Prisión (Archivo VII)
+27
Léthe0
Bellota
Neith2
Merodeador
Naeryan
Dal
Alicia
Leonart
Jack
Zarket
alpeca
LEC
Lops
Reifon
Aes
Jikan11
Seth
Manasard
Kial
Lathspell
Tak
Kanyum
Red
Evanna
Giniroryu
Yber
Muffie
31 participantes
- Evanna
Ficha de cosechado
Nombre: Rua
Especie: Humana. Sueca
Habilidades: Rapidez mental, valor, astuciaPersonajes :- DL/Dédalo: Cambiante, foner
- Dhelian/Evelhan Kaw: Brugho, daeliciano
- Samika: Evaki, humana
- Pelusa (Pam): Spriggan, Mona del queso.
- Rua: Unicornio Humana, Sueca. 1,76 sin plataformas.
Armas :- DL/Dédalo: Espada, magia y sus cambios
- Dhelian/Evelhan Kaw: Magia y estirges
- Samika: Puñetazos y patadas
- Pelusa (Pam): Cuchillo pelapapas y una honda con piedras
- DL/Dédalo: Cambiante, foner
Prisión (Archivo VII)
30/10/15, 09:06 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Fueron los temblores los que terminaron por despertarla. Abrió lentamente los ojos sintiendo un nuevo estremecimiento al tiempo que intentaba cubrirse aun mas con el poncho instintivamente, dándose cuenta que se encontraba sobre una cama. Soñolienta aun y con el frío calando su cuerpo desnudo bajo el poncho miró alrededor. Estaba en un cuarto sin mas luz que la que provenía del pasillo, pues la puerta estaba entre abierta, acostada en una cama que había tenido mejores tiempos, aunque para ella era un pequeño lujo.
Los recuerdos de su breve encuentro con Dama Aroma llegó a la mente de Pam. Frunció el ceño pues aquel sitio no tenia pinta alguna de ser magnifico, parecía un tugurio de mala muerte. Agarro el mango del cuchillo dentro de su delantal para conseguir seguridad antes de bajarse de la cama, sintiendo la piedra bajo sus pies.
<<Que lugar mas extraño>> pensó acercándose despacio a la puerta no habiendo NAda mas que ver allí salvo suelo sucio y una cama incomoda. Empezaba a temer el haberse equivocado por confiar en Dama Aroma ¿y si había sido llevada a otra granja? <<La suerte no puede ser tan cruel...>> inquieta, asomándose un poco por el orificio que permitía que entrara cierta luz en el cuarto. No había nadie fuera, solo un largo pasillo cubierto de piedra. No había ordes alguno fuera y aquello le era extraño. Las granjas siempre estaban cuidadas y vigiladas por los ordeses, pero allí no solo no había nadie sino que tenia un aspecto bastante decadente.
<<Incluso si lo hay, tengo mi cuchillo>> aseguro dándose confianza antes de empujar un poco la puerta con esfuerzo, pues era bastante pesada y abrir un hueco lo suficientemente grande para colar su menudo cuerpo. Ya afuera, vio que tanto a su derecha como a su izquierda el pasillo parecía no tener fin y solo era iluminado por la tenue luz de las antorchas. No solo eso, sino que todo era...grande, el techo, la puerta, la cama donde había despertado y aquello solo añadió otra duda mas a la mente de la mono del queso.
-¿Y ahora que? -se preguntó Pam confundida y frunciendo aun mas el ceño. Sin saber donde estaba ni por donde ir, solo le quedaba una opción: dejad que la suerte la guiara. Cogió una de las agujas de su pulsera y acuclilló en el suelo sintiendo un poco mas de calor llegando a ella al hacerlo, colocando la aguja en vertical sobre una de las losas de piedra, la aguja se mantuvo de pies apenas un par de milésimas de segundo después de que apartara el dedo, cayendo hacia un lado antes de rodar un poco y quedarse quieta- A la izquierda entonces - murmuro Pam, tomando la aguja de vuelta y devolviéndola a su lugar, para seguir el pasillo indicando sin dejar de restregarse un brazo para intentar calentarse un poco y con el cuchillo firmemente agarrado en el bolsillo.
