Las cadenas con las que nos atamos
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- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face
Las cadenas con las que nos atamos
07/11/23, 04:37 pm
Había ido a tantos funerales que hacía tiempo que había dejado de contarlos. De familiares cercanos y lejanos, de nobles a los que no había visto más que un par de veces de pasada pero en los que se suponía que tenía que estar, de familiares de amigos y, los que menos, de gente de su edad. Eran todos iguales en cierto modo, y es que exceptuando los privilegios de enterramiento que tenía la nobleza, no es que en Libo hubiera mucha más tradición que la de velar el cuerpo. Una noche y un día, aunque dudaba que pudieran mantenerlo en el torreón tanto tiempo, ya que no podían evitar la descomposición del cuerpo, y viendo las reacciones de sus compañeros ante la muerte suponía que tampoco iban a querer que siguiera allí más de lo necesario.
Subió al cuarto donde habían dejado a Serena al anochecer, viendo por primera vez el cuerpo cubierto con una sábana a modo de sudario. No iba a ser el primer cadáver que viese, ni tenía un vínculo con Serena que le hiciera aquello difícil, pero sabía que cuando la retirase se encontraría su cara hinchada por el veneno, muerta por algo que no habían previsto, y tardó un par de segundos en hacerla. Las familias en Libo solían quedarse algo del difunto, y lo más sencillo iba a ser algo de pelo. Ató con una cuerdecita que habían apañado como coletero un mechón de la pelirroja y cortó un fragmento de este antes de volver a taparla. Lo ideal sería tener algún guardapelo, pero de momento lo guardaría donde pudiera. A lo mejor alguno de los humanos se lo podía dar a su familia cuando volviesen, y es que estaba convencida de que sus familiares querrían algo para recordarla, no que volviesen a avisarles de su muerte con las manos vacías.
No esperaba que nadie subiera con ella, así que se sentó en una banqueta que habían dejado cerca de la cama. Iba a estar allí bastantes horas, y prefería estar cómoda durante ese tiempo. La posibilidad de no hacerlo, de pasar una noche normal en su cuarto, ni siquiera había sido contemplada. Aquello era lo que se hacía en los funerales, no había otra opción.
Subió al cuarto donde habían dejado a Serena al anochecer, viendo por primera vez el cuerpo cubierto con una sábana a modo de sudario. No iba a ser el primer cadáver que viese, ni tenía un vínculo con Serena que le hiciera aquello difícil, pero sabía que cuando la retirase se encontraría su cara hinchada por el veneno, muerta por algo que no habían previsto, y tardó un par de segundos en hacerla. Las familias en Libo solían quedarse algo del difunto, y lo más sencillo iba a ser algo de pelo. Ató con una cuerdecita que habían apañado como coletero un mechón de la pelirroja y cortó un fragmento de este antes de volver a taparla. Lo ideal sería tener algún guardapelo, pero de momento lo guardaría donde pudiera. A lo mejor alguno de los humanos se lo podía dar a su familia cuando volviesen, y es que estaba convencida de que sus familiares querrían algo para recordarla, no que volviesen a avisarles de su muerte con las manos vacías.
No esperaba que nadie subiera con ella, así que se sentó en una banqueta que habían dejado cerca de la cama. Iba a estar allí bastantes horas, y prefería estar cómoda durante ese tiempo. La posibilidad de no hacerlo, de pasar una noche normal en su cuarto, ni siquiera había sido contemplada. Aquello era lo que se hacía en los funerales, no había otra opción.
Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carismaPersonajes :- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
- Rick: humano, neoyorquino
- Erknest: humano, italiano/inglés Kamaitachi
Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.
Armas :- Rick: Sable y arco
- Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire
Status : The journey never ends
Humor : Cualquier cosa me vale.
- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
Re: Las cadenas con las que nos atamos
08/11/23, 12:42 pm
Por supuesto que no podía dormir. Después de todo lo ocurrido, Rick no tenía energía para nada y se fue a la habitación en cuanto empezó a anochecer. Se puso el pijama y se metió en la cama, aunque no con intención de descansar, al menos no todavía. Quería estar solo, o al menos eso creía pero tampoco estaba a gusto sin compañía, pero tampoco cuando había estado abajo con todos... ¿Era lo normal sentirse así cuando perdías a alguien? Quería consuelo, pero a la vez pensaba que nada podía animarle aunque fuera un poco.
En la oscuridad pensó de todo: nuevas estrategias que no fueran a fallar, lo mucho que dolía la muerte de Serena, por qué habían decidido envenenar la comida, la terrorífica escena de esa mañana... No conseguía dormir ni aunque quisiera, su mente estaba agitada con imágenes de la escocesa en sus últimos momentos, pensamientos de culpa por no haber podido hacer nada, todo en un bucle continuo. La oscuridad en esa ciudad era asfixiante, esa noche lo era aún más.
Aún con todo el cansancio acumulado, pero teniendo claro que no iba a conciliar el sueño, Rick decidió levantarse. A falta de alguna lámpara, se había acostumbrado a dejar una vela en la mesita de noche por si acaso tenía que bajar en mitad de la noche. Tanteó en la oscuridad hasta dar con ella y con la cerilla a su lado y ya de pie la encendió después de un par de intentos. Sin hacer ruido, salió al pasillo en dirección a cierta habitación, una a la que temía pero sentía la necesidad de seguir en ella.
Al neoyorquino le extrañó ver claridad asomando por la puerta entreabierta, no se esperaba a nadie allí. Antes de acercarse del todo, tomó aire para mentalizarse y abrió despacio. Allí estaba el cuerpo de Serena y sentada a su lado estaba Kalna. -Ah, hola. Pensaba que no había nadie por aquí- dijo sin alzar demasiado la voz, con un deje que mostraba tanto como su cara lo cansado que estaba, tanto por la hora como por todo. Volvió a dejar la puerta como estaba, aunque por unos momentos se planteó volver a su cuarto para no molestar. Al final decidió quedarse.
