Torreón Letargo (Archivo IV)

Recuerdo del primer mensaje :

-Uffff, menos mal que llegamos, este tío no se vuelve ligero por momentos,- digo llegando al fin frente al torreón,- que alguien busque la puerta entre toda esa maraña de plantas.- dejo el cuerpo de Ozzchreanos en el suelo y segundos después encuentran la puerta.- Yo entraré sola, no quiero peros,- digo mientras compruebo la expresión que empezaba a formarse en sus caras,- Si he de pelear puedo protegerme a mi misma, si venís vosotros ahora mismo solo me estorbaríais. No os preocupéis, estaré bien, en cuanto vea si es seguro os pego un grito.- Voy a entrar pero antes prefiero repetirles una cosa,- No me sigáis,- digo en tono de orden.

Sin esperar mas me adentro en el torreón en completo silencio. Lo primero que me llama la atención es la ingente cantidad de polvo, <<Joder, ni en los barracones estaba tan sucio, y mira que nos encargábamos de ensuciar ¿eh?>>. Lo segundo que me llama la atención es algo escrito en la pared, "estamos rodeados". <<Sí, si que vamos a estar rodeados, de porquería hasta que no limpiemos>>. Me acerco con cuidado a ese mensaje y lo borro, no quiero inquietar a los demás, y desde luego no el primer día.

Abro una puerta que casualmente da a una especie de patio, que seria bastante bonito de no ser por la estatua que esta en el centro. <<En esta ciudad tienen un sentido del gusto encantador>>. Más allá hay mas puertas que al abrir veo que llevan a las letrinas. <<Bueno, al menos tenemos algún lugar donde hacer nuestras necesidades, pensé que tendríamos que hacerlo en el foso>>. Casi al irme veo lo que parecen ser unas tumbas, me acerco y compruebo que realmente son eso. <<Gente que murio aqui, yo no pienso cavar tumbas>>.

Vuelvo al torreón y aseguro el primer piso mirando en lo que parece ser una cocina. Subo al primer piso lentamente por las escaleras, tratando de no hacer ruidos, veo varias puertas y las escaleras que dan al segundo, miro en cada puerta y todos parecen despachos o cosas parecidas, me sorprende lo revuelto que esta todo allí. La ultima puerta que abro me pone de buen humor, hay una bañera.

Sigo subiendo y veo dos puertas, al abrir ambas veo dos habitaciones comunales con unas cuantas camas en un estado mediocre. <<Mira, cada vez se parece mas a los barracones, de lo malo un sitio en que dormir>>.

Subo al último piso ya sin tanto cuidado, si no ha habido peligro hasta ahora dudo que vaya a haberlo ahora. El último piso resulta ser una sala de entrenamiento, algo que me vendrá bien a mi y a los que quieran entrenar conmigo <<Bueno, y a los que no quieran también, por que de este torreón no salen si no es conmigo o entrenados>>.

Bajo ya sin cuidado y abro la puerta.

-Ala podéis pasar, no hay nada peligroso, a excepción de las arañas que hay un huevo y más.- les digo tratando de comprobar cuan valientes son,- Bienvenidos a vuestro nuevo y sucio hogar, iros acostumbrando por que hasta que no limpiemos seguirá así, hay habitaciones, una cocina, un patio, baños, una bañera, una sala de entrenamiento y.....-dejo pausa para darle emoción- arañas, así que aprended a convivir con ellas,- y me alejo riéndome en busca de un cubo para empezar a limpiar. Pero cuando doy dos pasos me acuerdo de Ozzchreanos y salgo a por el, lo levanto y lo dejo tumbado en un sofá.



P.D.: No ha examinado los sótanos por que no se ha fijado en las escaleras, asi que el que se fije que avise o algo ^^

<<¿Capaces? ¿Aún no han pillado que la magia no es real?>>

-¿Probar? Veamos...

