Regalos del AI virtual 2017

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https://sta.sh/217uzvvu4idh

https://drive.google.com/file/d/1jPfaR4W9Evpt7WaICMMdn_Btqz-AzHRU/view

https://orig00.deviantart.net/c5c2/f/2018/003/0/9/pa_ti_muff2__by_cervel-dbysfb1.jpg

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Hola, Camino!!

Si estás leyendo esto quiere decir que tienes ojos, que te han enseñado a leer, que tienes un cacharro con conexión a internet, que el cacharro tiene pantalla, que entiendes el Español, que estás registrada en el foro, que vives en el presente y AY PERDON ES QUE NO SÉ EMPEZAR ESTAS COSAS. Mira, que soy tu AI, hola, buenos días y buena suerte <3

Soy un desastre, pero he hecho lo que he podido!

Aquí tienes a una Mónica de pixel art vestida con el disfraz que trajo a Rv. Me ha salido regulinchi y lo siento mucho. Se está enfrentando a un lobo-cerbero y le va a partir el triple cuello con un lanzazo mágico.

Mónica lo peta:

Dirás "Jolín (o joder), ¡qué pequeño!" y llevarás razón. Los sprites que utilicé eran enanísimos y no se ve muy bien. Para compensar, te dejo aquí la imagen aumentada. Al ser pixeles, no he conseguido cambiarle el tamaño sin que perdiera calidad, por eso va de extra:

Mónica sigue petándolo:

No te quiero decir quién soy, pero mi siguiente regalo te va a reducir el número de posibles candidatos.

Oh, hi!:

Y ahora el último regalo. Te destripo que es un relato y que es un sueño no-oficial para Mónica.

Mira aquí dentro:

He intentado escribirlo sin poner una sola reacción de tu personaje porque no me quería meter en camisa de once varas y hacer algo OoC. La idea era cerrar el ciclo de sueños que le di a Mónica al final del suyo, de forma que pueda descansar tranquila. Así, si la idea te gusta, la puedes oficializar y hacer que Mónica se despierte de él en cualquier momento de la cosecha <3


¡Y hasta aquí los regalos! Espero que te hayan gustado y que me perdones por la calidad mejorable de todo.

Un abracico y feliz año <3

PD: El lirón es porque duerme mucho y yo soy muy fan de hybernar.

¡Hololooo Kial! Aquí llega tu regalo de tu maravilloso, fantabuloso y genialoso amigo invisible. ¿Que no sabes quién soy? Puedes resolver las pistas aquí. Solo debes buscar el equipo que más coincida con las pistas que te puse y listo (hay un pokemon cambiado, así que no busques los seis exactos).
¡Espero que disfrutes de tu AI!
¡Hay un Amigo Invisible to' petao aquí!

Zobriel despertó con brusquedad, parpadeando confuso durante unos instantes al no recordar donde se encontraba. La sombra del árbol bajo el que había estado dormitando protegía sus ojos del sol del mediodía y la mullida hierba sobre la que estaba tumbado despedía una fragancia embriagadora. Su rebaño pastaba al pie de la colina, despreocupado, y sus balidos en la distancia invitaban al joven pastor a retomar la siesta interrumpida. El recuerdo brumoso de un mal sueño, sin embargo, impidió que el nublino cerrara los ojos y lo obligó a incorporarse. Alcanzó su zurrón con expresión pensativa y se sentó a almorzar sobre una piedra cercana.

Mientras daba buena cuenta de una hogaza de pan y algo de queso, el pastor se preguntaba por enésima vez de donde venían aquellos extraños sueños. Hasta el momento no se había atrevido a contárselo a nadie, pues sabiendo como era su abuela se temía que la anciana le diera más importancia de la que tenía en realidad, pero Zobriel llevaba meses teniendo pesadillas con una versión retorcida de Rocavarancolia. Cuando despertaba apenas retenía vagos recuerdos de un grupo de compañeros y una isla de enredaderas en medio de un mar de ruinas, pero la sensación de horror que lo acompañaba de regreso a la realidad se prolongaba durante horas.
—Algo funciona muy mal en mi cabeza —murmuró para si con un ligero estremecimiento. Tras unos segundos de incertidumbre negó con firmeza, tratando de reponerse—. Solo es una válvula de escape, Zob, una manera de autoconvencerte de que en realidad no te has perdido nada interesante y de que estas mejor en Nubla. —comentó en voz aún mas baja, observando el lento avance de las nubes sobre su cabeza.

