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Raven
Raven

Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivación
Personajes : Ethan: Humano, Ingles/Japonés 1.75

Síntomas : En ocasiones, se le desenfocará brevemente la vista.
Armas : Ethan Lanza partesana y una daga

Status : Ciego y cojo, el chiste se cuenta solo.

Una batalla entre fuego y plumas Empty Una batalla entre fuego y plumas

28/11/23, 01:29 pm
Hacía un día especialmente soleado para lo que era el lugar, un brillo grisáceo en un cielo despejado. La luz se reflejaba en los ojos negruzcos del joven que había salido a experimentar el buen clima, la decisión cargada en una sonrisa de medio lado. Caminaba alegre, un paso delante del otro levantando la tierra acumulada entre piedra dura. Era otro día estupendo en una normalidad a la que poco a poco iban acostumbrándose, dos semanas sin ningún altercado mayor bastaba para recuperar cierta tranquilidad y con ella salía a flote el adolescente que nunca había dejado de ser.

Cortó el aire en forma de media esfera, una pierna desplazándose con rapidez detrás de la otra mientras sus manos desenfundaron con una elegancia teatralizada su arma de madera. Un gesto tan vistoso como inutil si se estuviera dando un combate real, sosteniendo el bastón en uno de sus costados firmemente agarrado.

-HA! -Dedicó una sonrisa triunfal al pobre y sorprendido muñeco de prácticas. Como si esa presentación le hubiera achantado de sobremanera.

Al inofensivo espantapájaros le tocó observar todos los giros absurdos que Ethan hacía con el palo en una maniobra propia de cualquier película de star wars. Un baile divertido donde si bien la práctica era más ficticia al menos estaba entretenido. El bastón giraba entre sus muñecas con cierta gracia, siguiendo el ritmo ficticio de una canción que nunca acaba de cobrar forma. No fue hasta un par de vueltas después, cuando el arma empezó a recorrer la parte trasera de su rostro que sus piernas se afianzaron sobre el suelo y el impacto generó una brisa disruptiva. La paja desperdigada ante su golpe certero fue toda la victoria que necesitaba. El choque había sido de costado con suficiente fuerza como para que el muñeco temblara levemente en su dudosa sujeción.  

Rápidamente trató de recuperar la posición inicial, una distancia de seguridad que Kalna estaba cansada de repetirle. ¨Tienes una lanza, aprovecha la ventaja que te da.¨ Podía escuchar sus regañinas como si la joven estuviera a su lado. Lejos estaba de un nivel siquiera comparable con el suyo, Ethan no sabía cómo enlazar los ataques, ni cómo adaptarse una vez le rompían el esquema recién aprendido, vaya que apenas empezaba a razonar que la punta estaba para clavarla. Por eso cuando estaba a solas trataba de llevárselo a su propio terreno, bailar en esas circunstancias no servía de absolutamente nada, pero la coordinación era igual de importante en ambos casos. Entendía el combate como la viva improvisación de unos pasos enseñados, una sinergia que debía ser perfecta para que cada golpe tuviera la mayor efectividad posible. Ahora bien entre entender y hacer…

¨Reajusta la postura, ese pie más atrás, brazo al costado, mirada al frente, no uses solo los hombros gira el tronco, vuelves a estar muy cerca, has tardado mucho.¨ Órdenes que se entremezclaban y pisaban con cada nueva embestida, pues cuando por fin hacía una bien se le pasaba otra por alto. Detalles que al final olvidaba en una torpeza que solo podía mejorar practicando. Los hilos volaban a su alrededor, mezclados con la hojarasca vacía de su víctima, el orgullo empañando que el origen de eso no era en sí sus golpes si no los agujeros sobre la tela de antiguas flechas.  

-¿Has visto eso?

Dijo a nadie más que así mismo. El rostro perlado y la camisa remangada del esfuerzo. Estaba apoyado sobre el palo, encorvado hacía delante con ambos brazos cruzados sobre el arma, la pierna mala sin apoyar entrelazada con su compañera en espera de que recuperara aliento. Una risa hosca y cansada salió de entre sus labios, animado por el ejercicio.
Seth
Seth

Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mental
Personajes :
Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre

Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena

Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio.

Una batalla entre fuego y plumas Empty Re: Una batalla entre fuego y plumas

28/11/23, 08:26 pm
El tiempo pasaba en la ciudad, y traía consigo una relativa calma y tranquilidad para el motero. El recuerdo de lo ocurrido con Serena y el puto pajarraco seguía ahí, pero tras varias salidas sin incidentes al menos no sentía que debía dormir con un cuchillo debajo de la almohada. Aún así el peligro siempre parecía estar a la vuelta de la esquina, y por pura tensión Connor siempre terminaba con los dedos entumecidos por lo fuerte que agarraba el mango de la maza. Quizás por eso mismo había optado por pasar más tiempo en los entrenamientos de Räg y Kalna. Por eso y para distraerse cada vez que tenía ganas de fumar y no podía.

Connor había perdido la cuenta de las veces que había estado en peleas por el club. Ya fuera para bajarle los humos a cualquier gilipollas que creyera que podía meterse con los Wyverns y joderles, o porque hubiera una buena tajada de dinero que sacar. Pero joder, una cosa era saber dar un puñetazo y aguantar los golpes, y otra muy distinta tener la soltura que mostraba Kalna con la espada en los entrenamientos. Connor por su parte, lo más cerca que había estado nunca de manejar en la Tierra algo mínimamente parecido había sido un puto rastrillo. Y no se parecía una mierda en nada. Aunque el motero se esforzaba en las clases, lo cierto es que seguía usando la maza como un arma contundente sin ton ni son, similar a lo que ya había hecho en el pasado con bates de béisbol y no precisamente para practicar el deporte. Puede que ser un puto bruto fuera una costumbre difícil de quitar, y la verdad es que se sentía más cómodo así por mucho que intentara mejorar...

Aún así no todo era frustración. Había momentos donde la risa era la protagonista de los entrenamientos, como en ésta ocasión, porque Connor llevaba ya un buen rato asomado a la puerta que daba al patio y espiando los ataques y contraataques imaginarios de Ethan. Y estaba luchando por no descojonarse allí mismo y revelar su escondite, no porque pensara que pudiera hacerlo mejor que el japonés, sino porque era jodidamente gracioso verle. De vez en cuando, mientras meneaba la cabeza con una sonrisa y la apartaba de la línea de visión, solo su cresta rosa quedaba a la vista aunque él pensara que su puto escondite era perfecto. Cuando Ethan pronunció "¿Has visto eso?", pensó que había sido descubierto, pero al darse cuenta de que le había hablado a la nada fue consciente de que o salía ya de su escondite o su propia risa lo delataría.

- Eh, capullo.- Diría a modo de saludo mientras salía al patio y se apoyaba en el marco de la puerta con los brazos cruzados. La sonrisa que portaba podía llegar a delatar que había estado un rato mirando, así como varios bufidos de humor que soltó por la nariz. Después algo más serio, aunque con una leve sonrisa, señaló el muñeco de paja con la cabeza antes de volver a centrarse en Ethan.- ¿Necesitas pegarle a algún cabronazo que sí se mueva? Soy un saco de boxeo de puta madre, pero también me gusta devolver las hostias.- Bromeó mientras cerraba el puño derecho dentro de la palma izquierda varias veces.