Me dejo caer hacia un lado y me levanto. Luego cojo un tenedor al revés y señalo a Kora.
-¡Sectumsempra! Vaya, no funciona. Lo cual era previsible ya que la magia es una cosa irreal. Solo sucede en libros de fantasía. Y tranquila, solo era para hacerte levitar.-le aseguro, mentira.

Entonces escucho a Lhelian y la lógica deja paso al sitio en el que estamos. Pero eso no quita que en la Tierra haya libros "de magia" como ese. Por una parte quería que la magia existiera... Pero por otra, acabábamos de llegar y, de existir y de haber gente capaz, podría ser un sitio aún más peligroso. <<Mira las casas con aquellas ilusiones. ¿Trampas mágicas? Pues vamos listos si existe la magia>>
-En la Tierra también se producen libros así para los niños...-pero no puedo negarme, por curiosa, y por la forma tan educada en que lo ha dicho, por lo que me encojo de hombros.-Vale, por probar no pasará nada, a ver ese libro. ¿Magia peligrosa? Existe la Palabra Deplorable, que al usarla muere todo ser vivo menos tú.-bromeo antes de sentarme a su lado tras coger el de idiomas.

Sin embargo, y como era de esperar, las partes incomprensibles que me mostraban no eran palabras simples que pudiera traducir sin más. Necesitaría tiempo y tranquilidad para ello.
-Pf... Ni idea, entre que es vocabulario mágico y que seguramente las instrucciones están explicadas con oraciones chungas... Así no se puede. Necesitaría tiempo, Lhelian.-y entonces empiezo a pasar las páginas con curiosidad.-¿No hay nada en el idioma de la fuente? Aunque dudo mucho que, si nunca hemos hecho magia, lo logremos ahora solo por estar en otro mundo.

Alice no tardo en unirse a Dhelian, entre las dos comenzaron a hojear el libro, los libros mas bien, encontraron algunas similitudes, pero ahí se quedaba la cosa, tanto el libro de magia como el de idiomas necesitaban una buena mirada para comprenderlo. El libro de magia en su mayoría tenia hechizos de unos idiomas incomprensibles, solo algunos le sonaban pero no sabia como traducirlos, por suerte venían anotaciones en los margenes y también algo en la parte trasera del libro de magia "Esto definitivamente necesita tiempo para poder descubrir sus misterios" pensó Dhelian sonriendo para si, esa seria su labor. En eso pasaron la mañana tanto Alice como el mismo, intentando buscar cierta coherencia entre ambos libros, con éxito un poco desdeñable, por suerte las anotaciones del libro de magia daba una ayuda extra que sino hubiese sido bastante complicado todo, muchísimo mas si era posible.

-No llego a comprender como puedes decir que la magia es irreal cuando has visto igual que todos esas casas carnívoras, una bañera voladora, un espantapájaros que habla y la fuente que te cambia el idioma- dijo Dhelian no llegando a entender el cauce de pensamientos de Alice. En algún momento en aquella pequeña investigación, llegaron a la hora del almuerzo, Dhelian fue invocado por el olor, aquel olor a comida tan extraño al que tenia que adaptarse le gustase o no, y no pondría amas pegas, tras lo que había pasado esa mañana en el desayuno y sus torpes intentos de ayudar y congraciarse con el resto. Agradeció la comida con una sonrisa y un gesto.

-Gracias por el esfuerzo para hacer la comida- añadió mientras tomaba su parte, cuidado que en su rostro no apareciera expresión alguna, seguía sabiéndole extraño, poco dulce, pero dado que solo eso había y que al menos la comida que las chicas preparaban no le hacían vomitar como si hacia la que el preparo no pensaba quejarse.

-Lhelian tiene razón, hay demasiada ''magia'' en el ambiente de esta ciudad y no estoy segura de si me acaba de gustar...

