Ofiuco Aquae

Tras presenciar la respuesta de Wen, el fuego fatuo también sintió extrañeza y preocupación, pero no podían discutir eso delante de los invitados de la vouivre, por lo que no quedaba otra que seguir a la espera.

Las presentaciones continuaron, y Gael asintió cuando Noel les dijo que podían contar con su ayuda. Se veía que eran amigos de Irianna también, y el chico trabajaba para Jack, así que tarde o temprano iban a acabar conociéndose. Por un momento pensó en distraer a Adru con alguna broma sobre fuegos fatuos para que no le preguntase a Noel detalles de su transformación, pero no hizo falta porque ella misma cambió de tema.
—Mucho ánimo si tienes las miras puestas de verdad en convertirte en capitana —rio Gael cuando el gamusino habló de su mote—. Y sí, conocemos a Irianna y Jack es un buen amigo. Y por cierto, espero que te esté tratando bien, que si no le apretamos las tuercas sin problema. —Eso último lo dijo mirando a Neil con una sonrisa. Esperaba que el chico se fuese abriendo un poco más a medida que avanzaba la conversación. Esa timidez le recordaba un poco a sí mismo cuando tenía doce años.

Kaethe estaba ilusionada por la inauguración. No tanto por la fiesta en sí, sino por Wen. Ver acabado por fin todo el trabajo de su amiga era lo mejor de todo aquello, y lo que verdaderamente ilusionaba a la ghoul. Se había puesto un yukata de un tono lila, con un estampado floral. Era una prenda agradable y bonita, perfecta para la situación. El pelo se lo había recogido y decorado con una flor también lila.

Cuando llegó había ya más gente de la que esperaba, incluyendo algunos transformados de las últimas cosechas. Si no hubieran estado ellos, no habría dudado en correr hacia Wen y abrazarla, felicitándola por todo, pero al no estar solo rodeada de sus amigos se cortó un poco, más por timidez que por otra cosa. Esperó a que el grupito que estaba hablando con ella se alejara un poco antes de acercarse con una sonrisa.
—Por todos los dioses, este sitio es una maravilla. ¡Ha quedado todo genial! —le dijo. La verdad es que se moría por abrazarla, y tras unos segundos de duda terminó por hacerlo. Era su amiga, al fin y al cabo.

Neil sonrió tímidamente al intimidante chico cuando comentó sobre lo bien que cocinaban Eara y Ayne, suavizando su miedo ante el elogio que las habilidades de sus amigos recibieron. Aunque el hecho de que se etiquetaran como mercenarios le hizo encogerse de nuevo imperceptiblemente forzándose seguidamente a salir un poco de su "escondite" tras Adru recordándose que no podía juzgarlos por su apariencia amenazante o su oficio o su transformación, que el mismo se sentiría muy disgustado con quien juzgara a Rena por ser tan grande y amenazante o a Adru por estar en el ejército o a Ayne por ser un anima.

Con su nueva resolución y el ánimo de la mano de Adru, se acercó un poco más para probar alguno de los platos que había en la mesa, disfrutando como siempre de cualquier cosa que Eara cocinara.

-Por lo que he leído es un poco como la transformación de Pelusa y de Ayne, pero... diferente -explicó Neil a su edeel intentando resumirlo, pero frunciendo la nariz al no estar contento con cómo le había quedado la explicación. En realidad no es que pudiera decir mucho de ella, ya que la había leído por encima cuando había estado leyendo sobre transformaciones, más enfocado a las de sus amigos que a otras-. Yo soy un brujo de la cera -se apresuró a presentarse cuando vio que tanto Noel como Adru decían sus transformaciones.

Si alguno de los dos se fijaba, podrían ver que llevaba pulseras con bolitas de cera ralladas con los colores de las abejas y que vibraban un poco cuando el brujo hablaba.

-Oh, no, no -contestó alarmado al "ofrecimiento" de Koval sobre apretarle las tuercas a Jack-. Tanto Jack como Erika son unos jefes geniales, maravillosos incluso. Llevo muy poco tiempo y ya me han dejado presentarles un proyecto para incluir en la plantación colmenas. Han sido muy amables conmigo.

