Torreón Letargo (Archivo IV)

Recuerdo del primer mensaje :

-Uffff, menos mal que llegamos, este tío no se vuelve ligero por momentos,- digo llegando al fin frente al torreón,- que alguien busque la puerta entre toda esa maraña de plantas.- dejo el cuerpo de Ozzchreanos en el suelo y segundos después encuentran la puerta.- Yo entraré sola, no quiero peros,- digo mientras compruebo la expresión que empezaba a formarse en sus caras,- Si he de pelear puedo protegerme a mi misma, si venís vosotros ahora mismo solo me estorbaríais. No os preocupéis, estaré bien, en cuanto vea si es seguro os pego un grito.- Voy a entrar pero antes prefiero repetirles una cosa,- No me sigáis,- digo en tono de orden.

Sin esperar mas me adentro en el torreón en completo silencio. Lo primero que me llama la atención es la ingente cantidad de polvo, <<Joder, ni en los barracones estaba tan sucio, y mira que nos encargábamos de ensuciar ¿eh?>>. Lo segundo que me llama la atención es algo escrito en la pared, "estamos rodeados". <<Sí, si que vamos a estar rodeados, de porquería hasta que no limpiemos>>. Me acerco con cuidado a ese mensaje y lo borro, no quiero inquietar a los demás, y desde luego no el primer día.

Abro una puerta que casualmente da a una especie de patio, que seria bastante bonito de no ser por la estatua que esta en el centro. <<En esta ciudad tienen un sentido del gusto encantador>>. Más allá hay mas puertas que al abrir veo que llevan a las letrinas. <<Bueno, al menos tenemos algún lugar donde hacer nuestras necesidades, pensé que tendríamos que hacerlo en el foso>>. Casi al irme veo lo que parecen ser unas tumbas, me acerco y compruebo que realmente son eso. <<Gente que murio aqui, yo no pienso cavar tumbas>>.

Vuelvo al torreón y aseguro el primer piso mirando en lo que parece ser una cocina. Subo al primer piso lentamente por las escaleras, tratando de no hacer ruidos, veo varias puertas y las escaleras que dan al segundo, miro en cada puerta y todos parecen despachos o cosas parecidas, me sorprende lo revuelto que esta todo allí. La ultima puerta que abro me pone de buen humor, hay una bañera.

Sigo subiendo y veo dos puertas, al abrir ambas veo dos habitaciones comunales con unas cuantas camas en un estado mediocre. <<Mira, cada vez se parece mas a los barracones, de lo malo un sitio en que dormir>>.

Subo al último piso ya sin tanto cuidado, si no ha habido peligro hasta ahora dudo que vaya a haberlo ahora. El último piso resulta ser una sala de entrenamiento, algo que me vendrá bien a mi y a los que quieran entrenar conmigo <<Bueno, y a los que no quieran también, por que de este torreón no salen si no es conmigo o entrenados>>.

Bajo ya sin cuidado y abro la puerta.

-Ala podéis pasar, no hay nada peligroso, a excepción de las arañas que hay un huevo y más.- les digo tratando de comprobar cuan valientes son,- Bienvenidos a vuestro nuevo y sucio hogar, iros acostumbrando por que hasta que no limpiemos seguirá así, hay habitaciones, una cocina, un patio, baños, una bañera, una sala de entrenamiento y.....-dejo pausa para darle emoción- arañas, así que aprended a convivir con ellas,- y me alejo riéndome en busca de un cubo para empezar a limpiar. Pero cuando doy dos pasos me acuerdo de Ozzchreanos y salgo a por el, lo levanto y lo dejo tumbado en un sofá.



P.D.: No ha examinado los sótanos por que no se ha fijado en las escaleras, asi que el que se fije que avise o algo ^^

Llegaron finalmente a torreón, Dhelian sintió un alivio inmenso cuando vio el puente abriéndose, por fin estarían bajo techo seguro y podrían curarse aquellas heridas del púas de aquellas ratas. Dhelian sintió como si el mundo se le viniera abajo cuando vio Akasha al borde de las lagrimas, temblorosa y asustada dándoles encuentro en la puerta, viéndola en aquel estado lo primero que se le ocurrió al daeliciano y teniendo en cuenta quienes habían quedado en el torreón en la ausencia de ellos, fue Yrfy la había liado con alguno en uno de sus ataque homicidas o que incluso Ozzchreano había vuelto a las andadas con la ochroria.

