Ofiuco Aquae

Virgo saltó un pequeño socavón que había en el suelo para evitar caerse y siguió a dama Diurna hacia el interior apuntando en un pequeño cuaderno todo lo que esta iba comentando.

- Las puertas de servicio se tienen que ver lo menos posible, así que las esconderemos en esquinas o en los laterales. Si lo hacemos de forma ingeniosa no necesitaremos hechizos de ilusionismo y así evitamos complicarles el trabajo a los trabajadores - indicaba dama Diurna mientras mantenía entre sus manos el plano de planta de las termas que ella misma había dibujado -. Al final no vamos a levantar un tabique aquí, prefiero mantener en esta parte la estructura original del edifico. Nos ahorraremos algo de obra y así tanto en mi despacho como en el pasillo izquierdo no tendremos que meter mucho trabajo. He pensando que como sustituto de esa pared que íbamos a levantar aquí pondremos unos biombos con hechizos silenciadores así no se crearía una habitación per se que con el espacio tan pequeño que dejaba la entrada hubiera sido algo agobiante, sino que se crearía un rincón íntimo y privado pero con ambiente distendido y es precisamente el tipo de zona de reuniones que me interesa tener.

Virgo siguió a su jefa de nuevo a la habitación siguiente agachándose tras ella para pasar por un agujero en la pared. A la esclava no le importaba tener que esquivar todos los baches e impedimentos que había sobre el terreno mientras seguía a dama Diurna por el edifico, ya que se sentía bastante aliviada de que aquel fuera el primer día desde que habían empezado a trabajar sobre el terreno en el que se le había permitido llevar falda, ya que los trabajos anteriores habían consistido en quitar los escombros y demoler las partes dañadas o no necesarias, además de comprobar la solidez de la estructura y arreglarla o mejorarla en caso de ser necesario. La mayoría del trabajo realizado por su parte había sido mágico, pero la situación había requerido que se vistiera de forma práctica y lamentablemente las faldas que le gustaba usar no lo eran tanto.

Ciertamente todavía quedaba mucho trabajo por delante para convertir aquel amplio edificio vacío y en ruinas, a pesar de encontrarse completamente libre de escombros, en un negocio funcional, pero tanto su jefa como ella habían calculado que podría estar listo para la inauguración aproximadamente en 5-6 meses, incluyendo todos los pequeños detalles y toques finales y la contratación y formación del personal. Lo que según dama Diurna le venía perfectamente, ya que coincidía con un par de meses después de la cosecha por lo que tendría disponible ese extra de dinero necesario para esas partes finales.

- Todos los empleados incluyéndome tendrán un sistema de comunicación como el que tenemos en el Cuchitril - siguió la británica señalando el collar que llevaba Virgo al cuello y en el que había decidido poner su comunicador -. Pero no estoy segura de si dejar que cada uno lo lleve donde quiera o que todos lo lleven de la misma manera, tendré que darle una vuelta eso. La cosa es que aunque exista este sistema de comunicación, igualmente habrá una puerta que conecte el despacho y la zona de servicio. También he pensado que, puesto que quiero ponerle algún sistema de alarma a esa puerta para que no cualquiera pueda cruzarla, también lo haré con el resto de puertas de servicio. Así esas puertas solo podrá cruzarlas el personal y las de mi despacho solo con permiso. Pero me estoy yendo por las ramas, no vamos a entrar en eso ahora. Tanto eso como los detalles de ambientación de las termas, la carta de bebidas, etc, lo hablaremos más adelante. Lo mejor será que nos centremos en la distribución, al arquitectura y los materiales. Pregúntame todas las dudas que tengas sobre estos puntos, es muy importante que los tengas lo más claros posible, porque voy a tener que dejarte supervisándolos tu sola durante algún tiempo mientras yo me encargo de las obras en el subsuelo. El plan de traída de aguas y construcción de los hornos va a llevarme mucho tiempo y esfuerzo, así que te necesitaré aquí arriba controlando que todo vaya bien y al ritmo que debe.

Dama Diurna sacó de la bolsa sin fondo que llevaba atada al cinturón una pequeña pero alta mesa plegable que colocó en el suelo y luego cuaderno de cuero con las tapas atadas con un cordel que parecía contener más papeles sueltos acumulados en su interior que páginas del propio cuaderno. Abriéndolo con cuidado para que nada cayera, sacó de entre sus páginas una hoja doblada y volvió a cerrarlo y a guardarlo con cuidado. En una esquina de la mesa dejó el plano de planta que hasta entonces había tenido desplegado entre las manos y procedió a desdoblar el otro papel.