El aurva sí conocía la transformación de Noel, y sin embargo no pareció darle demasiadas vueltas, porque no era la primera vez que conocía a un inmoral. Pensara lo que pensara, era de agradecer que no lo exteriorizara. Cuando este dijo su transformación, Gael añadió rápidamente la suya, para no dar la impresión de que ocultaba algo. Además, sus llamas eran muy difíciles de ignorar.
—Ah, ¿de cera? Eso suena interesante. Yo soy un fuego fatuo, por cierto.

Gael se echó a reír cuando el brujo se apresuró a negar que Jack fuese mal jefe. Fuese cierto o una verdad a medias por respeto, su reacción le había pillado desprevenido por haberse tomado la broma en serio. Noel no tardó en encargarse de las explicaciones.
—Tenéis suerte de estar ya bien colocados en la ciudad —comentó dirigiéndose a ambos sinhadres—. El viñedo de Jack es tranquilo, y tú… —Miró a Adru—. ¿Jinete de dragón? Caray, eso tiene que ser lo mejor de estar en el ejército, espero que lo consigas pronto. Si hubiese esa opción cuando empezamos a trabajar a lo mejor habríamos acabado también en el ejército, ¿eh? —Le dijo a Noel, dándole un pequeño codazo.

Dama Isis reprimió un gritito de emoción por pura profesionalidad cuando dama Diurna le señaló a uno de sus empleados uniformados. No lo reconocería en voz alta, pero en Frivo nunca le habían dejado sacar adelante un proyecto con su nombre, ese era su primer trabajo de ese tipo. Había tenido los encargos de Cain, claro está, pero esos no eran tan… visibles.

Hizo un gesto de desdén ante el comentario de Irianna. Se exasperaba cuando sus amigos le quitaban importancia a sus logros.

-¡Tonterías! Eres una pionera -dijo.

Agradeció el detalle del libro. Ella no leía ficción, estaba acostumbrada a las telenovelas y los podcast, pero haría el esfuerzo con gusto por su amiga.

-¡Sí, vamos a explorar! !Quiero verlo todo! -exclamó agarrándose del brazo de dos de sus amigos -Nos veremos luego, dama Diurna. Mucha suerte con la recepción, sé por experiencia propia que puede ser un poco estresante.

Así, se marchó con su grupo, dejando tras de sí el sonido de sus tacones repiqueteando contra el mármol.

Como no podía ser de otra forma, Cain tenía que llegar elegantemente tarde. Aunque la realidad era que lo hacía menos por la entrada triunfal y más por darle tiempo a Wen para ambientarse; era un día importante y no quería que se saturase con su eterna comitiva. Había permitido que las chicas se adelantasen para darle apoyo. Era razonable, eran mucho más cercanas a la vouivre. Llevaba un sencillo traje de chaqueta negro con camisa del mismo color y el cuello bordado con laureles dorados, zapatos relucientes y su infinidad de anillos. No quería quitarle protagonismo a la anfitriona, ni a su propia corte. Mephis y Zedrig lo flanqueaban, cada uno cogido de un brazo. Ambos vestían túnicas blancas de tela vaporosa que dejaba poco a la imaginación y joyas de plata y oro blanco, en una versión un poco más refinada del estilo de sus compañeras. La cambiante iba con su aspecto favorito pero emulando la altura y edad de Zedrig por simetría.

-Dama Diurna -saludó Cain acercándose a Wen y tendiéndole la mano para hacer el paripé de señor de negocios. Su sonrisa delataba que podía echarse a reir en cualquier momento -Enhorabuena por la inauguración, ¡todo tiene un aspecto increíble! ¡Es impresionante!

Aunque su saludo formal fuese una broma sus palabras eran sinceras. Todo era perfecto, hasta el más pequeño detalle, y no podía evitar estar impresionado y un poquito orgulloso, incluso aunque ya había visto el resultado en la inauguración privada.

-¿Dónde está tu emplumado novio y el resto de…? Ah, cómo no -dijo al hacer un barrido con la mirada y localizar a Noel y Koval en la mesa de aperitivos. Si miraban en su dirección les saludaría con una sonrisa y un gesto de cabeza.

