Torre Serpentaria (Archivo I)

Recuerdo del primer mensaje :

Sepalian Xila se dirigió a los allí congregados y esperó a que se hiciera el silencio.
-Esta es la Torre Serpentaria, una de las más antiguas torres de hechicería de nuestra ciudad. Acogerá a magos, brujos y criaturas con mucha magia -decía desde su máscara sin rasgos pero con raíces cruzadas por todas partes-. Los hechiceros somos pocos pero podemos hacer muchas más cosas que otros. La magia no es sólo un arma que usar en la batalla sino que también puede ayudar a crear y conservar. Y no sólo eso, pues también puede torcer y engañar, ocultar y revelar, y puede hacer cosas para las cuales no existen verbos que las describan. Yo os animo, nuevos ciudadanos, no sólo a que bebáis de las maravillosas fuentes del conocimiento mágico, sino también a que contribuyáis a este noble saber capaz de elevar a quien lo comprende. Dentro de esta torre encontraréis todo lo básico para iniciar vuestro camino por la senda de la magia y estableceros en la ciudad y colaborar en vuestras investigaciones y aprendizajes -a Sepalian le estaba gustando su discurso. Le agradaba la imagen de importancia que debía estar proyectando sobre los recién transformados.
-Este es un lugar serio de trabajo, así que rogaré a los curiosos que os abstengáis de entrar. Por eso también os daré la contraseña para sortear el hechizo de la puerta.
Con un gesto de la mano del brujo, pequeños papiros salieron de un bolsillo de su túnica para ir a manos de los allí presentes.
"Por la puerta trasera he de entrar", podía leerse en ellos.
-¡Memorizadlos! ¡Ya! -exigió Sepalian. Y al momento, cerró la mano en un movimiento enérgico que acompañó de una sílaba distorsionada. Los papiros ardieron con un fogonazo que los hizo desaparecer sin quemar las manos de los hechiceros.
-Sed bienvenidos a la Torre Serpentaria -concluyó.

El comentario de Ka me pilló un poco por sorpresa. Sabía cómo se las gastaba la libense, pero hasta ahora no se me había insinuado directamente “Bueno, lo hace con todos. Algún día me tenía que tocar”

-Intriga ¿Eh? Pues si tantas ganas tienes de averiguarlo ahí mismo hay un humano que parece estar deseándolo- Dije mientras señalaba al colorado Stefan -Eso o la luna también le ha convertido en camaleón porque menudo rojo que lleva. Espero que no explote-
No era una evasiva muy elaborada, pero no había podido pensar nada mejor.

-Arriba a la derecha. Vale, gracias- 
Había sido Shiz el que había respondido a su pregunta, Y agradecía también que no hubiera preguntado por qué los buscaba. Prefería guardarme esto para mí.

Estaba a punto de ir a buscarlos pero en ese momento estaba entrando RR por la puerta. Al igual que le pasó al foner, también tardé unos segundos en darme cuenta de a quién tenía delante. 
Curiosamente ya no sentía ganas de asesinarle. También era un poco estúpido. Tuve mi mejor oportunidad en la biblioteca, cuando estaba herido y envenenado. Si no lo había hecho entonces menos ahora. “Lástima. Todavía tenía alguna esperanza de que el veneno pudiera con él, pero mala hierba nunca muere. Tap es un ejemplo viviente de ese dicho”

-Lo que he venido a hacer aquí no es asunto tuyo. Ni de nadie de esta sala realmente. Y ahora si no os importa me marcho para hacer lo que vine a hacer. Hasta otra-
La presencia de RR me había puesto inmediatamente de mal humor, y ahora quería perderle de vista cuanto antes. No tardé nada en subir al piso de arriba y localizar el pasillo de la derecha. Había varias puertas, pero cuando me acerqué comprobé que de una de ellas me llegaba un ligero olor a sangre. No necesitaba saber más. Esa era la habitación que buscaba.
Llamé en cuanto la tuve delante. “Bueno. Aquí voy”