Fueron los temblores los que terminaron por despertarla. Abrió lentamente los ojos sintiendo un nuevo estremecimiento al tiempo que intentaba cubrirse aun mas con el poncho instintivamente, dándose cuenta que se encontraba sobre una cama. Soñolienta aun y con el frío calando su cuerpo desnudo bajo el poncho miró alrededor. Estaba en un cuarto sin mas luz que la que provenía del pasillo, pues la puerta estaba entre abierta, acostada en una cama que había tenido mejores tiempos, aunque para ella era un pequeño lujo.
Los recuerdos de su breve encuentro con Dama Aroma llegó a la mente de Pam. Frunció el ceño pues aquel sitio no tenia pinta alguna de ser magnifico, parecía un tugurio de mala muerte. Agarro el mango del cuchillo dentro de su delantal para conseguir seguridad antes de bajarse de la cama, sintiendo la piedra bajo sus pies.
<<Que lugar mas extraño>> pensó acercándose despacio a la puerta no habiendo NAda mas que ver allí salvo suelo sucio y una cama incomoda. Empezaba a temer el haberse equivocado por confiar en Dama Aroma ¿y si había sido llevada a otra granja? <<La suerte no puede ser tan cruel...>> inquieta, asomándose un poco por el orificio que permitía que entrara cierta luz en el cuarto. No había nadie fuera, solo un largo pasillo cubierto de piedra. No había ordes alguno fuera y aquello le era extraño. Las granjas siempre estaban cuidadas y vigiladas por los ordeses, pero allí no solo no había nadie sino que tenia un aspecto bastante decadente.
<<Incluso si lo hay, tengo mi cuchillo>> aseguro dándose confianza antes de empujar un poco la puerta con esfuerzo, pues era bastante pesada y abrir un hueco lo suficientemente grande para colar su menudo cuerpo. Ya afuera, vio que tanto a su derecha como a su izquierda el pasillo parecía no tener fin y solo era iluminado por la tenue luz de las antorchas. No solo eso, sino que todo era...grande, el techo, la puerta, la cama donde había despertado y aquello solo añadió otra duda mas a la mente de la mono del queso.
-¿Y ahora que? -se preguntó Pam confundida y frunciendo aun mas el ceño. Sin saber donde estaba ni por donde ir, solo le quedaba una opción: dejad que la suerte la guiara. Cogió una de las agujas de su pulsera y acuclilló en el suelo sintiendo un poco mas de calor llegando a ella al hacerlo, colocando la aguja en vertical sobre una de las losas de piedra, la aguja se mantuvo de pies apenas un par de milésimas de segundo después de que apartara el dedo, cayendo hacia un lado antes de rodar un poco y quedarse quieta- A la izquierda entonces - murmuro Pam, tomando la aguja de vuelta y devolviéndola a su lugar, para seguir el pasillo indicando sin dejar de restregarse un brazo para intentar calentarse un poco y con el cuchillo firmemente agarrado en el bolsillo.
Invitado, sueñas con un mundo perfecto...
...tu paraíso personal...
...donde lloras tu imperfecta realidad
- Spoiler:
- Rua habla = #9932CC
Rua piensa = #CD5C5C
Dédalo piensa = #FFFAFA
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Re: Prisión (Archivo VII)
10/11/15, 07:08 pm
Tayron miró a la clinger, sospesando su movimiento corporal y observando que no debía de estar en buena situación, pues no aparentaba confiada tras sus gestos de buena fe por hacerla entender que de ninguna forma suponían una amenaza mayor para ella, atendió de espaldas a Dafne mientras aún observaba a Sakrilt con expresión sincera.
