Casino Lago Áureo

11/04/23, 04:58 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Localizado en el Barrio Derruido, este llamativo edificio de piedra de dos plantas cuenta una torre abalconada a ambos lados. El edificio y ambas torres culminan en un tejado del color de la Luna Roja. La fachada cuenta con varias cristaleras grandes en ambas plantas y varios arcos dan acceso a la planta baja, donde se encuentra la parte principal del casino y a la que se accede mediante unos ostentosos portones de cristal. Hay cuatro vidrieras en cada extremo de la planta baja, en las que predominan los colores rojos y dorados y en ellas aparece una representación de la decaestrella.
También cuenta con una puerta trasera algo más discreta y, a través de ella, cruzando los arcos que también se encuentran aquí, se accede a un lago creado específicamente para el casino, al estar lindando con las montañas. En el lago hay embarcaciones protegidas mágicamente para que no puedan sacarse del mismo pero que los clientes pueden utilizar si lo desean.

Interior:

Referencia de la fachada
Referencia de la parte trasera
Vista del lago de noche

06/07/23, 01:09 am

Luca parecía complacido con sus habilidades, pero obviamente no todo iba a tener que ver con realizar ilusiones creíbles, si no más bien con saber manejar las de otras personas y no dejarse engañar por ellas.
—Tiene sentido. —murmuró en respuesta, no muy segura de que venía a continuación pero expectante de todas formas.

El silencio del kell no se prolongó demasiado, aunque fue notable, y lo primero que hizo al romperlo fue pedirle a su guardaespaldas (¡se llamaba Xiao!) que saliera de detrás del escritorio y que diera unas vueltas sobre sí mismo para que la kitsune le viera bien. Keiria ya notaba que había algo distinto en él antes de que el señor Barone preguntara siquiera, pero asintió una vez en su dirección y procedió a examinar al fuzanglong con ojo crítico.
—Hmm… —masculló para sí, echando las orejas hacia atrás en señal de concentración.

Solo necesitó un primer vistazo para detectar el cambio de color en los zapatos y un segundo para fijarse en la repentina aparición del logo del casino en la espalda de una camisa que hacía unos minutos era completamente lisa, pues la ulterana era buena observadora y había caminado durante suficiente tiempo tras el carabés de camino al despacho, pero su instinto le decía que había algo más. Años de manejarse con distintas ilusiones y de experimentar con ellas le hacían fijarse en detalles que a otras personas le pasaban desapercibidos, por eso mismo no le costó demasiado comprender que lo que le estaba escamando era la caída de sus pantalones. El lino no se arrugaba de esa forma, por supuesto, y el tono original se había aclarado ligeramente al aplicarle el encantamiento.
—El color de los zapatos es lo más llamativo, seguido del pequeño logo del casino en su camisa —enumeró, señalando lo más obvio—. Y lo de los pantalones está muy logrado, la verdad, pero a mi no se me escaparía —reconoció con una pequeña sonrisa y un ligero balanceo de sus colas—. Un hechizo de disipación las desmontaría por completo, supongo, pero eso lo hace cualquier mago. —sentenció, alzando ligeramente las manos para lanzar un conjuro mucho más sutil.

Propio de la magia de ilusión el ensalmo tenía ciertas cláusulas que había que respetar para poder llevarlo a cabo, como el hecho de conocer las ilusiones que se querían disipar y su localización exacta, pero cuando la kitsune terminó de conjurar y sopló entre sus dedos una suave brisa casi imperceptible agitó los ropajes del guardaespaldas y las discrepancias de su indumentaria se difuminaron como humo al viento.
—¿Lo ve? —preguntó con un brillo divertido en la mirada—. Mucho mejor para pillar al culpable con las manos en la masa —afirmó sonriente—. Según lo confiado que esté hasta puede que tarde un rato en enterarse de que su fachada se ha venido abajo, ¿no le parece? Tiempo suficiente para que haga el ridículo frente a todo el casino. —rió al final con expresión traviesa, imaginándose el bochornoso espectáculo que supondría para un hipotético estafador.

06/07/23, 10:27 pm

Como cabía esperar, Xiao acató sus instrucciones con precisión y sin más floritura de la necesaria. No es que en ocasiones no le gustaría que se mostrase más expresivo, especialmente porque a veces no sabía si su subordinado estaba conforme con todo lo que le decían o se callaba sus opiniones. Conocía de su problema hasta cierto punto, pero no podía evitar el pensamiento intrusivo de que en ocasiones pudiera tener alguna queja o petición y no la comunicase por el motivo que fuera. En cualquier caso, en aquel momento debía centrar su atención en la entrevistada.

