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Palacete

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03/08/11, 01:04 am
Recuerdo del primer mensaje :

Hecho en piedra gris, con forma de U, coronado por una cúpula de cristales negros y esmeralda bajo la cual hay un ventanal ovalado. Se entra por una escalinata de azulejos a un recibidor circular con dos grandes escaleras a ambos lados. Sobre este, se encuentran las habitaciones, flotando a distintas alturas.

Descripción más detallada sacada de la saga:

Harek

Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma

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11/01/24, 12:50 pm
Entre la respuesta y la pequeña reverencia de la libense, la sonrisa de Rick se ensanchó un poco e imitó levemente la reverencia. Después de unas cuantas conversaciones que habían tenido sabía que Kalna no era un robot, aunque a veces costase verla sin su seriedad habitual. En el torreón le cuadraba que pudiera bajar la guardia, pero que hubiera sido en un sitio desconocido es lo que más le había cogido por sorpresa. Pero después de ese golpe y, teniendo en cuenta la calma que estaban teniendo, tal vez sí que podían tener un respiro para pasarlo bien. -(Espero que no nos arrepintamos)- pensó antes de seguir a Nohlem y cambiar a un enfoque más positivo.

--------------

De momento el resto se fue sumando al problema con el corte de pelo, aunque en concreto lo que dijo Szczenyak le confundió. -¿Corte... guay...?- le salió dubitativo a media frase del vittya hasta que con el final lo entendió. -Oh. Bueno, creo que con eso sí podríamos echarte una mano si nos guías un poco. O lo mismo hay tijeras por aquí también, a saber- comentó para darle ánimos. Cortar un poco de la ceja sonaba mucho más fácil que una sesión de peluquería, aunque no sabía si todo el pelaje de su compañero podía complicar el asunto.

El gesto del varmano le pilló por sorpresa y consiguió sacarle un par de carcajadas entre la situación y el comentario. La risa duró hasta que siguió el tema del pelo, pues entonces se cruzó de brazos y soltó un bufido con la mención del "sirviente". -El día que tengamos un espejo en el refugio se te acaba el chollo- bromeó. Que supiera, solo él y Connor sabían afeitar a navaja. Le preguntó primero a Nohlem, días después del primer afeitado entre ellos, y aunque el precio no le terminaba de gustar era la única opción si no quería acabar con cortes. Con suerte si encontraban uno más adelante tal vez se quedara con cómo lo hacía el varmano, pero si no iba a tener que aguantar más tareas aunque le pesase. -Una pena, esperaba que también supieras. Ojalá que alguien del resto sepa- siguió.

Rick se quedó junto al espejo, mirando a Nohlem mientras se acercaba a ojear entre la ropa. La verdad que tenía curiosidad por lo que hubiera visto Szczenyak en el armario, ya se imaginaba uno de esos trajes super extraños de algunos desfiles de moda. -(Con todo lo que hay aquí, no desentonaría)- pensó. Era la clase de ropa excéntrica que se pondría alguien con demasiado dinero y quien viviera allí parecía encajar en ese papel. Fue observando las barras con ropa desde el sitio hasta que el descubrimiento del varmano le llamó la atención.

-¿Perdón? ¿Cómo que mágica?- preguntó mientras prestaba atención a la demostración que les hizo. Los ojos se le abrieron como platos con el cambio de tamaño de aquella chaqueta y, al instante, el neoyorquino se acercó a otra de las barras con ropa para probarlo él mismo. Pilló la primera que vio simplemente para hacer la prueba, un abrigo de piel de un animal que no lograba identificar y que por el tamaño se le estaría bien a Damian o a Aniol. Lo bajó de la percha y, como si siempre lo hubiera sido, era de su talla. Se lo probó un momento y volvió a colgarlo para verlo cambiar de nuevo, sorprendido durante todo el proceso. -¡Vaya, es fascinante!- exclamó. ¿Cómo lo habrían hecho? ¿Sería algún hechizo que desconocían o tal vez eran runas como las que conocía Räg?
Raven

Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivación

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11/01/24, 12:56 pm
Una cálida risa rompió el estupor del medio asiático en cuanto Aniol le sostuvo ambas manos, la dulzura del momento había disipado la pesadilla de aquel lugar para convertirlo en un sueño parcial. Uno donde podían ser príncipes y princesas jugando a maquillarse sin miedo a ser interrumpidos por cualquier clase de monstruo, no, entre esas paredes no había lugar para los dragones y las brujas. La sonrisa que esbozo fue sincera, de las que hacía doler las comisuras e iluminaban los iris de cálidos brillos. Por ahora prefería guardarse el detalle de que no tenía el don que los niños le estaban otorgando.

-¿Tú crees? La verdad es que me has quedado precioso, pero ya partía con la ventaja de que tu eres guapo de base. -Comentó con cierta burla, apretando sus manitas levemente antes de soltarse.

Distraído, mientras pequeños suspiros cómicos se le escapaban ante el ánimo de los pequeños trato de peinar levemente el flequillo de Aniol, apartarlo un poco de su frente para que no cubrieran su maquillaje. No venía mal el subidón de ego, sentirse tan querido y halagado por los peques estaba dando lugar a una felicidad inocente. Ethan llevaba tanto tiempo sin preocuparse por su imagen que hacerlo repentinamente se sentía como una brisa fresca. Volvió a verse al espejo, pequeñas miradas ladeadas que poco a poco convirtieron el uncanny del chico que le observaba en una esperanza de lo que le gustaría ser ni que fuera por un día. Su piel estaba seca, irritada allí donde en su día se había quemado y levemente cortada donde quedaban marcas blanquecinas de antiguas cicatrices, pero ante el espejo era tan limpia y blanca como la nieve.

-Me parece bien pero no seáis impacientes, terminamos con Damian y si queréis vamos con los mayores. Seguro que Nohlem va a querer un apuesto elfito para la princesa tan bonita que eres, Aniol. -No quería quitarse de la ecuación, ahora bien era verdad que le daba un poco de vergüenza la idea de presentarse ante el resto visiblemente maquillado. Quizá porque no era alguien dado a ello. -Aunque después habría que peinaros así ya vais a juego.

Las voces que se escuchaban desde el pasillo le servían de seguro pues teniendo a sus compañeros tan cerca solo confirmaba que aquella burbuja era segura. Arrimó el sillón hacía el espejo, girándolo para que el joven italiano pudiera sentarse sobre el mismo. Esta vez quería dejar a los peques experimentar, así que se dedicaría a ir ofreciendo y colocando los utensilios a su disposición.

-Aniol, ¿Te importa si soy tu ayudante? Creo que a ti se te va a dar bastante mejor. -Respondió con inusitada sinceridad, que el pequeño pudiera así disfrutar de la magia del lugar.
Aes

Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.

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12/01/24, 01:46 am
Puede que el tocador tuviera efectos mágicos pero la base de maquillaje del polaco no se esfumó minutos después, si no que permaneció en su rostro con aquel aura de doncella de cuento que ahora le caracterizaba. A efectos prácticos Aniol ya estaba jugando al mundo de los castillos y corceles. Se preguntó por un segundo si sería buena idea que Connor le cargara a caballito.

Una lágrima… —dijo, hablando más lento de lo habitual casi sin darse cuenta. Su tono solemne no impidió que se acercara a su amigo con una sonrisa tierna mientras le veía ocultar sus emociones—. Una lágrima… —volvió a repetir, esta vez acercando los dedos a la mejilla del muchacho con el afán de intentar recolectar aquella joya salada. Sus siguientes palabras fueron sacadas de alguna película de hadas y bosques al azar, sin entender mucho el contexto—. Una lágrima no es más que una gran manzana en un bosque de mandarinas… —remató, estallando brevemente en risas por sus propios desvaríos—. ¿De dónde saldrán nuestros melocotones? He visto pocos arbolitos por aquí.

Pocos niños encajaban mejor los cumplidos que él. Aunque había cumplidos y cumplidos. Antes los de Ethan se ruborizó, pestañeando varias veces con ilusión. Ante los de Damián… bueno.

“¡Wooooa… tienes la cara tan perfecta que se me hace hasta raro!

¿Graciassss? Damiancito… ¡Gracias! Creoooo —y le dio un pequeño toque en la nariz, todavía confundido. Seguro que su amigo había tenido buenas intenciones así que no le dio importancia—. ¡Sí! —coreó a continuación ante las palabras de ambos dedicadas al granta. El hecho de que Ethan le hablara de “princesa” y no corrigiera ningún término a “príncipe” le hacía sentir bien, parecido a cuando se tiraba cuesta abajo en trineo y sentía cosquillas en la base del estómago—. Aunque a Nohlem no le pega casarse conmigo… en plan príncipe y princesa… como tenemos colores de piel parecidos puedo ser… ¡Su prima pequeña! ¿Quién creéis que le va más a juego? Me moriría de la vergu si baila con Rick… —fantaseó, ambos tenían un aire de elegancia parecida y en alguna ocasión los avistó practicar con el arco juntos, aunque ya hacía algún tiempo de eso—. Soy Rickhlem —afirmó, siempre le parecía divertido juntar los nombres tal y como hacían sus hermanas con aquel grupo de chicos que cantaban y bailaban tan bien.

