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Torreón Maciel (Archivo IV)

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Red
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Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
Saren: Selkie roc idrino.
Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
Sekk: Berserker ulterano.
Remilo: Brujo del cobre irrense.
Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.

Torreón Maciel (Archivo IV) - Página 42 Empty Torreón Maciel (Archivo IV)

10/09/12, 07:00 pm
Recuerdo del primer mensaje :

El paseo terminó frente a un edificio de piedra azulada. En el pasado debía de haber tenido cuatro plantas, pero ahora, el edificio estaba coronado por el esqueleto de algún animal marino. El idrino se quedo mirando la estructura, bastante asombrado. Su mirada se posó en una de las cadenas rotas del puente levadizo, y supuso que si hacían de aquel lugar su refugio, habría que arreglarla de alguna manera. El norteño comprobó la estabilidad del puente, y lo atravesó a paso rápido, llegando hasta las puertas, que para su sorpresa, estaban entreabiertas.

Saren entró en el edificio el primero, y mientras recorría el corredor que daba a la planta baja observando las pintadas de los muros en silencio, sus compañeros entraron detrás de él, cerrando las puertas cuando el último miembro del grupo estuvo dentro. El idrino se encontró en una gran estancia que, debido al aire enrarecido y por la capa de polvo intacta, debía de llevar abandonada varias semanas. Una mesa grande, unas cuantas sillas, y varios sillones bastante raídos, eran el principal mobiliario de aquella planta. A un lado de la estancia había una cocina, con una pequeña encimera, un horno de leña, y varios fogones de hierro, ademas de unos armarios de madera, que supuso llenos de algunos cacharros y bastantes telarañas.

Saren dejo la cesta que llevaba en la encimera, y se encaminó a las escaleras, dispuesto a ver que había arriba. No tardó en recorrer las dos plantas superiores, bajando para informar que en la segunda había una especie de estudio con estanterías vacías y un cuarto con barreños de latón para asearse; y que en la tercera había varios cuartos comunales con unas cuantas camas de aspecto cochambroso. No había subido al piso ocupado por el gran esqueleto, pero informo de que había oído algún que otro aleteo a través del techo de la tercera planta. Había baúles y armarios en as habitaciones, pero no había mirado dentro. Un patio de suelo empedrado, en cuyo centro se alzaba la estatua de un pájaro negro con un gran reloj bastante raro a sus pies, completaba el edificio. En él, había un pozo y al fondo, varios retretes.

-Bueno, yo tengo bastante hambre, así que si adecentáis un poco esa mesa -dijo señalándola, tras informar de sus descubrimientos-, yo me pondré con la cena.

El norteño se acercó a la cocina y busco algo para encender la cocina. Encontró una pila bastante escueta, pero suficiente por el momento, de leños polvorientos, que cogió y colocó en el hueco de piedra bajo los fogones. El norteño sacó un poco de yesca, con la que prendió la madera, paradespués cerrar la pequeña puerta de hierro que protegía el fuego. Mientras la cocina se calentaba, Saren procedió a buscar varios cacharros adecuados para cocinar, y unos cuantos platos y cubiertos que dejo a mano para aquel que pusiera la mesa. Les quitó el polvo, y salió al patio a por un poco de agua.

Saren se quitó los mitones y los guardó en uno de los bolsillos del abrigo, que colgó de un gancho en la pared, para cocinar mas cómodo. Se lavó las manos con un poco del agua que había traído y se arremangó la camisola oscura. Sacó algo de carne cruda y unas verduras de las cestas, y lo limpió todo con el agua del pozo que le quedaba, mientras ponía a calentar un par de cacerolas con un poco de la propia grasilla de la carne, esperando que se derritiera. Cuando tuvo los ingredientes listos, preparó un salteado con las verduras, mientras la carne se tostaba en dados con unas pocas hojas rojizas que había encontrado en la cesta. Apartó las cacerolas del fuego, antes de que la verdura se pasara y la carne se hiciera por el centro, y preparo esta última en una bandeja, para meter el recipiente en la pequeña cavidad al lado del fuego que hacia las veces de horno.

Unos minutos después saco la carne del horno y la puso junto con las verduras en una gran fuente, mientras un sabroso olor se extendía por el edificio. El exterior de la carne estaba algo mas churruscante por el asado. En bastante poco tiempo, Saren, haciendo gala de su talento para la cocina, había preparado un plato delicioso con un aroma casero, que algunos de sus compañeros desconocían, y que venía perfecto para reponer fuerzas. Unas piezas de fruta completaban el menú.

-La cena esta lista-anunció con una sonrisa, siempre le había gustado comer bien.


Última edición por Vacuum el 10/09/12, 09:09 pm, editado 1 vez

Red

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Torreón Maciel (Archivo IV) - Página 42 Empty Re: Torreón Maciel (Archivo IV)

21/06/13, 04:03 am
Saren atendió a las palabras del foner, pero antes de pudiera darle una respuesta K despertó. La chica no dijo nada, y se limitó a salir al patio sin mas, acercándose al pozo. Desde su posición en el marco de la puerta, el norteño pudo observar las evoluciones de la chica en el patio, pero no supo en ningun momento en que andaba pensando. Las palabras de Bran le llegaron algo amortiguadas por el sonido de la lluvia, pero las entendió perfectamente. Cuando K pasó de nuevo junto a él, completamente empapada, y se dirigió a Bran, el idrino supo intuir que la muchacha mantenía firme la decisión de irse.

Saren no sabía que decir, y antes de que pudiera decidirse a hablar, la muchacha desapareció escaleras arriba, por lo que el chico se prometió que trataría de convencerla antes de que partiera. Por el momento volvió a la conversación, ofreciendo su opinión mientras hurgaba distraído en sus bolsillos.

-El pelirrojo es un tarado, pero no tengo nada contra él, en cierta manera me cae bien -dijo sobre RR en tono neutro-. Por otro lado no pienso arriesgarme en una guerra inútil contra nuestros vecinos, una guerra que si me preguntáis a mi no tiene sentido alguno, solo responde a la sed de sangre de esos dos; si sigue adelante con la idea me dedicaré simplemente a la defensa de nuestro torreón. Sobre Timmy no tengo nada especial que decir, si vuelve a pisar esta estancia no serán palabras lo que le lance -concluyó en tono serio y rotundo. Una afirmación norteña no se debía tomar a la ligera.

Mientras hurgaba en los bolsillos del abrigo, sus dedos había tropezado con un trozo de cuero de color negro, y mientras le daba vueltas distraídamente, una idea fue tomando forma en su cabeza. El chico se sentó a la mesa y con ayuda de una daga afilada empezó a cortar el cuero siguiendo un patrón mental. Poco a poco aquello en lo que el norteño trabajaba fue tomando forma entre sus manos, estaba haciendo un parche para la libense.
Naeryan

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21/06/13, 04:50 am
En algún momento de la diatriba de Karime Shizel había vuelto la mirada hacia la puerta, vacilante. Tras un instante de duda había empujado la hoja con suavidad, sin dar más que un par de pasos hacia el interior. Desde allí escuchó el resto, sintiendo que la desesperación iba calando poco a poco en él.