Las respuestas no se hicieron de esperar y ya imaginaba que la ulterana no iba a tener ningún problema identificando los cambios más obvios, pero lo que de verdad resultaba interesa fue la precisión con la que indicó la diferencia en los pantalones. Su consiguiente demostración y explicación acerca de qué tipo de hechizo era el adecuado para emplear en una situación como esa, realizado incluso antes de que se lo pidieran, fue casi una confirmación ya de que su primera impresión no había sido en absoluto errónea. Luca sonrió, complacido.
—Gracias, Xiao, puedes sentarte si quieres.
No sabía si el fuzanglong iba a hacerle caso o volver a su posición anterior, pero por intentarlo que no fuera. Enseguida volvió a centrar su atención en la kitsune.

>>Excelentes dotes de observación, Keiriarei —la alabó con afabilidad—. Y está claro que conoces muy bien las ilusiones y los hechizos relacionados con esta —cambió de posición en su asiento y sacó un trozo de papel de uno de los cajones de su escritorio—. Estas son las condiciones de nuestro contrato. Por supuesto, especifica un periodo de prueba inicial antes de realizarse la contratación final, aunque mis expectativas no son desfavorables en absoluto tras esta entrevista. Si te convencen todas las cláusulas, puedes firmar ahora mismo y empezarías a trabajar lo más pronto que te sea posible incorporarte.

En el contrato se especificaba el tipo de tareas que iba a tener que realizar, sus horarios, sus derechos y deberes como trabajadora del Casino y la etiqueta del mismo. Principalmente, la kitsune inferiría que su trabajo iba a consistir sobre todo en trabajar como crupier en una de las mesas al tiempo que vigilaba que la clientela no intentase timarles, particularmente como especialista en ilusionismo pero también de cualquier otra forma que pudiese detectar. Uno de los puntos especificaba que tal vez hubiera otro tipo de tarea que se le podrían asignar en determinados momentos si el staff lo requería: el lenguaje estaba un tanto adornado, pero básicamente se le hacía saber que era posible que, en ocasiones, ella misma fuese la que tuviera que hacer trampas sin que nadie se enterase.

07/07/23, 12:14 pm

Sin apenas agachar la cabeza siguió la mirada de la ulterana en su recorrido por su vestimenta. No era de extrañar que ella localizase mejor aquellos detalles, incluso siendo el afectado, porque aunque Xiao fuese ya todo un experto en leer las intenciones de la gente en su lenguaje corporal o localizar trampas mágicas (tantos años de paranoia curtían a uno), las cosas más mundanas, y en especial aquellas relacionadas a sí mismo, escapaban de su ojo crítico con una facilidad ridícula.

Cuando la kitsune disipó el conjuro con otro su ojo bueno se abrió un poco más, una minúscula demostración de, quizás no asombro, pero sí complacencia. No necesitaba ver a Luca para saber que el sentimiento sería el mismo. Por supuesto no dijo nada; lo que él opinase era irrelevante, aunque estaba seguro de que aquello bastaba para contratarla.

Con un pequeño asentimiento volvió tras su jefe, aunque una vez allí no supo muy bien que hacer. Primero se quedó de pie unos segundos, más al pensar que rechazar la hospitalidad del kell sería de mal gusto terminó por tomar asiento en uno de los sillones más próximos a ambos, sin permitir que tan siquiera sus pasos hicieran ruido para no interrumpir de ninguna forma. Su cola se enrolló sobre su regazo como si de una serpiente se tratara, pero él seguía tan recto como un maniquí. No podía negar que se sentía... raro. ¿Estaba vagueando en el trabajo? ¿Y delante del señor Barone? ¿Quizás sería mejor si aceptaba el rol de relajarse? Mientras el otro mostraba el contrato el fuzanglong estiró las piernas, dejándose caer como un sólido derretido sobre el sillón en una postura mucho más cómoda, una que su quejumbroso cuerpo agradeció más de lo que él era consciente. A lo mejor tenía un poco de sueño. Por dios, que bien se estaba así. Miraba a la mesa y las manos de Keiria por ver algo, que se notase que aún en aquel pequeño limbo seguía pendiente de ella.

"Pues sí que vamos a ser compañeros...", pensó, y con aquello en mente se permitió ser un poco más cotilla con su aspecto.

10/07/23, 12:09 am

Luca sonrió complacido ante su demostración e incluso Xiao dejó traslucir fugazmente una emoción similar en su hasta entonces impertérrito rostro, por lo que se permitió sentirse optimista con cómo estaba yendo la entrevista.
—Muchas gracias. —le respondió agradecida al señor Barone cuando este alabó sus habilidades, dedicándole un leve asentimiento de cabeza mientras el hombre rebuscaba en uno de sus cajones. En parte se esperaba lo que iba a ocurrir a continuación, pero a pesar de todo no pudo evitar que le diera un vuelco al corazón cuando el humano depositó entre los dos el documento con las condiciones de contratación.

