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Rocavarancolia Rol
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La Espina Negra Empty La Espina Negra

17/05/18, 04:22 pm
Torre altamente fortificada de aspecto tétrico construido en basalto reforzado con obsidiana. El exterior está minuciosamente decorado con escarpados tejados, ventanales por los que no pasa la luz diurna, torreones laterales y cadenas acabadas en garfios, o en damas de hierro, algunas todavia conservando los restos mortales de anteriores víctimas. Calaveras y gárgolas tétricas decoran los arcos y tejados del edificio. Tan solo uno de los tramos de escalera conecta entonces con el resto de la torre, igual de tétricamente decorada.

Interior:
Red
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Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene

Personajes :
Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
Saren: Selkie roc idrino.
Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
Sekk: Berserker ulterano.
Remilo: Brujo del cobre irrense.
Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.

La Espina Negra Empty Re: La Espina Negra

21/12/19, 03:09 pm
El intara tuvo que preguntar a un par de personas antes de dar con la dirección correcta y tardó un buen rato en llegar a pie, pues la dichosa torre estaba al sur de la ciudad, pero al verla en la distancia estuvo a punto de desandar el camino hasta allí. El último mensaje del cizaña, que no paraba de resonar en sus oídos, fue lo único que logró disuadirle.
¿De verdad vive ahí? —masculló en voz baja para sí mismo mientras las suelas de sus botas resonaban contra el empedrado con pesadez—. Tiene un gusto tan desagradable como él… —se dijo, bufando mientras negaba con fuerza para que el grotesco aspecto de aquel lugar no tensara más sus nervios.

A veces le sorprendía lo repugnante que podía llegar a ser la arquitectura de aquella ciudad, pero a fin de cuentas iba a juego con muchos de sus habitantes, lo que le no se esperaba en realidad es que Roaxen se hubiera adaptado tan rápidamente a algo que estaba tan alejado de los refinados gustos de los de su clase. La Espina Negra era un bastión que evocaba la grandeza retorcida de los vampiros de antaño, cuando la ciudad era un hervidero de monstruos a cada cual más peligroso, y sus paredes negras eran un rancio recordatorio del poder de sus antiguos dueños. Aún había cuerpos ajados expuestos en viejas jaulas que colgaban de las extrañas aristas que imperaban en el diseño del edificio, balanceándose al viento, y Sekk aquel detalle le provocaba náuseas.
«Esto es un error… » pensó una última vez antes de poner un pie sobre el primer escalón de la única escalera que conducía hacia las puertas de la Espina.

Mientras ascendía el berserker se apartó el pelo de la cara y se lo recogió en un moño alto con una fina tira de cuero, como si se preparara para pelear, rotando los hombros por instinto cuando bajó los brazos de nuevo. Sus nudillos estaban blancos cuando golpeó con fuerza uno de los enorme portones de la entrada.
¡Roaxen! —llamó en voz alta, seguro de que el xolnita sabría de su proximidad desde hacía rato—. ¿Qué es lo que quieres de mi? —preguntó en un tono más normal, echando un vistazo intranquilo a la calle vacía a su espalda. A pesar de su elevada temperatura corporal aquel lugar le provocaba escalofríos.
Leonart
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Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical

Personajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :
Heridas:

La Espina Negra Empty Re: La Espina Negra

21/12/19, 06:10 pm
Basilisco

Espiando por uno de los portones ocultos sobre una de las ventanas, la cizaña se alteró como una fiera encerrada. Ojos cansados, ojos enfermos seguian a Sekk a medida que se acercaba a los portones y pronto entraron en frenesí. Abandonando la ventana, con el ansia y nerviosismo impropio, se acercó al espejo sucio puesto contra la pared. Tablones de madera y listones de piedra vieja, la criatura se movia bestialmente, corriendo a por el maquillaje, intentando ocultar lo imposible, la sombra de ojos de un milagro quizás serviria pero la base no podia ocultar lo que se habia convertido.. El vozarrón de Sekk, replicado mágicamente por el torreón llegó a sus oidos, distorsionado y roto, meramente inteligible. No habia tiempo. Se miró los dientes, frotandose con frenesí uno de los colmillos intentando borrar la mancha para no tener resultado alguno. Tendria que recurrir a aquello. Tiró del cajón y tras aspirar los contenidos de un vial que extrajo de sus bolsillos, extrajo el colgante ilusorio. Suspirando ansioso pero con energías renovadas, se lo pasó por la cabeza.

