una opción, y menos con aquello.
En Libo no había magia tampoco, y Rägjynn le había dicho lo mismo a ella, pero no creía precisamente que les llevasen a Rocavarancolia si no tenían aquella capacidad. Sería una perdida de tiempo ir a aprender magia si no podían hacerla, ¿no?
A Kalna le resultó interesante que Ethan se comparase tanto con Connor. La verdad era que no se había fijado en lo bien o mal que hacía los hechizos, porque no podía importarle menos lo que hicieran los demás. Había gente que tenía facilidad para las cosas, pero aquello no servía de nada si no aspirabas a la perfección y te esforzabas en mejorar. Ni siquiera se había planteado nunca hacer las cosas por comparativa al resto, y aunque las comparativas de Madre en las que quedaba por encima de su hermana eran agradables, no perdía el tiempo en que en su cabeza estuviera el cómo otra persona hacía las cosas.
—Sólo se que se supone que tenemos algo especial, pero no el qué ni como lo saben —la verdad era que le habían ocultado muchas cosas, posiblemente porque la posibilidad de ir estaba allí, como había comprobado aquel año—. Tampoco veo que tengamos nada en común que pueda darnos una pista.
La verdad es que algunos no le pegaban allí. Rägjynn, con su aversión por la sangre y la violencia. Ethan, con su continuo autodesprecio y su cojera. Los niños. ¿Por qué suponían que ninguno de ellos iba a sobrevivir a las pruebas?
Parpadeó lentamente ante la pregunta, sin saber muy bien qué responder. Estaba claro que si no le salía era que no lo hacía lo bastante bien, y era cuestión de esforzarse. Práctica, determinación, no rendirse. Solo había habido una cosa en su vida con la que se hubiera dado por vencida, y era el arco. No pensaba dejar que la magia se convirtiera en la segunda.
—Terminará por salirme. Me da igual que ahora no lo haga—el fracaso no era una opción, y menos con aquello.
En Libo no había magia tampoco, y Rägjynn le había dicho lo mismo a ella, pero no creía precisamente que les llevasen a Rocavarancolia si no tenían aquella capacidad. Sería una perdida de tiempo ir a aprender magia si no podían hacerla, ¿no?
A Kalna le resultó interesante que Ethan se comparase tanto con Connor. La verdad era que no se había fijado en lo bien o mal que hacía los hechizos, porque no podía importarle menos lo que hicieran los demás. Había gente que tenía facilidad para las cosas, pero aquello no servía de nada si no aspirabas a la perfección y te esforzabas en mejorar. Ni siquiera se había planteado nunca hacer las cosas por comparativa al resto, y aunque las comparativas de Madre en las que quedaba por encima de su hermana eran agradables, no perdía el tiempo en que en su cabeza estuviera el cómo otra persona hacía las cosas.
—Sólo se que se supone que tenemos algo especial, pero no el qué ni como lo saben —la verdad era que le habían ocultado muchas cosas, posiblemente porque la posibilidad de ir estaba allí, como había comprobado aquel año—. Tampoco veo que tengamos nada en común que pueda darnos una pista.
La verdad es que algunos no le pegaban allí. Rägjynn, con su aversión por la sangre y la violencia. Ethan, con su continuo autodesprecio y su cojera. Los niños. ¿Por qué suponían que ninguno de ellos iba a sobrevivir a las pruebas?
Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
- Raven
Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivaciónPersonajes : Ethan: Humano, Ingles/Japonés 1.75
Síntomas : En ocasiones, se le desenfocará brevemente la vista.
Armas : Ethan Lanza partesana y una daga
Status : Ciego y cojo, el chiste se cuenta solo.
Re: Un pozo de decepciones
24/12/23, 12:57 am
Ethan terminó ladeando la cabeza al escuchar la seguridad en sus afirmaciones, ojalá poder compartir parte de esa energía. Si bien él seguía intentándolo poca esperanza le quedaba ya con el tema, cada prueba acababa generando una frustración cíclica donde la mera idea de seguir resultaba agotadora pero el pensar en abandonar le causaba un malestar emocional, la culpabilidad de rendirse sin saber a cuánta distancia estaba la meta… Si es que había alguna.
-¿Cómo puedes estar tan segura de ello? ¿Y si lo que nos hace especiales no tiene nada que ver con esto? Quiero decir, eres de los pocos que no necesita hacer magia para poder defenderse ahí fuera.