- Bien, como ya dijimos, vamos a seguir un estilo clásico griego, al menos en lo que a columnas se refiere. Evocará un poco a los baños de Bath, pero seguramente debido a las partes de madera, la paleta de colores y los muebles terminará siendo más bien ecléctico - siguió hablando mientras señalaba en la hoja dibujos y referencias de lo que iba comentando -. Quiero estas columnas para la puerta principal y la entrada; estas para los vestuarios y baños; estas otras para la zona de servicio y el despacho, y estas para el resto de zonas. Todas ellas en piedra blanca. Para los suelos y paredes usaremos mármol, este tono para el suelo y este para la pared. De los revestimientos y muebles de madera también tenemos que hablar. ¿Ya has encontrado a alguien?

- Si, contacté hace poco con un brujo de la madera que es un carpintero francamente capaz y tenemos una reunión con él para hablar de los detalles la semana que viene - contestó eficientemente Virgo -. Se llama Per. Le comenté un poco por encima el proyecto y me dijo que para algo de ese calibre prefería algo de tiempo para poder presentarnos varios diseños y muestras de material.

- Bien, bien. Puede que necesitemos más de una reunión hasta poder poner todos los puntos claros y especificar todos los detalles, pero por lo que me has dicho parece dispuesto así que no creo que haya ningún problema.

Virgo y dama Diurna pasaron el resto de la tarde ahí, revisando las notas y apuntes del cuaderno de cuero de la jefa, hablando de la obra que se llevaría a cabo tanto en esa planta, como en el subsuelo, e incluso haciendo marcas en el suelo y las paredes para indicar el lugar exacto en el que irían los nuevos tabiques, paredes, puertas y ventanas. La planta de arriba sería la última parte que se reformaría y dama Diurna había permitido que el diseño corriera a su cargo por completo, ya que estaba destinado a ser tanto su hogar como el de la mayoría del personal.

Wen suspiró de cansancio desde su posición sentada contra una de las columnas de la zona de aguas principal con un pie apoyado en el escalón inferior y el otro en el mismo en el que estaba sentada para que su propia pierna sirviera para apoyar los documentos que se encontraba revisando mientras Virgo al otro lado de la sala instruía a los nuevos empleados. Por el momento la británica había decidido contratar a cuatro empleados además de Virgo y ella misma, ya que consideraba que entre los seis podrían llevar el negocio en sus primeros meses hasta que comenzara a crecer. Aunque a la vouivre le gustaba pensar en ellos como ciudadanos libres contratados, la realidad es que eran esclavos que había comprado en el mismo sitio que a Virgo. Al principio, había sido una coincidencia graciosa encontrarse con Spica, pero cuando la siguiente vez se encontraron con Merak en seguida se dieron cuenta que parecía haber un patrón que estaban siguiendo de forma inconsciente y decidiendo que era bastante curioso lo usaron incluso como una variable consciente a la hora de tomar sus decisiones. Así fue como encontraron, tras Spica y Merak, a Zaniah y Nekkar, completando de esta manera el primer grupo de trabajadores de las termas.

Amasándose el entrecejo en un intento de alejar el estrés, Wen dejó de mirar a sus empleados y volvió a sus papeles. La inauguración estaba tan próxima que casi podía olerla lo que quería decir que desde hacia ya algunos días tenía una sensación constante de ir contrarreloj y de que los problemas que antes eran minudeces ahora se tornaban en grandes catástrofes, a pesar de que en realidad todo parecía ir viento en popa. Ya había contactado con un proveedor de zumos, batidos y otras bebidas preparadas que se veía muy prometedor, además de haber negociado con su vendedor habitual de tés y haber encontrado al menos dos potenciales proveedores de aceites esenciales, pero todavía le quedaba encontrar alguien que le suministrara los ingredientes para las mezclas de plantas y sales de baño que iba a incluir el catálogo de las termas. Además, el sistema rúnico de los paneles de selección estaban resultando un completo quebradero de cabeza y si bien había conseguido programar la selección de temperatura con éxito; la programación de la selección de las ilusiones, olores y sonidos se le estaba atragantando. Quizás porque al poder ir en conjunto y por separado requería más líneas de conexión y más complejidad, o simplemente era que por mucho que se hubiera ocurrido la base y tuviera algo de idea de cómo llevarla a cabo, era algo que se escapaba por completo de sus habilidades, sobre todo de su nivel de magia. Y no es que lo estuviera haciendo ella principalmente, ya que de ser así no habría llegado ni a los primeros hechizos básicos, pero había querido estar presente durante todo el proceso y quería poder entenderlo aunque no pudiera ejecutarlo.