Los portones se abrieron con un chirrido y, al compás, un chillido se pudo oir. Aquello era, obviamente, natural, pero al ser la primera vez de Sekk, bien podría pensar que uno de los esqueletos colgando de la fachada habia cobrado vida y chillaba de puro dolor. Sin embargo, avanzando por debajo del umbral de la puerta, pudo oirlo repetido. La cizaña no bajaria a por su invitado, sin embargo, todas las puertas estaban abiertas, algunas cubiertas de sangre seca, otras con obvios esqueletos. En la lejania, podia ver el cadaver de un nublino que habia caido en una de las trampas, ahora deactivada. Solo los gusanos se atrevian a tocar su cuerpo y una nube de moscas lo rodeaba. La voz, distorsionada y retorcida del ulterano llegó a sus oidos.

Ad Internum, Sekk escribió:

La cuarta puerta, del segundo piso de las escaleras de la derecha. Después quinta puerta, gira el pomo hacia la izquierda.

No tardes.

Con el eco siniestro de aquella voz dejando su marca en el psique del intara, siguiendo las intruciones del xolnita, navegó los pasillos sin mucho más incidente, que el lejano chillido de dolor, así como el ocasional gruñido bestial de un monstruo alimentandose, filtrandose por las paredes y puertas más finas. No habia sino más razón de seguir las palabras del anfitrion a medida que navegaba tras cada puerta y trampa deactivada. Y, hablando de las puertas, habia de dos tipos, las que chirriaban ruidosamente o atentaban contra el coraje con el ocasional chillido desgarrador y las pesadas que se cerraban ruidosamente detrás de él. Estas no se moverian de lugar, sin importar cuando forcejeaba con ellas, pero siempre que se cerraba esas puertas, se abriria una nueva delante. A medida que se adentraba en la locura de la vivienda, más de estas puertas se encontraría. Llegando hacia el final, la última de las instrucciones del Xolnita, si giraba el pomo hacia la izquierda, abriria a un vestibulo con unas escaleras dobles en espiral, abriendose como un gran recibidor de una mansión.
En el primer rellano encontraría a su anfitrion.

Roaxen Tenvrai viil Ordante

Paladeando una copa de cristal con un líquido rojizo, el ulterano estaba limpio y vestido pristinamente con un traje, camisa y corbata negros. Mocasines con polainas blancas y extremadamente relucientes, todo cuero y telas ostentosas. Le llamaria la atención lo bien mantenido que se encontraba, tanto de manicuras como de maquillaje, que aparentemente habia retomado, decorando su piel, así como exquisita joyeria, dedos, gargantilla, pendientes. Sin embargo, en vez de gafas portaba un parche sobre el ojo dañado, negro decorado en oro con un simbolo que Sekk no podría realmente reconocer a primera vista. Su ojo bueno, era de un lustroso negro, como de costumbre, pero en él habia un cierto brillo aureo nuevo. En vez de la medalla de la Orden que solia portar en la cosecha, llevaba un colgante de obvia manufactura Rocavarancolesa, pero no por ello dejaba de ser increiblemente ostentoso. Oro y negro eran las claves de su vestuario.
A Roaxen Tenvrai has llamado y Roaxen Tenvrai te ha respondido.—comentó desde su ventaja de altura. La puerta detrás de Sekk se cerró de golpe, algo normal, pero esta vez podia oir claramente como un cerrojo se cerraba tras él. El único camino era hacia arriba, hacia su anfitrión. A no ser, claro esta, que el intara decidiera hacer su propio camino.

