Ofiuco Aquae

Al goliat le encantó lo fácil que les estaba resultando poner a parir a los mercenarios de Cerril. Realmente eran tan mediocres dentro y fuera de su trabajo que no sonaron exageradas ninguna de las cosas que se vertieron sobre ellos.

—La Luna les ha concedido el don de ser los peores en todo lo que se propongan, hay que respetar eso —se rio—. Y tampoco querría perder la herencia de Caín, claro.

Aprovechó para servirse una copa del champán que los orbitaba y se relajó mientras escuchaba al resto hablar de Milán y de más coches estrellados en un futuro no tan lejano. Se relajó tanto, de hecho, que de forma inconsciente abrió la gola para empaparse también de todos los hechizos que ponían en marcha la complicada maquinaria de las termas. Para él hacía el baño más agradable, pero desde fuera, todavía en el agua, parecía un nenúfar manteniendo a flote una cabeza. Cabeza con la cual negó en rotundo tras la mención del espectro de arena.

—Ahora que lo decís… No. Yo tampoco me he cruzado con él desde hace mucho tiempo.

Giz se sentía un poco indiferente ante la idea de que el espectro brujo estuviera por allí y quizás lo que más le preocupaba de su mutis era Wen. Había perdido a muchos amigos y compañeros de cosecha en muy poco tiempo; la vouivre se merecía un descanso. Y es que, ahora que lo pensaba, tanto tiempo sin verle era una mala señal. El desierto Malyadar albergaba peligros a temer incluso por alguien capaz de controlar la arena y el tiempo.

El vampiro y la bruja reían y charlaban con los demás. Jack, por cierto, hizo un brindis por su parte cuando mencionaron hacerle esa visita a su padre, y también se rió a carcajadas cuando vio la reacción de Adara.

Un poco más adelante, sin embargo, frunció el ceño con algo que se empezaron a preguntar todos. Dejó la copa en el borde de la terma y fue mirando de uno en uno según aportaban algo al respecto.
—Hum... Yo esperaba verle aquí, la verdad. Llevo días intentando contactar con él pero no responde. No sabéis nada de él, ¿entonces? Joder... ¿Sabemos dónde vivía ahora o contactos habituales?

Era Rocavarancolia a fin de cuentas, así que era normal que se preocupara, incluso aunque no fueran amigos y solo le buscara por trabajo en esta ocasión. Esperaba equivocarse, no obstante, y que en verdad el brujo estuviera en el desierto a su aire pasando de la ciudad o entretenido con algo a fondo aquí o allá... Bueno, el desierto también podría haberle devorado, y si así había sido no lo sabrían nunca. Pero alguien debía conocerle en la ciudad, o al menos conocer sus últimos movimientos. Algo, maldita sea, aunque fuera por ayudar a sus amigos a encontrarle.

—¡Más te gustaría! —grito en respuesta a Gael y le dirijo una pedorreta con la lengua sacada. A veces eres infantil como tú sola, Adara…

En fin, a ver qué es esto que nos han traído para acá… ¿Champán? O algún otro tipo de vino espumoso. Lo que sea. Joder, ¿bañarse en unas termas mientras tomamos bebida cara? Esto sí que es el culmen de la decadencia. ¡Os lo dije!

Cuántas peticiones para estampar coches aquí y allá. Para ser sincera, me da un poquito de envidia lo que la liaron y lo bien que lo pasaron. Pero bueno, es lo que hay, yo estaba a mis cosas…

—¡Oh, sí, lo pasasteis en grande bitches! —Comento—. Para la próxima vez yo también sugiero ir para Mónaco, eso está petado de ricachones de mierda con cochazos de lujo.

Me encantan los comentarios y bromas que hacen con el tema. Está claro que esto es una fiesta en toda regla y el ambiente es fabuloso con esta gente. Pero bueno, a pesar de todo la conversación acaba llegando a un tema un poquito más serio… Sí, ¿dónde coño se habrá metido Matt? Hace siglos que no se le ve el… granito de arena. Joder, Adara, tienes que dejar los chascarrillos cuando empiezas a ir piripi.

—Sí, yo tampoco lo he visto desde hace… Yo qué sé. No me acuerdo. No sé tampoco muy bien dónde vivía ni quién podría saber de él aparte de nosotros. —La verdad es que es un tanto preocupante. También esperaba verlo por aquí.

-Nuestras termas están bien pero se echa de menos algo más… amplio. Especialmente Vivia y Jau, están deseando poder nadar en condiciones -respondió Cain, sonriendo -Y seguro que Vivia aprecia el detalle.