-Yo no estoy tan seguro- corrigió sin mirar, para no acentuar los movimientos bruscos- sé que tienes ganas de salir de aquí, de hecho yo también, pero prefiero que esto..esta...lo que sea nos siga, no sé que cara tiene pero si fuera humana sería de pocos amigos.- dijo cruzándose de brazos, analizando su rostro sin dejar de llamarle la atención sus vetas amarillas, pensó que la combinación de color quedaba muy chula y que era bastante llamativo, quizás algún día se tiñera algún mechón rubio, para cambiar de los colores fríos que solía usar.
El Belga fue interrumpido de sus pensamientos cuando el más serio de los nublinos se dirigió hacia el resto, mandando una orden, se volvió a pasar la lengua por los labios, no estaba acostumbrado a seguir órdenes de nadie y menos de desconocidos, Tayron estaba acostumbrado a ir por libre y seguir los consejos de Dekka cuando no le quedaba otra opción, pero asentir con la cabeza y dejarse hacer no estaba entre sus costumbres, además, si lo que había captado era cierto el mayor de los hermanos iba a quedarse con la nueva situación y ellos debían irse, imaginaba que a buscar una salida. No le parecía buena idea, en primer lugar porque no iba a perderse por nada del mundo la presencia de alguien de otro planeta, y en segundo porque creía que Barael, según su conclusión de la primera impresión no era el más adecuado para tranquilizar a alguien.
De todas formas, y aunque percibía que la clinger no estaba receptiva, no se esperó aquel golpe en la mandíbula que sino hubiera sido porque el chico logró apartarse a tiempo habría caído casi fulminado en el suelo al instante. Reprimió un “la hostia” y se quedó con la velocidad y reflejos del muchacho y la fuerza de gancho del otro ser. >>Interesante, ¡Podría haber sido algo más certero pero interesante de todas formas!<<.
No tardó en reaccionar, amainando las ganas de que una pequeña pelea se iniciase, en el caso hipotético de que así fuera Tayron no sabía de veras quien podría ganar, a pesar de la altura de la última persona con la que se habían cruzado le había sorprendido para bien, peleaba como una furia contra Barael, el cual se debatía en el suelo con sus fuerzas, agarrado firmemente del pelo. La mención de su nombre hizo despertar al humano.
-¡Sí, ya voy!- gritó alarmado, recopilando la experiencia que tenía a la hora de separa gente en una afrenta a puñetazo limpio, recordó que lo mejor en esos casos no era abrumar y por supuesto intervenir de forma violenta, así que se acercó por la espalda del nublino y con firmeza le puso las manos en el abdomen al tiempo que mandaba una orden rápida de emergencia a Dafne- ¡Mira si tiene alguna arma, podría no ser tan indefensa como creíamos, y vigila que Eriel no se meta, podría empeorar la cosa!- y tiró de Barael hacia atrás, quizás haciéndole daño en el pelo, no le costó hacerlo y quizás se pasó en la fuerza, cayendo de espalda y dándose en la nuca con el suelo, se incorporó con rapidez y se interpuso con velocidad entre la salida para la clinger y el resto de gente, mandándole una mirada a todos especialmente al nublino afectado que quería dar a entender que no se acercara.-Tranquilidad -alzó las manos como si le apuntasen con una pistola, habría deseado tener una voz dulce y melodiosa que apaciguara a la bestia que chillaba, pero en aquel momento fue su voz ronca la que habló- no queremos hacerte daño, has reaccionado mal- intentó explicar, acuclillándose un poco, con las piernas tensadas y sacando su cara mas persuasiva- venga no nos lo pongas más difícil- le sonrió. Tuvo el impulso de llevarse la mano a la navaja y mostrar el juguetito que poseía a escondidas pero entendió que no serviría de nada si lo que quería era que parara aquello, así que se mantuvo a la espera, y con la certeza de que si le saltaba encima también a él la embestiría contra la pared.
-Yo no estoy tan seguro- corrigió sin mirar, para no acentuar los movimientos bruscos- sé que tienes ganas de salir de aquí, de hecho yo también, pero prefiero que esto..esta...lo que sea nos siga, no sé que cara tiene pero si fuera humana sería de pocos amigos.- dijo cruzándose de brazos, analizando su rostro sin dejar de llamarle la atención sus vetas amarillas, pensó que la combinación de color quedaba muy chula y que era bastante llamativo, quizás algún día se tiñera algún mechón rubio, para cambiar de los colores fríos que solía usar.