A pesar de todo eso, resultaba bastante relajante y gratificante estar ahí, en medio de su casa de aguas termales, sus termas, ya casi terminada y lista para la llegada del público. Exceptuando su despacho, el cual había querido organizar y amueblar con tranquilidad, todas las estancias del local se encontraban perfectamente amuebladas y decoradas, con todos los detalles y retoques terminados. Tanto la planta baja, como la alta, como los hornos y tuberías se encontraban en optimas condiciones y preparados para ponerse en funcionamiento. Todavía quedaba hacer algunas pruebas o testeos para ajustar la velocidad a la que las termas se llenaban y los cambios de temperaturas, pero la vouivre confiaba en que todas esas pruebas se superaran de forma satisfactoria y sin problemas.

-Virgo, vamos a dejarlo por el momento -llamó desde su lugar a su asistente para que parara con la instrucción mientras se frotaba el cuello-. Pronto será la hora de almorzar si no ha sido ya y nos vendría bien a todos un descanso antes de seguir por la tarde.

La keniata asintió hacia su jefa y tras unas últimas palabras al resto de empleados, se dirigió hacia las bolsas que había dejado junto a la barra para sacar la comida que habían preparado. Durante las últimas semanas Wen y Virgo pasaban tantas horas en las termas que hacía tiempo que no les valía la pena volver al Cuchitril para comer si en seguida tenían que volver al trabajo, así que habían comenzado a traerse la comida preparada para poder aprovechar al máximo el rato de descanso en la sala de personal. De hecho, incluso los otros empleados preferían comer ahí con ellas en vez de subir al piso de arriba en el que habitaban, tanto por no perder el ritmo de trabajo como porque Wen traía comida para todos.

-¿Te duele? -preguntó Virgo al ver como su jefa se frotaba el cuello por segunda vez.

-No te preocupes, no es nada -tranquilizó la vouivre.

-La inauguración se acerca y todavía quedan cosas por hacer. Es normal que estés tensa.

-Sí, pero nada que un buen sueño no pueda arreglar. Creo que ha sido más por mi mala postura al sentarme ahora. Mañana por la mañana estaré como nueva -comentó frotándose de nuevo el cuello.

-Permíteme -pidió Virgo posicionándose a su espalda y poniendo sus manos en sus hombros-. Todavía queda una larga tarde de trabajo y no es bueno que sobrecargues de tensión la espalda.

Wen se dispuso a protestar, pero en cuanto las maravillosas manos de Virgo comenzaron a trabajar en sus nudos se limitó a cerrar los ojos con alivio.

-Mmm... Gracias, Virgo. ¿Qué habría sido de mi sin ti?

-Probablemente seguirías eligiendo el nombre de las termas.

El draco debía reconocer que se estaba a gusto allí dentro. Probablemente tuviera que ver con el hecho de que se trataba del negocio de Wen y ello le hacía más predispuesto a aceptarlo como algo bueno, pero a nadie le venía mal un poco de relajación de vez en cuando. El calor no era santo de su devoción, desde luego, pero aquellas aguas estaban a una temperatura agradable. El techo mostraba un reflejo del cielo, los aromas también eran armoniosos y… En fin, en realidad lo mejor era estar pasando un buen rato junto a sus amigos. Estaban allí todos sus allegados, incluido Cain.

—Entonces, ¿esta es la terma que lleva nuestro nombre o la tenemos que compartir de vez en cuando? —Bromeó, sabiendo obviamente la respuesta—. Al final vas a conseguir que me acostumbre a estas cosas de ricos —le dijo a Wen mientras pasaba un brazo por su hombro con una sonrisa.

El grupo se encontraba en la terma principal, que cuando el negocio abriese sus puertas al público probablemente habría días que estaría llena de gente, pero en aquel momento la tenían entera para ellos solos y había espacio más que de sobra para nadar. Hacía demasiado que el sueco no nadaba y no sabía muy bien cómo hacerlo ahora que tenía alas, aunque suponía que nadar a braza seguía siendo una opción, si bien no el resto de estilos.