-¿Tampoco puedes dormir?- preguntó, para luego de quitarse las pocas dudas que le quedaban hacer otra -Ehm, si no molesto, ¿puedo hacerte un poco de compañía?- Con eso último echó también una rápida mirada hacia la sábana. También le pareció ver algo que tenía la libense en las manos, pero desde la entrada no conseguía distinguir qué era exactamente.
En la oscuridad pensó de todo: nuevas estrategias que no fueran a fallar, lo mucho que dolía la muerte de Serena, por qué habían decidido envenenar la comida, la terrorífica escena de esa mañana... No conseguía dormir ni aunque quisiera, su mente estaba agitada con imágenes de la escocesa en sus últimos momentos, pensamientos de culpa por no haber podido hacer nada, todo en un bucle continuo. La oscuridad en esa ciudad era asfixiante, esa noche lo era aún más.
Aún con todo el cansancio acumulado, pero teniendo claro que no iba a conciliar el sueño, Rick decidió levantarse. A falta de alguna lámpara, se había acostumbrado a dejar una vela en la mesita de noche por si acaso tenía que bajar en mitad de la noche. Tanteó en la oscuridad hasta dar con ella y con la cerilla a su lado y ya de pie la encendió después de un par de intentos. Sin hacer ruido, salió al pasillo en dirección a cierta habitación, una a la que temía pero sentía la necesidad de seguir en ella.
Al neoyorquino le extrañó ver claridad asomando por la puerta entreabierta, no se esperaba a nadie allí. Antes de acercarse del todo, tomó aire para mentalizarse y abrió despacio. Allí estaba el cuerpo de Serena y sentada a su lado estaba Kalna. -Ah, hola. Pensaba que no había nadie por aquí- dijo sin alzar demasiado la voz, con un deje que mostraba tanto como su cara lo cansado que estaba, tanto por la hora como por todo. Volvió a dejar la puerta como estaba, aunque por unos momentos se planteó volver a su cuarto para no molestar. Al final decidió quedarse.
-¿Tampoco puedes dormir?- preguntó, para luego de quitarse las pocas dudas que le quedaban hacer otra -Ehm, si no molesto, ¿puedo hacerte un poco de compañía?- Con eso último echó también una rápida mirada hacia la sábana. También le pareció ver algo que tenía la libense en las manos, pero desde la entrada no conseguía distinguir qué era exactamente.
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
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Re: Las cadenas con las que nos atamos
08/11/23, 02:40 pm
Alzó la vista cuando oyó la puerta y una voz, tensa. No esperaba a nadie, y las emociones de ese día hicieron que lo primero que pensase es que había un intruso. Aquella paranoia, al menos, no era real, porque la persona que estaba delante era Rick. Se le notaba cansado, y suponía que no era solo por ser de noche. Ni siquiera era tan tarde para sus estándares, aunque seguía siendo incapaz de saber cuando era la media noche, pero el día había sido largo y se notaba.
Parpadeó un par de veces ante la primera pregunta, sin saber muy bien qué responder. ¿Podía dormir? Si Rick se refería a si podría conciliar el sueño tras los eventos sucedidos, tendría que pensarlo, y es que el sentirse vulnerable, el que les hubieran atacado en su refugio, podía fácilmente haber hecho que se pasara unas cuantas horas en vela, buscando alguna manera de evitar que volviera a pasar. Pero el motivo por el que no dormía era otro, y es que sentía que debía cumplir las tradiciones de su mundo. No podía dormir porque en esos momentos no se dormía, pero estaba bastante segura de que Rick no se refería precisamente a eso.
—A los muertos hay que velarlos —terminaría por responder, aunque no fuese exactamente lo que el humano había preguntado —. Claro que puedes quedarte, todo lo que quieras.
No sabía si los humanos harían velatorios, o si tendrían sus propias tradiciones, pero aunque quisiera preguntar, no lo hizo. El aspecto cansado de Rick y su tono de voz no invitaban a que iniciase una conversación, temerosa de decir algo inadecuado. A lo mejor solo quería estar allí en silencio, al fin y al cabo era uno de los que más afectados parecían por todo aquello.
Parpadeó un par de veces ante la primera pregunta, sin saber muy bien qué responder. ¿Podía dormir? Si Rick se refería a si podría conciliar el sueño tras los eventos sucedidos, tendría que pensarlo, y es que el sentirse vulnerable, el que les hubieran atacado en su refugio, podía fácilmente haber hecho que se pasara unas cuantas horas en vela, buscando alguna manera de evitar que volviera a pasar. Pero el motivo por el que no dormía era otro, y es que sentía que debía cumplir las tradiciones de su mundo. No podía dormir porque en esos momentos no se dormía, pero estaba bastante segura de que Rick no se refería precisamente a eso.
—A los muertos hay que velarlos —terminaría por responder, aunque no fuese exactamente lo que el humano había preguntado —. Claro que puedes quedarte, todo lo que quieras.
No sabía si los humanos harían velatorios, o si tendrían sus propias tradiciones, pero aunque quisiera preguntar, no lo hizo. El aspecto cansado de Rick y su tono de voz no invitaban a que iniciase una conversación, temerosa de decir algo inadecuado. A lo mejor solo quería estar allí en silencio, al fin y al cabo era uno de los que más afectados parecían por todo aquello.
Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carismaPersonajes :- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
- Rick: humano, neoyorquino
- Erknest: humano, italiano/inglés Kamaitachi
Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.
Armas :- Rick: Sable y arco
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Status : The journey never ends
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- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
Re: Las cadenas con las que nos atamos
10/11/23, 12:23 am
La libense le dio un motivo por el que estaba allí. No es que lo hubiera pensado antes, pero tenía sentido. -Oh, claro. También lo hacemos en La Tierra, aunque no tan tarde- contestó en un tono más bien neutro. Podría haber dado más detalles en realidad, pero no es que tuviera el mejor humor y tampoco sabía si Kalna querría hablar de más. Era la que menos afectada parecía, aunque Rick sabía que las apariencias podían engañar. -(Tal vez lo oculta para poder llevarlo mejor)- pensó.