A Marsi el tema de la magia le había dado mala espina. Hasta el momento habái visto usos útiles y usos inquietantes y posiblemente peligrosos, pero le sonaba demasiado a acción de espíritus y después de su último encuentro prefería no tener nada que ver con ninguno. Llegó al hora de la comida, habiendo llegado a la conclusión de que la excursión a Maciel la harían cuando estuvieran más preparados, y que debían dedicar tiempo a entrenar y a intentar aprender más del sitio donde se encontraban. Y por eso cuando acabaron de comer, Marsi subió al último piso a entrenar con su lanza. No conocía ningún movimiento, así que tan solo podía hacer movimientos varios y florituras para acostumbrarse a su peso, a su largo, a manejarla con soltura y a conocerla, como había hecho en su momento con su látigo. Se llevó algunos golpes, pero mejor un coscorrón con un palo de madera que las quemaduras que se había hecho en su tiempo por el roce del cuero, del cual conservaba alguna que otra cicatriz.

Volví a despegar la vista de los libros cuando Lhelian me habló directamente. Entonces recordé la fuente y todo lo que dijo, y deseé que me tragara la tierra.

-Eh... Sí, cierto, no sé en qué estaba pensando...-<<Más me valdría no ser tan despistada aquí, que no estamos en casa...>>

Y volví mi atención al libro. Si quería hacer algún progreso, necesitaría mi cuaderno para hacer notas... Pero llegó la hora de comer, así que lo dejé para luego. Después fui a por mi material de escritura y me senté a la mesa, de nuevo, con ambos libros. <<Eh, el de mapas también tenía anotaciones. Y estaría bien que los de la excursión de las cestas fuesen a por sus libros>>

-Eh, Sura, Kora y Talento, podríais coger vuestros libros de la biblio, no digo ya hoy pero sí otro día. Y Akasha, Ozzy e Yrfy, de paso. Que es un rollo coger uno solo por persona, pero somos muchos y podemos aprovecharlo.

Después seguí intentando entender lo incomprensible del libro, tanto por curiosidad lingüística tanto mágica. Si el libro enseñaba de verdad, dudaba mucho de que lo verídico de la magia estuviese en el idioma básico de la fuente, por lo que ignoraba las partes en dicho idioma. <<Esto da que pensar... Los fanáticos estos, Talento y Ozzy, ¿cómo se tomarán la magia? Imagínatelos haciendo magia para convertir a los infieles o torturar a los herejes, que son capaces... Manda narices que haya gente tan gilipollas vayas al mundo que vayas...>> Pensé mientras sacaba punta al lápiz con cierta brusquedad.

Y así seguiría hasta que llegase la noche...

Las distintas opiniones que veo en la gente me desconciertan, Alice se lo toma a broma al principio hasta que Lhelian la reprende con todo lo extraño que hemos visto hasta el momento de la ciudad. <<Pues si eso es magia no me parece para tanto, nada comparable a los milagros del Emperador. Bueno, mejor me pongo a hacer algo de provecho. Alguien había comentado que Álvaro tenia un libro sobre técnicas de combate, voy a echarle un vistazo>>.

-Oye Álvaro guapo, te cojo el libro.- digo sonriente y me siento en un sillón abriendo el libro. <<Nunca me ha gustado mucho leer, pero mira, si tiene dibujitos, así mucho mejor>>.

<<Los golpes que se detallan son bastante complicados para unos principiantes como ellos, pero cuando adquieran más destreza no tendrán problemas en ejecutarlos>>. Veo un par de cosas que me gustaría probar y marco las páginas para después encontrarlo más fácil.

Llaman a comer y comemos mas o menos en silencio, en cuanto acaba la comida sigo mirando el libro.

La chica observó superficialmente y sin interés a aquellos que estaban reunidos alrededor del libro, hablando entre ellos sobre cosas que no terminaba de entender, o apuntando a ciertos puntos del libro de vez en cuando. Dado que había llegado un poco tarde a la “segunda reunión del refugio” supuso que le faltaba contexto.

Aunque el hecho de que los libros fueran el centro de atención no le entusiasmaba en absoluto, no pudo evitar centrar toda su atención en Alice cuando Sura hizo una interesante pregunta, que esta procedió a responder de forma bastante llamativa. Para cuando la terrícola ya había terminado su breve pero efectiva explicación, Akasha se encontraba ya a la altura del resto del grupo, sentada en el suelo como una niña escuchando a un cuentacuentos, contemplando el supuesto libro de magia con una brillante mirada de curiosidad.