-No te niego que la decisión de salir me sigue pareciendo malísima- masculló llevándose una mano a la frente-. Pero una suicida no se molesta en defender a nadie. Si te digo la verdad ya no sé qué pensar, Ka- admitió con un profundo suspiro. Estaba cansado de tratar de averiguar quién tenía la culpa y quién no. Sólo quería que todo volviese a ser sencillo.
A él no le había parecido mal que Karime tratase de recuperar a Marina mientras aún estaban a tiempo. Lo que le había sacado de quicio era que se había quedado incluso cuando la varmana ya había muerto, arriesgándose a que el grupo entero, ella incluida, acabase como cadáver.
¿Qué habría hecho él en su lugar? 
"Levantar una puta barrera", oyó su propia voz apenas horas atrás. "Haceros levitar. Cualquier cosa en lugar de quedarme a defender tres cadáveres en lugar de uno."
¿No era acaso lo mismo?

Le entraron de repente unas enormes y absurdas ganas de echarse a reír. "Somos gilipollas", pensó. "Los dos."
-Sí, lo hemos intentado, cada uno por su cuenta, y ya ves cómo ha salido todo- soltó una risotada sin humor-. ¿Qué te hace pensar que si te vas las cosas van a mejorar?
"No puedo con todo yo solo", pensó. El mero hecho de expresarlo, aunque no fuese en voz alta, pareció quitarle un peso de encima. RR e Yrio por un lado, Maciel por otro: había pretendido mantener indefinidamente el ritmo de estar en todas partes a la vez. Debería haber estado agradecido de que hubiera pasado algo ahora: si no quizá algún día los macieleros habrían activado el aparato de alarma, sólo para descubrir que él estaba demasiado lejos, o demasiado agotado en magia, como para llegar a tiempo.

-¿Qué vas a hacer ahí fuera?- le preguntó a media voz desde el umbral de la puerta, sin desviar la mirada que le estaba dirigiendo la libense-. ¿Qué vas a hacer si la próxima vez pierdes otro ojo, y nadie está ahí para curarte?
"¿Y qué vamos a hacer nosotros cuando encontremos tu cadáver por alguna parte?"
Muffie

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21/06/13, 05:09 am

Karime paró de meter cosas en la bolsa y se sentó en la cama mirándole fijamente.

- No sé si las cosas sin mi irán mejor o peor.- comenzó.- No nos vamos a engañar, mi yo interno me grita que sin mí no sobreviviréis ni un día, pero ambos sabemos que eso es mentira. Parece que yo ya no aporto nada al grupo y además soy solo una carga. Y por mí no os preocupéis, seré más precavida, sé cuidar de mi o, al menos, sabía. No creo que lo haya olvidado.- Se quedó mirando al idrino por unos minutos antes de preguntar.- ¿Quieres que me quede, Shiz? ¿Eso es lo que quieres? Dime, ¿por qué os voy a cargar con una invalida a la que resulta desagradable mirar a la cara? No sé a dónde iré ni que haré, solo sé que voy a volver a ser la de antes. Puedo hacerlo aquí o en la otra punta de la ciudad, pero no puedo quedarme en un lugar donde no me quieren.- de repente, cambió su tono a algo más alegre.- ¿Habéis conservado mi ojo? Quería dejároslo aquí, sería mi forma de echaros un ojo.- bromeó aunque no se rió.
Naeryan

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21/06/13, 02:40 pm
Shizel se dio cuenta de que estaba contra las cuerdas. Karime estaba decidida a irse, y si lo hacía pondría algo desastroso en marcha.
"Estoy harto de que la gente se muera", pensó con rabia. "Y de que se marche."

-Ayer...- empezó, sin mirar a la libense-. Llevaba horas esperándoos, no sabía si salir a buscaros porque aún no habíais activado el cacharro de alarma. Y cuando os vi entrar por la puerta y cómo veníais... Me asusté, ¿vale?- reconoció con mucho esfuerzo. Una parte de sí mismo se encrespaba ante lo que estaba diciendo, como si estuviera cometiendo un tremendo error al dejar un flanco tan abierto-. Cuando me contasteis lo que había pasado y me di cuenta de que lo único que había evitado que no volvierais ninguno era un golpe de suerte, un maldito desconocido que pasaba por allí... Perdí los nervios.
>>Fue horrible verte volver con media cara menos
- dijo con sinceridad-. Pero fue peor pensar que quizá podría haberlo evitado de estar allí.

-Pero me he dado cuenta de que no funciona así- hizo un gesto de cabeza en dirección a las escaleras, de donde llegaban flotando tenuemente las voces de sus compañeros-. No son mascotas a las que podemos sacar de paseo sólo si estamos pendientes para que no les pase nada- puso los ojos en blanco-. Aunque a veces me gustaría que lo fueran porque no paran quietos. Son... somos- corrigió- un grupo. Ni tú ni yo podemos hacerlo todo, y creo que eso se nos ha olvidado. A los dos- admitió con cierto esfuerzo-. Y en un grupo nadie es una carga, Ka- dijo mirándola directamente-. No te queremos aquí sólo por tu arco. Si bajas con esa bolsa para marcharte ten por seguro que no te dejarán.

"DL lo sabía", pensó. "Da pena que el furcio del torreón medio cayéndose de sueño diga cosas que tendríamos que saber solitos."

-Podemos volver a intentarlo- dijo poniendo sus últimas cartas sobre la mesa-. Ni tú ni yo, sino todos juntos. No morirá nadie más- dijo con fiereza-. Sólo tenemos que aprender a apoyarnos unos en otros. 

Escuchó en silencio su pregunta y tuvo que hacer un esfuerzo para condensar todos los rodeos que pretendía decir en una sola palabra. Se sentó a su lado y la cogió del hombro para obligarla a mirarle con el ojo sano.
-Sí- dijo con sencillez-. Quiero que te quedes.
Muffie

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21/06/13, 04:17 pm

Karime no pudo impedir que su acto reflejo ante aquel discurso fuera abrazar al idrino. Ni siquiera quiso evitarlo y el abrazo se prolongó unos segundos. Al soltarlo, le dedicó una sonrisa que, gracias al pañuelo que tapaba su cuenca vacía, no quedaba tan grotesca como debería. Su apariencia era de salvaje e indomable, amenazante, pero sexy. A pesar de la pérdida del ojo, su belleza líbense no se había mermado ni un ápice.

- Perlita, yo también me asusté cuando vi que te habías ido sin avisar.- le confesó de buen humor gracias al discurso del idrino.- Tenía que ir a ayudaros. Ya ves, literalmente, daría un ojo por hacerlo.- rió.- Y tienes razón. No solo somos tu y yo. Puede que sea verdad que la mayoría de nosotros estemos locos, por no decir todos, pero somos un grupo. Un grupo de dementes sin remedio, pero un grupo.- cayó durante unos segundos para luego seguir.- Sé que no me dejaríais irme. Aunque lo decía en serio en el fondo esperaba que no me lo permitierais. Aunque no empezamos con bueno pie, culpa de mi especial forma de ser, habéis terminado siendo unos grandes amigos y no suelo dejar a mis amigos en la estacada. No quería irme. ¡y por todos los felinos, no lo voy a hacer! Necesitáis una mujer para que os enderece y Ariv es demasiado blanda.- bromeó entre risas.

Una vez arregladas sus diferencias, bajaron al piso de abajo y se sentaron con el resto del grupo. Karime anunció con una sonrisa que iba a quedarse y subrayó su anuncio con una advertencia. “Vais a tener mi ojo siempre encima vuestro. No os vais a librar de mi tan fácilmente.”