Era un día más caluroso que los anteriores, o mejor dicho menos frío, así que aparte de llevar su chaleco iba vestido con la camiseta de tirantes blanca del primer día y unos pantalones cómodos. Una ropa perfecta para darse de hostias.
Raven
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29/11/23, 11:39 am
La repentina invasión le hizo levantar la mirada del suelo, encorvandose sobre uno de sus lados para poder ver hacía atrás e identificar al culpable directo de su sobresalto. La posible vergüenza que estuviera floreciendo en su interior se marchitó tan rápido como vislumbro la cresta rosada del canadiense, dejando que la timidez diera paso a una amplia sonrisa animada.

-¡Hey! ¿De que te ries tu? -Acabó por incorporarse pasándose el arma de una mano a otra divertido, un rápido giro y la tenía erguida sobre uno de sus costados, con la otra libre le incitó a que se acercara. -A ver si vas a salir mal parado… que este pobre apenas me ha soportado.

Se notaba en su tono que estaba aguantando todo lo posible por no reírse, le dolían las comisuras mientras señalaba al pobre muñeco desinflado, a ese paso se iba a quedar sin paja de tanta paliza que le daban. No esperó tampoco más confirmación de Connor, sin previo aviso le tiró su palo para que tuviera algo con lo que entrenar y él se dirigió al pozo a coger otra de las que tenían allí colocadas. Su coleta estaba tan deshecha que se tomó esa breve pausa para podersela perfeccionar. Camisa remangada, moño alto preparado, vendas bien entrelazadas entre sus nudillos y el chaval estaba listo para la guerra que se le venía encima.

-Bien vale, ¿Quieres que empecemos flojito? No vaya a ser que con tu edad te nos rompas la espalda. -Dejó que una media sonrisa recorriera su rostro mientras poco a poco se iba colocando en frente suyo.

El patio no era muy grande, el tamaño justo para que dos personas pudieran confrontarse sin darles siquiera margen a huir. El escenario perfecto para ellos, suelo de piedra, muro hasta donde podían ver y ganas incendiarias de pasarlo bien. Connor bajo el sol al que se habían acostumbrado brillaba con la misma intensidad del fuego más bravo, una bestia que caminaba sobre dos piernas en vez de cuatro, los colmillos ocultos tras su pícara sonrisa y las garras preparadas para atacar a su presa, la potencia y el fuego de un wyvern. Él tenía la fuerza pero Ethan primaba en agilidad, la ventaja de un tamaño pequeño juntado a la gracia mística de una grulla lista para alzar el vuelo. La precisión y la velocidad solo coartada por una lesión que por ahora no existía. Control contra caos, fuego contra plumas.

-Estoy listo, así que enséñame esos dientes dragoncito.

Respiró hondo a medida que sus piernas se afianzaban en el terreno rocoso. En su mente cobraban forma todas las enseñanzas de Kalna para posicionarse y las de Räg para saber cómo dirigir el bastón. La pose tranquila pero alerta de quien se esperaba una embestida y la sonrisa burlona de quien tenía expectación por la misma.

Eso ya no era una fábula, el dragón y la grulla no querían hablar. Ahora querían el mejor de los combates.
Seth
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29/11/23, 11:52 pm
Connor sonrió y se encogió de hombros burlón ante la pregunta de Ethan sobre de qué se reía. Verlo hacer movimientos al aire tan de película lo habría tenido descojonándose a putas carcajadas, de no ser porque había luchado con todas sus fuerzas por no ser descubierto y seguir espiándole. Después de tanta mierda pasada era de agradecer ver algo tan jodidamente gracioso, y no pudo evitar soltar una risotada grave y estridente cuando escuchó la tremenda puta vacilada de Ethan: A ver si vas a salir mal parado.

-¡Ohhhhh...! ¿¡Así que piensas eso, capullo de mierda!?- Le contestó con una sonrisa de oreja a oreja y buen humor, en consonancia con el propio humor del japonés y apenas aguantando la risa. JODER. Cómo echaba de menos esa mierda del club: Pegarse de hostias con un amigo mientras te reías de ello. Había una complicidad difícil de explicar en ese acto. Los golpes dolían, pero hacía que ambos contendientes estrecharan más lazos de hermandad. O al menos así lo sentía él cuando se partía mutuamente la cara con uno de sus hermanos moteros en el ring. Antes de que le diera tiempo a decir mucho más, Ethan le lanzó el palo, y con reflejos Connor lo cogió en el aire con la mano derecha.- ¿Has flipado, verdad? Esto es solo una puta muestra de lo que sé hacer.- Vaciló por vacilar mientras sopesaba el palo en el aire.

Antes de nada Connor se quitó el chaleco y lo dejó en una de las sillas, quedándose con la camiseta blanca de tirantes. Se echó un momento hacia atrás la desorganizada y despeinada cresta, que cayó inevitablemente de nuevo hacia delante, y volvió a centrarse en Ethan, al cuál fue estudiándolo con una sonrisilla en los labios. Él tenía la fuerza de su parte, el tamaño y la experiencia de haberse pegado antes con mucha gente, pero tampoco tenía unos conocimientos que pudieran asegurarle la puta victoria como era el caso de Kalna. No joder, Ethan era más pequeño, pero también más delgado y más ágil. Y no tenía ninguna duda de que el cabrón era más rápido, y con un palo en la mano todos los golpes hacían daño lo llevara quien lo llevara. Tenía que ir con cuidado, si... pero tampoco era su puñetero estilo.

-No te preocupes por mí, cabronazo. Voy a hacer que respetes a los putos "mayores" a base de guantazos en la puta cara.- Le contestó devolviéndole la broma mientras doblaba el cuello un segundo para estirarlo. Se cuadró frente a Ethan, imitándole en posición.

El motero intentó adoptar una expresión seria y concentrada, pero el siguiente comentario de Ethan le pilló desprevenido por completo y tuvo que abrir los ojos de la sorpresa con una sonrisa sincera. <<¿Dragoncito? ¿DRAGONCITO?>> Podría haber dicho muchas respuestas ingeniosas en aquel momento, para seguirle el juego y seguir propagando aquel buen rollo que estaban teniendo antes de partirse la cara. Pero 1. Tenía unas ganas horribles de empezar ya la puta pelea. 2. Le había parecido tan gracioso e "hiriente" que la risa ya estaba desbordándose de su boca. Al final, cuando por fin se serenó y logró una actitud seria, solo fue capaz de responder de esta forma.

-Ahora sí que la has liado.-

Connor no dijo nada más. Dio un paso rápido hacia el japonés, y con la adrenalina y la alegría por pegarse unas buenas hostias, hizo un tajo horizontal con el palo hacia el flanco izquierdo de Ethan.

El combate acababa de empezar. Grulla contra Wyvern.
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03/12/23, 03:43 pm
Ahí quietos, con la tensión expectante del inicio de un combate, Ethan observaba disfrutando de la calma que le brindaba ver a la tormenta llegar de lejos. Connor intimidaba mucho, incluso en esos momentos donde la amistad brillaba reluciente. El tío era enorme y había que o bien ser lesbiana o ciego para no saber apreciar lo corpulento que estaba. El gesto de apartarse el pelo le sacó una sonrisa de medio lado, divertido al ver como no era el único con esos problemas.

¨Mamón tienes 20 años, ¿de dónde has sacado ese tórax?¨

Pensó gratamente ofendido ante la irregularidad de ambos cuerpos, al menos si le mataba sería un final dulce, de estos que sabían a miel y fraternidad. Por eso lejos de relajarse por la risa que el pelirrosa tan mal ocultaba reforzó su apoyo tratando de prepararse ante la primera acometida. Pies supuestamente bien colocados y manos en alza, reposicionando su bastón en los escasos segundos de margen que tenía para evitar el golpe.