El Belga fue interrumpido de sus pensamientos cuando el más serio de los nublinos se dirigió hacia el resto, mandando una orden, se volvió a pasar la lengua por los labios, no estaba acostumbrado a seguir órdenes de nadie y menos de desconocidos, Tayron estaba acostumbrado a ir por libre y seguir los consejos de Dekka cuando no le quedaba otra opción, pero asentir con la cabeza y dejarse hacer no estaba entre sus costumbres, además, si lo que había captado era cierto el mayor de los hermanos iba a quedarse con la nueva situación y ellos debían irse, imaginaba que a buscar una salida. No le parecía buena idea, en primer lugar porque no iba a perderse por nada del mundo la presencia de alguien de otro planeta, y en segundo porque creía que Barael, según su conclusión de la primera impresión no era el más adecuado para tranquilizar a alguien.
De todas formas, y aunque percibía que la clinger no estaba receptiva, no se esperó aquel golpe en la mandíbula que sino hubiera sido porque el chico logró apartarse a tiempo habría caído casi fulminado en el suelo al instante. Reprimió un “la hostia” y se quedó con la velocidad y reflejos del muchacho y la fuerza de gancho del otro ser. >>Interesante, ¡Podría haber sido algo más certero pero interesante de todas formas!<<.
No tardó en reaccionar, amainando las ganas de que una pequeña pelea se iniciase, en el caso hipotético de que así fuera Tayron no sabía de veras quien podría ganar, a pesar de la altura de la última persona con la que se habían cruzado le había sorprendido para bien, peleaba como una furia contra Barael, el cual se debatía en el suelo con sus fuerzas, agarrado firmemente del pelo. La mención de su nombre hizo despertar al humano.
-¡Sí, ya voy!- gritó alarmado, recopilando la experiencia que tenía a la hora de separa gente en una afrenta a puñetazo limpio, recordó que lo mejor en esos casos no era abrumar y por supuesto intervenir de forma violenta, así que se acercó por la espalda del nublino y con firmeza le puso las manos en el abdomen al tiempo que mandaba una orden rápida de emergencia a Dafne- ¡Mira si tiene alguna arma, podría no ser tan indefensa como creíamos, y vigila que Eriel no se meta, podría empeorar la cosa!- y tiró de Barael hacia atrás, quizás haciéndole daño en el pelo, no le costó hacerlo y quizás se pasó en la fuerza, cayendo de espalda y dándose en la nuca con el suelo, se incorporó con rapidez y se interpuso con velocidad entre la salida para la clinger y el resto de gente, mandándole una mirada a todos especialmente al nublino afectado que quería dar a entender que no se acercara.-Tranquilidad -alzó las manos como si le apuntasen con una pistola, habría deseado tener una voz dulce y melodiosa que apaciguara a la bestia que chillaba, pero en aquel momento fue su voz ronca la que habló- no queremos hacerte daño, has reaccionado mal- intentó explicar, acuclillándose un poco, con las piernas tensadas y sacando su cara mas persuasiva- venga no nos lo pongas más difícil- le sonrió. Tuvo el impulso de llevarse la mano a la navaja y mostrar el juguetito que poseía a escondidas pero entendió que no serviría de nada si lo que quería era que parara aquello, así que se mantuvo a la espera, y con la certeza de que si le saltaba encima también a él la embestiría contra la pared.
- Reifon
Ficha de cosechado
Nombre: Nery´s
Especie: Frivy
Habilidades: Velocidad, agilidad, resistencia.