Extendiendo su mano tras dar otro sorbo al elegante vaso mostró la serrada sonrisa. Tenia piedras preciosas incrustadas en los dientes.
Te has tomado tu tiempo. Pero ya estás aquí, y eso es lo que importa. Bienvenido a mi humilde morada, amigo. Espero que llegar hasta aquí no te supuso demasiado esfuerzo.

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す           争            基         ま
べ           は            づ         す
て           欺            い          。
の           瞞            て          
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Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
Red
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La Espina Negra Empty Re: La Espina Negra

19/02/20, 06:50 pm
A Sekk se le erizó el vello de la nuca cuando los portones de la Espina se abrieron emitiendo su característico chillido, algo para lo que dado su desconocimiento sobre aquel lugar no estaba preparado, y, con los nervios a flor de piel, el intara alzó la mirada hacia la fachada buscando el origen.
«¿Qué cojones ha sido eso?» pensó con inquietud, accediendo al interior del edificio con quizás demasiada urgencia. Se arrepintió casi al instante de aquella decisión, sin embargo, pues al mismo tiempo que comprendía de donde provenía el grito la puerta procedió a cerrarse a su espalda dejándole encerrado.

La primera reacción del berserker fue girarse para intentar abrirla de nuevo, pero tras darle dos fuertes golpes no consiguió nada. En ese momento sintió la necesidad de dejarse llevar, de derribar aquel estúpido portón a puñetazos para perder al xolnita de vista para siempre, y tuvo que hacer gala de todo su autocontrol para no hacerlo.
«Respira, respira… » recitó una y otra vez, cerrando los ojos mientras se forzaba a mantener la calma. «Aún es demasiado pronto para perder los papeles» se recordó, inspirando profundamente una última vez antes de echar un vistazo a su alrededor.

El interior de aquel edificio era igual de horripilante que su exterior y la voz del cizaña en su cabeza no mejoraba la experiencia, pero el rubio comenzó a andar sin que sus pasos vacilaran en la dirección que le había indicado. Ni la visión del cadáver del nublino a lo lejos ni los olores desagradables que impregnaban los pasillos consiguieron perturbarlo más de lo que ya estaba, pero para cuando alcanzó el recibidor de la segunda planta y giró el pomo hacia la izquierda su expresión era sombría. Sekk entró en la estancia con decisión, buscando a su excompañero con la mirada, y cuando sus ojos dorados se posaron sobre su figura se sorprendió por encontrarlo en tan buenas condiciones. Ni siquiera el sonido de la puerta cerrándose a sus espaldas consiguió que desviara su atención del otro ulterano, pero el rumor del cerrojo al pasarse le hizo apretar los puños..
El que me ha llamado has sido tú, Roaxen, y no estoy de humor para tus estúpidos jueguecitos —replicó a su saludo con voz grave, apretando los dientes con rabia contenida—. Tu “humilde morada” es espantosa, pero a pesar de ello parece que te va todo muy bien, así que no comprendo la urgencia de tus mensajes. —añadió, moviéndose por la habitación sin apartar la vista de su compatriota.

Sekk en aquellos momentos se sentía como una bestia enjaulada y la proximidad del pelimorado no era beneficiosa para su fortaleza mental.
¿Qué es lo que quieres de mí y qué te hace pensar que encerrarme es buena idea si quieres que esta conversación acabe bien? —preguntó, buscando una ruta de salida alternativa sin resultado. En aquella estancia no había ventanas y el intara aún no se decidía a subir las escaleras.
Leonart
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La Espina Negra Empty Re: La Espina Negra

