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Torreón Letargo (Archivo IV)

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Dal
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Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.

Torreón Letargo (Archivo IV) - Página 52 Empty Torreón Letargo (Archivo IV)

08/08/13, 11:29 am
Recuerdo del primer mensaje :

-Uffff, menos mal que llegamos, este tío no se vuelve ligero por momentos,- digo llegando al fin frente al torreón,- que alguien busque la puerta entre toda esa maraña de plantas.- dejo el cuerpo de Ozzchreanos en el suelo y segundos después encuentran la puerta.- Yo entraré sola, no quiero peros,- digo mientras compruebo la expresión que empezaba a formarse en sus caras,- Si he de pelear puedo protegerme a mi misma, si venís vosotros ahora mismo solo me estorbaríais. No os preocupéis, estaré bien, en cuanto vea si es seguro os pego un grito.- Voy a entrar pero antes prefiero repetirles una cosa,- No me sigáis,- digo en tono de orden.

Sin esperar mas me adentro en el torreón en completo silencio. Lo primero que me llama la atención es la ingente cantidad de polvo, <<Joder, ni en los barracones estaba tan sucio, y mira que nos encargábamos de ensuciar ¿eh?>>. Lo segundo que me llama la atención es algo escrito en la pared, "estamos rodeados". <<Sí, si que vamos a estar rodeados, de porquería hasta que no limpiemos>>. Me acerco con cuidado a ese mensaje y lo borro, no quiero inquietar a los demás, y desde luego no el primer día.

Abro una puerta que casualmente da a una especie de patio, que seria bastante bonito de no ser por la estatua que esta en el centro. <<En esta ciudad tienen un sentido del gusto encantador>>. Más allá hay mas puertas que al abrir veo que llevan a las letrinas. <<Bueno, al menos tenemos algún lugar donde hacer nuestras necesidades, pensé que tendríamos que hacerlo en el foso>>. Casi al irme veo lo que parecen ser unas tumbas, me acerco y compruebo que realmente son eso. <<Gente que murio aqui, yo no pienso cavar tumbas>>.

Vuelvo al torreón y aseguro el primer piso mirando en lo que parece ser una cocina. Subo al primer piso lentamente por las escaleras, tratando de no hacer ruidos, veo varias puertas y las escaleras que dan al segundo, miro en cada puerta y todos parecen despachos o cosas parecidas, me sorprende lo revuelto que esta todo allí. La ultima puerta que abro me pone de buen humor, hay una bañera.

Sigo subiendo y veo dos puertas, al abrir ambas veo dos habitaciones comunales con unas cuantas camas en un estado mediocre. <<Mira, cada vez se parece mas a los barracones, de lo malo un sitio en que dormir>>.

Subo al último piso ya sin tanto cuidado, si no ha habido peligro hasta ahora dudo que vaya a haberlo ahora. El último piso resulta ser una sala de entrenamiento, algo que me vendrá bien a mi y a los que quieran entrenar conmigo <<Bueno, y a los que no quieran también, por que de este torreón no salen si no es conmigo o entrenados>>.

Bajo ya sin cuidado y abro la puerta.

-Ala podéis pasar, no hay nada peligroso, a excepción de las arañas que hay un huevo y más.- les digo tratando de comprobar cuan valientes son,- Bienvenidos a vuestro nuevo y sucio hogar, iros acostumbrando por que hasta que no limpiemos seguirá así, hay habitaciones, una cocina, un patio, baños, una bañera, una sala de entrenamiento y.....-dejo pausa para darle emoción- arañas, así que aprended a convivir con ellas,- y me alejo riéndome en busca de un cubo para empezar a limpiar. Pero cuando doy dos pasos me acuerdo de Ozzchreanos y salgo a por el, lo levanto y lo dejo tumbado en un sofá.



P.D.: No ha examinado los sótanos por que no se ha fijado en las escaleras, asi que el que se fije que avise o algo ^^


Última edición por Aleazar el 08/08/13, 10:07 pm, editado 1 vez

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Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .

Evanna

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Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astucia

Torreón Letargo (Archivo IV) - Página 52 Empty Re: Torreón Letargo (Archivo IV)

08/07/14, 06:19 pm
Agradeció infinitamente que alguien tuviera la compostura que el tuvo para iniciar los preparativos para los ritos de Álvaro y Krunchy's. Decidieron llevar el cuerpo de Álvaro a las ruinas junto al torreón para su incineración, Dhelian fue incapaz de asistir, no se veía nada preparado para ver el cuerpo de un amigo desaparecer entre las llamas. Por ello se quedo en el torreón, subiendo a las habitaciones y viendo por la pequeña ventana del cuarto el humo que indicaba que todo ya había terminado. Sabía que pasaría con Krunchy's, Gres lo había dicho no asistió al rito. No pudo volver a llorar, tan solo se mantuvo sentado, sentado en aquellas sabanas blanca sobre el colchón de una de las habitaciones. No le importaba dormir allí, descansar allí, se sentía desganando y sin fuerzas y ¿que mas daba? Estaba de luto por primera vez desde que llego a la ciudad por la muerte de todos sus compañeros.

Sus ojos seguía el humo subiendo hacia el cielo, viendo por primera vez una luz en aquel cielo negro. Aquella estrella que indicaba el inicio y el final de algo. La luna se acercaba y aquella estrella, aparecía en el cielo burlándose de su tristeza. El  había deseado un cielo luminoso y claro y ahora que por fin una luz podía verse en este, lo odiaba con todas sus fuerzas.

-¿A quién mas te llevaras hasta estar satisfecha?- murmuro sin saber a quién le hacia esa pregunta se acurruco sobre la cama, sabiendo que esa noche, sería incapaz de dormir. Aquella estrella fue la primera de muchas.

Para Dhelian digerir aquellas muertes fue algo difícil de realizar, motivándolo mas a terminar lo que ya había iniciado tiempo atrás tras lo de aquel circo. Deseaba terminarlo, debía hacerlo, era un escape a sus emociones y también una forma de no olvidar los rostros de aquellos que los habían dejado. Unos días después de la muerte de sus compañeros, consiguió terminar lo que había estado haciendo en sus ratos libres. Nervioso, pues no sabía cómo podían tomarse eso sus compañeros, les mostró lo dibujos que había hecho de todos ellos y que solo Naeleth había visto hasta el momento. Ahí estaban dibujados Talento, Neith, Akasha, Alvaro...cada uno de los letarguinos vivos o muertos, a excepción de Yrfy, tal y como Dhelian los recordaba cuando vivían. Los chicos y chicas de Sendar Maciel tenían también un espacio en el cuaderno del daeliciano, cada uno de ellos, incluido los pequeños retoños de Lara junto a a su madre, así como el difunto krunchy's en todo su esplendor o Gart, dibujos que les fueron entregados a Gres, Drael y Naeleth. No pretendía ser cruel pero prefería recordar a los que ya habían muerto como era cuando aun vivían.