La kitsune sonrió entusiasmada mientras escuchaba la explicación del kell y se inclinó hacia la hoja de papel para echarle un buen vistazo, apareciendo que le dejara tomarse su tiempo para leerlo con atención. Keiria leía rápido, así que en realidad no le llevó demasiado y enseguida tuvo claras cuáles serían sus funciones como trabajadora del casino, pero se aseguró de repasarlo un par de veces para no dejar ninguna cosa al azar. El punto que explicaba de forma adornada que de vez en cuando ella misma tendría que hacer trampas a favor de la casa le hizo especial gracia, pero mentiría si dijera que no le hacía ilusión.

Xiao, por petición de su jefe, había tomado asiento y prácticamente se había derretido sobre la silla, perdiendo la rigidez que le había caracterizado hasta el momento. «Si que le hacía falta relajarse, si» pensó para sí la ulterana con diversión, intentando no mirar demasiado a su futuro compañero para que no se sintiera incómodo. Era consciente de que el fuzanglong seguía los movimientos de sus manos, sin embargo, y aprovechando que la mesa las ocultaba a la vista del señor Barone la pelirroja no pudo refrenar el impulso de dedicarle un “achante” al chico que ni siquiera sabía si este entendería.
—Por mi parte no hay ninguna pega, señor —anunció a continuación con expresión risueña—. Puedo empezar en cuanto me diga, así que si me presta un bolígrafo firmaré encantada el contrato ahora mismo. —aclaró con una amplia sonrisa.

10/07/23, 01:33 pm

Ya se esperaba que el fuzanglong volviese a su sitio, y por eso se sorprendió gratamente cuando le vio hacerle caso y su guardaespaldas tomó asiento. Recibió una sonrisa y un asentimiento por parte de su jefe, mientras Keiriarei leía el contrato que le había tendido. Negó internamente con algo de diversión cuando observó que Xiao finalmente relajaba su postura, casi pareciendo que podía quedarse dormido en aquel sillón si se quedaba unos minutos: ese chico necesitaba descansar más y no sabía ya cómo decírselo para que le hiciera caso. Al menos aquella era una pequeña victoria.

Empezó a estudiar con disimulo las expresiones de la ulterana mientras leía el contrato y para cuando le aseguró que no veía pega no le cogió precisamente por sorpresa. Le sonrió complacido.
—Excelente. Y por supuesto, aquí tienes —le tendió un elegante bolígrafo negro con detalles en oro que tomó de un porta lápices que había sobre su mesa—. Si tu disponibilidad es inmediata... —meditó unos instantes—. Puedes comenzar dentro de tres días si te parece bien: prefiero que mis empleados tengan al menos un par de días para prepararse como consideren oportuno y atender cualquier asunto personal. Te tomaremos medidas para el uniforme también en cuanto estés lista, que te será entregado cuando empieces tu primer día.

11/07/23, 07:15 pm

No debía dormirse. No podía dormirse. No quería dormirse. Su ya reducido campo de visión se cerraba en aquella paz mental donde apenas enfocaba más allá de la manos de Keiria, pero seguía atento. Sus oídos estaban en la conversación y confiaba lo suficiente en sus reflejos para, en caso de intuir nada, actuar antes de cualquier amenaza incluso así de tendido en el sofá.

Y no hubo ninguna amenaza pero sí una rareza que hizo saltar sus alarmas, las justas para incorporarse hasta quedar propiamente sentado con el ceño levemente fruncido. Aquel gesto extraño y circular de la ulterana le hizo abrir el ojo que aún conservaba, confuso, buscando en su mirada alguna explicación. ¿Qué había sido eso? Luca no debió ver o notar nada porque siguieron hablando del contrato con total normalidad. Encontrar los ojos de la kitsune era difícil cuando estaba leyendo, así que por lo pronto aguardó con renovado interés, solo bajando la vista a sus propias manos para repetir el gesto con una, “achantándose” a sí mismo. Parecía un “okey” humano, el okey más vago posible. ¿Acaso tenía alguna runa tatuada en la yema del pulgar…? Volvió a escrutinar sus manos, luego a ella entera.

—¿Qué has hecho? —preguntó con suavidad. No porque no quisiera interrogarla, sino por no interrumpir a su jefe—. Esto.

Y sin querer, si los dos se giraban, el fuzanglong estaría haciéndole un achante a ambos.