Cuando aceptó, el neoyorquino se lo agradeció con un rápido movimiento de la boca, una mueca triste que intentaba ser una sonrisa por un instante, pero que casi no variaba su expresión melancólica. Luego se acercó a ambas, cogiendo un taburete cercano para tomar asiento junto a la libense.
Allí estaba de nuevo, delante de lo que quedaba de Serena. Le encantaría pensar que simplemente se había quedado dormida como en los cuentos o que, en el peor de los casos, había entrado en un coma del que despertaría pasado un tiempo cuando el veneno remitiera, pero sabía que no era posible. No había ningún pulso que indicara que la escocesa siguiera con ellos, se le había ido poco después del incidente. El bucle de pena y desesperanza en el que se había visto envuelto el chico empezaba a repetirse de nuevo con cada pensamiento e imagen de lo ocurrido. Apretó los puños y la respiración se le entrecortaba solo estando allí, mirando.
Rick pensó que tal vez pudiera contener las ganas de llorar si apartaba la vista y, con esfuerzo, consiguió despegarla y volverse hacia Kalna. ¿Desde cuando estaría velando? Lo cierto es que, aparte de notar su ausencia en algún momento, esa tarde no había estado muy atento en general. Había sido todo muy confuso y todavía estaba digiriendo lo sucedido. No sabía si preguntarle ahora si necesitaba hablar del tema, si necesitaba algo de apoyo como el resto. Mientras lo pensaba se fijó en lo que tenía entre las manos. -(¿Pelo?)- se extrañó, no solo por el hecho en sí, sino porque el color era el indicativo de que era de Serena. Fue sobre aquello lo que acabó preguntando, señalando con timidez: -Ehhh, ¿qué es...?-
Cuando aceptó, el neoyorquino se lo agradeció con un rápido movimiento de la boca, una mueca triste que intentaba ser una sonrisa por un instante, pero que casi no variaba su expresión melancólica. Luego se acercó a ambas, cogiendo un taburete cercano para tomar asiento junto a la libense.
Allí estaba de nuevo, delante de lo que quedaba de Serena. Le encantaría pensar que simplemente se había quedado dormida como en los cuentos o que, en el peor de los casos, había entrado en un coma del que despertaría pasado un tiempo cuando el veneno remitiera, pero sabía que no era posible. No había ningún pulso que indicara que la escocesa siguiera con ellos, se le había ido poco después del incidente. El bucle de pena y desesperanza en el que se había visto envuelto el chico empezaba a repetirse de nuevo con cada pensamiento e imagen de lo ocurrido. Apretó los puños y la respiración se le entrecortaba solo estando allí, mirando.
Rick pensó que tal vez pudiera contener las ganas de llorar si apartaba la vista y, con esfuerzo, consiguió despegarla y volverse hacia Kalna. ¿Desde cuando estaría velando? Lo cierto es que, aparte de notar su ausencia en algún momento, esa tarde no había estado muy atento en general. Había sido todo muy confuso y todavía estaba digiriendo lo sucedido. No sabía si preguntarle ahora si necesitaba hablar del tema, si necesitaba algo de apoyo como el resto. Mientras lo pensaba se fijó en lo que tenía entre las manos. -(¿Pelo?)- se extrañó, no solo por el hecho en sí, sino porque el color era el indicativo de que era de Serena. Fue sobre aquello lo que acabó preguntando, señalando con timidez: -Ehhh, ¿qué es...?-
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
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Re: Las cadenas con las que nos atamos
10/11/23, 11:54 am
«¿No tan tarde?», se preguntó, aunque no lo formuló en alto. La falta de más explicación dejaba en cierto modo claro que Rick no debía tener muchas ganas de hablar.
—En Libo lo hacemos durante una noche y un día —explicó, aunque tampoco entraría en más detalles, queriendo dejarle un espacio y un silencio que había presupuesto que quería.
Los hombres eran más blandos, no tenían problemas en expresar sentimientos, pero aún así a Kalna le sorprendían las reacciones excesivas que habían tenido sus compañeros ante la muerte, ante algo tan común. A lo mejor si hubieran sido sus familiares, o una amiga cercana, habría podido comprenderlo más, pero había muchas cosas que se le escapaban en cómo habían reaccionado, y en cómo Rick seguía haciéndolo.
El intento de sonrisa que se quedó en eso, intento. Las miradas a Serena, los puños apretados, la respiración entrecortada. Apartó la mirada hacia Serena cuando consideró que llevaba mirándole más de la cuenta y a lo mejor le incomodaba, aunque tampoco lo había hecho tanto rato. Podía ver cómo intentaba ser fuerte, no reflejar debilidad. Aquello era terreno que le empezaba a ser conocido, pero no dijo nada, ni tampoco hizo amago de moverse. Si Rick buscaba consuelo, no había ido a la persona adecuada, y hubiera sido mejor que hubiera buscado a Ethan o a Rägjynn.
Se giró de vuelta ante su voz, algo que no esperaba, ya que había asumido que Rick no buscaba hablar.
—Es pelo. No tenemos un guardapelo, pero en mi mundo las familias lo usan como recuerdo. Pensé que cuando podáis volver a la Tierra se lo podéis llevar a la suya, para que tengan algo para recordarla —le acercó la mano boca arriba, tendiéndole el mechón— Si quieres puedes quedártelo y guardarlo. Parece que te importaba mucho.
Para Kalna aquello no significaba nada. Era otra tradición, pero Serena no era nadie a quien fuera a echar de menos. Si Rick prefería tenerlo él para poder recordarla, a ella no le afectaba lo más mínimo.
—En Libo lo hacemos durante una noche y un día —explicó, aunque tampoco entraría en más detalles, queriendo dejarle un espacio y un silencio que había presupuesto que quería.
Los hombres eran más blandos, no tenían problemas en expresar sentimientos, pero aún así a Kalna le sorprendían las reacciones excesivas que habían tenido sus compañeros ante la muerte, ante algo tan común. A lo mejor si hubieran sido sus familiares, o una amiga cercana, habría podido comprenderlo más, pero había muchas cosas que se le escapaban en cómo habían reaccionado, y en cómo Rick seguía haciéndolo.