Habián pasado de ser unos pocos a terminar llenando el salón, mas tras la aparición de Pablo y Tap, que como aprecia ser habitual en el hizo un pequeños desastre en la ropa de Shiz y con pablo preguntando sobre los sendarios que al parecer habían en ese torreón como en el propio. No tenia idea de que iba a hablar con ellos, pero el hecho de que hubiese sendarios y RR en un mismo espacio daba mala espina, aunque por el momento Shiz no había dicho nada al respecto así que suponía que nada había ocurrido aun. Casi como si hubiese sido invocado RR apareció con sus acostumbradas palabras de bienvenida de a saber donde.

-Deberías empezar a modificar un poco mi sobrenombre, porque ahora puede ser amarillo, verde o lo que se me antoje, rojo ratonil -respondió en broma, viendo como las mencionadas ratas empezaban a corretear pos sobre su ropa y sobre la mesa buscando comida. Su atención se fue a las palabras de Karime en cuanto a lo de hacer una fiesta y que como siempre se encontraba insinuándose a todo el mundo con su descaro habitual, recordando que hacia apenas minutos Shizel también había dicho algo- El único sitio que conozco es una taberna y ahí obviamente hay que pagar y como dice K, no tenemos dinero, tampoco es que sea precisamente fácil conseguirlo...- respondió recordando las conversaciones con los cuchitrileros, viendo por el rabillo del ojo a Pablo subir con cierta actitud molesta tras hablar con RR, a la que no le presto mucha atención, al fin y al cabo casi todo el mundo se llevaba mal con el foner, a excepción de los propios macieleros. Su atención se paso alas ratas y al juego de Karime con una de ellas, observando a estas atentamente, tanteando con los dedos sobre la mesa mientras iba modificando sus dedos a los de unas pezuñas de rata, como mera distracción y practica.

-Siempre podríamos formar un grupo de entrenamiento, es una forma de fiesta, entrenamos y divertimos un rato con las metidas de pata del resto...así entrenamos y los come libros no os la pasáis entre libros-se encogió de hombros DL divertido sabiendo e sobra que el era uno de los que mas metida de patas tenia- Ademas, a mi personalmente, me ayudaría mucho que me fuerais diciendo pedidos de ves en cuando de personas o criaturas en las que transformarme, es una forma de entrenar y dar favores en caso de necesitarlo- añadió con un tono entre pícaro y divertido- Ya que me llamáis furcia, al menos hacer honor al nombre- bromeo al respecto sin hacerse realmente mucho problema con ese apodo que le pusiera desde que prácticamente llego a rocavarancolía.

Lejos de enfadarle, a Tap le hizo gracia la venganza del idrino. Simplemente se metió en el peluche para sacudirlo un poco y lo dejó tal cual. No podía responderle, pero Tap no sentía ninguna necesidad por limpiarlo. Así que simplemente dejó el fregadero para otras cosas más útiles de gigantes y continuó escuchando en busca de algún rescoldo en el que maltratar simpáticamente a otro de ellos. Sin embargo, el repoblador no contaba con la llegada de RR y su séquito de iguales. Solo su presencia lo hizo hervir, cosa que se manifestó en el temblor de varios cubiertos por los que fue saltando.

Sin embargo, la guinda a su cabreo la puso cuando lo llamó pedo etéreo. <<Nos intentó matar con fuego y ahora viene tan pancho y se ríe de nosotros>>. Tap podía tolerar muchísimas cosas de los gigantes, por muy repelentes que fueran como especie, pero no pensaba perdonar al follacardos que les lanzó la bomba. <<Tulipán de mierda...>>. Pasó casi inconscientemente del peluche a la daga que llevaba clavada en el relleno y la hizo levitar unos segundos. Aparentemente firme, en un intento vano de Tap por aplacar el cabreo, acabó lanzándose vertiginósamente contra una de las ratas, atravesándola por la espalda.