Re: Prisión (Archivo VII)
10/11/15, 07:55 pm
Aquello, le golpeaba fieramente la cabeza y le tiraba del pelo. <<Por suerte nada mortal.>> Sintió unas manos en su abdomen. <<¿No sería mejor que agarraras a eso en vez de a mi?>> Cuando tiro de él se soltó del bicho y Barael cayó encima de Tay, sin pensarlo se apartó rodando de él y se puso de pie en guardia. Tay se levantó y le pareció que trataba de calmar al bicho. Le dolía la mandíbula, la cabeza y lo peor de todo <<la maldita garganta>>. Tay parecía calmado, pero por su postura estaba listo para reaccionar. Barael tampoco se relajo, si bien el bicho podría estar en un estado de pánico y por eso reaccionaba así, él no iba a permitir que le hiciese nada a Eri. <<Si hace algo más dejare que Tay embista primero y luego le inmovilizaré con su ayuda>>
Hoy era con diferencia el peor día de su vida. <<Y no es ni el primer día completo>> -Pensó.
Hoy era con diferencia el peor día de su vida. <<Y no es ni el primer día completo>> -Pensó.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Re: Prisión (Archivo VII)
10/11/15, 10:16 pm
Eriel observó la escena sin apenas pestañear. El golpe a su hermano y la pelea en general. <<¿Puede ser que alguno de los gestos que hemos usado en su cultura signifique algún tipo de insulto? Si es eso entiendo que se haya puesto agresivo, también puede que sólo se sienta amenazado>> pensando y viendo la escena llegó a la conclusión lógica.
Evadió la vigilancia de su hermano y de Dafne y se interpuso entre el belga y la clinger, le puso la mano en el pecho al belga y empujó suavemente. No le daba miedo el hecho de que el insecto se tirase sobre él, nunca en su vida había tenido miedo y no vaía por qué iba a empezar a tenerlo en ese momento. Le hizo un gesto a Tayron diciéndole que ellos cuatro debían dejar sólo al animal, que era mejor que siguiesen su camino sin el insecto.
-Nos vamos - dijo en voz alta con un tono de voz que no admitía ningún tipo de réplica.- Ahora - Añadió y empezó a andar hacia el final del pasillo en dirección a la escaleras ignorando al ser.- ¿Estás bien? - le preguntó a su hermano con una nota de preocupación tiñendo su voz.
Evadió la vigilancia de su hermano y de Dafne y se interpuso entre el belga y la clinger, le puso la mano en el pecho al belga y empujó suavemente. No le daba miedo el hecho de que el insecto se tirase sobre él, nunca en su vida había tenido miedo y no vaía por qué iba a empezar a tenerlo en ese momento. Le hizo un gesto a Tayron diciéndole que ellos cuatro debían dejar sólo al animal, que era mejor que siguiesen su camino sin el insecto.
-Nos vamos - dijo en voz alta con un tono de voz que no admitía ningún tipo de réplica.- Ahora - Añadió y empezó a andar hacia el final del pasillo en dirección a la escaleras ignorando al ser.- ¿Estás bien? - le preguntó a su hermano con una nota de preocupación tiñendo su voz.
- Neith2
Ficha de cosechado
Nombre: Dafne
Especie: Humana
Habilidades: Habilidad mental, sentido común, reflejos
Re: Mazmorras de la Cosecha
11/11/15, 10:05 pm
Dafne dejó por imposible la comunicación con el insecto, andaba desesperada, eran muy pesados intentando hacer que aquella criatura se inmutase con sus comentarios. Y allí seguían mirando al ser que tenía la cara más aterrada del mundo según la noruega. Al fin Barael, uno de los nublinos, ideó un plan bastante práctico y seguro, aunque la comunicacion con ellos era algo complicada había gestos que se entendían perfectamente, la chica se alegró de que alguíen coincidiera con ella para salir de aquel edificio en penumbras.
