- LEC
- Status : I'm a panda.
Humor : A fregar
Personajes :
● Kaethe/Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista humana, canadiense (1.53).
● Amira : Valkyria humana, francesa (1.63).
● Kalna : libense, del Imperio (1.78).
Armas :
● Kaethe/Sobras: Daga, fuerza bruta.
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira: rabia, espada corta.
● Kalna : desprecio.
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.
Que elegancia la de Francia
19/03/23, 06:50 pm
Amira cerró el libro con frustración. Había estado buscando durante meses toda la información posible sobre su transformación, pero lo enrevesado que estaba todo escrito era insufrible. Seguía sin entender como funcionaba aquello de la resistencia a la magia, o si lo podía usar a voluntad o no, y en general el lenguaje super literario que usaban todos aquellos autores la hacía querer gritarles a través del tiempo que podían haberlo puesto un poco más sencillo. Daba gracias de no tener magia, porque si los libros de hechizos eran así no iba a poder hacer ni lo más básico.
Se levantó de la silla y estiró la espalda. Casi que lo único que podía hacer con su transformación en aquellos momentos, al menos que se le ocurriera a ella, era entrenar su físico. La mejora en casi todo era notable, aunque la facilidad con la que hacía cosas que antes le eran imposibles le seguía sorprendiendo. Se dirigió a la sala de entrenamiento, deseando poder entrenar un rato, pero se quedó en la puerta al ver que estaba ocupada.
Dentro estaba una chica de su criba, del otro torreón. Creía recordar que se llamaba Fleur, pero no estaba segura del nombre. Bailaba algo que podía ser ballet, y era tan grácil y bonita que se quedó ahí, en silencio. No quería molestar, y no supo cuándo hacer visible su presencia. Verla era casi hipnótico, con aquellos movimientos fluidos y elegantes.
—Uh…eh…Hola —decidió saludar, nerviosa por interrumpir —. Es… es muy bonito. ¿Qué es, ballet?
«Idiota», se castigó mentalmente, pensado que debía de haber quedado como una tonta con aquella intervención.
Se levantó de la silla y estiró la espalda. Casi que lo único que podía hacer con su transformación en aquellos momentos, al menos que se le ocurriera a ella, era entrenar su físico. La mejora en casi todo era notable, aunque la facilidad con la que hacía cosas que antes le eran imposibles le seguía sorprendiendo. Se dirigió a la sala de entrenamiento, deseando poder entrenar un rato, pero se quedó en la puerta al ver que estaba ocupada.
Dentro estaba una chica de su criba, del otro torreón. Creía recordar que se llamaba Fleur, pero no estaba segura del nombre. Bailaba algo que podía ser ballet, y era tan grácil y bonita que se quedó ahí, en silencio. No quería molestar, y no supo cuándo hacer visible su presencia. Verla era casi hipnótico, con aquellos movimientos fluidos y elegantes.
—Uh…eh…Hola —decidió saludar, nerviosa por interrumpir —. Es… es muy bonito. ¿Qué es, ballet?
«Idiota», se castigó mentalmente, pensado que debía de haber quedado como una tonta con aquella intervención.
Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
Re: Que elegancia la de Francia
22/03/23, 11:58 am
La joven siwani contaba con la privacidad de una habitación para ella sola ahora que residía en la Torre Serpentaria, pero sus dimensiones eran reducidas, y si quería retomar sus costumbres debía de buscar un lugar amplio. La sala de entrenamiento era una buena opción aunque casi siempre se encontraba llena. Aquel día, en cambio, no había ni un alma.
Fleur se recogió el cabello en un moño tras su corona de plumas. Iba ataviada con una camiseta negra de tirantes que contrastaba con su piel pálida y debajo portaba un pantalón corto y muy pegado con una textura similar al de una malla. Para rematar habría bastado con unas zapatillas de ballet, pero era un accesorio complejo de encontrar y tuvo que conformarse con hacerlo casi descalza, usando unos calcetines grisáceos y muy finos.
Sus primeros pasos fueron pausados y respetuosos, cargados de temor como si su cuerpo fuera a quebrarse de un momento a otro pues hacía mucho tiempo que no practicaba lo que más le apasionaba en el mundo, la danza. La última vez que bailó fue para Maila, en el cobijo que la azotea les ofrecía. Pero ahora las cosas eran diferentes.
La francesa comenzó con un ritmo lento y prodigioso, sus vueltas y giros narraban tragedia y dolor, y su expresión se convirtió en una máscara de porcelana que encarnaba a la protagonista de un mal presagio. Para entrar en detalle, canturreó en voz baja una de sus canciones favoritas de la academia, con esa obra ascendió varios puestos en prestigio. A pesar de todo, sus habilidades no tenían comparación con las de ahora pues gozaba de una flexibilidad exquisita y casi inhumana. Puede que su transformación la hubiera dotado de dones insospechados.