-¡Calma Akasha, respira antes de hablar!- le pido Dhelian al borde de los nervios con solo verla inspeccionándola con el susto en el cuerpo ante la la posible presencia de alguna herida. Si era lo que temía y Ozzchreano le había hecho algo, no se lo perdonara. Pero no era de eso. Akasha intentando tranquilizarse pero aun con los ojos húmedos, les anuncio de la llegada de Marsi y de las huellas de sangre que subían desde las mazmorras, contándolos tan nerviosamente que apenas se le entendía. Pero solo ver la expresión de la chica sabia que no era nada bueno lo que les esperaba allí abajo, dudando miro a sus compañeros viendo donde iría cada uno, antes de bajar por las escaleras encontrándose con una imagen horrible, perdiendo fuerza en las piernas en el ultimo escalón, los ojos inmensamente abierto y la respiración cortada. Los cuerpos de Talento e Yrfy en el suelo, cubiertos de aquel liquido rojo y en medio de toda esa escena, Ozcchreano llorando. Una imagen tan inquietante, triste y como irreal. "No...no...otra vez no" rogó desesperado, no quería pasar por algo semejante a  lo de Neith. Con las piernas temblorosa y casi automáticamente se acerco a los cuerpos. No respiraban. Sus ojos se posaron temblorosos en Ozzchreanos, ¿había sido el? ¿El les había hecho aquello? ¿Por que? ¿Que motivo tendría? ¡Parecía estar bien el ultimo tiempo!. Las preguntas se arremolinaban a toda velocidad en la mente de Dhelian que era incapaz de buscarle razonamiento aquello en un intento tal vez de evadirse de la horrible escena que lo rodeaba.

Un cuchillo junto al ochrorio atrajo su atención, esa pequeña arma no podía haberle provocado semejante herida a Talento pero...Yrfy...Yrfy tenia el cuello desgarrado. Aparto la vista de los cuerpos de sus compañeros sin poder mantener mas la mirada en ese horrible escenario, viendo como un rastro de sangre se alejaba de la escena y desaparecía por las escaleras hacia la sala. "No dijo Akasha que Mars..." no pudo terminar siquiera de pensar aquello levantándose de un bote con tal rapidez que casi perdió la fuerza en sus piernas. Intento calmarse viendo que Alice no estaba entre los que bajaron al sótano, ella sabia magia en caso de necesidad podría curar a Marsi, debía confiar en ella. Respirando, cosa que se arrepintió ante el olor metálico de la sangre que le provoco ganas de vomitar, miro a al ochrorio medio aterrado y nervioso se paro en su pequeña estatura frente a Ozzchreanos arrodillado en el suelo, aunque un poco en guardia hasta que no supiera que había pasado. Antes de culparlo por ambas muertes debía saber que había pasado, dejando el trato de los dos cuerpos para sus compañeros.

-¿Que ha pasado?- pregunto Dhelian con voz temblorosa agarrándole el rostro con ambas manos alzándolo para verlo fijamente. Dhelian se sentía nervioso, el olor de la habitación empezaba a producirle nauseas pero era importante saber que había ocurrido en la ausencia de todos ellos-¿Que ocurrió con T-Talento e Y-Yrfy?- pregunto temblandole la voz al mencionar los nombres de sus compañeros. No, no se acostumbraba a eso y nunca se acostumbraría al ver los cuerpos de sus compañeros sin vida, o al menos sin vida de carne y hueso, si era cierto las palabras de Korasihanna de tiempo atrás. Lo único que sabia con certeza, es que no volvería a dormir durante varias semanas mas después de eso.

Como no, la alegría en esta ciudad no dura. Nada más entrar al torreón una llorosa Akasha nos asalta. <<¿Qué coño ha pasado ahora?>>. Escucho la poca respuesta que da y no tardo en reaccionar. Veo un rastro de sangre que sube escaleras arriba y no tardo en deducir que Marsi debe de estar arriba y además herida por el rastro.

-Alice, vamos a por Marsi, es posible que esté herida.- no hace falta dar más explicaciones. Alice es amiga de Marsi y además tiene magia, seguro que la humana lo entiende rápidamente.

El rastro de sangre nos conduce hasta una habitación cerrada que abro rápidamente. Marsi está en el suelo y me acerco a tomarle el pulso que por suerte tiene.

-Marsi, Marsi.- la llamo para que responda, examino la herida y no parece muy grave, pero tampoco soy capaz de saber la profundidad.- ¿Crees que puedes curarla?- le pregunto a Alice mientras examino a la varmana para comprobar si tiene alguna herida. Si la humana no puede tendré que vendar la herida y esperar a que se ponga mejor y que no se infecte.

No sé bien qué es lo que ha pasado, pero si el responsable de ésto está intacto pronto va a dejar de estarlo.

En cuanto pudimos abrirnos paso fuera de la plaza, corrimos a toda velocidad hasta el torreón. Por suerte no me habían herido en las piernas así que dejé la curación de brazos y hombros para después. No esperaba encontrarme lo que nos encontramos en casa, sin embargo.

Una sollozante y aterrada Akasha nos abrió tras bajar el puente. En cuanto la vimos, Dhelian se apresuró a calmarla y la chica nos contó entre lágrimas retazos de lo que había ocurrido. Lo importante: Marsi había llegado hacía poco y luego había pasado algo horrible en la armería. La suma de armería más horrible me trajo el nombre de Yrfy al instante.

