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- Raven
Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivaciónPersonajes : Ethan: Humano, Ingles/Japonés 1.75
Síntomas : En ocasiones, se le desenfocará brevemente la vista.
Armas : Ethan Lanza partesana y una daga
Status : Ciego y cojo, el chiste se cuenta solo.
Un bonito techo
13/11/23, 08:58 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Quería descansar, poder dormir antes de que el cielo volviera a tornarse de un gris pálido pero por más que quería, por más que sus párpados pesaban con el pasar de las horas ahí seguía, derrotado y despierto. El techo era tan mustio como el resto del torreón, grietas, piedra y una pequeña telaraña haciendo esquina en el pasillo. Ethan llevaba sentado en mitad del mismo más tiempo del que le hubiera gustado admitir, tras haber pasado el rato con su amigo sin nombre había dejado el cisne de Serena en el pozo y para su pena se había tenido que despedir del murciélago sin haberle podido ofrecer nada de comida. Tal y como estaban no iba a regalarle los últimos insectos de la alacena. Al menos, el pequeño mamífero no parecía verse indignado, se había mantenido en el sitio buscando un rato y al ver que no había nada lejos de irse se había mantenido hecho una bola en el sitio, una compañía breve hasta que cansado quizá de esperar decidió retomar su vuelo para perderse en la oscura noche.
Ojala volviese, no tenía ganas de perder a 2 compañeros en un mismo día. Ethan resopló, no le quedaban lágrimas que soltar, tras la pena quedaba el vacío apático y ahí se encontraba él, sentado, con la vista perdida en la nada. Una pequeña araña recorrió el techo marcando aquel acontecimiento como el más entretenido de la última hora, se aburría. Mucho.
No quería entrar al cuarto de Serena aún a sabiendas de que podría obtener la compañía de Kalna, tampoco encontraba emoción alguna en regresar al cuarto para encontrarse con Rick a sabiendas de que iban a ser dos pozos sin fondo de lágrimas, tampoco le apetecía ir en búsqueda de Connor, demasiado paseo y Nohlem… ¿Dónde se había metido? Nah, daba igual.
El techo estaba bien, la araña se estaba desplazando hacía lo que suponía que era su casa y eso estaba bien. ¿Y si hacía alguna figurita de origami?
Nah.
Quería descansar, poder dormir antes de que el cielo volviera a tornarse de un gris pálido pero por más que quería, por más que sus párpados pesaban con el pasar de las horas ahí seguía, derrotado y despierto. El techo era tan mustio como el resto del torreón, grietas, piedra y una pequeña telaraña haciendo esquina en el pasillo. Ethan llevaba sentado en mitad del mismo más tiempo del que le hubiera gustado admitir, tras haber pasado el rato con su amigo sin nombre había dejado el cisne de Serena en el pozo y para su pena se había tenido que despedir del murciélago sin haberle podido ofrecer nada de comida. Tal y como estaban no iba a regalarle los últimos insectos de la alacena. Al menos, el pequeño mamífero no parecía verse indignado, se había mantenido en el sitio buscando un rato y al ver que no había nada lejos de irse se había mantenido hecho una bola en el sitio, una compañía breve hasta que cansado quizá de esperar decidió retomar su vuelo para perderse en la oscura noche.
Ojala volviese, no tenía ganas de perder a 2 compañeros en un mismo día. Ethan resopló, no le quedaban lágrimas que soltar, tras la pena quedaba el vacío apático y ahí se encontraba él, sentado, con la vista perdida en la nada. Una pequeña araña recorrió el techo marcando aquel acontecimiento como el más entretenido de la última hora, se aburría. Mucho.
No quería entrar al cuarto de Serena aún a sabiendas de que podría obtener la compañía de Kalna, tampoco encontraba emoción alguna en regresar al cuarto para encontrarse con Rick a sabiendas de que iban a ser dos pozos sin fondo de lágrimas, tampoco le apetecía ir en búsqueda de Connor, demasiado paseo y Nohlem… ¿Dónde se había metido? Nah, daba igual.
El techo estaba bien, la araña se estaba desplazando hacía lo que suponía que era su casa y eso estaba bien. ¿Y si hacía alguna figurita de origami?
Nah.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Re: Un bonito techo
17/11/23, 03:05 pm
El temblor de una risa cruzó su rostro, un espasmo tan pequeño como la araña en el techo que aún no había sido capaz de encontrar, al ponerse Ethan de frente con la asimetría en toda su gloria. Sería un caballero y un adulador, pero sentido del humor no le faltaba.
—A ver —miró en otra dirección, casual—, al menos no estás tan hinchado como Rick.
Una risa acompañó su resoplido, momento en el que Connor salió al pasillo. Le saludó con una pequeña sonrisa, y aunque había hueco de sobra, en acto reflejo a lo que el londinense había hecho con él, se hizo a un lado para cederle sitio. Hace poco más de una semana se habría acojonado por estar entre aquellos dos, como mínimo se habría sentido incómodo, ahora no podía apreciarlo más. Había tenido su dosis de soledad por un día.
Ante la pregunta levantó las palmas para vérselas (al entreluz de las antorchas lucían peor de lo que estaban) e iba a responder con un simple encogimiento de hombros que ni en sueños recogía todos los miedos que realmente ocultaba –sus bonitas manos, su herramienta más preciada, llenas de cortes por frío, callos por flechas y quemaduras por veneno–, cuando Ethan respondió por él, devolviéndole la de antes.
—Un pollo asado —repitió con el inicio tonto de una sonrisa, demasiado cansado para ofenderse—. Que asco —el suspiro de una risa—. Están... No sé, al menos ya no pican tanto.
Las examinó de un lado a otro cuando cayó en algo. Se quitó un anillo y le enseñó la mano a Connor, el aro de palma clara y limpia que había debajo, piel protegida por el oro.
—Mira, un truco de magia. Solo he tomado mucho el sol.
Levantó un poco su segundo anillo para comprobar que lo mismo había pasado con ese antes de recolocarlo y seguir con la mirada la voz de Ethan. Por fin la vio, la minúscula arañita a la que refería, gracias a su cercanía a una mayor.
—Oh —dijo con la misma emoción insulsa. La araña pequeña se acercó de más a los bordes invisibles de la tela de la mayor, a penas una patita en el hilo para que las vibraciones hicieran que la otra virase en su dirección, alerta—. Oh. Se la va a comer.
Pero ninguna se movió. Ocho ojos pequeños mirando ocho ojos más grandes, dos duelistas quietos esperando para sacar sus pistolas. Guardó silencio unos instantes.
—Apuesto por la pequeña. Los bajitos somos muy ágiles.
—A ver —miró en otra dirección, casual—, al menos no estás tan hinchado como Rick.
Una risa acompañó su resoplido, momento en el que Connor salió al pasillo. Le saludó con una pequeña sonrisa, y aunque había hueco de sobra, en acto reflejo a lo que el londinense había hecho con él, se hizo a un lado para cederle sitio. Hace poco más de una semana se habría acojonado por estar entre aquellos dos, como mínimo se habría sentido incómodo, ahora no podía apreciarlo más. Había tenido su dosis de soledad por un día.
Ante la pregunta levantó las palmas para vérselas (al entreluz de las antorchas lucían peor de lo que estaban) e iba a responder con un simple encogimiento de hombros que ni en sueños recogía todos los miedos que realmente ocultaba –sus bonitas manos, su herramienta más preciada, llenas de cortes por frío, callos por flechas y quemaduras por veneno–, cuando Ethan respondió por él, devolviéndole la de antes.
—Un pollo asado —repitió con el inicio tonto de una sonrisa, demasiado cansado para ofenderse—. Que asco —el suspiro de una risa—. Están... No sé, al menos ya no pican tanto.
Las examinó de un lado a otro cuando cayó en algo. Se quitó un anillo y le enseñó la mano a Connor, el aro de palma clara y limpia que había debajo, piel protegida por el oro.
—Mira, un truco de magia. Solo he tomado mucho el sol.
Levantó un poco su segundo anillo para comprobar que lo mismo había pasado con ese antes de recolocarlo y seguir con la mirada la voz de Ethan. Por fin la vio, la minúscula arañita a la que refería, gracias a su cercanía a una mayor.
—Oh —dijo con la misma emoción insulsa. La araña pequeña se acercó de más a los bordes invisibles de la tela de la mayor, a penas una patita en el hilo para que las vibraciones hicieran que la otra virase en su dirección, alerta—. Oh. Se la va a comer.
Pero ninguna se movió. Ocho ojos pequeños mirando ocho ojos más grandes, dos duelistas quietos esperando para sacar sus pistolas. Guardó silencio unos instantes.
—Apuesto por la pequeña. Los bajitos somos muy ágiles.