El poder de la creación y la destrucción. Un poder que deja libre la voluntad, que permite hacer lo que uno más desee. Si bien sabía vagamente que en su mundo la magia se usaba para cosas que no recordaba que le hubieran especificado, y nunca le había prestado mucha más atención que a la religión, bajo esa nueva concepción de magia que la chica mostraba a la ochroria ella no podía hacer otra cosa de maravillarse.

Ante la duda que Alice presentó a los allí reunidos, y tras las respuestas de algunos de ellos, no pudo hacer otra cosa que mostrar su parcial ignorancia en el tema.

-Mis padres nos contaban alguna vez que en las ciudades a donde se llevaron a mis hermanos mayores, al sur de donde yo vivía, había cosas… mágicas. Pero nunca supe muy bien qué significaba eso.-se planteó Akasha.- A lo mejor no se referían a eso que decías antes.

Akasha se atrevió a echar un vistazo rápido al libro de magia abierto, llevándose una pequeña desilusión al confirmar que no era capaz de entender absolutamente nada de lo que en él estaba contenido. Volvió a sentarse en su sitio, y la investigación de los libros se prolongó hasta que llegó la hora de comer, continuando después.
La campesina regresó en cuanto pudo junto con Alice, intrigada por el conocimiento que se traía entre manos. Se sorprendió cuando de nuevo se dirigió al grupo completo, o más bien a aquellos que no se habían dirigido hacia la biblioteca.

-Si vienes tú o alguien más que me diga lo que tengo que coger, no me importaría hacer de tritón de carga.-aseguró Akasha, sin más. Si era necesario y podía ayudar a sus compañeros con ello no tenía ningún inconveniente en hacerlo.

Pasó unos minutos más pensando en que todavía no había salido al exterior del torreón desde que habían llegado. La gente además estaba empezando a coger armas que no tenía muy claro de dónde habían salido. La verdad es que iba siendo hora de integrarse un poco en las labores de exploración.

Con un poco de curiosidad que se había reservado, dirigió una pregunta a la chica que tan centrada estaba en su trabajo frente a los libros.

-¿Alice?-dijo.- ¿Sois capaces de entender todo eso que pone ahí?

Akasha, además del libro donde había escuchado que decía cosas sobre magia, señaló al resto de los libros que habían traído –a excepción del que Sura se había llevado-, esperando una respuesta.
Si bien habría esperado lo necesario para que Alice contestase a sus dudas, algo la sobresaltó. ¿Cómo no había escuchado a Ozzy llegar? ¿Y por qué la agarraba del brazo?

“En serio, el día que sepa qué es lo que le pasa a este chico por la…”

La campesina se tambaleó cuando el ochrorio comenzó a tirar de ella de forma inesperada, intentando arrastrarla a algún lugar indeterminado. Sin pensárselo dos veces, intentó liberarse, pero la mano de Ozzchreanos estaba firmemente anclada a su antebrazo derecho. Aun así opuso resistencia, tirando con su peso hacia el lado contrario e intentando frenar al menos su avance. Dada la extraña reacción de su compañero de mundo, no pudo evitar sentirse inquieta. Vale que todos los días hacía lo mismo, en el mismo orden y a la misma hora, sin escuchar a nadie ni reaccionar, al menos desde que lo conocía, que no era mucho tiempo. Pero el hecho de que se saliese de su rutina y que implicase a alguien más no hacía otra cosa que preocupar a Akasha. Alzó la voz, alarmada.

-¡Tranquilo, grandullón! ¿Pero se puede saber qué te pasa?- le intentó preguntar, aunque supuso que no tendría éxito alguno.- ¡Si quieres que vaya a algún sitio no tienes más que pedirmelo!

Sin tener oportunidad de detener al corpulento muchacho, Akasha se vio arrastrada al piso superior mientras intentaba obtener una respuesta.

