Ruinas de Margalar

Le cambio los vendajes en silencio. Después veo como se va a entrenar y yo cojo la mochila de la ropa y me siento en una esquina con las piernas cruzadas. Abro la mochila y comienzo a rebuscar dentro en busca de los guantes. Al final encuentro uno que me sujetan bien la muñeca, me pongo solo el de la mano derecha.
Me acerco hasta donde dejé el arco el otro día y después de un momento de vacilación lo cojo y comienzo a sopesarlo, estiro las cuerdas, poco.. a poco. No quiero tirones en mis heridas. Ejercito un poco el hombro antes y después sigo tirando de las cuerdas.
- ¿Qué tal estás? - le pregunto distraídamente a Aníbal.

Mientras yo entreno con cuidado, Abi coge el arco y empieza a hacer lo mismo...
-Bien, mucho mejor gracias a tus cuidados.-respondo-. ¿Y tu? A parte de las quemaduras, ¿como te va esa infeccion?
La miro de reojo.

- Me alegro - contesto - No me molesta ni tengo dolores; así que bien.
Sigo tensando el arco para acostumbrarme a los tirones que daba y dominarlos.
- Con decirte, que he dormido de un tirón toda la noche - respondí sonriendo.

Sonrio.
-Bien, estás mucho mejor- Me alegro.
Miro de reojo como va tensando y destensando el arco para acostumbrarse. Mientras, yo sigo matando enemigos imaginarios, aunque estoy algo desconcentrado mirando a Abi.

Sigo tensando y destensando el arco sin meter todavía ninguna flecha. Y haciendo por apuntar a algún sitio en concreto. Estiré la mano derecha viendo si conseguí aguantar la presión y parecía que con el guante aguantaba mejor. Así que me recojí el pelo en una coleta pra que no se me echara a la cara y centrarme mejor.
- Si sigues así te van a ganar los enemigos imaginarios - le dije de guasa a Aníbal mientras cojía una flecha y la sopesaba en mi mano.


(Perdón, teléfono)

Suelto una carcajada.
-Si me ganasen los enemigos imaginarios hubiese muerto a los dos dias de llegar...-digo, aumentando el rimo del entrenamiento progresivamente.
sin embargo, sus palabras hacen que me centre más en el entrnamiento. No puedo quedarme embobado enmedio de una pelea real...

Le otorgo una mirada llena de malicia, me centro en colocar la flecha en el centro y de que esté derecha. Apunto en sentido contrario por lo que pueda ocurrir. Y levanto el arco, tenso la cuerda... la flecha se cae.
La cojo con un suspiro y vuelvo a repetir la operación pero ésta vez cojiéndola mejor. EL resultado, no salió.
Me pongo más recta y cojo la flecha entre dos dedos estirando el arco otra vez. Esta vez salió, rebotó contra una tinaja que se rompió y se clavó a la pared. Me agaché por si las moscas, pero no me rozó.
- Bueno.... al menos ahora ha salido - digo mirando el desastre que he montado.

Oigo un ruido y levanto instintivamente el escudo.
-¿Pero que...?
Veo lo que ha montado la flecha de Abi.
-Vale...creo que necesitas más práctica.-digo.
Me acerco a ella.
-Eh, ¿estás bien?

Me levanto del suelo y veo dónde se ha clavado la flecha.
- Sí, estoy bien... estaba más centrada en sujetar la flecha bien que en apuntar - dije a modo de disculpa.
Me acerqué hasta la flecha e hice por sacarle, se había hundido bien. Al rato de tirar la saqué... Resoplé y volví a colocar la flecha en el arco.
Cojí un trozo de la tinaja y la coloqué en una esquina, de pie.
Me alejé varios pasos y apunté. Ésta vez al tirar la flecha fue mejor. Pero le llegaron escasos metros para llegar a la tinaja.
- Ahora me falta fuerza - digo negando con la cabeza y volviendo a por la flecha.