Sin mucha demora tomó a Ethan como ayudante. Le miró durante unos segundos con cierto recelo, temía que al final no quisiera ser maquillado o se pusiera a otra cosa y al final se le olvidara, pero no podía hacer nada. Salvo volver al juego de siempre, uno que llevaba enterrado desde hacía mucho tiempo pero que en momentos como aquel asomaba con disimulo.

Seguro que hay maquillaje de guerrero…  Kalna le daría el visto bueno… —¿Qué tal imaginar a Ethan con aquellas sombras negras sobre los ojos y ciertas marcas belicosas adornando su semblante? Su voz no sonó con la intensidad a la que acostumbraba, pasó de puntillas mientras esbozaba una mueca divertida.

Sin más tonterías en la manga se dispuso a maquillar a Damian con la tutela del medio japonés a su lado. El sonido de sus compañeros cerca solo le hacía impacientarse. Tenía que esforzarse de veras por no hacer un pifia para salir corriendo, y eso que aquel universo de gamas y polvitos le encantaba. Sus ojos color miel se acercaron dramáticamente a los del italiano, pareciendo captar cada milímetro de su piel cual maquillador excéntrico y alocado. Estaban muy cerca… ¿Se mantendría quieto?

Porfi, no me escupas ni nada de eso —le avisó risueño, aunque algo le decía que la advertencia nunca estaba de más.

Después solo dejó que la magia alumbrara el camino. Primero le tendió la toalla refrescante, tras aquel pequeño rito de iniciación comenzó a plasmar lo que el espejo dictaba con más hechicería de por medio que gracia. Tenía buena mano para la cocina no para pintar, de modo que se sorprendió cuando las brochas parecieron tener vida propia al realizar trazos que serían imposibles para él. El degradado de los ojos no fue tan difícil de esta forma y pronto éstos fueron remarcados por un poderoso amarillo que buscaba a un rojo fuerte y que a su vez perseguía un azul más intenso que el cabello de Airi. Las líneas negras e irregulares bajaron por sus mejillas dotando al conjunto de algo de dramatismo. Sus labios en cambio poseían un brillo vibrante y enérgico, muy parecido a como se vería el alma de Damian si tuviera forma visible.

El resultado era espectacular, de algún modo reflejaba al niño en su más pura extensión. Todo peligro explosivo y aristas de infarto. Miró a Ethan con orgullo y sin decir nada, algunas de las gemas todavía tintineaban avisando de los errores que nunca se cometieron.

¿Podemos mudarnos aquí? —los hombros de Aniol cayeron hacia abajo, muy contrarios al ánimo que sentía, ya estaba. Ya lo había soltado por fin.
Muffie

Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación

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12/01/24, 11:11 am

Colmillo bufó divertido cuando Nohlem acercó su culo al suyo para hacer parecer que compartían cola, sacándole del dramatismo absoluto en el que había entrado por culpa de la nueva revelación sobre su aspecto. Si bien toda la imagen que le había devuelto el espejo le había sorprendido por igual, habían sido sus cejas parejas lo que le había dejado más molesto. Prácticamente desde sus 14 años había construido esta apariencia de malote y peligroso que tanto parecía encajar para algunos vittyas, sobre todo los más prejuiciosos, y que le había permitido que sus simple imagen ayudara como defensa de sus sobrinos más pequeños cuando eran acosados, a la par que divirtiera a sus hermanos y le ganara varias muestras de cariño por su necesidad de protección o por su tontería.

-Nah, no te preocupes -rechazó con un movimiento de la mano la oferta de Rick sin dejar de mirarse al espejo-. Ya no es... ya no importa.

Aunque sus palabras fueron indiferentes, una verdad más pesada cayó sobre sus hombros al darse cuenta de algo. Con la apariencia de una cicatriz en la ceja él había querido verse amenazante, lo suficiente para estar a la par de sus hermanos a la hora de defender a los cachorros. Pero en un mundo en el que hasta un melocotón podía hacerte ahogarte hasta morir, ¿qué podía hacer una ceja medio rapada? Incluso desde el primer encuentro con sus compañeros, él había sido de las personas aparentemente menos peligrosas, siendo la mayoría más altos que él o con más iniciativa. No, en este mundo ya no iba a ser una cuestión de apariencia. Si quería ponerse a la par que sus compañeros para defender el grupo y a los cachorros, como había sido su intención con sus hermanos, ya no podía depender solo de ser un zawodny, tener un diente mellado y una cicatriz en la ceja, no. Ahora tendría que demostrar con hechos y con su actitud que no era un niño. "Por eso te estás matando a entrenar con la puta ballesta, Szczenyak. Ya no necesitas el jodido corte de ceja" se dijo a sí mismo mientras se alejaba del espejo para sacar de su cabeza los turbios pensamientos y se unía a los otros en el descubrimiento de la ropa mágica.

-Joder, ojalá hubiera venido Tawar. Habría sido la hostia verle con una chaquetita enana -bromeó mientras cogía la percha de al lado de Rick, sacando un abrigo de un pelo similar, pero en color verde musgo-. ¿Creéis que también le saldrían nuevas mangas?

Isma

Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidad

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12/01/24, 04:15 pm
Aniol ante los ojos del italiano agradeció con muchas ganas el comentario que le hizo. Damián, en su inexperiencia social, podría decirse que estaba más que satisfecho con la respuesta del polaco no viendo casi ninguna duda y pensando que se había tomado el comentaro muy bien. Todo ello mpulsado por el bonito gesto afectivo que recibió en cuanto se puso a “llorar” que no estaba llorando, por supuestísimo. De todos los mejores amigos el era el mejor que podría tener.

Sin embargo aquella alegría se tornó un pelín tensa por lo que dijo Aniol de Nohlem con Rick, bailando juntos… Mierda, eso estropearía lo que Nohlem le dijo y juró tener la bocaza cerrada. Miró con efimeridad a Ethan, el chico que en su cabeza estaba destinado a ser quien baile con Nohlem, su colega de movidas románticas.

Rickhlem, ohhh. ¡Ahhhhhhhh vale! Rick y Nohlem —le costó pillar el nombre compuesto pero, en su sorpresa por averiguarlo luchaba en que no saliese nada sospechoso, decidiendo ir a la corriente—. ¡Mola, mola! ¡A ver si bailan! —vale que no era el mentiroso numero uno pero eso le salió convincente al menos, no quería chafar su palabra al varmano.

Después del comentario de Ethan confirmando el orden de maquillaje, Damian estaba algo nervioso en el sitio. Encima tenía el plus de que Aniol iba a hacerlo y se sentía muy afortunado de que él lo hiciese, confiaba al cien por cien de que lo haría genial. Se sentó en la silla, con su espalda bien tiesa y sus brazos apoyados en el propio asiento, aferradísimo.

¡N-No voy a hacer eso Aniol! ¡Que ascazo eughhhh! —dijo el que lo primero que hizo nada mas despertar en Rocavarancolia fue escupir al suelo. Igualmente se lo tomó a cachondeo, riendo con un tinte de nerviosismo.

Agarró la toalla para lavarse el rostro, esmerándose mucho en ello. Aprovechó la humedad para echar toda su melena hacia atrás lo más que pudo, corrigiendo algún que otro pelillo travieso que insistía en ir hacia delante. Cerró los ojos y se dejó llevar, notando el maquillaje en un principio algo frío sobre su rostro. Se quedó todo lo quieto que pudo, siendo un poco rara la zona del párpado pero intentó aguantarlo para tener el mejor resultado posible. Los escuchaba de hablar a ambos, como se guiaban en cuanto al maquillaje y Damian ardía de curiosidad por como estaba quedando. ¿Sería igual que en el reflejo o sería aun más molón?

Abrió los ojos cuando dijeron que habían acabado y un grito ahogado invadió la estancia. Al mover la cara notaba la pintura en su rostro, la que estaba viendo en su reflejo. Esta vez si que se notaba real, no quería ni tocarse la cara por no estropear los agresivos colores, el maquillaje encendido, las hermosas trazas…

¡QUIERO! ¡VIVIR! ¡AQUÍ! —exclamó ante la magnífica idea de su mejor amigo que tenía todo el sentido del mundo. No pensó en si estaba habitado por mas personas, si era peligroso, solo estaba viendo ventajas y para elegir entre dos castillos prefería el más gigantesco—. ¡Gracias Aniol GRACIAS! ¡SOIS LOS MEJORES LOS MEJORES LOS MEJORES! ¡Me flipaaaaa, AAAHHHH quiero que lo vean todos! —se despeinó un poquito de tanto meneo de dar manos y menear los hombros de Aniol y Ethan, cosa que corrigió con muchiiiisimo cuidado manteniendo su cabellera hacia atrás—. ¡Miradme, soy un trapecista profesional! ¡DE LOCOS! ¡ES DE LOCOS! —extendió los brazos y separó las piernas en una pose triunfal—. ¡Ahora te toca a ti! ¿No, Ethan?
Seth
Seth

Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mental

Personajes :
Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre

Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena

Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio.