No la lanzó hacia el gigante porque no quería cargos de conciencia innecesarios y lo intuía capaz de esquivarla, pero amenazarle con la muerte de una de sus feas ratas no le pesaba tanto. La daga se desclavó de la alimaña y flotó de nuevo hasta el conejo, cuyo cuerpo utilizó para limpiar la sangre.

-Shiz tío, si no te gustaban las natillas me lo decías y te hacia otra cosa, pero desperdiciarlas de esa forma....- negué con la cabeza aparentando estar decepcionado, pero le dirigí una sonrisa por aquella forma de tratar a Tap, <<Que se joda, bien lleva tocando las narices media cosecha>>.

Pablo me dirigió una pulla y me pongo rojo de inmediato, más rojo todavía cuando siento todas las miradas clavadas en mi. <<Pablo esta me la pagas>>.

-N-no y-yo no t-t-tengo i-intenciones de...,- dije tartamudeando como bien pude,- yo... nunca he hecho eso con nadie y...- me paré más rojo que un tomate a mitad de la frase.

El pelirrojo se sentó a la mesa y unas cuantas ratas empezaron a salir de sus vestiduras y a corretear por la mesa, a K le parecía gracioso, a mi de mal gusto, agarré a la rata que estaba comiéndose los restos de mis natillas y la lancé cerca del brujo. La vergüenza que sentía se fue truncado en seriedad y mal humor, y el rojo desapareció de mis mejillas.

-RR, no me importa cocinar para ti y tus iguales, a pesar de que aun me debes una por lo del bombazo, pero no pienso consentir roedores en la cocina, me niego. Es del todo insalubre y antihigiénico, así que sácalas de aquí.- concluí con el mismo tono que usaba con las enredaderas al dar alguna orden.

Vi con horror como Tap mataba una de las ratas que andaban por la mesa, temiéndome la reacción del pelirrojo me moví hacia el fregadero en busca de agua. Tiré algunas de las semillas que llevaba en un bolsillo dentro y abrí el grifo. Sepalian me había comentado que solo el agua bastaba para hacerlas crecer, pero que la tierra era para que se sustentaran mas tiempo, decidí jugármelo a esa carta. Conjuré un escudo alrededor de Alder, por si acaso pasaba algo ella era la mas vulnerable de nosotros, y no quería que le pasara nada. Me negaba a que hubiese mas muertes de compañeros o conocidos.

Tal vez no hubiera sido el mejor momento para aparecer por allí. Lo supe en cuanto escuché los gritos, y por si no fuera una prueba lo bastante consistente, la mirada de hostilidad del nublino sirvió para confirmarlo. 
No fue difícil averiguar quién de los tres era la vampira. También me fije en que los otros dos estaban pálidos, más de lo que deberían. “¿Se habrá alimentado de ellos? ¿O quizás estén haciendo de donantes?”
La facilidad con la que me reconoció como un semejante me pilló de sorpresa, incluso si mi aspecto me delataba. No tanto porque lo hubiera hecho, sino más bien por el “cómo”. Era cierto que nunca había sentido ningunas ganas de alimentarme de Jack, pero nunca me había parado a pensar en ello. Además normalmente o estaba ya saciado o había más presas cerca. “De modo que los vampiros no sienten sed hacia los de su misma especie” Tomé nota de la información y la archivé para luego.

“Claro que quiero” Pensé inmediatamente cuando me hizo esa pregunta. Como estaba saciado podía controlarme sin demasiados problemas, pero las ganas seguían ahí.
Naturalmente no iba a decir eso. Ya estaban las cosas demasiado tensas como para empeorarlas. Tendría que cuidar mis palabras.

-Porque estoy saciado. No tiene más. Y responderé a lo último también. No, no huelen nada. O al menos no deberían. Recuerda que sus transformaciones no son las mismas que las nuestras-
Eché un vistazo a las ataduras, preguntándome si tendrían algún hechizo, o si simplemente la vampira no había aprendido a transformarse aun.