Pero el de Marsi ejercía una mayor presión así que entré a la carrera. <<¡No, no, y no! ¡Otra vez no, ni hablar!>> Había dos rastros de sangre: uno hacia el sótano y otro hacia las escaleras. El eco de abajo traía el lloro de alguien, pero como Dhelian bajó, Sura y yo fuimos hacia el otro lado. Con el corazón desbocado, llegué al estudio y entré sin pensármelo dos veces: Marsi estaba hecha un desastre, herida y llorando en el suelo. <<¡Está b-bien, respira, respira!>>

—Quita—dije a Sura sin contemplaciones.

La adelanté y me senté al lado de la varmana, pasándole un brazo por la espalda para acunarla de alguna forma. Al segundo después le curé la herida <<Menos mal que no gasté más magia ahí fuera...>> Y luego la abracé pero sin hacer tanta fuerza por si tenía alguna molestia en forma de golpe.

—Marsi, mi Marsi, tranquila. Sura, hazme el favor y trae agua y algo para limpiar—le volví a decir. No saldría de esa habitación hasta que Marsi se repusiera—. Ya estás a salvo, mi niña—le susurraba una y otra vez, intercambiando mi niña con Marsi u otros términos.

La ulterana volvió casi al momento y, sin dejar de abrazarla, le empecé a limpiar la sangre de la inexistente herida. Si no decía nada más era porque ni sabía qué decir ni me veía capaz, parecía que se me fuera a salir el corazón por la boca <<Si no me tranquilizo yo, cómo se va a tranquilizar ella... ¿Y qué demonios habrá pasado abajo? Dhelian está con Álvaro y Kora, estarán bien...>> Si no me tranquilizaba, empezaría a temblar, así que lo intenté ya fuera contando hasta diez o pensando en cuánto me había equivocado al pensar que le habría pasado algo peor <<Está bien, está sana y salva. Un rasguño, sólo>> Obviamente, ignoraba lo que había presenciado...

Marsi pudo oir los pasos apresurados acercándose, la puerta abriéndose de golpe. No se movió. Dejó que Alice la abrazara, como una muñeca de trapo, mirando a ningún punto en particular, tratando de calmar su respiración para poder hablar. Las lágrimas de sus mejillas se habían secado, pero volvieron a correr sin que pudiera hacer nada para evitarlo.

-Yo... llegué y... Talento e Yrfy se estaban peleando, querían matarse... Intenté detenerlos, pero no pude con Yrfy y él... mató a Talento... Usó mi lanza y...- se mordió el labio inferior, cogió aire y continuó- Yo quería... no pude hacer nada... otra vez no pude hacer nada... lo mató delante demis narices... y me volví loca... quería que Yrfy... Si no llega a ser por Ozz... Ozz lo detuvo y efitó que me matase... pero me da miedo... Sé que me salvó, pero me dio miedo... Ahora estan todos muertos... Yo quería escapar...

Se abrazó a Alice con fuerza. Su camisa estaba destrozada por la parte del hombro, y llena de sangre, pero ya no había herida. Aún así le dolía todo el cuerpo, estaba confusa y asustada. No sabía qué debía hacer a continuación, no era capaz de mirar a Ozz a la cara, no quería verlo, pero le había salvado la vida. Miró a Alice y a Sura a los ojos.

-¿Qué debo hacer?

El camino que faltaba hasta Letargo lo hice aliviado como nunca lo había estado, pero también más alerta que otras veces. El corazón todavía bombeaba con fuerza, y la adrenalina todavía no había desaparecido del todo después de semejante encuentro. Habíamos escapado más por suerte que por otra cosa, y si alguien la hubiese cagado en cualquier momento habríamos muerto todo, cosa demasiado desagradable como para ignorarla. Pero no había pasado eso: al contrario, habíamos trabajado juntos, muy bien compenetrados, y gracias a eso habíamos escapado todos con vida. Algo que sólo podía provocar alegría y orgullo. Al final, a pesar de nuestros difíciles comienzos, habíamos dejado de ser simples desconocidos.

Por supuesto, las buenas sensaciones, la paz y la tranquilidad no podían sobrevivir en Rocavarancolia. Con ver la cara de Akasha quedó claro que cualquier cosa positiva que se pudiese sacar de la lección diaria había que olvidarla, y en cuanto vimos el rastro de sangre las alarmas se encendieron a toda potencia. Saqué mi espada y me dirigí hacia el sótano, de donde parecía venir la sangre. La tensión había vuelto a toda potencia, revelando que, por supuesto, relajarse en aquella ciudad era un delito mortal que se pagaba muy caro.

La visión de los cuerpos derrumbó el mundo entero sobre nuestras cabezas. Una cosa era pensar que había alguien herido, ya fuera por alguna pelea, por algún accidente o porque se hubiese colocado alguna alimaña, pero de todas las explicaciones posibles está era, sin duda, la peor. «Dios, más no». Me tuve que llevar las manos a la cara, intentando tragarme el asco que producía la escena. Era cierto que ninguno de los dos había sido uno de mis compañeros favoritos, pero de ahí a verlos muertos...