En una de las visitas a Maciel , donde pudieron contar sobre lo ocurrido con Alvaro, le entrego el dibujo de sus pequeños y ella a Lara. No sabía si hizo bien al hacerlo, tal vez era cruel con su madre recordarles a sus pequeños. Pero ¿No era preferible recordarles cuando estaban vivos? El al menos así lo creía. La reacción de Lara conmovió a Dhelian, notar su fuerte abrazo y como sus lágrimas salían casi provocaron que el mismo llorara, pero se contuvo, devolviéndole el abrazo a la madre.

Las visitas a Maciel se hicieron habituales ante el deseo de él intercambio de comida y de saber que todos en el otro grupo estaban bien. Los entrenamientos se mantuvieron, tanto a nivel físico como mágicos y mixtos, mezclando lo físico con la magia. Aprendieron nuevos hechizos que tuvieron que buscar en la biblioteca, como fue el caso del hechizo de curación nívea que encontraron tras buscar algo que hacer en el caso de que fuesen envenenados, como había ocurrido con Nara y Álvaro. Alguno de los hechizos que fueron aprendiendo, fue gracias a Naeleth y Gress que fueron un importante apoyo mágico y personal durante su estancia en el torreón, donde apenas seis letarguinos quedaban ya con vida.

Aparte del hechizo de curación nívea, también tradujeron algunos y toros fueron enseñados por las chicas de Sendar. Entre ellos estaban el hechizo ignifugo, el de olor falso de Gress, ampliación sensorial, el hechizo de dislocación que Gress pudo enseñarle a Ozzchreanos, al parecer el único que podía realizarlo y uno de desvío. También aprendieron el hechizo de intuición mágica y el de eco gracias a la traducción del libro de magia. Algo que solo fue aprendido por Alice, y por un finalmente curioso Dhelian que pasaba más tiempo que nunca junto a la humana, también le ayudo a traducir un par de hechizos de fuego: uno era para colorear las llamas y el otro permitía que pudieran esculpirlas y darles formas. Gracias a esos fue que tuvieron algún que otro espectáculo cortesía de la chica que aligero un poco el ambiente  del torreón que en ocasiones se ponía difícil tras alguna salida infructuosa.

En cuanto a Dhelian, su día a día no cambio demasiado en cuanto a entrenamiento físico y mágico, también siguió con  sus estudios sobre runas, haciendo algún que otro viaje a la biblioteca para ello. A niveles prácticos  os circuitos que intento crear nunca fueron realizados pero ahí estaba en la mente y cuaderno de joven daeliciano para tal Vez en un futuro encontrarles un uso.

Por otro lado seguía practicando con Surasara, se sentía más ágil y fuerte que cuando inicio, su resistencia también fue aumentando y cada vez se acercaba más a poder herir a la ulterana. El pequeño daeliciano había tenido que madurar de golpe durante todos esos meses en la ciudad y parecía que su propio cuerpo había decidido que ya era hora de crecer un poco y dejar atrás la niñez. Seguía siendo un chico con rasgos delicados, pero había vuelto a hacerse un poco más alto, su cabello seguía largo y recogido la mayoría del tiempo en una cola alta  para mayor movilidad y el entrenamiento con Surasara, le había ido proveyendo de una  suave musculatura. Su cuerpo era menos ambiguo de lo que fue allá por los inicios de la cosecha, sin contar el hecho que la división de Lhelian/Dhelian ya no era notoria, era como si ambas personalidades; aquella tímida e introvertida y aquella ágil de pensamiento, vivaz y sociable hubiesen por fin decidido en unirse para formar la real personalidad del daeliciano.

Pero posiblemente lo que más evidencio el cambio de Dhelian conforme el tiempo fue pasando, fue su actitud. Sus ojos habían dejado de brillar con esa inocencia de un mundo mágico y genial que había poseído al inicio de la cosecha. Seguía creyendo que la amiga era importante y hermosa capaz de dar milagros, pero ahora también sabía que esta podía atraer la desgracias y que todo lo bueno tenía su parte más cruel. Había tenido que ir madurando a fuerza de golpes y tal vez agracias a eso había tenido que perder ese miedo y esa falta de confianza que lo había sometido durante toda su vida por el bien de sobrevivir y de no quedarse atrás.

El chico que una vez fue tímido e introvertido poco a poco dejo de serlo, seguía siendo educado y tranquilo, salvo en ocasiones donde parecía que todo el temperamento que ni el mismo parecía conocer, salía de golpe de forma bastante violenta. Aquellos ataques de mal humor y violencia, de impaciencia y ansiedad fueron algo bastante comunes durante aquellas últimas semanas y que Dhelian siempre intentaba evitar pagar con sus compañeros desquitándose con los muñecos de entrenamiento.

Conforme las estrellas fueron apareciendo en el cielo Dhelian fue contando los días. Gracias a Archi sabían el día que aquella luna saldría, si sus cálculos no eran erróneos, cosa que dudaba siendo como era este. Se sentía nervioso, cosa evidente viendo en cuenta que ese día en el que acaba de despertar seria según Archi el día en que esa luna aparecería en el cielo por la noche. Sentirse aterrado era poco comparado a como Dhelian se sentía cuando fue a prepararse el desayuno en un estado bastante similar al de Drael, inmerso en sus pensamientos a la espera que alguno de sus compañeros  despertase.


Última edición por Evanna el 09/07/14, 12:45 am, editado 1 vez
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Nombre: Alec (Alasdair)
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Torreón Letargo (Archivo IV) - Página 52 Empty Re: Torreón Letargo (Archivo IV)

08/07/14, 08:32 pm
Al día siguiente vuelvo a los restos del incendio y recojo parte de las cenizas que hay metiéndolas en una botella de Syv. Coloco las cenizas en un sitio donde no sufran daño alguno y estén seguras. Tengo que llevarlo de vuelta a su mundo, debo respetar sus deseos.