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mental
Re: Un bonito techo
18/11/23, 01:45 pm
Había una clara apatía general en el ambiente, cosa que era bastante normal teniendo en cuenta por lo que habían pasado todos antes. En aquel momento, allí sentado junto a ellos dos, no podía evitar pensar que estaba viviendo tiempo prestado. Tiempo que la puta ciudad no tardaría en reclamar la próxima vez que salieran fuera, matando a alguno más por el camino. ¿Qué sería la próxima vez? ¿Perros asesinos gigantes que también lanzaran jodidas espinas? ¿Otro monstruo capaz de atravesar las puñeteras paredes? Connor estaba cansado, a pesar de estar acostumbrado a la presión y a la violencia de la vida en el club... aquello era diferente. Sentía que iba a luchar por su vida para nada, porque acabaría muriendo igualmente. Por suerte, dentro de esa apatía general, los intentos de burlas o los inicios de sonrisas de sus compañeros cuando le respondieron lograron centrarle un poco.
-Bueno, parece que ya han parado de empeorar esa mierdas.- Le dijo a Ethan sobre su cara y a Nohlem sobre sus manos con tono cansado, mientras observaba las hinchazones. Luego, no pudo evitar mostrar lo que era una sombra de una sonrisa, con el "ataque" del británico hacia el varmano sobre sus "manos de pollo asado" y tampoco pudo evitar entrar en la dinámica de burlas. Todo lo que fuera por tal de sacar aunque fuera solo el pie de aquel pozo de amargura.- Habló el puto capitán pirata...- Le dijo a Ethan señalándose el ojo, con un pobre intento de sonrisa burlona. Los intentos de salir del puto pozo siguieron dándose cuando Nohlem le enseñó su "truco de magia", quitándose el anillo y enseñándole la piel más clara debajo. -Buen truco, sí...- Dijo con un bufido y otro pobre intento de sonrisa, mientras meneaba la cabeza.
No fue hasta que Ethan hizo saber que había una araña más grande y al seguir la mirada de Nohlem, que las vio. La más grande en su tela de red, a la espera, depredadora. Y la más pequeña enfrente suya, la pobre presa. Connor se quedó observándolas, mientras inspiraba profundamente y se recostaba un poco más contra la pared. La apuesta del varmano le hizo desviar la mirada en su dirección unos instantes, interesado.
-Ni de coña, joder.- Comentó, para luego volver a centrarse en los arácnidos y empezar a asentir con la cabeza, pensativo.- Gana la más grande. Y me apuesto el puto anillo de Nohlem.- Les dijo a los dos a modo de pique contra el felino, como si aquel objeto valioso estuviera en la puja o tuviera algún derecho sobre ella.- ¿Con quién vas y qué apuestas, Ethan?- Le preguntó con interés, estirando la cabeza para poder verle.
Mierda, qué cansado estaba de todo que había llegado al punto de apostar por una jodida araña.
-Bueno, parece que ya han parado de empeorar esa mierdas.- Le dijo a Ethan sobre su cara y a Nohlem sobre sus manos con tono cansado, mientras observaba las hinchazones. Luego, no pudo evitar mostrar lo que era una sombra de una sonrisa, con el "ataque" del británico hacia el varmano sobre sus "manos de pollo asado" y tampoco pudo evitar entrar en la dinámica de burlas. Todo lo que fuera por tal de sacar aunque fuera solo el pie de aquel pozo de amargura.- Habló el puto capitán pirata...- Le dijo a Ethan señalándose el ojo, con un pobre intento de sonrisa burlona. Los intentos de salir del puto pozo siguieron dándose cuando Nohlem le enseñó su "truco de magia", quitándose el anillo y enseñándole la piel más clara debajo. -Buen truco, sí...- Dijo con un bufido y otro pobre intento de sonrisa, mientras meneaba la cabeza.
No fue hasta que Ethan hizo saber que había una araña más grande y al seguir la mirada de Nohlem, que las vio. La más grande en su tela de red, a la espera, depredadora. Y la más pequeña enfrente suya, la pobre presa. Connor se quedó observándolas, mientras inspiraba profundamente y se recostaba un poco más contra la pared. La apuesta del varmano le hizo desviar la mirada en su dirección unos instantes, interesado.
-Ni de coña, joder.- Comentó, para luego volver a centrarse en los arácnidos y empezar a asentir con la cabeza, pensativo.- Gana la más grande. Y me apuesto el puto anillo de Nohlem.- Les dijo a los dos a modo de pique contra el felino, como si aquel objeto valioso estuviera en la puja o tuviera algún derecho sobre ella.- ¿Con quién vas y qué apuestas, Ethan?- Le preguntó con interés, estirando la cabeza para poder verle.
Mierda, qué cansado estaba de todo que había llegado al punto de apostar por una jodida araña.
- Raven
Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivación
Re: Un bonito techo
20/11/23, 12:47 pm
No sabía si reír, enfadarse o sorprenderse con la repentina broma hacía el pobre Rick. Le había descuadrado tanto todos los esquemas que apenas logró contener un resoplido a tiempo de que saliera, sintiéndose horrorosamente culpable porque durante un segundo le había hecho gracia.
-Dios, Nohlem, que bruto eres. -Le recriminó sin demasiado ahínco dándole un ligero empujón con el hombro, no más que un toque de atención. Estaba actuando como un padre tan cansado que no tenía el día para reñir a nadie. -A mí tampoco me pica tanto, a ratos solo.
Respondió de seguido al comentario del felino una vez Connor se asentaba al otro lado del mismo. Atendió a su clase de magia con interés fingido pues si bien al principio le daba curiosidad lo que andaba haciendo, en cuanto dejó en evidencia su truco una risa amarga se le escapó de entre las comisuras. Al menos podía bromear con ello, ahora se preguntaba si la reacción era peor en sus cicatrices o si eso dejaría marca, no verse era una absoluta mierda.
-Oh, vamos... ¿Tan mal estoy? No puede ser taaan tan feo, no? Me estáis preocupando cabrones. -Resopló al comentario de Connor sobre ser un pirata. -Teniendo en cuenta que te libraste por no ayudar una mierda, yo no hablaría tanto, ¿Eh?
Soltó la pulla de regalo al pelirrosa, más como un juego donde devolverse la pelota como un pin pong tonto que porque de verdad estuviera molesto por eso. Sabía que al fin y al cabo en el torreón todos intentaban echar una mano a su manera, incluso Kalna había estado más colaborativa los últimos días. Para cuando sus ojos se condujeron al espectáculo de boxeo que tanto andaban mencionando sus compañeros, ambas arañas ya se habían encontrado, expectantes de ver quien de las dos hacía su primer movimiento.
-Yo …. hmmmm… Pues no sé, tampoco tengo nada que apostar. -Se encogió de hombros distraído, recostándose un poco más sobre la pared para tener mejores vistas del combate. -Vale eh, me juego el chaleco de Connor a que al final ambas se van cada una por su lado.
-Dios, Nohlem, que bruto eres. -Le recriminó sin demasiado ahínco dándole un ligero empujón con el hombro, no más que un toque de atención. Estaba actuando como un padre tan cansado que no tenía el día para reñir a nadie. -A mí tampoco me pica tanto, a ratos solo.
Respondió de seguido al comentario del felino una vez Connor se asentaba al otro lado del mismo. Atendió a su clase de magia con interés fingido pues si bien al principio le daba curiosidad lo que andaba haciendo, en cuanto dejó en evidencia su truco una risa amarga se le escapó de entre las comisuras. Al menos podía bromear con ello, ahora se preguntaba si la reacción era peor en sus cicatrices o si eso dejaría marca, no verse era una absoluta mierda.
-Oh, vamos... ¿Tan mal estoy? No puede ser taaan tan feo, no? Me estáis preocupando cabrones. -Resopló al comentario de Connor sobre ser un pirata. -Teniendo en cuenta que te libraste por no ayudar una mierda, yo no hablaría tanto, ¿Eh?
Soltó la pulla de regalo al pelirrosa, más como un juego donde devolverse la pelota como un pin pong tonto que porque de verdad estuviera molesto por eso. Sabía que al fin y al cabo en el torreón todos intentaban echar una mano a su manera, incluso Kalna había estado más colaborativa los últimos días. Para cuando sus ojos se condujeron al espectáculo de boxeo que tanto andaban mencionando sus compañeros, ambas arañas ya se habían encontrado, expectantes de ver quien de las dos hacía su primer movimiento.
-Yo …. hmmmm… Pues no sé, tampoco tengo nada que apostar. -Se encogió de hombros distraído, recostándose un poco más sobre la pared para tener mejores vistas del combate. -Vale eh, me juego el chaleco de Connor a que al final ambas se van cada una por su lado.