-Ozzy… ¿te pasa algo? ¿Te ha sentado mal el desayuno? –preguntó, aun sabiendo que sí. Había sido, al parecer, algo bastante general en el torreón.- Creo que no soy la más indicada para esas cosas. Deberías hablar con…

Se vio interrumpida cuando el ochrorio la empujó dentro de una de las habitaciones comunales. Mientras este se giraba y cerraba la puerta ante su atónita mirada, probó la vía de la conversación una última vez.

-¿Qué haces?-dijo, en un tono más bajo que los anteriores.- Me estás asustando. ¿Por qué…?

No terminó la frase. Cuando Ozzchreanos terminaba de quitarse la ropa, Akasha se dio la vuelta en escasos segundos. La fugaz visión del cuerpo desnudo del chico la hizo sonrojarse notablemente. Escuchó sus monótonas palabras a su espalda, y aun por la impresión de oírlo articular algún sonido, fue capaz de responderle, aunque de forma entrecortada, con un sonoro...

-¿¡Qué!?-exclamó Akasha.- ¡No... pienso hacer eso! ¿Qué estás diciendo?

¿Quién se había creído que era? ¿Y qué maneras eran esas con una…? Bueno, con una simple campesina, pero aun así no iba a permitir que la tratasen de esa forma. Las primeras palabras que se escuchan de su boca, sin contar su nombre y los cantos de la mañana, y no son más que una orden impropia. Si se trataba de alguna remota suerte de muestra de afecto, no terminaba de entenderlo. Si no era más que una broma, no le estaba haciendo la menor gracia.

Akasha no se había fijado en cuál de las dos habitaciones se encontraba, pero no le costó reconocerla. Se había estado moviendo lentamente hacia una de las camas, aunque no para contentar al ochrorio. Tenía su vista posada en una pequeña bolsa desgastada que había junto a ella, de la que sobresalían algunas briznas de hierba.

-Ponte algo encima, por favor...-le pidió sin girarse, dudando sobre si le haría caso.- Y deja de decir tonterías.

La mano le temblaba ligeramente, y dado que Ozzchreanos no parecía dispuesto a cambiar su actitud estaba empezando a estar asustada de verdad. No terminaba de sentirse cómoda en una situación así, más bien al contrario, y no solo lo atribuyó a la sorpresa inicial ni a las palabras tan directas de Ozzy. Teniendo en cuenta el estado mental de su “interlocutor”, no sabía que esperar a continuación: ya se encontraba completamente fuera de cualquier situación que hubiera podido prever. Si las cosas se ponían violentas, solo tendría que alcanzar su bolsa. Deseó con todas sus fuerzas que no fuera necesario.

Según se sucedían los acontecimientos y comprobaba que Ozzy hablaba en serio, Akasha temió que alcanzar su bolsa y sus contenidos no fuera algo opcional. Escuchó los pesados pasos de Ozzchreanos a su espalda y giró la cabeza lo suficiente como para verlo acercarse, pero lo justo como para no ver nada innecesario. Con paso firme, pero no abalanzándose sobre ella, tiempo de reacción que debía aprovechar. Sus palabras no hacían más que aumentar su indignación y su inquietud.

Aceleró su marcha a través de la sala, sin pararse a mirar atrás por lo que ello conllevaba. Saltó sobre la esquina en la que se encontraba su equipaje y se agachó, extrayendo rápidamente su pequeña hoz de él. Tanteó el peso de la bolsa y recordó el resto de su contenido: unas cuantas briznas de hierba y algunos helechos, y lo más importante, varias piedras. Lo suficientemente contundente en su conjunto como para servir a modo de arma improvisada.

Con la hoz en la mano izquierda y la faltriquera en la derecha, se dio la vuelta y se encaró a Ozzchreanos, clavando una falsa mirada de confianza en sus ojos, en su expresión vacía y sin emoción. Realmente, se sentía aterrada, aterrada de no poder competir con la fuerza física del robusto muchacho. No estaba segura de poder hacer nada contra él si se aplicaba en serio. Descubrió que se había quedado sin espacio de maniobra cuando su espalda chocó contra la pared. Las manos volvían a temblarle, ahora con más fuerza.