Pues menos mal que iban a empezar floquito… El aire se cortó cuando ambas armas chocaron con la potencia suficiente para que el londinense tuviera que dar un paso atrás, buscando con una nueva pisada no acabar desequilibrado. Un detalle que nunca te explicaban en las películas de acción es que parar un golpe no era tan sencillo como interponer tu arma. Ni con todo su peso supuestamente bien colocado podía evitar el temblor que provocaba una lucha descompensada en fuerza, se sentía como desafiar a un coloso. David contra Goliat.

Una sonrisa se dibujó en su rostro ante la emoción, el fuego incontenible del dragón absorbido en una convicción cegada por el arranque de adrenalina que su cuerpo empezaba a sufrir.

Recolocó su palo para intentar apuñalar con la punta, directo al pecho del gigante, un movimiento que no buscaba ser efectivo sino hacerle retroceder, necesitaba un poco espacio para recomponerse. Ya se estaba viendo que de ahí no salía sin los brazos adoloridos, mínimo.

-Oh vamos, relájate un poco. ¿Si me haces daño que va a opinar Aniol sobre tí? -Empezó a caminar, trazando un leve círculo en torno a él, despacio y sin quitar su vista del mismo, una risa de medio lado decorando su rostro. -Vas a tener que decirle que has herido a su chico favorito, no va a estar nada pero que nada feliz.

Había cierto retintín en su voz, una burla de quien quería picar aún careciendo de la seguridad de que eso fuera a salir bien. Si el pelirrosa tan solo quisiera soltar el arma y venir a pegarse con él era literalmente un hombre muerto, enterrado y hundido, pero hasta que se diera cuenta de esa posibilidad, había que disfrutar del momento. Cargó repentinamente hacía él, un paso al frente pues no necesitaba ir más allá, ya lo hacía su arma por él. Usó su bó como una lanza desprovista de punta, empezando a lanzar punzadas todo lo rápido que podía en torno a su abdomen. No había tanta precisión como se hubiera podido esperar, Ethan contaba con su rapidez y un ataque directo para que costará más pararlo de primeras, pues ya sabía que en cualquier contra enfrentada, tenía las de salir perdiendo.

Pero oye, al menos todavía estaba jugando limpio.

¨Todavía¨
Seth
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17/12/23, 10:59 am
No había técnica en el golpe, nada de elegancia o ligereza. Connor usaba el palo justamente como lo que era: un puto palo. En el club, nunca le había hecho falta nada más cuando había tenido que manejar un bate o una tubería para calmarle los jodidos ánimos a algún capullo, y por mucho que las clases de Kalna y Räg fueran útiles... La sangre de matón se imponía a las lecciones. Aún así le sobraba fuerza suficiente como para darle una capa de peligrosidad a su ataque y dejar claro que iba muy en serio con ese entrenamiento. El aire silbó al ser rasgado por la potencia, pero no encontró carne que golpear sino madera. Aunque teniendo que dar un paso atrás, Ethan había parado la ofensiva. Era más pequeño que él y no tenía la misma fuerza, por lo que aquel primer contacto le acababa de dar las confianzas suficientes para seguir repitiendo la estrategia.

Sin embargo, el contraataque no se hizo esperar. Y a modo de aguijón, el japonés enarboló la punta de su arma hacia el pecho del motero. Éste tuvo que dar un rápido paso hacia atrás haciendo uso de sus reflejos, que con lo inesperado del movimiento no pudo vitar dar un traspiés mientras se alejaba. Ya fuera de su alcance Connor afianzó ambos pies en el terreno y puso ambas manos en su arma, para darle mayor fuerza al próximo movimiento que hiciera. Como si fuera un puñetero jugador de béisbol.

<<Serás cabronazo...>> Pensó con una sonrisa el motero, observando a Ethan y lo jodidamente rápido que había respondido. Aquello le estaba sentando de puta madre. Si los Wyverns usaban los torneos de boxeo sucio como espectáculo para aliviar tensiones y estrés, éstos entrenamientos podían ser unos buenos sustitutos. Y él estaba muy estresado con la mierda de no poder fumar...

Pero lo que vino a continuación no se lo esperó. Que Ethan le sacara a Aniol de esa manera le hizo abrir los ojos como platos por la sorpresa, con una sonrisa en los labios al entender por dónde iba el japonés. Asintió con la cabeza como el que estaba asimilando el mensaje, con un bufido al escuchar cómo se autonombraba el favorito del polaco.

-Eso es jugar sucio de cojones... Lo sabes ¿verdad?- Le replicó con el mismo tono divertido mientras lo señalaba con el palo. Sonrisas, pero ojos atentos a los movimientos de Ethan. Con una mueca de chulería Connor se encogió de hombros.- Aniol entenderá que "su chico favorito" ha tenido un "puto accidente" mientras entrenaba con su colega Connor. Son cosas que pasan a veces, joder.- El motero dio un paso hacia adelante, con el palo en ristre y en ambas manos preparándose para hacer un puto Home Run.- Y para que lo sepas... YO soy el favorito de ese crío, pero aún no lo sabe, capullo.- Dijo con una sonrisa y sabiendo con total exactitud que aquello era una puta mentira, pero sus palabras estaban cargadas con toda la intención de picar al japonés.

Ethan volvería a atacar y enarboló su palo como si de una lanza se tratara. Puede que él tuviera la fuerza de su lado y el tamaño, pero si algo tenia claro es que cualquiera con un arma podía ser jodidamente peligroso de cojones. Y el japonés era demasiado rápido para su gusto. Se vio así mismo intentando parar las arremetidas como podía, pocas veces poniendo el palo en medio y desviando y la mayoría dando pasos hacia atrás de manera desesperada. En un intento de alejar su cuerpo de aquellas punzadas. Sin embargo fue una tarea imposible, y cuando tres de aquellas rápidas estocadas impactaron en su abdomen de manera consecutiva, el motero gruñó más por un leve y temporal cabreo competitivo que por el dolor de los impactos. Siendo consciente de que podía comerse más golpes por ésto, Connor llevó su brazo armado hacia atrás para darle más fuerza y luego lo descargó hacia delante en un tajo horizontal hacia el hombro del japonés. Era un ataque lento y predecible pero potente, que si bien no buscaba realmente impactar si esperaba que Ethan lo viera venir y eligiera dos opciones: esquivarlo hacia atrás o intentar pararlo con el desequilibrio que pudiera acarrear, todo con el fin de darse un respiro contra Ethan.

En cualquier caso, una vez alejado de su contrincante Connor empezó a palparse el abdomen en las zonas donde el palo había impactado con una leve sonrisa en el rostro.

-Vale, joder... Reconozco que esa mierda ha sido buena...- Confesó el motero. Al destaparse un poco parte de la camiseta para ver mejor, se hizo evidente que los tres puntos tocados estaban marcados. Tres círculos rosados en su abdomen que eran la prueba del éxito de Ethan. Volvió a taparse la zona y empezó a hablar con una seriedad fingida, negando con la cabeza con gravedad.- Ahora me tienes en un puto aprieto, Ethan.... No puedo volver al club y decirles que un chaval que hacía figuritas de papel me dio la paliza de mi puñetera vida, tienes que entender esa mierda de los moteros. El orgullo, el honor y esas cosas que se ven en la tele...-

En su tono estaba perfectamente visible el humor y la broma, pero más pronto que tarde Connor volvió a meterse de lleno en lo que estaban y frunció el ceño concentrado. Dándose varios segundos para evaluar a su contrincante.