RR en un principio se sintió excitado e incómodamente nervioso ante los comentarios de Karime, y seguidamente molesto por el tono de Stefan, que para colmo tenía la osadía de sugerir que sus ratas eran antihigiénicas. Iba a dedicarle algún comentario ácido sobre dónde podía guardarse ese tono imperativo cuando, con horror, contempló el brutal asesinato perpetrado por el antiguo insecto. Tardó unas milésimas de segundo en convertir todo esa nausea en puro odio candente ante la repulsiva escena del cuchillo limpiándose en el peluche.

No lo dudó. Sabía cual era el hechizo. Lo conocía desde antes incluso de tener la magia necesaria para ejecutarlo. Los gestos, los pases de manos, brotaron de él con la naturalidad nacida de la más potente de las rabias homicidas.

-Nadie toca a mis ratas.

Tras aquello, finalizó el sortilegio de explosión, apuntando al patético muñeco y a su absurda arma. Los reduciría a cenizas dispersas. Aquel ser inmundo debía simplemente desaparecer entre llamas tras ser despedazado por la honda expansiva. Sólo sentía que aquel inmundo aborto no pudiera sangrar para hacer más ameno el espectáculo.

"Lo sabía, es que lo sabía." Desde el mismo momento en que RR había puesto un pie en la estancia la situación había adoptado el cariz de una mecha jugueteando cerca de una llama. Shizel vio el desenlace que tomaría forma en cuanto Tap se repusiera de la explosión con la misma claridad de una fotografía, y aquello le llenó la mente de fría cólera. Estaba harto de peleas, harto de amenazas y harto de gente que simplemente no sabía tener la fiesta en paz. Llevaba toda la criba viendo lo mismo, y ahora que por fin podían dejar todo ese bagaje atrás la gente insistía en arrastrarlo consigo.

Rápidamente trazó unos acordes en el aire que finalizaron con un golpe con el puño en la mesa de la cocina, en parte porque coincidía con el movimiento final y en parte porque le apetecía darlo. A partir del punto donde impactó su mano se extendió una corriente invisible que aquellos con un mínimo de intuición mágica fueron capaces de percibir y que se extendió a toda la cocina.
Shizel acababa de trazar una barrera de inercia. Si alguno de los presentes hubiese intentado despegar los dos pies del suelo de alguna manera se habría visto incapaz, y lo mismo sucedía con todos los objetos que entrasen en el campo que había delimitado. Tap no sería capaz de empuñar ningún objeto y se vería limitado a arrastrarlos, reduciendo notablemente su margen de peligrosidad. Y RR podía dar mucha guerra, pero Shizel se veía perfectamente capaz de acabar tumbándolo con un hechizo de parálisis. Haber sido el principal encargado de la magia de Maciel tenía sus ventajas, y una de ellas era tener más ases en la manga mientras el resto se ponía al día tras la luna.

Su cuerpo había actuado instintivamente en respuesta a su actitud tensa, y la capa de hielo que ahora empezaba a resultarle familiar le recubrió por completo. Aunque aún no le cogiese el tranquillo Shizel sabía que era una ventaja para él, así que no hizo esfuerzo alguno por detener el proceso.

-Basta- siseó aún sin levantarse de la mesa-. Ya he tenido bastante de toda esta mierda este último año, y creía que vosotros también. Pero si insistís en mataros, os invito a que cojáis la puerta y os larguéis. Los dos- les dirigió una mirada gélida a ambos (o al menos en la dirección aproximada en la que suponía que estaba Tap) para dejarles patente que él no tenía problema alguno en echarlos a patadas a base de magia si se daba el caso. Confiaba en que no fuese necesario-. Lo siento por la rata y también por el peluche, pero lo voy a sentir más por vosotros como no seáis capaces de resolver esto por las buenas.
"No me puedo creer que me estéis obligando a hacer esto." No le gustaba amenazar de esa forma. Le sonaba burdo y de mal gusto, pero sospechaba que palabras más suaves no harían más que entrarles por un oído y salirles por otro.