Vanyme, que iba un poco más atrasado, se fijó en Adru y Neil, y tras pedirle permiso a Cain y felicitar debidamente a dama Diurna fue hacia ellos a paso ligero. Vestía una falda de lino blanco estilo egipcio y un aparatoso collar de oro y piedras semipreciosas. Su pelo también estaba trenzado con hilo de oro.

-¡Adru! ¡Neil! ¡Hola! -saludó, entusiasmado -¿Habéis venido solos? ¡Ah! ¡Lo siento! Hola -añadió haciendo una pequeña reverencia para saludar también a Noel y Koval. Era imposible que no se hubiera fijado en ellos, pero el favoritismo le jugó una mala pasada. Esperaba que no se hubiesen ofendido.

Neil no pudo evitar fruncir un poco la nariz cuando Noel dijo "criaturas inmorales", pero en seguida relajó sus rasgos distraído por el comentario sobre el nombre de transformación de su edeel. A Neil al principio gamusino le había parecido una palabra graciosa, pero había sido aún más divertido cuando sus amigos les habían explicado lo que eran los gamusinos en la Tierra.

-¡Sí! -exclamó emocionado por poder hablar de abejas aunque fuera solo un poco-. Las abejas son animales tan bonitos. Son muy laboriosos también. Me gusta mucho ver cómo hacen sus panales y fabrican su miel, son unos animalitos muy interesantes. ¡Y tengo muchas ganas de probar su producción! Solo necesitan unos meses y podré hacer la primera recolección de miel. Tengo tantas ganas de probarla, quiero hacer tantas cosas con ella. Seguro que es deliciosa.

Al brujo le brillaban los ojos solo de pensar en las abejas, su miel y toda esa cera, por lo que no vio venir a Vanyme hasta que escuchó su nombre.

-¡Vanyme! -saludó alegre-. ¡Hola! Sí, parece que al final solo quisimos venir nosotros. Como no fuimos invitados directamente por la anfitriona, supongo que les dio un poco de corte venir, pero Adru y yo no queríamos hacerle el feo a Eara, Ayne e Irianna, que fueron quienes nos invitaron -explicó contento de hablar con el ulterano-. ¿Qué tal estás? ¿Ha venido Wheem? ¿Qué tal los conejitos?

Los negocios del grupo se volvieron durante un momento el centro de atención. La conversación era agradable, pero dama Diurna tenía que atender a todos los demás invitados que iban llegando y no podían acapararla mucho rato más. Cuando el resto tomaron la decisión de adentrarse en la zona de termas para ver cómo había quedado todo, los sinhadres dieron su aprobación encantados. Se despidieron de dama Diurna y pasaron cerca de Adru y Neil, aunque por el momento solo les saludarían si al pasar miraban en aquella dirección. Habría tiempo de sobra para hablar con todos los conocidos.

Fueron hacia la terma comunal, la más grande. El ambiente era cálido y húmedo, pero lo primero que llamó la atención de los sinhadres fue el techo, ya que de un vistazo parecía una gran cristalera. Era la primera vez que accedían a aquella parte de las termas, y necesitaron un momento para admirarla con detenimiento. Todo el edificio tenía una estética desconocida para ellos, pero agradable a la vista al fin y al cabo.
—¿Os vais a mojar ahora? —preguntó Eara con una sonrisa. No podía esperar a remojar un poco los pies, aunque no pudiese pasar de ahí.


A Gael le hizo gracia cómo el chico tímido se soltó al hablar de algo que le gustaba, y sonrió ante el halago de Adru, aunque él no pinchase ni cortase en el aspecto de sus llamas.
—Gracias, me aseguraré de no cambiarlas de color —bromeó—. Buscadla si no la conocéis, es una caja de sorpresas —dijo también, con una pequeña risilla. Aquel no era el lugar para ponerse a hablar de cadáveres. De hecho era más apetecible hablar de dragones (o de abejas).
»Si algún día nos llaman para colaborar con el ejército podrías dejarnos acercarnos a uno de los dragones —le sugirió a Adru guiñándole un ojo—. Eh, al menos no creo que yo me queme.