El ojo, que se había escondido para no recibir la ‘’salpicadura’’ de Adara se colocó más cerca de Gael. Si el fuego fatuo lo miraba giraría sobre sí mismo, enfocando y desenfocando la visión. Cain quería poder verlos a todos mientras hablaban.

La pregunta de Noel, y las consecuentes reacciones del resto le hicieron preocuparse un poco. No concretamente por Matt, el tipo ni le iba ni le venía, pero no dejaba de ser un amigo de Wen.

-¿Quieres que pregunte a un par de personas? -le ofreció a la vouivre. No tenía noticias de ningún evento destacable en el que estuviese implicado el espectro de arena, y aunque no solía salir mucho del desierto por lo que tenía entendido cuando lo hacía solía llamar la atención.

En cuanto Wen comprobó que todos habían probado el champán, ordenó al resto de bandejas que levitaran fuera de la barra y se repartieran entre sus amigos. En cuanto a comida no había mucha cantidad ni variedad, pero sí había traído suficiente alcohol para que todos estuvieran satisfechos. No es como si sus amigos estuvieran obligados a beber o comer, pero no había querido que faltara nada de lo que se suponía que una fiesta necesitaba, aunque esto estaba siendo muchísimo más informal de los cientos de preparativos y detalles que Virgo y ella habían tenido en cuenta para la inauguración.

Al principio, cuando Noel preguntó por Matt, Wen iba a restarle importancia, pero el resto de sus amigos comenzaron a comentar como hacía mucho que no sabían nada de él ni habían tenido noticias, lo que hizo que la vouivre frunciera el ceño.

-Pues, no me había parado a pensarlo, pero es verdad que no lo veo desde hace muchísimo tiempo -contestó la británica-. No me había preocupado porque, bueno, es Matt. Todos sabemos lo inconsistente e impredecible que es. Supuse que todo este tiempo había estado dando tumbos por el desierto y que había estado tanto tiempo ahí que se había olvidado de la civilización, pero no llegó de vuelta la invitación mágica que le envié así que supuse que la había recibido y pretendía venir, al menos a la inauguración -expuso confiando en que aquello fuera lo que había pasado, aunque sí considero la propuesta de Caín-. Gracias, pero por el momento no creo que sea necesario. Seguramente nos bendiga con su grumosa presencia en un par de días.

La vouivre no quería pensar mucho en la posibilidad de que le hubiera pasado algo a Matt, sobre todo porque con alguien como el californiano lo más probable es que se estuviera preocupando en vano. Además, como ya había dicho, Matt era inconsistente y con él nunca se sabe cuándo va a aparecer hasta que aparece. La invitación había sido enviada y ni había sido rechazada ni había vuelto por si misma, así que Wen confiaba en que aparecería en las termas el día indicado.

Nadie había visto u oído hablar de Matt últimamente, y eso hizo que Gael frunciese el ceño con preocupación durante toda la conversación, hasta que Wen los tranquilizó explicando que la invitación no había regresado. Lo que decía tenía sentido, o ya habría regresado hacía días.
—Tienes razón, supongo que es pronto para preocuparse. Estará aquí antes de que nos demos cuenta, convirtiendo alguna de las termas en una playa californiana con su arena —dijo, quitándole importancia, a pesar de que seguía sin gustarle un pelo la larga ausencia del brujo. Por un lado no podía relajarse sin más después de todas las malas experiencias que ya habían vivido, y por el otro estaba decepcionado con Matt por ignorarlos a todos de aquella manera.

Cuando Noel se puso a dar unos largos Gael se rio, mirando malamente desde su posición al otro lado de la puerta.
—Sería más fácil en el mar, ¿no? —le preguntó, al ver cómo efectivamente las alas eran un poco problemáticas a la hora de nadar. El fuego fatuo entonces le robó la idea y, aunque no trató de fingir que nadaba sobre el fuego, flotó boca arriba sobre él y cerró los ojos, disfrutando del calor que subía por su espalda.

Giz decidió guardar silencio para enterarse bien. Se preocupó un poco cuando todos pusieron en común el tiempo que hacía sin que vieran al espectro, pero a la vez la vouivre lo tranquilizó. Era verdad lo que decía: el espectro de arena era una persona estridente, un buen brujo en cuanto a lo excéntrico también. Podía llegar en cualquier momento del brazo de una estatua de arena y saludarles como si los hubiese visto hace dos días.

Aun así, quedó con la mosca detrás de la oreja. Volvió de nuevo al borde de la terma para acomodarse y, de paso, dejar hueco a Noel. Se limitó a observar al draco nadando con una sonrisa distraída.