- Apuestas:
1-20: La pequeña se retracta de su decisión y abandona la telaraña para huir.
21-40: La grande decide que no va a arriesgar su vida y deja que usurpen la telaraña.
41-60: Empieza el combate, la pequeña contra todo pronóstico consigue derribar a la patilarga quedándose como vencedora.
61-80: Empieza el combate, como todo apuntaba la grande acaba comiéndose a la pequeña.
81-100: Ambas se enzarzan en una lucha violenta en la que ambos cuerpecitos terminan inertes sobre la telaraña.
- Rocavarancolia Rol
Re: Un bonito techo
20/11/23, 12:47 pm
El miembro 'Raven' ha efectuado la acción siguiente: Número Aleatorio
'Dado de 100 caras' : 33
'Dado de 100 caras' : 33
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Re: Un bonito techo
21/11/23, 09:51 pm
Sonrió con ladina inocencia según su cuerpo se bamboleaba a un lado por el empujón.
—Me han llamado muchas cosas, ¿pero bruto?
“Si soy más bueno que un Santo”, pensó, pero las bromas requerían un humor y una dedicación que él no tenía en esos momentos. Su estamina se gastaba más rápido de lo que se recuperaba, pero algo mejoraba cuando otros chinchaban por él. Una tímida felicidad calentó su pecho y mejillas cuando Connor se unió en su favor, atacando a Ethan como capitán pirata. El granta ahogó el suspiro de otra risa, devolviéndole al londinense el empujón de hombro con más suavidad aún como compensa.
—Nada, nada, sigues estando en el top 3 de humanos más guapos del torreón, no te preocupes.
Por supuesto, considerando la escasa competencia, el cumplido era tan penoso como toda la situación. La puya volvió en dirección al pelirrosa, pero esta vez el granta se limitó a chasquear la lengua y silbar entredientes como si se hubiera quemado, echándose para atrás para que pudieran entablar mejor contacto visual entre ellos. Si estaba en medio mejor divertirse como espectador a salir escaldado.
Las arañas se movían con suma precaución en su esquina, tanta que de no ser por las apuestas tontas se habría aburrido en seguida de mirarlas. Cuando Connor se jugó su anillo, no obstante, tuvo energía de sobra para mostrarse fingidamente ofendido. En el fondo un poco sí que le preocupaba.
—¿Discuuulpa? ¿Desde cuando en una apuesta te juegas algo que no te pertenece? ¿Lo hacéis alrevés en planeta Piedra o qué? —Ethan se sumó a las apuestas ajenas, añadiendo el chaleco de Connor como premio y marcando la norma. El varmano dejó caer la cabeza con un bufido de humor sin energías, mientras pensaba que pedir—. Entonceees… Yo me apuesto un beso de Ethan —la pequeña sonrisa de medio lado que adornaba su rostro se volvió una entera, llena de santísima castidad.
Ethan pedía algo de Connor, Connor pedía algo suyo y él pedía algo de Ethan. Era lo justo, ¿no? Ahora, por mucho que ganase el americano no iba a desprenderse de su anillo y dudaba que él fuera a cederle su chaqueta al mestizo, así que, ¿qué más daba jugarse tal tontería? Si acaso era la única fácil de cumplir. Además, el varmano no era precisamente nuevo en reclamar tales muestras de afecto -y peores- sin pudor alguno cuando se encontraba mal. Le ayudaban a no pensar.
Así que con renovado interés, Nohlem observó el combate. Contra todo pronóstico la araña grande tenía en tamaño su equivalente a cobardía, y la pequeña, en lugar de alejarse alarmada por haber pisado la trampa, se adentró en la misma, intimidando a la mayor hasta que la forzó a marcharse de su propia casa. No fue nada épico, pero lo suficiente para que sus ojos brillasen ligeramente por el sabor de una victoria.
—¿Aaaah? ¿Connor? —le miró con hiriente sorpresa—. ¿Qué ha pasado, grandullón? ¿Qué te decía de los bajitos? —le dio un codazo. Después recordó lo que tocaba. Se giró a Ethan con elegante teatralidad y una sonrisita que poco escondía sus malas intenciones, antes de señalarse una mejilla y darse sendos toquecitos en esta con un dedo—. ¿Hmmm? Creeeo que he ganado, capitán.
No lo estaba pensando y eso era todo un logro. Que el cadáver de Serena estaba a escasos metros de donde se encontraban.
—Me han llamado muchas cosas, ¿pero bruto?
“Si soy más bueno que un Santo”, pensó, pero las bromas requerían un humor y una dedicación que él no tenía en esos momentos. Su estamina se gastaba más rápido de lo que se recuperaba, pero algo mejoraba cuando otros chinchaban por él. Una tímida felicidad calentó su pecho y mejillas cuando Connor se unió en su favor, atacando a Ethan como capitán pirata. El granta ahogó el suspiro de otra risa, devolviéndole al londinense el empujón de hombro con más suavidad aún como compensa.
—Nada, nada, sigues estando en el top 3 de humanos más guapos del torreón, no te preocupes.
Por supuesto, considerando la escasa competencia, el cumplido era tan penoso como toda la situación. La puya volvió en dirección al pelirrosa, pero esta vez el granta se limitó a chasquear la lengua y silbar entredientes como si se hubiera quemado, echándose para atrás para que pudieran entablar mejor contacto visual entre ellos. Si estaba en medio mejor divertirse como espectador a salir escaldado.
Las arañas se movían con suma precaución en su esquina, tanta que de no ser por las apuestas tontas se habría aburrido en seguida de mirarlas. Cuando Connor se jugó su anillo, no obstante, tuvo energía de sobra para mostrarse fingidamente ofendido. En el fondo un poco sí que le preocupaba.
—¿Discuuulpa? ¿Desde cuando en una apuesta te juegas algo que no te pertenece? ¿Lo hacéis alrevés en planeta Piedra o qué? —Ethan se sumó a las apuestas ajenas, añadiendo el chaleco de Connor como premio y marcando la norma. El varmano dejó caer la cabeza con un bufido de humor sin energías, mientras pensaba que pedir—. Entonceees… Yo me apuesto un beso de Ethan —la pequeña sonrisa de medio lado que adornaba su rostro se volvió una entera, llena de santísima castidad.
Ethan pedía algo de Connor, Connor pedía algo suyo y él pedía algo de Ethan. Era lo justo, ¿no? Ahora, por mucho que ganase el americano no iba a desprenderse de su anillo y dudaba que él fuera a cederle su chaqueta al mestizo, así que, ¿qué más daba jugarse tal tontería? Si acaso era la única fácil de cumplir. Además, el varmano no era precisamente nuevo en reclamar tales muestras de afecto -y peores- sin pudor alguno cuando se encontraba mal. Le ayudaban a no pensar.
Así que con renovado interés, Nohlem observó el combate. Contra todo pronóstico la araña grande tenía en tamaño su equivalente a cobardía, y la pequeña, en lugar de alejarse alarmada por haber pisado la trampa, se adentró en la misma, intimidando a la mayor hasta que la forzó a marcharse de su propia casa. No fue nada épico, pero lo suficiente para que sus ojos brillasen ligeramente por el sabor de una victoria.
—¿Aaaah? ¿Connor? —le miró con hiriente sorpresa—. ¿Qué ha pasado, grandullón? ¿Qué te decía de los bajitos? —le dio un codazo. Después recordó lo que tocaba. Se giró a Ethan con elegante teatralidad y una sonrisita que poco escondía sus malas intenciones, antes de señalarse una mejilla y darse sendos toquecitos en esta con un dedo—. ¿Hmmm? Creeeo que he ganado, capitán.
No lo estaba pensando y eso era todo un logro. Que el cadáver de Serena estaba a escasos metros de donde se encontraban.
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mental
Personajes :
● Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre
● Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena
●Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio.
Re: Un bonito techo
24/11/23, 10:58 am
La amargura seguía estando presente por mucho que intentara eliminarla con estúpidas bromas, pero al menos empezaba a distraerse un poco mirando a dos putas arañas en la pared y hablando con Ethan y Nohlem. En un principio había optado por la soledad y se había aislado de todo y de todos, pero ahora estaba hasta los cojones de eso y agradecía la compañía.