Cuando vio llegar a Vanyme se dio cuenta de que también lo había hecho Caín, que hablaba un poco más allá con Wen. Le devolvió el saludo cuando sus miradas se cruzaron, y se centró de nuevo en el terra. Le había sorprendido que los novatos le conociesen.
—¡Buenas! —le saludó, y después de escuchar el intercambio con los sinhadres no pudo evitar bromear de nuevo—. No sabía que ahora en el burdel habíais montado una granja de conejos.

Wednesday

-Cuando quieras. Tú solo avisa a alguno de los empleados cuando estés preparada y me llamará -contestó amablemente a Irianna, ya que no quería perderse su reacción.

Wen se despidió del grupo cuando todos decidieron que querían ver el interior y probar las termas y la vouivre les deseó que lo disfrutaran, aunque se abstuvo de decirles que le comunicaran cualquier problema a Virgo, convenciéndose a sí misma de que lo harían sin que ella les dijera nada y que, sobre todo, Virgo estaría muy atenta para que todo saliera bien.

A penas el grupo se había alejado un poco, cuando le asaltó Kaethe que no perdió tiempo en felicitarla y abrazarla. La británica apretó entre sus brazos a su amiga disfrutando del gesto de cariño, pero tuvo que soltarla antes de lo que le hubiera gustado consciente de dónde se encontraban.

-Muchas gracias, Kae. La verdad es que tenía muchas ganas de que lo vieras terminado y me dieras tu opinión -le dijo antes de mirar al rededor de la sala para calcular rápidamente cuántos invitados ya habían llegado y cuántos quedaban-. Si me das un momento te daré personalmente una visita guiada. Todavía quedan algunos invitados por llegar y a los que tengo que saludar, pero no son muchos. Si no puedes esperar, también se la puedes pedir a Noel o Gael o a alguno de mis empleados que lo harán sin problema.

Cuanta más gente cercana y de confianza llegaba a la fiesta, más segura de sí misma y cómoda se encontraba la británica y eso permitía que sus nervios se fueran disipando, por lo que la llegada de Caín, flanqueado por Mephis y Zedrig, también la hizo sonreir.

-Aprecio profundamente los halagos y solo puedo decir que, en cuanto a los negocios se refiere, aprendí del mejor -contestó Wen siguiéndole el juego a Cain, pero siendo sincera en su declaración. La vouivre había aprendido mucho de administrar un negocio como el suyo al ver al invocador hacerlo y era consciente de que no habría sabido por dónde empezar en muchos casos si no fuera por él

Wen también saludó a Mephis, Zedrig y Vanyme con un gesto amable y cálido, pero más profesional, ya que aunque les tenía aprecio, habían sido compañeros de trabajo y podía llegar a considerarlos amigos, no tenía con ellos una relación tan cercana como la tenía con Ariven, Vivia y Circe.

- Sí, como ves, son bastante predecibles, aunque en su defensa diré que les he incitado un poco a ir en esa dirección. No quería que la gente tuviera vergüenza de acercarse a la mesa de aperitivos y esperaba que su presencia quitara ese miedo -comentó riendo un poco al ver dónde había caído la mirada de Cain. Teniendo en cuenta que tanto Spica como Merak habían tenido que reponer ya varias bandejas de aperitivos de la mesa, parecía que su suposición había sido correcta.


Kimbra

Kimbra se despidió de Diurna y siguió al grupo por el pasillo que conectaba la recepción con las aguas termales.

-No creo -le contestó a Eara mientras admiraba la estética del lugar-. Dama Diurna ha dado a entender que no solo está abierta al público ahora mismo la terma comunal, sino también las individuales y grupales, que supongo se encontraran al otro lado de esas puertas abiertas -indicó señalando las susodichas puertas, a través de las cuales se podían ver, efectivamente, termas de distintos tamaños con distintas ilusiones adornando sus paredes-. Sugiero que las visitemos una por una y luego decidamos en cuál de ellas queremos probar el agua.