Chasqueo la lengua disconforme, técnicamente la única defensa que habían encontrado era correr. Nadie, ni los más fuertes del grupo parecían rivales para unas pruebas que se les venían demasiado grandes pero si debía apostar solo confiaba en Connor y Kalna para salir victoriosos de un enfrentamiento físico. Claro estaba, el pelirosa volvía a resultar un inconveniente a cualquier intento de buscar una solución a la incógnita pues no solo era fuerte si no encima mágico, una excepción continua a una regla inventada. Al final no tenían más opciones que conformarse con lo que les había tocado, por amargo que fuera.
Por eso, un tanto taciturno sacó de su bolsillo una hoja perfectamente doblada y junto a ella un pequeño cristal de un tono azulado. Dentro escondía apuntes varios, desde la pronunciación hasta detalles sobre las diferentes gesticulaciones que sus compañeros usaban al realizar el hechizo. Notas sobre notas y nuevas objeciones que iba añadiendo en un intento de lograr obtener algo, un mísero chispazo que le indicase que iba por buen camino. Levantó una mano, la que no sostenía el papel para trazar los movimientos y en un acento aún torpe dirigió una mirada culpable a la grulla.
Era confuso pues aún entendiendo bien qué debía decir, su lengua seguía trabándose en algunos movimientos. El deje de un acento arraigado hacía que aún su mente entendiendo lo que debía vocalizar a veces cayera en dejes ya olvidados pero persistentes en su memoria muscular. Tampoco es que ese detalle insignificante fuera a cambiar las tornas de un destino ya predicho, nada. No había cambio de color, ni un tirón, ni el sentir que se agotaba un minimo al sentirse estupido pronunciando en alto otro idioma desconocido. Nada de nada.
-Bah -Suspiro ocultando malamente su decepción tras una sonrisa alicaída, Kalna había ignorado su pregunta sobre si estaba bien con todo ello así que suponía que insistir sería como clavar un puñal en una herida abierta. -Nada de nada, quizá es nuestro origen? Quiero decir, somos 4 humanos sin magia y en mi mundo no la hay… -Guardó silencio durante un breve segundo negando con lentitud. - O simplemente es que no tenemos esa capacidad, yo que sé, como quien no corre rápido o no puede saltar alto. Si es algo físico puede ser que simplemente se tenga o no.
-¿Cómo puedes estar tan segura de ello? ¿Y si lo que nos hace especiales no tiene nada que ver con esto? Quiero decir, eres de los pocos que no necesita hacer magia para poder defenderse ahí fuera.
Chasqueo la lengua disconforme, técnicamente la única defensa que habían encontrado era correr. Nadie, ni los más fuertes del grupo parecían rivales para unas pruebas que se les venían demasiado grandes pero si debía apostar solo confiaba en Connor y Kalna para salir victoriosos de un enfrentamiento físico. Claro estaba, el pelirosa volvía a resultar un inconveniente a cualquier intento de buscar una solución a la incógnita pues no solo era fuerte si no encima mágico, una excepción continua a una regla inventada. Al final no tenían más opciones que conformarse con lo que les había tocado, por amargo que fuera.
Por eso, un tanto taciturno sacó de su bolsillo una hoja perfectamente doblada y junto a ella un pequeño cristal de un tono azulado. Dentro escondía apuntes varios, desde la pronunciación hasta detalles sobre las diferentes gesticulaciones que sus compañeros usaban al realizar el hechizo. Notas sobre notas y nuevas objeciones que iba añadiendo en un intento de lograr obtener algo, un mísero chispazo que le indicase que iba por buen camino. Levantó una mano, la que no sostenía el papel para trazar los movimientos y en un acento aún torpe dirigió una mirada culpable a la grulla.
Era confuso pues aún entendiendo bien qué debía decir, su lengua seguía trabándose en algunos movimientos. El deje de un acento arraigado hacía que aún su mente entendiendo lo que debía vocalizar a veces cayera en dejes ya olvidados pero persistentes en su memoria muscular. Tampoco es que ese detalle insignificante fuera a cambiar las tornas de un destino ya predicho, nada. No había cambio de color, ni un tirón, ni el sentir que se agotaba un minimo al sentirse estupido pronunciando en alto otro idioma desconocido. Nada de nada.
-Bah -Suspiro ocultando malamente su decepción tras una sonrisa alicaída, Kalna había ignorado su pregunta sobre si estaba bien con todo ello así que suponía que insistir sería como clavar un puñal en una herida abierta. -Nada de nada, quizá es nuestro origen? Quiero decir, somos 4 humanos sin magia y en mi mundo no la hay… -Guardó silencio durante un breve segundo negando con lentitud. - O simplemente es que no tenemos esa capacidad, yo que sé, como quien no corre rápido o no puede saltar alto. Si es algo físico puede ser que simplemente se tenga o no.
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.
Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face
Re: Un pozo de decepciones
10/01/24, 05:09 pm
Hubiera sido tan fácil responderle que si tan poco especial si creía, que si no tenía seguridad de que fuera a poder hacer magia lo dejase de una vez. No le hacía falta fe ciega para saber que estaba allí por algo más que saber empuñar un arma, era algo obvio y palpable.
—Muchas chicas de mi mundo han tenido entrenamientos parecidos al mío, y no las ves aquí. Saber defenderse no tiene nada de especial donde vengo, así que tiene que ser otra cosa.
De hecho, las otras dos personas que sabía que habían ido desde Libo eran un andrógino, que se habría criado entre aún más algodones que ella con toda posibilidad, especialmente habiéndole pertenecido a la Reina; y una chica de los valles, bruta, pero que muy posiblemente no hubiera tenido un entrenamiento serio. No. Aquello no era, ni de lejos, lo que tenían en común. La magia, era, de momento, su teoría más sólida.
Le observó sacar el papel y el cristal en silencio, y luego dirigió su mirada a un animalito que seguía tan blanco como el papel del que estaba hecho había sido desde el principio. No parecía que a Ethan le fuera a salir tampoco, o al menos no en aquella noche. Y aunque podía entender la frustración que debía sentir, no entendía esas ganas de disimularla con sonrisitas. De hecho, se preguntaba muchas veces por qué Ethan sonreía tanto, porque ella no le veía motivos a modificar su expresión por sonrisas que pudieran hacerle parecer más “amable”. Pero eso era demasiado maleducado como para preguntárselo.
—Pero Aniol y Connor pueden hacerla —rechazó la teoría de que fuera algo respecto a los mundos de los que venían. Si tan solo pudiera saber si Ilol o ¿era Lara? No, Lar…Lahria, eso, podían hacer magia tal vez tuviera más en lo que basarse para teorizar sobre ella misma —. Y si no nos han traído aquí porque podamos hacer magia, ¿por qué lo han hecho? No se traen a todo el mundo, nos han elegido a nosotros por algún motivo.
Tenía que haber algo más, fuera o no la magia. Claro que desde su punto de vista solo había que practicar más, hasta que saliera. A los humanos lo que les faltaba era disciplina y constancia, y si no estaban obteniendo resultados a la primera parecía que ya creían que no valían para eso y tenía que haber alguna excusa externa que se lo impidiera. Ella no pensaba rendirse tan rápido. Que vinieran los que habían dado el discurso a hacerle explícito que le era imposible hacer magia y que nunca podría hacerla y entonces, y solo entonces, se lo creería.
—Muchas chicas de mi mundo han tenido entrenamientos parecidos al mío, y no las ves aquí. Saber defenderse no tiene nada de especial donde vengo, así que tiene que ser otra cosa.
De hecho, las otras dos personas que sabía que habían ido desde Libo eran un andrógino, que se habría criado entre aún más algodones que ella con toda posibilidad, especialmente habiéndole pertenecido a la Reina; y una chica de los valles, bruta, pero que muy posiblemente no hubiera tenido un entrenamiento serio. No. Aquello no era, ni de lejos, lo que tenían en común. La magia, era, de momento, su teoría más sólida.
Le observó sacar el papel y el cristal en silencio, y luego dirigió su mirada a un animalito que seguía tan blanco como el papel del que estaba hecho había sido desde el principio. No parecía que a Ethan le fuera a salir tampoco, o al menos no en aquella noche. Y aunque podía entender la frustración que debía sentir, no entendía esas ganas de disimularla con sonrisitas. De hecho, se preguntaba muchas veces por qué Ethan sonreía tanto, porque ella no le veía motivos a modificar su expresión por sonrisas que pudieran hacerle parecer más “amable”. Pero eso era demasiado maleducado como para preguntárselo.
—Pero Aniol y Connor pueden hacerla —rechazó la teoría de que fuera algo respecto a los mundos de los que venían. Si tan solo pudiera saber si Ilol o ¿era Lara? No, Lar…Lahria, eso, podían hacer magia tal vez tuviera más en lo que basarse para teorizar sobre ella misma —. Y si no nos han traído aquí porque podamos hacer magia, ¿por qué lo han hecho? No se traen a todo el mundo, nos han elegido a nosotros por algún motivo.
Tenía que haber algo más, fuera o no la magia. Claro que desde su punto de vista solo había que practicar más, hasta que saliera. A los humanos lo que les faltaba era disciplina y constancia, y si no estaban obteniendo resultados a la primera parecía que ya creían que no valían para eso y tenía que haber alguna excusa externa que se lo impidiera. Ella no pensaba rendirse tan rápido. Que vinieran los que habían dado el discurso a hacerle explícito que le era imposible hacer magia y que nunca podría hacerla y entonces, y solo entonces, se lo creería.
Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.