-No estás tan mal, joder. Te da un aire de puto misterio de guaperas.- Secundó a Nohlem a la hora de tranquilizar a Ethan por su ojo jodido. Sin embargo ya le había "atacado" antes llamándole pirata, así que el contrataque del británico no tardó en llegar en forma de: no estás jodido porque no ayudaste con la comida. El felino por su parte silbó entre dientes y chaqueó la lengua para darle más dramatismo, y el motero dejó escapar un bufido de humor encajando el golpe. Se incorporó un poco para mirar mejor a Ethan antes de hablar. Y haciendo gala de su don de palabra dijo mientras meneaba la cabeza:- Cabronazo.-
Las apuestas en favor y en contra de las arañas habían llegado. Y obviamente él había elegido el jodido y brillante anillo de Nohlem. No es que pensara quedárselo cuando la araña grande ganara, porque iba a ganar claramente, era solo un pobre intento de picar y vacilar un poco al varmano. Así que cuando éste habló fingiendo enfado, Connor no pudo evitar sonreír de forma casi imperceptible y encogerse de hombros.- Mierdas de humanos, si...- Los premios que reclamaron sus compañeros le hicieron mirarlos con ojos curiosos. Primero porque Ethan había decidido apostar su puto chaleco, el cuál se ganó otro "insulto inteligente" por parte de Connor mientras fingía enfado.- CABRONAZO, ¿por qué no te apuestas también a mi puta familia?- Sabía que Ethan no lo decía en serio, pero una parte suya se imaginó a cualquiera que no fuera él con el chaleco puesto y se le pusieron los putos pelos de punta. Nohlem por su parte pidió algo menos material: Un beso de Ethan. Y Connor no pudo evitar hacer un sonido en la garganta que intentaba ser una risa, pero era lo máximo que le podía salir dentro de aquel ambiente fúnebre y ligero a partes iguales, por el momento. -Éste no pierde el tiempo, me cago en la...-
No le dio tiempo a terminar la frase, porque finalmente la batalla de arañas tuvo lugar. Y fue decepcionante de cojones. La grande había decidido salir por patas de allí y le había cedido toda su telaraña a la pequeña. Connor soltó un bufido mientras volvía a recostarse contra la pared, incapaz de creerse aquello mientras negaba con la cabeza.-Venga ya, no me jodas... ¿Es que nada tiene sentido en éste puto sitio?- Preguntó sorprendido por lo ocurrido alzando las manos, fingiendo molestia porque en el fondo le estaba resultando estúpido y divertido un poco. Luego no pudo evitar sonreír al recibir los codazos y las palabras de Nohlem de regodeo, pues había ganado la apuesta y el muy capullo lo estaba aprovechado bien.
-Que si, cojones... Los bajitos sois muy ágiles, y los putos mejores y...- Le concedió fingiendo pesadez y cansancio poniendo los ojos en blanco y cruzándose de brazos, como cuando le dabas la razón a alguien para que se callara. Luego le dio un empujón algo más fuerte que los codazos que le había propinado.- Gilipollas...- Dijo con una leve sonrisa mientras lo veía reclamar su premio dándose toquecitos en la mejilla. El motero se incorporó un poco para ver mejor al británico.- Ya sabes lo que toca Ethan... Su puta mejilla está ahí, por si no la ves...- Le dijo señalándola con el dedo, en un nuevo intento de vacile.
No podía negar que, a pesar del ambiente oscuro y de todo lo que estaba pasando... Se lo estaba pasando algo bien. Para él, la muerte de Serena no había sido un golpe emocional de pérdida. Más bien un miedo a ser el siguiente en morir, y gracias a aquella conversación estaba olvidándose aunque fuera un poco de eso, por lo menos durante unos minutos.
-No estás tan mal, joder. Te da un aire de puto misterio de guaperas.- Secundó a Nohlem a la hora de tranquilizar a Ethan por su ojo jodido. Sin embargo ya le había "atacado" antes llamándole pirata, así que el contrataque del británico no tardó en llegar en forma de: no estás jodido porque no ayudaste con la comida. El felino por su parte silbó entre dientes y chaqueó la lengua para darle más dramatismo, y el motero dejó escapar un bufido de humor encajando el golpe. Se incorporó un poco para mirar mejor a Ethan antes de hablar. Y haciendo gala de su don de palabra dijo mientras meneaba la cabeza:- Cabronazo.-
Las apuestas en favor y en contra de las arañas habían llegado. Y obviamente él había elegido el jodido y brillante anillo de Nohlem. No es que pensara quedárselo cuando la araña grande ganara, porque iba a ganar claramente, era solo un pobre intento de picar y vacilar un poco al varmano. Así que cuando éste habló fingiendo enfado, Connor no pudo evitar sonreír de forma casi imperceptible y encogerse de hombros.- Mierdas de humanos, si...- Los premios que reclamaron sus compañeros le hicieron mirarlos con ojos curiosos. Primero porque Ethan había decidido apostar su puto chaleco, el cuál se ganó otro "insulto inteligente" por parte de Connor mientras fingía enfado.- CABRONAZO, ¿por qué no te apuestas también a mi puta familia?- Sabía que Ethan no lo decía en serio, pero una parte suya se imaginó a cualquiera que no fuera él con el chaleco puesto y se le pusieron los putos pelos de punta. Nohlem por su parte pidió algo menos material: Un beso de Ethan. Y Connor no pudo evitar hacer un sonido en la garganta que intentaba ser una risa, pero era lo máximo que le podía salir dentro de aquel ambiente fúnebre y ligero a partes iguales, por el momento. -Éste no pierde el tiempo, me cago en la...-
No le dio tiempo a terminar la frase, porque finalmente la batalla de arañas tuvo lugar. Y fue decepcionante de cojones. La grande había decidido salir por patas de allí y le había cedido toda su telaraña a la pequeña. Connor soltó un bufido mientras volvía a recostarse contra la pared, incapaz de creerse aquello mientras negaba con la cabeza.-Venga ya, no me jodas... ¿Es que nada tiene sentido en éste puto sitio?- Preguntó sorprendido por lo ocurrido alzando las manos, fingiendo molestia porque en el fondo le estaba resultando estúpido y divertido un poco. Luego no pudo evitar sonreír al recibir los codazos y las palabras de Nohlem de regodeo, pues había ganado la apuesta y el muy capullo lo estaba aprovechado bien.
-Que si, cojones... Los bajitos sois muy ágiles, y los putos mejores y...- Le concedió fingiendo pesadez y cansancio poniendo los ojos en blanco y cruzándose de brazos, como cuando le dabas la razón a alguien para que se callara. Luego le dio un empujón algo más fuerte que los codazos que le había propinado.- Gilipollas...- Dijo con una leve sonrisa mientras lo veía reclamar su premio dándose toquecitos en la mejilla. El motero se incorporó un poco para ver mejor al británico.- Ya sabes lo que toca Ethan... Su puta mejilla está ahí, por si no la ves...- Le dijo señalándola con el dedo, en un nuevo intento de vacile.
No podía negar que, a pesar del ambiente oscuro y de todo lo que estaba pasando... Se lo estaba pasando algo bien. Para él, la muerte de Serena no había sido un golpe emocional de pérdida. Más bien un miedo a ser el siguiente en morir, y gracias a aquella conversación estaba olvidándose aunque fuera un poco de eso, por lo menos durante unos minutos.
- Raven
Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivación
Personajes : Ethan: Humano, Ingles/Japonés 1.75
Síntomas : En ocasiones, se le desenfocará brevemente la vista.
Armas : Ethan Lanza partesana y una daga
Status : Ciego y cojo, el chiste se cuenta solo.
Re: Un bonito techo
26/11/23, 04:00 pm
-Woah, gracias chicos ahora me siento mucho mejor.
Respondió irónico a ambos comentarios, no es que fueran muchos humanos y estar en el top 3 era tan triste como no estarlo. Si el felino había descartado a Abel por su mala relación solo quedaban 5 muchachos lindos en el torreón. En su cabeza el podio se lo llevaba Aniol siendo adorable y lo continuaba Rick por su vistosos ojos. Si tenía que pensar en el humano más guapo ignorando a los pequeños le tendría que dar el premio sin lugar a dudas al neoyorkino pero eso no era ni de lejos su mayor preocupación cuando empezó el debate por las apuestas.
A Connor solo le dedicó una dulce e inocente sonrisa, la típica que le regalaba un niño a su padre aún a sabiendas de que había sido el causante del jarrón roto. A esas alturas conocía de la importancia que tenía el chaleco para él y si bien sabía que ninguna apuesta estaba para cumplirse le hacía igual de gracia imaginarse los resultados. Por ello cuando Nohlem le exigió una recompensa alejada de un objeto de valor no supo qué decir de primeras. Su cabeza empezó a dar vueltas sobre sí misma sin saber si aquella proposición era exageradamente indecente o un gesto que buscaba una simple excusa para obtener consuelo. Abrió la boca, la volvió a cerrar, mantuvo la mirada y acabo desviando los ojos a donde el canadiense un tanto confuso por la propuesta.