Meses atrás Zobriel había perdido su última oportunidad de ser seleccionado para ir a la ciudad sagrada porque se había dislocado el brazo la víspera del día de Cosecha. Ahora que era demasiado mayor no había esperanza, pues había sobrepasado la franja de edad establecida para presentarse a la prueba, pero lo que le atormentaba en realidad era la certeza irracional de que en aquella ocasión habría sido uno de los elegidos. No estaba seguro de como lo sabía, pero creía firmemente en ello, y ser consciente de lo cerca que había estado de ver Rocavarancolia le entristecía.
—Eres un bueno para nada y estas pesadillas no son más que mentiras piadosas —se dijo en voz alta, enfadándose consigo mismo—. ¡Acepta de una vez que has dejado escapar la mejor experiencia de tu vida! —exclamó rabioso.

El chico gris se sacudió la frustración del cuerpo pateando el suelo hasta sentirse agotado, pero cuando se dejó caer de nuevo sobre la hierba la tristeza seguía incrustada en su pecho. No quería volverse a dormir, pues temía soñar de nuevo, pero el suave murmullo del viento era como el arrullo de una madre. Mientras se sumía en la inconsciencia creyó oír a su abuela llamándole en la distancia y supo que iba a meterse en un lío.


—¡Zob! —exclamó su abuela por segunda vez, llamándole con voz imperiosa.

—Ya estoy despierto, abuela... —respondió el pastor con voz quejumbrosa, parpadeando confuso durante unos instantes al no recordar donde se encontraba.

—¿Abuela? —le preguntó Milo preocupado, observándole desde arriba. Se había quedado dormido en la cocina, sentado precariamente sobre un taburete con la cabeza caída hacia delante, y el irrense se le había encontrado de aquella guisa al bajar a desayunar—. Creo que estabas teniendo una pesadilla, pero murmurabas algo sobre hierba mullida y rebaños de linaks, así que no tiene mucho sentido. —le comentó con una media sonrisa.

El chico gris empezó a ubicarse poco a poco, pero los recuerdos del sueño se le escurrían como arena entre los dedos. El irrense, sin comentar nada, encendió el fogón y al cabo de un rato le ofreció una taza de té con leche.
—¿Estás bien, colega? —le preguntó su compañero al cabo de un rato. La voz del norteño se le antojó un susurro y de entrada no le prestó demasiada atención—. ¿O aún sigues atrapado en el sueño? —añadió Milo con delicadeza.

Un escalofrió ominoso descendió por la espalda de Zobriel.