Red
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21/06/13, 04:26 pm
Una mueca de dolor cruzo el rostro de Saren cuando se clavó la aguja en el dedo. El chico maldijo por lo bajo y terminó el parche, limpiando después la sangre del objeto con cuidado. Llevándose el dedo a la boca observó su trabajo, complacido con el resultado. Era un parche sencillo, de color negro y sin adornos, pero en opinión del norteño, mucho mejor que algunos excesivamente recargados que había visto antes. El color, ademas, le sentaría bien a la libense. Se levantó a por un poco de agua y se volvió a sentar, y apenas unos minutos después, Shiz y K aparecieron en las escaleras. La muchacha había cambiado por completo su lenguaje corporal, e incluso Shiz parecía mas relajado que el día anterior. No había que ser adivino para saber que el lacustre había convencido a K para que no se largara, y las palabras de la libense lo confirmaron.

-Toma, anda -le dijo a la chica tendiéndole el parche con una sonrisa-, ese trapo que llevas no te hace justicia -bromeo, aun con el dedo en la boca.


Última edición por Vacuum el 21/06/13, 04:49 pm, editado 1 vez
Naeryan
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21/06/13, 04:28 pm
El abrazo le pilló completamente por sorpresa. Sin embargo el idrino no tardó en devolvérselo, y se sintió más aliviado de lo que se había sentido en días.
Ambos bajaron juntos al piso inferior de Maciel, para dejar patente que lo que había sucedido el día anterior había quedado atrás. Shizel los miró a todos en silencio un momento antes de decir:
-Empecemos por el principio.

La discusión subsiguiente fue larga y no carente de desacuerdos. Shizel les explicó con calma cuáles eran los planes de RR, y les preguntó qué respuesta debía traerle como consenso del grupo. Ésta fue casi unánime.
Ese mismo día lluvioso fue de nuevo a la fortaleza improvisada de RR y le dijo sin tapujos:
-Se niegan, todos. Pero quieren que vuelvas.

Los dos meses siguientes pasaron con cierto ajetreo pero sin incidentes graves. Shizel siguió yendo de un lado a otro, alternando las visitas a la zona del anfiteatro con la vida normal en Maciel. En ocasiones le acompañaban DL o Karime, y cuando eso sucedía Shizel caminaba a la altura de los tejados, vigilando cualquier cosa que pudiera salirles al paso. Sin embargo nunca llegó a ver los sendarios, y poco a poco fueron desapareciendo de su mente. RR les visitó también en ocasiones, siempre bulliendo de actividad, e incluso llegó a traerles un par de rifles improvisados.

En ningún momento Shizel se dejó convencer para participar en la ofensiva. Él estaba allí para asegurarse de que no había bajas, y no le importaba manufacturar cacharros con magia porque de hecho le gustaba. Pero nada más.
Timmy no estaba incluido en aquella ecuación. Durante sus visitas le ignoró flagrantemente e hizo oídos sordos a cualquier petición de sus habilidades mágicas que éste pudiera hacer, ya fuese en forma de curación, protecciones o runas.

El día después de la discusión también expuso sus planes de coordinarse mejor como grupo. Fabricó un par de dispositivos de alarma más para poder llamarse entre sí en caso de necesitarlo. Shizel no volvió a salir sin avisar, y los entrenamientos se reanudaron pero esta vez no con un enfoque tan individual.

Se tomó el tiempo necesario para instalar nuevas defensas más allá de los muros de Maciel. Así pues, apenas un día después de la discusión que lo había detonado todo el torreón contaba con una flamante barrera mágica. Shizel también estuvo muy pendiente de mantener activo el cordel de alarma, pero por suerte ningún sendario, ni ningún Timmy, se acercaron a Maciel. Todo transcurrió en la pseudocalma que caracterizaba a Maciel, hasta que por fin un día Shizel abrió la ventana y vio una inmensa luna roja en el cielo.

_________________________________________

"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
Al veros conspirar... (CLICK):
Al poner un evento... (CLICK):
Durante el transcurso del evento... (CLICK):
Carmesí
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Nombre: Lemus
Especie: Humano
Habilidades: Oído músical, carisma y valor
Personajes : Norou, Wintelgy y Lemus

Torreón Maciel (Archivo IV) - Página 42 Empty Re: Torreón Maciel (Archivo IV)

21/06/13, 04:31 pm
Cada día que pasaba me volvía más reservado y las voces se acentuaban volviéndome cada vez más paranoico. Llegue a la conclusión que esas voces eran fantasmas de mis antepasados enviados para atormentarme por haber fallado a Nubla, incluso de que eran entes mágicos que querían apoderarse de mi alma. Sabía que había movimiento en el torreón por parte de mis compañeros pero no tenia ni idea de sus intereses realmente, estaba completamente abstraído en mi mundo. Incluso empecé a esconderme de los habitantes del torreón por temor de que alguno ellos tuviera algo que ver con lo que estaba pasando.

Sabia muy bien que el día en el que la luna de los malditos condenaría a todo aquel que hubiera sido contaminado por la perversa magia se acercaba y por eso comencé a organizar todas mis ideas y a trazar los planes, para cuando llegará el día, el día en el que la magia cobraría el precio de todos sus favores prestados…. Transformando a todos en horribles criaturas… incluyendo a Pablo… y eso era lo que me estaba manteniendo con vida… más concretamente la idea de que Yo era uno de los pocos libres de aquella maldición, y por ello, uno de los pocos que podía librarlos del tormento de perder sus identidades robadas por la maldita luna…


------------------------------------------------------------------------------------


Me hallaba escondido en el piso de las estirges cuando el venenoso fulgor de la luna de los malditos comenzó a asomarse por el horizonte. Sentí un escalofrió que me recorrió todo el cuerpo seguido de un mal presentimiento que me dejo frio.


Sentía como algo se deslizaba por mi cabeza y por mis hombros. Eran mechones de mi pelo…me pase nervioso la mano por el pelo y para mi horror vi como arrastre una gran cantidad de pelo que se quedo entre los dedos.


El pánico me tomo como presa, y comencé frotarme la cabeza con las dos manos.


“No… no.. NO!! Esto no puede estar pasando – Dije asustado – Yo no jugué a tu juego… esto no puede estar pasando…. Esto no puede estar pasando –repetía nerviosamente mientras intentaba colocar inútilmente de nuevo el pelo en mi cabeza-"


Todo mi pelo caía al suelo hasta que me quedé completamente calvo. Entonces volvió de nuevo aquel escalofrió y aquel mal presentimiento pero esta vez un dolor atroz me inundo completamente, como si cientos de agujas se me clavaran por todo mi cuerpo una y otra vez.


“ AAAARGGG!! NOOOOOO!!! – caí en redondo al suelo gritando de dolor- NOOOOOO!!! Gritaba una y otra vez desesperado, frotándome y arañándome todo el cuerpo mientras giraba sobre si mismo en el suelo como si estuviera en llamas-“


Entre tanto dolor notaba como algo me tiraba por detrás en la espalda, era como si dos ganchos intentaran arrancarme la espalda incluso notaba los bultos al rodar por el suelo. Aquellas cosas se movían dentro de mí causándome aun más dolor.



“ARRRG ¡! ¿POR QUEE? – Gritaba agónicamente mientras intentaba llegar a aquellos bultos con mis manos arañando y clavando las uñas en mi espalda - AAAARHGG – gritaba desenfrenadamente sintiendo como se desgarraban mis cuerdas vocales-”


La luna iba abriéndose camino por el cielo iluminándolo todo de rojo y a cada paso que daba, los aullidos de dolor de Wintelgy iban siendo más agónicos.