Finalmente el motero daría dos pasos rápidos hacia delante para intentar acortar la máxima distancia con Ethan. Enarboló su palo con ambas manos y empezó a arremeter contra él como una jodida locomotora sin control. Ataques altos y medios, buscando impactar lo máximo posible en un intento por copiar la estrategia de Ethan. A veces su objetivo eran los hombros, otras el pecho o las caderas. No había orden en sus movimientos, solo caos desenfrenado.

-¡A TOMAR POR CULO, ETHAN!-

Violencia en los golpes, pero sonrisas amistosas en el rostro.
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20/12/23, 02:33 pm
El silencio de la ciudad se rompía con cada nueva pisada y gruñido, un baile de pasos agresivos que a cada nueva acometida levantaban tierra y polvo. El patio se había convertido en un contraluz de sombras que iban y venían, mezcladas a cada nuevo impacto. Ethan no frenaba aún golpeando una, dos e incluso tres veces, cada gruñido que lograba arrancarle a su contrincante era una subida a su ego, una que le instaba a seguir una caza que estaba logrando obtener sus frutos. Se afianzaba al suelo de piedra, avanzando a cada retroceso del pelirrosa como un ave de caza cuyos talones se habían cerrado en torno a su presa, cegado de tal manera que cuando las tornas cambiaron su reacción fue tardía.

Trató de apartarse, evitar un golpe que no iba a poder frenar, pero su posición anclada le había dejado expuesto. Trastabilló cortando un ataque a medias para alejarse, una situación desventajosa que acabó sufriendo su hombro izquierdo. Escuchó el crack en eco desde el interior de su cuerpo, un temblor de un impactó que por suerte había logrado reducir al alejarse, pero que por desgracia le había alcanzado igual. Adolorido aprovechó ese momento de calma que le regalaba el pelirrosa para girar la zona afectada en pequeños círculos, un quejido que trató de contener tras una sonrisa victoriosa.

-Uaoh, que descarado, no hacía falta buscar una excusa tan barata si tantas ganas tenías de enseñar abs. -Dolía horrores, punzadas repetidas que hicieron temblar momentáneamente una sonrisa burlona de lado. -Ahora si quieres te dejó alguno más, que me da toc que sean impares.

Las mejillas de Ethan estaban sonrosadas y si bien las vistas del canadiense eran un regalo el origen distaba de ser ese, el calor del ejercicio empezaba a pelar su rostro y varios mechones negruzcos estorbaban su vista. La coleta apenas era una maraña mal puesta a esas alturas, lo que le llevó a soltarse el pelo para sacudirse con cierta brusquedad, dejando que la forma se perdiera y su melena descansará prácticamente sobre los hombros.

-Uhum uhum, ya les aviso yo mientras te recuperas de los llantos no te preocupes.

En un solo momento sus ojos entrecerrados ante una calma sustancial se vieron abiertos por completo, la sorpresa dejó al descubierto unos iris que pocas veces dejaban ver toda su esfera. Se imaginaba que Connor acabaría calentándose, pero era demasiado pronto y demasiado agresivo. Tras un sobresalto inicial que le obligó a echarse hacía atrás prácticamente de un bote la adrenalina inició su curso como una inyección forzada. Unos engranajes que actuaron más por intuición que por conocimiento previo. La sangre hirviendo y los nervios a flor de piel, cada esquiva en la que notaba la suavidad del bastón rozando provocaba en él un escalofrío solo contenido por la tensión del combate. Iba en retroceso tratando de evitar cada nueva bocanada de fuego que el dragón soltaba sobre su persona, golpes que apenas podía desviar y muchos otros que le obligaban a seguir un retroceso con destino final. Estaba siendo encerrado, atrapado entre unos colmillos que exigían sangre y la fría piedra que formaba el muro.

Una respiración agitada cortada en seco cuando su tórax fue de nuevo alcanzado, falto de aire trató de evitar el siguiente golpe a ciegas, un error que provocó que en el cruce de fuerzas saliera estrepitosamente perdiendo. Su paló salió volando contra el suelo, resbalando de un agarre que había perdido firmeza para rodar por el empedrado.

-Mierda

Sentenció su final en completa perplejidad. Si tan solo hubiera sido alguien razonable el combate hubiera parado ahí, se habría rendido y dado una enhorabuena merecida, para desgracia de ambos ninguno era tan inteligente como para elegir ese camino. El momento de shock duró lo mismo que Ethan logró retomar su respiración, una bocanada de aire y mientras el canadiense empezaba a bajar el ritmo para no golpear a alguien en desventaja, el asiatico aprovechaba el momento para adelantarse desde abajo. El golpe fue directo, sucio e injusto, un rodillazo directo a la entrepierna del motorista que bien podría ser una esterilización gratuita.

Pero es que Ethan no había venido a entrenar, había venido a ganar.

Por ello y tras haberle dedicado la más injusta de las respuestas se dejó resbalar por el suelo, deslizándose aún a costa de rasparse la pierna para poder recuperar rápidamente su arma. Su hombro latía con dolor propio, su tórax lucía en la ignorancia el rojizo propio de un cardenal que estaba formándose y esos pantalones robados iban a quedarse tan desconocidos como parte de su piel levantada, por suerte la emoción del momento conseguía hacer del dolor algo lo suficientemente pasajero para que fuera un problema del mañana.

Recuperado su palo empezó a incorporarse con cierta lentitud. Estaba agotado, adolorido y con una energía irreal solo mantenido en alto por la alegría que le daba combatir cara a cara.

-Ah vamos, y tu quieres ser el favorito de Aniol? Pues va a ser verdad que te va a ganar el pringado del origami.

La sonrisa estaba de medio lado, emborronada por la toma constante de aire. Al menos, entre todo el desastre había sincera felicidad, Ethan se lo estaba pasando de muerte a pesar de que probablemente ambos acabarían ensillados durante el resto del día. Bah, que por hoy hiciera la cena otro.


Ethan colocó la lanza en ristre, a diferencia de su compañero no pensaba darle más paz de la necesaria. Si Connor no se incorporaba a tiempo acabaría recibiendo un golpe desde su espalda, cargando hacía uno de sus laterales en un corte diagonal de abajo arriba. Sus movimientos eran esta vez más lentos provocado por los diferentes golpes, pero la decisión irradiaba en todo su ser. La noche vacía de sus ojos se estaba llenando de estrellas, brillos cargados de expectación. Él tampoco pensaba contenerse, al fin y al cabo nadie había hablado de normas.
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23/12/23, 07:34 pm
El corazón de Connor bombeaba con fuerza ante el combate, el inicio del sudor en su cuerpo como muestra del ejercicio, y un brillo en sus ojos que delataba lo bien que se lo estaba pasando. Los golpes en su abdomen provocados por el japonés eran solo leves punzadas amortiguadas por la adrenalina, pero dentro de la cabeza del motero seguían contando como "puntos" para determinar el desempeño de cada uno en el entrenamiento. Desempeño que esperaba haber nivelado ahora que Ethan se había medio comido su contrataque desesperado.