- Es excesivo.
- Pues he puesto pocas. Tenía un montón.
- Es repetitivo.
- Pero no obsceno. Fue vuestra única restricción.
- Un gran error por nuestra parte que no volverá a pasar.
- ¡Pero los colores combinan!
- Porque es la misma imagen varias veces.
- A mi me gusta un poco.
- ¿¡Ves!? ¡Ella está de mi lado!
- No te pases, ha dicho un poco. Es demasiado amable. Además, tu uso del photoshop da pena.
- No le digas eso. Lo hace lo mejor que pued...
- ¡A penas se notan los bordes!
- En fin.
- ¿Creéis que le gustará?
- A mi sigue pareciéndome excesivo.
- ¡Dijisteis algo que le puediera gustar y que fuera adecuado como regalo de reyes!
- La próxima vez me encargo yo.
- Tampoco es que yo quisiera, salí elegido segundo en el sorteo.
- ¿Quién fue primero?
- El grandullón.
- ¿Por qué habré preguntado?
- Se negó a participar.
- ¿Cómo no?
- Se emborrachó y se enfadó.
- Novedad.
- Tuvimos que encerrarlo.
- Tuve.
- Ella tuvo que encerrarlo.
- ¿Y dónde se supone que le habéis encerrado?
- En la mazmorra.
- ¿No hay nadie vigilando?
- Está el escorpión.
- Dije vigilando, no empeorando.
- He insonorizado la mazmorra.
- Fantástica solución. Terminarán matándose, pero no los oiremos. ¿Y el caballero español?
- Quiso aportar ideas. Habló durante 15 minutos antes de que lo encerráramos en la cocina. También está insonorizada.
- ¿Solo?
- No. Le acompaña una ilusión de nosotros dos prestándole mucha atención. Aunque bien podrían ser recortes de cartón para el caso que les hace.
- Vale. Da igual. La cosa es que no podemos regalarle eso.
- ¿Por qué no? ¡Le encantará!
- No pienso poner mi nombre en eso. Vamos a usar una idea original. Como una foto de todos.
- Pero eso es tan del 2017. ¡Está muy visto!
- Pues que se vuelva a ver. Además, las habilidades de Muffie no dan para más.
- ¿Ahora rompemos la 4ª pared?
- Desde el mismo momento en el que empezamos a preparar este regalo, estamos rompiendo la cuarta pared.
- ¿Entonces?
- Deja este aquí. Empieza a trabajar en el otro que se nos echa el tiempo encima.

...
...
...

- No es mucho mejor.
- Es peor.
- ¡No estáis conformes con nada!
- Ni siquiera salgo de cara.
- ¡Pero es tu mejor perfil, jefa!
- Es cutre.
- En su defensa, ha plasmado bien las intenciones de Toima.
- Como si eso fuera muy difícil.
- Entonces, si este tampoco es una opción, ¿qué le regalamos?
- ¡Mami!
- No.
- ¿Nosotros?
- Tampoco.
- Pues algo habrá que darle.
- En realidad, si lo piensas profundamente, no es tan terrible.
- Es terrible. Los dos son terribles.
- Pero juntos no lo son tanto.
...
- Y sí...



















































































Y así, los personajes de Leo decidieron darle las dos aberraciones que Kud, con toda la buena intención y sin el beneplácito de Nia, había creado para esta ocasión.




¡Sus queridos personajes (algunos, no todos) le desean muchos muchos regalos y mucha mucha felicidad!

Traducción de los escritos en runas antiguos encontrados en el templo de Kuruhsz.
Tabla Norte.


El mundo era grande, el mundo era maravilloso. Los prados de hierba alta colmaban el horizonte y las olas bañaban las costas. Los dioses eran grandes, los dioses eran buenos.

La oscura forma serpenteaba en el cielo, detrás de las nubes e iluminada por relámpagos se veían atisbos de su ser. El caos, la desesperanza. La gente abandonaba sus hogares mientras huía veloz hacia el sur. Detrás de las nubes, los cientos de brazos de aquella forma bajaron sin piedad y trajeron la destrucción al mundo como lo conocemos. Los sabios habían predicho que las estrellas traerían nuestro fin, y aun así nos volcamos en aquel festival como nunca antes lo habíamos hecho. Los sacerdotes mas talentosos elevaron estatuas hasta lo más alto que les concedía la unión, intentando llevar la tierra de los pies hasta el infinito cielo, dando gracias.

Pero el retumbar del mundo cambio todo aquello, la intriga era fácil de ver en los rostros de todos. Ah el festival de las estrellas.