-No eh, espera, pero yo también tengo cosas de valor! -Recriminó sin mucha insistencia al gato. Tanteó sus bolsillos como si fuera a encontrar algo que no fuera papel doblado o un cubierto que se había guardado durante la comida por lo que fuera. No tenía nada que ofrecer en verdad, su móvil roto y un manojo de llaves que no habría nada.
Lo único que podía esperar es que la pelea se decantara a favor del pelirrosa que era él había votado con cierta lógica. Para su desgracia siquiera hubo combate alguno, la grande huyó pavorosa dándole una victoria aplastante al único con el que salía perjudicado. Ethan chasqueó la lengua incómodo ignorando parcialmente a Nohlem para buscar un refugio en la supuesta hermandad que tenía con el canadiense. Hermandad que fué á morir en cuanto este mismo insistió en que cumpliera el trato. La verdad es que no se sentía agusto con la idea, no había que ser muy espabilado para ver la cara de circunstancias que tenía, los nervios en unas manos que se empezaban a entrelazar dudosas y como su vista iba y venía buscando en las paredes alguna excusa que poder decir al aire.
-Yo… -Los ojos turquesas del pelirrojo le incomodaban por su fijación y mientras el rubor de sus mejillas iba en incremento por la vergüenza de la situación, el trayecto de su mirada frenó en una de las puertas del fondo. Allí donde sabía que descansaba el cuerpo difunto de una compañera. No, no tenía tanta moral para esos juegos. No estaba cabreado por el humor que usaban, entendía el ambiente del que buscaban huir, pero… era incomodo. Ser tan cercano o jugar con ese límite entre broma y flirteo en un día así le chocaba demasiado, superaba su capacidad de reír hasta convertirlo en un amasijo de nervios inconcluyente.
-Perdón, ¿Otro día lo cumplo, si?
Dijo en apenas un murmullo dudoso con una suave sonrisa que luchaba por mantenerse acorde.
Respondió irónico a ambos comentarios, no es que fueran muchos humanos y estar en el top 3 era tan triste como no estarlo. Si el felino había descartado a Abel por su mala relación solo quedaban 5 muchachos lindos en el torreón. En su cabeza el podio se lo llevaba Aniol siendo adorable y lo continuaba Rick por su vistosos ojos. Si tenía que pensar en el humano más guapo ignorando a los pequeños le tendría que dar el premio sin lugar a dudas al neoyorkino pero eso no era ni de lejos su mayor preocupación cuando empezó el debate por las apuestas.
A Connor solo le dedicó una dulce e inocente sonrisa, la típica que le regalaba un niño a su padre aún a sabiendas de que había sido el causante del jarrón roto. A esas alturas conocía de la importancia que tenía el chaleco para él y si bien sabía que ninguna apuesta estaba para cumplirse le hacía igual de gracia imaginarse los resultados. Por ello cuando Nohlem le exigió una recompensa alejada de un objeto de valor no supo qué decir de primeras. Su cabeza empezó a dar vueltas sobre sí misma sin saber si aquella proposición era exageradamente indecente o un gesto que buscaba una simple excusa para obtener consuelo. Abrió la boca, la volvió a cerrar, mantuvo la mirada y acabo desviando los ojos a donde el canadiense un tanto confuso por la propuesta.
-No eh, espera, pero yo también tengo cosas de valor! -Recriminó sin mucha insistencia al gato. Tanteó sus bolsillos como si fuera a encontrar algo que no fuera papel doblado o un cubierto que se había guardado durante la comida por lo que fuera. No tenía nada que ofrecer en verdad, su móvil roto y un manojo de llaves que no habría nada.
Lo único que podía esperar es que la pelea se decantara a favor del pelirrosa que era él había votado con cierta lógica. Para su desgracia siquiera hubo combate alguno, la grande huyó pavorosa dándole una victoria aplastante al único con el que salía perjudicado. Ethan chasqueó la lengua incómodo ignorando parcialmente a Nohlem para buscar un refugio en la supuesta hermandad que tenía con el canadiense. Hermandad que fué á morir en cuanto este mismo insistió en que cumpliera el trato. La verdad es que no se sentía agusto con la idea, no había que ser muy espabilado para ver la cara de circunstancias que tenía, los nervios en unas manos que se empezaban a entrelazar dudosas y como su vista iba y venía buscando en las paredes alguna excusa que poder decir al aire.
-Yo… -Los ojos turquesas del pelirrojo le incomodaban por su fijación y mientras el rubor de sus mejillas iba en incremento por la vergüenza de la situación, el trayecto de su mirada frenó en una de las puertas del fondo. Allí donde sabía que descansaba el cuerpo difunto de una compañera. No, no tenía tanta moral para esos juegos. No estaba cabreado por el humor que usaban, entendía el ambiente del que buscaban huir, pero… era incomodo. Ser tan cercano o jugar con ese límite entre broma y flirteo en un día así le chocaba demasiado, superaba su capacidad de reír hasta convertirlo en un amasijo de nervios inconcluyente.
-Perdón, ¿Otro día lo cumplo, si?
Dijo en apenas un murmullo dudoso con una suave sonrisa que luchaba por mantenerse acorde.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Un bonito techo
26/11/23, 06:47 pm
—Cuando lo tienes todo valoras otras cosas —respondió a Ethan con voz suave y un ligero encogimiento de hombros. Su ego quedó falto, sin embargo, pues sus ánimos tampoco eran los más indicados—. Tampoco he pedido nada raro, ¿no?
Para ser justos no era un premio extraño tratándose de él. A nadie que le conociera en su casa le sorprendería que pidiera oportunidades “sociales” en lugar de bienes materiales, fueran en serio o no, y Connor había dado en el clavo: el granta no perdía el tiempo. El empujón que le dio le sacó una mueca divertida, el aire que estaba tomando por la nariz y una sonrisita de suficiencia al verse validado en halagos, insultos de por medio y todo.
—¿Moraleja? No siempre los bichos más grandes son los más peligrosos, amigo mío.
Que él también chinchase para que Ethan pagase coronaba la estampa, y bien podría plantarle otro beso a Connor después si no le diese tanto respeto llevarse una hostia. Algo que, de un modo u otro, se terminó llevando igualmente por parte del moreno. En un principio Nohlem creyó que la visible incomodidad de Ethan era puro pique y la ignoró por eso; creyó que dándose más toquecitos en la mejilla terminaría por pasársele, algo que quedó claro no era el caso cuando su mirada le esquivó, lejos, en otra dirección. Como las flores en la noche los hombros del granta cayeron ligeramente y su mano cesó en su empeño, quieta ahora sobre una de sus rodillas flexionadas. La reacción le había dejado descolocado, con una creciente y extraña molestia en el pecho, aunque tras un par de pestañeos y antes de permitirse siquiera definir el motivo recordó sonreír para camuflar su propio malestar.
—Ah, claro. Pero que sepas que mis deudas las cobro con intereses.
La seguridad que oía de sí mismo se sentía rara, poco convincente hacia fuera, aún más falsa hacia dentro. Con la excusa de reacomodarse apoyó la espalda contra la pared para mirar al frente y no al mestizo, ahora en silencio y sin sonrisa en el rostro. Nohlem no estaba hecho al rechazo. Solía salirse con la suya, fuera por su cara bonita, su labia o su buena posición social, y es que raro era el “no” para aquellos que venían de una cuna tan alta como la suya. Si bien es cierto que aquello no se parecía lo más mínimo a su vida en Varmania, que ninguno allí tenía intereses o motivos tan superficiales como a los que acostumbraba, ser consciente de su nueva realidad no evitaba que se sintiera incorrecto, atípico. Y lo que es peor, culpable.
Sabía a donde había ido la mirada de Ethan. El cuarto donde yacía Serena estaba poco más allá. Serena, que estaba muerta como bien podrían estarlo ellos. Ese gesto tan rápido como el mordisco de una araña le estaba arrastrado de vuelta al presente, una situación desagradable con la que no sabía como sentirse: ¿egoísta por querer evadirse o molesto por el recordatorio? Pedir perdón no era algo que le saliera natural, menos cuando no creía haber hecho nada malo, sus intenciones no eran crueles, y aún con esas…
—Bueno… —un rato demasiado largo después inclinó el cuerpo hacia un lado, hacia Connor, buscando refugio en su contacto sin apenas apoyarse por miedo a ser incómodo. De repente era demasiado consciente de sus acciones, su voz un murmullo en comparación a lo que había sido antes—. Entonces… también hay arañas en vuestro mundo.
Para ser justos no era un premio extraño tratándose de él. A nadie que le conociera en su casa le sorprendería que pidiera oportunidades “sociales” en lugar de bienes materiales, fueran en serio o no, y Connor había dado en el clavo: el granta no perdía el tiempo. El empujón que le dio le sacó una mueca divertida, el aire que estaba tomando por la nariz y una sonrisita de suficiencia al verse validado en halagos, insultos de por medio y todo.