En las paredes de la habitación que había estado señalando la demonio podía verse un extenso e infinito prado verde soleado que bien podía ser una representación de parte del paisaje de Krabelin y en la de al lado podían verse dunas y grandes extensiones de arena que parecían estar meciéndose en un viento cálido. Si bien desde donde estaban situados solo se podían ver perfectamente el interior de estas dos habitaciones y otra más de refilón, la cual parecía estar ambientada en un bosque profundo de vegetación muy similar a la que se podría encontrar en El Macetero, la Hija de Lunas había deducido sabiamente que cada una de las termas estaría ambientada o representaría un mundo vinculado y, puesto que no había suficientes habitaciones para abarcarlos todos, la engendro tenía curiosidad por ver cuáles habían sido elegidos.

Se despidieron de dama Diurna para que pudiera seguir atendiendo a sus invitados y siguió a sus amigos.

"Tengo curiosidad por ver a qué se refería, ¿tú no, Irianna?" comentó impregnando sus pensamientos de esa curiosidad que sentía. "Parece maja, por cierto" dijo finalmente mientras andaban aunque solo para las mentes de sus amigos.

Pasaron cerca de los sinhadres y Varsai reconoció a Noel y Koval de cuando la reconstrucción de las dragoneras. Se desvió ligeramente a la mesa para coger algo de comer mientras andaban y le dirigió a Adru un guiño cómplice y una sonrisa felina aunque no estaba segura de que se hubiera dado cuenta. "Como siempre muy rico Eara" le dijo a la chica tras probar la comida.

La terma principal era muy bonita y el techo acristalado le daba buena iluminación. "Creo que voy a venir cuando salga la Luna para verlo mientras me doy un baño" comentó de buen humor. Miró las otras puertas que señalaba Kimbra "¿Adónde vamos primero?".

-Oh, vaya, es una lástima -comentó Vanyme. Estaba decepcionado por no poder ver a los pequeños, pero igualmente se alegraba de que Adru y Neil estuvieran allí, a veces las reuniones con mucha gente le ponían nervioso -Wheem está castigado -dijo con una sonrisa de circunstancia, consciente de lo raro que sonaba -Yo estoy bien, gracias, y  los conejitos también, cada vez más grandes. Vivia les ha hecho fotos con su cámara, la próxima vez os las puedo enseñar.

Ni Koval ni Noel parecían molestos en lo más mínimo por su desliz y le devolvieron el saludo, para alivio y alegría de Vanyme.

-No soy tan cercano a dama Diurna pero quería mostrarle mi apoyo, además tenía mucha curiosidad por este sitio, el señor Cain habló tan bien de él -confesó. La idea de termas que tenía era las del burdel, no sabía que pudiesen ser algo tan público y la posibilidad de tener un lugar seguro en el que conocer gente y socializar le atraía -De hecho ni siquiera sabía que había comida. ¿Es algo habitual en las inauguraciones? También había en la tienda de dama Isis.
Con un ‘’con permiso’’ cogió uno de los canapés para probarlo y sus ojos se iluminaron. ¡Estaba delicioso!

-No eres molestia, para nada -le aseguró a Adru tras tragar rápidamente para poder responderle. Se lamió los dedos -Podéis venir cuando queráis, ya conocéis mis horarios.

El comentario de Koval le pilló con la boca llena de un segundo canapé.

-¡Ah, no, no, nada de eso! -exclamó -Solo tengo dos, como mascota. Fueron un regalo del señor Cain. Ni siquiera pueden reproducirse, vuestro amigo Giz los hizo así.

No pilló que fuera una broma y estaba genuinamente confuso de que no supieran que tenía conejos cuando habían sido creación de uno de sus compañeros.




Dama Isis soltó un suspiro de admiración cuando entraron en la terma pública. Era grandiosa. Algo digno de la ciudad de los milagros, para variar.

-Tiene que ser toda una experiencia, sí -respondió a Zarpa. Nadar bajo el influjo de la Luna Roja debía ser una experiencia de ensueño.

Le pareció buena idea inspeccionarlo todo antes de darse un baño, así podrían elegir. Siguió al grupo a veces retrasándose para verlo todo a conciencia a veces tomando la delantera por pura impaciencia. La terma sugerida por Irianna le enamoró.