Aún así, Ethan parecía seguir intentando chincharle y sacarlo de sus casillas. Y a cada palabra que salía de sus labios, Connor sonreía cada vez un poco más y asentía con más energía. Como si intentara decir amistosamente que todo eso lo usaría en su contra en forma de más golpes o un más bien un sencillo: "Tú sigue hablando, que te vas a cagar capullo". Aún así, el japonés también parecía sufrir las consecuencias de la pelea al mostrarse sudado y rotando el hombro impactado, además de tener el pelo completamente suelto por los movimientos. Pero no se engañaba, Ethan era engañosamente rápido para lo que parecía en un principio. Cualquiera podía hacer daño con una vara de madera, y tenía claro desde el principio que su compañero no era un cualquiera.

Su ataque sorpresa había pillado desprevenido a Ethan, haciéndole retroceder a cada embestida amenazante. La ventaja de su altura y su peso contra un cuerpo más pequeño que aunque se defendía  a duras penas, seguía evitando daño alguno. <<Me cago en tu puñetera madre, pareces una lagartija...>> Pensó divertido. Con cada golpe que su rival esquivaba o desviaba a penas, el motero iba soltando cada vez más oxígeno en cada batida, añadiéndole más fuerza a unos ataques que ya cortaban el aire con violencia. Puede que se estuviera viniendo arriba, joder... Pero si iban a entrenar duro que fuera jodidamente en serio. En el club le habían enseñado a defenderse un mínimo para cuando tuviera problemas en las calles, y nunca había sido con almohadillas y protector bucal.

-¡ESO ES, JODER!- Gritó de júbilo en cuanto su palo logró impactar en la zona del tórax de Ethan. Madera rápida contra carne resentida. Como si de un tiburón oliendo sangre fresca se tratase, Connor prosiguió con su ataque de frenesí, sin querer darle tiempo de recuperación ahora que veía la victoria cerca. El impacto de ambos palos fue sonoro en el patio y debido a la diferencia de fuerzas, Ethan acabó por perder su arma, que resbaló por el suelo de piedra. Jadeando por el esfuerzo, pero con una sonrisa triunfal en su cara, el siguiente ataque de Connor ya venía en camino debido a la velocidad de los acontecimientos. Pero el motero intentó frenarlo todo lo posible ante un rival ya desarmado y que a ojos de Connor ya había perdido el duelo. Eso fue definitiva y jodidamente un puto error.- Lo has intentado cabronazo, pero te toca per... UUUGGGH!- Un golpe seco y preciso en su entrepierna bastó para que el motero soltara rápidamente su palo debido al dolor, dando vueltas por el aire hasta quedar muy lejos de su dueño.

A menudo, la sorpresa era un arma más peligrosa que una puta pistola. Connor lo sabía muy bien porque así jugaban los Wyverns a la hora de joder a algún cabronazo. Si tenían que dispararle a un
antiguo socio que ahora se negaba a venderles no iban anunciándolo como gilipollas novatos, no. Atacaban por la espalda si podían y con toda la fuerza posible, y si tenía que ser de frente que fuera mientras sus rivales estuvieran hablando. Que no se lo esperaran. Fue una de las primera lecciones que aprendió en el club, y casi podía oír la voz de Rhona diciendo: "El golpe que más duele es el que no te esperas... Juega sucio siempre. Sé más listo y revienta antes de que te revienten a ti."

Bueno, pues ahora él era el reventado, porque desde luego no se había esperado ese golpe ni que Ethan hubiera pasado la línea de jugar limpio a sucio.<< Hijo de puta, que buen Wyvern serías...>>

Connor se dobló sobre sí mismo sin llegar a caer al suelo. Dolores crueles sin descanso iban hacia la zona impactada que ahora se cubría con las manos, entre gruñidos del motero y una sensación creciente de mareo en su cabeza. Las estocadas en su abdomen ahora eran cosa del pasado, mientras Connor se debatía entre mantenerse de pie o dejarse caer de rodillas. Un rodillazo en los putos cojones terminaba la mayoría de las peleas de bar, pero es que Connor no quería perder. Y joder, desde luego no así. Por el rabillo del ojo solo pudo ver impotente como Ethan ya portaba su palo de nuevo y le daba la vuelta a una pelea que hasta hacía poco había estado de su lado. Escuchó sus palabras cargadas de vacile con una leve y temblorosa sonrisa en el rostro, mientras apoyaba ambas manos en las rodillas. Su cuerpo era puro y jodido dolor, pero no podía negar que se lo estaba pasando en grande. Levantó la cabeza para mirar directamente a Ethan.

-El último que me... pegó en los cojones... Lo dejé un mes comiendo con una puta... pajita... ¿sabes?-Logró decir con voz débil y una leve sonrisa cargada de sorna, pero seguía intentado recuperar el aire. Sin embargo en su cara hubo un cambio radical al segundo siguiente, el dolor dejó paso a una expresión de determinación. Movido por el orgullo. Orgullo y cabezonería, y sobre todo una puta gilipollez que le obligaba a seguir peleando antes que dar por perdido aquel encuentro. ¿Ethan quería jugar sucio? Pues eso harían, y Connor estaba ya hasta arriba de puta mierda.

Intentando guardar en un puto baúl el dolor y ayudándose de la adrenalina que empezaba a descargar su cuerpo, Connor había pasado rápidamente de estar usando un palo como un jugador de béisbol a ser un puto jugador de rugby ahora. Avanzó con toda la velocidad que podía dadas las circunstancias, aún medio agachado y trastabillando en una postura que recordaba más a un toro que a un jodido chaval de veinte años que sin lugar a dudas le faltaban unos cuantos putos tornillos. Moverse dolía, pero embestir de lleno a tu rival aliviaba un poco esa mierda.

-¡HMMMMG!- Entre quejidos de dolor y de esfuerzo por cargar el peso de Ethan, Connor arrollaría a su contrincante un par de metros por el patio hasta perder completamente el equilibrio, momento en el cuál caería junto a él hacia el suelo. Una amalgama de cuerpos rodando por la dura y fría piedra de un patio que ahora se había convertido en un campo de batalla.
Raven
Raven

Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivación

Personajes : Ethan: Humano, Ingles/Japonés 1.75

Síntomas : En ocasiones, se le desenfocará brevemente la vista.
Armas : Ethan Lanza partesana y una daga

Status : Ciego y cojo, el chiste se cuenta solo.

Una batalla entre fuego y plumas Empty Re: Una batalla entre fuego y plumas

11/01/24, 02:55 pm
Sabía lo que había hecho, era consciente de su decisión en cada nuevo latido desenfrenado que resonaba en el interior de su cabeza. Su corazón latía con la fuerza de un tambor de guerra, anunciando que solo había despertado a la bestia. Tener a Connor arrodillado no le daba la victoría, solo un tiempo apremiante en el que podía recuperarse para cargar antes de que él lo hiciera. La sangre bullía y el dolor de las heridas se hacía tan punzante como ignorado.

Ethan corrió hacía delante, listo para impactar en uno de los hombros del joven, más su carrera se vio interrumpida cuando el canadiense lejos de incorporarse empezó a avanzar casi a gatas, con la velocidad y la furia de un toro bravo al que habían acorralado. Tan pronto su pecho estaba hinchado de ego se vaciaba en un grito agudo, un pato de goma deshinchando a la vez que intentaba interrumpir de forma ridícula su avance para huir de aquella embestida. Fue inutil, estupido y sobre todo patético.