13/07/23, 01:42 pm

Keiria aceptó el elegante utensilio de escritura que le tendía Luca y firmó el contrato con una sonrisa de oreja a oreja, lista para empezar a trabajar en cuanto su nuevo jefe se lo pidiera. Por suerte para ella, pues tenía muchas ganas de comenzar, el kell le dijo que podía incorporarse en tan solo tres días, lo que le daría tiempo de sobra para solucionar las cosas con el trasgo de la taberna.

La kitsune, pletórica, se disponía a averiguar en donde podían tomarle las medidas cuando Xiao preguntó con suavidad sobre el gesto que le había dedicado hacía tan solo unos segundos. «Será puto…» pensó para sí, dejando el bolígrafo con suavidad sobre el escritorio mientras mantenía su mejor cara de póquer para los presentes.
—Vaya, no esperaba que nos lanzaras un achante de vuelta, la verdad —respondió con una sonrisa divertida, negándose a mirarle a los ojos para no estallar en carcajadas. La situación era hilarante, pero solo para el que conociera el juego, así que trato de dar una explicación inocente que no le hiciera quedar como el culo frente al jefe—. Es un juego popular en el refugio donde vivo actualmente que han traído los humanos desde la Tierra. La idea es dedicarle ese gesto por debajo de la cintura a alguien al que has pillado desprevenido, y como es la primera vez que te veo tan relajado y resulta que vamos a ser compañeros pues no he podido evitarlo —aclaró con una mueca de circunstancias—. Si te lo “comes” pues lo justo es recibir un golpecito, por ejemplo en el hombro, pero como no lo conocías podemos dejarlo así —señaló—. La réplica apropiada para evitar el castigo es esta. —le informó solicita, haciendo que una mano fantasmal apareciera junto al gesto que el fuzanglong aún mantenía para atravesar el círculo con un dedo. Haberse acercado a hacerlo ella misma habría sido demasiado incluso para la pelirroja.

No sabía si se iba a librar con aquello, pero no se arrepentía de nada y su sombra vulpina contra la pared casi parecía estar riendo.

13/07/23, 02:42 pm

Cuando Kieiriarei le entregó el contrato firmado y lo hubo puesto a buen recaudo se había levantado de su asiento para continuar con el proceso de contratación, pero Xiao le hizo una pregunta a la kitsune que le hizo pararse a un lado del escritorio, prestando atención al desarrollo de los acontecimientos con desconcierto e interés en el rostro a partes iguales. Había visto el gesto que el fuzanglong imitó supuestamente de la ulterana y no había entendido nada. La respuesta no se hizo esperar y Luca no pudo evitar arquear las cejas con cierta incredulidad. Nunca había escuchado sobre aquel "juego", aunque tampoco le extrañaba demasiado: podía ser algo reciente en la Tierra o podía que por sus propias circunstancia no estuviese extendido por los ambientes en los que se movía su familia. De hecho, lo último era casi una seguridad.

El kell dejó escapar una pequeña risa un tanto incómoda, más cuando la ulterana hizo una demostración de otro gesto con el que supuestamente te "librabas" de recibir un golpe por haber visto el primero, el cual tenía... pues otro significado para él y suponía que seguía teniéndolo entre los humanos y especies muy similares.

Estaba confuso: la kitsune había mostrado elegancia hasta ese momento, pero de pronto había provocado una situación bastante extraña por utilizar gestos de un juego infantil. Luca no se estaba replanteando su contratación porque si lo sopesaba no se trataba más que de algo nimio, y sabía acerca de la naturaleza traviesa de los kitsune, no obstante si merecía que hiciese un comentario.
—Ya veo... —dijo sonriendo pero sin particular entusiasmo ante su explicación—. Supongo que eso significa que le has causado una buena impresión, Xiao —se permitió bromear con una pequeña risa, no obstante, tratando de disipar su propia sensación de incomodidad—. Comprendo tu entusiasmo por querer formar complicidad con tus compañeros de trabajo, pero lo cierto es que debo pedirte que te abstengas de realizar ese tipo de... juegos durante tu horario laboral. Creo que no encajan con los que nosotros ofrecemos, y mucho menos con la imagen que buscamos dar.
Aunque seguía mostrando una sonrisa cordial, estaba reprimiendo a Keiria y cualquiera podía notarlo. Luca se dirigió entonces hacia una de las paredes donde estaba colgado su bastión y lo recogió.
>>Acompáñame, por favor, te tomaremos medidas en el cuarto donde se guarda y se lava la ropa.
No hacía falta que incluyese al fuzanglong en la frase, pues sabía que le seguiría sin más.

Saldrían del despacho para dirigirse a un pequeño cuarto también ubicado en la misma zona. Era como una pequeña lavandería mágica: circuitos rúnicos permitían dejar la ropa sobre ellos para que se lavase, y también había muebles y estanterías con útiles de limpieza, costura y uniformes guardados. Luca abrió una puertecita y sacó una cinta métrica. Esta voló en dirección a la ulterana y comenzó a tomar medidas por si sola. Al mismo tiempo, estas eran anotadas por una pluma que también se movía sola, en un papel que había sobre una mesa llena de runas.