—¿Moraleja? No siempre los bichos más grandes son los más peligrosos, amigo mío.
Que él también chinchase para que Ethan pagase coronaba la estampa, y bien podría plantarle otro beso a Connor después si no le diese tanto respeto llevarse una hostia. Algo que, de un modo u otro, se terminó llevando igualmente por parte del moreno. En un principio Nohlem creyó que la visible incomodidad de Ethan era puro pique y la ignoró por eso; creyó que dándose más toquecitos en la mejilla terminaría por pasársele, algo que quedó claro no era el caso cuando su mirada le esquivó, lejos, en otra dirección. Como las flores en la noche los hombros del granta cayeron ligeramente y su mano cesó en su empeño, quieta ahora sobre una de sus rodillas flexionadas. La reacción le había dejado descolocado, con una creciente y extraña molestia en el pecho, aunque tras un par de pestañeos y antes de permitirse siquiera definir el motivo recordó sonreír para camuflar su propio malestar.
—Ah, claro. Pero que sepas que mis deudas las cobro con intereses.
La seguridad que oía de sí mismo se sentía rara, poco convincente hacia fuera, aún más falsa hacia dentro. Con la excusa de reacomodarse apoyó la espalda contra la pared para mirar al frente y no al mestizo, ahora en silencio y sin sonrisa en el rostro. Nohlem no estaba hecho al rechazo. Solía salirse con la suya, fuera por su cara bonita, su labia o su buena posición social, y es que raro era el “no” para aquellos que venían de una cuna tan alta como la suya. Si bien es cierto que aquello no se parecía lo más mínimo a su vida en Varmania, que ninguno allí tenía intereses o motivos tan superficiales como a los que acostumbraba, ser consciente de su nueva realidad no evitaba que se sintiera incorrecto, atípico. Y lo que es peor, culpable.
Sabía a donde había ido la mirada de Ethan. El cuarto donde yacía Serena estaba poco más allá. Serena, que estaba muerta como bien podrían estarlo ellos. Ese gesto tan rápido como el mordisco de una araña le estaba arrastrado de vuelta al presente, una situación desagradable con la que no sabía como sentirse: ¿egoísta por querer evadirse o molesto por el recordatorio? Pedir perdón no era algo que le saliera natural, menos cuando no creía haber hecho nada malo, sus intenciones no eran crueles, y aún con esas…
—Bueno… —un rato demasiado largo después inclinó el cuerpo hacia un lado, hacia Connor, buscando refugio en su contacto sin apenas apoyarse por miedo a ser incómodo. De repente era demasiado consciente de sus acciones, su voz un murmullo en comparación a lo que había sido antes—. Entonces… también hay arañas en vuestro mundo.
- ♪♫♬:
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mentalPersonajes :
● Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre
● Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena
●Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio.
Re: Un bonito techo
27/11/23, 12:02 am
Connor esbozaría una sonrisa y encogería los hombros con el agradecimiento cargado de sarcasmo de Ethan. Lo cierto es que el cumplido de Nohlem sobre que estuviera en el top 3 de humanos más guapos tampoco era la puta hostia y solo le había dado más humor al asunto. Entre comentarios y comentarios Connor empezaba a olvidar un poco toda la mierda en la que estaban metidos, por imposible que pareciera. Seguía teniendo un miedo de cojones a morir, pero... En aquel momento, entre un Ethan tanteando su ropa para buscar algo de valor que intercambiar en vez del beso o buscando su ayuda con la mirada, o un Nohlem sonriendo con suficiencia ante los halagos o vacilando por haber ganado la apuesta... Pues sí joder, Connor se había permitido casi de forma inconsciente alejarse de todo lo malo que le había pasado en las últimas horas.
Porque lo necesitaba. Lo necesitaba tanto como alimentarse de una puta comida que no tenían en ese instante, o como los puñeteros cigarrillos que se le habían acabado y lo tenían casi todo el tiempo estresado. Necesitaba desconectar y hacer un poco el gilipollas.. Pero no acabó siendo así.
El motero se fue dando cuenta poco a poco, paulatinamente. Los gestos de Ethan como el rubor de sus mejillas, que en un principio le habían parecido graciosos y un motivo más para querer descojonarse de él, adquirieron un significado más sombrío cuando los ojos del británico se desviaron hacia una puerta en especial. La que guardaba en su interior un cadáver. La sonrisilla que había adoptado Connor se esfumó en seguida, siendo más consciente a cada segundo de lo que acababa de pasar y de lo incómodo que se estaba volviendo el ambiente. La reacción de Nohlem queriendo aparentar normalidad sin mucho éxito solo le ponía la guinda al puto pastel. Los ojos oscuros de Connor pasaron de Nohlem a Ethan y viceversa: la ahora nula sonrisa del primero y su mirada clavada en la pared, la lucha para mantener una sonrisa del segundo cuando dio la negativa. Y aunque él estaba en uno de los extremos sentado, se sintió en el jodido medio de aquella mierda incómoda.
-Hmm...- Expresaría sin darse cuenta, mirando al frente. El buen rollo que había tenido lugar se había convertido en cosa del pasado, aunque creía saber los motivos de Ethan al haber mirado la puerta dónde estaba Serena. Estaba seguro de que se había sentido mal o alguna mierda parecida. Y también había sido un puto golpe de realidad para el motero. Las sonrisas que habían empezado a asomar sustituidas por un rostro serio y ceño fruncido. Los comentarios cargados de humor y ganas de picar convertidos en silencios incómodos. La sensación de alivio al estar evadiéndose de los problemas arrancada de cuajo, y puesto en su lugar de manera forzada y violenta la jodida y puñetera verdad que llevaba persiguiéndole todo el día: Estoy muerto. <<Joder, estoy muerto...>> Pensó otra vez con un suspiro de frustración al verse arrastrado de nuevo a aquel puto pozo oscuro de los cojones, aunque no culpaba a Ethan de nada.
Connor frunció más el ceño todavía, apenas oyendo bien la pregunta de Nohlem, aunque sí fue consciente de su leve acercamiento.
-¿Eh? ¿Qué si hay qué?- Preguntó con voz monótona y la vista fija en la pared. En aquel momento su mente se veía atrapada, como si hubiera caído en una puta trampa para osos y la única manera de escapar fuera arrancarse la puta pierna de cuajo, pero no tuviera los cojones para hacerlo.- Ah... las arañas dices... Si.- Contestaría por llenar un silencio ya de por sí asfixiante de cojones. Al final optó por hacer lo que estaba acostumbrado cuando estaba agobiado, incapaz de aguantar más: Alejarse de todo y regodearse en su propia mierda. Intentó aparentar algo de normalidad, pero sin ningún tipo de éxito. Era evidente en su voz la jodida amargura y el cansancio por haber recordado todo lo ocurrido en el día, lo jodidos que estaban.- Es tarde ya, cabronazos. Creo que deberíamos intentar dormir algo, porque mañana va a ser un día de mierda.- Empezó a decir mientras se levantaba del suelo. En un acto reflejo se llevó una mano al bolsillo de su pantalón, buscando unos cigarrillos que no estaban ahí para calmarle los nervios.- Joder, puta mierda...- Musitó.
Porque lo necesitaba. Lo necesitaba tanto como alimentarse de una puta comida que no tenían en ese instante, o como los puñeteros cigarrillos que se le habían acabado y lo tenían casi todo el tiempo estresado. Necesitaba desconectar y hacer un poco el gilipollas.. Pero no acabó siendo así.
El motero se fue dando cuenta poco a poco, paulatinamente. Los gestos de Ethan como el rubor de sus mejillas, que en un principio le habían parecido graciosos y un motivo más para querer descojonarse de él, adquirieron un significado más sombrío cuando los ojos del británico se desviaron hacia una puerta en especial. La que guardaba en su interior un cadáver. La sonrisilla que había adoptado Connor se esfumó en seguida, siendo más consciente a cada segundo de lo que acababa de pasar y de lo incómodo que se estaba volviendo el ambiente. La reacción de Nohlem queriendo aparentar normalidad sin mucho éxito solo le ponía la guinda al puto pastel. Los ojos oscuros de Connor pasaron de Nohlem a Ethan y viceversa: la ahora nula sonrisa del primero y su mirada clavada en la pared, la lucha para mantener una sonrisa del segundo cuando dio la negativa. Y aunque él estaba en uno de los extremos sentado, se sintió en el jodido medio de aquella mierda incómoda.