Sus pies se cruzaron al intentar girar demasiado aprisa, así que para cuando los brazos de Connor le rodearon ya estaba cayendo de por sí. Un ridículo de piernas y brazos que provocaron que su palo volara lejos, disparado contra uno de los muros limitantes del patio. Ambos cayeron como sacos rotos, un ruido que se intensificó cuando se arrastraron un poco más por el suelo debido a la inercia.  La piedra dura y el peso del pelirrosa no suavizaron la caída, lejos de eso, el golpe le robó parte del aire intensificando los moratones que ya portaba y añadiendo ahora a la lista un par más. La espalda le ardía y la pierna mala gritaba a su manera que por hoy era mejor cerrar la sesión de juegos.

Ethan por el contrarío en una mezcla de quejidos, gruñidos y risas secas intentaba zafarse como podía. Si en algún momento la pelea había sido refinada ya no era el caso, no había lección alguna en la torpeza de sus manotazos ni en la pataleta que hacía con ambas piernas. El entrenamiento ahora era una lucha de colegio llevada al barro, donde tiraba de su camisa, le empujaba desde la barbilla o intentaba zafarse a base de rodillazos débiles. En una de esas donde el pelo emborronaba gran parte de su visión y la tontería le impedía tomarse en serio la situación consiguió apartarle levemente a base de empujar con ambas manos su cara, tapando por completo el rostro de Connor para empujarlo hacía uno de los laterales. No era la primera vez que rodaban por el suelo, pero si la primera en aquella dicotomía donde lograba ponerse encima a tiempo.

Quizá desde fuera el combate amistoso podía tomarse como una disputa personal o al contrario, como una extraña forma de declarar intenciones. Fuera como fuera el caso Ethan no estaba por solventar aquellas dudas. Se sentó sobre su pecho, haciendo presión sobre el tórax del gigante en un intento de mantenerlo sujeto y con una risa cortada por la falta de aire trato de vocalizar en aquella tregua no del todo parcial.

-Es- espera, espera… -Tomó aire, una bocanada a duras penas que se escapó en suspiros entrecortados cargados de humor. -Me estoy muriendo espera, un momento. Tregua, tregua, 2 segundos….

Una de sus manos se mantenía férrea sobre la muñeca del canadiense, más como un seguro psicológico que por el hecho de que eso sirviera de algo. Estaba tan cansado que su raciocinio se había ido parcialmente de vacaciones, obviamente si su compañero quería incorporarse no tendría fuerzas para pararle, de alguna manera solo tenía que fingir que sí. Con la otra mano, la libre, se reacomodo el pelo, otro de sus múltiples intentos de apartarlo de forma fallida pues tan rapido quitó la mano los mechones volvieron a caer sobre él, algunos pegándose en sus enrojecidas mejillas a causa del calor y la humedad.

-Vale, escucha, en la cara no, porfa. Estoy, me muero, Connor me voy a morir.

Confesó en una carcajada rota en la que se permitió inclinarse sobre él. Encorvado de forma que su frente quedará parcialmente apoyada sobre el hombro imponente del americano. No podía más, sentía los cosquilleos de una pierna dormida recorrerle el cuerpo como una punzada desagradable, pinchazos de dolor que se convertían en un escozor vivo cuando lograban alcanzar una piel irritada por la comezón y los golpes. Tomó aire un par de veces rendido, buscando un oxígeno que tanto necesitaba para recomponer un cuerpo muerto de tanto ejercicio pero hasta sus pulmones ardían del sobreesfuerzo.

-Eso sí, he ganado yo… -Respondió en un murmullo sin voz a medida que se incorporaba sobre él, afirmando una dominancia gracias a su altura predominante. Seguía sentado, pues las piernas no le daban para levantarse pero al menos ahora podía verle directamente a los ojos. -Gane, yo. -Reafirmó con una sonrisa ladeada y los ojos entrecerrados en una mirada triunfante llena de burla.

Ganar no había ganado una mierda pero no quería tampoco escuchar mucha réplica (Y menos poder recibirla estando como estaba) así que desplazó disimuladamente sus manos por el tórax del joven, un gesto que bien podría indicar que estaba por levantarse al hacerlas regresar pero que lejos de ser así se infiltraron a traición bajo la camisa del pelirrosa.

-Dime que he ganado. -Aventuro con una sonrisa pilla, una de las que haces cuando solo tu te has enterado de la broma que está por venir. Antes de que Connor pudiera responderle el ataque empezó. -DIMELO PUÑETEROOO PERROO

Y no, esta vez no era violento. Sus manos pellizcaron los costados de su abdomen buscando otro punto débil mucho menos cordial.
Las cosquillas.
Seth
Seth

Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mental
Personajes :
Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre

Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena

Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio.

Una batalla entre fuego y plumas Empty Re: Una batalla entre fuego y plumas

16/01/24, 05:27 pm
El placaje dio resultado, y al menos ese éxito estaba logrando que el puto dolor de su entrepierna tuviera menos importancia. Eso y la jodida adrenalina... Qué bien sentaba esa mierda en momentos como ese. Aún con esfuerzos y quejidos debido al dolor y el cansancio, Connor no se permitió parar en aquel instante y siguió avanzando gracias a la inercia de la carrera, como si se tratara de un tren sin raíles que hubiera descarrilado y se estuviera llevando por delante a Ethan. Por suerte no pesaba mucho y Connor tenía fuerza de sobra. Pero ni de puta coña se dejaba engañar. Su movimiento había sido uno desesperado e instintivo, fruto de un ataque del japonés que lo había dejado contra las puñeteras cuerdas y le había demostrado que debía tener mucho cuidado al enfrentarlo.

Ambos cuerpos cayeron con brusquedad sobre la dura piedra del patio, convirtiéndose ambos en una amalgama de brazos y carne entrelazada. Entre gruñidos de esfuerzo, Connor dejaba sacar varias risas secas y agotadas en respuesta a las de Ethan. Puede que estuvieran enfrentándose y todas esas mierdas, pero no había olvidado que no dejaba de estar enfrentándose a quien ya consideraba un amigo, y ante todo, aquello tenía que ser divertido de cojones para los dos y servir  para pasar el rato. ¿Y no era más divertido cuando había un poco de dolor y competitividad de por medio, joder? El duelo con palos simulando ser espadas había cambiado con rapidez, y ahora se trataba de una pelea mucho más callejera y sucia. <<Al estilo Wyvern>>. Pensó con una sonrisa el motero, intentando despegarse un poco del cuerpo del japonés para tener algo de visión y evitar que se escapara.

-¡Te mueves como una puta anguila, cabronazo!- Le diría en uno de aquellos intentos, entre risas medio distraídas. Intentaba usar el peso de su cuerpo para aprisionar a Ethan contra el suelo y él mismo, pero... ¡es que de verdad que el cabronazo se movía como una anguila! El motero daba lo mejor de sí queriendo pasar el brazo por encima del suyo, otras una de las piernas o simplemente mover la cadera en otro ángulo para evitar que Ethan se le pudiera echar encima, pero en respuesta recibía rodillazos o tirones de su camiseta por parte del japonés. A los que Connor respondía de la misma forma con tal querer controlarlo en el suelo. Una cosa tenía jodidamente clara: Aquel "entrenamiento" les iba a costar caro a los dos y darles uno buenos moratones.- ¡Ya te tengo, jod... AHHHGG!- Se vio interrumpido abruptamente cuando Ethan empezó a empujar con ambas manos su cara, impidiéndole hablar y obligándole a echarse para atrás.

Error. Un puto y gran error.