Van pasando los días y no hay mucha variación en la monotonía del torreón, pero parece ser que la ciudad ha decidido despertar de su letargo. El tiempo cambia a ojos vista, unos días hace más frío que otros. Parece que la eterna estación en que vive la ciudad se ha alterado y eso me lleva a preguntarme si sucede siempre que se acerca la luna. En un momento dado empiezo a ver luces en el cielo y aviso al resto, no tengo ni idea de lo que son pero son bonitas y con todo lo que hemos pasado merecemos algo así. Pregunto por si alguien vio alguna vez algo así y Alice me explica que son auroras, o que al menos se parecen mucho y que estas pueden estar producidas por la magia en vez de ser naturales. Por otra parte siguen apareciendo estrellas en el cielo, cada vez más con el paso de las semanas, hasta que el cielo está cubierto de ellas, sin embargo y de lejos es fácilmente identificable la primera que salio, ésta brilla más que el resto.

Me paso mucho tiempo puliendo mis técnicas con las armas y probando otras nuevas por si me gustan más que las mías. Pruebo a hacer algo de magia pero parece que no tengo ni una gota de talento para eso así que desisto rápidamente. Un día buscando en la armería un arma nueva me encuentro con la vaina de una espada algo curva, curiosa la saco de la vaina y me llevo una sorpresa al ver que no es una espada, son dos que comparten la misma vaina. Practico con ellas hasta habituarme y me sorprende lo que me llegan a gustar, son armas finas que se adaptan a mi estilo de combate y aún así son resistentes. Lo que me lleva más tiempo es aprender a enfundar y desenfundar correctamente pero con práctica lo consigo.

Salimos a por comida como siempre y también a la biblioteca a por apuntes de magia para los magos. Al parecer Naeleth y Gres son bastante competentes en ese tema y se ayudan entre sí cosa que me alegra. Drael sigue como ausente pero se le puede mantener entretenido con tareas sencillas. También visitamos a los de maciel y más tarde nos visitan ellos, al parecer se preocupan por nosotros cosa que me alegra comprobar, al menos nos hemos mantenido todo lo juntos que podemos contra la ciudad.

Y por fin llega el gran día, el día que saldrá la dichosa luna. No gano nada con quedarme en la cama así que bajo con las espadas (voy armada ya hasta dentro del torreón, no me fío un pelo) y me pongo a desayunar. Dhelian ya está despierto comiendo algo.

-¿Qué tal has dormido? - pregunto por cortesía.- ¿Nervioso? - le dirijo una sonrisa para hacerle saber que no lo va a pasar solo.

El chico ha cambiado, no es el mismo que llegó a la ciudad y puedo decirlo sin ninguna duda. Poco queda del anterior niño nervioso y tímido pero aún así me preocupo.
Invitado
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Torreón Letargo (Archivo IV) - Página 52 Empty Re: Torreón Letargo (Archivo IV)

09/07/14, 12:36 am
Al día siguiente del banquete funerario no quedaron ni las cenizas. Las sendarios lo habían limpiado todo, posiblemente preocupadas por causarles alguna molestia. Aún así, Marsi encontró una falange ennegrecida entre la tierra, y sin pararse a pensar por qué lo hacía, se la guardó en un bolsillo del chaleco. De alguna forma, tener algo de uno de los muchos caídos en los últimos meses le hacía sentirse bien.

Pasaron semanas y semanas, y los restos de sus compañeros seguían reconfortando a Marsi. Se quedaba horas mirando las cenizas de Álvaro, las tumbas del patio y la falange de Krunchy's, también los dibujos que Dhelian hizo de todos ellos, llegando a pedírle repetidamente que los dejase a la vista. Cuando salían, observaba con cuidado, desde la lejanía, la zona de la trampa que se había llevado la vida de Neith. Pensaba en ellos a menudo, pero desde la noche en la que salió la primera estrella no volvió a llorar, ni una sola vez. Y como si su propia decisión le concediese buena suerte, no tuvieron más percances en el torreón.

Gres le había comentado una vez que era posible que las estrellas, que cada noche se multiplicaban, fueran las almas de sus compañeros muertos, y puede que las de todos los que habían muerto antes que ellos. Marsi lo tomaba como un gesto de ánimo, un pequeño empujón antes de un presunto gran final. La parte física de los fallecidos le hacía compañía por el día, y la parte espiritual por la noche, desde las alturas. La fecha de la Luna Roja se acercaba, y lejos de tener miedo, Marsi se descubrió deseando que llegase. Habían tenido muchas pérdidas, habían luchado hasta hasta la extenuación y habían cedido ante promesas de milagros y premios. Ya iba siendo hora que cumpliesen con esas promesas.

<< Vale... nos habeis dado magia>> dijo mentalmente a la ciudad una noche de insomnio << No a todos, pero la tenemos. Estamos vivos aún. Si esto es una prueba, somos dignos. Conviértenos en dioses>>

Si el aspecto de Marsi no se había endurecido en el tiempo que llevaba en la ciudad, sin duda lo había hecho en los últimos meses. Ya traía de su mundo cierta resistencia física, y su musculatura no hizo más que marcarse gracias al entrenamiento. Se había hecho con una suerte de parche para tapar el oido expuesto, pues desde que perdió la oreja el agua, los bichos y su propio pelo tendía a colarse en él. La presencia de Gres y su ayuda animaron sus entrenamientos, pues tenía un estilo totalmente distinto a Sura, y era bastante más grande, lo que le añadía cierta dificultad que compensaba su falta de técnica. Llegó a dominar, o al menos a manejar de forma bastante aceptable, varias armas de la armería; siendo la pica, la alabarda y una espada de caballería sus preferidas, y empezando a tontear con las hachas. También, tal vez para reclamar el tiempo que Alice pasaba más con Dhelian debido a las interminables prácticas con magia, empezó a demandar entrenamientos mixtos, tanto físicos como mágicos, pues se negaba a aceptar que ante un hechicero no tenía nada que hacer.