14/07/23, 12:07 pm

Xiao continuó escrutinando la cara de Keiriarei mientras se explicaba en busca de sus ojos. Había aprendido a no fiarse de las palabras, y aunque sonara legítimo el fuzanglong prefería pecar de precavido a ingenuo. La chica lo evitaba, no sabía si aposta o no, pero aquello hacía imposible leer sus deseos y sumaba a su molestia. ¿De verdad era esa tontería? Le daba igual verse ridículo desconfiando de lo que podría ser un juego de niños. La factura de su inocencia era larga y seguía pagando por ella.

Cuando vio aparecer la mano Xiao apartó la suya rápido, golpeando la ilusión con la cola al tiempo que esta desaparecía. Solamente la voz de Luca hizo que su lenguaje corporal perdiera tensión y sus orejas se agacharan. "Buena impresión", se repitió mentalmente, con el ceño ligeramente fruncido. ¿Por eso bromeaba con él? Sintió una pequeña presión en el corazón (o tal vez en la perla) al pensar en la extraña familiaridad que le traía una actitud como esa, en gente que ya no estaba. Su mirada bajó de la kitsune al suelo y del suelo al kell. Cierto es que sentía una pizca de compasión por ella si sus motivos solo eran esos, una riña por muy velada que estuviera nada más firmar un contrato era un trago amargo, pero el carabés no era tan fácil de ablandar. Luca hacía bien en darle un toque de atención.

"No somos amigos" pensó al levantarse, recuperando su habitual frialdad. Keiria no era Ruu.

Se colocó tras el señor Barone, y si por un casual su ojo encontraba los de la ulterana se quedaría sin más en un simple contacto visual. No obstante el voto de silencio que mantenía desde la acusación se rompió, pues el fuzanglong permitió que se creara cierto espacio entre ellos y su jefe para añadir sin que este le oyera en voz baja, muy baja:
—Golpéame y verás.

Por supuesto se refería a las consecuencias de comerse un círculo, pero... ¿Era una advertencia o una manera de replicar a la broma? A saber. Xiao era tan fácil de leer como un libro en una caja fuerte. Y con total tranquilidad se quedó a la espera de las medidas con los brazos a la espalda al lado del mayor.

14/07/23, 01:46 pm

La kitsune no consiguió pasar por el aro con aquella explicación y efectivamente no tuvo que mirar a Luca para saber que acababa de quedar como el culo. Keiria aceptó la reprimenda en silencio, estoicamente, y cuando el kell le indicó que no sería adecuado incidir en aquel tipo de juegos en su horario laboral la ulterana no tuvo más remedio que asentir con gesto arrepentido.
—Por supuesto, señor Barone, no se volverá a repetir —replicó, poniéndose en pie y efectuando una ligera inclinación para enfatizar sus palabras. Esperaba que aquella metedura de pata no pesara demasiado en la futura decisión sobre su contratación a tiempo completo—. Le ruego me perdone, señor. —se disculpó, esbozando una escueta sonrisa en la que no había diversión alguna.

Siguió a su jefe en silencio, demasiado conmocionada aún como para notar la frialdad de Xiao, pero cuando el fuzanglong se dirigió a ella no pudo evitar cruzar miradas con el chico. La actitud traviesa había quedado relegada a un oscuro cajón por el momento, pero la provocación que detectó en las palabras de su compañero hicieron que sus colas se agitaran levemente. «No piques, Keiria, mantén la boquita cerrada un rato» pensó para sí, dedicándole una sonrisa como única respuesta antes de entrar en la lavandería mágica.

La ibolense se dejó hacer mientras Luca animaba los objetos con los que tomarían medidas para su uniforme, alzando los brazos y separando las piernas por pura intuición. No comentó nada mientras la cinta recorría su cuerpo, completamente sumida en sus pensamientos, y aunque en otras circunstancias le habría parecido de interés como la pluma anotaba datos por su propia cuenta en aquella ocasión no le prestó mucha atención. Aún no sabía qué pensar del carabés a pesar de lo que había sugerido el kell, pues algo en sus gestos complicaba la lectura corporal que la kitsune había aprendido a llevar a cabo tras años de trabajo en la taberna, pero en el fondo sentía que no era un mal tipo y sus instintos le decían que picarle cuando tuvieran algo más de confianza podía ser muy divertido. El tiempo diría, aunque necesitaba trabajar su discreción si no quería que la volvieran a regañar por una tontería semejante.