Hacia mediados de Meruni, después del cuarto ocaso en la ciudad de Bachue, realizábamos el Festival de las Estrellas. Las familias y los niños de diversas aldeas eran bien recibidos. La comida era magnifica y la grasa chisporroteaba en las hogueras teñidas de diversos colores. Los sacerdotes y los aprendices demostraban sus habilidades con su manejo de la "unión". Y los guerreros representaban y combatían entorno a los fuegos. Los niños y niñas gritaban alegres y felices de que la oscuridad más profunda del año les dejara ver las estrellas y poder celebrar. Aquel año era posiblemente uno de los más raros, desde un poblado lejano, muy cerca al valle de tierra roja, llegaría uno de los sacerdotes más ancianos de todos. Contaban algunos de los viejos (entre ellos mi padre) que su unión con la tierra era tan grande que podía levantar aldeas por donde pasaba. Lo curioso es que lo que pudo ser tomado por cuentos de viejos era aceptado con una gran verdad y admirado por muchos otros. La figura encorvada de aquel viejo era hasta cierto punto tenebrosa. Camino sonriente entre todos mientras saltaban y bebían a su salud. Los niños giraban alrededor de él mientras se ganaban alguna palmada en la cabeza y saltaban impulsados por la tierra que se elevaba y volvía a su estado normal. Era ciertamente un personaje único.

La celebración se alargo toda la noche, aquella oscura noche sin lunas. Los pequeños caían dormidos poco a poco, exhaustos y con la comida manchando sus ropas y camas. Mientras tanto, los más fervientes se acercaban a la hoguera teñida con negro para oír el anuncio. Se decía que si el viejo había decidido venir era por algo especial. Sus manos se dirigieron al suelo y penetraron con la facilidad de un pez en el agua. Después de unos segundo se levanto trabajosamente mientras enseñaba a todos una figura hecha de piedra verde.

Tenía la forma de una masa con ocho tentáculos saliendo de ella, no al azar, sino mas bien en un patrón especial. Un patrón que ninguno conocía, uno que era reflejado por el movimiento de algunas estrellas. El viejo hablo tranquilo y nos dijo que esa cosa se resistía a cualquier tipo de cambio. Que parecía que hubiera estado allí mucho antes que la tierra pudiera recordar cuando fue enterrado. Era magnifico. La mejor historia que nos habían contado jamás. Excepto que no era una historia. Ni era magnifico. Los comentarios de todos empezaron a recorrer el circulo de oyentes, todos temblaban y miraban al viejo por la mueca que había hecho. ¡y lo juro! esa cosa se movió. Cuando cayó de los dedos tambaleantes de sacerdote parecía que uno de sus tentáculos se movía tratando de aferrarse a aquel que lo había encontrado. El anciano tenía los ojos abiertos mientras la tierra se disolvía y reclamaba la figura para sus entrañas. Solo pudimos oír una sola palabra del viejo antes de que muriera. Cayo sin vida, asustado, con terror en la mirada y susurrando: Takko

Los días después de eso fueron caóticos. La tierra que antes era dócil bajo los hechizos de los sacerdotes temblaba, los animales estaban inquietos y morían de la nada, pero todo llego a un límite cuando aquella maldita imagen apareció en medio de la fuente de la aldea, como burlándose. Dos días después de eso, los pobladores del norte llegaron con noticias que el valle de la tierra roja se había derretido. La antes fértil, ahora era una masa que parecía sangre y que parecía no tener fondo. Cualquier cosa que caía en ella se hundía hasta lo más profundo de...lo que sea que fuese eso.

Tras el decimo ocaso después del día de las estrellas ocurrió el desastre. Las lunas se ocultaron en el cielo tras una nube enorme. La época de lluvias quedaba lejos aun y nunca había ocurrido que una sola nube tapara todo el cielo hasta el horizonte. La tierra se agito como despertando de un mal sueño y del norte se levanto aquella sombra. Los relámpagos nos dejaron ver como se movía y como las praderas a lo lejos estallaban lanzando arboles y ríos a los aires. La gente no podía estar de pie nuestro suelo se movía sin oír las ordenes y hechizos de los sacerdotes. Y en medio de aquello solo había una risa. Cristalina como el chocar de dos gemas y fría como las mismas gemas.