—Dime que no has sido tú —siseé al único ser vivo que había allí, sintiendo más furia de la que nunca había sentido bombeando por mis venas. No era capaz de entender, de ninguna forma, qué podía llevar a cometer semejante atrocidad, y estaba decidido a que el ochrorio no se escapara de rositas si los había matado en una nueva gala de su locura—. Por favor, Ozz, dime que no has matado a Yrfy y Talento —a medias para defenderme, a medias como acto reflejo de la repugnancia que podía provocarme la respuesta, levanté la espada, interponiéndola entre nosotros y el hombre nutria. Las manos me temblaban, pero quería creer que sería capaz de utilizarla si resultaba ser un peligro.

Y por fin, aunque parece mentira, salimos de la plaza. Camino segura, sin mirar, sin siquiera sentir las punzadas calientes de mis piernas a cada paso que doy. Mi cuerpo esta en tensión todo el camino. De reojo miro mis piernas con miedo de, al ser consiente de mis heridas, me duela como debería de dolerme de verdad.

Mis legguins tienen nuevos agujeros provocados por las púas de las alimañas. El color violaceo carne aahora tiene serpenteantes hilos de azul cyan recorriendolos. Veo uno de los proyectiles clavado profundo en mi gemelo izquierdo. Noto una pulsación palpitante en la zona do de se hunde pero, mientras que me permita llegar a Letargo, no pienso intentar sacarlo.

Al ver el torreón a lo lejos sonrio levemente mientras cojeo. Comienzo a notar una presión extraña en los ojos. No entiendo por que estoy al borde de echarme a llorar. Quizas sea por terminar de soltar la adrelanila acumulada o quizas sea por que mi cuerpo por fin comienza a notar todo el dolor que ha ignorado en el camino pero saco fuerza apretando los dientes y mis puños para llegar a la entrada.

Los últimos metros que estoy recorriendo lapidan mis fuerzas como si acabase de andar kilometros. Las heridas poco a poco dejan de ser una molestia palpitante para tornarse a un dolor considerable. La pierna izquierda comienza a fallarme por lo que, intentando apoyar lo mínimo, consigo llegar a la puerta con la esperanza de que con las filigranas de las chicas el dolor cese cuanto antes.

El puente cae y la cara de Akasha hace que mis estupidas esperanzas vacuas se disipen en el aire. Los chicos entran rapido dejándome de pie ante la entrada. No se si es por que mi cuerpo ya no me respo de o por que me aterre ver que ha ocurrido en nuestra zona segura pero no puedo dar un paso adelante. Escucho movimiento dentro por lo que entro en el interior casi a saltitos intentado evitar el dolor por cada paso con mi pierna izquierda pegándome a la pared en cuanto tengo oportunidad.

Un rastro de sangre rojiza sube de las escaleras del sotano y se adentra en la sala. Escucho ruidos y gente hablando por lo que me maldigo al verme incapacitada para actuar como es debido. Me duele la cabeza, comienzo a marearme al cerrar los ojos. Apoyo mi espalda contra el muro soltando un pequeño quejido ahogado. Mis ojos se posan en la pierna izquierda. Al andar, la púa ha salido un poco de la carne por lo que decido sacarla del todo intentando que cese el dolor de golpe.

Agarro con la mano temblorosa y azulada por mi propia sangre  la zona que sobresale del proyectil provocando que de golpe  una corriente de dolor se apodere de la herida haciendo que la pierna tiemble involuntariamente. De un tirón extraigo la púa bufando en intento estupido de no gritar de dolor. Las mejillas comienzan a humedecérseme. He comenzado a llorar en silencio. No puedo andar mas, no puedo sostenerme mas por lo que de golpe mi espalda resbala haciendo que caiga en el suelo mientras me agarro la herida abierta. Las rozaduras y los pequeños cortes ya no sangran aunque las heridas importantes gotean poco a poco mi sangre dejando en el suelo pequeños lunares azules en el empedrado.

La chica se fue tranquilizando lo suficiente como para poder hablar y, cuando lo hizo, sus palabras fueron demasiado. Resumido era bien sencillo: la rata mata Talento > Marsi intenta matar a la rata pero esta hiere a Marsi > Oz aparece, mata a la rata y Marsi se refugia aquí. Pero implicaba muchas cosas... Dos compañeros muertos, uno de los asesinos vivo, y Akasha y Marsi asustadas <<Simplemente genial... ¿Cómo va a afectar esto al grupo? Con lo bien que hemos trabajado como equipo en la Plaza contra los roedores... Y ahora esto...>> Para colmo, contra esa información no tenía "defensas" así que empecé a temblar con escalofríos. <<¿Que qué debes hacer? Pff... No tengo ni idea, chica...>> pensé, confundida. Pero tenía que decirle algo, llenar el silencio de alguna forma.

—Si te salvó... Sin embargo, me imagino cómo tiene que haber sido la... escena... así que sé que no es tan fácil lo que digo... No parece fácil mirar a un asesino a la cara, por mucho que te haya salvado... Pero eso depende de vosotros; nadie te va a obligar a nada, Marsi—luego miré a Sura y le pregunté—¿Te parece bien bajar a ver cómo están los demás? Nos acabamos de enterar de esto; si alguien creyó que Oz los..., en fin, que puede haber problemas... Deberíamos limpiar literal y metafóricamente lo que ha ocurrido, reunirnos todos y hablarlo... O como queráis, claro—y luego volví a dirigirme a la varmana—. Hagas lo que hagas, vayas donde vayas, estaré contigo. Como si quieres quedarte aquí un rato más, lo que prefieras.