Hice lo posible para no mostrar reacción alguna, pero el hecho de que los otros dos se marcharan me tranquilizó muchísimo. Ahora podría hablar con más libertad.

No sabía si alegrarme o preocuparme. Parecía que a la daeliciana  no le gustaban sus nuevos apetitos, pero la forma con la que se lo estaba tomando podía ser peligrosa.
-Tan tranquilo…- El comentario… a pesar de que tendría que haberme puesto furioso, por alguna relación me divertía. De hecho esta vez sonreí sin disimular nada. –Tranquilo lo estoy ahora. No creas que esto es así siempre- Mi expresión cambió a una mucho más furiosa de repente -Pero claro, tú aun no has matado a nadie ¿Verdad?-  
Esa última frase sin sentido la había soltado de repente en un arrebato de mala leche. Por alguna razón no acababa de aclararme sobre cómo reaccionar ante el comportamiento de la vampira. Por un lado me divertía que creyera que para mí todo era fácil, y eso mismo a la vez me podía furioso. Furioso porque pensara que para mí todo había sido coser y cantar. Había tenido ayuda si, pero eso no solucionaba todos mis problemas ni mucho menos.

-No llevo la cuenta- Recuperé una expresión neutra. No era un buen momento para descontrolarme -pero si hasta ahora te han estado alimentando con donaciones, desde luego eso no basta. Sobre lo otro: Ya no vivo con la mayoría de los de mi torreón. Y los demás no me consideran una amenaza. Tienen compañeros mucho más peligrosos que yo, ya deberíais saberlo. Los sufristeis-

Medité unos segundos lo que estaba a punto de hacer, y tras asentir internamente me acerqué a la cama donde se encontraba. Examiné las ataduras un momento y, por último, desaté las que le aprisionaban los brazos. Luego saqué la petaca e hice ademán de ofrecérsela, pero por un instante la retiré de nuevo. 
Dentro de mí, mis instintos se negaban a ceder gratuitamente alimento a otra persona, algo que, por la mirada que le dediqué a la petaca, debió de notarse claramente. Sin embargo estaba saciado, y por lo tanto la balanza se encontraba inclinada a favor de la razón. Mi mente ganaba, por ahora.

Se la tendí definitivamente.  –Toma. Que te aproveche–

Tap intuyó que pasaría algo parecido a lo que acabó ocurriendo y fue eso lo que le salvó de la explosión. Había conseguido abandonar la daga antes de que RR finalizara el hechizo y pudo ver desde su segura intangibilidad como el peluche acababa carbonizado y la daga ennegrecida. Ninguna de las dos perdidas le molestó demasiado. Sin embargo, tal y como estaba Tap ahora, tanto daba. <<No podía ser de otra manera. Explosiones. Pirómano follacardos...>>. Estaba claro que RR había entendido la amenaza, pero no había elegido la respuesta correcta. Ahora, si quería guerra, la tendría.

Tap se coló en la mesa y trató de hacerla levitar. No pesaba mucho como para no alzarse, pero un manotazo del Malcafé la acabó de plantar en el suelo irremediablemente. <<Estúpido amargado>> estaba claro que había hecho algo. El repoblador averiguó (o intuyó) enseguida lo que era, pasando por todos los cubiertos sobre la mesa hasta que se tuvo que rendir, incapaz de alzar ninguno. "Bajó" de un plato a la mesa y al salir de esta, sintió como el suelo tiraba de él. Entonces fue consciente de que le costaba moverse con normalidad y desistió. Se sentó en el suelo y puso a parir mentalmente a todos. Incluso a los que no les iba ni les venía lo que ocurría, como Alder o Bultos, que justo en esos momentos mostraba lo que había sido de ella con la luna. <<Me da la razón, los gigantes no son más que animales>>. Y continuó con su retahíla mental.

