Ruinas de Margalar

Niego con la cabeza.
-No te dejé ganar para nada. Me pillaste por sorpresa, y eso cuenta en una pelea real...si pillas por sorpresa al adversario, tienes las de ganar. Sobretodo siendo tan rápida como eres...
La miro, sonriente.
-No tienes que darme las gracias. Sólo me contento con que estés bien...ese es el mejor agradecimiento para mí.

- Puede ser, pero no tengo la misma fuerza que tú... además te me ablkandaste un poco - le dije fijando mi mirada en la suya - aunque solo fuera un poco, y me aproveché de ése momento.
Sin quitar mis ojos de los suyos le vuelvo a contestar.
- Sí que tengo que darte las gracias, por estar aquí conmigo aún sabiendo que puedo contagiarte - respondo.

Sonrío.
-Ya te he dicho que no me importa lo más mínimo que yo pueda contagiarme...-sus ojos se fijan en los míos. Mi sonrisa se ensancha.
-Pues eso es lo que tienes que hacer en una pelea real...buscar momentos para pasar al ataque como ese.
La miro con intensidad.

Le devuelvo la mirada con una sonrisa timida.
- Sí, me lo has dicho muchas veces, lo sé... - respondo - pero aún así te seguiré diciendo que puedes irte cuando quieras.
- Así que en eso consiste una pelea real, en desconcertar al adversario... lo haré más a menudo.

Niego con la cabeza con seguridad.
-No, no me iré. Me quedo.
Sonrío.
-Si quieres, en cuanto estés recuperada, entrenamos los dos...con palos de madera, claro...nos irá bien.
Cojo otra silla y me siento a su lado.

- Vale, es buena idea... aparte de mejorar mi "supuesto" manejo de la espada - digo riendo - me gustaría saber utilizar el arco... es algo que siempre me ha gustado, desde pequeña. Aunque siempre es bueno tener una espada y todo eso, pero con un arco se puede ser más letal - contesté ensimismada.
Pestañeé recuperando la consciencia.
- Aunque no te niego un entrenamiento con palos, todavía me acuerdo de los golpes - dije sonriendo.

Me río yo también.
-Ya, no queremos salir heridos graves...y si quieres practicar con el arco, adelante. A nuestra pequeña "familia" le vendrá bien una arquera que nos cubra de lejos en esta ciudad...

- Vale, me apunto - digo sonriente - ya estoy deseando poder practicar con el arco... le tengo ganas... Mañana nos ponemos, ¿me lo prometes? - le digo ilucionada.
- ¿Para nuestra familia? Si solos somos 3 xDD

La miro y veo su cara radiante por la ilusión.
-Te lo prometo.
Me río.
-Para mí ya sois como mi familia...yo el padre, cuidando a la enferma y a la dormida...

Me rio ante sus comentarios y vuelvo hacia el camastro.
- Con tanto cuidado seguro que me curo rápido, además eres de conversación fácil y te lo agradezco.
- Que gran familia entonces... pero al final tendremos que volver a por mas cestas - fui diciendo por lo bajo.


(Me tengo que ir a cenar, chau!)

La dejo en el camastro.
-Descansa. Mañana deberías estar mucho mejor.
Oigo sus palabras finales.
-Había decidido ir pasado mañana...si estás mejor, te agradecería que me acompañases.

Al despertarme hoy por la mañana me encontraba mcuho mejor por eso tras conseguir levantarme y desayunar un poco empecé a practicar puntería con el arco, mientras Aníbal se ejercitaba con su espada y miraba de reojo para ver qué tal iba y si estaba bien.
Tras un rato de practicarcon el arco y al menos conseguir poner la flecha recta decidí acompañar en su entrenamiento a Aníbal con sendos palos.
Esto me permitía estar distraida y olvidarme de la infección.

Hemos estado entrenando varias horas. Abi parece mejor, aunque aún no se ha curado del todo.
Hoy quiero ir a por más provisiones, pero esperaré a ver si Abi quiere venir. Mientras espero a que se despierte, decido ojear el libro de medicina que traje. Si hay algo, nos podría ser útil en el futuro.

Me despierto con los brazos algo doloridos del entrenamiento de ayer. Sobre todo los dedos de la mano derecha que los tengo medio matados por el arco. Me recojo el pelo en una coleta y hago por levantarme. Me remango un poco los pantalones y veo como tengo las piernas. Parece que no están tan mal así que salgo de la habitación.
- Buenas tardes - saludo a Aníbal mientras me palpo la mano derecha - ¿sabes si hay baños por aquí? - le pregunto - me gustaría darme una ducha antes de desayunar...

-Buenos días, Abi.-saludo con una sonrisa. Parece que está mejor.
Me acerco y le examino las piernas. Parece que no ha empeorado.
-Pues...no sé si habrán baños. La verdad es que no me he parado a explorar mucho estas ruinas, pero si este torreón era como el otro, algo tiene que haber...vamos a buscar.

Cruzo los dedos, estoy echa un asco. Me sentiré mucho mejor aunque sea con un chorro de agua sobre mi cabeza.
- Estoy mejor - añado mientras me revisa - al menos no empeoro.
Me acerco a la mochila de ropa que traje a las ruinas y cojo una camiseta de tirantes negra y los primero vaqueros que pillo. Después sigo a Aníbal y acabamos encontrando una habitación con una bañera.
- Gracias - le digo y me meto dentro.

Asiento y sonrío.
-De nada.
Salgo del baño y cojo la espada y el escudo. Empiezo a dar golpes contra enemigos imaginarios. Al poco empiezo a sudar, por lo que me quito la camisa.