Primer sueño de DL

Definitivamente estaba haciéndole pasar por estúpido, no podía ser otra cosa. Al atravesar la puerta y encontrarse con un cuarto igual de pequeño que el anterior le provoco cierta risa sarcástica.

-¿Va seguir este jueguito de los cuartos mucho tiempo más?- pregunto a ningún lugar en particular, no tenia idea desde donde lo observaban pues no había cámaras, pero que estaban jugando con él estaba amas que claro. La diferencia con el otro cuarto era la ausencia de cosas, por eso cuando vio aquel monigote con un garfio por mano le resulto por demás extraño. Al menos hasta que vio aparecer, dándole un buen susto, aquel recipiente con el dichoso garfio en su interior- ¿Qué estupidez es est…?- no pudo terminar la frase cuando vio, con horror absoluto algo moverse dentro del recipiente, crías de Blatta, ¡un montón de crías de Blatta! Sintió el vello de punta, viendo con desconfianza alrededor, como si en cualquier momento la boca de una madre Blatta fuese aparecer para partirlo en dos. Aquello era una maldita pesadilla sin duda alguna.

-¡No pienso meter la mano ahí dentro, si tantas ganas tenéis de ver a alguien suicidándose, mataros ustedes! Así le hacéis un favor al mundo- exclamo alejándose lo máximo de aquel condenado recipiente, ni loco lo hacía. Primero porque obedecer algo tan estúpido era inverosímil y segundo…porque el estar cerca de una de esas crías era condena segura, más aun cuando estas andaban encerradas en aquel espacio. Podía jurar que la madre no podía andar lejos, las madres Blattas era realmente posesivas con sus crías.

DL maldijo en su fuero interno a la estúpida voz y a toda la situación en si misma. Se negaba a seguir con toda esa tontería, no se movió de su posición ni cuando sonó aquella alarma, ni cuando parecía aquella bomba. Soltó un grito frustrado.

-¡LA MADRE QUE OS PARIO!- les grito fastidiado al mas no poder, lo tenían con la soga al cuello, hiciera lo que hiciera por narices debía seguir los pasos que ellos marcaban y eso le enojaba por completo. El no tener oportunidades de escoger sin perder la vida o dar su brazo a torcer era algo que siempre había odiado-¿Quereis que coja el garfio por narices ehh? Si, muy inteligente dadle armas a alguien que esta de tan mala leche...- añadió con sarcasmo viendo molesto la bomba aquella que indicaba el tiempo próximo a su muerte, bufo hastiado acercándose desconfiado al recipiente Metiendo la mano lo mas rápidamente posible para no tocar a ninguna cría de Blatta, creando un corte en la palma de la mano cuando saco el garfio- Mierda...- se quejo viendo el profundo corte en la palma indicando el garfio con una mano- Bien ya tengo esta cosa, dejadme salir de una vez...- respondió sintiendo la sangre caer e intentando no pensar en el corte, lo primero era salir de allí. Pensando en salir miro hacia la puerta y se acerco a esta con el mencionado garfio colocado malamente, notando por fin aquella sierra junto a la mesa a la que miro con desconfianza, uniendo cabos, al ver a esta y al garfio y luego mirando hacia al techo- No me pienso cortar la mano para darle un espectáculo sangriento a unos estúpidos y mal paridos científicos de pacotilla... sino muero desangrado lo haré explotando- respondió enojado, sabia que la forma de salir de allí era cortándose la mano, pero eso significaría darles el gusto y tarde o temprano acabaría desangrándose, muriendo de una forma mas lenta y dolorosa.

DL maldijo a todo lo maldecible cuando sintió la nueva descarga, quitándose el garfio con molestia sentándose en el suelo apoyado en la pared mirando la bomba del techo. Era un imbécil y un terco lo sabia, seguramente alguien preferiría cortarse un miembro y poder salir de allí hasta un destino incierto a explotar en miles de trozos. Pero el no era así, ya fuese desangrándose o explotando, si iba a morir preferiría que fuese de una forma que el había escogido no que eligieran por el como si fuese un juego macabro.

-Que os den -respondió con molestia, levantando el dedo indice, el corazón y el meñique de su mano izquierda, un gesto foner obsceno y bastante claro. Si los locos que le observaban querían diversión a costa de su sufrimiento, lo llevaban claro. Estaba muerto de miedo, para que negarlo, la idea de morir no le era tranquilizadora en lo mas mínimo por mas que aparentara verse seguro las manos le temblaban horriblemente pero debía mantenerse en su desicion y no flaquear, era su método de vivir. Algo estúpido y que tal vez no servia para nada, pero prefería vivir así los minutos que le quedaba hacerlo siendo dominado por alguien mas.