14/07/23, 03:18 pm

El kell no pudo evitar echarse a reír un poco ante las disculpas de Keiriarei. Podía notar que se había preocupado bastante por la advertencia.
—Disculpas aceptadas: no te preocupes más por este pequeño incidente —le aseguró tratando de sonar más reconfortante.
Le había advertido en serio, por supuesto, pero no era un asunto tan grave.

Ignoraba la pequeña tensión que se había generado entre su guardaespaldas y la que sería su nueva empleada, por lo que tan solo se dedicó a observar las medidas que se iban anotando como mera distracción mientras finalizaba el proceso. Una vez recopilada toda la información necesaria recogió la hoja e hizo amago de tendérsela a Xiao.
—Hazle llegar esto al sastre en cuanto acompañes a Keiriarei a la salida, por farvor —le pidió con una sonrisa. Aunque retiró el papel un instante, con un gesto que quería decir "un momento"—. Qué cabeza la mía. Tenemos que anotar también tu talla de zapatos. Prueba algunos de los que están por aquí a ver cuál es más cómodo: el tallaje del calzado puede ser complicado y más en un lugar con personas de extremidades tan dispares como Rocavarancolia.

Señaló un zapatero donde había zapatos del uniforme del casino en dispares tallas. Si ninguno le sentaba del todo bien a la kitsune tratarían de confeccionarle unos zapatos más grandes o más pequeños que alguno de los disponibles allí, en base a lo que dijese.

18/07/23, 01:48 pm

Afortunadamente Luca había aceptado sus disculpas, así que no consideraba que su puesto de trabajo corriera peligro, pero a pesar de todo la kitsune no podía evitar sentirse inquieta. Necesitaba tomar el aire para tranquilizarse, suponía, pero hasta que no terminaran con las medidas no podría salir del casino.
—Muchas gracias, señor —le agradeció una vez más al kell cuando la cinta se retiró y el hombre le dijo a Xiao que podían retirarse, pero pareció cambiar de idea al recordar algo—. Confío en que no me costará demasiado… —murmuró, acercándose al zapatero con curiosidad.

No era un despliegue de zapatos demasiado ostentoso, pues imaginaba que formaban parte del vestuario del personal, pero a pesar de ello supo apreciar la calidad del material y el buen gusto del diseño funcional. Se probó unos pocos, buscando el que mejor se le adaptara, y tras una breve búsqueda dió con su tallaje adecuado. Sus pies eran como los humanos, a fin de cuentas, y el número 6 de UK le sentaba como un guante. Como conocía las siglas no tuvo problemas en comunicárselo a su nuevo jefe.
—El seis de Reino Unido, señor, esa es mi talla. —anunció mientras se calzaba sus propios zapatos, dejando pulcramente colocados los que le habían sentado bien sobre el banco en el que había estado sentada.

Imaginaba que después de aquello la entrevista habría concluido, pero se mantuvo erguida y a la espera de instrucciones. No era apropiado que Keiria pusiera fin a la reunión de forma unilateral

18/07/23, 10:22 pm

Notaba todavía a Keiriarei algo nerviosa, por lo que evitó mirar en su dirección demasiado a menudo. Consultó su reloj de bolsillo para estar seguro de que iba bien de tiempo para reunirse con el tacaño de su socio y convencerle de unas cuantas cosas, pero lo cierto es que todavía se podría permitir preparar mejor lo que le iba a decir en cuanto terminase aquella entrevista. Luca agradecía que la vieja momia no estuviese interesada en entrevistar personalmente a los candidatos: varias posibles buenas adiciones al personal del Casino podrían verse disuadidos si tenían que tratar con el ex-miembro del Consejo. A veces se preguntaba por qué seguía colaborando con Gapiccio Garoni, pero la verdad era que aunque el hombre tenía sus grandes fallas también tenía dinero y una buena cabeza para el cálculo. Lástima que lo desaprovechase tan a menudo.

—Ah, perfecto: de esa talla no tenemos ni que encargarlos —respondió a la ulterana cerrando la tapa de su reloj y devolviéndolo a su bolsillo, para después anotar el número en el papel y, esta vez sí, entregándoselo a Xiao—. Hazme el favor de entregarlo después, ya sabes —le dijo más brevemente para no repetirse—. Parece que conoces como mínimo unos cuantos detalles de cultura humana —volvió a dirigirse a la ulterana con una sonrisa y les indicó con un gesto a ambos que le acompañasen fuera del cuarto—. Somos bastantes ciudadanos procedentes de la Tierra, así que eso siempre es algo útil para cualquier circunstancia.