-¡Aléjate de mí!-gritó, esta vez con más fuerza.- ¡No me toques!

Gritó, pero su objetivo no era detener al chico, de lo que rápidamente se supo incapaz. No, lo que buscaba era llamar la atención. Debía haber alguien cerca, alguien que pudiera escucharla y venir en su ayuda. O al menos tenía la esperanza de ello. Si no era así...

Akasha cayó sentada en la esquina de la habitación e interpuso sus armas entre ella y Ozzchreanos. Cerró los ojos. ¿Sería capaz de atacar a uno de sus compañeros, por mucho que la situación lo requiriese? Ahora que la ocasión se mostraba próxima, estaba comenzando a tener serias dudas sobre ello.

-Por favor…-dijo en un último susurro, mientras un indicio de lágrimas se formaban en sus ojos. No quería hacerlo.

Al escuchar a la ochroria, casi le dije que les acompañaría, pero al pensar en ir con Yrfy y Talento en el grupo, me eché para atrás y me encogí de hombros.
-No sé, podéis ir vosotros sin problemas, tenemos mapas y podríamos hacer una lista de libros que nos hicieran falta. ¿Lo hablamos en la cena?

Luego seguí con los libros.
Más tarde, respondí con un "más o menos" a la cuestión formulada por Akasha y luego seguí con el librito. Pero, realmente, no me atraía tanto. Osea, estábamos en una ciudad de otro mundo, con criaturas fantásticas y magia... ¿De verdad me iba a pasar los días traduciendo libros? Me levanté de la mesa y dejé todo tal cual, para luego estirar los brazos y dar una vuelta por el salón. Salí al patio, subí por las escaleras... Vi a Marsi entrenando con la lanza pero no la molesté sino que seguí paseando por el torreón, arriba y abajo, dando vueltas en el salón y el patio. Y ahí acabé, buscando al gecko de antes.

Tras encontrarlo y curiosear un rato con la criatura,  empecé a escuchar unos gritos en alguna de las habitaciones comunes. <<¿Ayuda? ¿Akasha?>> Pasé a toda velocidad por el salón, cogí una sartén del fregadero y subí sin pensarlo <<Que no sea el rata>> Así, llegué al dormitorio y abrí, para encontrarme una imagen de lo más perturbadora.

-¿Pero qué demonios? ¡Ozzy!-grité mientras dejaba al gecko en el mueble más cercano.

El uno desnudo, farfullando cosas del deber, y la otra arrinconada en el suelo, temblando. Creo que estaba bastante clarito. <<Joder con este, ¡joder, no había suficiente loco en el torreón ya!>> No iba a arrearle un sartenazo a la primera, sino que intenté moverle como en la Cicatriz: tirando de él. Pero como no sirvió de nada, llamé al otro peso pesado:

-¡Sura! ¡Ayuda, maldita sea! ¡Que venga alguien!-y luego, me interpuse, blandiendo la sartén <<Ella lleva una hoz, vale, pero... ¡joder! ¿En serio, Ozzy? Un gesto y a la cabeza, que es bien grande, no fallaré>>-Ni te acerques, jodido malnacido.-le murmuré mientras intentaba alejarlo con mi peso <<Ilusa, pesa lo suyo...>>

NfdR: No le ha atizado porque no sé la reacción de Ozzy, pero si Lup postea y Ozzy se mueve, le lloverán sartenazos, pls xD

Estoy leyendo cuando siento algo de revuelo en los pisos superiores, con un suspiro cierro el libro y decido ir a ver que ocurre. <<Como sea otra vez la rata me lo cargo>>. A medio camino siento el grito urgente de Alice y subo corriendo lo que me falta, los ruidos salen de una habitación y entro en ella como una exhalacion. Me quedo quieta en la puerta parpadeando un tanto sorprendida. De toda al gente del torreón no me imaginaba eso de Ozzchreanos, en otras circunstancias aquello me habría parecido cómico, pero no era el caso.