Los sendarios se adaptaron bien a la vida en Letargo, pero nunca llegaron a integrarse del todo. Sus duelos fueron discretos, sus lazos cada vez más fuertes debido a la pérdida común, y rara vez recurrían a los letarguinos para resolver sus preocupaciones o problemas. Drael había tomado la costumbre de seguir a Naeleth a todas partes, y poco a poco fue dando señales de salir de su catatonia, aunque eran señales sutiles e insignificantes. Gres desaparecía a veces, se mostraba taciturna, pensativa, y ni la nublina fue capaz de sonsacarle qué le preocupaba.

Se descubrió una mañana. Marsi bajaba las escaleras detrás de ella, tratando de discutir. Naeleth las seguía.

-Es demasiado imprudente- dijo Marsi. Aunque parecía agitada lo disimulaba bastante bien.

-Es lo que debería haber hecho hace mucho- respondió Gres con brusquedad.- Lo hemos discutido, ya no queda tiempo.- se detuvo a medio camino y miró a la varmana- No me detengas y no dejes que me sigan.

Marsi miró a Naeleth, esperando algo de apoyo por su parte, pero la nublina se limitó a mostrar un talismán rúnico que habían construido juntas a modo de comunicador. Había decidido apoyar a Gres.

Marsi bufó, frustrada, y sacó de su chaleco la falange de Krunchy's. Se sostuvieron la mirada un instante, después Gres le revolvió el pelo a Naeleth y se despidió de los que ya estaban levantados, saliendo del torreón. Volvería antes de la noche, prometió.

Naeleth se volvió al dormitorio, posiblemente a leer bajo las sábanas, y Marsi decidió que se había preocupado lo suficiente y que tenía hambre. Se sentó con los demás.

-¿Plan para hoy?- dijo evaluando una fruta antes de limparla en su camiseta y darle un mordisco.
Evanna

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Torreón Letargo (Archivo IV) - Página 52 Empty Re: Torreón Letargo (Archivo IV)

09/07/14, 01:44 am
Ser uno de los primeros en levantarse, incluso antes que la madrugadora ulterana, se había vuelto algo común en los últimos días. Incapaz de quedarse quieto ni cuando dormía terminaba levantándose de mal humor algo que solo aprecia pasarsele cuando por fin conseguía comer algo, como en esos momentos. Posiblemente todo eso era a causa de los nervios por la cercanía de la luna roja.

-No muy bien, dormir se esta haciendo un lujo que parezco evitar- murmuro un poco seco, tomando un buen vaso de leche con miel- Ya hasta tengo mal el estomago...puros nervios por, bueno, por lo de la luna- dijo  con cansancio restregarse los ojos intentando espabilarse, Escucho a Gres salir del torreón lo que le extraño pero dado como era la asreniana intentar frenarla era un caso imposible por lo que miro atentamente a Marsi al verla entrar en la cocina.

-Diría de quedarnos aquí a esperar lo que sea que vaya a llegarnos, pero mi cuerpo me pide movimiento-añadió viendo a las dos chicas mientras jugueteaba con un trozo de tostada antes de darle un mordisco-No creo que sea sano quedarse a pensar que nos pasara...podríamos salir, aunque no se me ocurre donde -admitió el daeliciano terminándose la tostada y levantándose de la mesa para salir al pozo a por algo de agua y a refrescarse un poco. Su humor era tan irascible últimamente que era hasta frustrante para el mismo, necesitaba gastar energías y sacarse de encima el mal humor que parecía tener desde hace semanas ante lo inevitable que le llegarías ese día.

Tras echarse el pelo hacia atrás y se lo volvió a recoger en una cola alta, ya le llegaba casi por la mitad de la espalda, volviendo adentro con las chicas.

-¿Algún sitio que os apetezca?  A mi me da igual - termino diciendo encogiéndose de hombros revolviéndose impaciente en el lugar.
Dal

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Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.

Torreón Letargo (Archivo IV) - Página 52 Empty Re: Torreón Letargo (Archivo IV)

09/07/14, 02:03 am
La respuesta es realmente la que me esperaba así que no me sorprende.

-No te preocupes Dhelian, saldremos de esta. Como siempre - añado en bajo.

Veo a Gres salir por la puerta y no hago nada por impedirlo, sé que ella se sabe cuidar bien sola.

-¿Plan? Lo cierto es que me iba sentar hasta que este día terminase, pero si queréis dar una vuelta...- me encojo de hombros ante la sugerencia.- ¿Que os parece este sitio? - les digo señalando una zona del mapa que pone algo como "Plaza de las estatuas".
Jack
Jack

Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia

Personajes :
Jack: Vampiro de humo terrícola.
Atol/Skarog: Helión libense.
Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
Tawar: Repobladore de la montaña

Unidades mágicas : 12/12
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco


Humor : Os falta bosque, gigantes

Torreón Letargo (Archivo IV) - Página 52 Empty Re: Torreón Letargo (Archivo IV)

09/07/14, 03:51 am
Al final sí que acabé saliendo del baño para asomarme a los "funerales" de nuestros amigos. Pero no aguanté mucho pues la visión del cuerpo de Álvaro quemándose no era muy soportable. No cuando nosotros dos tuvimos que esquivar aros de fuego... Ese día me acosté temprano aunque me dormí bastante tarde, pensando en pensar en el futuro en vez de pensar inútilmente en lo ocurrido. Lo consiguiera o no, acabé durmiéndome.

Los días siguientes fueron de luto, al principio, y de vuelta a la rutina después. En mi caso el duelo duró poco, no más de lo necesario. Dolía pensarlo, pero no servía de nada dedicar tanto tiempo a nuestro amigo perdido. Los entrenamientos mágicos, a los que añadimos hechizos de desvío para repeler hechizos de impulso; y físicos, en los que había mejorado bastante y además me servían tanto para desahogarme por tanta muerte como para aprender a controlar esos ataques de ira; venían bastante bien para distraerse, aunque obviamente no fuera ese su objetivo. También le hicimos un escudo nuevo a Marsi. De vez en cuando, en los días que estaba más animada, alucinaba con los entrenamientos físicos y mixtos al ver en qué nos habíamos convertido, tantos los que llegaron con un físico decente como los que no, en mi caso. Que una cosa era nadar rápido o montar bien en bici como en la Tierra y otra era todo aquello de lo que hacíamos gala en los entrenamientos en Letargo. Y, todo hay que decirlo, me gustaban las mejorías, estéticamente hablando.