Aquella voz monótona y sin sentimientos empezaba darle cierto rechazo. Esperando el momento de explotar mientras sudaba frio. Eso nunca llego pasar. Por el contrario la puerta se desactivo y la voz le dijo que sería penalizado.

-¿Qué puede ser peor que explotar?- pregunto con cierta desconfianza y duda levantándose para ir hacia la puerta. No llego a traspasarla cuando sintió un agudo dolor en la frente, que le hizo gritar de dolor…quemaba, ardía, sentía la zona afectada derritiéndose, como si cabeza se hubiera convertido en una masa deforme y caliente. Y luego todo rojo- ¡AAAAGGGG! ¡Cabrones!- grito intentando cubrir su frente y aliviarse el dolor sin éxito, notando con espanto como trozos de carne se quedaba pegados en sus manos y caían sobre su antes inmaculado traje blanco, junto con gotas de sangre mezcladas con carne. Comenzó a temblar visiblemente aterrado y sintiéndose ese agudo dolor traspasándole todo el sistema nervioso- mierda, mierda…- gruño cubriéndose al frente sintiendo los ojos llorosos ante el olor a carne quemada que despedía su frente, dándole unas imperiosas ganas de vomitar. Asqueado y con los ojos a medio cerrado por el dolor de la frente traspaso la puerta con algunos hilos de sangre cayendo desde el agujero en su frente, que intentaba limpiarse a duras penas con la manga del traje, a esas alturas le daba igual mancharse; enfocando tras algunos segundos y dándose cuenta que no se encontraba solo en aquella nueva habitación.

Allí estaban alguno de sus compañeros de torreón: Aleksei, Ariv, YR y Timmy. “¿Un momento? ¿Qué hacen ellos en mi mundo? A excepción de YR, ninguno de los otros deberían estar aquí, maldita sea… ¿Qué demonios pasa?” se pregunto en medio de toda la confusión y ese olor fatigante que no le dejaba pensar con calma. La frente se la caía a trozos purulentos de ese agujero que ahora dejaba ver parte del blanco hueso de su cráneo. Las explicaciones de aquella voz que odiaba le explico lo que pasaba con ellos y esas prisiones donde estaban metidos. Aun desorientado por el dolor y la fatiga tardo unos segundos en procesar y lo primero que escucho fueron las palabras de Timmy que tenía esa personalidad extraña que ya le había visto en una ocasión e YR. No lo entendía ¿Por qué le decían esas cosas y le miraban como si hubiese hecho una atrocidad? Incluso Ariv y Aleksei parecían asustados por algo.

-Un momento, no entiendo ¿Qué demonios pasa? ¿Por qué tengo que escoger?- exclamo intento enfocarse no sabiendo exactamente a quien se dirigiría-¿Qué le pasara a los que no escoja? ¡Responded!- dijo ya cansado de ese maldito juego, limpiándose la sangre de la frente hasta que dejo de emanar. Aquello era un juego de elección, pero le daba miedo escoger, no sabiendo que podría pasarle al que escogiera y a los que no, pero no tenía tiempo, debía pensar rápido.

Aquello era surrealista por completo, no hizo caso a las palabras de Timmy, su cabeza daba vueltas, el dolor acuciante que aun sentía no le dejaba pensar con claridad y el tiempo se le echaba encima. Miro a Ariv escuchándole hablar porque eso que decía era importante. "¿Quitarle el que?" se pregunto no entendiendo, la cabeza le punzaba como si estuviera golpeándole con un bloque de hierro ardiente. Las palabras de Timmy sonaron como un eco en su mente, provocandole dolorosas punzadas, y mirando la imagen que este mencionaba. No tuvo claro como, en la neblina que eran en esos momentos sus pensamientos, se dio cuenta de lo que pasaba. Eran evidente,...pero tan drástico y escabroso que cualquiera hubiese pensado que era una broma de mal gusto. Trago saliva con dificultad.

-Tengo que escoger el ojo que quiero- murmuro incrédulo viendo a los cuatros, entendiendo ahora el rechazo de unos y el miedo de otros. ¿Que pasaría con los demás? De que les serviría quitarle un ojo a uno de ellos, si luego eran sentenciados a morir igualmente tras que se les prohibiera la salida de ese condenado lugar-Si escojo, ¿que pasara con los demás?¿ Podrán huir?- pregunto rápidamente inquieto porque no tenían mucho tiempo y su cabeza era un caos en esos momentos. Debía escoger maldita sea, tal vez no tuviera una muy buena relación con alguno de sus compañeros, pero aun así no le era fácil escoger a quien arrebatarle su ojo. Aun así en su mente comenzaba aparecer un nombre.

Maldijo a todos, sabia que escogiera a quien escogiera luego iba sentirse mal. Asi que notando que los minutos pasaban respiro hondo antes de acercarse al compañero que escogería, pulsando el botón de la celda de...