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-Tsuki Tsuki Tsuki♥♫♪-
Evanna
Evanna

Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia

Personajes :

Armas :

Torreón Maciel (Archivo IV) - Página 42 Empty Re: Torreón Maciel (Archivo IV)

21/06/13, 05:08 pm
Por suerte para todo el Torreón se pusieron finalmente de acuerdo sobre el tema de RR y los siguientes días se volvieron mas una rutina que otra cosa, incrementando las precauciones gracias a Shizel y aumentando a momentos la paranoia de DL.  No participaran en esa trifulca pero aun así no abandonaron durante esa época al foner, DL en varias ocasiones acompaño a Shizel en pos de intentar convencer al rojo de volver, a llevarle comida o simplemente ver como estaba, sin intercambiar nunca palabras con Timmy al que de algún modo había dejado aparte. Ya no confiaba en el y eso no cambio durante ese tiempo. En Maciel las cosas mejoraron de alguna forma, se volvieron un grupo mas unido en su mayoría a excepción de Wintel que empozo a volverse mas y mas retraído en si mismo y al que a veces costaba encontrar en el propio torreón, pero dado las preocupaciones de DL por intentar buscar mas información sobre la luna, cuanto tiempo les quedaba, incluso hizo alguna visita a Letargo en busca de alguna información al respecto, aparte de asegurar el torreón junto a sus compañeros, sobrevivir básicamente, no le dio demasiada atención a aquel hecho. Al fin de cuentas Wintel siempre había estado bastante apartado de todos.

Días repetitivos con algunos contratiempos comunes en ese torreón, como el hecho de que RR termino volviendo al torreón encerrando en su cuarto para pasar el mono ante la falta evidente de drogas, no viendosele el pelo a este hasta varios días después con un estado realmente espantoso que fue mejorando con los días. Así transcurrieron lo siguientes días en Maciel tras la vuelta del foner. No solo volvió el foner sino que DL se percato durante ese tiempo de la aparición de pequeñas estrellas en el cielo,  hasta que un día vio emerger el astro rojo que tanto había dado que hablar en el ultimo tiempo, brillando con su color rojizo sobre todo el torreón y sus habitantes. Con la llegada de ese condenado astro el terror, el surrealismo absoluto y el dolor para algunos llego al torreón. DL ese encontraba en en el salón en esos momentos, sentado en el sofá junto a Karime hablando y bromeando con ella que lanzaba una especie de dardos improvisados, escuchando como esta, floja como ella sola no quería levantarse y sin muchas ganas tampoco lanzo un hechizo de levitación para traérselos a la libense justo en el momento en el que escucho escucho los gritos agónicos de Wintel desde lo alto del torreón sobresaltodolo como si fuese la alarma de Maciel de que todo iba mal. Por pura reacción instintiva mira hacia el patio viendo el brillo de la luna y palideciendo de golpe. Había llegado la hora.

-¿Que demonios pasa? ¡Wintel!-lo llamo alarmado ante aquellos gritos del otro levantándose de golpe del sofá, escuchando un chasquido extraño justo antes de perder completamente el equilibrio cayendo de golpe al suelo soltando un gruñido de dolor al haber caído sobre su muñeca, en pos de proteger su cabeza de abrirse contra el suelo de piedra. Maldiciéndose por su torpeza intento incorporarse sin éxito, su pierna izquierda parecía colgar inerte..no sentía ningún dolor pero estaba claro que sus pierna estaba dislocada- Pero que cojones...¡reacciona, maldita sea! -dijo al intentar levantarse de nuevo para ir a ayudar al Wintel sin éxito, sus pierna no reaccionaba de ninguna forma y no entendía como demonios podía haberse dislocado con algo tan básico como levantarse del puñetero sofá- ¿¡Que pasa? ¿¡Y porque esto no me duele!? -exclamo con ciertos niveles de histeria y nerviosismo, no podía ser que eso fuese cosa de la luna esa ¿cierto? Llevaba tiempo buscando información sobre la luna roja y habían encontrado cosas bastante curiosas y que helaban la sangre- Mierda, mierda mierda...¡me estoy transformando! -murmuro sorprendido y asustado, no pudiendo evitar recordar el trasgo que meses atrás había acabado con la muerte de Marina. No quería convertirse en eso, no quería matar a sus compañeros. "Jodeer levántate, venga hazlo..no te duele así que ¡levántate!" se repetía intentando sujetarse en el sofá para poner todo su peso sobre la otra pierna e incorporarse, con tozudez. Aunque tuviera que andar con una sola pierna no pensaba quedarse sin hacer nada viendo como por todo el torreón, sus compañeros sufrían los cambios de la luna.


Última edición por Evanna el 21/06/13, 07:15 pm, editado 2 veces

_________________________________________

Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad

Spoiler:
Giniroryu
Giniroryu
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas

Personajes : Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
Lethe: Horus, enderth.
Rägjynn: mjörní.
Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.


Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente.
Armas : Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
Irianna: arco y estoque.
Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
Lethe: arco y lanza.
Rägjynn: jō.
Naeleth: arco, sai y báculo.


Status : Gin: do the windy thing.

Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.

Torreón Maciel (Archivo IV) - Página 42 Empty Re: Torreón Maciel (Archivo IV)

21/06/13, 05:30 pm
Aleksei se encontraba barriendo unos restos de suciedad en el patio cuando salió la Luna. Oyó los gritos de dolor de Wintel y dejó de barrer para mirar hacia arriba. Sin embargo, antes de que pudiera decidir qué hacer, el dolor le sobrevino a él de repente. Un terrible dolor en el estómago le hizo soltar la escoba de golpe y llevarse las manos a la barriga mientras apretaba los dientes. Poco después, el chico salió corriendo mientras gritaba hacia una de las letrinas.
Xana
Xana

Ficha de cosechado
Nombre: Ariv
Especie: Sinhadre
Habilidades: Memoria, reflejos, orientación.

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21/06/13, 05:45 pm
Ariv se dio cuenta de que todos habían ignorado su pregunta respecto a los recuerdos compartidos, pero no dijo nada. Creyó ver que Branniel se preocupaba un poco por aquello, así que decidió permanecer en silencio. Entonces, comenzaron a hablar sobre lo que debían hacer con RR. Respecto a ese asunto, la sinhadre estaba de acuerdo con el resto de sus compañeros. Esperaba que las cosas fueran un poco mejor a partir de ese momento.
Poco después, tanto K como Shiz bajaron al salón, y su amiga anunció que no se iba a marchar del torreón. La niña se puso muy contenta y sonrió, una sonrisa auténtica esta vez, que sustituyó al gesto de falso bienestar que había intentado exhibir para no preocupar a los demás con sus pesadillas. Se acercó a ella y la abrazó. De todos modos, si se hubiera ido habría querido acompañarla para que no estuviera sola. Sintió de nuevo, después de haber creído que su unidad se estaba quebrando, que todos eran un equipo y que estarían allí para ayudarse, ocurriera lo que ocurriese a partir de entonces.
Porque la Luna estaba cada vez más cerca, y ella temía más que nunca el momento en el que se asomase. Intuía que a los demás les sucedía lo mismo. Intentó distraerse centrándose en los entrenamientos, como venía siendo habitual en ella. De ese modo, conseguía olvidar  también, de vez en cuando, la pesadilla que la había asaltado. No obstante, en ocasiones seguía pensando sobre lo que podría significar —una pesadilla tan vívida debía de querer decir algo, y más en una ciudad como aquella—, y las conclusiones a las que había llegado no le gustaban nada. ¿Y si era aquello lo que iba a ocurrir con la salida de la Luna Roja? ¿Morirían todos o era tan sólo algo que había imaginado?
No quedaba más remedio que esperar a ver qué sucedía.
Aquella mañana la despertó el dolor. Los días anteriores, tan tranquilos en apariencia, se desvanecieron de pronto. A pesar de los cambios que había sufrido, se encontraba bien, dentro de lo que cabía. El dolor que sentía ahora en la rabadilla se estaba encargando de recordarle que la calma había sido una ilusión, el preludio de la tormenta. Soltó una maldición en voz baja.
Ahora tenía miedo. Miedo de verdad. Lo que había sentido los días anteriores había sido tan sólo un temor vago en comparación con lo de aquel momento. Se volvió hacia la ventana de su habitación. En el cielo brillaba la Luna Roja.
Se frotó los ojos. Le picaban mucho y eso, sumado al dolor, aumentaba su malestar. Se mordió el labio para no gritar. Intentó levantarse. No pudo. No encontró fuerzas.
Se preguntó qué les estaría sucediendo a los demás, si estarían bien. No sabía si de verdad quería saberlo. Probablemente, muchos estuvieran sufriendo más que ella.
Vlad
Vlad

Ficha de cosechado
Nombre: Yrfylltabgemesh Ftethvajranotz Graktholontir
Especie: Auro
Habilidades: Nociones de Lucha, Artesanía, Puntería.