Palacete - Página 31 Empty Re: Palacete

12/01/24, 06:46 pm
-Si, si... Ya veo los putos favoritismos...- Añadió con humor Connor y con los brazos cruzados ante los comentarios de Rick, Kalna y Nohlem. Tenía que admitir que algo si que le molestaba, aunque fuera un poquito y muy muy dentro de él. Al fin y al cabo era puñeteramente orgulloso (el orgullo de los Wyverns), y tocar la guitarra una de sus grandes pasiones. A pesar de su apariencia de ir en motocicleta a todos lados, ser un macarra de mierda y fumar como un jodido enfermo, que era verdad, también tenía un lado más personal o incluso vulnerable cuando tocaba la guitarra. Aún así, reírse de sus compañeros y amigos era parte de su personalidad. Así que sabía aceptar cuando le tocaba ser la puñetera diana y lo encajaba bien.

Donde no mostró risa alguna fue con la mirada seria de Kalna, dándole a entender que no se tomara esas confianzas con ella al insultar. El motero le sostendría la mirada el tiempo que hiciera falta. ¿Cómo podía molestarle aquello? ¿No sabía ya a esas alturas que sólo era su forma de hablar? Porque estaba seguro de que decía más de veinte palabrotas por minuto...

Aún así, aquello no pudo enturbiar la puta visión que tuvo delante después. El salón era jodidamente bonito, dorado y desde luego parecía caro de cojones todo lo que allí había. Una gran lámpara de araña colgaba del techo, pero sin ninguna duda lo mejor eran aquellos ventanales que daban una imagen del exterior muy diferente. Un cielo nocturno estrellado. Por otro lado, Connor escuchó cómo Rick le respondía a su pregunta hablando de una biblioteca que había encontrado dentro de aquel edificios, pero al contrario de su compañero a él los libros le parecían puñeteramente aburridos cuando había otras actividades mucho más divertidas por hacer.- Joder, no toco un libro desde los diez años...- Comentó casi para sí mismo, mientras observaba el salón de baile. Luego se giró hacia el neoyorquino, con una sonrisa y encogiendo los hombros.-¿Qué? No había tiempo para eso, tenían que enseñarme a caerme de la moto.- Exageró con sorna. Las palabras de Kalna sin embargo sobre un vestidor sí habían captado su atención. ¿Qué tipo de ropa podrían guardar allí esas paredes?

-Eso está hecho, joder...- Le respondió a Nohlem y su propuesta de escucharlo más tarde tocar la guitarra, con una sonrisa. Luego se dirigió a Scheniak señalándole con un dedo acusador.- Pero ahora también tengo ganas de escucharte tocar el puto tambor, me da igual lo que digas cabronazo, necesitamos un batería en el grupo.- Le dijo con humor durante el camino hacia el vestidor.

Ya una vez dentro, el espejo casi de cuerpo completo fue protagonista. Y aunque Scheniak se había interesado por uno de los armarios, Connor solo podía mirar su reflejo con el ceño fruncido junto a los demás. Estaba cambiado, a peor. Tenía ojeras por culpa de no dormir bien, e incluso la piel más pálida. El sol de aquella ciudad no se parecía una mierda al sol de Texas... ¿Y su puto pelo? Le había crecido algo desde aquel mes y poco más, pero lo que le daba ganas de sacar la puerta de sus goznes a cabezazos era la cresta de mierda. ¿Desde cuando se veía tan mal? No solo estaba completamente despeinada, y mira que hacía intentos siempre por que no fuera así, además ya estaba perdiendo parte de su color. En una pequeña zona el rosa era algo más claro e incluso con una tonalidad más cálida acercándose a una mezcla de naranja horrible.

-¿Qué parece que llevas un saco? ¿Tu ceja? ¿Tu pelo? ¿Tus puntas?- Repitió las palabras del varmano, el cánido, la libense y el neoyorquino,  mientras se hacía más hueco enfrente del espejo y se pasaba una mano insistente por la cabeza. -¿Y cuándo me ibais a decir vosotros que mi cresta se ve así, eh? ¡Parezco una puta gallina con esto aquí arriba, joder! O como si tuviera un gusano de mierda clavado en la cabeza...- Aquel mes y medio les había pasado factura a todos, eso estaba claro. Nunca había tardado tanto en echarse el tinte como para ver esa tonalidad invadiendo tanto su pelo, pero solo le daban ganas de apuntarse a las sesiones de peluquería de las que hablaban y arrancarse la cresta de raíz. No era demasiado presumido, pero su peinado era jodidamente un tema serio. Seña de identidad. Y ahora era empezaba a ser bastante penoso de cojones. Joder, ¿cómo le podía estar molestando más eso que verse algo demacrado? Suponía que porque a eso último estaba algo más acostumbrado...

Aún así, cualquier preocupación fue eclipsada con el descubrimiento de la ropa mágica. Y Connor asistió con sorpresa a cómo Nohlem se ponía una chaqueta militar mucho más grande de su talla, pero una vez puesta se adaptaba a su tamaño a la perfección.

-¿Qué cojones?- Preguntó al aire mientras se acercaba a los armarios junto a los demás. A estas alturas estaba bastante claro que allí no había peligro alguno, pero aunque lo hubiera Connor ya no era consciente de ello. Era tal la cantidad de sorpresas en aquel lugar que estaba lo bastante maravillado como para hacerle caso a cualquier otra cosa. Si había pequeños detalles de peligro, el motero las pasaba por alto totalmente y sin darse cuenta.- ¿¡Has visto lo bien que te queda esa mierda, cabronazo!?- Le diría a Rick con tono de cumplido y una leve risotada de sorpresa incrédula al ver cómo cambiaba de tamaño al quitársela, aún sin creérselo del todo.

Connor adentró la cabeza en el armario y empezó a rebuscar sin cuidado alguno y con brusquedad. Sacó una chaqueta de color roja con bordes dorados, demasiado elegante para su gusto, pero solo quería probar aquella puta magia y eso hizo. Las mangas deberían haberle quedado cortas, pero nada más ponérsela se expandieron hasta estar bien ajustadas. Su cara fue de absoluta sorpresa, pero tardó poco en quitársela y volvió a probar con un abrigo gigantesco, dónde cabía él y alguien más (¿para quién cojones estaba hecha esa ropa?), se encogió al instante para ajustarse, agrandando su cara de estupefacción. El motero se la quitó, la dejó revoleada en el fondo del armario sin perchar y se fue hacia otro armario esperando encontrar más abrigos o chaquetas, pero en cuanto abrió las puertas descubrió otra cosa: Varias filas y filas de zapatos de todos los tamaños. Algunos más elegantes y otros incluso más deportivos. Pero Connor se quedó quieto como si le hubieran disparado en una película de acción con los ojos como platos, cuando vio unas putas botas de vaqueros en la esquina superior izquierda. Cuero marrón con filigranas de bordado negro, con las características ruedas de jinete cerca de los talones. Quizás a otros pudieran parecerle horteras de cojones, pero Connor había querido ponerse unas desde que tenía siete años.

-Voy a probarme esta mierda.-Empezó a decir mientras ya estaba sacándose a pura fuerza bruta una de sus botas de cuero para liberar el pie para el próximo calzado.-Y como alguien me diga que me quedan mal le doy con los putos talones.- Comentó con la broma asomando en las palabras, mientras empezaba a meter uno de los pies a la pata coja. No tardaría en ponerse el calzado y quedarse con los brazos en jarra frente al espejo, con una sonrisa en los labios.
Kanyum
Kanyum

Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma

Personajes :
Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
Nohlem: varmano granta. 1’69m
Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m

Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento.
Status : Prrrr prrrrr

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13/01/24, 02:15 am
Le sonrió a Rick con inocencia -es decir, con toda la malicia que tenía- sabiendo que por mucho espejo que tuviera, aprender a manejar una navaja no era cosa de una sesión o dos. A lo mejor hasta podían recrear la historia de Connor el dos caras con él… Pero por lo pronto y a menos que se llevasen un trozo de espejo de aquel sitio, sus servicios como barbero seguirían teniendo recompensa.

Oh claro. Estoy seguro de que eres el rey de las navajas, igualito que Connor —añadió alegremente—. Es que ya soy bueno en demasiadas cosas. Tengo que dejar algo para los demás —respondió después, ocultando su ofensa al pensar “¿tengo pinta de no poder costearme un peluquero acaso?”, sobre todo porque sí, ahora mismo sí que tenía pinta de eso. Pero para eso estaban en esa sala, ¿no? Para cambiarlo.