El intento de sonrisa que se quedó en eso, intento. Las miradas a Serena, los puños apretados, la respiración entrecortada. Apartó la mirada hacia Serena cuando consideró que llevaba mirándole más de la cuenta y a lo mejor le incomodaba, aunque tampoco lo había hecho tanto rato. Podía ver cómo intentaba ser fuerte, no reflejar debilidad. Aquello era terreno que le empezaba a ser conocido, pero no dijo nada, ni tampoco hizo amago de moverse. Si Rick buscaba consuelo, no había ido a la persona adecuada, y hubiera sido mejor que hubiera buscado a Ethan o a Rägjynn.
Se giró de vuelta ante su voz, algo que no esperaba, ya que había asumido que Rick no buscaba hablar.
—Es pelo. No tenemos un guardapelo, pero en mi mundo las familias lo usan como recuerdo. Pensé que cuando podáis volver a la Tierra se lo podéis llevar a la suya, para que tengan algo para recordarla —le acercó la mano boca arriba, tendiéndole el mechón— Si quieres puedes quedártelo y guardarlo. Parece que te importaba mucho.
Para Kalna aquello no significaba nada. Era otra tradición, pero Serena no era nadie a quien fuera a echar de menos. Si Rick prefería tenerlo él para poder recordarla, a ella no le afectaba lo más mínimo.
Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carismaPersonajes :- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
- Rick: humano, neoyorquino
- Erknest: humano, italiano/inglés Kamaitachi
Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.
Armas :- Rick: Sable y arco
- Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire
Status : The journey never ends
Humor : Cualquier cosa me vale.
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Re: Las cadenas con las que nos atamos
10/11/23, 04:47 pm
-(Una noche y un día. ¿No piensa dormir entonces?)- pensó. Siendo justos, él no conseguía descansar ni aunque quisiera, tal vez fuera lo mismo en su caso. Y al menos tenía algo que hacer aunque no fuera precisamente entretenido. -Entiendo- se limitó a decir.
Tal como parecía, era el pelo de Serena. Otra tradición de Libo, igual que la larga vigilia que se disponía a hacer la joven. Era una tradición bonita, eso no podía negarlo. Era mejor que tener simplemente un jarrón con cenizas o una lápida que marcaba que una vez esa persona estuvo viva. El otro motivo hizo que se le encogiera el corazón por un momento. Rick había sido consciente del dolor que había causado en todos, pero no había caído en lo que pasaría en cuanto pasara el año. ¿Cómo se tomaría la noticia la familia de la escocesa? Una hija que había desaparecido, a la que seguramente estarían buscando pero de la que lo único que sabrían por unos desconocidos es que había muerto en a saber qué rincón de otro mundo y solo tendrían ese pelo como recuerdo. Aquello le hizo ser consciente de que lo más probable es que Bob también estuviera preocupado por él.
Le pilló un poco por sorpresa que se lo ofreciera. -Oh. Gracias.- Aún así, lo tomó con cuidado, observándolo entre sus manos. -Tendremos que enterarnos de dónde vivía exactamente, pero sí, deberíamos llevárselo- dijo totalmente de acuerdo. Seguramente Ethan lo tendría más fácil para llegar hasta Escocia, pero ya pensarían en ello cuando consiguieran pasar las dichosas "pruebas".
Lo último que dijo la libense fueron las palabras justas para que Rick reaccionara y dejara de ser un alma en pena. ¿Le importaba mucho? Tanto como al resto del grupo, en realidad, ¿no? Solo llevaban una semana, pero la necesidad de convivir y hacer piña los había acercado bastante con la mayoría. Había momentos tensos, pero salían adelante como podían. Aunque en el fondo, después del incidente del faro, no podía negar que era de los que más había intentado ayudarla.
Mirando la manta, apretó un poco el pelo, notando la pena volviendo a él. -No es justo- empezó. -Se habría equivocado con algunas cosas, pero no merecía acabar así. Nadie lo merece.- La voz le empezaba a temblar un poco. -Se suponía que estábamos preparándonos para evitar el peligro, pero no hemos podido hacer nada... No hemos podido salvarla.- Hablaba en plural, pero no había que ser muy avispado para entender que era más personal. Su expresión era dolida y llegados a ese punto estaba intentando no llorar.
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Tal como parecía, era el pelo de Serena. Otra tradición de Libo, igual que la larga vigilia que se disponía a hacer la joven. Era una tradición bonita, eso no podía negarlo. Era mejor que tener simplemente un jarrón con cenizas o una lápida que marcaba que una vez esa persona estuvo viva. El otro motivo hizo que se le encogiera el corazón por un momento. Rick había sido consciente del dolor que había causado en todos, pero no había caído en lo que pasaría en cuanto pasara el año. ¿Cómo se tomaría la noticia la familia de la escocesa? Una hija que había desaparecido, a la que seguramente estarían buscando pero de la que lo único que sabrían por unos desconocidos es que había muerto en a saber qué rincón de otro mundo y solo tendrían ese pelo como recuerdo. Aquello le hizo ser consciente de que lo más probable es que Bob también estuviera preocupado por él.
Le pilló un poco por sorpresa que se lo ofreciera. -Oh. Gracias.- Aún así, lo tomó con cuidado, observándolo entre sus manos. -Tendremos que enterarnos de dónde vivía exactamente, pero sí, deberíamos llevárselo- dijo totalmente de acuerdo. Seguramente Ethan lo tendría más fácil para llegar hasta Escocia, pero ya pensarían en ello cuando consiguieran pasar las dichosas "pruebas".
Lo último que dijo la libense fueron las palabras justas para que Rick reaccionara y dejara de ser un alma en pena. ¿Le importaba mucho? Tanto como al resto del grupo, en realidad, ¿no? Solo llevaban una semana, pero la necesidad de convivir y hacer piña los había acercado bastante con la mayoría. Había momentos tensos, pero salían adelante como podían. Aunque en el fondo, después del incidente del faro, no podía negar que era de los que más había intentado ayudarla.