-No sabría decirte ¿No lo pone en ningún sitio? -dijo mirando alrededor por si había algún cartel explicativo -¿Los animales serán de verdad?

Se agachó al borde de la orilla y metió la mano en el agua para acariciar una anémona pero la atravesó. Era un hechizo ilusorio, pero uno bastante bueno. Incluso podía oler la sal.




La sonrisa de Cain se ensanchó aún más con los halagos de Wen. Estaba tocando una parte de su ego que no salía a la luz muy a menudo.

-Una jugada maestra -dijo. Seguía mirando hacia la mesa de aperitivos, fascinado porque Vanyme se hubiese incluído en la conversación con los cuchitrileros y la parejita sinhadre sin ningún problema. Parecía que iba a poder dejarlo a su aire toda la velada. -¿Y bien? ¿Qué recorrido me recomiendas? ¿Hay algún cambio de última hora que deba tener en cuenta? Si no ya puedo dejarte en paz con tus tareas de anfitriona y llevar a estos dos a bañarse.

Como ya había visitado las termas antes, no necesitaba realmente ninguna indicación, pero mejor asegurarse. Notaba a Mephis apretándole el brazo con disimulo para que dejase hablar y se diera prisa. No lo habia dicho en voz alta pero se moría por ir a nadar. Él por su parte no pensaba desnudarse delante de media ciudad.

Eara le sonrió a Varsai cuando se dirigió a ella tras probar algo de la mesa. No sabía qué era lo que había cogido pero igualmente le dio las gracias. Ahora que estaban en la terma principal se les abrían varias posibilidades, como bien había dicho Kimbra, aunque era posible que alguna de las termas ya hubiese sido ocupada por otros asistentes a la fiesta.

Los sinhadres asintieron cuando Varsai comentó que se estaría bien allí cuando estuviese la Luna en el cielo. En realidad llegaba a ser bastante angustioso, sobre todo los primeros días, y aquel ambiente silencioso y relajante podía ser una buena manera de disfrutar de la Luna sin sentir que la ciudad se había vuelto aún más loca. Aquello era especialmente cierto en el caso de Eara, a la que la Luna solo le producía angustia. De alguna manera sentía su influjo, aunque no le afectase, y era una sensación perturbadora.

Mientras miraban la decoración de las termas que habían entrevisto tras las puertas, Irianna sugirió una en concreto con una ambientación como no habían visto nunca antes. No se parecía al lago de Idris ni al mar de Rocavarancolia. Si acaso, se parecía más a las playas que habían visto a lo lejos en Varmania, pero el cielo y el agua eran de un azul tan intenso que parecía artificial, y la vegetación les era desconocida. Ninguno de los dos objetó acerca de elegir aquella.

Cuando vieron a Isis intentar tocar un animal ilusorio se dieron cuenta de hasta qué punto dama Diurna había cuidado los detalles. Era excesivo y maravilloso.
—Podemos preguntarle a un empleado qué mundo es este —sugirió Ayne.
—A mí me encantaría poder visitarlo —admitió Eara, que ya se sujetaba la falda para poder meter los pies en el agua.

Wednesday

-Bueno, te recomiendo primero que pruebes los aperitivos porque realmente Eara y Ayne son unos artistas -comenzó con una sonrisa a Cain-. Pero creo que lo que más os puede gustar es la ambientación de las termas. He abierto todas las termas privadas cada una ambientada en un mundo vinculado. No creo que sea un gran reto, pero a ver si adivinas todos ellos.

Al principio, Wen había querido mostrar todo el potencial de las termas mostrando los tipos de "aguas" del catálogo y las escenas, olores y sonidos más raros y diferentes que se podían encontrar, pero tras meditarlo y discutirlo con Virgo, finalmente decidió que todos fueran de agua a distintas temperaturas y la ambientación fuera usando los packs predeterminados de mundos vinculados con la posibilidad de ir cambiando de mundo según cómo avanzara la noche, aunque sospechaba que Virgo todavía no lo había visto necesario. Además, los empleados tenían permitido, e incluso recomendado, cambiar algunos detalles si algún invitado lo pedía, ya que tampoco podría negarlo cuando ella misma pensaba darle la libertad a Gael de programar una de fuego si así lo quería y enseñarle a Irianna su última adhesión al catálogo.