Rio con la comparativa de Connor, principalmente porque era algo que ya había opinado anteriormente (no lo del gusano, lo de la gallina), incluso cuando su pelo había lucido perfectamente rosa. A decir verdad él no habría comentado nada porque de por sí, prefería el naranja antes que su color original, así que para el granta que se estuviera destiñendo como una revista al sol era algo positivo.

¡Anda! ¡Yo pensaba que era algo natural en vuestra especie! Que cambiábais de color como los lagartos, una muda del pelo de invierno… Eso o que te estabas divorciando de tu mujer —dijo por lo bajini, aludiendo una de las trolas que le habían intentado colar la primera noche. Que buena memoria tenía para las tonterías, incluso cuando palidecían al lado de los trenes acuáticos sin raíles.

Observó como Rick se probaba el abrigo, riendo flojito por el conjunto que había ido a sacar. Lo peor de todo es que de alguna manera le quedaba bien, muy bien. Cuando cayó en algo se tragó el aire con asombro, le señaló con un dedo y miró a Connor con los ojos como platos.

¡ASÍ! ¡Así es como me imaginaba yo a los mafiosos en Varmania! ¿Ves? —volvió la vista al neoyorko—. ¡Rick, te falta nada más que el bastón!

Fue una pena que se lo quitase; llegaba a mantenerlo 20 segundos más y Nohlem habría desmantelado el lugar en busca de un sombrero de ala ancha, una pipa de madera y unos zapatos de punta afilada para tunear al humano. De la que se había librado.

¿Si tapas a una planta no la matas? —preguntó distraídamente mientras su cabeza se perdía dentro de los percheros, en busca de algo de su agrado el doble de ilusionado ahora que la talla no era un problema—. Además, ¿no va siempre desnudo? —el pensamiento le hizo arrugar las cejas—. …Uh.

Encontró varias prendas al gusto y para no perderlas de vista se las fue colgando del brazo, con bastante más orden que el pelirrosa-no-tan-pelirrosa. Una camisa algo abombada de un bonito color verde oscuro, una chaqueta vino tinto corta hasta las costillas, de cuello alto y elaboradísimos bordados dorados, una larguísima falda blanca con un detallado cinto negro lleno de flores… Nohlem estaba encantado.

Quiero probármelo todo —dijo, con las mejillas brillantes de la emoción. Y eso que solo iba por el primer perchero.
Se volteó a Connor cuando éste anunció querer ponerse algo, observando con delatora cara de póker aquello que… eh… aquello. Quieto como una estatua miró a los demás moviendo solo los ojos.
No, sí… Para gustos colores —dijo finalmente, y con tono de susurro pero perfectamente audible por todos, continuó—. Solo que algunos son daltónicos…

_________________________________________

♪♫♬:
Raven
Raven

Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivación
Personajes : Ethan: Humano, Ingles/Japonés 1.75

Síntomas : En ocasiones, se le desenfocará brevemente la vista.
Armas : Ethan Lanza partesana y una daga

Status : Ciego y cojo, el chiste se cuenta solo.

Palacete - Página 31 Empty Re: Palacete

13/01/24, 12:53 pm
Contemplar a ambos niños era desde luego todo un espectáculo, Ethan había perdido el hilo de la conversación con tanta manzana, mandarina y príncipe elegante mal escogido. Una sutil risa que floreció y trató de callar al escuchar las parejas que el pequeño polaco creaba en su imaginario, si el dicho frutal carecía de por sí de sentido lo que acababa de expresar solo lograba infundir ánimos ante el absurdo. Solo Aniol era capaz de juntar al unico gay del torreón con la muchacha que quedaba, y al unico hetero con otro chaval.

-Oh, ¿En serio piensas eso? La verdad es que en frío… Sí que hacen una pareja muy bonita si, como unos príncipes muy de época con sus trajecitos formales y sus corbatas. -Le costó mantener la risa muda mientras prendía una hoguera que sabía que nunca iba a arder. La gracia de verlos apurados significaba librarse él de hacerlo, así que todo fuera que los niños decidieran esta vez, escogerlos como foco de bromas. -Seguro que Nohlem estaría encantado de bailar con Rick, siempre podéis echarles una manita por si les diera vergüenza…

Dejó la idea caer un tanto malicioso y más que dispuesto a tirar a sus compañeros a la boca del lobo para no verse así mismo enredado entre los brazos de Kalna de nuevo, apenas lograba librarse del conflicto con el melocotón, miedo le daba si se creaba algún malentendido más con la chica. Por suerte el maquillaje pronto se robó el protagonismo merecido y mientras los niños jugaban felices, el londinense se dedicaba a ordenar e ir cediendo los utensilios a Aniol.

Aún habiendo vivido la magia del lugar seguía siendo asombroso ver la sutileza con la que esta hacía efecto, como cada trazo y pincelada era suave, perfecta en su justa medida para que aún quedando maravilloso no resultará artificial. Durante la sesión se distanció un poco, regresando a la puerta traslucida para poder ver a través de ella, no era más que una rápida comprobación pues las voces de sus compañeros sonaban más amortizadas que antes, y la música había parado sin pleno aviso. No le hizo falta más que un rápido vistazo para comprobar que estaban al fondo del pasillo, donde lejanos ecos de risas salían del interior de una sala cuya puerta seguía abierta. Suspiro aliviado, agradeciendo el regalo que suponía permanecer en calma lejos de la seguridad del torreón. Para cuando regresó Damian chillaba de jubilo y Aniol lo acompañaba en ilusión, Ethan les sonrió a ambos orgulloso como estaba de tener unos niños tan bonicos.

-Ay, estas precioso, bueno, estáis claro! -Se corrigió con una suave risa. -El mejor trapecista y… Oh, sois como una princesa y su bufón real! ¡¡Pero que guapos que son mis niñooos!!

Se agachó junto a ellos para darles un abrazo grupal, uno fuerte donde quedaba plasmada la alegría del momento, como quien sentía la necesidad de estrujar un peluche tras verse desbordado con tanta dulzura.

>>Lo de vivir lo vamos viendo, ¿Si? Aún no sabemos si este castillo tiene dueño… Además Räg y Airi nos están esperando en casa, estaría feo mudarnos sin ellos, ¿Verdad? -Chasqueo la lengua esperanzado de que con esa excusa pudieran regresar sin lloriqueos al torreón, ese lugar claramente no era para ellos y si ya de por si se estaban arriesgando no quería jugársela a dormir allí. -Y si, me toca, claro...

Trató de dibujar una sonrisa a pesar de la desbordante desconfianza que empezaba a sentir. Ethan siempre había sido un chico modesto, uno que se escondía en ropa ancha y el poco glamour que le podía conceder un chándal gris barato. Verse ahora refinado le asustaba, no por el maquillaje en sí, sino por la novedad del mismo. Se sentía desentonado, como si el del espejo no pudiera ser él y aún viéndose precioso la inseguridad nublaba. ¿Le sentaría bien aquello o sería demasiado raro?

-¿Creéis que.. me pega? -Preguntó desinflándose un poco en la silla, su reflejo no mostraba sus puntas desordenadas, cortadas mal a tijeretazo limpio, ni el desorden de un cabello mal cuidado o una piel reseca por el abandono, no mostraba las ojeras pronunciadas por un mal sueño que iba más allá de aquel mes, ni la mejilla que tenía aún con la piel descascarada por la quemadura… pero en cambio si dejaba ver sus cicatrices, desde la que le recorría la ceja hasta la de la mejilla y el labio. No lo entendía. -Nunca me he…. maquillado…

Una risa nerviosa le hizo reajustarse en el asiento con parte de la tensión palpable. Quería permitir a los niños divertirse de ahí que no fuera un rotundo no, pero allí donde les veía adorables tenía miedo de que él resultase un payaso cómico, como un padre que se vestía de Elsa para hacer compañía a sus hijos más que por gusto propio. Se rehízo la coleta tratando de mantenerla alta en pos de apartar parte del flequillo y recoger la melena desordenada que tenía por pelo.

-Bueno que, da igual, confío en vosotros, vaya. Está bien.
Aes
Aes

Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.

Personajes : Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
Fleur: Humana (Francia)
Siwani
Aniol: Humano (Polonia)


Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D

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13/01/24, 03:39 pm
Aniol contemplaba a Damian con la suerte de a quien le brota un ramo de amapolas tras enterrar una piedra mustia en el jardín. ¿Quién era ese niño y qué había hecho con el jovencito rancio que sólo ponía malas caras cuando se hablaba de historias de chicos con chicos? En sus múltiples conversaciones en el interior de su refugio se le había expresado con claridad que debía respetar a todo el mundo y ante una molestia general, el italiano siempre optaba por un silencio disconforme. Ahora en cambio no solo no estaba en desacuerdo con él si no que se subía al carro de un posible romance entre Rick y Nohlem. Y no solo eso, Ethan remaba a favor, lo que por alguna extraña razón le hizo más ilusión de lo normal.