Algo más calmado, aunque fuera más bien por pura fuerza que por otra cosa, Tap decidió que no se movería el sitio hasta que el hechizo acabase. <<Ya tendré tiempo de matar a las ratas y al Tulipán que las trae al mundo más adelante>>. Lo más gracioso era que, cuando lo hiciera, no estaría contrariando al gigante rojo. <<Como si yo pudiera tocar las ratas>> e interiormente, se mofó de lo absurdo que era advertirle eso a un poltergeist.

Si alguien intentara asomarse en ese momento bajo la mesa, Tap aprovecharía para concentrar sus fuerzas y hacerse visible lo suficiente para que les llegara el corte de mangas que pensaba dedicarles.

A pesar de no tener sed, ver a alguien alimentarse de sangre con esa voracidad no me hizo perder el control por muy poco. Tuve que recurrir a cada fibra de voluntad que tenía para permanecer donde estaba y no arrancarle la petaca para bebérmela yo.

Por fin terminó y pude relajarme un poco, pero la pregunta me puso en tensión de nuevo. Era una pregunta de lo más normal, pero había estado tan centrado en mí y mis problemas que no se me ocurrió que tuviera que responderla. “Oh nada, nada. Solo quería sentirme mejor viendo a alguien sufrir de la misma forma en que lo hago yo, nada más. Genial ¿Y ahora que contesto?”


Hice ademán de morderme el labio, pero con los colmillos podía agujereármelo si lo hacía, así que paré a medio camino. Luego hablé.
-Realmente no vine por nada particular. Simplemente me enteré de que había otro vampiro y quería verlo. Y de paso saber si era yo el único que tenía problemas con la transformación. He conocido a más, pero todos se tomaban  lo de la sed tan bien que…- Me callé un momento. No me sentía cómodo hablando de esto, pero tampoco tenía sentido mentir a estas alturas. –Por lo menos gracias a eso he conseguido sangre-

El ambiente estaba realmente tenso, era obvio que ciertos personajes eran incapaces de estar en un mismo espacio sin liarla. Primero Stefan diciendo aquello de las ratas que aunque comprensible, no resultaba muy buena bienvenida la convivencia. Para rematar la repentina matanza de la rata por la daga que era Tap, fue el desastre máximo, partes de la sangre salpico a DL que era el que mas cerca estaba y que ya vio venir un enorme desastre, que no tardo en ocurrir. La respuesta de RR fue inmediata y comprensible, lanzandole un hechizo explosivo al peluche quemandolo, no es que algo así fuese a dañar a un poltergesit pero ero una forma de desquitarse. El primero en reaccionar fue Shiz lanzando un hechizo desconocido para DL pero que impidió que Tap pudiera levantar su arma para causar mas estragos.

-¿Es que no hay ni una puñetera forma de que nos juntemos a hablar sin que haya, matanzas, ataques o explosiones? - pregunto un poco harto de todo eso, las acciones de Tap no había sido correctas, seguramente sus motivos tendría y no lo iba a negar, pero si todos se ponían en ese plan de vengarse de tal persona por tal suceso, no iban a avanzar en la vida. Ademas que no veía el motivo de atacar a un pobre animal en vez de a RR, que era contra quien tenia algo- Sera mejor que nos vayamos, Shiz tiene razón esto resulta cansador y un fastidio sino hay forma de que os comportéis civilizadamente sin lanzaros los trastos a la cabeza. Y va por ti Tap que fuiste el primero en atacar en esta ocasión, venimos de visita no para atacar a los que viven aquí...si tienes algún problema con alguien solucionarlo con el sin perjudicar al resto y a ser posible, en la calle- se quejo suspirando, bastante fastidiado limpiándose la sangre de la rata que le había salpicado, esperaba no contagiarse de ninguna enfermedad extraña por eso. A un lado Karime había reaccionado de forma busca semi tranformandose en loba ya precia dispuesta a atacar, por suerte Alder intervino para calmarla sino habría habido una buena carnicería allí en medio, DL suspiro- Vayámonos mejor, mañana si eso quedamos, cuando vayáis a salir o a entrenar avisadme- les dijo a Shizel y a Enredo mirando a la loba y sin saber donde estaba Tap- Tap, no se donde estas o si quieres quedarte pero nosotros nos vamos, llamare a Pablo para ver si viene con nosotros o se queda-añadió levantándose de la silla y con cierta torpeza se acerco a las escaleras llamando al vampiro- Pablo, nosotros nos vamos ya, por si te vienes- tras decir aquello se alejo de las escaleras para ir por Karime que parecía mas tranquila, al menos en cuanto a transformación se refería y esperando que Tap decidiera también volver con ellos y no quedarse allí. Se despidió de los serpentarios dispuesto a salir de allí antes de que la cosa pudiese caldearse de nuevo.