Mirando la manta, apretó un poco el pelo, notando la pena volviendo a él. -No es justo- empezó. -Se habría equivocado con algunas cosas, pero no merecía acabar así. Nadie lo merece.- La voz le empezaba a temblar un poco. -Se suponía que estábamos preparándonos para evitar el peligro, pero no hemos podido hacer nada... No hemos podido salvarla.- Hablaba en plural, pero no había que ser muy avispado para entender que era más personal. Su expresión era dolida y llegados a ese punto estaba intentando no llorar.
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
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Re: Las cadenas con las que nos atamos
10/11/23, 05:22 pm
Asintió despacio, observando la reacción de Rick. Que aceptase llevárselo a los familiares de Serena no debería ser algo extraño, pero viniendo de los humanos no le hubiera sorprendido cualquier otra reacción. Ni siquiera se le había ocurrido que buscar su dirección fuera un problema, pues aunque le habían explicado en algún punto lo grande que era su planeta, en Libo la mayor parte de la población vivía concentrada en una región, y podrían llegar a encontrar a cualquiera en esas circunstancias. Esperaba que encontrasen a los familiares que tuviera, y que pudieran recordar a su hija.
«La vida no es justa». No pudo evitar pensarlo, aunque sabía que no debía decirlo. Kalna lo sabía bien, aunque eso no le parecía mal. Ella iba a tener un entierro por nacer en una familia noble, y había gente que ni siquiera podía permitirse un osario. No era justo, pero no le importaba que lo fuera mientras ella fuera una beneficiaria del sistema que lo permitía. Al menos podía entender bien aquellas palabras. No habían podido evitar nada, y habían estado todos en peligro.
—Por ella no podemos hacer más, pero no volverá a ocurrir. No lo permitiremos —al igual que Rick, usaba el plural para hablar de una imposición propia. Una cosa era fallar en una prueba y morir, y otra era ser envenenado por un bicharraco. Aquello no demostraba lo que Serena valía o dejaba de valer.
Volvió a mirar a Rick, con sus ojos aún llenos de determinación de que aquello no se repetiría, para encontrarse con aquella cara. Su expresión no se relajó, viendo de nuevo como estaba a punto de llorar. «¿Aún te quedan lágrimas?» ¿Cuántas veces le había visto llorar aquel día? Había evitado su cercanía a posta, pero en aquel momento no había nadie más que ella. Dudó unos segundos, que se hicieron largos, decir algo más.
»Te lo prometo.
«La vida no es justa». No pudo evitar pensarlo, aunque sabía que no debía decirlo. Kalna lo sabía bien, aunque eso no le parecía mal. Ella iba a tener un entierro por nacer en una familia noble, y había gente que ni siquiera podía permitirse un osario. No era justo, pero no le importaba que lo fuera mientras ella fuera una beneficiaria del sistema que lo permitía. Al menos podía entender bien aquellas palabras. No habían podido evitar nada, y habían estado todos en peligro.
—Por ella no podemos hacer más, pero no volverá a ocurrir. No lo permitiremos —al igual que Rick, usaba el plural para hablar de una imposición propia. Una cosa era fallar en una prueba y morir, y otra era ser envenenado por un bicharraco. Aquello no demostraba lo que Serena valía o dejaba de valer.
Volvió a mirar a Rick, con sus ojos aún llenos de determinación de que aquello no se repetiría, para encontrarse con aquella cara. Su expresión no se relajó, viendo de nuevo como estaba a punto de llorar. «¿Aún te quedan lágrimas?» ¿Cuántas veces le había visto llorar aquel día? Había evitado su cercanía a posta, pero en aquel momento no había nadie más que ella. Dudó unos segundos, que se hicieron largos, decir algo más.
»Te lo prometo.
Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carismaPersonajes :- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
- Rick: humano, neoyorquino
- Erknest: humano, italiano/inglés Kamaitachi
Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.
Armas :- Rick: Sable y arco
- Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire
Status : The journey never ends
Humor : Cualquier cosa me vale.
- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
Re: Las cadenas con las que nos atamos
12/11/23, 09:14 pm
Había creído en ella, pensaba que con esfuerzo si Serena ponía de su parte la convivencia iría a mejor. Había querido ver un potencial que, si bien había dudado de si era posible un par de veces, no había terminado de desechar aún cuando se encerró. Estaba dispuesto a darle una oportunidad más, pero eso ya daba igual. La había fallado, tanto a ella como al grupo.
Kalna volvió a hablar y el neoyorquino giró la cabeza en su dirección en cuanto terminó. Sí, eso se lo había repetido durante el día. -(¿Pero es posible?)- se cuestionó. Hacía unos días confiaba en ello, pero ahora lo veía complicado. El torreón era su supuesto refugio, pero además de sombras monstruosas que atravesaban paredes ahora tenían que preocuparse de que no se colara alguien más. ¿Había algún lugar de esa maldita ciudad donde de verdad no estuvieran en peligro?
Cuando su mirada se cruzó con la de ella, sintió lo mismo que cuando Ethan cargó con la escocesa hasta allí. Aún con todo lo sucedido, la veía imperturbable, haciendo lo necesario. Era totalmente admirable. La promesa le sacó una mueca similar a la primera, aunque esta vez con un efecto más real. Además de que sus comisuras se movieron más, consiguió tranquilizarlo lo justo para que no empezara con el enésimo llanto del día. -Ojalá sea así- dijo, con un tinte de esperanza envuelto en melancolía. Quería creer, pero le costaba encontrar hechos para hacerlo.
Bajó la mirada un poco, mientras terminaba de decidir en verbalizar su inquietud. Era mejor sacarlo ahora que tenía fuerzas. -Pensaba que... con los entrenamientos y la estrategia podría mantener a salvo a todos. Me he estado esforzando para mejorar y ayudar, pero...- Se llevó la mano libre al brazo contrario, buscando un apoyo propio. -Cuando pasó todo, me bloqueé, no sabía qué hacer. Aunque pudisteis arreglároslas os dejé vendido a lo que pudiera haber hecho ese Sutileza y ni siquiera pude ayudar a Serena. Pensaba que estaba listo por si las cosas se torcían, pero me equivocaba.- Con el entrenamiento y los encuentros del segundo día pensaba que podía hacer frente a otra situación peligrosa, pero esta vez había sido inútil. Tal como lo veía ahora, su error podría haber llevado a que más gente hubiera salido herida o hubieran sufrido el mismo destino que la escocesa si el azar hubiera querido ser más despiadado aún ese día. Daba gracias de que al menos sus compañeros habían sido mucho más competentes que él.