Su equilibrio se mantuvo apoyada de puntillas en una sola pierna, mientras que la otra la alzaba hacia atrás acompañando a su cuello estilizado y coronando la posición dinámica con sus muñecas realizando florituras invisibles en el aire. Justo en ese momento una voz sonó a su espalda y casi tropezó del susto. Se dio la vuelta, con las mejillas tiznadas de un rojo vergonzoso.
—Eh... hola... ¡Amira! —saludó tímida y sintiendo como un calor familiar aumentaba desde su nuca. Una vez reconocida su presencia lo cierto es que prefirió que fuera ella antes que cualquier veterano, al menos se conocían un poco. Aunque nunca tuvo la oportunidad de hablar mucho con ella. Fleur se sintió un poco intimidada por su constitución fuerte tan diferente a la suya. En casi todos los aspectos eran todo lo contrario a la otra—. Gracias —susurró, halagada—. ¡Sí, es ballet! Perdona, si quieres usar la sala puedo hacerme a un lado o volver otro día, no es molestia —se sintió algo tonta, seguro que Amira tenía muchas cosas que hacer más importantes que las suyas.
Fleur se recogió el cabello en un moño tras su corona de plumas. Iba ataviada con una camiseta negra de tirantes que contrastaba con su piel pálida y debajo portaba un pantalón corto y muy pegado con una textura similar al de una malla. Para rematar habría bastado con unas zapatillas de ballet, pero era un accesorio complejo de encontrar y tuvo que conformarse con hacerlo casi descalza, usando unos calcetines grisáceos y muy finos.
Sus primeros pasos fueron pausados y respetuosos, cargados de temor como si su cuerpo fuera a quebrarse de un momento a otro pues hacía mucho tiempo que no practicaba lo que más le apasionaba en el mundo, la danza. La última vez que bailó fue para Maila, en el cobijo que la azotea les ofrecía. Pero ahora las cosas eran diferentes.
La francesa comenzó con un ritmo lento y prodigioso, sus vueltas y giros narraban tragedia y dolor, y su expresión se convirtió en una máscara de porcelana que encarnaba a la protagonista de un mal presagio. Para entrar en detalle, canturreó en voz baja una de sus canciones favoritas de la academia, con esa obra ascendió varios puestos en prestigio. A pesar de todo, sus habilidades no tenían comparación con las de ahora pues gozaba de una flexibilidad exquisita y casi inhumana. Puede que su transformación la hubiera dotado de dones insospechados.
Su equilibrio se mantuvo apoyada de puntillas en una sola pierna, mientras que la otra la alzaba hacia atrás acompañando a su cuello estilizado y coronando la posición dinámica con sus muñecas realizando florituras invisibles en el aire. Justo en ese momento una voz sonó a su espalda y casi tropezó del susto. Se dio la vuelta, con las mejillas tiznadas de un rojo vergonzoso.
—Eh... hola... ¡Amira! —saludó tímida y sintiendo como un calor familiar aumentaba desde su nuca. Una vez reconocida su presencia lo cierto es que prefirió que fuera ella antes que cualquier veterano, al menos se conocían un poco. Aunque nunca tuvo la oportunidad de hablar mucho con ella. Fleur se sintió un poco intimidada por su constitución fuerte tan diferente a la suya. En casi todos los aspectos eran todo lo contrario a la otra—. Gracias —susurró, halagada—. ¡Sí, es ballet! Perdona, si quieres usar la sala puedo hacerme a un lado o volver otro día, no es molestia —se sintió algo tonta, seguro que Amira tenía muchas cosas que hacer más importantes que las suyas.
"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."
"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."
"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
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Humor : A fregar
Personajes :
● Kaethe/Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista humana, canadiense (1.53).
● Amira : Valkyria humana, francesa (1.63).
● Kalna : libense, del Imperio (1.78).
Armas :
● Kaethe/Sobras: Daga, fuerza bruta.
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira: rabia, espada corta.
● Kalna : desprecio.
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.
Re: Que elegancia la de Francia
24/03/23, 07:19 pm
Era hipnótico verla. No sabía exactamente cual era su transformación, pero era tan delicada en físico y también bailado que a su lado Amira se sentía un tanque, hecha para ser fuerte y aguantar pero no para ser bonita. Desde luego la Luna les había dado aspectos muy contrarios, y tenía cierta gracia verlo tan de cerca. Sobre todo porque ambas tenían plumas, aunque las de su compañera fueran de un inmaculado blanco y las de ella rojas.