-Hmm...- Expresaría sin darse cuenta, mirando al frente. El buen rollo que había tenido lugar se había convertido en cosa del pasado, aunque creía saber los motivos de Ethan al haber mirado la puerta dónde estaba Serena. Estaba seguro de que se había sentido mal o alguna mierda parecida. Y también había sido un puto golpe de realidad para el motero. Las sonrisas que habían empezado a asomar sustituidas por un rostro serio y ceño fruncido. Los comentarios cargados de humor y ganas de picar convertidos en silencios incómodos. La sensación de alivio al estar evadiéndose de los problemas arrancada de cuajo, y puesto en su lugar de manera forzada y violenta la jodida y puñetera verdad que llevaba persiguiéndole todo el día: Estoy muerto. <<Joder, estoy muerto...>> Pensó otra vez con un suspiro de frustración al verse arrastrado de nuevo a aquel puto pozo oscuro de los cojones, aunque no culpaba a Ethan de nada.
Connor frunció más el ceño todavía, apenas oyendo bien la pregunta de Nohlem, aunque sí fue consciente de su leve acercamiento.
-¿Eh? ¿Qué si hay qué?- Preguntó con voz monótona y la vista fija en la pared. En aquel momento su mente se veía atrapada, como si hubiera caído en una puta trampa para osos y la única manera de escapar fuera arrancarse la puta pierna de cuajo, pero no tuviera los cojones para hacerlo.- Ah... las arañas dices... Si.- Contestaría por llenar un silencio ya de por sí asfixiante de cojones. Al final optó por hacer lo que estaba acostumbrado cuando estaba agobiado, incapaz de aguantar más: Alejarse de todo y regodearse en su propia mierda. Intentó aparentar algo de normalidad, pero sin ningún tipo de éxito. Era evidente en su voz la jodida amargura y el cansancio por haber recordado todo lo ocurrido en el día, lo jodidos que estaban.- Es tarde ya, cabronazos. Creo que deberíamos intentar dormir algo, porque mañana va a ser un día de mierda.- Empezó a decir mientras se levantaba del suelo. En un acto reflejo se llevó una mano al bolsillo de su pantalón, buscando unos cigarrillos que no estaban ahí para calmarle los nervios.- Joder, puta mierda...- Musitó.
- Raven
Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivación
Personajes : Ethan: Humano, Ingles/Japonés 1.75
Síntomas : En ocasiones, se le desenfocará brevemente la vista.
Armas : Ethan Lanza partesana y una daga
Status : Ciego y cojo, el chiste se cuenta solo.
Re: Un bonito techo
28/11/23, 12:05 am
Si las miradas pudieran matar, Connor habría durado menos que un suspiro. Obviamente la incomodidad era tan palpable que se sentía hasta denso abrir la boca para hablar. No había que ser un genio para notar algo que de alguna manera había iniciado por error, estar pesaba y la compañía sobraba desde el primer silencio. No por ello le pareció mejor el abandono cobarde del pelirosa y su consecuente vendida ante un contexto que cada vez era peor.
¨Con dos cojones animas esto y ahora huyes con la cola gacha, mamonazo.¨
Pensaba Ethan a pesar de que su sonrisa, contraría a su vívida y furiosa imaginación estaba más amplia que nunca. No había sinceridad en el gesto, sólo la advertencia de una madre que sabía que no debía de expresar el mal humor en público. Estaba demasiado cansado como para siquiera bromear sobre ello así que hizo un simple cabeceo como gesto de despedida.
-Buenas noches. - ¨Que las tenga quien pueda.¨
Y ahí quedaban ellos, dos verdugos y víctimas a la misma vez. Nohlem había propulsado una gracia en el momento equivocado. Él, en cambio, había alimentado unas llamas que anunciaban el fin de una conversación tranquila. Tamborileo con los dedos sobre su pierna flexionada tratando de llenar un silencio tan sonoro que resultaba incómodo.
-Oye eh, perdón, no quería cortar el rollo. -Acabó mencionando al poco, en apenas un susurro temeroso de interrumpir el funeral de aquella conversación. La misma mano inquieta paró de hacer ruido para subir a su rostro, rascándose fruto de los nervios la zona enrojecida bajo su ojo. Apenas un tic inconsciente. -Si quieres, puedes ir a dormir también, no me importa estar solo.
La frase era una dualidad extraña. Por un lado trataba de sonar gentil, un permiso para que el felino pudiera despedirse sin que quedara extraño, por el otro, era un ruego camuflado, un intentó de que los 3 recuperarán una soledad que estaba empezando a ser necesaria. Ethan mantuvo su mirada gacha, abandonando el interés de las arañas para centrarse en cada detalle nimio de sus pantalones desgastados. Los parches descosidos, las puntadas mal dadas, la tela de mala calidad. Cualquier tontería servía para intentar escapar del fango que era esa charla. En esos instantes Ethan solo deseaba poder volver a ahogar las penas en un pasillo vacío.
Porque la compañía había estado bien, pero dios, que bien sentaba a veces la soledad.
¨Con dos cojones animas esto y ahora huyes con la cola gacha, mamonazo.¨
Pensaba Ethan a pesar de que su sonrisa, contraría a su vívida y furiosa imaginación estaba más amplia que nunca. No había sinceridad en el gesto, sólo la advertencia de una madre que sabía que no debía de expresar el mal humor en público. Estaba demasiado cansado como para siquiera bromear sobre ello así que hizo un simple cabeceo como gesto de despedida.
-Buenas noches. - ¨Que las tenga quien pueda.¨
Y ahí quedaban ellos, dos verdugos y víctimas a la misma vez. Nohlem había propulsado una gracia en el momento equivocado. Él, en cambio, había alimentado unas llamas que anunciaban el fin de una conversación tranquila. Tamborileo con los dedos sobre su pierna flexionada tratando de llenar un silencio tan sonoro que resultaba incómodo.
-Oye eh, perdón, no quería cortar el rollo. -Acabó mencionando al poco, en apenas un susurro temeroso de interrumpir el funeral de aquella conversación. La misma mano inquieta paró de hacer ruido para subir a su rostro, rascándose fruto de los nervios la zona enrojecida bajo su ojo. Apenas un tic inconsciente. -Si quieres, puedes ir a dormir también, no me importa estar solo.
La frase era una dualidad extraña. Por un lado trataba de sonar gentil, un permiso para que el felino pudiera despedirse sin que quedara extraño, por el otro, era un ruego camuflado, un intentó de que los 3 recuperarán una soledad que estaba empezando a ser necesaria. Ethan mantuvo su mirada gacha, abandonando el interés de las arañas para centrarse en cada detalle nimio de sus pantalones desgastados. Los parches descosidos, las puntadas mal dadas, la tela de mala calidad. Cualquier tontería servía para intentar escapar del fango que era esa charla. En esos instantes Ethan solo deseaba poder volver a ahogar las penas en un pasillo vacío.
Porque la compañía había estado bien, pero dios, que bien sentaba a veces la soledad.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Un bonito techo
28/11/23, 01:41 am
—Hm-hm. Arañas… —masculló tras Connor. El tono salió tan patético y desprovisto de fuerza que contra todo pronóstico el varmano exhaló el suspiro de una risa irónica. De nuevo, un sonido tan lamentable y desgastado que si no lo acompañabas viendo la minúscula sonrisa que tiraba de sus labios parecería pesar.
Y a quien engañar, en gran parte lo era.
—Buenas noches.
Observó por el rabillo del ojo como el pelirrosa se levantaba con el cuerpo aún más cortado que antes. Primero le rechazaba uno, ahora le abandonaba el otro. ¿Acaso había sido demasiado? ¿Se había pasado de confianzas? Nohlem se consideraba muy bien educado, su madre se había encargado a rajatabla de ello, tenía edad suficiente para pensar y comportarse como un adulto, era todo un ejemplo de señorito de alta sociedad y encima uno bien simpático, y no obstante entre el americano y el londinense se sentía como un crío de nuevo. No porque lo estuviera pasando bien -ojalá-, sino por su inmensa torpeza, por la de palos que estaba recibiendo. Puso la espalda recta, como si el haberse apoyado en Connor nunca hubiera sucedido en primer lugar.
—Ah, no, que va… No te preocupes —respondió a Ethan en modo automático—. Es normal. Lo entiendo.
Ya estaba tocado, no hacía falta hundirlo. “No me importa estar solo” en su idioma era claramente un “vete, molestas”, y por vivencias personales (experiencias maternas, por supuesto) a veces dolía más una indirecta que un golpe de frente, fuese la intención o no. La culpabilidad se removió en su pecho con tanto desagrado que Nohlem no supo limitar entonces el malestar psicológico del mordisco más físico del hambre.
—Claro. Voy a… tumbarme —se puso en pie también, con la soltura de una marioneta de hilos cortos. Hasta sus orejas estaban tiesas e inexpresivas—. Que descanses.