El discurso de Ozz sólo hizo que me temblaran más las manos, que no pudieron seguir aguantando la espada cuando el ochrorio se arrdilló. Bajé el brazo, sin agarrar con mucha fuerza la espada, con la cabeza dando vueltas a lo que había dicho Ozz. Volví a mirar los dos cadáveres, sintiendo que el labio inferior temblaba, antes de llevarme la mano a la cara. «Joder, si es fácil. Sólo hay que dejar en paz a los demás e ignorar a quien no te caiga bien. ¡No es tan difícil, coño!». Pero, al parecer, para la rata sí lo había sido. Volví a mirar a Ozz, intentando terminar de comprender aquello. Era una locura, una guinda perfecta a un día de mierda.

—A ver si lo he pillado —dije, intentando hablar lo más lento y claro que era posible—. Mataste a Yrfy para defender a... Marsi, supongo. Y él —«su alma ensuciada por el peor de los crímenes» era una frase que, en aquel escenario, dejaba muy poco a la imaginación— ha matado a Talento... ¿O con lo del peor de los crímenes te refieres a que estaba intentando matar a Marsi? —pregunté, algo más confundido ante esa idea—. Sea como sea, si ha sido para salvar a alguien... Bueno, matar está mal, pero sólo ha sido un accidente, y no había más remedio para defenderos. Seguro que Marsi lo entiende —aseguré, intentando quitarle algún peso de encima al hombre. Era normal que estuviese así después de tener que matar a un compañero, pero tampoco era justo que también tuviese el temor de que Marsi lo despreciase. Sólo le había salvado la vida.

Marsi cuenta en pocas palabras lo que ha pasado en el sótano y hago una mueca. Dos muertos más, genial, aunque uno se lo merece. Pobre Talento.

-Sí, voy a bajar, es necesario. Marsi, por ahora descansa, intenta dormir un poco si puedes, y si tienes hambre dilo y te subiremos algo de comer, pero creo que ahora lo mejor es que te eches un rato.- digo con voz tranquilizadora, en estos momentos necesita toda la tranquilidad posible.- Alice, ven un segundo.- la chica viene y cuando estoy segura de que la varmana no nos oye le digo.- Yo me ocupo de todo abajo, tú quédate con Marsi y si te necesito te lo haré saber. Mira, es posible que entre en estado de shock o que sufra algún tipo de ataque de ansiedad.- al menos eso fue lo que me dijeron a mi después de aquello.- Por eso es mejor que te quedes con ella, es posible que te necesite como una tabla de salvación. Deja que duerma, es el mejor remedio que se me ocurre ahora mismo, por desgracia también es posible que sufra pesadillas durante un par de días. Eso es todo, te la encargo a ti.- y sabiendo que está en buenas manos me encamino al sótano.

El camino es corto y cuando llego encuentro al ochrorio arrodillado y a Álvaro con una espada en la mano, aunque al fijarme veo que casi la ha dejado caer. Supongo que ya se habrán enterado así que avanzo hasta llegar a la altura del humano. Observo el sitio con detenimiento.

-Vaya, esto es peor de lo que me imaginaba.- comento con pesar, me paso una mano por la cara pensando y miro hacia Ozz antes de decir.- Ozz, vete a lavarte anda, y cámbiate de ropa. Y será mejor que de momento no te acerques a Marsi, está un poco alterada, cosa lógica. Dhelian, quiero que lo vigiles, no vaya a hacer alguna tontería,- le digo en un aparte al daeliciano evitando que me oiga el ochrorio, no sé como está la salud mental del ochrorio y no quiero correr riesgos.

Me agacho al lado de los cadáveres y al mirar a Yrfy no puedo evitar pensar que no merece ser recordado. Me giro hacia Álvaro y le pregunto.

-¿Te ves con fuerzas de ayudarme?

La explicación de Ozzchreanos fue un tanto incomprensible para Dhelian pero le dejaron una mal sabor de boca aun peor que la escena que había intentado medio cubrir con las mantas de Yrfy, principal causante de toda esa situación. "Ya sabíamos que algo así podría pasar" pensó Dhelian abatido ante el pensamiento de Yrfy matando a Talento se estremeció, recordando que bien pudo ser él  quien terminase atravesado con esa espada unas semanas atrás. Si hubieran estado allí tal vez habrían podido parar aquel desastre, nunca sabrían porque comenzó aquello.