Torreón Maciel (Archivo IV) - Página 42 Empty Re: Torreón Maciel (Archivo IV)

21/06/13, 05:48 pm
Las semanas que siguieron fueron constituidas básicamente por trabajo y vaivén frenético para el foner. Siempre vigilante ante la constante amenaza de los sendarios, RR se dedicó a preparar nuevo armamento y a refinar el que ya poseía. Pidió a Shizel que le ayudara a ir grabando progresivamente runas de anulación del hechizo de escudo en los cabezales de cada bala. Era consciente de que aquel tipo de hechizos eran muy costosos para el muchacho, pero la dosificación de esfuerzos y la ventaja de trabajar sobre un artefacto de tamaño escaso jugaban a su favor. Entre tanto, el foner se dedicaba a dotar a las zonas de los callejones sin salida de ciertas trampas más prosaicas, esperando a que el idrino se recuperara para pasar a las tretas mágicas.
 
            Aprovechando el acceso a las cestas, tomó aquella extraña miel que traían y sus recipientes para luego mezclarla con el salitre que había ido obteniendo, fabricando así bombas de humo.
 
            Echó mano a la armería de Maciel para abastecerse de más materiales para sus inventos. Tomó, sobre todo, dardos de cerbatana, fabricados de un metal muy ligero y de tamaño muy reducido, que unió en paquetes que pudiera insertar en el cañón de la escopeta, creando así una munición con un efecto mucho más penetrante que el de los “cartuchos” originales.
 
            Pero su proyecto principal fue el que más dolores de cabeza le llevó. Pasó varios meses buscando tubos en las inmediaciones de su guarida y de Maciel, estando a punto de desesperar en más de una ocasión, exasperado por lo complejo de hallar materiales. Desde luego, su costumbre de recolectar chatarra había dejado prácticamente seca la zona, y de no haber sido por la ayuda de Timmy, nunca habría llegado a hallar aquellos preciados y absurdamente raros cilindros. De lo que sí podía estar seguro era que el chollo de los muelles había sido un raro milagro que casi seguro no iba a volver a repetirse, y que su rifle posiblemente fuera el único con cargador. También tuvo que olvidarse de aquel artificio explosivo que había ideado. En teoría era viable, pero uno de los componentes fundamentales, el antídoto contra venenos, sólo podía ser obtenido en Letargo, hecho que volvía imposible la gesta de crear el explosivo. Era consciente de que los evidentes y justificados rencores no habrían desaparecido.
 
            Si la obtención del cañón había sido tediosa, su refuerzo fue lo más trabajoso. Unió los tubos a la estructura de una ballesta pesada, puesto que no sólo eran más largos de lo normal, sino que era esencial que el resto del sistema ejerciera un peso extra hacia el suelo. Al colocar el cerrojo, se encargó de que fuera el más grueso de entre los que contaba, y rodeó la zona con una estructura de madera y planchas de latón (que extrajo de su ya innecesario cubo), prestando especial atención a que resultara resistente y sólida, así como que estuviera adecuadamente apretada alrededor del cañón del arma para ejercer mayor resistencia al disparo. En la culata aplicó un acolchado de respaldo de silla, al que introdujo un extra de paja de una de las almohadas de las camas sin uso de su habitación.
 
            El resultado fue un artefacto tosco, grande y al que otros cientos de adjetivos se podían aplicar, y de entre todos ellos, uno de los pocos que no constaba era “sutil”.
 
            La munición fue también compleja de preparar. En un principio sólo debía redimensionarla para que fuera bastante más grande y aplicar los mismos principios que había estado utilizando con las balas regulares, aunque requiriendo de más pólvora, que a su vez debía estar menos molida y tener una constitución más granulada que el resto. Pero aquello requería de la ayuda del mago y de una espera de varias semanas hasta disponer de los componentes necesarios para constituir el explosivo.
 
            Cuando finalmente hubo terminado aquella aberración, una enorme satisfacción inundó el cuerpo del foner. Había creado un arma enorme y poco práctica, que posiblemente lo tirara al suelo si intentaba dispararla en alguna postura que no conllevara un buen punto de apoyo para el artefacto. ¿Los pros del chisme en cuestión? La potencia.
 
            RR no podía esperar construirse u obtener cañones, y el ataque a Sendar sin material de artillería podía ser un absurdo suicidio, al menos en una confrontación directa, dado que poseían magos más experimentados que ellos. En cambio, si podía crear un artefacto que pudiera atravesar las puertas del torreón en las zonas dónde debían hallarse las cerraduras o pesos que bloquearan el acceso, y que gracias a las runas de Shizel pudiera ignorar los escudos mágicos, tenían una opción.
 
            Más allá del tema de las trampas, las armas y los demás tejemanejes que el foner iba tramando para acallar su paranoia, había un problema mayor: El síndrome de abstinencia.
 
            Tuvo que plegarse ante la clara realidad: Necesitaba ayuda. No podía pasar el mono en una habitación llena de armas y con un niño zumbado que lo más probable es que no pudiera ayudarle o que empeorara las cosas. Debía estar encerrado, lejos del peligro, de la ciudad, de los sendarios y de sí mismo. Era evidente que le vendría bien librarse de la necesidad del consumo, pero le aterraba la perspectiva de dos días de dolor angustioso en cada maldito poro de su piel. No era, en definitiva, algo que le entusiasmara. Así que decidió volver, aunque fuera de forma temporal, a Maciel con intención de soportar el calvario que se le presentaba.
 
            Dejó todas sus armas y artefactos que pudieran utilizarse para dañar a alguien a Shizel, explicándole la situación y la necesidad de estar encerrado. Le pidió que no lo inmovilizara, pues no podía soportar la idea de quedar inerte mientras el dolor más puro le recorría cada centímetro cuadrado de su anatomía, pero que sí evitara que saliera de la habitación.
 
            Una vez estuvo todo preparado, atravesó en soledad aquel pequeño infierno. Sudó, gritó, se retorció mientras cada poro de su cuerpo chillaba exigiendo un chute urgente.  El tiempo comenzó a desdibujarse y las alucinaciones se sucedieron una detrás de otra, mientras hacia esfuerzos titánicos por no arrancarse la piel a tiras. Y aquello era únicamente el principio…
 
 

 
 
Dos días después un RR demacrado y más blanco de lo normal salió de aquella habitación, cubierto de sudor frío y tiritando como un junco en un vendaval. Debilitado hasta el extremo, pidió de comer con voz débil y tan temblorosa como el resto de su cuerpo.
 