Desde luego la había interrumpido, y se estaba sintiendo muy mal de que la pobre quisiera irse: había llegado primero, y tenía tanto derecho a usarla como cualquier otro habitante de la ciudad
—¡No, para nada! —se apresuró a decir, entre gestos de disculpa—Solo estaba aburrida y no sabía qué hacer, pero… ¿me puedo quedar a verte?
Le gustaban los musicales y había ido al teatro alguna que otra vez, pero nunca había visto ballet porque lo había considerado “aburrido”, pero era tan bonito que podría sentarse allí y ver a Fleur durante horas.
—¿Cómo lo haces para aguantarte solo de puntillas? Tiene pinta de ser muy difícil —tenía mucha curiosidad, y seguro que estaba quedando como una ignorante, pero le daba igual. Era maravilloso ver a su compañera, y quería que fuera consciente de que le interesaba de verdad y no era solo fachada por haberla interrumpido.
Desde luego la había interrumpido, y se estaba sintiendo muy mal de que la pobre quisiera irse: había llegado primero, y tenía tanto derecho a usarla como cualquier otro habitante de la ciudad
—¡No, para nada! —se apresuró a decir, entre gestos de disculpa—Solo estaba aburrida y no sabía qué hacer, pero… ¿me puedo quedar a verte?
Le gustaban los musicales y había ido al teatro alguna que otra vez, pero nunca había visto ballet porque lo había considerado “aburrido”, pero era tan bonito que podría sentarse allí y ver a Fleur durante horas.
—¿Cómo lo haces para aguantarte solo de puntillas? Tiene pinta de ser muy difícil —tenía mucha curiosidad, y seguro que estaba quedando como una ignorante, pero le daba igual. Era maravilloso ver a su compañera, y quería que fuera consciente de que le interesaba de verdad y no era solo fachada por haberla interrumpido.
Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
Re: Que elegancia la de Francia
Hoy a las 01:00 pm
Amira parecía bastante apurada por haberla interrumpido y Fleur no pudo hacer otra cosa que sonreír nerviosa, entendiendo que podría pensar que la estaba molestando. Lo que la había pillado más por sorpresa fue que no se esperaba que nadie llegara por la espalda a sentir vergüenza porque alguien la viera practicar. Además, parecía interesada de verdad.
—¡No te preocupes! —dijo, mientras el rubor inicial y el calor repentino desaparecieron de forma súbita, se encontraba mucho más relajada ahora—. Claro que puedes… aunque espero no aburrirte —sabía que el ballet no era de buen gusto para todos y sin música que la acompañara podía ser monótono observar. Aunque en el fondo tener un espectador le halagaba y recordaba que a mucha gente le gustaba verla danzar.
—¡Es una técnica que nos enseñaban mucho en la Academia de Lyon, donde nací! Al principio son ejercicios muy básicos, tenía que alzarme con las dos puntas sobre los pies pero siempre ayudada de una barra. Una vez se consigue la fuerza suficiente en los músculos del pie y la pantorrilla es cuando das paso a las zapatillas adecuadas. Pero aquí en la ciudad no encuentro un calzado a la altura.
Para demostrar lo que decía realizó un giro sobre sí misma y un pequeño salto con las piernas extendidas hacia los lados, luego cayó de puntillas, aunque se tambaleó un poco. Fleur puso una mueca de desagrado ante el fallo.
—Lo más difícil es aterrizar sobre los dedos y mantener el equilibrio tras una acrobacia. Pero si tienes fuerza no debería de haber muchos problemas —se quedó mirando un instante a la otra chica y luego sonrió con dulzura—. ¿Quieres probar?
—¡No te preocupes! —dijo, mientras el rubor inicial y el calor repentino desaparecieron de forma súbita, se encontraba mucho más relajada ahora—. Claro que puedes… aunque espero no aburrirte —sabía que el ballet no era de buen gusto para todos y sin música que la acompañara podía ser monótono observar. Aunque en el fondo tener un espectador le halagaba y recordaba que a mucha gente le gustaba verla danzar.
—¡Es una técnica que nos enseñaban mucho en la Academia de Lyon, donde nací! Al principio son ejercicios muy básicos, tenía que alzarme con las dos puntas sobre los pies pero siempre ayudada de una barra. Una vez se consigue la fuerza suficiente en los músculos del pie y la pantorrilla es cuando das paso a las zapatillas adecuadas. Pero aquí en la ciudad no encuentro un calzado a la altura.
Para demostrar lo que decía realizó un giro sobre sí misma y un pequeño salto con las piernas extendidas hacia los lados, luego cayó de puntillas, aunque se tambaleó un poco. Fleur puso una mueca de desagrado ante el fallo.
—Lo más difícil es aterrizar sobre los dedos y mantener el equilibrio tras una acrobacia. Pero si tienes fuerza no debería de haber muchos problemas —se quedó mirando un instante a la otra chica y luego sonrió con dulzura—. ¿Quieres probar?
"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
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