Las palabras de Ozzchreanos atravesaban la piel de Dhelian como las agujas de las colaespinas, tan agotado y con la mente tan perdida con todo aquello que era incapaz de pensar en el dolor y en los rastros de sangre de sus piernas. Ozzchreanos había salvado a Marsi de una muerte segura a manos de Yrfy pero el método para salvarla no había sido el indicado, una muerte por salvar la vida de alguien mas "Yrfy...iba a terminar así tarde o temprano. Aun así...pensar que un compañero con el que hemos convivido puede hacer algo así...da miedo" pensó Dhelian con cierto malestar, aunque no estuviera de acuerdo con la muerte de un compañero a manos de otro, dudaba que nadie fuera a querer a la rata con ellos si aun siguiera vivo y hubiesen descubierto que asesino a Talento.

Vio con cierta lastima el arrepentimiento del ochrorio, algo mucho mas de lo que podría haberse esperado del ser ratonil en una circunstancia igual, escuchando las palabras de Alvaro en un intento de calmarlo. Aquello era demasiado para procesar. Ozzchreanos había salvado a una compañera pero había matado a alguien para ello ¿eso lo hacia bueno o malo? No lo sabia pero ellos no podía juzgarlo, no mientras Marsi no dijera nada, ella había sido la victima y la salvada tenia todo el derecho a decidir en esa situación. Suspiro un poco, escuchando los pasos de Surasara por la escaleras y la miro atentamente cuando comenzó a hablar, escuchando que Marsi estaba alterada y viendo que Alice no había bajado con ella, esta debía estarle haciendo compañía. No puso pegas a vigilar a Ozzchreano le asustaba un poco desde luego, pero lo notaba realmente arrepentido y echarle mas desconfianzas y culpabilidad sobre el no  arreglaría nada. Dhelian realmente sentía que estaba madurando mas en esas escasas semanas en aquella ciudad que en toda su vida en Daelicia y no tenia claro si para bien.

-Vamos Ozzchreanos, tal vez puedas echarme un mano con una curación, no me queda magia y me duelen las piernas- dijo tal vez en un intento de darle cierta confianza por si dudaba de salir allí, mintiendo un poco pues aun podría hacer un par de hechizos.

Sura no tardó mucho en bajar, al parecer ya completamente enterada de lo que había pasado. Volví a fijarme en la escena, especialmente en el cadáver de Talento, la víctima para quien ya no había marcha atrás. No había sido el mejor de todos, cierto, pero había sido una buena ayuda gracias a su capacidad de volar, y había tenido la decencia de ignorar lo que le molestaba en vez de intentar acuchillarlo. En cualquier caso, una pérdida irreparable culpa de una rata psicópata, a la que pasé mirar sintiendo que la pena se convertía en un odio exacerbado. Ojalá se hubiese suicidado o nos hubiese abandonado sin haber tenido que llevarse a un compañero.

—Que me sientas con fuerzas da un poco igual, ¿no te parece? —sonreí con tristeza al vovler a mirar al pájaro destripado. Fui a agacharme, pero en el último segundo me giré hacia la ulterana.

—Oye... ¿Tienes algún cuchillo? —en mi voz se notaba que no estaba muy seguro de lo que iba a hacer, pero Sura no tuvo ningún problema en dejarme uno, que usé para transformar una de las mangas de la camiseta que llevaba puesta en un pañuelo con el que pude dejarme cubiertas la nariz y la boca.

Intenté arreglar el estropicio lo más rápida y silenciosamente posible. El cuerpo del pájaro no iba a quedar bonito después de tener que meter los intestinos dentro de su tripa, pero al menos podríamos llevarlo al patio. Al acabar cerré la raja con un hechizo que aplicaba presión en el punto. Me aseguré de que durase lo máximo posible aplicándole una buena cantidad de fuerza, aunque la cantidad de reservas mágicas que se chupó me sorprendió más de lo que esperaba. La sorpresa también venía de que había necesitaod relativamente pocos intentos para hacerlo, teniendo en cuenta que era un hechizo que había practicado poco. «Hechizo de nivel fácil» me dije con tristeza.

—Tenemof que tarnof priza, ete hechizo va a turar poco —apremié a la ulterana, cogiendo el cadáver de Talento y dirigiéndome al patio.

Le devuelvo al humano la sonrisa aunque la mía se nota cansada. Han muerto tres personas que estaban a mi cuidado, ¿qué dice eso de mi? No valgo una mierda como protectora al parecer. Soy fuerte, hábil y estoy entrenada, y al final..... No sé, ellos parecen estar desenvolviéndose mejor, han visto morir a tres compañeros, la primera vez se recompusieron y avanzaron, ahora pasará lo mismo, y para eso no me necesitan. Sé que no soy una carga, pero tampoco soy de tanta ayuda, contra las ratas se las podrían haber arreglado bien solos. ¿Acaso me necesitan en esta torre?

La pregunta de Álvaro me saca de mis pensamientos y asintiendo le tiendo un cuchillo. Observo con curiosidad como se hace una mascara improvisada, supongo que para la gente que no está acostumbrada a esto debe ser algo fuerte el olor. Veo como la magia obra otro milagro sellando la herida de Talento. Me pregunto si yo tuviese magia sería de mas ayuda y decido probar si la tengo o no en otro momento. Me siento bastante inútil en estos momentos, la situación actual me ha hecho plantearme cosas que seguramente no plantearía.