Kalna volvió a hablar y el neoyorquino giró la cabeza en su dirección en cuanto terminó. Sí, eso se lo había repetido durante el día. -(¿Pero es posible?)- se cuestionó. Hacía unos días confiaba en ello, pero ahora lo veía complicado. El torreón era su supuesto refugio, pero además de sombras monstruosas que atravesaban paredes ahora tenían que preocuparse de que no se colara alguien más. ¿Había algún lugar de esa maldita ciudad donde de verdad no estuvieran en peligro?
Cuando su mirada se cruzó con la de ella, sintió lo mismo que cuando Ethan cargó con la escocesa hasta allí. Aún con todo lo sucedido, la veía imperturbable, haciendo lo necesario. Era totalmente admirable. La promesa le sacó una mueca similar a la primera, aunque esta vez con un efecto más real. Además de que sus comisuras se movieron más, consiguió tranquilizarlo lo justo para que no empezara con el enésimo llanto del día. -Ojalá sea así- dijo, con un tinte de esperanza envuelto en melancolía. Quería creer, pero le costaba encontrar hechos para hacerlo.
Bajó la mirada un poco, mientras terminaba de decidir en verbalizar su inquietud. Era mejor sacarlo ahora que tenía fuerzas. -Pensaba que... con los entrenamientos y la estrategia podría mantener a salvo a todos. Me he estado esforzando para mejorar y ayudar, pero...- Se llevó la mano libre al brazo contrario, buscando un apoyo propio. -Cuando pasó todo, me bloqueé, no sabía qué hacer. Aunque pudisteis arreglároslas os dejé vendido a lo que pudiera haber hecho ese Sutileza y ni siquiera pude ayudar a Serena. Pensaba que estaba listo por si las cosas se torcían, pero me equivocaba.- Con el entrenamiento y los encuentros del segundo día pensaba que podía hacer frente a otra situación peligrosa, pero esta vez había sido inútil. Tal como lo veía ahora, su error podría haber llevado a que más gente hubiera salido herida o hubieran sufrido el mismo destino que la escocesa si el azar hubiera querido ser más despiadado aún ese día. Daba gracias de que al menos sus compañeros habían sido mucho más competentes que él.
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face
Re: Las cadenas con las que nos atamos
12/11/23, 10:23 pm
«Por los grandes felinos, no llores». No sabría qué hacer en esa situación. Prefería que dudase de sus palabras, que se ofendiera, que le sirvieran como consuelo, cualquier cosa menos que llorase. Por suerte, pareció que había servido de algo hacerle una promesa que la libense veía difícil de cumplir. No imposible, y haría todo lo que estuviera en su mano por cumplirla, porque Kalna no hacía promesas vacías y consideraba que su palabra valía más que papel mojado.
Se obligó a no poner los ojos en blanco con las palabras de Rick. No entendía a qué venían esas ganas de ser una caballera de brillante armadura que quería ayudar a todo el mundo cuando ni siquiera podía reaccionar en una situación de peligro.
—Rick, escúchame —su tono era más serio que de costumbre, aunque no llegaba a ser gélido. No era el momento para echarle una bronca, pero necesitaba que Rick espabilase—. Llevas aquí una semana, nunca antes habías cogido una espada. ¿Cómo pretendes salvar a todo el mundo si apenas sabes lo básico?
No apartó la mirada. Le daba igual si Rick se iba después de aquello, si se echaba a llorar, si no volvía a dirigirle la palabra. Necesitaba que escuchase. Podía vivir con las consecuencias de sus palabras.
»Tienes que dejar de pensar en lo que has hecho o has dejado de hacer hoy y pensar en lo que va a pasar mañana, o dentro de un mes, y qué vas a hacer cuando pase. Entrena más, medita para ser capaz de mantener la calma, lo que quieras. No te sirve de nada lamentarte si no aprendes de los errores y mejoras para que no se repitan.
Se obligó a no poner los ojos en blanco con las palabras de Rick. No entendía a qué venían esas ganas de ser una caballera de brillante armadura que quería ayudar a todo el mundo cuando ni siquiera podía reaccionar en una situación de peligro.
—Rick, escúchame —su tono era más serio que de costumbre, aunque no llegaba a ser gélido. No era el momento para echarle una bronca, pero necesitaba que Rick espabilase—. Llevas aquí una semana, nunca antes habías cogido una espada. ¿Cómo pretendes salvar a todo el mundo si apenas sabes lo básico?
No apartó la mirada. Le daba igual si Rick se iba después de aquello, si se echaba a llorar, si no volvía a dirigirle la palabra. Necesitaba que escuchase. Podía vivir con las consecuencias de sus palabras.
»Tienes que dejar de pensar en lo que has hecho o has dejado de hacer hoy y pensar en lo que va a pasar mañana, o dentro de un mes, y qué vas a hacer cuando pase. Entrena más, medita para ser capaz de mantener la calma, lo que quieras. No te sirve de nada lamentarte si no aprendes de los errores y mejoras para que no se repitan.
Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carismaPersonajes :- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
- Rick: humano, neoyorquino
- Erknest: humano, italiano/inglés Kamaitachi
Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.
Armas :- Rick: Sable y arco
- Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire
Status : The journey never ends
Humor : Cualquier cosa me vale.
- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
Re: Las cadenas con las que nos atamos
13/11/23, 02:21 pm
Aún intentado ser racional cuando podía, Rick era consciente de que podía tomarse muy a lo personal ciertas cosas aunque lo negara. El asunto de sus padres siempre lo había perseguido y la situación de ahora era similar. En La Tierra o bien había contado con Bob y el resto de sus apoyos o bien había conseguido ir templando sus sentimientos para que fueran más manejables, normalmente una mezcla de ambos. Allí en cambio le estaban abrumando más de lo que se creía capaz de soportar, pero por suerte desde fuera se podía conseguir que espabilara más fácilmente de lo que consideraba.