En el caso de la magia decidí investigar algo que nos alegrase de vez en cuando y, al igual que Dhelian, ambos acabamos dibujando, cada uno a su manera: él con su libreta y yo intentaba imitar nuestros retratos coloreando y esculpiendo llamas. A los que no conseguía animar o al menos no lo parecía era a los sendarios, lo cual era, desgraciadamente, comprensible. No obstante, de ellos pudimos aprender varios hechizos. Además de estos, nuestra rutina de traducción más caminatas a la Biblioteca dieron sus frutos.

Y así fueron pasando los días, sin más novedad que la cercanía de la Luna y la convivencia con los sendarios. Nada destacable con esto último, pero la Luna era otro tema... que añadía más nervios a todo. Estábamos tan cerca de conseguirlo, de ser libres, pasara lo que pasara con esas transformaciones, que cada salida era precedida por unos minutos de relajación y concentración para dejar de lado los nervios. En el mejor de los casos, dichos nervios ayudaban, pero las voces y la sensación de que algo me observaba no hacían buena mezcla con ellos así que siempre intentaba librarme de los malditos nervios. Y de los ysis: ¿y si salimos y...?

Eso sí, mis amigos me ayudaban bastante aunque no fueran conscientes. Tras el periodo de luto, los ánimos volvieron a subir y me contagiaba poco a poco de ello. Parecía como que a todos nos daba fuerzas el ir acercándonos a la fecha de la Luna, a pesar de todo lo que nos había pasado. Y quieras que no, llegar a ese día tan especial sonaba a premio. Dolía por los que se habían quedado atrás, pero ojalá Gres tuviera razón y esas estrellas fueran sus almas. No me lo habría creído nunca, pero la primera en aparecer lo hizo el mismo día que los funerales así que sumé "magia" más "Rocavarancolia" y el resultado fue que "¿por qué no?" Además, en la Tierra antiguamente se pensaba igual, así que ¿por qué no iba a ser cierto en este mundo? O por otro lado, ¿qué más daba si lo era o no? Reconfortaba creerlo. Y cualquier ayuda a superarlo, fuera o no cierta, venía bien.

Parte de la rutina era levantarse temprano, cosa que hice como un resorte. Atrás quedaban los días de levantarme pensando en los muertos y desaparecidos, de quedarme bajo las sábanas pensando en los ysis. Últimamente había recobrado mi alegría normal. Así que salté de la cama y bajé a desayunar junto a los demás. Vi a Gres salir del torreón, pero la chica había demostrado que podía apañarse así que, mientras volviera sana y salva, no le di importancia. Mis amigos estaban despiertos y a punto de desayunar, así que me apunté al momento tanto al zampamiento como a la conversación.

—Buenos días, familia. ¿Qué es eso que decís de salir? Plaza de las Estatuas... —me encogí de hombros, acabé la tostada y añadí—. Hmm, no hemos estado, pero está cerca de la fuente aquella... A mí me da igual, lo que digáis.

Ni rastro de nervios. Mi lucha contra estos había consistido en intentar dejar de lado la proximidad de la Luna, cosa que conseguí, y centrarme en lo básico: sobrevivir. Y que la Luna viniera cuando quisiera, que estaríamos esperándola. ¿De qué servía preocuparse tanto por eso, teniendo ya otras preocupaciones a nuestro alrededor? Ya nos ocuparíamos del asunto cuando llegase el momento.


Última edición por Jack el 10/07/14, 01:29 pm, editado 1 vez

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No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
Lops
Lops

Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manual
Personajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.

Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.

Torreón Letargo (Archivo IV) - Página 52 Empty Re: Torreón Letargo (Archivo IV)