Adelanto al humano y llego antes al patio para ponerme a cavar una tumba, a la rata no pienso enterrarla, tengo otra idea para ella. Entre Álvaro y yo completamos la tumba rápidamente y dejamos caer al roquense dentro. Mientras hecho tierra encima pienso: <<No te olvidaré compañero, conseguiré que sobreviva el resto, no sé como, pero lo haré>>.

-Ahora me pregunto.... ¿qué rito de sepultura tendrán en el mundo de Talento? Quizá deberíamos haberle hecho un homenaje a su manera.- comento distraída y luego le pregunto al humano,- ¿Por qué enterrar a vuestra gente? Quiero decir, en Ulterania los incineramos y tiramos las cenizas al mar, sólo a la gente importante se la entierra, con importante digo nobles y esas cosas, ¿vosotros lo hacéis con todos?

—Pues... Depende del lugar y de los deseos del que ha muerto. Donde yo vivo sí, lo más normal es el enterramiento, pero cada vez hay más gente que pide ser incinerada cuando mueran. Para que sus cenizas puedan descansar en algún lugar que les guste y eso —mi explicación dejaba mucho que desear, pero la muerte siempre había sido un tema que me inquietaba muchísimo, y esa sensación sólo había aumentado desde mi llegada a Rocavarancolia. Desde siempre, había ignorado la muerte de cualquier ser que perteneciese a una especie que no se comiese, y ahora...

«Ahora no puedo ignorarlo» pensé fastidiado al observar la tumba de Neith. Después pasé la mirada al lugar donde había sido enterrado Talento. Otro que se iba. Otro que nadie había podido salvar. Sentí un par de lágrimas en los ojos, no tanto por la muerte del roquense en sí como por el peligro al que estábamos sometidos y la posibilidad de que cualquiera de nosotros pudiese morir. «¿Cuál será el próximo? ¿Sura, Alice, Dhelian, Kora, yo?». Un agobio cada vez mayor se iba instalando en la boca del estómago, un terror paralizante a lo que cada vez conocíamos mejor. Acabé por empujar la improvisada mascarilla hacia abajo, intentando que me dejase respirar en paz. Pero era la propia Rocavarancolia la que me asfixiaba, la ciudad la que se colgaba de mis hombros y me enseñaba los dientes en una macabra parodia de sonrisa, enseñándome cual era mi destino, cual era nuestro destino: convertirnos en Yrfy o en Talento. En monstruo o en muerto.

—Sura. Yo... Si muero... Quemadme o algo, ¿eh? Quiero terminar en la Tierra, no aquí —solté, sin pensar, cais sin darme cuenta de qué iba a decir. La muerte de Neith nos había enseñado que nada fuera de los torreones era seguro, y este suceso había puesto el dedo en la llaga: Letargo tampoco era seguro. Y si algo tenía claro era que Doce Punto no se iba a salir con la suya, de ninguna manera pensaba convertir Rocavarancolia en mi hogar. Vivo o muerto, saldría de aquí. De ninguna manera acabaría siendo algo como Yrfy. Este pensamiento hizo que levantara la vista y mirase directamente a los ojos de la ulterana, con algo del odio que había sentido antes volviendo a revolverse.

—Yrfy no va a descansar en un lguar que no sea la Cicatriz —mi frase era completamente tajante, sin admitir réplicas ni negativas—. Me niego a que su cuerpo descanse en el mismo lugar que el de Neith y el de su víctima.

-Ya veo, esta bien eso de respetar los deseos del muerto, quizá no sería mala idea aplicarlo en otros mundos.

Callo y sigo echando tierra por que tampoco tengo nada mas que decir acerca de eso, continúo mecánicamente con el trabajo hasta que me sorprende lo que dice Álvaro. <<No, más muertes de compañeros no>>.

-Eh, no seas idiota, tú no vas a morir.- le pongo la mano en el hombro y aprieto para infundirle ánimos.- De hecho, si se te ocurre morirte pienso aprender esa magia tan rara que hacéis, te devolveré a la vida y patearé tu culo tan fuerte que llegarás a la Tierra antes de que puedas sorprenderte por estar vivo otra vez. ¿Entiendes?- mi tono es serio, pero una sonrisa asoma en mis labios delatándome. Sonrisa que se esfuma en cuanto el humano menciona al auro.- Mira es de las pocas veces que estamos completamente de acuerdo en algo, no se lo merece, ni siquiera se merece que sigamos pensando en él, pero hasta que nos libremos de su cadáver no queda otra. No te preocupes, ese no se va a enterrar aquí.- mis palabras destilan asco, matar a un compañero me parece una cosa abyecta, sólo por detrás de los rebeldes.