Miró a la libense en cuanto empezó a hablar, más seria que antes. Estuvo tentado de apartar la mirada en algunos momentos o de intentar contestar, pero no llegó a hacer nada de eso, simplemente atendió mientras cada palabra lo golpeaba. Tal vez no llegaban como le hubiera gustado, pero todas y cada una se le hicieron necesarias. Hasta hacía una semana no se había visto nunca en un peligro real y solo unos días antes había empezado a practicar con armas que no había usado en su vida. Demasiada suerte había tenido de haber podido actuar contra los colaespinas y el monstruo, aunque claro, en ambas todavía podían evitar que alguien muriera. Pero no iba a darle más vueltas cuando Kalna le estaba pidiendo que parara.
Hubo unos segundos de silencio cuando terminó de hablar, en los que el neoyorquino pensó en ello. Luego, dijo: -Tienes razón. Me estaba cegando, pero con eso no vamos a ningún sitio.- Por primera vez desde que la escocesa había bajado, en la voz de Rick volvió a aparecer decisión, un objetivo con el que salir del círculo vicioso que era su mente. -Ten por seguro que aprenderé, cueste lo que cueste.- No hubo una sonrisa que lo acompañara, pero lo siguiente que añadió era totalmente genuino: -Gracias por recordármelo, de verdad.-
Ya estaba más calmado, pero no por ello dejaba de doler la pérdida. Aún así, si quería evitar que pasara algo así iba a tener que mantener la cabeza fría. -(No se pueden resolver casos sin mantener la calma, al fin y al cabo)- se dijo. Era cuestión de práctica. Y hablando de ello... Se mantuvo un poco en silencio, pero Rick acabó preguntando: -Imagino que es parte de vuestra formación tenerlo en cuenta, ¿no?- Mucho más bajito, pues no estaba seguro de preguntarlo tan directamente dijo un pequeño "o..." Esperaba que fuera lo primero, lo que menos quería era incomodar al intentar cambiar de tema.
Miró a la libense en cuanto empezó a hablar, más seria que antes. Estuvo tentado de apartar la mirada en algunos momentos o de intentar contestar, pero no llegó a hacer nada de eso, simplemente atendió mientras cada palabra lo golpeaba. Tal vez no llegaban como le hubiera gustado, pero todas y cada una se le hicieron necesarias. Hasta hacía una semana no se había visto nunca en un peligro real y solo unos días antes había empezado a practicar con armas que no había usado en su vida. Demasiada suerte había tenido de haber podido actuar contra los colaespinas y el monstruo, aunque claro, en ambas todavía podían evitar que alguien muriera. Pero no iba a darle más vueltas cuando Kalna le estaba pidiendo que parara.
Hubo unos segundos de silencio cuando terminó de hablar, en los que el neoyorquino pensó en ello. Luego, dijo: -Tienes razón. Me estaba cegando, pero con eso no vamos a ningún sitio.- Por primera vez desde que la escocesa había bajado, en la voz de Rick volvió a aparecer decisión, un objetivo con el que salir del círculo vicioso que era su mente. -Ten por seguro que aprenderé, cueste lo que cueste.- No hubo una sonrisa que lo acompañara, pero lo siguiente que añadió era totalmente genuino: -Gracias por recordármelo, de verdad.-
Ya estaba más calmado, pero no por ello dejaba de doler la pérdida. Aún así, si quería evitar que pasara algo así iba a tener que mantener la cabeza fría. -(No se pueden resolver casos sin mantener la calma, al fin y al cabo)- se dijo. Era cuestión de práctica. Y hablando de ello... Se mantuvo un poco en silencio, pero Rick acabó preguntando: -Imagino que es parte de vuestra formación tenerlo en cuenta, ¿no?- Mucho más bajito, pues no estaba seguro de preguntarlo tan directamente dijo un pequeño "o..." Esperaba que fuera lo primero, lo que menos quería era incomodar al intentar cambiar de tema.
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face
Re: Las cadenas con las que nos atamos
13/11/23, 03:13 pm
Los hombres eran blandos y, los humanos, por lo que había ido viendo (y con tal vez la excepción de Connor), aún más. Por eso había esperado que sus palabras afectasen a Rick, que le hicieran llorar, o cabrearse. Buscaba en su lenguaje no verbal algo que le dijese por donde iban a ir los tiros, si iba a poder decirle más o se iba a ir directamente del cuarto sin siquiera responder.
Pero no hubo nada de eso, y en un giro agradable de los acontecimientos Rick le dio la razón. Ya le había caído en gracia cuando le había pedido ayuda con la estrategia, y ver como sus palabras hacían en él el efecto deseado (y no por ello esperado) solo afianzó la sensación de que Rick merecía la pena en cierta manera. Sonrió cuando le dio las gracias, más por cortesía que por realmente sintiera que necesitaba que se lo agradeciera.
—Confío en que lo harás, no hagas que me arrepienta.
Sus siguientes palabras, incluida aquella duda en bajito, hicieron que la que guardase silencio fuese ella. En su cabeza había encajado por fin la pieza que le faltaba para solucionar el puzle. No era que los humanos se comportasen como si nunca hubieran visto una muerte, era que muy posiblemente no lo hubieran hecho. Aquello sonaba tan inverosímil que no se le había pasado por la cabeza hasta ese momento, hasta que Rick lo había asociado a un entrenamiento y no a que fuera común.
—No. La muerte es muy común en mi mundo. Es parte de la vida, y no se oculta —no había dolor en su voz, y es que hablaba de algo que era totalmente normal —. Dejas de sentir dolor y se te olvidan las heridas y se te infectan, o tienes un accidente, o cualquier cosa, y mueres. Estoy acostumbrada a esto.
Se le hacía raro que en la Tierra aquello pudiera no ser norma, que la gente no viviera aquello como algo normal, que tal vez nunca hubieran visto morir a nadie.