“Así no es como se comporta un caballero”, casi podía oír a su madre decir. “Te está bien empleado. Que vergüenza”. Antes de cruzar la puerta, justo en el umbral, pensó en pedir perdón a los dos humanos, pero las intenciones murieron en el mismo sitio donde habían ido a nacer. Rozaba los límites de la incómodidad que podía soportar. Se sentía horrorosamente irrespetuoso hacia ambos (y lo que es peor, hacia el recuerdo de Serena) pero las costumbres eran las costumbres. Además, de poco serviría para el mal que ya estaba hecho.
Al menos había ganado la apuesta. Ahora que, con que gusto le habría tirado su anillo a Connor a la cara con tal de ahorrarse el premio.
Y a quien engañar, en gran parte lo era.
—Buenas noches.
Observó por el rabillo del ojo como el pelirrosa se levantaba con el cuerpo aún más cortado que antes. Primero le rechazaba uno, ahora le abandonaba el otro. ¿Acaso había sido demasiado? ¿Se había pasado de confianzas? Nohlem se consideraba muy bien educado, su madre se había encargado a rajatabla de ello, tenía edad suficiente para pensar y comportarse como un adulto, era todo un ejemplo de señorito de alta sociedad y encima uno bien simpático, y no obstante entre el americano y el londinense se sentía como un crío de nuevo. No porque lo estuviera pasando bien -ojalá-, sino por su inmensa torpeza, por la de palos que estaba recibiendo. Puso la espalda recta, como si el haberse apoyado en Connor nunca hubiera sucedido en primer lugar.
—Ah, no, que va… No te preocupes —respondió a Ethan en modo automático—. Es normal. Lo entiendo.
Ya estaba tocado, no hacía falta hundirlo. “No me importa estar solo” en su idioma era claramente un “vete, molestas”, y por vivencias personales (experiencias maternas, por supuesto) a veces dolía más una indirecta que un golpe de frente, fuese la intención o no. La culpabilidad se removió en su pecho con tanto desagrado que Nohlem no supo limitar entonces el malestar psicológico del mordisco más físico del hambre.
—Claro. Voy a… tumbarme —se puso en pie también, con la soltura de una marioneta de hilos cortos. Hasta sus orejas estaban tiesas e inexpresivas—. Que descanses.
“Así no es como se comporta un caballero”, casi podía oír a su madre decir. “Te está bien empleado. Que vergüenza”. Antes de cruzar la puerta, justo en el umbral, pensó en pedir perdón a los dos humanos, pero las intenciones murieron en el mismo sitio donde habían ido a nacer. Rozaba los límites de la incómodidad que podía soportar. Se sentía horrorosamente irrespetuoso hacia ambos (y lo que es peor, hacia el recuerdo de Serena) pero las costumbres eran las costumbres. Además, de poco serviría para el mal que ya estaba hecho.
Al menos había ganado la apuesta. Ahora que, con que gusto le habría tirado su anillo a Connor a la cara con tal de ahorrarse el premio.
- ♪♫♬:
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mentalPersonajes :
● Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre
● Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena
●Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio.
Re: Un bonito techo
29/11/23, 05:51 pm
Connor dio un bufido más de frustración antes de dejar de buscar con la mano unos cigarrillos que ya sabía que no estaban ahí. El buen humor de hacía nada se había convertido en una expresión cansada en el rostro, cargada de más sombras que luces. Allí de pie, se sentía un puto imbécil por haber olvidado temporalmente dónde se encontraba... Y no es que tuviera la intención de estar lo que quedaba de año amargado si podía evitarlo pero... El cambio de humor había sido tan brusco y cortante que sí, se sentía como un auténtico gilipollas.
Ethan y Nohlem no estaban más cómodos que él, e incluso había detectado enfado en la mirada del japonés pero... <<¿Qué cojones quieres que haga?>> Pensó algo molesto. El ambiente se había vuelto oscuro y silencioso, y lo único de lo que tenía ganas el motero era de quitarse de en medio... En la Tierra, en el club, ya lo hacía constantemente. Cuando el agobio le podía aprovechaba el tiempo libre para escapar a su lugar favorito, debajo de aquella enorme roca a las afueras de la ciudad. Sólo él y sus putos pensamientos. Así que aquella vez no iba a ser una excepción.
A pesar de que podía decir muchas cosas en aquel momento, como por ejemplo que no se rallaran la puta cabeza o mierdas así... No dijo nada. ¿Qué podía decir? Estaban jodidos y llenos de mierda hasta el cuello. Tenían un cadáver en la habitación de al lado y no parecía que la cosa fuera a terminar ahí. Desde que había llegado a la ciudad había estado pensando en qué harían en su situación gente como Eva o los demás, ahora su cabeza sólo podía pensar en lo feliz que se sentía de que solo él había sido secuestrado. Todas esas ideas le obligaban a mantenerse callado y cabizbajo, y joder eso era lo que quería, porque a veces el silencio era tan necesario como hablar cuando había que imponerse. Aún así les dio un apretón a ambos chicos en los hombros cuando pasó por encima de ellos, sorteando sus piernas en dirección al pasillo, en un intento de aliviar un mínimo el aire incómodo. No se iba por el puto beso de los cojones no dado, ni por la puta incomodidad de uno , de otro o la propia... Eso había quedado olvidado en su cabeza bajo algo mucho más importante ... Se iba porque había vuelto a recordar que iba a morir antes de volver a ver a su familia. A sus hermanos. Y los recordaba mejor estando solo.
Aquella noche no durmió prácticamente nada. La vigilia aguantaría imbatible hasta altas horas en la oscuridad, hasta que el propio cansancio de aquel día agotador obligó a los ojos de Connor a que se cerraran de una puñetera vez un par de horas. Sus sueños estuvieron llenos de sangre y tierra. Una persecución en moto y dos granjeros anegados en lágrimas. Disparos y cuchillazos. Pero en medio de toda esa pesadilla que en realidad era un recuerdo del pasado... Serena estaba allí. Con la cara hinchada y morada por el veneno, por la asfixia. Y mientras forcejeaba con Roderick en el suelo, a punto de clavarle el cuchillo en el corazón, la pelirroja le señaló con dedos negros: Eres el siguiente.
Ethan y Nohlem no estaban más cómodos que él, e incluso había detectado enfado en la mirada del japonés pero... <<¿Qué cojones quieres que haga?>> Pensó algo molesto. El ambiente se había vuelto oscuro y silencioso, y lo único de lo que tenía ganas el motero era de quitarse de en medio... En la Tierra, en el club, ya lo hacía constantemente. Cuando el agobio le podía aprovechaba el tiempo libre para escapar a su lugar favorito, debajo de aquella enorme roca a las afueras de la ciudad. Sólo él y sus putos pensamientos. Así que aquella vez no iba a ser una excepción.
A pesar de que podía decir muchas cosas en aquel momento, como por ejemplo que no se rallaran la puta cabeza o mierdas así... No dijo nada. ¿Qué podía decir? Estaban jodidos y llenos de mierda hasta el cuello. Tenían un cadáver en la habitación de al lado y no parecía que la cosa fuera a terminar ahí. Desde que había llegado a la ciudad había estado pensando en qué harían en su situación gente como Eva o los demás, ahora su cabeza sólo podía pensar en lo feliz que se sentía de que solo él había sido secuestrado. Todas esas ideas le obligaban a mantenerse callado y cabizbajo, y joder eso era lo que quería, porque a veces el silencio era tan necesario como hablar cuando había que imponerse. Aún así les dio un apretón a ambos chicos en los hombros cuando pasó por encima de ellos, sorteando sus piernas en dirección al pasillo, en un intento de aliviar un mínimo el aire incómodo. No se iba por el puto beso de los cojones no dado, ni por la puta incomodidad de uno , de otro o la propia... Eso había quedado olvidado en su cabeza bajo algo mucho más importante ... Se iba porque había vuelto a recordar que iba a morir antes de volver a ver a su familia. A sus hermanos. Y los recordaba mejor estando solo.
Aquella noche no durmió prácticamente nada. La vigilia aguantaría imbatible hasta altas horas en la oscuridad, hasta que el propio cansancio de aquel día agotador obligó a los ojos de Connor a que se cerraran de una puñetera vez un par de horas. Sus sueños estuvieron llenos de sangre y tierra. Una persecución en moto y dos granjeros anegados en lágrimas. Disparos y cuchillazos. Pero en medio de toda esa pesadilla que en realidad era un recuerdo del pasado... Serena estaba allí. Con la cara hinchada y morada por el veneno, por la asfixia. Y mientras forcejeaba con Roderick en el suelo, a punto de clavarle el cuchillo en el corazón, la pelirroja le señaló con dedos negros: Eres el siguiente.
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