No era la primera vez que Gael veía el edificio ni era ajeno a las ideas que tenía Wen para acabar de decorarlo, pero verlo terminado daba una impresión totalmente diferente. Como si por fin acabase de calar el peso de lo que la vouivre había conseguido por sus propios medios. Era un proyecto inmenso, y lo había llevado a cabo con éxito.

La inauguración privada le había parecido una idea estupenda para disfrutar con calma de las nuevas instalaciones, sin que aquello estuviese lleno de gente. La parte mala era que él, en concreto, no iba a disfrutar precisamente de la terma principal, pero allí estaba, haciendo compañía a sus amigos. La humedad del ambiente no le resultaba agradable a medida que volvía sus llamas más débiles, pero tampoco quería vestirse un cadáver para estar con sus amigos si no había alguna razón de peso detrás.

—No nos vamos a acostumbrar tan fácilmente al lujo, nacimos cuchitrileros y cuchitrileros moriremos —bromeó el fuego fatuo, que levitaba sobre Noel en aquel momento con las manos detrás de la cabeza, en pose relajada. A él en concreto aquella bañera no le iba ni le venía, pero sabía que Wen ofrecería servicios a medida de transformaciones con características especiales y tenía curiosidad por probar una bañera de fuego.

Giz no era ajeno al lugar, de hecho por fuera seguía siendo un edificio imponente y de gran atractivo, pero el interior de las termas sí que había cambiado y ahora estaba ante un establecimiento impecablemente decorado y con un ambiente agradable para el asreniano, gracias en parte a la temperatura que irradiaba del suelo. Eran pocos en la inauguración privada, pero eran los justos para poder disfrutar de la terma principal sin mucho agobio también.

El bañador de Giz era negro y aburrido, pero funcional, que era lo importante. A pesar de los intentos de Miloslava y Lean por que se pusiese uno de colores o diseños más arriesgados, el goliat prefería dejar lo llamativo para los ponchos y los festejos públicos. En ese momento, se recostaba contra la pared de la terma, sentado y en reposo, disfrutando con su cuerpo de sangre fría el calor prestado del agua.

—No sé, Gael, desde que estrellamos coches de lujo yo me siento otra persona, esta fiesta VIP tal vez sea lo que nos faltaba para terminar el proceso de adaptación a ricos —bromeó. Calló unos segundos y, de repente, le vino la iluminación—. Wen, acabo de darme cuenta... ¿Qué se siente al ser dueña y señora del cuerpo de agua más limpia de la ciudad? Los acuáticos se van a pelear por salir del mar y del río para venir aquí —se rio. Ciertamente, Rocavarancolia no trataba muy bien a sus ciudadanos menos adaptados para vivir fuera del agua y, si fuera uno de ellos, Giz estaría deseando ahorrar para pagar su entrada a las termas Ofiuco Aquae.

La visión exterior del edificio era una gozada. Tanto la bruja como el rubio habían exclamado alguna palabra de asombro al llegar y adentrarse en el interior. Alguna vez el vampiro había fantaseado con reconstruir la ciudad a imagen y semejanza de las viejas polis griegas, y ahora tenían unas termas directamente inspiradas en ellas. Era una pasada por fuera, y por dentro solo mejoraba tanto que incluso dio cierta envidia por lo bien organizado y lo mucho que se notaba cuánto tiempo, esfuerzo e imaginación le había puesto la británica.

Jack había tenido dudas con respecto al agua caliente, por cierto, porque hacía mucho que no visitaba las termas del Burdel, pero descubrió que podía estar cómodamente con el resto, y además le traía buenos recuerdos de su cosecha. Definitivamente vendría a menudo. Erika estaba en su salsa, nadando de aquí para allá, bromeando con los demás y formando burbujas. Él llevaba un bañador negro con rayas rojas y ella un bañador de una sola pieza, con un solo tirante con volantes, de color esmeralda.
—Yo aquí pensando en dedicarme a una vida más austera y ahora te curras este lujazo y yo ya no sé ...