»¿En la Tierra no…? —no acabó la pregunta, dándose cuenta de que igual era un tema doloroso para el humano— No hace falta que respondas si no quieres.
Pero ojalá lo hiciera. Quería saber.
Pero no hubo nada de eso, y en un giro agradable de los acontecimientos Rick le dio la razón. Ya le había caído en gracia cuando le había pedido ayuda con la estrategia, y ver como sus palabras hacían en él el efecto deseado (y no por ello esperado) solo afianzó la sensación de que Rick merecía la pena en cierta manera. Sonrió cuando le dio las gracias, más por cortesía que por realmente sintiera que necesitaba que se lo agradeciera.
—Confío en que lo harás, no hagas que me arrepienta.
Sus siguientes palabras, incluida aquella duda en bajito, hicieron que la que guardase silencio fuese ella. En su cabeza había encajado por fin la pieza que le faltaba para solucionar el puzle. No era que los humanos se comportasen como si nunca hubieran visto una muerte, era que muy posiblemente no lo hubieran hecho. Aquello sonaba tan inverosímil que no se le había pasado por la cabeza hasta ese momento, hasta que Rick lo había asociado a un entrenamiento y no a que fuera común.
—No. La muerte es muy común en mi mundo. Es parte de la vida, y no se oculta —no había dolor en su voz, y es que hablaba de algo que era totalmente normal —. Dejas de sentir dolor y se te olvidan las heridas y se te infectan, o tienes un accidente, o cualquier cosa, y mueres. Estoy acostumbrada a esto.
Se le hacía raro que en la Tierra aquello pudiera no ser norma, que la gente no viviera aquello como algo normal, que tal vez nunca hubieran visto morir a nadie.
»¿En la Tierra no…? —no acabó la pregunta, dándose cuenta de que igual era un tema doloroso para el humano— No hace falta que respondas si no quieres.
Pero ojalá lo hiciera. Quería saber.
Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carismaPersonajes :- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
- Rick: humano, neoyorquino
- Erknest: humano, italiano/inglés Kamaitachi
Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.
Armas :- Rick: Sable y arco
- Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire
Status : The journey never ends
Humor : Cualquier cosa me vale.
- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
Re: Las cadenas con las que nos atamos
13/11/23, 08:51 pm
Kalna podía estar segura de ello. El neoyorquino no tenía intención de fallar en su objetivo ni al grupo otra vez. Ahora mismo necesitaba un poco de tiempo para pasar el duelo, pero iba a retomar los entrenamientos y las investigaciones con mucha más fuerza que antes. Si había alguna forma de ayudar, se esforzaría en que saliera bien.
La respuesta de la libense llegó sin problema, cosa que le tranquilizó. La explicación ya... era curiosa. -Ya veo... Suena complicado aún así.- comentó. Teniendo en cuenta las heridas con las que acabó el segundo día y alguna que otra reacción, más o menos se había imaginado que como mínimo sentían menos que los humanos, pero que directamente dejaran de hacerlo le daba escalofríos. Podía ser un engorro, pero con todo lo que le estaba mostrando Rick se alegraba de contar con ese sentido. Con curiosidad preguntó: -¿No tenéis ninguna forma de evitarlo, o al menos de ralentizarlo un poco?-
Negó en cuanto le llegó el turno de responder. -Ah, no pasa nada.- le aseguró antes de empezar con calma. -Depende mucho del país y las condiciones en las que estés, pero por lo general la mortalidad es bastante menor que antiguamente con los avances que tenemos. No es difícil llegar a la vejez con la medicina moderna, si puedes permitírtela, claro. Al menos donde vivo es así, aunque en otros lugares se ocupa el gobierno de ello.- Sí, ese era un problema grave. Menos mal que tanto él como Bob habían tenido siempre una buena salud.
Un pelín más serio, continuó mientras movía el mechón de Serena en su mano: -Cuando llega el momento depende de la persona y sus creencias, pero no suele ser fácil decir adiós- Le costó verbalizar lo siguiente manteniendo la mirada en la libense, aunque lo logró con un ligero temblor en la voz: -Yo... Es la primera vez que paso por esto.-
La muerte era algo inevitable, lo sabía, pero si siempre dolía tanto esperaba que pasara mucho tiempo hasta que tuviera que enfrentarse a ella de nuevo. Y desde luego que fuera natural.
La respuesta de la libense llegó sin problema, cosa que le tranquilizó. La explicación ya... era curiosa. -Ya veo... Suena complicado aún así.- comentó. Teniendo en cuenta las heridas con las que acabó el segundo día y alguna que otra reacción, más o menos se había imaginado que como mínimo sentían menos que los humanos, pero que directamente dejaran de hacerlo le daba escalofríos. Podía ser un engorro, pero con todo lo que le estaba mostrando Rick se alegraba de contar con ese sentido. Con curiosidad preguntó: -¿No tenéis ninguna forma de evitarlo, o al menos de ralentizarlo un poco?-
Negó en cuanto le llegó el turno de responder. -Ah, no pasa nada.- le aseguró antes de empezar con calma. -Depende mucho del país y las condiciones en las que estés, pero por lo general la mortalidad es bastante menor que antiguamente con los avances que tenemos. No es difícil llegar a la vejez con la medicina moderna, si puedes permitírtela, claro. Al menos donde vivo es así, aunque en otros lugares se ocupa el gobierno de ello.- Sí, ese era un problema grave. Menos mal que tanto él como Bob habían tenido siempre una buena salud.
Un pelín más serio, continuó mientras movía el mechón de Serena en su mano: -Cuando llega el momento depende de la persona y sus creencias, pero no suele ser fácil decir adiós- Le costó verbalizar lo siguiente manteniendo la mirada en la libense, aunque lo logró con un ligero temblor en la voz: -Yo... Es la primera vez que paso por esto.-
La muerte era algo inevitable, lo sabía, pero si siempre dolía tanto esperaba que pasara mucho tiempo hasta que tuviera que enfrentarse a ella de nuevo. Y desde luego que fuera natural.
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