Volvieron sobre sus pasos, porque el kell pensaba regresar a su despacho. Una vez frente a su puerta se apoyó en su bastón y se dirigió al fuzanglong y a la kitstune mostrando una amplia sonrisa.
>>Hemos terminado por hoy. Xiao te acompañará a la salida. Nos vemos dentro de tres días.
Volvería a extender la mano para estrechársela a Keiria y los despacharía a ambos con un asentimiento a su guardaespaldas.

21/07/23, 02:19 pm

El fuzanglong esperó observando distraídamente el metro volar y estirarse de un lado a otro, deteniéndose por un segundo en las manos y ojos de Keiria siempre que este pasaba cerca de estos, como si buscase más muestras del carácter infantil de los kitsunes, alguna excusa para robarle el deseo de hacer el tonto "por su propio bien". No hizo falta.

—Señor —respondió con una breve reverencia de barbilla a la orden de Luca, yendo a coger el papel pero quedándose con la mano en el aire. Bueno, pues habría que esperar un poco más. A la segunda sencillamente asintió, tomando papel y recado antes de seguirle.

De nuevo no intervino en su despedida y se limitó a asentir a Luca, poniendo rumbo a la salida con una oreja atenta hacia atrás para asegurarse sin necesidad de mirar que Keiriarei le seguía. Por supuesto había notado el cambio de aires tras la regañina y, por mucha empatía que pudiera sentir (que tampoco era demasiada) por un jarro de agua fría de ese nivel, no sería él en quien encontraría consuelo verbal. Luca ya le había quitado importancia y él no iba a darle más validación, ni que decir de echar por tierra el toque de atención, eso sería alimentar sus ganas de volver a las bromitas. No obstante tampoco era ningún chivato: sin la presencia del kell y siempre que no importunase demasiado ni a él ni al casino, a Xiao no podía importarle menos lo que hiciera o dejase de hacer la ulterana. Ahora, el fuzanglong actuaría en consecuencia.

El camino tuvo un manto de silencio, donde solo respondía a algún que otro saludo o apodo de sus compañeros con pequeños cabeceos. Cuando llegaron a la puerta principal Xiao la abrió por ella y se hizo a un lado para que la chica pudiera pasar. No sabía si tendría alguna pregunta, pero ahí tendría margen para hacerla.

—Nos vemos en tres días, Keiriarei.

Su cola se agitó una sola vez, un movimiento breve pero llamativo hasta hacerse a uno de sus laterales. Si la kitsune se fijaba vería el círculo perfecto que había hecho con ella a ras del suelo. Su semblante serio no haría fácil saber si era adrede o no.

A fin de cuentas él también había aprendido de humanos.

01/08/23, 11:27 pm

Cuando el kell dio el visto bueno a su talla de zapatos y señaló sus conocimientos Keiria asintió en su dirección, dando a entender con ello que si que conocía bastantes aspectos de la cultura humana y que se aseguraría de tenerlos bien en cuenta al tratar con sus nuevos compañeros si eso resultaba útil para el casino. A continuación Luca dio por concluida la entrevista y le siguieron hacia su despacho, donde por fin se despidió de ellos y le indicó al fuzanglong que la condujera a la salida.
—Hasta pronto, señor Barone. —se despidió del humano tras estrecharle la mano una vez más, acompañando sus palabras con una leve reverencia antes de darse la vuelta para seguir al carabés.

Recorrieron el casino en silencio, pues la kitsune no tenía demasiadas ganas de charlar, y aunque su acompañante sí que intercambió palabras con algunos de sus compañeros de trabajo ella permaneció sumida en sus pensamientos durante todo el trayecto. Sus ojos no perdían detalle, a pesar de todo, y para cuando llegaron a la puerta ya había empezado a hacerse una idea de cómo funcionaban las cosas en aquel lugar.

Cuando por fin respiró aire fresco la ulterana se permitió hacerlo en profundidad, relajando un tanto su postura al tener ya un pie en la calle mientras su nuevo compañero permanecía con formalidad frente a la puerta. Sus palabras le hicieron sonreír, pues llevaban implícitas las expectativas de un nuevo futuro laboral, pero cuando se volvió hacia él y vio lo que estaba haciendo con la cola no pudo contener un bufido de incredulidad.
—¿Enserio? —preguntó mientras alzaba una ceja—. ¿Me acaba de caer una buena regañina precisamente por esa tontería y porque en teoría no sabías que era y ahora me lo haces tu a mi? —añadió con una sonrisa incrédula, negando ligeramente con la cabeza más para sí que para su interlocutor. En cierta manera le hacía gracia.