Kimbra

Kimbra analizó detenidamente el paisaje que representaba la terma sobre la que Irianna había preguntado.

-Si bien no he tenido mucho tiempo de visitar en profundidad estos mundos, yo diría que podría ser Kankri o Mjörne, pero es posible que me esté confundiendo. Como ya he dicho, no los conozco lo suficiente -contestó con su teoría, pensando que fuera cual fuera se veía como un mundo agradable que visitar.

La engendro miró con curiosidad los animales que había señalado Isis, decepcionándose un poco cuando la frivy demostró que no eran reales.

-Probablemente traer los animales aquí solo para la inauguración no compensaría el coste, pero no descartaría la posibilidad de que pudiera incluirse de alguna manera en el servicio por el precio indicado -comentó pensando que, quizás, a alguno de sus amigos les agradaría la idea de nadar con animales inofensivos y también que si era una petición habitual, podría ofrecer sus servicios a Diurna al respecto-. Si queréis podéis ir metiéndoos en el agua si ya habéis decidido que esta es la elegida y yo puedo acercarme a uno de los empleados a preguntar por el mundo al que representa para que resolvamos la duda -se ofreció la engendro cuando Ayne sugirió la posibilidad de preguntarle a un empleado por la información.


Irenneil

La cara de Neil se entristeció cuando Noel dijo que cabía la posibilidad de que en la Tierra hubieran extinguido a las abejas, pero la pregunta de Adru le distrajo de esos horribles pensamientos.

-Oh, creo que no. Quiero decir, recuerdo haber leído el nombre, pero no he leído en profundidad sobre todas las transformaciones existentes, solo sobre las de nuestros amigos o alguna que despertaba mi curiosidad. Quiero decir son realmente... muchas -contestó un poco avergonzado por no haber sentido interés por la transformación de su nuevo conocido-. Oh, lo haré. Ahora que sé que es la tuya, me gustará leer sobre ella -aseguró intentando aplacar su vergüenza.

Neil siguió sonriendo a Vanyme mientras los demás le saludaban, pero aprovechó para probar otro canapé de la mesa, ya que eran realmente deliciosos.

-Oh, ¿castigado? Pobre... Espero que no sea nada grave -dijo con consternación por la noticia de que no vería a Wheem esa noche y esperando que el brujo no se hubiera metido en un lío feo-. ¡Oh, sí! ¡Nos encantaría ver las fotos! Seguro que Eitne querrá tener una.

Gael se rio por la aclaración de Vanyme tras su broma.
—Solo me llamó la atención que se hubiesen vuelto una atracción tan popular. —«En un burdel, encima» pensó, pero le pareció feo agregar eso en voz alta.

El asunto de Wheem también le llamó la atención tras eso, pero al igual que Noel no quería meter demasiado las narices por si era algo privado, así que no añadió nada aparte de una mirada de interés cuando el draco preguntó al respecto. También estaba pensando en lo que le había dicho a Neil y esperaba que fuese una lección útil para ellos, si no conocían ya a algún transformado con aquella problemática.

Adru se tomó su broma más en serio de lo que habría esperado, pero si realmente conseguían acercarse a un dragón real gracias a conocerla no sería él quien se quejase.
—¡Está hecho! A cambio nos aseguraremos de guardarte las espaldas —le aseguró.

El mensaje telepático de Noel le hizo sonreír, aunque pudiese parecer que sonreía escuchando la conversación entre los sinhadres y Vanyme o que prestaba atención a otra cosa en algún lugar de la recepción.
«Si no nos corrige supongo que será mejor no decir nada, imagino que es incómodo que te hagan preguntas al respecto constantemente» le respondió al draco. La parte que le había hecho gracia, sin embargo, era cómo había descrito el contraste entre ellos y la efusividad del gamusino. «Creo que precisamente les viene bien ser tan opuestos, se equilibran entre sí estupendamente».