¡Ahora lo veo! —un nuevo hilo rojo como un corazón bombeante había sido tejido, no había mucho más que decir cuando el juez dictaba sentencia. Las manos del polaco rodearon las del futuro circense con júbilo. ¿Serían amiguis toda la vida?—. ¡Siempre han estado hechos el uno para el otro! Solo que estábamos cieguitos. Pero ya no hay vendas… ¿A qué no? —Un baile especial, dos príncipes guapísimos trajeados y danzando a su alrededor. Por lo que a él respectaba ya se veía trayendo los anillos con su coronita de flores. Y por lo que a él no respectaba el ardid de Ethan había impactado de lleno cuál sugerencia de cupido a una celestina que no le hacía falta muchas brasas para alimentar un fuego.

¡Eres un bufón real! —le diría, siguiendo la estela estruendosa del niño. Los ojos de Aniol se cerraron con cierto alivio al compartir el abrazo grupal, casi parecía una escena familiar y lo cierto es que la idea no le desagradó en absoluto. Luego asintió débilmente a las palabras del medio japonés, tenía razón, Räg y Airi se preocuparían si llegaban tarde y ellos también merecían ver aquel palacio. Si encontraban ropa bonita se encargaría de coger una chaqueta holgada para el mjorní y un vestido azulito para la sanaí—. Valii —fue su única respuesta mientras se perdía en los detalles del rostro colorido de Damian. Estaba muy guapo con el pelo así hacia atrás y sin oler mal, quizá demasiado... ¿No? Agitó la cabeza antes de tomar el rol de maquillador.

Siempre hay una primerita veeeez —Ethan parecía guardar cierto recelo por razones que el niño desconocía. Puede que fuera la sugestión de verle como un ángel de la guarda encargado de protegerle, pero es que donde el joven veía puntas desordenadas y mal cortadas el polaco veía un cabello oscuro y hermoso que contrastaba con su piel blanca surcada de cicatrices. La quemadura solo era un añadido ante un rostro que parecía poseer varias historias que contar, y las ojeras no eran más que el recordatorio de alguien que se preocupaba por estar haciendo de comer para todos al tiempo que entrena sin descanso—. ¡Y si no te gusta te das con la toalla! —no deseaba forzarle a hacer algo que no quisiera, pero no haría más hincapié en ese hecho, resultaba algo vergonzoso que le dijese a alguien mayor qué es lo que tenía que hacer—. Además puedo tintarte el pelo, gratis... —bromeó—. Por dormir con nosotros en la cabaña del refugio. Si no te costaría lo que dos churritos y una taza de chocolate caliente.

Sin más demora los dos pequeños se pusieron manos a la obra, tardando mucho más de lo que lo habrían hecho con la supervisión de un adulto, sí, pero con más paciencia y esmero que si se hubiera sentado frente al tocador cualquier otra persona del torreón.

Lo que más costó fue cubrir los dos pozos oscuros que Ethan tenía bajo los ojos debido al cansancio, pero una vez eso fue resuelto el color rojizo de la sombra de ojos y el brillito de los labios fue sobre ruedas. Aniol de vez en cuando miraba a Damian, impresionado por lo hermoso que podía resultar el rostro de Ethan si tuvieran los instrumentos adecuados en el torreón. Era como una máscara de porcelana que aparentaba fragilidad con un matiz vibrante que alertaba de que las apariencias engañaban. No tenía nada que ver con Mulan y el verde jade con el que siempre solían vestirla. No, era muchísimo mejor.

Para la trenza no necesitó gemas que tintineaban. Fueron sus dedos los que supieron tejer el cabello para darle más espacio a aquel rostro que siempre parecía más saturado debido a los pelos sueltos que casi siempre llevaba Ethan. Ahora era mucho más elegante y pulido.

Ya... ya está... —anunció, conmovido por la obra que los dos amigos habían llevado a cabo. Esperaba que le gustara de verdad, porque solo le faltaba un traje a medida y una tiara para salir de una película de Disney—. ¿Cómo te ves?.

_________________________________________

"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."

"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."

"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."

"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
Harek
Harek

Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma

Personajes :

Heridas/enfermedades : Raspazos y contusiones varias, luxación del tobillo izquierdo
Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia.
Armas :

  • Rick: Sable y arco
  • Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire

Status : The journey never ends

Humor : Cualquier cosa me vale.

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14/01/24, 12:30 pm
Si bien le extrañó un poco, Rick no quiso ahondar más en el rechazo de Szczenyak. La propuesta ya la había dejado por si acaso, pero si prefería no volver a hacerse aquel corte algún motivo tendría. A lo que sí contestó fue a la respuesta de Nohlem. -Todo sea aprender. De aquí a que tengamos suerte para encontrar uno puede pasar tiempo suficiente- dijo levantando los hombros y siguiendo el juego. Por supuesto, esperaba que le diera tiempo a quedarse aunque fuera con la mitad de la lección, porque el varmano tenía toda la razón del mundo. Connor al menos sabía lo suficiente, él ni eso.

Y hablando del motero, la comparativa que usó le sacó una risilla baja al neoyorquino. Igual que con el vittya, le ofreció una solución animadamente: -Si es por el color con un hechizo se puede arreglar al menos. Ya todo lo demás... Vamos a tener que pillar turnos como alguien sepa.- Mejor tomárselo con humor hasta que supieran si iban a tener que dejarse melenas o arriesgarse a cortarse mal el pelo. Y ojalá que no fuera así, como si tenía que hacer otro trato para adecentárselo.

Luego del cumplido de Connor, se miró cómo le quedaba con una risilla, estirando los brazos para ver como le quedaban las mangas del abrigo y mirando los costados. -No es mi estilo, pero la verdad que está bien. Cosas de la magia, supongo- comentó distraídamente. Cuando Nohlem se sumó, un par de carcajadas subieron de volumen. -Hay mafiosos elegantes, aunque soy más del look de los detectives- siguió la broma dejando el abrigo en su sitio. Que hubiera aceptado tomarse con calma el lugar no quería decir que fuera a arriesgarse a dejar la ropa sin recoger. Y sí, si tenía que irse a una estética noir prefería la de su futura profesión.

-Oh, pues buena pregunta. Molaría descubrirlo- respondió al vittya con interés. No es que Tawar usara ropa, pero la idea de verle tan formal se le hacía curiosa. El chico se cruzó de brazos imaginándose a le repobladore con aquella ropa hasta que la pregunta de Nohlem le sacó de sus pensamientos. -Sí, aunque ni idea de si le pasaría lo mismo. Supongo que los agujeros de la espalda no sería buena idea taparlos, pero a saber. Le podemos preguntar luego- comentó todavía algo pensativo. Definitivamente si volvían por allí y no era peligroso para Tawar, tenían que convencerle para que se probara algo.

Rick iba a seguir mirando por curiosidad la ropa que tenía en la barra de enfrente, pero al ver a Connor abrir uno de los armarios centró su atención a lo que había dentro. Zapatos y más zapatos, tan variados como el resto de prendas. Se le estaba empezando a contagiar la ilusión general con todo lo que tenían allí, aunque la reacción del motero con las botas que había escogido fue una de las que más le tocó. Ya de primeras al ver cómo las bajaba de su balda, pensó en lo mucho que le pegaba viniendo de Texas. Sonrió con la "amenaza" mientras observaba como se las ponía. Ver a un tipo de casi dos metros ilusionado con unos zapatos de vaquero era algo que no esperaba, pero que le contagió parte del entusiasmo. -Oye, pues no te quedan nada mal- lo alabó genuinamente. El comentario de Nohlem hizo que su expresión intentara ser seria, pero era para evitar que no se le escapara una risa de la ocurrencia. Miró de reojo a uno y otro para ver cómo se desenvolvía la situación. En teoría había sido una broma del motero, pero no iba a ser él quien fuera a tentar a la suerte.
Isma
Isma

Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidad
Personajes :
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad.
Armas :
  • Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
  • Damian: Dientes
    Daga

Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj

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14/01/24, 01:50 pm
¿U-Un bufón...? ¡Un bufón, ahhhhhh siiii como un payaso. SI, SOY UNO, UNO DE ESOS SI SI SI! —al chico le costó entender lo que era un bufón, le sonaba la palabra de haberla escuchado y cayó en cuanto se juntó con la princesa.

Hablando de princesas, se fijó en que Aniol realmente parecía una chica así maquillado a decir verdad. Pudo ver maquillajes de todo tipo en el circo, hasta Stefano se maquilló así con coloretes y todo en una función donde iba con un grandioso vestido. Aniol en ese sentido superaba a su compañero de circo, su rostro era realmente precioso y radiante junto a su pelo largo. ¿Ethan llegaría también a verse así con su maquillaje?

En mitad de sus pensamientos aceptó el abrazo grupal, en general le encantaba el contacto cariñoso así que se apretujó sin miedo, junto a sus amigachos.

¡Aggg, es verdad! Vaaaaaaleeeeee… —mierda, si tenía dueño sería mucho más difícil mudarse y tampoco quería dejar a su amigo lagarto fuera ni a Airi, ellos dos eran muy importantes para él y, en cierto modo, su debilidad.