Cuando se dio cuenta, ambos rodaban de nuevo por el suelo, solo que está vez le tocó a Ethan estar arriba y en la posición dominante. <<Mierda...>> Antes de que se diera cuenta y de que pudiera hacer nada, el japonés logró sentarse a horcajadas sobre su pecho... <<¡PUTA MIERDA!>> Pensó su lado más infantil y competitivo. Lo cierto es que desde lejos aquello podía parecer una puta pelea callejera o algo menos violento y más personal, cargado de segundas intenciones. Pero en aquel instante, Connor solo tenía tiempo para intentar revertir aquella situación desventajosa. No podía negar de ninguna jodida forma, que dentro de los pocos límites que estaban respetando en aquel duelo, Ethan le estaba superando en esos instantes. Y debajo de una pequeña punzada de molestia, al fin y al cabo era un Wyvern orgulloso, Connor sobre todo se lo estaba pasando de puta madre. Además, ver a un amigo enfrentándose a ti con todo lo que tenía, jugando rápido y sucio le hacía sentirse un poco orgulloso de él. Solo le faltaba ser un cabrón hijo de puta para que fuera un buen Wyvern...

Aún así no iba a negar el respiro que Ethan pareció ofrecer, pidiendo una tregua temporal.

-En la puta calle... No hay treguas ni mierdas que valgan...- Dijo con voz cansada y exhausta, pero lejos de reforzar con acciones aquellas palabras y volver al ataque, Connor dejó reposar su cabeza en la piedra mientras cerraba los ojos. Buscando un aire escurridizo que se negaba a entrar en sus pulmones y todavía con Ethan encima de él. La cara de Connor estaba enrojecida y sudorosa por el ejercicio, y el pecho en el que estaba sentado su rival subía y bajaba, todavía buscando oxígeno, pero por suerte estaba empezando a dejar de dolerle aquel golpe tan ilegal. El japonés le agarraba una de las muñecas en un pobre intento por mantener la paz, y Connor sonrió leve y maliciosamente ante sus propios pensamientos... << Un minuto, joder, uno o dos minutos y vuelvo a la puta carga... Le cojo de la cintura y lo lanzo a tomar por culo, y luego...>> El motero, a pesar del cansancio, logró sacar un par de carcajadas sonoras ante la súplica de Ethan que en la cara no le pegara, volviendo a abrir los ojos.- Estás pidiendo mucho, cabronazo, para haberme dado antes en los putos cojo...- Su frase quedó interrumpida al ser más consciente de la posición en la que estaban.

Con un Ethan encima y encorvado sobre él, su cara parcialmente apoyada sobre su hombro. Hmmm.... Vale. El rostro de Connor emitió una pequeña sonrisa, sin saber qué debía hacer, pero sin poder negar que aquello acababa de ponerle algo nervioso y acelerado. Y no precisamente por estar perdiendo la pelea. Ethan volvió a incorporarse sobre él, y lo que dijo volvió a concentrarlo inmediatamente en la pelea.

-¡Y una mierda! Cuando uno pide tregua no puede llevarse la puta victoria después, puto gilipollas.- Dijo con sorna divertida y una risotada, con una lógica que era jodidamente aplastante. -Además... eh... ya casi te tenía.- Comentó con tono distraído. Antes de que pudiera hablar más, Ethan desplazó sus manos hacia su tórax haciéndole creer que se iba a levantar, pero que rápidamente se introdujeron por debajo de su camiseta, exigiéndole que aceptara que había perdido. Connor no tuvo tiempo de replicar, pensar en el leve y acelerado calor que empezaba a sentir o con qué putas intenciones las hacía Ethan. Porque un segundo después el ataque de cosquillas había comenzado.- ¡NO, NO! ¡CABRONAZO!- Empezó a gritar como un poseso entre risas y movimientos frenéticos provocados por las cosquillas en sus costillas. El motero se debatía en una tortura no dolorosa, pero sí jodida de aguantar. Intentó encerrarse en sí mismo como si fuera una puta tortuga, pero era inútil cuando sus manos estaban por debajo de su camiseta. Aquel capullo estaba logrando sacar las risas más frenéticas que se había escuchado nunca, y le estaba enseñando algo de sí mismo que antes no sabía: Tenía muchas puñeteras cosquillas.

Sin mucho más por hacer, Connor posó con velocidad su mano derecha en el hombro de Ethan y le empujó hacia el lateral para quitárselo de encima.

-¡EH, CABRÓN!- Antes de que Ethan pudiera hacer mucho, el motero se incorporó, se arrodilló junto a él y le puso la mano izquierda en el pecho, cargando su peso en esa extremidad, para intentar inmovilizarle contra el suelo. Su mano derecha se alzó levemente en el aire y habló con un tono serio, casi como de advertencia. Aunque seguía resoplando un poco por el ataque anterior. La sonrisa le delataba. - Ethan. Mi puñetera mano es casi igual de grande que tu puñetera cabeza... ¿Qué crees que pasará...? ¡Si hago esta puñetera mierda!- Su arma (mano) se proyectó veloz hacia adelante como una de las flechas de Nohlem, hacia los costados de Ethan, y ahí dio comienzo la venganza. En un intento por devolver aquellos ataques de cosquillas. -¿¡Quien cojones ha ganado aquí, eh!? ¡El puto menda!- Más cosquillas. -¡Nunca te metas con un Wyvern! ¡Si te metes con uno la has cagado, hijo de puta!- Empezó a recitar, frases que se sabía de memoria como un jodido mantra, pero que eran mucho más amables y entrañables en aquel contexto.

No pararía hasta que Ethan u otra persona le parara.
Raven
Raven

Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivación

Personajes : Ethan: Humano, Ingles/Japonés 1.75

Síntomas : En ocasiones, se le desenfocará brevemente la vista.
Armas : Ethan Lanza partesana y una daga

Status : Ciego y cojo, el chiste se cuenta solo.

Una batalla entre fuego y plumas Empty Re: Una batalla entre fuego y plumas

19/01/24, 04:42 pm
La risa del canadiense se veía contagiada sobre el rostro de Ethan, como si este se tratara de un espejo que no hacía más que reflejar su propia euforia frenética. Carcajadas de pura felicidad que le hacían encogerse sobre el sitio sin dejar de hacer cosquillas, defendiendo malamente su posición ventajosa en pos de poder seguir arrebatando más sonrisas. Si le hubieran dicho hace unas semanas que estaría divirtiéndose así con el que creía sería su verdugo se tomaría por loco, por alguien que había perdido por completo la cabeza… ¿Pero acaso ese lugar no hacía eso? Te regalaba una nueva normalidad con la que nunca habría podido soñar en Londres, una que a pesar de estar llena de matices grises a veces dejaba filtrar una luz acogedora.

Connor en esos momentos y bajo su atenta mirada distaba de ser el agresor que en su día había creído, en esos instantes no era un criminal turbio, con un pasado dudoso y una banda de motoristas ambigua. Allí, atrapado en su ataque de cosquillas no era más que un joven que apenas le sacaba edad, uno al que tener la cresta revuelta sobre su rostro le hacía destacar unas facciones duras pero bonitas y uno al que sonreír le iluminaba de alguna manera el rostro. Era refrescante conocer ese otro lado suyo, quedarse perdido en…

Ethan pestañeo de golpe, confundido y el rubor de sus mejillas palpable por el calor, las risas y lo que fuera que estaba procesando su mente en blanco se vio incrementado cuando el mundo empezó a girar sobre sí mismo. En cuestión de segundos los labios del pelirrosa se habían difuminado en un borrón de tonalidades oscuras, un cielo nublado al que ahora miraba impactado desde el suelo. Estaba procesando tan lento lo ocurrido que cuando noto la presión sobre su pecho era demasiado tarde.