09/07/14, 05:49 pm
El cuerpo de Álvaro empezaba a ser consumido por las llamas cuando el ochrorio le dio la espalda para regresar al torreón. Totalmente desganado, en buena parte derrotado, ignoró la cena y se aposentó en una de las ventanas más altas para observar la crema y el posterior ritual de los sendarios. A pesar de la distancia, gracias a su visión agudizada podía contemplar con bastante detalle el espectáculo y a las alimañas que eran reclamadas por la luz y el calor. Aunque tenía cosas para replantearse y un amigo que lamentar, observó también con interés el ritual asreniano, si bien no podía —ni creía que fuera conveniente— oír la conversación. Encontró que se trataba de una forma eficiente de desprenderse de los cadáveres y, además, sacarles algo de partido. Por desgracia, dudaba que el cuerpo de las iglesias pudiera aceptar algo así. De hecho, él tampoco lo hubiera visto correcto cuando estaba en Ochroria. Pero ya era distinto. Había visto demasiado y conocía seres que observaban la misma realidad que él desde perspectivas tan distintas… De otro mundo. ¿Había sido contaminado de falso conocimiento, o se había enriquecido de duda? Su fe en las máximas religiosas era la misma, pero en las instituciones creadas para preservar la Verdad había ciertos detalles que necesitaban ser revisados. O eso consideraba el sacerdote racionalista.
En algún momento del ritual, siguiendo las miradas de los que se encontraban debajo, se fijó en el punto de luz que había aparecido en un cielo que todas las noches se había encontrado totalmente vacío. Ozzchreanos se preguntó qué era aquello y qué clase de fenómeno astronómico causaba que no pudiera observar estrellas hasta entonces. Por la información que les había proporcionado Archime, el fenómeno se repetía…
En aquel instante supo que esa noche no dormiría.
*********
De haber sido supersticioso, igual el ochrorio hubiera pensado que las grandes desgracias comportaban luego periodos de calma. Aunque la ciudad les exponía con regularidad a una gran variedad de percances, ninguno de estos tuvo consecuencias que lamentar desde la aparición de la Emisaria. En parte, se debió al refuerzo que constituían los sendarios y a la mayor preparación física, táctica y psicológica. Los entrenamientos perfilaron los puntos fuertes de Ozzchreanos y suavizaron sus carencias en resistencia y agilidad. Él fue consciente de este cambio y de la ventaja que le confería su fuerza desarrollada, visible en una musculatura marcada tanto por el esfuerzo como por la delgadez, y enfocó su cada vez más su estilo de combate en sus mejores rasgos para cubrir las carencias en otros. Por tanto, el escudo se convirtió también en un apoyo ofensivo para la maza, incluso cuando dejaba esta para hacer uso del don.
Pero su mayor esfuerzo fue, como siempre, en favor de la gracia atorgada por los dioses. Bien fuera para ampliar el abanico de sortilegios a los que podía recurrir, gracias sobre todo a los sendarios, bien para optimizar el uso de los conocidos, no había día en que Ozzchreanos no le dedicara un tiempo a las artes ocultas. Además, en las visitas que realizaba a la biblioteca, proseguía con sus estudios médicos con motivo de aprender a utilizar adecuadamente el conjuro de recomposición.
Las visitas macieleras para intercambio de comida también le ayudaron en ese ámbito y otros, en especial cuando iba también Archime por sus conocimientos mágicos y médicos. Aunque estas solían ser breves, normalmente tenía tiempo para alguna duda.
Poco tiempo después de la última defunción interna, Alice empezó a mostrar interés por la manipulación de las llamas por medio del poder. Si bien Ozzchreanos sintió curiosidad por ello, no encontraba el tiempo para desarrollar esta afición con la humana. Coincidiendo con los espectáculos que daba, en que cada vez mostraba más fluidez y seguridad, Dhelian también les presentó uno de sus entretenimientos: dibujos de los distintos habitantes de Letargo, descontando al asesino auro. Nunca supo si es que no lo había dibujado realmente o si se lo escondió, pero tampoco consideró adecuado preguntar. Si bien sintió algo de curiosidad y le gustó ver las ilustraciones, no se entretuvo demasiado con estas. Pero, a pesar de su limitado interés, agradeció al daeliciano que se los mostrara. Pura cortesía.
Mientras, constante y cada vez más notorio, el coro politono seguía resonando en la cabeza de Ozzchreanos. Además, su piel se deshidrataba con más facilidad, hecho que le empezó a preocupar por la baja humedad del clima de Rocavarancolia, el cual tomó como causa.
*********
Aquel día fue de los últimos en despertar, alarmado y consciente del repetido sueño matutino que nunca lograba recordar más que durante los instantes en que los ojos se abren sin la conciencia. Seguramente, pensaba, se debiera a la seguridad de tener tan cerca la Luna Roja…
Habituado ya como estaba a estos despertares, se incorporó deprisa y bajó a desayunar algo. Lo primero que percibió fueron las ausencias, por las que preguntó a los presentes. Estos le confirmaron lo que ya había considerado: Gres se había marchado de nuevo. Ya imaginaba…
¿Salir? ¿Y por qué no? Estaban muy cerca ya, tal vez fuera más peligroso, tal vez menos. Tal vez todos estuvieran equivocados y nada sucediera, o tal vez todos estuvieran condenados. Era un día para el sacerdote escéptico y, en parte, ególatra. Y este quería permitirse lo que veía ya como un lujo.
—Me parece bien el lugar, Surásara —fue toda su respuesta. Realmente, era tan malo como cualquier otro.
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09/07/14, 07:29 pm
Marsi se había levantado para cortar algo de pan y hacerse tostadas. Aprovechó para hacer para los demás, y se acercó ofreciendo un plato con una tostada en la boca, mirando el mapa.

-No parece mal sitio, y no está demasiado lejos... ¿No?

Decidieron ir allí. Aún con los remiendos, la camisa que había traído Marsi de su mundo quedó para hacer trapos, por lo que había elegido una camiseta ancha azul como prenda preferida para las salidas. Se ajustó el chaleco, echando de menos la falange de Krunchy's en su bolsillo, y se peleó con un viejo cinturón de cuero que había cogido para poder enganchar su espada en algún sitio. Alice y Dhelian le habían hecho un nuevo escudo hechizado, ya que el anterior lo había perdido en la trampa del circo, y lo llevaba a la espalda cada vez que salían del torreón. Ya se había acostumbrado a su peso.

Naeleth decidió quedarse para recibir a Gres cuando regresara, por lo que se encargó de subir el puente cuando todos salieron.

-Bueno, vamos allá- dijo Marsi, dejando a Sura en cabeza para que los guiase.
Dal
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Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.

Personajes :
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.

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09/07/14, 07:42 pm
Todo el mundo parece conforme con la elección de lugar.

-Perfecto, pues en cuanto terminemos esto y nos preparemos nos vamos - termino de comer, recojo mis armas y los espero en la salida con el mapa en la mano para la que posiblemente sea nuestra última salida del torreón.

Sigue en La plaza del estandarte

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Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
Lops
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Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manual
Personajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.

Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.

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11/07/14, 01:24 am
Promesas… Mucho más que de estas se fiaba del testimonio irrense, pero ni aquello le parecía garantía suficiente. No, no creía que fuera tan sencillo como habían visto, seguro que ellos mismos se lo planteaban.
—Ochroria… aún es casi desconocida para mí —declaró Ozzchreanos justo cuando acabó de pasar la cicatriz. Las descripciones del entorno de sus compañeros y sus conocimientos sobre sus respectivos mundos contrastaban con los del ochrorio, en el que prácticamente se limitaban a lo aprendido en los centros educativos—. Los últimos cinco años los pasé como novicio en el monasterio de la Iglesia Espiritual Rocuo, en el estado en que todos me conocisteis. Antes de la prueba que me dispuso a entrar en esta, mi vida giró en torno al centro educativo de la Iglesia Terrenal. El resto que conozco es lo que me enseñaron… —Permaneció unos segundos en silencio, pensativo, melancólico. Sus ojos se posaban en la lejanía mientras caminaba hacia su interior. Como si tuviera algo de que arrepentirse—. Al menos puedo asegurar que la comida era mejor que la de aquí —concluyó en un tono entristecido por sus reflexiones anteriores. Nunca antes había contado detalles de su vida pasada, no lo había visto necesario. Mientras, la realidad que le rodeaba tenía un cierto tono de irrealidad.
Finalmente, el grupo llegó al Torreón Letargo, uno de los pocos baluartes de cierta seguridad en la ciudad para los que restaban desde el inicio. Como incontables veces, pidieron que se bajara el puente y entraron todos. Eran muchos menos que los que habían entrado por primera vez y les tocaba a ellos enfrentarse a la gran inseguridad, el evento que transformaría el curso del resto de su existencia. Ozzchreanos no sabía quiénes eran los afortunados.
Dal
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Nombre: Alec (Alasdair)
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Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.

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11/07/14, 01:53 am
Llegamos al torreón y me pongo a comer algo. Unas tostadas de caviar con pescado y marchando. Hago tiempo hasta el anochecer leyendo y cuando llega el atardecer salgo al patio y me siento donde el pozo. Al principio sugerí que guardásemos las armas por si acaso pero ante la negativa general yo también me las quedé.