22/03/20, 12:53 pm
Roaxen Tenvrai Viil Ordante

El xolnita pretendió contener una sonrisa burlona, pero esta se desvaneció brevemente al instante que mencionó que habia sido él quien habia llamado al Berserker. La cola de quitina oscura se enrollaba y desenrollaba sinuosamente, casi como la de un gato, pero con el espectaculo al horror que traia consigo demostradamente no tan acicalable.
No hay jueguecitos. No hay trampas.— Mintio como respiraba, sin pensarlo. —Solo queria invitarte a tomar un té, darte una visita de mi hogar e intentar ponernos al corriente de cada uno.
Los afilados mocasines se deslizaron sobre la madera encerada, casi con una floritura de danza, creando un sonido profundo y delicioso para las orejas. El ulterano con un solo ojo, se movió hacia un lado, al final de las escaleras revelando un portón doble detrás de él. Una mano prostética de un diseño indeterminado, ulterano y algo más, cubierto de luces y particulas en movimiento con una superficie que asemejaba a una mezcla de plástico y cristal, dejando entreveer una parte de la maquinaria sobre la palma y dorso de la mano. Sus dedos ferrosos se envolvieron entorno al pomo y lo giró, abriendo la puerta derecha de par en par. Lo que el Intara pudo ver fue un pequeño saloncito, con pieles y cuadros colgados, una mesa baja y dos sillones grandes de cuero purpura oscuro opuesto el uno al otro. En comparación con lo que habia visto previamente, aquella zona de la casa no solo se podía decir que estaba limpia y ordenada, sino que directamente parecia pertenecer a otro edificio enteramente.
Por favor, ponte cómodo.—le invitó, como si no tuviera derecho a rechazar alguno. Se tendría que agachar un poco para cruzar el umbral, pero descubrió que la estancia dentro estaria consistentemente decorada. Telas del mismo purpura cubriendo las ventanas que de serie estaban apuntaladas con losas de roca negra. La poca luz que se colaba al interior venia de un visillo deliberadamente corrido para que iluminase la mesa y los dos sillones.—¿Quieres té o quizás alguna otra cosa? Tengo alcohol, si lo prefieres.

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La Espina Negra Empty Re: La Espina Negra

23/03/20, 12:02 pm
Sekk observó en silencio el inquietante movimiento de la cola del xolnita, mordiéndose la lengua para no hacer un comentario desafortunado al respecto.
«Claro que sí, y yo que me lo creo» pensó ante su réplica, siguiéndole con la mirada mientras se deslizaba hacia la puerta que tenía a sus espaldas y le franqueaba el paso con su mano protésica (una mezcla de diseño ulterano y algo indeterminado que el intara no terminaba de identificar).

El rubio había sido sincero en sus palabras, a su compatriota parecían irle bien las cosas y no lucía como alguien que estuviera en un aprieto, por eso no entendía qué hacía exactamente él allí. Tal vez estaba viendo trampas donde no las había y estaba pecando de paranoico, pero con Roaxen cualquier precaución era poca.

Con muchas dudas el berserker al final se decidió a subir las escaleras, siguiendo al pelimoredo hacía lo que supuso era una suerte de salón profusamente decorado. Tuvo que agacharse ligeramente para franquear el umbral y pudo comprobar de un vistazo rápido que allí tampoco había salidas, algo que empezaba a resultar claustrofóbico
Hidromiel si tienes, agua si no. —aceptó su invitación a regañadientes, sin confiar demasiado en que el alcohol mejorara la experiencia.

El rubio se sentó en uno de los sillones con la espalda muy recta, sin perder de vista a su anfitrión en ningún momento mientras se atusaba la barba en un gesto inconsciente. De momento su temperatura corporal no había aumentado demasiado, pero según como avanzara la conversación la cosa se podía caldear rápidamente.
¿Qué es lo que has estado haciendo estos meses? ¿Dónde estabas cuando la Torre de los Soñadores decidió que era buena idea empezar a dar por culo? —le preguntó en rápida sucesión, decidido a acabar con aquella parafernalia cortés que en su opinión carecía de sentido.
Leonart
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La Espina Negra Empty Re: La Espina Negra