»¡Venga, atrévete! ¡Si nos maquillas, nos toca a nosotros maquillarte, es nuestra ley y debes cumplirla sin quejas! —se cruzó de brazos, en un gesto sólido como sus palabras. Ethan no parecía estar muy convencido en todo aquello del maquillaje y el italiano quería convencerlo siguiendo las palabras de su mejor amigo—. ¡Eso se borra, no te ralles hombre! ¡Y yo te haré una función de circo INCREIBLE que te cagas cuando me veas en el circo que ya te dije que irías gratis! ¡Eso mas el tinte guapardo de Aniol gratis también es un pedazo de trato que lo flipas! ¿Eh o no?

Damian era un nervio agarrando todo lo brillante que hacía falta para dejar fabuloso a Ethan y junto con Aniol se pusieron a maquillarlo. En su grandísima mayoría el placo era el que guiaba y Damian fue poco a poco, colaborando en lo que pudo y vaya si estaba quedando chulo y una sonrisa satisfecha se le escapaba de vez en cuando al mirar a Aniol. Hacían buen equipo y encima el resultado que estaban logrando en el rostro del mayor era increíble. Aniol encima fue rematando la faena con una habilidad para hacer trenzas que dejó embobado al circense, mirando el resultado anonadado.

¡Te va a flipar, mírate, mirate, MIRATE! —esperó que le encantase, de verdad puso todo su esfuerzo conjunto al de Aniol para tener un maquillaje decente y estaba orgulloso del resultado—. ¡Aniol vaya crack con las trenzas, te han quedado de la leche! ¿Quién te ha enseñado? No veas que vicio tienes colega —halagó a Aniol dejando caer su brazo por encima con algo de dificultad, al fin y al cabo era más alto que él.
Muffie
Muffie

Ficha de cosechado
Nombre: Szczenyak o Colmillo
Especie: vittya zawodny
Habilidades: Habilidad mental, habilidad manual y orientación

Personajes :
Wednesday: Vouivre humana británica.
Karime: Licántropa loba libense de la capital.
Kimbra: Demonio rakshasa krabelinense Hija de Lunas engendro.
Irenneil: Brujo de la cera aurva sinhadre.
Edén Damkinea: Atlante daeliciano de la Ciudad del Norte.
Szczenyak//Colmillo: vittya zawodny nómada.



Unidades mágicas : 5/5
Heridas/enfermedades :
Ka: Le falta el ojo izquierdo.
Colmillo: Tiene partido el colmillo derecho.


Síntomas : Gusto por dibujar trazos sin ton ni son cuando vacía la mente.
Armas :
Wen: Guadaña doble y arco.
Ka: Espadas gemelas, arco y dardos.
Kim: Arco, machetes y dagas.
Neil: Cuchara de madera y cera.
Edén: Magia y sonrisas amables.
Colmillo: inutilidad.



Humor : Absurdo

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14/01/24, 04:46 pm

Mientras miraba el abrigo verde con la cabeza inclinada y las orejas un poco gachas por la vergüenza de la revelación, Colmillo asimiló las palabras de Nohlem. Después de todo el tiempo compartido con sus compañeros, en ningún momento se le había ocurrido pensar en que, efectivamente y a diferencia del resto de ellos, Tawar no parecía llevar ropa nunca. La idea de que alguien que hubiese asimilado como él gracias a la convivencia y las conversaciones hubiera ido todo ese tiempo desnudo sin que él fuera consciente era lo que había levantado su vergüenza, pero tanto las palabras de Nohlem como las de Rick le hicieron ver que quizás era una cuestión de supervivencia, que su especie no se cubría ni eran conscientes de sus desnudos porque cubiertos podrían morir.

Si bien esta idea no le convencía del todo, Colmillo decidió dejarlo ahí, poco interesado en seguir llenando su mente con pensamientos sobre sus compañeros desnudos. “¿De verdad no tienen pelo en ninguna parte del…? ¡Basta!”.

-Sí, joder -se unió a la sugerencia del hechizo para el color de la cresta de Connor tras Rick, todavía algo avergonzado por sus pensamientos anteriores-. Además, ¿por qué rosa? ¿Tienes algo en contra del puto naranja? -preguntó un poco ofendido en nombre de sus propios tonos rojizos de pelaje-. Joder, si vamos a montar un grupo al menos así tendríamos algo que lo mostrara, porque si tenemos que depender de la parte musical por mi parte vamos jodidos -bromeó pensando en lo raro que quedaría la mezcla entre los dos estilos musicales que Nohlem y Connor habían tocado, combinado con sus descoordinados golpes de tambor.

Mientras el resto iban eligiendo la ropa que querían probarse, Colmillo se adentró un poco más entre los armarios, buscando prendas con las que estuviera más familiarizado, hasta que dio con un grupo de perchas que hicieron que de sus ojos saltaron chispas.

-¡Joder, tíos! ¡Aquí sí que hay cosas guapas de verdad! -exclamó mientras acariciaba casi con reverencia el vestido de líneas rectas y patrones coloridos que sostenía la percha más cercana y que bien podía haber salido directamente del taller del mejor modista de Cudowna.


_________________________________________

"Rocavarancolia es una ciudad llena de misterios y sorpresas, como un acertijo complicado y excitante."
Seth
Seth

Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mental
Personajes :
Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre

Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena

Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio.

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15/01/24, 12:18 pm
No había ninguna duda en que estar secuestrado en un mundo desconocido, peleando por tu puñetera vida y buscando comida, era de las peores cosas que le habían pasado nunca. Pero muy por debajo de eso y de una manera superficial, ver como su cresta empezaba a perder su color y era sustituido por esa mierda naranja... Pues no se quedaba demasiado atrás. Aún así, los comentarios del resto le sacaron varias sonrisas, como Nohlem recordándole la trola que le habían intentado meter con lo tintes de pelo.

-¡Ahhhhh, joder! Ojalá Ethan no hubiera dicho al final que era una broma, la contó perfecta el cabronazo.- Le dijo orgulloso al varmano mientras hacia un círculo con el índice y el pulgar, queriendo transmitir lo buena que había sido esa jodida trola. -Pues tengo que probar ese hechizo, pero como me convierta en un puñetero calvo será culpa tuya, joder.- Le contestó a Rick con sorna y una sonrisa que delataba la broma implícita. Después se giró hacia Szcheniak con los brazos abiertos y divertido por su tono ofendido a cerca del color naranja.-¡Pues porque el puto rosa es mi color, cojones! Vale que no sea natural como el tuyo, pero me veo tan raro como si a ti te empezaran a salir puñeteros pelos verdes.- Le explicó con una leve sonrisa que no tardó en convertirse en carcajada cuando el cánido menospreció sus propias dotes musicales.- Venga ya, seguro que no lo haces tan mal. Y piensa en que triunfaríamos como cabrones. Imagínatelo, tú y yo en el centro del escenario, guitarra y batería dándolo todo. Nos haríamos de puñetero oro, ya te lo digo.-

A pesar de que la sala de música era muy protagonista dentro de la mente de Connor, ahora se encontraban en ese increíble vestidor. Y en aquel momento soltaba una breve risotada ante la comparación de Nohlem sobre la vestimenta mafiosa de Rick, haciéndole recordar la puñeteramente divertida anécdota que le había contado mientras le afeitaba. Aunque no podía negar que sí que le daba un aire de delincuente al neoyorquino.- Nooo... detectives no, cabronazo... Es más divertido vestirse como los malos...- Comentó con ofensa fingida. Se lo estaba pasando bien, pero nada comparable a lo que era mejor aún que todo aquello: verse con unas jodidas, puñeteras y cojonudas botas de vaquero puestas. El canadiense se admiraba así mismo ante el espejo, con una sonrisa bobalicona y satisfecha en el rostro, y los brazos en jarra con los puños cerrados casi como si fuera una pose de superhéroe. Llevaba viendo películas del Viejo Oeste desde que tenía memoria, y poder probarse esas putas botas se antojaba casi como un inesperado sueño hecho realidad. El cuero marrón, las filigranas de bordado negro, la ruedas de acero brillante en los talones... Por eso, el comentario de Nohlem provocó que la expresión de Connor fuera de confusión, porque...¿A quién cojones no le iban a gustar unas botas de vaqueros? Luego su rostro a uno entre divertido y ofendido a partes iguales. Un proceso que duró pocos segundos, pero si alguien lo había observado desde el inicio podría notar los cambios graduales.

