- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Status : Prrrr prrrrr
Niños pijos
19/09/23, 01:25 pm
Al destensar y bajar el arco se dió cuenta de lo mucho que le dolían los brazos hoy. Como quien no tiene nada mejor que hacer -lo que era el caso, por desgracia- Nohlem había dedicado mucho más tiempo practicando puntería de lo que habría echado nunca en Varmania. Era de las pocas cosas que podía hacer tan solo como acompañado y se sentía bien cada vez que el tiro iba como quería, así que... a abusar de esa serotonina. Su objetivo era una de las tantas sillas viejas del torreón, una coja y rota que nadie usaba, que tras toda una semana de flechazos presentaba tantas muescas en el respaldo que bastaba mirarla para clavarse una astilla. Mejor era eso que mellar las puntas de flecha contra la roca dura de la fortaleza, fueran a quedarse sin el día que hicieran verdadera falta.
El varmano se echó el arco al hombro y se acercó al pobre "maniquí", tirando de la flecha en el centro del respaldo para recuperarla. Sacarla le raspó las manos, y al abrirla para comprobar su palma bajo el ástil, se fijó en que se le estaba formando callo en la punta de los dedos índice y corazón. Sus orejas cayeron con aversión. Que horror. Sus manos eran su principal herramienta y que presentaran alguna que otra herida menor no era ninguna excepcionalidad, pero ahora estaban agrietadas, secas y duras. Más pordioseras que nunca a los ojos exagerados de alguien que las ha tenido siempre como la seda.
No tendría ninguna crema como las que usaban en su casa, pero a lo mejor si se untaba melocotones...
Ensimismado en sus pensamientos y mirándose las manos -o inspeccionando la flecha según se mirase- el varmano no oyó a Kalna acercarse.
El varmano se echó el arco al hombro y se acercó al pobre "maniquí", tirando de la flecha en el centro del respaldo para recuperarla. Sacarla le raspó las manos, y al abrirla para comprobar su palma bajo el ástil, se fijó en que se le estaba formando callo en la punta de los dedos índice y corazón. Sus orejas cayeron con aversión. Que horror. Sus manos eran su principal herramienta y que presentaran alguna que otra herida menor no era ninguna excepcionalidad, pero ahora estaban agrietadas, secas y duras. Más pordioseras que nunca a los ojos exagerados de alguien que las ha tenido siempre como la seda.
No tendría ninguna crema como las que usaban en su casa, pero a lo mejor si se untaba melocotones...
Ensimismado en sus pensamientos y mirándose las manos -o inspeccionando la flecha según se mirase- el varmano no oyó a Kalna acercarse.
- ♪♫♬:
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.
Personajes :
● Dama Puente: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Heridas/enfermedades : Índice derecho roto. Cortes en la cara y el cuello. Heridas en las piernas
Armas :
● Dama Puente: Magia.
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta.
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda
● Nefer : Lanza, venenos
Status : She, queen of the kings
Humor : A fregar
Re: Niños pijos
20/09/23, 10:21 am
Los días eran una condena de aburrimiento. Sin sus amigas, sin tiendas a las que ir, sin poder ir a cafeterías bonitas; ni siquiera podía permitirse pasear por la ciudad, porque lejos de estar en Libo estaba en un sitio que se había probado peligroso de sobra. Y entrenar sola estaba bien para un rato, incluso darle clase al resto. Pero ninguno podía seguir el ritmo que estaba acostumbrada a llevar, por lo que normalmente en el día le sobraban horas en las que no había nada que hacer. Tal vez era la primera vez en su vida que experimentaba tal aburrimiento.
Al menos parecía que la tensión había ido bajando poco a poco, y había ido hablando más con la gente. No eran Lah ni Karina, pero eran sus compañeros en aquel sitio y tenía que hacer el esfuerzo de socializar con ellos. Sí que había alguien allí con el que podía haberse llevado bien incluso en Libo, pero Nohlem era de los que había mantenido ese silencio y había preferido darle algo de espacio. Había ido hablando algo más con él a lo largo de la semana, pero quería mantener una conversación más larga. No había olvidado su ropa, ni sus joyas, y es que ver a alguien que vistiera bien y llevase oro había sido toda una novedad en Rocavarancolia.