Espero a que el sol se oculte y luego con impaciencia miro el cielo. Por fin se alza, maravillosa, la luna. Es enorme y su color rojo no me defrauda en lo más mínimo. Vuelvo a notar el olor a podrido de siempre pero esta vez es mucho más fuerte que antes.

-Pues lo cierto es que no siento nada, no sé, esperaba dolor o picor o algo - murmuro en voz alta un tanto decepcionada. Doy un suspiro.- Voy a ver qué tal está el resto.

Cuando estoy a punto de cruzar el umbral del torreón la pierna que estoy adelantando me falla y caigo de bruces. <<De puta madre, no me caigo en todo el tiempo que llevamos aquí y me caigo ahora. Dí que sí>>. Me levanto y noto un sabor a sangre en la boca, <<Me habré mordido al caer>> pienso restándole importancia. Entro y me siento en un sofá a comprobar la mordedura con mi espejito, no la encuentro aunque lo cierto es que no me duele. Y tengo un pequeño problema, si no me he mordido ¿de donde sale la sangre?.

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Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
Jack
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Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia

Personajes :
Jack: Vampiro de humo terrícola.
Atol/Skarog: Helión libense.
Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
Tawar: Repobladore de la montaña

Unidades mágicas : 12/12
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco


Humor : Os falta bosque, gigantes

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11/07/14, 02:33 am
Miel aparte, quedó claro que la comida de nuestros mundos era rematadamente mejor que la de aquí. O al menos hasta ahora, porque teniendo en cuenta la magia y la diversidad de criaturas, tenía que haber buenas posibilidades, ¿no? Sea como fuere, tenía hambre, y de ello daban buena fe mis pensamientos de camino al torreón. Hablando y volviendo a la rutina comimos y pasó la tarde... Hasta la noche.

La Luna Roja salió, y ni era un triángulo ni era verde. Tan solo noté que el barullo de voces se incrementaba, así que resoplé y volví al interior del torreón, aunque me gustaba el cambio del cielo. Entre tanto, de golpe y porrazo, nunca mejor dicho, Sura tropezó y se la pegó contra el suelo. No pude evitar reír, aunque le pregunté si estaba bien. Claro que lo estaba.

Para colmo, me pareció oír algo como cállate, bruja, por lo que me sorprendí y lo confundí con algo que hubiera dicho Sura en respuesta a mis palabras. No había sido ella, como comprobé al preguntarle. <<¿Qué demonios?>> De nuevo volví a oír un barullo de voces como acostumbraba, así que suspiré <<Habrá sido algo que hayan dicho en el salón mezclado con las malditas voces...>> Me encogí de hombros y terminé de hacer la cena. Comida sustanciosa y de verdad, para que, viniera lo que viniera, tuviéramos fuerzas. Listo el menú, me dispuse a avisar a los demás pero no pude aguantarme y me serví antes que a nadie, en la misma cocina. Nervios. Pese a negarlo, nervios. Muchos nervios.

—¡Si queréis cenar, servíos!—exclamé.

Salí de la cocina con mi plato y, tras coger mi libreta y una silla, salí al patio. Al llegar al torreón antes, había dejado las armas en el salón y de camino al patio, ahora, las había acercado a la puerta de este. No sabíamos qué pasaría así que era mejor tenerlas cerca. Y, sobre la Luna, me pasara o no algo, el evento era algo digno de observar. Y de dibujar. <<Así luego si sale mal puedo quemar el dibujo y hacer vudú para que la luna reviente!>>

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Evanna
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11/07/14, 04:48 pm
Tras llegar al torreón Dhelian se dispuso a entrenar un rato en la sala, necesitaba gastar energías y  distraer la mente, tras usar parte de la tarde en eso se dio un buen baño y bajo al la primera planta al escuchar el grito de Alice, totalmente hambriento. El brillo rojizo que podía verse en el patio por donde Surasara acaba de entrar y caerse, indicaba que esa dichosa luna ya estaba allí y que se había hecho de noche sin darse ni cuenta.

-Todo el equilibrio del que hacia galas últimamente perdido en un segundo- rió suave mientras entraba a la cocina y se sentaba viendo el banquete hecho por su amiga- Te luciste esta vez, parece una cena digna de gente rica -comento medio en broma, viendo un platillo que no conocía y que probo gustoso, su paladar se había adaptado bastante bien al cambio de sabor por lo que no había sido tan sufrido el comer- Gracias por la cena, Alice - añadió tras sentarse finalmente para empezar a comer con gusto, quedándose todo empachado y pesado tras comer tanto.  

Tras beber un buen trago de té intentando quitarse la pesadez, se reviso a si mismo intentando ver algún cambio tras la salida de la luna, como pelo cambiando de color, alguna cosa rara apareciendo, tal vez dolor...y no viendo ni sintiendo nada identificables alzo una ceja confundido

-¿Alice notas algo diferente? Me siento igual que siempre- murmuro un poco contrariado en cierta forma por haber estado semanas, meses inclusos comiéndose las uñas con la luna y ahora nada pasaba- Parece que exageramos demasiado....

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11/07/14, 05:43 pm
Le había dado antojo a media tarde y a la hora de la cena no tuvo demasiada hambre, pero se obligó a comer por no hacerle el feo a Alice. Lo cierto es que le había salido bastante buena, y se regañó mentalmente por haber sucumbido a su capricho horas antes.

Llevaba la daga del incidente del circo colgando del cinturón, como ya se había vuelto costumbre, y estaba echada en un sofá con un libro descansando sobre su tripa hinchada. No se dio cuenta de lo tarde que se le había hecho hasta que la luz roja de la Luna llenó el salón, colándose por la puerta abierta del patio. Era más potente que las antorchas, incluso más que el fuego mágico de Alice. Marsi salió al patio para verla mejor.

Todo estaba tintado de sangre. La Luna Roja brillaba inmensa e imponente en el cielo. Era preciosa, pero algo en ella hacía que Marsi se sintiese indefensa y asustada. Estaba allí al fin, después de todos esos meses sobreviviendo. El corazón le iba a mil por hora por la inseguridad y la emoción. Se acercó un poco a sus compañeras.