Con un suspiro de resignación le tendió una mano amistosa a la manera humana, dejando a un lado las ganas de devolvérsela para otro momento.
—Creo que tu y yo no hemos empezado con el mejor pie, pero si te parece bien me gustaría enmendarlo antes de despedirnos —sugirió—. Me llamo Keiriarei, como ya sabes, pero casi todo el mundo me llama Keiria o Kei —se presentó oficialmente. No sabía si el otro aceptaría el gesto, pero tanto si se presentaba como si no la kitsune no podría evitar sacar a colación algo que había escuchado de camino hacia la salida—. ¿A ti por qué te llaman Cupido? —inquirió con curiosidad.

02/08/23, 11:55 pm

La cola del fuzanglong se deslizó con elegancia hasta volver a una curva natural detrás suya, rodeando sus tobillos por la longitud que le sobraba casi con inocencia. Se mantuvo impasible a su queja, incluso si una pequeña, pequeñíiiisima chispa de sonrisa quisiera hacerse con una de sus comisuras. No por empatía, sino por darse por complacido al devolvérsela sin la intervención de Luca. La parte de pegarse le sobraba, eso sí.

—Hm. No eres la única que sabe jugar. Es solo que yo sé dónde hacerlo.

Aquello era una advertencia velada, un consejo camuflado con un premio: pícame aquí y no pasa nada, hazlo dentro y sufrirás al kell. “Y aprendo rápido”, pensó por último, pero ese era un detalle que la kitsune tendría que descubrir por sí sola. Es verdad que no sabía lo que era eso del círculo hasta hacía unos minutos, pero no le importaba que creyera que se la había colado con una actuación magistral que no existía. Igual que podía barrer el suelo con sus compañeros las poquísimas veces que se mojaba a jugar con ellos al póker, engañar a una ilusionista era otro reto que no le importaba marcar en su lista. Cuando la ulterana le tendió la mano se quedó mirándola un par de segundos antes de estrechársela. Sería un sieso y un capullo, a veces en porcentajes muy distintos, pero también sabía que la convivencia en el entorno laboral si agradable, mejor.

—No empiezo con el mejor pie con nadie. No te sientas especial por ello —esta vez sí, un sonrisa más leve que la de la Mona Lisa adornó su rostro lo que duraba un parpadeo. Su última pregunta le sonsacó un resoplido nasal, una exhalación que casi no se oiría por la música que escapa de dentro al mantener la puerta abierta. Y ahí estaba, otra sonrisa. La miró a los ojos, pero sin poderes de por medio. De momento—. ¿Estás enamorada, Kei?

Era más rocavarancolés que carabés, pero seguía prefiriendo los nombres cortos.

06/08/23, 01:34 am

La sonrisa de la kitsune se ensanchó aún más tras la advertencia del fuzanglong, pues la muchacha sabía leer entre líneas, pero no comentó nada al respecto y se limitó a asentir con una mueca divertida. El apretón del chico fue sorprendentemente firme para la poca sangre que aparentaba tener en las venas con aquella fachada siesa que se gastaba, lo que le agradó, y cuando le respondió con una pullita y una sonrisa fugaz Keiria casi creyó que podrían llegar a entenderse. Siempre que el jefe no anduviera cerca, claro, de ser así su relación debía ser estrictamente profesional.

En respuesta a su pregunta el carabés le lanzó otra de vuelta tras soltar un resoplido apenas audible que se parecía sospechosamente a una risa, algo completamente inesperado. Casi igual de inesperado que la pregunta que le hizo, pues aunque aparentemente tuviera que ver con el tema se le antojaba muy rara.
—¿Yo enamorada? —replicó con un bufido divertido, manteniéndole la mirada sin titubear mientras rebuscaba en sus bolsillos en busca de una cajita de rapé dorada a la que le había dado un uso mejor que el original—. No, la verdad es que no —reconoció al final, tomando un caramelo de limón del estuche y metiéndoselo en la boca con un gesto fluido y elegante—. ¿Acaso eres una especie de celestina y me vas a buscar pareja? ¿De ahí viene el apodo? —inquirió con una sonrisa, tendiéndole la cajita en un ofrecimiento silencioso. El contenido eran caramelos, por supuesto, pero el objeto tenía la útil y misteriosa capacidad de ofrecer al que lo usara el sabor que más le apeteciera en ese momento—. No se si van por ahí los tiros o si solo estas tanteando el terreno descaradamente, pero si es el primer caso te diré que no estoy interesada y, en caso de que sea el segundo, confieso que me parece un poco precipitado para ser el primer día. —se permitió bromear para tomarle un poco el pelo, agitando ligeramente las colas a su espalda con sutileza. Si Xiao al menos parpadeaba desconcertado sería una pequeña victoria personal.

La pelirroja no era muy de rechupetear los dulces, por lo que no tardaría en triturar el suyo entre los dientes con evidente satisfacción mientras esperaba la respuesta de su nuevo compañero.

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