Que nadie supiera nada del brujo era preocupante, y atendió a la conversación con mala cara. Sin embargo, el detalle de la invitación perdida o retrasada podía explicarlo todo, y también era cierto que se había aislado de todos y que hacía tiempo que no daba señales de haber vuelto por la ciudad. Podía o podían dejarlo pasar como que Matt les ignoraba o no tenía ganas de estar por allí, o quizás una invitación a unas termas no era lo más adecuado para él... Pero el vampiro tenía el problema de los golems de su sótano. Si vendía la Bodega, o si dejaba de necesitarlos, ¿qué haría con ellos? Revenderlos estaba feo. ¿Llevárselos al Macetero? ¿Soltarlos en los Subterráneos o en la ciudad? Si vagaban por ahí y hacían cualquier destrozo aquí o allá, sería responsabilidad suya, pero tampoco quería desmontarlos sin más. Por eso lo quería hablar con él. No les veía utilidad si no era para proteger algo, y en el Macetero no los necesitaba.
—Avisadme si volvéis a tener noticias suyas, anda. Tengo que hablarle sobre los gólems —respondió sin ganas. Quería zanjar eso pronto.
—Bueno, piénsalo: podemos usarlos como huerto o floreros andantes en el Macetero —bromeó la bruja—Aparecerá, y ya se nos ocurrirá algo, anda.

El vampiro también se rió, aunque con la misma desgana que antes, y acabó sumergiendo la cabeza bajo el agua con los ojos cerrados. Era tremenda la paz que le daba estar así sin necesidad de respirar. Erika, en cambio, se encogió de hombros y se fijó en el draco, que se iba a nadar un poco. Ella sí acostumbraba a hacerlo en el lago subterráneo que tenían en el Macetero, para relajarse, descansar y rodearse de burbujas. Había escuchado a Gael hablar también sobre ello y se fue hacia Noel. Pero antes, se dirigió a Wen.
—Yo suelo nadar en el Macetero, peeeero ahora también lo haré aquí hasta que me eches —bromeó—. Voy a ver cómo le va a tu sueco —Su estilo favorito era el que se asemejaba a una rana, porque le encantaba bucear y rodearse de burbujas bajo el agua, pero también se defendía en el más común—. Gael tiene razón con lo de las alas, no sé... Pero puedo intentar echarte una mano, si te apetece —ofreció con una sonrisa. Le acompañaban una burbuja en cada ojo, que no eran otra cosa que sus "gafas de buceo".

Así que nadie tiene ni idea de qué ha sido del saco de arena… Raro, raro de cojones. Es que buah, ¡ni siquiera recuerdo cuándo le vi por última vez! Supongo que a menos que Wen reciba la invitación de vuelta no debería dar más vueltas al tema.

En otro orden de cosas, parece que ahora las termas se han convertido en una piscina de natación cualquiera. Sinceramente, no como si alguien se fuera a molestar por ello.

—Ya he probado alguna vez a nadar y sí, las alas lo hacen más jodido al principio. Pero eh, ya era la fucking master antes nadando, ahora con todo esto de estar más petada y magia y todo pues… Imagina.

En algunos mundos vinculados se puede nadar sin mucho problema, dependiendo de donde te metas. Buah, ¡incluso he llegado a pescar en dentro del agua en alguno! Cuando se me fue la olla y desaparecí por ahí sola y eso… Es una experiencia rara pero, la verdad, me moló tanto que lo repetí varias veces. Igual algún día debería repetir… Por lo que he oído Kankri tiene pinta de tener presas guapas guapas.

Cain se encongió de hombros y aceptó la negativa de Wen. No creía que hiciera falta decirle que la oferta seguiría en pie si en algún momento cambiaba de opinión. Le dio un sorbo a su copa. No tenía mucha hambre, por lo que desvió con cuidado la bandeja de aperitivos que flotaba hacia él para que otro pudiera asaltarla.

No perdió a Noel de vista. Tenía curiosidad por ver cómo se manejaba con las alas en el agua. El comentario de Adara le arrancó una sonrisa.

-¿Nos harías una demostración de esa maestría? -preguntó -Me pica la curiosidad. ¿Nadas como los murciélagos impulsándote con las alas o es algo más estilo pato?

Wen esperaba que la razón por la que Matt no había venido a su fiesta privada no fuera porque no podría meterse en el agua, ya que había preparado para él una terma de arena, al igual que había preparado la de fuego para Gael. Pero aunque sí que le preocupaba que llevara un tiempo sin dar señales de vida, la verdad era que se había acostumbrado a esa preocupación cuando del brujo se trataba, ya que no recordaba ni un solo momento desde que lo conocía en el que el californiano hubiera sido constante. Hacía tiempo que Wen había hecho las paces con la idea de que por muy amigo que fuera Matt, nunca se tomaría la molestia de informarles sobre lo que estaba haciendo con su vida y que podría desaparecer durante meses y incluso años y aparecer un día cualquiera a la vuelta de la esquina de forma completamente despreocupada.