Me froto las sienes y me calmo para después mirar al humano y decir:

-Oye, estas cosas no se me dan muy bien pero... Si necesitas hablar con alguien, o gritar, o esas cosas pues que puedes contar conmigo. Todos somos compañeros, y en algún momento tocaremos fondo, por eso creo que necesitamos apoyarnos en los demás para poder avanzar.- me callo y luego digo,- Cambiemos de tema, ¿que te parecería ayudarme a hacer algo de cena? No digo nada complicado, quizá bocadillos o algo así, pero primero creo que nos vendrá bien un baño, no estamos en nuestras mejores condiciones ¿no crees?,- pregunto señalándome la ropa y demás que está hecha un asco, mis manos sucias ya sea por sangre o tierra.

Se sintió un poco aliviado de que ozzchreanos no pusiera resistencia a lo que le habían pedido, aunque parecía sorprendido por la reacción de todos o eso le aprecia entrever era difícil notar expresiones en su habitual expresión neutra, mas ahora con los rastros de sangre y lagrimas en su rostro.

-Subamos primero al piso de arriba para dejarles trabajar- susurro viendo de reojo a Alvaro tratando el cuerpo de Talento y a Surasara con el, no podía mirar, así que con cierto esfuerzo ahora que la adrenalina huía de su cuerpo dejándolo agotado, subió las escaleras hasta el salón esperando que Ozzchreanos lo siguiera. Las piernas le empezaban a doler y su brazo sangraba por la que se arranco allá en la batalla. "Curar, tengo que curarme o sino se pueden infectar los lugares donde se clavaron" pensó mirando a Ozzchreanos todo cubierto en sangre, debía acompañarlo a que se limpiara no era nada tranquilizador verlo así, pero una cabezita aguamarina atrajo su atención. Allí en el suelo estaba desplomada Korasihanna con las piernas sangrando en ese cyan característicos de ellos. Dhelian abrió enormemente los ojos sintiendo por un segundo que se le paraba el corazón, la presencia de sangre solo le recordaba la imagen del sótano...la imagen de Neith. Con dificultad llego hasta Korasihanna jalando, o intentando, a Ozzchreanos agachándose frente a la chica, viendo estrellitas de colores al hacerlo, notando mas manchas de sangre en la daeliciana en mas lugares aparte de en las piernas.

-Hay que sacarte esas púas antes de poder curarte, no me queda mucha magia así que...¿Ozzchreanos me echarías una mano?- pregunto al ochrorio sin mirarlo viendo como la daeliciana al ver a Ozzchreanos cubierto en sangre se sorprendida, poniéndose en guardia y sacando unas de sus dagas a pesar de que todo pareciera dolerle- ¡No, espera!...ya no pasa nada Korasihanna ya todo ha terminado, no hay peligro. Cálmate por favor o las púas se clavaran aun mas y sera mas difícil quitarlas, después te explico- añadió Dhelian rápidamente, le dolía las piernas y el brazo herido, pero su compañera estaba peor que el, observo sus piernas atentamente encontrándose solo las heridas sangrando sin rastros de las púas. Tenían mas manchas en el costado y como le indico la daeliciana, en la espalda bajo la blusa, la misma Korasihanna le dijo de una forma suave pero autoritaria que ella misma se sacaría las púas a su alcance y que fuese preparando el hechizo y eso hizo. Con lo que le quedaba de magia curo las herida de la pierna y las del costado, sintiéndose como un grifo al que se le escapaba el agua gota a gota.

-Ahora veamos esa espalda tuya- murmuro masajeandose el puente de la nariz, parpadeando cuando vio a la chica quitándose la blusa para mostrarle la espalda. Se la quedo mirando fijamente, sus ojos vagando por el cuerpo de la daeliciana apenas unos segundos hasta que recordó a quien tenía al lado, mirando de reojo al ochorio. Situación incomoda a mas no poder, tal vez en daelicia eso no suponía problemas pero dudaba que eso fuera normal en el mundo de Ozzchreanos, así que para evitar mas malentendidos y dolores de cabeza giro con cuidado a la chica para ver su espalda- Yo sacare las púas mientras tu usas tu magia, sino te importa, estoy agotado- murmuro dirigiéndose al ochrorio, empezando a tirar de las púas hacia afuera escuchando los gritos y maldiciones de Korasihanna que en algún punto estaba seguro que le iba a pegar. Tardaron un poco en terminar pues algunas de esas cosas se negaban a salir, para desesperación de uno y frustración de otros, pero por fin habían terminado. Habiendo terminado con ella, Dhelian se saco las que el tenia clavada, rogándole a Ozzchreans que lo curara también, reuniendo todas las púas obtenidas y guardando la pequeña colección en un pequeño trozo de tela para no clavárselas. Estas eran condenadamente duras como para traspasar sus pieles como mantequilla, algún uso podría darles.

-Bien, creo que ya estamos - murmuro Dhelian bastante cansado incorporando del suelo para dejar a Korasihanna vestirse y mirar a Ozzchreanos aun cubierto en sangre-Te tienes que lavar, tú y tu ropa, no tranquiliza a nadie verte así- añadió Dhelian observandolo, todos estaban demasiado para el arrastre y si Marsi lo veía con aquellas pintas en algún momento no se iba a tranquilizar ni por asomo, ni ninguno de ellos tampoco.