Avanzo rápidamente hasta colocarme entre los dos ochrorios mirando fijamente al único que estaba desnudo.

-Ozzchreanos, no te acerques más.- le advierto con voz seria, mas el ochrorio ignora mis palabras y sigue acercándose. Echo un rápido vistazo a Akasha y al ver las lágrimas tomo una decisión.

Sin mucho tiempo para actuar me acerco al ochrorio y calculo donde golpear. El golpe acierta un poco por debajo del pecho con intenciones de cortarle la respiración. Con cualquier ulterano me bastaría con eso, espero que con Ozzchreanos sea suficiente ya que no quiero llegar a cosas mas drásticas.

Estuvo con Alice liada con el libro de magia y el de idiomas, hasta que llego Akasha curiosa sobre la magia y mantuvo una pequeña conversación con Alice. Conversación donde Dhelian no formo parte ya que estaba inmerso en las anotaciones del libro, lo que si vio fue a Ozzchreanos llegar y llevarse a la chica de allí sin mas, cosa que extraño un poco al daeliciano"Que peculiar comportamiento de alguien que ha estado en modo ausente desde que llegamos" pensó sin comprender del todo ese cambio repentino, el chico no hablaba mucho, o no hablaba directamente, el que tuviera esa actitud con alguien era por demás extraño.

Habían pasado apenas unos minutos tras aquello cuando se empezaron a escuchar gritos de los pisos superiores, allí donde el ochrorio se había llevado a Akasha. "No, por el Demiurgo, que no sea también otro loco con trastornos de psicópata en potencia" pensó Dhelian asustado cuando vio correr a Alice hacia arriba con sartén en mano, seguida de Surasara. Dhelian seguía paralizado en el sofá no sabiendo que hacer, sintiendo que si iba seria mas un estorbo que una ayuda, fuese lo que fuese lo que ocurriera allí arriba. "No seas miedoso Dhelian levantarte y ve, ellas te ayudaron también cuando paso aquello con la rata" respiro hondo tomando las dos dagas del escondite que tenia dentro del anorak y subió corriendo al piso superior, temiendo que estuviera pasando algo similar a lo ocurrido con Yrfy. Lo que se encontró en el cuarto no podía ser nada mas lejos de lo que pensaba, dejándolo boquiabierto y sin reacción por unos segundos. Ozzchreanos desnudo enfrente de Surasara que lo amenazaba, Alice en un lado habiendo sido empujada apenas uno momentos antes, y allí...en el suelo, hecha una bolita y sujetando un arma pequeña se encontraba Akasha, llorando. No había que ser muy inteligente para darse cuenta de lo que ocurría, y que fuese Ozzchreanos el que estuviera dando semejante escena era bastante surrealista, pero era lo de menos en esa situación.

Justo en esos momentos vio como Surasara golpeo a ochrorio y ahí fue cuando Dhelian salio del pequeño trance en el que se había sumido. Aprovechando su pequeño tamaño corrió en dirección a las chicas, pasando por detrás de Surasara hasta estar junto a Akasha, agachándose a su altura intentando tranquilizarla y a la vez incitándola a que se levantara.

-!Akasha levántate de ahí rápido, debemos sacarte de aquí antes de que ocurra una desgracia¡ Venga levántate, estamos aquí para ayudarte, no temas- dijo apurado, intentando darle ánimos y calmarla, a pesar del miedo en el cuerpo por como podría reaccionar el ochrorio a ese golpe. Ayudo a la chica a levantarse jalándola casi para ello, y evitando en el proceso que le clavase aquella arma que portaba por los nervios que tenía, nervios que el mismo compartía. Con un único pensamiento en mente: Sacarla de allí de una vez y no dejarla a la vista del corpulento e imprevisible Ozzchreanos.