Comió con voracidad aún mayor que la habitual, como una bestia famélica que se abalanza sobre el plato que le presenta delante algún alma compasiva.
 
Cuando finalmente se hubo recuperado al cabo de unos días, retomó sus labores habituales en la comunidad, trabajando sin parar para recuperar el tiempo perdido, con una extraña sensación que lo embargaba de forma positiva: Estaba limpio.

Pasaron de nuevo las semanas, y la actividad no descendía en el seno del grupo que parecía cada día más sólido. RR iba de un lado para otro, cargando tablones para reforzar estructuras dañadas o expuestas, mientras tatareaba a duras penas las tortuosas y dudosas melodías de canciones grindcore, pues de haber intentado cantarlas se habría dado cuenta de que, aun de recordar su lengua, no hubiera sido capaz de reproducir una letra que muchas veces dudaba que existiera.
 
            Una de aquellas noches tranquilas, mientras el foner afilaba su hacha con parsimonia en el salón, regodeándose del silencio y la calma que reinaban en el torreón, la racha de paz se resquebrajó brutalmente.
 
            Poco a poco, el revuelo comenzó a invadir cada esquina en la que antes reinaba la quietud. Gritos en la azotea, gritos en el patio, gritos en las habitaciones. Temiendo un ataque, RR cargó con todas sus armas y comenzó a ascender las escaleras a una velocidad inusitada, sobre todo teniendo en cuenta el peso que llevaba sobre él. Cuando finalmente alcanzó el último piso, se encontró con una estampa de lo más perturbadora: Wintel estaba perdiendo pelo a pasos agigantados mientras se retorcía de puro dolor en el suelo y unas extrañas protuberancias comenzaban a aflorar de su espalda y DL, como intentando competir con el nublino por el puesto del mutante más horrendo, comenzaba a descoyuntarse como una marioneta a la que atropella un camión en el piso de abajo.
 
            Durante unos instantes, el foner quedó atónito ante la escena, mientras los gritos de sus compañeros hacían los coros al camarada que se desgañitaba en el suelo ante él. ¿Qué debía hacer en aquella situación? ¿Cómo demonios ayudaba a sus amigos mientras parecían perder toda morfología reconocible? Sorprendido y confuso, se miró a si mismo y se palpó el cuerpo con inseguridad y nerviosismo ¿estaba él bien?
 
            -Ya está, por fin ha sucedido…-comentó con tono fatalista el foner.- se han vuelto todos gilipollas.
 
            Tras aquella sentencia, una luz desconocida iluminó la absurda escena. Alzando la mirada hacia la intimidante inmensidad que se extendía sobre él, RR contempló un enorme astro carmesí luciendo omnipotente y terrible, como si del cadáver ensangrentado del Sol se tratara. Aquello debía de ser la Luna Roja.
 
            El foner sintió como la profunda angustia se aguzaba en su interior. En aquellos momentos, habría preferido enfrentarse a un magnífico y tan letal como conocido tanque antes que a aquella cosa. Que RR fuera el tío más normal del grupo no podía ser ni remotamente una buena señal.

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¿Qué es más divertido que matar a un bebé en una batidora?

Matarlo con la tapa abierta.
Zarket
Zarket

Ficha de cosechado
Nombre: Rádar
Especie: Carabés
Habilidades: Resistencia, velocidad natatoria, nociones de lucha

Personajes :
Spoiler:

Armas :
Spoiler:

Status : Jinete del apocalipsis (¡ahora con extra de torpeza social!)
Humor : En muerte cerebral.

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21/06/13, 06:36 pm
Por suerte, una vez bajaron Shizel y Karime, quedaron claras algunas cosas. Primera, que la libense no se iba a ir del torreón, un alivio teniendo en cuenta tanto las posibilidades de sobrevivir fuera como para las propias posibilidades del grupo. Y segundo, que no nos inmiscuiríamos en la guerra contra Sendar.

Desde entonces, el tiempo fue pasando de forma extraña. Shizel fortificó el torreón y comenzamos a entrenar más en serio. A veces, el idrino iba a visitar a RR y Timmy, en ocasiones acompañado de Karime o DL. No me agradaba que el foner siguiese con su plan de asaltar Sendar, pero tenía suficiente que lidiar con la muerte de Marina, no estallar por los recuerdos de Dahannei y superar el horror de la pesadilla.

Decidí refugiarme en los entrenamientos, no sólo para mejorar mis bajas aptitudes para la lucha y poder servir más al grupo, sino también para evitar pensar mucho en lo que me atormentaba. El cansancio físico que me producía entrenar hasta el límite de mis capacidades me quitaba de la cabeza cualquier rastro de Marina, Sendar o las dudas que había ido albergando durante la criba. Mi mente pasó a ser ocupada por un sólo objetivo: mejorar, porque daba igual mi nivel, siempre sería demasiado mediocre. La venida de RR para conseguir dejar las drogas no dejó de lado este objetivo. Fue así como, casi sin darme cuenta, llegó el día de la Luna.

Estaba en mi habitación cuando se alzó la Luna. Por unos momentos la miré ensimismado por su belleza. El cielo se había ido llenando de estrellas poco a poco, y la Luna roja, en contraste con ellas, era hermosa. Al instante, sentí que algo iba mal. «No siento nada, ni magia, ni fuerza, ni...»

Un momento después sentí un fuerte dolor en las manos. Siseando del escocor, me las miré, sólo para descubrir en cada una una herida vertical que me cruzaba las palmas, y a un extraño líquido negro saliendo de estas heridas. «Qué... Qué. Es. Esta. Cosa». Cerré los puños y me los metíentre los brazos, encorvándome, en un intento de paliar de alguna forma el dolor.

Pronto comencé a escuchar gritos repartidos por todo el torreón. Por un momento, temí que mis compañeros estuviesen sufriendo más, que su cuerpo estuviese torturándolos de otra forma. Fue entonces cuando empecé a escuchar una risa. Miré varias veces por toda la habitación, pero sólo estaba yo. La risa subió un de volumen, ayudando a identificarla como femenina, aunque perteneciente a una mujer que no me gustaría conocer. Me levanté de la cama y comencé a moverme frenético por la habitación.

-¡¿Dónde estás?! ¡¿Quién eres?! -la risa no se calló, ni me contestó. Lejanamente, identifiqué algunos gritos como los de Wintel, aunque concentrado en la escalofriante risa no me importó mucho. Sabía que la había escuchado otras veces, pero a pesar de ello no conseguía transmitirme menos horror ni miedo, sino que más bien los aumentaba.

Saliendo de la habitación, decidí encaminarme hacia abajo, cruzándome de camino con Saren, que debía subir a ayudar a Wintel. Las palmas seguían doliéndome, al igual que los huesos y las articulaciones. Fui frotándome los codos para ver si el dolor desaparecía de alguna manera manera, pero, a mitad de las escaleras, no pude aguantarlo más y me hice un ovillo. Perdiendo el pie, caí rodando hasta el piso de abajo.

Allí estaba DL, perdiendo cualquier rasgo reconocible de su apariencia. Mientras, yo lo único que podía hacer era retorcerme por el suelo y escuchar los gritos del resto del torreón y la risa de la mujer. Cerrando las manos en puños, para evitar que el líquido entrase por los oídos, me las puse en las orejas, intentando dejar de oír. Los gritos del torreón fueron algo aplacados, no así la risa extraña, que se seguía escuchando igual de bien.

-¡Cállate, maldita sea, cállate!


Última edición por Zarket el 21/06/13, 08:17 pm, editado 1 vez
Giniroryu
Giniroryu
GM

Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas

Personajes : Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
Lethe: Horus, enderth.
Rägjynn: mjörní.
Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.


Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente.
Armas : Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
Irianna: arco y estoque.
Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
Lethe: arco y lanza.
Rägjynn: jō.
Naeleth: arco, sai y báculo.


Status : Gin: do the windy thing.

Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.

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21/06/13, 06:40 pm
Willi vagaba por las calles de Rocavarancolia disfrutando de la visión de la Luna Roja. Se acercó a Maciel, torreón donde había pasado su criba sin saber que estaba muerto desde el principio y había pasado buenos y malos momentos con sus compañeros de cosecha. Nada más acercarse, sintió una extraña perturbación que se fue convirtiendo poco a poco en una irresistible atracción. Era como si algo tirase de él, algo que le hizo atravesar las paredes del torreón y dirigirse hacia una habitación en concreto. El fantasma no podía pensar en nada que no fuera acercarse a la fuente de aquella tentación inexplicable.

La cabeza incorpórea de Willi apareció frente a Ariv, justo al lado de la ventana por la que la sinhadre contemplaba la Luna en aquel momento.
-Hola... -la saludó el fantasma justo antes de atravesar por completo la pared y plantarse frente a ella-. No sé por qué estoy aquí, pero aquí estoy. ¿Quién eres? ¿De dónde vienes? Parece que te pican los ojos, yo sé mucho de eso, ¿quieres que te ayude?
Las preguntas le salían solas al fantasmal muchacho, que pronto se encontró mirando a la niña fijamente a los ojos. Se sentía extraño al hacerlo, era como si algo se agitase en su interior cuando los contemplaba.
Xana
Xana

Ficha de cosechado
Nombre: Ariv
Especie: Sinhadre
Habilidades: Memoria, reflejos, orientación.

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21/06/13, 07:34 pm
Ariv gritó al ver a aquel muchacho frente a ella. Jamás lo había visto. No esperaba que ningún desconocido se le apareciera de repente… Y más si eran como aquel.
Un chico incorpóreo. Como en su sueño. Eso sólo podía significar una cosa. Tal vez, las conclusiones que había sacado de su pesadilla no eran del todo acertadas… A lo mejor no eran sus compañeros de torreón los que morían. Ya no estaba segura de nada, sólo de que algo le estaba sucediendo, y no era agradable. En ese momento, escuchó que el chico le hacía preguntas. No tenía muchas ganas de responder. Sin embargo, cuando oyó que le ofrecía ayuda, la niña no se lo pensó dos veces.
—¡Ariv! —respondió, asustada—. Vengo… ¡vengo de muy lejos! ¡Ayúdame, por favor! ¡No sé qué me pasa!
El dolor era cada vez más intenso. Volvió a frotarse los ojos. Si aquel muchacho podía aliviarla un poco, sería estupendo. Quizás sus respuestas también consiguieran mitigar un poco su miedo.
Red
Red

Ficha de cosechado
Nombre: Doe
Especie: Ninguna conocida
Habilidades: No tiene

Personajes :
Vacuum: Hado infernal originario de la Tierra.
Saren: Selkie roc idrino.
Keiriarei: Kitsune de nueve colas ulterana.
Sekk: Berserker ulterano.
Remilo: Brujo del cobre irrense.
Qwara Khumalo: Ifrit sudafricana.

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21/06/13, 07:53 pm
A lo largo de las siguientes semanas el grupo fue ganando unidad, y la convivencia se hizo mas llevadera. La defensa del torreón mantuvo bastante ocupado a Saren, ya que el norteño añadió al escudo de Shiz algunas detalles de su invención. Por otra parte, el puente de entrada al torreón le consumió bastantes horas de su tiempo. El idrino dedicó varios días a buscar materiales con los que arreglarlo, pero el implacable rapiñeo del foner rojo había dejado las inmediaciones de Maciel secas de chatarra, y pasaron muchos días de búsquedas infructuosas antes de que lograra encontrar una cadena que pudiera sustituir la que estaba estropeada. Esta en cuestión estaba cubierta de óxido, por lo que tuvo que dedicar todo un día a limpiarla y engrasarla, perdiendo otro mas en adecentar el mecanismo que accionaba el puente. Cuando todo estuvo listo y el idrino comprobó que el mecanismo funcionaba correctamente, estuvo a punto de ponerse a bailar de alegría, satisfecho con el trabajo bien hecho.

Las relaciones con sus compañeros de criba ganaron en confianza, y poco a poco Saren fue sinténdose mas cómodo con ellos. Entrenó bastante con K en el uso de su hacha, y aunque el norteño era resistente y aguantaba bien los golpes, le costaba bastante seguir a la libense. También ayudo a sus compañeros en todo lo que pudo, y cuando K le pidió ayuda para fabricar unos dardos, ingenió unos con ayuda de unos huesos afilados, un poco de metal para darles peso y unas plumas para darles estabilidad. Siguió estudiando magia y cocinando para sus compañeros, y participo en varias de las salidas a la ciudad y las visitas a Letargo, aunque se abstuvo de visitar la base de operaciones de RR, ahorrándose el tener que ver a Timmy. En las visitas a Letargo conoció un poco mas a sus vecinos, presentándose a los que aun le eran desconocidos y manteniendo conversaciones interesantes con varios de ellos. Así cogió confianza con Pablo y con el pequeño repoblador que al parecer había adoptado el nombre que le dio tiempo atrás, Tap.

El dos días que RR pasó encerrado superando su adicción fueron algo sombríos para los habitantes de Maciel. Oír los gritos del foner sin poder hacer nada para ayudarle era bastante angustioso, y cuando por fin salio de aquella habitación completamente demacrado, el norteño no pudo menos que admirarle en silencio y ofrecerle un buen plato de comida, plato del que el pelirrojo dio buena cuenta.

Las semanas siguieron sucediéndose, y el norteño empezó a notar que el entrenamiento con la libense daba sus frutos; ya no era tan fácil alcanzarle, y de vez en cuando le devolvía uno de sus golpes a K, y aunque esto no ocurría con toda la frecuencia que desearía, el chico estaba satisfecho con sus progresos. Por otra parte no se volvió a repetir aquel día de lluvia, lo que Saren echó en falta durante todo aquel tiempo. El idrino echaba de menos la nieve de su tierra, y en mas de una ocasión se quedó abstraído observando el cielo, deseando con todas sus fuerzas que el día siguiente amaneciera nevado, cosa que nunca sucedió.

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Estaba en uno de esos momentos de esparcimiento, apoyado en la ventana de su cuarto, cuando un destello rojo llamó su atención, haciéndole desviar la mirada hacia el horizonte. El tan mencionado Luna estaba haciendo acto de presencia, y la etérea belleza del astro rojo atrapó la atención del norteño, distrayéndole durante unos instantes.

Saren rompió el contacto visual con al Luna Roja al notar un tacto extraño bajo su mano. El chico miró confuso el plumaje negro que estaba empezando a aparecer sobre su cuerpo, como si de una segunda piel se tratara, pero apenas pudo pensar en ello porque los gritos de sus compañeros, que empezaron a hacerse eco en todo el torreón, atrajeron toda su atención. La evidente ausencia de molestias o dolores ante el fenómeno de su nuevo plumaje hizo que el norteño apartara el asunto de su mente por el momento, priorizando el ayudar a sus compañeros en su lista de tareas. Salió de la habitación como una exhalación, dirigiéndose hacia la azotea, donde Wintel parecía estar agonizando, cruzándose con Bran por el camino. El panorama que se encontró allí dejo paralizado al chico unos instantes, lo suficiente como para asimilar el estado del nublino y la aparente quietud del foner rojo.