Pero no pudo terminar. Una burbuja le había estallado contra la cara y escuchó a la culpable reírse.
—No seas cascarrabias, que antes has dicho que ibas a venir a menudo. Además, ellos nacieron cuchitrileros —les guiñó un ojo—, pero nosotros nacimos burdeleros y nos encanta el lujo, ¿no?
—¡Serás chivata! Wen y yo siempre nos picamos, debo seguir aparentando sin decir lo mucho que me gusta el sitio ni que pretendo convertirme en cliente habitual... —y al final se rieron los dos.

♪ I wish I had a riiiver I could skaaate awaaay on ♪

Por algún motivo me ha venido esta canción a la cabeza, aunque no tiene absolutamente nada que ver con la situación ahora. Es que joder, ya me dirás. Yo aquí con todo el chill flotando en las termas y cantando en mi cabeza una canción invernal. ¡Pero una bonita!

—Venga yaaa. ¡No os habéis acostumbrado antes al lujo porque no habéis querido! —Respondo a los quejicas estos. Por otro lado…— ¡Ajá Giz! Este es el paso que necesitábamos para alcanzar nuestro destino. Nuestro lujoso y decadente destino. Tú ya sabes de lo que hablo —esta vez me dirijo a Erika.

»¡Estos necesitan que los malcriemos más, Wen! Que sí, que vivimos en el Cuchitril, pero eso no significa que vivamos en un cuchitril. Aquí hay ya unos ciertos estándares que cumplir, oye. ¿Qué van a decir los vecinos sino? —Estoy siguiéndoles la broma, claro.

La verdad es que este sitio es un pasote. Wen ha prestado mucha atención a los detalles tanto con la decoración como con las mismas funcionalidades. Está hecho de tal manera que… Te relaja. Supongo que ayuda que desde que entré ya me sentía en un lugar totalmente distinto para empezar. Es de diez, fijísimo.

Cain se había sentido un poco mal con que ni Ariven ni Vivia le hubiesen acompañado. No le habían engañado con la excusa de que estaban ocupadas, sabía que querían que pasase más tiempo con sus amigos, pero ellas también eran amigas de Wen.

‘’No se preocupe, jefe, ya iremos a la fiesta grande’’ -le habían dicho. El invocador dejó escapar un largo suspiro y se hundió un poco más en el agua. Tal vez si supiese relajarse cuando estaban presentes no le harían semejantes encerronas para que socializara fuera del trabajo.

Aun así estaba encantado de estar ahí. El sitio era impresionante, no se había cansado de decírselo a Wen desde que vio los primeros planos hasta la gran revelación cuando lo terminó. La decoración era elegante pero sin dejar de lado la practicidad y la comodidad, y los hechizos para darle ambiente eran un toque inmejorable. ¿Cuántos sitios había en la ciudad donde pudiese sentir esa paz? Cain podía contarlos con los dedos de una mano. Y le sobraban dedos.

Llevaba puesto un bañador negro y dorado de Versace que le había regalado Jau y aún no había tenido ocasión de estrenar, y su bata a juego y su parche descansaban a unos metros de la piscina. Se había recogido el pelo. Daba gracias a que no tuvieran que llevar gorritos como en los spas de la Tierra o su coquetería no habría podido soportarlo.

-Formáis parte de la élite de la ciudad, ya va siendo hora de que lo aceptéis -regañó a los cuchitrileros con una sonrisa. Tenían buena reputación, buenos contactos y una posición bastante cómoda para vivir un trabajo y una ciudad tan peligrosa. El comentario de Adara le hizo reír - ¡Sí, malcríalos, Wen! ¡Haz que sucumban a la vida de ricos!

Cain se apoyó con los brazos cruzados en el borde de la piscina. Había espacio suficiente para nadar, incluso para alguien tan grande como Noel. Hacía años que el invocador no nadaba, pero no quería dejarse en ridículo con su pésima forma física.

-Por cierto, Wen, las chicas me han pedido que te recuerde que llevan mucho tiempo haciendo publicidad de tu negocio y que exigen pago en vales de descuento. Seguramente te lo dirán ellas mismas en la fiesta pero si no te lo digo yo antes es posible que atenten contra mi vida.

Wen estaba entusiasmada con la fiesta, sumergida en el agua, rodeada de sus amigos, vistiendo su bañador negro de dos piezas unidas con tiras cruzadas y el pelo recogido en una coleta alta. La había planeado como un momento tranquilo y agradable que tener con sus amigos después de todo el estrés y el trabajo que había sido la construcción de las termas donde podrían disfrutar del local de lo que había conseguido antes de entrar de lleno en el estrés y el trabajo que sería regentar las termas.