-Yo me siento un poco..- Marsi fue a responder a Dhelian, pero su voz se cortó a media frase. De pronto todo se volvió negro.

La cabeza de Marsi cayó al suelo, sin dañarse gracias al suelo de tierra, y rodó por lejos de sus pies. La varmana seguía de pie, incapaz de oír ni ver lo que estaba ocurriendo, pero sintiendo en cierto modo la pérdida de peso sobre sus hombros.
Naeryan
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11/07/14, 08:41 pm
Primero fue un rumor. Después fue un golpeteo. Por último fue un estruendo.
Las ventanas de la planta baja dejan de ofrecer luz de repente, como si alguien hubiese apagado la Luna Roja de fuera. La causa queda claramente explicada cuando a base de empujar, embestir y picotear se abren paso a través de ellas una bandada de estirges, graznando furiosamente. La estancia se llena de picos, garras y plumas negras, que ante el poco espacio de maniobra aletean con el doble de vigor para maniobrar.

Aprovechan que Dhelian está inmóvil para ir a por él, tirándole de las ropas para hacerle caer de la silla, un cúmulo de picos y garras intentando alcanzar (y arrancar si les ofrece un buen blanco) carne desprotegida. Atacan también a todo ser viviente que encuentran en su camino, aunque concentrándose sobre todo en las presas que están más quietas. Están enloquecidas.

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11/07/14, 09:26 pm
Finalmente, la esperada luna sonrojada asomó tímidamente entre los edificios y ascendía veloz e imponente mientras teñía la ciudad de con color puro. Nada, ni siquiera el mismo sol blanco ochrorio, le había parecido tan intenso a Ozzchreanos, quien ante el ascenso del astro rojo se encontraba en el patio entonando unos cantos divinos que nunca había comprendido mejor, a pesar de ser solo sonidos para la razón.
Y de repente la luna, la ciudad y sus cantos se desvanecieron. Su voz se cortó en un breve gallo, aunque él nunca lo supo. En aquel instante no sabía nada, no entendía lo que le sucedía. Se agarró al sabor de su propia boca, a la tierra bajo sus piernas y al olor que le situaba en Rocavarancolia. De la sorpresa no podía ni moverse, tampoco sabía cómo. En su cabeza, con absoluto protagonismo por la falta de audición, el coro proseguía con su murmullo.
Y de nuevo todo regresó a la normalidad. ¿Aquello era todo? Se cuestionó. No lo sentía así, su misma esencia sabía que aquello era solo el principio. Eso y, gracias al aviso de Alice, que tenía un hambre de trasgo.
La cena cumplió con sus expectativas, sin ninguna duda. El clérigo se atiborró del banquete de la australiana como lo haría el reo en la Última Cena, esperando el momento de pronunciar una sarta de metáforas grandilocuentes ante unos hombres sencillos. Solo que sin esto último. Su mirada era suficiente para explicar el conflicto de su alma. Todo iba a cambiar con la llegada de la luna, estaba casi convencido. ¿Qué supondría aquello para ellos? Había aprendido a apreciarlos sin darse cuenta. Todos, incluyendo los presentes sendarios y los alejados macieleros, habían demostrado que eran individuos con un alma que les hacía únicos. Ozzchreanos empezó a trascender el colectivo.
Una vez finalizó la gran comilona, el ochrorio se alzó para dejar su plato en la cocina. Pero su objetivo se vio interrumpido por una frase suspendida y un rumor cada vez mayor. La frase interrumpida le llevó a la sorpresa, ni siquiera el inmutable ochrorio se libró de la alarma al ver el cuerpo de Marsi sin cabeza. Al instante asoció este a los seres que golpeaban las ventanas, quienes también atacaban al cuerpo de la varmana. Ozzchreanos corrió al instante hacia ella y dejó el resto a cargo del interior.
Pero su carrera se vio alterada cuando de golpe dejó de ver y sentir el mundo. A consecuencia de este nuevo ataque, cayó e impactó dolorosamente contra el suelo. Si bien el golpe no había sido grave, el dolor intenso que le dejó en el codo y en la cabeza afectados y la total desorientación hicieron que entrara en pánico y empezara a rodar y a agitar las piernas sin parar mientras gritaba en busca de ayuda. Para empeorar aún más la situación, a los pocos segundos se iniciaron los dolorosos picoteos y arañazos.
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11/07/14, 09:51 pm
Dhelian deseo nunca hacer esa pregunta. Marsi quizo responderla y esas fueron sus ultimas palabras. Dhelian grito cundo la cabeza de Marsi cayo de su lugar, sin nada que al cortase, como si hubiesen destapado una botella y la cabeza fuese el tapón. Sus ojos se abrieron de par siguiendo el recorrido de la cabeza de la varmana sin poder aun procesarlo.

-¡MARSI!- grito muerto del espanto, ¿¡que acababa de pasar!? ¿Aquello era algún tipo de broma de mal gusto? Eso no podía ser parte de los cambios, ¡estaba sin cabeza! ¡La gente no puede vivir sin cabeza! Habia muerto de la forma mas estúpida que pudiese existir y ni siquiera sabían como. Dhelian apenas tuvo tiempo de levantarse e intentar correr hacia Mari pero dar un solo paso en dirección al cuerpo de la chica fue imposible. Era como si tuviese una losa encima que no le dejaba avanzar.

Dhelian se sintió aterrado cuando noto que intenta volverse se hacia cada vez mas pesado y eso dudaba que fuese cosa de la comida, no era natural"¿¡Que...que esta pasando!? No...puedo moverme" pensó asustado mirando nerviosamente alrededor en un intento mudo de pedir ayuda escuchando de fondo un aleteo acercándose que no lograba identificar. Apenas había conseguido dar dos pasos desde su posición, cuando todo rastro de movimiento se paro.

La aparición repentina de las estirges en medio del salón le pusieron nervioso y de poder moverse, ya habría intentado librarse de ellas. Pero no podía, ni siquiera un poco. Y las estirges atacaban. "¡Muévete cuerpo! ¡Que alguien me ayude!" rogó desesperado sin darse cuenta que ni siquiera estaba diciendo eso en voz alta y no pudiendo ver mas que un pequeño espacio de habitación, allí donde Ozzchreanos intentaba librarse de las estirges. Aquello se repetía......las estirges venían a hacer realidad su pesadilla de meses atrás y el, de nuevo, no podía evitarlo.

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