Me encojo de hombros.
-Bueno, con practica lograrás el punto medio...sólo trata de no hacerte daño mientras, eh?
Acto seguido, retomo mi entrenamiento con espada. Cada vez me va mejor, aunque disto mucho de ser bueno.

Saco la flecha del suelo después de tirar.
- Aunque encajarlas debe de ser mi punto fuerte - añanado mientras vuelvo a tirar y la acabo por sacar.
Vuelvo a colocarla en el centro y después de asegurarme de que el arco está bien tenso, tiro.
La flecha vuelve a rebotar un poco más arriba de la tinaja, va directa a la pared en la que se está entrenando Aníbal, vuelve a rebotar... Me muevo de mi sitio tirando el arco al suelo y pegándome a la pared. A tiempo. Cae justo dónde estaba.
- Paciencia - digo por lo bajo mientras me doy la vuelta y me paso una mano por la frente.

Salto hacia atrás al ver la flecha. Por suerte, no me da.
-Abi, tranquila...al final nos haremos daño...-digo. Cojo el escudo y me cubro con él por si acaso.
Sigue intentando tirar bien con el arco, de modo que me alejo del radio de alcance, siempre cubierto con el escudo.

Cojo la flecha del suelo otra vez y a vuelvo a poner en el centro.
- Si estoy muy tranquila - me quejo, pero veo por el rabillo del ojo como se aleja.
Le debo de dar miedo. Me río en alto.
Vuelvo a tirar y esta vez parte en dos el trozo de tinaja.
- Bien.

Veo que Abi consigue un buen tiro y sonrio.
-¿Ves? Lo has conseguido.-me acerco a ella y miro la tinaja partida-. Fiu...con un poco más de práctica darás mucho miedo...
Le doy una palmadita suave a la espalda para no irritar sus quemaduras y sigo entrenando.

- ¿Tú crees? - le digo riéndome - entonces tendré que entrenar mucho - añado.
Vuelvo al interior y dejo el arco apoyado sobre la mesa.
Cojo fruta de las cestas y empiezo a trocearlas. Luego las coloco en una especie de cuenco que me traje del Maciel y lo saco fuera, para que Aníbal pueda coger.
- Toma coje algo - le digo mientras comienzo a picotear con los dedos por el cuenco, cojiendo de aquí y de alla.
Le dejé el cuenco al lado y fui a coger la flecha.

Guardo mi espada y mi escudo y empiezo a picotear del cuenco.
-Gracias, Abi.-digo, saboreando la fruta-. Eso, entrena mucho, a ver si conseguimos tener una arquera olímpica en Rocavarancolia...-bromeo.
Veo que se va a coger la flecha. Yo sigo comiendo, aunque pronto no tengo más hambre. Cojo dos sillas en buenas condiciones de dentro de las ruinas y las saco fuera. Yo me siento en una y le hago un gesto a Abi para que se siente en otra. Me recuesto y cierro los ojos, disfrutando del pequeño descanso del entrenamiento.
-Oye...¿tú habías tirado con arco antes de venir aquí?-pregunto con curiosidad.

Cojo otro trozo de fruta tras cojer la flecha y me la como despacio. Me siento en la silla pero soy incapaz de estar tranquila y tras estirar el arco vuelvo a colocar la flecha y tiro. No sale muy bien parada pero no clava en nada.
Me levanto y la vuelvo a recoger. Cojo otro trozo de fruta y me lo coloco en los labios, sin llegar a colocármelo y me centro en que no se me caiga mientras coloco el arco recto, estiro las cuerdas y coloco la flecha centrada. Vuelvo a tirar. Parto otro trozo de la tinaja. Después me como el trozo de frutay me siento. Cojo otro más mientras muevo la muñeca derecha, acostumbrándola a los tirones.
- Me conformo con dar en el blanco - le respondo - parece que tiro mejor no pensando en nada.
Suspiro.
- ¡Qué va! - le dije - estoy aplicando lo que he visto en películas, en canales de deporte... en competiciones de arco. No soy ninguna experta.