La vouivre estaba muy orgullosa de cómo había quedado el local donde hasta el último detalle había sido configurado cuidadosamente. Por todo el local se respiraba un aire de lujo clásico que era precisamente la idea que había querido trasmitir. Pero no todo el local estaba realmente acabado. Si bien su terma privada y despacho estaban completamente construidos, se encontraban vacíos de muebles, exceptuando por una cajonera, una silla y la mesa plegable que había estado usando como mesa de trabajo en el local durante las reformas. Teniendo en cuenta que durante los primeros meses Wen tendría que encargarse de ser anfitriona de las termas de forma casi exclusiva y no tendría mucho tiempo para hacer uso de su despacho, la británica había decidido tomarse la decoración y amueblado de su despacho con calma, decidiendo contactar con ese nuevo restaurador de muebles que había llegado a la ciudad para su espacio personal y no encargarle a Per piezas específicas que casaran a la perfección con el estilo de las termas como había hecho con el resto de muebles. Esperaba poder crear un espacio completamente suyo como nunca antes había tenido.

-Oh, no -respondió a la pregunta de Noel con una sonrisa-. La terma que lleva nuestro nombre está justo debajo de mi despacho. Es un poco más estrecha que esta, pero más larga, pero aún no está lista. Tendrás que esperar para disfrutarla.

Esa terma había sido creada exclusivamente para Wen, de acuerdo a su tamaño como serpiente y a sus preferencias, por lo que no contaba con todo el catálogo que el resto de termas tenía, ya que ella no necesitaba tanta variedad de elección, como fuego, niebla, sonido de guerra u olor a sangre. Era una terma de agua dulce de distintos mundos incluido syv, con sonidos armoniosos de naturaleza y paisajes tranquilos de bosques, playas, montañas nevadas o nocturnos. Era una terma creada completamente por y para ella, lo que no significaba de ninguna manera que en algún momento hubiera pensado que sería la única en usarla. Wen esperaba que sus amigos hicieran uso de las termas como clientes, tanto individuales como grupales, donde podrían relajarse y desconectar rodeados de un paisaje, olor y sonido totalmente a la carta, pero eso no quería decir que no querría de vez en cuando compartir su tiempo en una de las termas con ellos y, exceptuando esta fiesta privada de inauguración, no habría otra piscina donde hacerlo que la suya personal.

-Bueno, como criatura parcialmente acuática estoy encantada con mis aguas. Como mujer de negocios, deseando recibir cuanto antes a mi principal fuente de ingresos -contestó con una sonrisa socarrona a Giz recolocándose bajo el brazo de Noel para podes disfrutar mejor del agua que le rodeaba.

Wen rió complacida con el intercambio entre Jack y Erika, guiñándole un ojo de vuelta a esta última antes de hablar.

-Tranquilo, Jack, hoy es un día de celebración, nos podemos tomar un descanso. De hecho, me siento hasta generosa. Creo que no te voy a cobrar el baño de hoy -comentó estirándose de forma despreocupada.

A la vouivre le hizo gracia la discusión sobre el lujo que se generó. Ella misma solo había comenzado a ser partidaria de tener cosas bonitas y agradables tras su transformación y muy derivado de esta venía la parte del lujo y las cosas brillantes, pero también estaba muy en sintonía con la sensación general del Cuchitril de ser, a pesar de todo, gente simple que se contentaba con cosas sencillas. Por muy contrario a la realidad que pareciera aquello en Rocavarancolia.

-Bueno, algunos todavía parecen reticentes -comentó dándole una mirada significativa a Noel y Gael-. Pero creo que por el momento podemos empezar con pequeñas cosas.

Mientras hablaba una de las bandejas, las cuales tenían anclados hechizos de levitación para que fuera más fácil para los empleados mantenerlas en equilibrio mientras servían las bebidas, se había acercado levitando hacia ellos con un par de botellas de champán y copas de tubo para todos. En la barra, Wen y Virgo, quien había decidido no unirse a la fiesta ya que prefería estar en su habitación descansando con un libro, habían preparado bebidas varias y algunos aperitivos, pero la vouivre creía que la ocasión requería empezar con champán y con todo aquello sobre el lujo le habían dado la excusa perfecta.