05/09/20, 01:18 am
Roaxen Tenvrai Viil Ordante

La pantomima teatresca que se traia el xolnita le llevó de una sonrisa pillina a una transición de aburrimiento con la elección de su invitado.
¿Hidromiel o agua? ¡Eres un flojo!— bufó Roaxen, quien le dio un guiño mientras se acercaba al mueble bar situado a espaldas del Berserker. Con el paso del tiempo, Sekkeh podría ver más y más en la oscuridad de la periferia. La sarta de diferentes muebles y arreglos. De cuadros, sillones, mesillas, velas y cajones. Un salón muy bien decorado. Modesto, sin duda para lo que seguramente el xolnita habia vivido, pero bastante bien amueblado considerando la situación en la que se hallaban la mayoria de los edificios en la ciudad.

¡Tengo un licor de Cereza muy rico que te va a encantar!— Anunció el ulterano a sus espaldas, abriendo la puertecilla del mueble bar y sacando una botella. Por supuesto, sentado como se encontraba, el Intara tenia poca o ninguna opción a ver que hacia Roaxen, tan solo oir. Si se torcia, podría apreciar la cola vagando por el aire, las junturas quitinosas doblandose unas sobre otras mientras se curvaba a un lado y al otro. El xolnita sacó dos vasos del mueble y luego una botella. El placentero sonido de la botella descorchandose se unió al suspiro victorioso de la zizaña cuando el cristal se encontró el uno con el otro y comenzó a llenar un dos dedos cada vaso.

Tarareando suavemente, le ofreció uno de los vasos a Sekk mientras caminaba a su lado. Tenia un color rosado suave y un olor como a ginebra, pero al no estar completamente filtrado de pulpa, podia ver pequeñas motas del cerezo todavia flotando en la superficie. Roaxen cogió su vaso y se dirigió al asiento opuesto al Berserker. En su otra mano, llevaba la botella. Posó ambas sobre la mesa enfrente al sitio y se tiró sobre el sillón. Fue entonces cuando el Intara pudo percatarse de la nueva mano del xolnita, aunque algo escondida tras la manga de la americana.
Con un movimiento de cabeza le instó a beber, tras lo cual cogio de su vaso y le dió un sorbo. Una reflexión y un suspiro que la acompañó, el xolnita se dio el privilegio de recostarse sobre el mismo unos segundos. Sin embargo, se irguió en su asiento al acordarse de sus preguntas.
Muchas preguntas me haces con respuestas aún más largas de las que no quiero hablar, realmente. Quiero hablar de nosotros, de ti, de mi, de nuestro grupito de amigos, de mi de nuevo, de Irianna y de los otros bichos y, por supuesto, de mi otra vez, que para eso soy el que más importa...— le dió otro sorbo rápido a su vaso. El licor le quemaba la garganta, era una sensación placentera y dulce, pero le afectaba al habla por unos instantes.—¿Qué hay de los demás? ¿Qué es de los hombres y mujeres felices que intentaron asesinarme durante la cosecha? ¿Se ha muerto alguno? ¡Oh por favor dime que se ha muerto la alimaña voladora! ¡Me corro ahora mismo si me lo confirmas!—
Casi para acerciorarse de su amenaza, Roaxen se mordia el labio. Sus ojos negros se fijaban en Sekk, bebian de su odio, de la repulsion que le causaban, era un vino profundo poderoso y masculino, en una barrica de sudor. Sin embargo, en ocasiones apetecia un buen filete. Se hizo sangre de la emoción y, al saborear el hierro, paró el carro súbitamente. Se estaba precipitando y era su cabeza la que estaba en juego cuando apostaba contra el Berserker.
¡Es broma, es broma!—siguió con una risilla burlona, sirviendose otros dos dedos al vaso. —Estoy seguro que una mala bestia como esa se está desenvolviendo de maravilla en esta ciudad... ¿Y los demás?

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