Había ignorado sus clases de arco porque aunque sabía tirar, su puntería era penosa, y ya tenían bastante gente que iba a usar arco como para que mereciera la pena volver a intentar aprender. A veces, si no había nada más que hacer, como ese día, le miraba tirar un rato, y es que le recordaba a Velia haciendo lo mismo. Dejó pasar unos segundos tras el tiro antes de acercarse a él.
—Se te da muy bien. ¿Llevas mucho practicando? —el halago era sincero, y la pregunta solo una manera de iniciar la conversación.
Al menos parecía que la tensión había ido bajando poco a poco, y había ido hablando más con la gente. No eran Lah ni Karina, pero eran sus compañeros en aquel sitio y tenía que hacer el esfuerzo de socializar con ellos. Sí que había alguien allí con el que podía haberse llevado bien incluso en Libo, pero Nohlem era de los que había mantenido ese silencio y había preferido darle algo de espacio. Había ido hablando algo más con él a lo largo de la semana, pero quería mantener una conversación más larga. No había olvidado su ropa, ni sus joyas, y es que ver a alguien que vistiera bien y llevase oro había sido toda una novedad en Rocavarancolia.
Había ignorado sus clases de arco porque aunque sabía tirar, su puntería era penosa, y ya tenían bastante gente que iba a usar arco como para que mereciera la pena volver a intentar aprender. A veces, si no había nada más que hacer, como ese día, le miraba tirar un rato, y es que le recordaba a Velia haciendo lo mismo. Dejó pasar unos segundos tras el tiro antes de acercarse a él.
—Se te da muy bien. ¿Llevas mucho practicando? —el halago era sincero, y la pregunta solo una manera de iniciar la conversación.
Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Status : Prrrr prrrrr
Re: Niños pijos
21/09/23, 03:58 pm
La vio por el rabillo del ojo, después de que una de sus orejas se inclinase hacia la fuente del sonido producido por sus pasos. La mezcla de la sorpresa y el cumplido oscureció sutilmente sus mejillas, un calor al que hasta hace poco acostumbraba. Le dedicó a la más alta su mejor sonrisa, una en la que residía un sentimiento genuino.
—Que me lo digas tú es todo un honor.
No mentía. Que apenas hubiera hablado con ella esa semana por su propia incomodidad no significaba que la mujer hubiera pasado desapercibida para él. La había visto entrenar, sabía como se movía y hasta con un dedo roto a veces parecía más felina de lo que tendría que ser él por genética. Santos si sentaba bien un cumplido así. Tanto, de hecho, que sintió el leve mordisco amargo de la culpa por su actitud. Apreciaba la naturalidad de su acercamiento, la misma manera en la que su hermana y él se enfrentaban tras un conflicto cuando su relación aún era recuperable.
—Llevo ya varios años practicando pero que no te engañe como suena eso —rió con suavidad—. Siempre lo he tratado de manera casual. A penas era un hobby. Aunque no está mal para un miope —añadió dando un toquecito a sus gafas para no echar por tierra el halago con falsa modestia—. Tú... Se nota que llevas toda la vida practicando. ¿Cierto? Hablas y te mueves mejor que- alguien que conozco —si vaciló apenas lo hizo notar—. Y ese alguien me hizo besar el suelo la primera y última vez que cogí una espada —resopló con humor.
—Que me lo digas tú es todo un honor.
No mentía. Que apenas hubiera hablado con ella esa semana por su propia incomodidad no significaba que la mujer hubiera pasado desapercibida para él. La había visto entrenar, sabía como se movía y hasta con un dedo roto a veces parecía más felina de lo que tendría que ser él por genética. Santos si sentaba bien un cumplido así. Tanto, de hecho, que sintió el leve mordisco amargo de la culpa por su actitud. Apreciaba la naturalidad de su acercamiento, la misma manera en la que su hermana y él se enfrentaban tras un conflicto cuando su relación aún era recuperable.
—Llevo ya varios años practicando pero que no te engañe como suena eso —rió con suavidad—. Siempre lo he tratado de manera casual. A penas era un hobby. Aunque no está mal para un miope —añadió dando un toquecito a sus gafas para no echar por tierra el halago con falsa modestia—. Tú... Se nota que llevas toda la vida practicando. ¿Cierto? Hablas y te mueves mejor que- alguien que conozco —si vaciló apenas lo hizo notar—. Y ese alguien me hizo besar el suelo la primera y última vez que cogí una espada —resopló con humor.
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