-Oh oh… -La amenaza de Connor lejos de intimidar le saco una risa ahogada por el cansancio. Una mueca tonta ante un giro de tornas al que de alguna manera encontraba como una victoria personal. -Vamos no seas cruel, hah ya, ya habías perdido, ¿No?

Trató de pedir clemencia de forma dramatizada llevando una mano a la de Connor para intentar apartarla sin ningún resultado, no podía ni levantar su pecho ante la fuerza desorbitada de su compañero. ¿Dios, porque ese detalle le causaba un extraño cosquilleo? Poco más pudo intentar huir pues incluso antes de que el ataque empezara el ya se estaba descojonando por la anticipación. Se revolvió en el sitio frenético, riendo hasta el límite absurdo donde los ojos empezaban a encharcarse y el humor empezaba a convertirse en desesperación, no podía parar de reir, estaba siendo una completa tortura.

-¡¡CONNOR CONNOR PORFA, YA!!

Sus vocales terminaban rotas, entremezcladas entre la invasión repentina de nuevas cosquillas y la explosión que volvía de su garganta una reseca de tanto gritar. Pronto los movimientos se volvieron erráticos, más agresivos dejando que el dolor punzante de heridas no curadas pasara a segundo plano cuando su caja toráxica no podía parar de contraerse en una nueva ristra de carcajadas. Un pataleo infantil contra el suelo mientras sus brazos trataban de luchar contra los del motorista, agarrando sus muñecas con tal debilidad que su tacto no era más que una suave brisa desesperada. Ethan reía y reía en un bucle tortuoso.

-¡¡VALE VALE PORFAA, ME RINDO, ME RINDO!!

Gritó ya angustiado, liberando ambas manos para buscar otra forma de evitar una nueva sacudida. No estaba pensando demasiado, su mente nublada solo quería poder volver a despejarse, por ello esta vez rehuyó de apartarle los brazos, lejos de eso tiró de los mismos hacía abajo para desequilibrar al joven. No calculaba todos los defectos que tenía aquel plan, que él seguía atrapado en el suelo y que aquello solo conseguiría derrumbar un muro de carne encima suyo. Claro que no lo pensaba pero si lo hiciera, si supiera de buena mano que aquella decisión sólo conseguiría arrebatarles toda la distancia posible, que cojones...

Lo habría hecho igual.
Seth
Seth

Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mental
Personajes :
Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre

Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena

Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio.

Una batalla entre fuego y plumas Empty Re: Una batalla entre fuego y plumas

25/01/24, 01:32 pm
Las putas tornas habían cambiado. Antes Connor se debatía entre carcajadas y sacudidas frenéticas mientras sufría los ataques de Ethan, pero ahora la situación se había vuelto del revés y el motero se encontraba en la postura ventajosa. De rodillas y apoyando buena parte de su peso en su mano para sostener a Ethan contra el suelo. La sonrisa de Connor delataba la jodida venganza que tenía en mente, y  la verdad es que con sus palabras el japonés no estaba haciendo una mierda para remediarlo, diciéndole que había ganado el combate. <<Ahí la has cagado>>. Pensó con una sonrisa maliciosa mientras iniciaba la tortura.

Su mano derecha se proyectó con velocidad hacia los costados de Ethan. Manos pesadas pero ágiles que buscaban cualquier resquicio que Ethan pudiera ofrecer para morder como una puta serpiente, sin compasión alguna ni esas mierdas. A veces tenía que usar una de sus manos para mantenerlo contra el suelo, pero por lo general no le resultó difícil seguir con su puto ataque. Sus frasecillas típicas de los Wyverns se veían enturbiadas por una leve risa que afloraba en sus labios, al ver al pobre Ethan debatirse de un lado a otro para escapar y al oír sus súplicas para que parara de una vez.

-¡Y UNA MIERDA VOY A PARAR!- Respondió ante eso mientras negaba con la cabeza y volvía las cosquillas mucho más agresivas. El estúpido e infantil pensamiento de que estaba "venciendo" en lo que cojones fuera aquello le hizo sonreír de oreja a oreja como un puto crío de ocho años.-¡HE GANADO, ADMÍTELO COJONES! ¡HE GANADO Y AHORA PUES... NO SÉ, YA PENSARÉ ALGO, JODER!- Gritó fuera de sí con una carcajada al verlo sufrir pataleando, mientras se inclinaba un poco para volver más profundas las cosquillas. Ethan por fin se rendía, otorgándole al motero en el rostro una sensación de triunfo y júbilo que como antes... tampoco se alejaba mucho de un puñetero crío. Pero si pensaba que solo por eso iba a parar... Joder, Ethan estaba muy equivocado. Connor siguió redoblando las cosquillas hasta que...-¡OSTIAS!- Fue lo único que pudo decir antes de perder el equilibrio.

Ah.

En una maniobra desesperada de cojones, Ethan le había tirado hacia sí mismo para evitar que siguiera haciéndole cosquillas. Y había funcionado de puta madre, porque sin esperarse aquello Connor perdió su posición y se derrumbó pesadamente y sin remedio sobre Ethan. Soltando un quejido y aire de sus pulmones por el golpe. Parte de su cuerpo, sobre todo su torso, sobre el del japonés y sus rostros mucho más cercas de lo que, bueno, habían estado nunca en la puta vida. Y ahí estaba de nuevo. Esa puñetera sensación activada rápidamente como un interruptor. Corazón acelerado y nervioso por algo más que un estúpido juego de cosquillas. ¿Qué cojones significaba aquello? Joder... El motero se quedó varios segundos así, con el cuerpo quieto como si fuera una estatua y sin decir una mierda. Pero sus ojos, putos traicioneros cabrones, no pudieron evitar pasar la vista por el rostro de Ethan y sobre todo por todas las cicatrices que lo marcaban... Y cuando te has criado en un club ilegal de moteros violentos y problemáticos, bueno, aprendes a ver la puta belleza de las cicatrices. Historias del pasado que cargas contigo. Como las suyas propias. La última parada de los ojos negros del motero fueron los labios del japonés, y un calor más intenso chispeó en su fuero interno.

-Ehhhh...- Carraspeó sonoramente avergonzado, cosa que era muy rara en él, pero se había dado cuenta de los segundos tensos que había estado observándolo sin decir prácticamente nada y sin saber lo que pudiera pensar. Ethan era su puto amigo, ¿no? Llevaban ya semanas conversando y en esa ciudad parecía que llevaran años, aunque tampoco eran hermanos del alma y en realidad tampoco llevaban tanto juntos... Pero esto de ahora no era... No, joder no era.... Se incorporó un poco con ayuda de los brazos, aunque parte de su cuerpo seguía apoyado aún sobre él. Volvió a carraspear con una leve sonrisa. Su cresta despeinada cayendo un poco sobre su frente. Le miró a los ojos.- Ehhh... las peleas en el puto club no suelen acabar así, ¿vale? Hay apuestas y sangre, pero nada de...- Y decidió que ya era hora de dejar de hacer el puto gilipollas. Se apartó un poco más de Ethan para incorporarse y ponerse de rodillas.- Hmmm... Bueno. Creo que te he pegado una puta paliza, ¿no? Lo dejamos 2 a 1 para mí si quieres, joder...-
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