Wen suspiró complacida con lo bien que se sentía el agua a su alrededor y cogió uno de los canapés que había en repartidos por las bandejas.

-Así me gusta, tomando decisiones que me enriquezcan -bromeó de vuelta con Erika-. Y tranquila, si vas a estar dejándote el sueldo aquí, no seré yo quien te eche.

La vouivre se regocijó de ver a sus amigos disfrutando del agua. Cuando un año atrás había planeado las termas, al principio había sido por su propia necesidad de disfrutar del agua dulce en sus escamas y en su piel por igual y con total seguridad, pero ver que sus amigos también podrían disfrutar de ello le hizo sentir bien.

-Oh, sí -bufó divertida cuando Caín retó a Adara-. Quiero una demostración también. Me intriga eso que has dicho de más petada y magia, ¿usas hechizos de impulso o algo así? En mi opinión eso sería trampa y no creo que la fucking master de la natación sea una tramposa, ¿no?

Gael se rió escuchando las respuestas a lo que había dicho Adara. Le habría encantado entrar al trapo en los piques sobre nadar, pero ya no estaba en posición de competir en el agua nunca más. Aun así no se le había olvidado la mención a visitar uno de los nuevos mundos vinculados, y que no se pudiese meter en el agua no quería decir que no fuese a disfrutar de una playa limpia y soleada.
—Este no es el mejor sitio para competir, que no son piscinas olímpicas precisamente. Vayamos un día a una playa como es mandado y allí competís en serio. Podemos hasta poner penalizaciones a los perdedores, como en los viejos tiempos.
Aquello podía ser muy divertido, siempre y cuando se ciñesen a hacer tonterías en el propio mundo vinculado despoblado. Era un buen cambio de aires ir a un sitio donde hagas lo que hagas no puedas meter la pata con los locales.

La bruja se reía nadando con sus amigos, pero cuando llegó Adara se detuvo y se cruzó de brazos en el agua.
—A la fucking master la encierro en una burbuja y se acabó, tranquilo —le dijo al draco, pero le sacó la lengua a Adara entre risas—. A la playa me apunto, Gael . ¿No te podrías hacer con un cuerpo acuático para acompañarnos? —le preguntó también.

Había duda en su voz, porque realmente no sabía si podría o no ni lo que implicaba. ¿A lo mejor con más magia no le salía rentable? Pero también se había imaginado al fuego fatuo dentro de algún delfín de la tierra, o alguna monstruosidad del mar de Rocavarancolia, y podía ser digno de ver.

¿Al estilo pato? Estilo… pato. Sé que no se refiere a eso, pero lo primero que me viene a la cabeza es una imagen de mí misma en postura de pato nadando sobre el agua. Y claro, por supuestísimo me da la risa tontísima. ¡Desde luego Adara, estás como una regadera!

—Por favor, sería estúpida si no usara todos los medios a mi disposición —digo en respuesta al resto, pero especialmente a la acusación de Wen—. Y… Bueno, creo que nunca he visto nadar a un murciélago, así que juzga por ti mismo.

Sin más, me lanzo a nadar. Tal como he hecho varias veces, acompaño el resto mis brazos y piernas con el de mis alas. Vamos, que para mí el secreto está en mover las alas con el resto de las extremidades, todo juntito para aprovechar el impulso extra que me dan las alas. Y joder si se avanza rápido. No cuelo hechizos de impulso esta vez, por eso. Esta piscina es muy pequeña y, además, estos son para cuando necesito esprintar. Cuando llego al otro lado, me impulso con la misma pared con un movimiento sencillo y vuelvo de la misma forma que vine. Una pena que no haya más espacio, pero aun así diría que he nadado bastante bien.

—¿Entonces qué? ¿Estilo pato, murciélago o burbuja? —Quiero sonar chulita, pero no puedo evitar que se me escape la risita mientras digo esto.

Adara no lo hizo mal, no iba a mentir. A Cain siempre le gustaba ver a los monstruos con anatomías insólitas en movimiento. Era algo fascinante, y más con un físico y musculatura tan definidos como el de la ángel negro.

Cuando la demostración terminó, el invocador borró su expresión de fascinación y la cambió por una sonrisa burlona.

-Hmmm veamos... -dijo acariciándose la barbilla -Yo diría que murciélago. ¿No os parece? -preguntó al resto.

Le sorprendió descubrirse interesado en la propuesta de Gael. Una excursión fuera de la ciudad, ¡y a la playa nada menos!

-Me apunto a eso. Hace tiempo que no me meto en una buena apuesta.