La agarro de la mano con fuerza y aprovechando que el ochrorio estaba aun intentando tomar aire jalo a la chica con intenciones de salir rápidamente del cuarto. El no tenia la ni la fuerza física, ni la confianza y actitud para enfrentarse al ochrorio como lo habían hecho Surasara y Alice, aquello era lo único que podía hacer con sus propias fuerzas Y esperaba que al menos sirviese de algo. sin que peligrase Akasha probablemente ya Sura y Alice podrían intentar hacer algo con Ozzcreanos.

Atiendo a las conversaciones de los chicos sobre las ideas e hipótesis tanto sobre la situación de los demás cosechados como de las ideas locas sobre la magia. En Daelicia la única persona con capacidad mágica es el ser de hueso. La idea de poder obrar los mismos milagros que el ser de las profundidades del volcán me hicieron pensar en que quizás fuese por eso por lo que la mujer del cabello de los colores funestos me eligiese.

La comida paso tranquila y sin incidentes al no ver malas caras al disfrutar de la miel a mi gusto. Las chicas seguían hablando sobre trucos de magia y mapas en libros. Atiendo al ofrecimiento de Alice y le respondo afirmativamente con la cabeza. Los chicos no parecen hoy tampoco muy por la labor de salir a explorar un poco la ciudad por lo que al llevar mi plato a la cocina.

Tras escuchar como algunos comienzan a moverse decido hacer lo  mismo saliendo decidida a la puerta del torreón. En la zona exterior del torreón no se mueve absolutamente nada. El silencio sepulcral que se disfruta en la zona solo se corta por pequeños ruidos provenientes del torreón. Me siento con las piernas colgando del foso mirando al hueco de donde antiguamente seguro hubo erguido un gran edificio. Los cascotes desperdigados por el suelo y una enorme puerta era lo único que quedaba del lugar. La idea de ser bendecida con los mismos poderes del ser de hueso me había estado rondando la cabeza durante toda la comida por lo que suspirando al llamarme a mi misma idiota me tumbo mirando a la inmensidad de ese cielo demasiado oscuro.

Me incorporo al rato de estar tumbada en mi soledad tras meditar sobre lo ocurrido hoy y mi comportamiento. Me espolvoreo un poco el polvo que tengo en la espalda y entro en el torreón al tiempo de escuchar ruidos algo fuertes en la parte de arriba. "Estarán de nuevo moviendo los muebles los idiotas estos. Me niego a subir a que me manden a mover esas camas mortuorias."

Tras pasar lentamente intentando no hacer ruido veo los libros con los que han estado enredando las enfermas y Lehlian por lo que los cojo y me tiro en mi sillón a ojearlos. El libro de la supuesta magia son solo dibujos incoherentes garabateados en un lenguaje incomprensible por lo que al rato de ojearlo rápidamente lo dejo caer centrando mi atención en el otro libro siendo este otra historia mucho mas interesante.

Los mapas dibujados en ese libro parece ser que están bien detallados. Intento buscar algunas localizaciones en las que ya he estado y al rato de pasar paginas descubro el cementerio llamado Cicatriz de Arax por lo que encontrar el torreón no me fue muy complicado. Me fui fijando en las calles al rededor de nuestra posición dándome a mi misma la obligación de salir mañana a explorar las calles aledañas.

Estaba tirado en el sofá, mirando distraídamente el libro de mapas, cuando comencé a escuchar ruido en los pisos de arriba. Miré al techo extrañado antes de comenzar a escuchar unos gritos, cosa que me alarmó. Saltando al suelo comencé a correr rápidamente hacia el lugar de donde venía el ruido, esperando que no hubiese más problemas culturales que tuviesen armas de por medio.

Ver a Ozz desnudo y a Akasha y Lhelian saliendo por la puerta justo después de que entrase dejaba poco a la imaginación sobre lo que estaba pasando. Viendo que iba a comenzar a ir detrás de su compatiotra me lancé rápidamente sobre él, todavía sorprendido con aquello, y lo agarré por detrás, rodeándolo con los brazos.

—¡Ayudadme, inmovilizadlo o algo! —exclamé de malos modos debido al esfuerzo. Pesaba demasiado y, si bien conseguía ralentizar su avance un poco, no podía frenarlo solo.