Antes de comenzar a servir el champán, Wen recordó que le había preparado algo especial para el fuego fatuo y con la emoción de sus amigos viendo por primera vez su trabajo terminado se había olvidado.

-Oh, Gael, casi se me olvida. Tú también puedes bañarte si quieres. Esa de ahí que tiene la puerta abierta es individual y está preparada para ti -le indicó señalando la habitación más próxima y la única con la puerta levemente abierta-. Solo darle a un botón y como si acabaras de caer en una bacanal de piromantes. No tienes por qué usarla si no quieres, pero pensé que era injusto que fueras el único que no disfrutara de mi trabajo.

Aunque la terma individual era la más próxima a donde se encontraban, estaba lo suficientemente lejos como para que Gael necesitara gritar un poco para poder hablar, pero Wen ya tenía amuletos con hechizos de amplificación del sonido anclados que había preparado para esta ocasión.

-Pretendía darles descuento igualmente, no creo que esperaran algo diferente -contestó a Caín bufando por la tontería de sus amigas-. De todas maneras, creo que también las invitaré a comer al mesón en cuanto el negocio arranque porque si tengo que descontarles más de lo que pretendo, terminaré pagándoles yo a ellas.

—Eso es.
Le había dado la razón a Gael, aunque eso no le impidió reírse con la referencia de Giz al descapotable protagonista de su mayor locura hasta la fecha en la Tierra.
>>¿Y cuándo lo hemos negado? —preguntó retóricamente a Adara cuando esta dijo que no se habían acostumbrado porque no habían querido—. ¿Qué vecinos, por cierto? ¿Los colaespina? —continuó la broma.

Le sacó la lengua brevemente a Wen cuando hizo alusión a que el fuego fatuo y él no se querían adaptar al lujo, pero el comentario que definitivamente le hizo reír fue el de Cain.
—Aunque pueda parecerlo no pretendo ofender a nadie con esto, pero… Si nosotros, que nos autodenominamos “cuchitrileros” somos la élite de la ciudad es que el estándar está muy bajo.

En realidad no añadió nada más porque no quería arriesgarse a ofender al brujo, pero no entendía en absoluto qué criterio se suponía que se seguía para saber si alguien era “la élite”. A fin de cuentas Rocavarancolia no tenía clases sociales ni nada parecido, por suerte.

La vouivre explicó entonces que había preparada una terma especial para Gael y, aunque no era la primera vez que lo pensaba, cada vez era más evidente el esfuerzo y dedicación que la chica había puesto en aquel proyecto. El propio draco no era precisamente vago, pero no se creía capaz de llevar adelante algo tan grande como eran aquellas termas y estaba verdaderamente orgulloso de su pareja.

El fuego fatuo rio con el comentario de Giz, recordando la anécdota a la que se refería.
—Que conste que no escogimos un coche caro porque tengamos caché, sino porque no nos dan una mierda de pena la gente que se los puede permitir —le respondió gesticulando con desprecio, sin perder la sonrisa.

Gael se divertía mucho con los comentarios de sus amigos, pero al igual que le pasó a Noel, el de Caín no podía pasarlo por alto.
—¡La élite! ¿Qué pensará la gente que realmente esté peleando por convertirse en la élite al ver el aspecto de nuestra casa? —bromeó antes de romper a reír.

Todo el mundo parecía estar pasándoselo en grande, y precisamente por eso a Gael no le importaba ser el único que no se estaba bañando, pero sus ojos brillaron de emoción cuando Wen le ofreció la terma privada. Le parecía feo irse de allí, pero desde luego no iba a marcharse sin probar aquel invento de la vouivre.
—Eres la mejor, Wen —le dijo con una sonrisa, a medida que levitaba marcha atrás hacia la puerta que le habían señalado—. Disculpadme un momento, tengo que probarlo yo también para poder evaluar el servicio.

Gael buscó el botón al que se había referido su amiga y lo pulsó. Las llamas brotaron de la bañera hasta cubrirla, sin consumir el mobiliario a su alrededor. El fuego fatuo se frotó las manos y se sumergió en las llamas, que a él le proporcionaban una sensación similar a entrar en una sauna sin humedad. Era más agradable de lo que había pensado que sería, ya que hasta ese momento nunca se le había ocurrido relajarse sobre un incendio.
—¡Diez sobre diez! —oirían decir a Gael.