Voltee la cabeza atónito mientras trataba de sujetarme de algo para ver a aquella mujer en medio de la fuente. Los ojos negros y centellantes decían que no era una de nosotros, aunque la forma mintiera. Su cuerpo era sin duda como cualquier mujer pero las ropas eran totalmente distintas, y se reía, a carcajadas. El mundo se colapsaba sobre sí mismo en medio de aquella risa.

- Ya viene, y esta cabreado, el otro no llego a tiempo y no quiere detenerse a esperar
- ¿Que....q-quieres decir con otro?
- Estáis condenados querido...pero no por él. Vendrá alguien más por este mundo, por ahora solo admiren su gloriosa destrucción..... ¡Oh Takko! tan simple y gloriosa....

Antes de que alguien más pudiera hablar la mujer camino mientras su cuerpo se deshacía en una masa negra que se filtro por las grietas del suelo. Solo quedaron dos pequeñas gemas verdes tiradas en medio del caos que pondría fin a nuestras vidas.
 


Recuerdos de un mundo, la historia de cómo se adelantaron a Iricse

Mientras tanto lejos de ese pueblo pequeño y debajo de la masa de tierra y sangre que cubría el otrora valle de tierra roja, una figura estaba sentada en una silla de piedra con adornos circulares. Su imagen no decía nada de él. Excepto que estaba ansioso. No podía dejar las manos tranquilas y cada movimiento que hacia se reflejaba en un temblor y una imagen en las nubes.

- Siempre tan trágica como siempre.... deberías sentarte y dormir hasta que llegue.
- ¡Jamás! pensé que tendría consideración y llegaría aquí a tiempo. ¡No tengo por qué escuchar sus excusas ni tus intentos de hacer tiempo!
- Vale vale, entonces por qué no destruyes todo esto y así le das una lección... - dijo la mujer acercándose a la silla y mirando sobre el espaldar el cabello de la criatura que tenia sentada frente a ella.
-Porque no soy como él, ¡y me gustaría ser diferente a ti! maldita sea, eres tan....
- lo sé, soy encantadora...

Se movió grácilmente mientras rodeaba la silla y se sentó en las piernas de la criatura riendo cristalinamente. Los dos seres eran exactamente el mismo. No era un avatar, ni eran dos partes. Simplemente eran el mismo ser que conversaba consigo mismo. Las historias han borrado sus inicios, los mundos han caído y han nacido. Entre leyendas y recuerdos de aquellos que no recuerdan se han oído mencionar a Takko. Era un ser con un poder inimaginable que podía condenar mundo. Que podía dar vida a cientos de civilizaciones pero que no lo hacía. Disfrutaba el dar esperanza y arrebatarla, gloriosa y soberbia. Alegre y a la vez furibunda. Se levanto enojada y riendo por separado mientras que grababa en la roca negra una sola frase.

"Os dejo porque estáis condenados. Solo hay que esperar que el llegue, cuando quiera. Si lees esto te espero detrás del espejo, iré jugando un poco."

La escritura era fina y en un lenguaje que nunca se había visto en aquel mundo. La Takko que parecía una arheeda lanzo un beso a la pared y dejo una marca en forma de un pulpo, una masa con tentáculos saliendo de él en forma radial mientras saltaba a la pared. Los reflejos de la habitación no captaron como ella se hundía y desaparecía. Mientras el otro ser envuelto en tinieblas suspiraba enojado y la tierra sobre el convulsionaba. Los mares se tragaron la tierra, las montañas cayeron y crecieron nuevas cordilleras en otros lados. La faz de aquel mundo cambio por una rabieta que fue provocada por una demora.

Como aquel niño que le patea el juguete a otro por no prestárselo, Duz Ahree cambio totalmente y las leyendas del pasado polvoso se olvidaron. El templo que se había creado quedo enterrado y el nombre de Takko fue temido por todos, olvidado por muchos, pero permaneció real en este y en otros cuentos. Hasta que los mundos mueran.