-¡Eh, capullo! Nunca, pero nunca... Te metas con las botas de un vaquero del Oeste.- Le soltó a Nohlem fingiendo seriedad con los brazos cruzados, pero una sonrisilla traicionera en los labios que delataba que no le molestaba de verdad, y un tono casi solemne impropio de él. Estaba seguro que esa frase sobre las botas la acababa de sacar de una puta película. Con el cumplido de Rick se volvió hacia él con varios y firmes asentimientos de cabeza y una sonrisa de oreja a oreja.- Gracias, cabronazo, muchas gracias, cabronazo... Tú sí tienes un buen gusto de cojones...- Y rápidamente se volvió de nuevo hacia Nohlem, intentando ponerse serio de nuevo, para terminar su "ataque". Él también sabía jugar a esa mierda cuando quería.- No como nuestro amigo aquí presente... El puto señor Culo de Saco...- Le soltó con una sonrisilla pícara, mientras sus ojos se desviaban exageradamente hacia los pantalones que llevaba puestos. Él no los veía tan mal, pero puestos a seguir la broma tenía que intentar contraatacar con algo.- ¡Ehhh, Szchenimak! ¿Qué cojones has encontrado ahí?- Le preguntó al escucharlo alzar la voz.

Connor seguía observando a Nohlem todavía, con una sonrisilla maliciosa. Poco a poco fue alzando ambas manos, hasta hacerle dos cortes de manga con los brazos extendidos.
Kanyum
Kanyum

Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma

Personajes :
Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
Nohlem: varmano granta. 1’69m
Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m

Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento.
Status : Prrrr prrrrr

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15/01/24, 09:48 pm
Asintió con sonoros “hm-hm” a Schecheniak al defender el color naranja, mas cuando Connor puso como ejemplo de raro tener el pelo verde, el varmano frunció el ceño. ¿Desde cuando era raro tener el pelo verde? En Varmania era el porcentaje superior.

No, si el problema es que yo no esperaba que hubiera mafiosos elegantes, solo mafiosos horteras —respondió alegremente a Rick, dando a entender que con ese abrigo de pelo el chico parecía de los segundos—. A ver, los detectives molan —le concedió en contraposición. Luego recordó que según el “pelirrosa” quien tenía más pintas de mafioso era él, y su sonrisa se tornó dudosa—. Pero es verdad que los malos tienen un yo-no-sé-qué…

Tras su puya a las botas de elfo con campanillas que llevaba -había hablado lo suficiente con Aniol para poder visualizarlas así-, le sostuvo la mirada a Connor con un sonrisa zorruna, de esas que expresaban la inocencia de “no he roto un plato nunca” y “he destruido toda la cocina” simultáneamente, incentivado por el aguante en peligro del neoyorko. Unos 45 días con sus 24 horas conviviendo juntos era tiempo más que suficiente para tener la confianza de joderle la moral a un tío de más de metro noventa con pintas de controlar mejor una pistola que un lápiz. Pero obviamente, le tocaba recibir por algún lado. Abrió la boca a todo lo que daba su mandíbula entre una risotada y la más profunda ofensa porque le acababa de llamar Señor Culo de Saco.

No —dijo, llenándose la boca con la palabra. La mirada que le dedicó a sus pantalones fue la cereza del pastel, levantando unas inseguridades que si bien se tomaba en coña, no toleraba hacia su sagradísimo trasero—. ¡O-Oye!
Había conseguido callarle pero bien. No era un logro fácil tratándose de Nohlem.
¡Ni una risa! —amenazó a Rick, con el rostro oscurecido por el rubor y los labios luchando contra su propia carcajada.

Dejó el perchero en el que había estado indagando para seguir las exclamaciones del lobo, cargando ya una buena cantidad de prendas sin quitarle el ojo de encima al texicano, texoso o como se llamase su estúpido país. Si las miradas matasen Connor no estaría muerto, pero seguro habría recibido una colleja por su parte. Y justo cuando iba a amenazar con contarle a Aniol las cosas tan feas que le había dicho, el colorido perchero robó su atención.

Oh. ¡Oh! —se hizo hueco entre el vittya y el humano -haciendo a éste a un lado con el culo en el proceso-, antes de meter la mano libre entre las telas, tirando de una contra sí para verla mejor—. Santos —susurró con admiración—. Esto sí que es bonito.

Los colores y sus contrastes, la inmaculada cantidad de detalles dentro de su simpleza, los patrones, el uso de cuentas como colgantes y adorno… Capas y capas de tela, cada cual más espectacular que la anterior. Miró la ropa que llevaba en el brazo, luego el perchero. Ropa, perchero, ropa, perchero. Lo que había seleccionado era bonito sí, pero no era mágico. Es decir, estrictamente lo era, se amoldaban al cuerpo, pero no mágico en el sentido más poético de la palabra. Eran prendas finas y elegantes que podían pasar por varmanas, hechas a lo que estaba acostumbrado. Estas sin embargo estaban sacadas de un cuento de los que empiezan con “en un reino muy, muy lejano”, y considerando el sitio en el que estaban y su diversidad cultural, por una vez Nohlem no quería ser el ejemplo de libro de un varmano bien vestido. Quería ser algo nuevo. “Un príncipe”.

No me gusta lo que llevo, toma —y se lo encasquetó a Connor, empujando la ropa contra su pecho—. Schecheniak, ¿alguna vez te he dicho que eres genial? Me has abierto los ojos.

Aquel sitio era la perdición para alguien tan susceptible a estímulos como él, quizás demasiado, pero al menos ahora tenía una idea de lo que quería. Un equilibrio entre algo tan bonito e inusual con algo que pudiera llevar cómodamente, más o menos familiar. Quería una capa, pero quizás no una túnica entera. Buscó fugazmente en ese perchero y el adyacente, similar en cuanto a colorido pero no en forma. De ahí saltó a un armario, del que quedó engatusado nada más abrirlo. En él no había prendas sueltas sino conjuntos enteros, y Santos, que conjuntos.

Engatusado por el color no tardó en dar con el elegido. Nohlem lo agarró todo, ropa escondida en sí misma en una mano y calzado en otra, protegiéndolo de ser visto bien amuñuñado.

¡Tengo mi ropa! —canturreó como un crío como para meterles brío, acercándose a lo que creía serían los vestidores.

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♪♫♬:
Raven
Raven

Ficha de cosechado
Nombre: Ethan
Especie: Humano
Habilidades: Buen oído, valor y motivación
Personajes : Ethan: Humano, Ingles/Japonés 1.75

Síntomas : En ocasiones, se le desenfocará brevemente la vista.
Armas : Ethan Lanza partesana y una daga

Status : Ciego y cojo, el chiste se cuenta solo.

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16/01/24, 11:32 am
Ethan se dejó hacer con la confianza de que aquel espejo le devolviera lo prometido, pues para su suerte no tenía forma de comparar el antes y el después. Durante la sesión improvisada de maquillaje iba abriendo y cerrando los ojos, disfrutando de la calma circunstancial y los suaves trazos que hacían los pinceles sobre su rostro. No opuso resistencia a nada pues entendía que cuanto más pudieran probar y experimentar mejor se lo pasarían los peques. Sus mejillas estaban ligeramente más enrojecidas por el polvo y los labios se sentían húmedos ante el extraño gloss degradado que tenían pero aún así nada se notaba exageradamente cargado. Un maquillaje suave pero resultón, que en el caso de la línea de agua le había costado varios intentos no llorar ante el lápiz.  

-¿Teñir? -El joven parpadeo lento mientras tomaba diferentes posturas para verse mejor ante el espejo. A veces se le olvidaba los diferentes usos que sus compañeros podían darle a los hechizos, problemas de no poder hacer él ni el más sencillo de ellos. -¿También sirve para el pelo?

Preguntó asombrado, viendo que darle ese poder al más joven podía suponer un caos de melenas arcoíris como un día le diera por ahí. Una ligera risa se le escapó al imaginarse la situación y mientras se levantaba del sillón el espejo se adaptó a una nueva circunstancia. El reflejo tembló, ligeras ondas que dieron paso a una escena sutilmente parecida pero con un matiz cambiado. Ethan ahora tenía mechas y no era el único, a cada uno le había decorado el pelo de diferentes tonalidades, como una alternativa más al maquillaje.

-Oh, vaya... ¿Con que se le puede hablar? -Exclamó con cierta confusión, más una interrogante que una confirmación. Ya nada le sorprendía, ahora su trenza se veía decorada de sutiles mechones blanquecinos. Una tonalidad que se adentraba en el interior de su melena para darle una nueva profundidad. Ethan no sabía ni que decir, nunca se había planteado teñirse pero claro,  tampoco se había planteado maquillarse y ahí estaba ahora. -Dios parezco la grulla de Kung fu panda. -Se río con su propia broma, dudoso. -Aunque… no queda mal… Bueno, me lo pienso, va.

>>Muchas gracias chicos, no podría tener mejores maquilladores. -Acabo diciendo a ambos, dándoles un ligero pat pat para no desordenar el pelo ahora que se veían tan adorables. - ¿Vamos?

Estando tan cerca los nervios se mantenían a flor de piel, pero al menos no podían crecer pues no había margen para alimentarlos más. El joven se acercó a las voces un tanto titubeante, dejando que los niños pudieran tomar la delantera si querían. Se acomodó varias veces los escasos mechones poco acostumbrado a que su rostro quedara tan visible y con la duda aún cargando su gesto se asomó levemente hacía el interior de la sala.