Sigue en la Sede de los Taumaturgos.

RR observó la escena, aún impotente, comprendiendo la jugada que había realizado Shizel para detenernos. Sin muchas más opciones, se limitó a acariciar el ensangrentado pelaje del pequeño roedor exangüe, en cuyo rededor se habían congregado otros compañeros suyos que olisqueaban acongojados a su congénere mientras lanzaban lastimeros chillidos.

-Yo aquí no tengo culpa de nada, maldita sea.- dijo RR con voz quebrada por el evidente dolor.- Es culpa de ese bicho de mierda. ¿Qué cojones tenías contra esta pobre criatura, valiente? No te había hecho nada. Lloras muy fácilmente por las plantas y los rastrojos, mal nacido, pero poco dudas en matar a sangre fría a un animal indefenso. ¡TENÍA FAMILIA, HIJO DE PUTA, FAMILIA!: ¡QUINCE HIJOS Y SIETE HIJAS, UNA MUJER Y SU ANTIGUA PAREJA A LA QUE TENÍA QUE PASAR UNA PENSIÓN! Puto cobarde…

Sin mucho más que decir, se llevó con cuidado el cuerpo de su hermana herida al bolsillo con cuidado reverencial, mientras el resto comenzaba a trepar por su cuerpo con aires funestos, para luego retirarse con paso lento.

-Haced lo que queráis, yo tengo que ir a oficiar un funeral… Que venga quien quiera.

Sin decir mucho más, se echó la mochila con sus bártulos y sus libros al hombro, para luego salir tranquilamente por la puerta de la torre.

Sigue en el Cementerio.

Las cosas se encendieron rápido, pasaron de las bromas sexuales a Tap jugando a ser cocinitas con las ratas de RR. Alder se quedó congelada en el sitio los primeros segundos, observando la escalada de violencia surrealista, y la transformación de su mejor amiga a un bicho peludo y peligroso. No había llegado a procesar el momento en que K hablaba de ser una loba. Se repuso en cuanto pudo, haciendo uso del mismo mecanismo que llevaba usando casi un año: dejaba de cuestionarlo. Daba igual si era surrealista . Era, punto.
- K! Abajo! es suficiente- dijo señalando el suelo. La loba dejo de mostrar los dientes, quien sabe si por que la entendía o porque la había despistado. Alder posó la mano detrás de sus orejas, con una breve caricia.- esta controlado, no pierdas la cabeza.

Y funcionó. Alder ignoró la conversación posterior a aquello. Desde el melodrama del pelirrojo por sus animales, a lo que DL tuviera que decirle a tap o viceversa. Había tenido mucho de aquello en Letargo, y entre eso y la luna la tenían harta. Se quedó acariciando la cabeza de K, olvidando casi que era la de su amiga. Hubo un momento en que lo hacia más por relajarse ella que por calmar a Karime.
Su despedida para los visitantes fue distraída y poco entusiasta.