-Lo siento Ariv, por todo esto -murmuro al tiempo que pulsaba el botón de la celda junto a a la de ella, la de Timmy. No supo porque lo escogió, pero ese Timmy, no era el que el conocía, parecia otra persona con esa actitud desafiante y macabra. YR ya tenia lo de su pierna, no era capaz de hacerle daño a Ariv y Aleksei tenia algo que le producía rechazo. Ademas sus ojos...ese color de ojos no pertenecían a los de ninguna casta, era una forma de escape para esa mundo elitista.

Aguanto todo el tiempo, fue su elección y aguanto toda la escena de cómo le arrancaban el ojo a Timmy, sin parpadear siquiera, ni mediar palabra mientras su piel adquiría un tono cada vez mas pálido, terminando por no aguantar y desviando la mirada cerrando los ojos con fuerza, cubriéndose las orejas para evitar escuchar los gritos de Timmy. "Maldita sea...maldita sea...¿por qué está pasando todo esto? ¡Esto no es un maldito experimento, es una carnicería! Joder...tuve que escoger, si no escogía todos habríamos muerto igualmente" se dijo intentando convencerse, aunque no le quitara al ganas de vomitar que por momentos se volvían más acuciante. Los gritos de Timmy a lo lejos y su promesa de vengarse, le hicieron abrir los ojos viendo aquel ojo junto a sus pies, mirándolo de forma acusadora.

-No me mires así -rogó con expresión perturbada, agachándose con cuidado- Tuve que escoger -repitió sintiendo como si ese ojo le recriminara por sus actos. Quería que todo eso terminara, no podía seguir con aquello, dañando a otros por sus elecciones- No era esta la libertad que quería - murmuro con mirada ida, observando ese ojo casi sin verlo realmente, tomándolo entre sus manos con cuidado, gelatinoso y pegajoso y aun caliente, recordándole que segundos antes habían ocupado un lugar en el cuerpo de Timmy. Se río, no supo de donde vino esa risa pero sonaba un poco desquiciada, asustándolo- Una mano, ahora un ojo, debéis estar riéndoos mucho a mi costa - añadió observando aquella imagen de tres ojos con odio, apretando los dientes al momento que se encajo aquel ojo ajeno en el hueco de su frente. Lo sentía como un intruso y era doloroso, pero aun así junto fuerzas para levantarse. Estaba molido física y mentalmente, adentrándose en el otro cuarto esperando que por fin fuese la salida. Sus deseos se vieron truncados con facilidad cuando vio en aquella enorme habitación, sobre aquella plataforma más jaulas, con el resto de miembros de su torreón encerrados en esta. Maldijo por lo bajo. Ellos no debían estar ahí. Ninguno de ellos debía estar ahí. Las palabras de Wintel resonaron en su cabeza, observándolo fijamente notando aquellos botones en sus jaulas que le daban entender que debía escoger de nuevo, provocándole nauseas.

-¡Cállate! ¡Yo no he pedido esto! ¡Ni siquiera deberíais estar aquí!- exclamo DL empezando a impacientarse, no era su culpa, el estaba allí obligado, el no quería dañar a nadie, maldita sea. Las palabras inconexas de RR le sonaban a las de un desquiciado, no quería saber qué tipo de cosas le habían hecho o que drogas le metieron para hacerle desvariar de aquella forma. Sus ojos, inquietos y algo temblorosos se posaron en Shizel y Saren, por un segundo creyéndolos muertos, pero notando que aun respiraban, lo cual no sabía si era tranquilizador o no en esos momentos. De nuevo aquella voz irritante se dejo oír, DL la escucho casi sin parpadear, como el hacerlo fuese a empeorar las cosas, por ello aquella palabras de escoger piel y colocársela le hicieron mirar furioso alrededor.

-¡Parad esto de una vez! ¡Si hago eso estaré sentenciando a uno de ellos a muerte!- exclamo con enojo y sabiendo que no podía hacer nada más que escoger, pero aun así se sentía frustrado y sin salida. Sino escogían, todos morían, si escogía en este caso, la persona que escogiera morirá de todos modos. Sabía que protestar era en vano pero necesitaba sacar todo eso que sentía. Aun así escucho las palabras de la líbense, que le señalo de forma bastante clara a quien debería escoger.

-Yo no puedo escoger, seria sentenciarle- respondió DL empezando asustarse realmente, un ojo era una perdida peor no la muerte, la piel era una muerte asegurada y seria él quien lo matase indirectamente. Ninguno de ellos se merecían una muerte así, por mas locos que parecieran Wintel y RR en esos momentos, ni los inconsciente ni la propia Karime, todo aquello era complicado.