Se apresuró a agacharse junto a Wintel, comprobando su estado con urgencia. El nublino había perdido aparentemente todo el cabello de su cuerpo, que se esparcía por el suelo rodeandole, y algo pugnaba por salir de su espalda, rasgándole la piel. Saren levantó la cabeza buscando a RR, que aun seguía en la misma postura.

-Haz el favor de moverte, camarada -le increpó con tono impaciente-. Me parece muy bien que la jodida Luna simpatice con tu casta de rojos, pero no es momento para quedarse mirándola como un pasmado, ayúdame a bajarle al salón. Si vamos a tener que correr por todo el torreón para ayudar a nuestros compañeros, sería inteligente ir juntandoles a todos en el mismo sitio, ¿no te parece? -le pregunto, empezando a levantar al nublino, echándose uno de sus brazos sobre los hombros.
Muffie
Muffie

Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación

Personajes :
Wednesday: Vouivre humana británica.
Karime: Licántropa loba libense de la capital.
Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.



Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
Ka: Le falta el ojo izquierdo.
Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.


Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
Wen: Guadaña doble y arco.
Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
Kim: Arco, machetes y dagas.
Neil: Cuchara de madera y cera.
Edén: Magia y sonrisas amables.
Colmillo: inutilidad.



Humor : Absurdo

Torreón Maciel (Archivo IV) - Página 42 Empty Re: Torreón Maciel (Archivo IV)

21/06/13, 07:56 pm

Karime vió sonriente como sus compañeros se alegraban de que ella se quedara, incluso recibió un abrazo de Ariv y un presente de Saren, el cual aceptó con un “Perfecto, combina con mi ojo.” Y una sonrisa. Parecía que de ahí en adelante todo iba a ir mejor y así fue. Ese mismo día Shizel fue a informar a RR de la decisión que habían tomado. Karime, al enterarse de todo, se sintió decepcionada con Timmy, el cual los había engañado a todos, y no quiso participar en la particular cruzada de RR. Si se cruzaba con un sendario le plantaría cara, pero no quería declararles la guerra, la líbense prefería gastar su tiempo en volver a ser la guerrera que era antes. Tenía que acostumbrarse a la pérdida de su ojo y no iba a cejar en el empeño de recuperar su toque con el arco.

Durante los días siguientes, las relaciones con sus compañeros se hicieron más fuertes: se ayudaban y bromeaban, aunque todos parecían estar ocupados en alguna tarea siempre. Karime, por ejemplo, se pasaba los días entrenando en el patio, ayudando y siendo ayudada por quien lo requiriera, y el tiempo que pasaba dentro del torreón lo hacía imaginándose dianas imaginarias a las que intentaba acertar con los dardos que Saren le había ayudado a fabricar.

Aunque las relaciones con la mayoría se habían fortalecido, con algunos de sus compañeros había sido difícil y con otros, rechazada. Karime había intentado hablar más con Wintel y agradecerle las plumas y lo que simbolizaban, pero resultaba difícil dado su retraimiento. Por otro lado, la líbense había pasado a ignorar olímpicamente a Aleksei y todo lo que este hiciera, ya que no parecía arrepentido de haberlos abandonado. También habían visitado algunas veces a los letarguinos, tras la primera de las cuales Karime había salido bastante contenta ya que no le había decepcionado la reacción de Alder ante su falta de ojo.

El día de la lluvia, Karime había decidido enterrar el ojo malherido que, gracias a sus compañeros, se encontraba en un bote de cristal. Enterrarlo era su forma de homenajear lo que representaba: la valentía, el compañerismo y la cabezonería de no dejar nunca de luchar. Aunque realmente se trataba de una tontería, Karime quería hacerlo y sus compañeros no pusieron impedimento alguno en que, ese mismo día de lluvia, la líbense fuera al rio que se encontraba muy cerca del torreón a enterrarlo. El rio, con la lluvia, le había parecido un lugar precioso y puso todo su empeño en enterrar bien hondo el ojo en la linde del rio para que la erosión no se lo llevara. Cuando terminó, miró de nuevo el rio y un movimiento captó su atención: una serpiente alada gigante reptaba sobre el agua rio abajo. Aunque la líbense se puso alerta enseguida, no pudo dejar de apreciar la magnificencia de aquel ser: medía unos diez metros y era completamente negra a excepción de las alas, que eran grises. Karime se quedó ahí quieta hasta que perdió de vista a la serpiente y luego puso rumbo al torreón.

Los días pasaron casi tranquilos, entre idas y venidas a la guarida de RR, entrenamientos y demás actividades una vez el pelirrojo volvió. Parecía que la vida se iba a convertir en rutina en ese torreón, hasta que el día llegó.

Karime se encontraba recostada perezosamente en un sillón, con una perna apoyada en el suelo y otra colgando del reposabrazos, mientras lanzaba dardos a la diana imaginaria de la pared, que eran recogidos por la magia de DL, ya que Karime lo había convencido de ello con un “Así los dos practicamos, que yo perdono, pero no olvido, ¿eh, Tirachinas?” En ese momento, Wintel gritó en el piso superior y, inmediatamente, DL intentó levantarse para caer enseguida al suelo como un fardo.

- ¡Wintel! ¡DL! ¿qué te pasa?- preguntó alarmada sonando más ronca que de normal. Muchas cosas extrañas solían pasar en Rocavarancolia, pero que un compañero pareciera de repente libre de esqueleto no era una de ellas. Karime se aclaró la voz antes de volver a hablar de nuevo, en vano.- ¿Qué pasa, DL?- preguntó más roncamente que antes. Sus palabras comenzaban a no entenderse y, de repente, vió su mano, aun con un dardo en ella, llenándose a velocidad alarmante de vello negro como su cabello.- ¿¡Qué me está pasando!?- se preguntó, aunque lo más probable era que DL solo hubiera entendido tres palabras entre gruñidos.

La líbense no tardó en agacharse a recoger a DL y subirlo de nuevo al sofá donde lo recostó. La postura, levemente incomoda de normal, de repente le resultó increíblemente agradable. Intentó enderezarse, pero su postura habitual le resultaba en ese momento molesta y le producía leves dolores en la columna.

- ¿Soy un animal?- gruñó más que preguntó y en seguida oyó los gritos de Branniel coreando los de Wintel.

La líbense tenía que hacer algo. Ella sola no podía curar a DL y sus manos peludas estaban a punto de tocar el suelo. Había oído a Branniel, a Wintel y a RR, pero todavía no sabía nada de Shizel ni de…

- Ariv.- gruñó.- DL, llama a Shizel y a Saren, algún tipo de magia podrá curarte. Yo voy a ver dónde está Ariv.- dijo, aunque DL solo pudo oir una sucesión de gruñidos con acento líbense.

Karime se encorvó algo más hasta encontrar su comodidad y subió corriendo a su habitación en busca de su amiga, llamándola a gritos que se volvían gruñidos al no ser capaz de articular. Cuando entró a la habitación donde había dormido junto con Ariv todo el tiempo que llevaban ahí, la encontró recostada en la cama, hablando con la cabeza de un fantasma que salía de la pared y mirando por la ventana. Entonces la luz roja lo iluminó todo y Karime no pudo más que observarla embelesada. Ese astro estaba haciendo que sus compañeros gritaran, hablaran con fantasmas y perdieran los huesos, estaba haciendo que a ella le creciera pelo, se encorvara y no pudiera hablar; pero, teniéndola de esa manera delante, la líbense le hubiera dado la vida. Era la visión más hermosa que había visto jamás.



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