-Holaaaaaa genteee, no os vais a creer que nos hemos encontrado. -Desvío la vista rápidamente hacía los peques, prefiriendo por timidez ignorar cualquier contacto visual con sus compañeros. -Os traigo a toda una princesita y bueno, su bufón real

En un tono teatralizado se apartó hacía un lado, haciendo una ligera reverencia para que fueran ellos al entrar quienes se llevaran el protagonismo.  Su sonrisa brillaba cargada de ilusión y orgullo, queriendo presumir ante todo el grupo lo guapos que habían quedado sus niños.
LEC
LEC

Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.
Personajes :
Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)

Armas :
Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
Nefer : Lanza, venenos

Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face

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16/01/24, 12:00 pm
Quería seguir mirándose al espejo. No sabía cuando iba a ser la próxima vez que tuviera uno delante, y necesitaba aprovechar todo lo posible. Las ojeras, las cicatrices; cosas nuevas que hace un mes no estaban ahí y a las que no se iba a acostumbrar en tan poco tiempo.

Al menos no tenía quejas tan fuertes sobre su pelo como las tenían Szczenyak o Connor. Seguía sin saber demasiado bien qué era una gallina, así que no podía comentar si se parecía o no, pero al menos cuando al humano le creciera el pelo y recuperase su color normal iba a parecer menos uno de esos masculinistas horribles.

Su interés por su propio reflejo cambió de golpe cuando Nohlem mencionó la ropa mágica. Observó cómo está cambiaba de tamaño mientras el resto se la probaba, y aunque el abrigo que había elegido Rick era demasiado hortera para su gusto (y para cualquiera que tuviera ojos en la cara), era emocionante no tener que preocuparse por las tallas. Rebuscó entre los percheros algo que probarse para comprobar la magia del cambio de ropa en sus propias carnes, terminando por elegir una casaca militar de un tono rojo oscuro con detalles en dorado. No reconocía los distintivos, así que no podía hacerse una idea de que rango había tenido su propietaria, pero tenía claro que no había sido soldado raso. Era demasiado ancha para ella, y las mangas le irían largas, pero al igual que con el resto de la ropa, al sacarla de la percha y ponérsela le iba como si estuviera hecha a su medida. Volvió a mirarse al espejo, disfrutando al menos de verse con algo más que harapos. Sí, aquello estaba mucho mejor. Si fuera por ella se lo quedaría puesto, pero quería ver qué más había entre todo aquello. ¿No había mencionado Nohlem un corsé?

Se quitó la casaca, que volvió por arte de magia a su tamaño original, y la dejo perfectamente colgada en su lugar original, asegurándose de pasarle la mano por encima para que no quedasen arrugas.

Por otro lado, Connor había encontrado zapatos. Se miró sus botas, el cuero negro mucho más sucio de cómo había llegado. No había pensado en quitárselas incluso si se acababa poniendo algo de aquella ropa, por si acaso había que salir corriendo, pero ahora que veía todas aquellas opciones empezaba a dudar. ¿Cuánto llevaba sin ponerse unos tacones? Le había dicho a Rick que se relajara un poco, pero un poco tampoco era tomarse aquello como si fuera su casa…en términos de seguridad. Desde luego que iba a probarse ropa bonita, aunque no fuera suya.

La horterada de botas que se estaba probando el motero le hacían dudar todavía más que su pelo teñido del gusto estético de este. «Mírame temblar ante tus amenazas vacías», pensó. Ella no bromeaba con esas cosas, desde luego. Humanos y sus rarezas, debía suponer. Aunque no llegó a tiempo de meterse con el horrible gusto de Connor, pues se le adelantó el varmano. En su lugar le dirigió una mirada a Rick, una que decía “no puedes estar hablando en serio”.

No tardó en perderse por los armarios. Buscaba cosas que conociera, algo que pudiera pasar por moda libense. Encajes, transparencias, ropa ligera hecha con telas de calidad. No quería nada con las mil capas que enseñaba Szczenyak, y aunque abrazaba la estética militar con gusto prefería mil veces un vestido o una falda en aquel momento. Al fin y al cabo iban a bailar, y era tan bonito ver cómo la tela se movía al girar…

Quería probarse la mayoría de ropa, y le era difícil elegir lo que filtraba, aunque priorizaba cualquier cosa que tuviera detalles en dorado, así como evitaba cualquier cosa de tonos claros o que fuera azul. Si era rojo o negro mejor, aunque no le hacía ascos a algún púrpura. Terminó por seleccionar un par de vestidos entre los que no terminaba de decidirse, aunque tenía claro que zapatos queria ponerse.

Empezó a imitar a Nohlem y dirigirse al fondo, donde parecía haber vestidores individuales. No es que tuviera problemas en desnudarse delante de nadie, pero había aprendido que culturalmente para los demás no era tan normal como lo era en Libo, así que prefirió la privacidad. Cerró la cortina una vez entró en uno de los vestidores, dejando la ropa pulcramente colocada en los colgadores. Había un espejo dentro también, lo cual era agradable. Como había echado de menos ver su cara.

Desde fuera no tardó en llegar la voz de Ethan, sin embargo. Por el tono parecía que habían encontrado algo interesante, desde luego, pero Kalna ya saldría cuando estuviera lista. Necesitaba quitarse esa ropa cutre del cuerpo cuanto antes.

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Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
Aes
Aes

Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.

Personajes : Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
Fleur: Humana (Francia)
Siwani
Aniol: Humano (Polonia)


Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D

Palacete - Página 31 Empty Re: Palacete

16/01/24, 09:07 pm
¡Si! ¡También sirve para el pelo! —¿Qué cómo lo sabía? Porque había probado varias veces consigo mismo en el torreón, su alcance de la magia no daba para cubrir por completo el cabello de alguien, pero al menos podía teñir partes de cualquier color, en su opinión los fantasía eran los más divertidos—. ¡OH! — El niño esbozó una sonrisa muy sincera y cargada de honra cuando el espejo pareció hablarles y les mostró un Ethan con mechones blanquecinos, la diferencia era notable, como si aquel detalle siempre hubiera estado ahí. Pero es que el gesto del italiano al pasar su brazo por encima de sus hombros hizo que se distrajera un poco, Aniol sintió el cuello tenso por lo repentino de aquel contacto y rió bajito, fijándose en el aspecto del medio japonés con orgullo—. Mírale… Damian… ya casi está listo para volar del nido como una golondrina… —dijo, con tono de padre satisfecho e imitando a su propia madre cada vez que Tabitha o él pegaban un estirón.

Después hinchó el pecho como una palomita orgullosa, alejándose de los colores vibrantes y llamativos de Damian durante unos segundos.

¡Me enseñaron mis hermanas! No todas... Nelka siempre lleva el pelo rapado como Cristiano Ronaldo, no sé si sabéis quién es Cristiano Ronaldo. Pero a algunas de mis hermanas les gusta coser, y a otras peinar —tomó aire, sus ojos avellana parecían relucir de nostalgia, pero sin querer caer en la tristeza—. ¡Les pregunté entonces si podían mostrarme como tejer cabellos! —aquella era una de las habilidades de las que más orgulloso se sentía. No corría rápido, se asfixiaba pronto y no poseía tolerancia a los golpes como algunos de sus amigos a los que les gustaba jugar a empujarse en el recreo. Pero al menos sus dedos eran hábiles para preparar algún que otro pastel rico y hacer trenzas resultonas. Si por el destino no terminaba siendo churrero... ¿Quién sabía?

El pequeño churumbel sintió excitación al adentrarse en la sala que habitaban sus compañeros, su gozo era tal que fijarse en las dimensiones y el poderío de esta fue tarea difícil. Más cuando les llegó una presentación formal.

¡Soy Ania! La princesa perdida del Reino Lavanda —y con teatralidad enmarcó sus propios mofletes entre sus manos para que todos se fijaran en el maquillaje que les exhibía—. Bueno mejor sigo siendo Aniol... pero como decía... ¡Y este es mi bufón real Damian! ¡O Damiano! Su nombre artístico... uh... yo creó que ahora deberías  dar una voltereta o algo... —le susurró, dando palmaditas y fijándose en que Ethan quedaba más atrás. El niño frunció el ceño antes de alzar la voz todavía con más florituras—. ¡Por último pero no menos importante... el consejero real... Ethan! ¡Viene de un reino lejano! ¡Pero es guapísimo y las doncellas morirían por su atención!

Las introducciones de la realeza no tuvieron demasiado margen a reacción, ya que bastó un instante para que reparara en lo que Nohlem llevaba en los brazos. Su mirada danzó de manera intermitente entre Rick y las botas de Connor.

¡¿Eso es ropaaaaaaaaaa?! —preguntó, en especial al granta. El resto de estímulos hicieron presencia, las losas, los vestidores al fondo, Colmillo, el piano. A su cabeza solo le faltó girar trescientos sesenta grados para imitar el vuelco de su corazón.

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"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."

"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."

"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."

"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
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