Dafne observaba al clinger dubitativa... el insectoide hizo un cambio bastante drástico, antes estaba atemorizada y parecía no ser dañino ni violento, pero por un segundo, cambió todo al contrario, la ira se hizo dueña de aquel ser, según ella, parecía que quería destroza a cualquier cosa que se interpusiese por su camino, y a ser verdad, no se equivocó...>>No, no, ¿Pero que le ocurre?, parece que lo está malinterpretando todo, no entiendo, ¿¡Por qué demuestra tanto odio, ahora!?<<-Pensaba la chica al seguir viendo la situación. Casi al mismo tiempo que se le venía esas preguntas a la mente...No podía creerlo, demasiado tarde... El clinger le propinó un fuerte golpe en la mandíbula a uno de los nublinos, que en este caso fue Barael.
-¡No!, ¿Que hace el bicho este, joder?-Dijo Dafne, mientras volvía a recorrer con la mirada el lugar, rápidamente, en busca de el palo que tenía antes en la mano.
Tay le advirtió que alejase al compañero del nublino de aquella situación, pero este se negó rotundamente, dio a entender que aquella cosa no le daba miedo...
-Cuidado, con lo que haces-Le advirtió la noruega, poniéndole una mano en el hombro, aunque este no entendiese palabra de lo dicho, pero suponía que lo comprendería.
Aunque ella recuperó aquel palo que le servía de "defensa", optó por no usarlo ya que el insectoide podría ponerse más agresivo de lo que estaba así que se acercó hacía el clinger de forma pacífica y de forma que no le pareciese una amenaza.
-¡Eh, sueltalo!, no te hemos nada solo queremos que también, tú nos ayudes a salir de aquí-Bramó mientras levantaba las manos hacia arriba en señal de que no tenía nada que pudiera hacerle daño, y a continuación terminó haciendo como una especie de círculo en el aire guiándose del dedo índice, en el cual hizo como que lo incluía, e hizo la silueta de una puerta, y una especie de gestos que con ellos, le intentaba comunicar que querían buscar una salida. <<Dios mío, espero que lo esté mejorando...<<
Dafne observaba al clinger dubitativa... el insectoide hizo un cambio bastante drástico, antes estaba atemorizada y parecía no ser dañino ni violento, pero por un segundo, cambió todo al contrario, la ira se hizo dueña de aquel ser, según ella, parecía que quería destroza a cualquier cosa que se interpusiese por su camino, y a ser verdad, no se equivocó...>>No, no, ¿Pero que le ocurre?, parece que lo está malinterpretando todo, no entiendo, ¿¡Por qué demuestra tanto odio, ahora!?<<-Pensaba la chica al seguir viendo la situación. Casi al mismo tiempo que se le venía esas preguntas a la mente...No podía creerlo, demasiado tarde... El clinger le propinó un fuerte golpe en la mandíbula a uno de los nublinos, que en este caso fue Barael.
-¡No!, ¿Que hace el bicho este, joder?-Dijo Dafne, mientras volvía a recorrer con la mirada el lugar, rápidamente, en busca de el palo que tenía antes en la mano.
Tay le advirtió que alejase al compañero del nublino de aquella situación, pero este se negó rotundamente, dio a entender que aquella cosa no le daba miedo...
-Cuidado, con lo que haces-Le advirtió la noruega, poniéndole una mano en el hombro, aunque este no entendiese palabra de lo dicho, pero suponía que lo comprendería.
Aunque ella recuperó aquel palo que le servía de "defensa", optó por no usarlo ya que el insectoide podría ponerse más agresivo de lo que estaba así que se acercó hacía el clinger de forma pacífica y de forma que no le pareciese una amenaza.
-¡Eh, sueltalo!, no te hemos nada solo queremos que también, tú nos ayudes a salir de aquí-Bramó mientras levantaba las manos hacia arriba en señal de que no tenía nada que pudiera hacerle daño, y a continuación terminó haciendo como una especie de círculo en el aire guiándose del dedo índice, en el cual hizo como que lo incluía, e hizo la silueta de una puerta, y una especie de gestos que con ellos, le intentaba comunicar que querían buscar una salida. <<Dios mío, espero que lo esté mejorando...<<
- Reifon
Ficha de cosechado
Nombre: Nery´s
Especie: Frivy
Habilidades: Velocidad, agilidad, resistencia.
Re: Prisión (Archivo VII)
11/11/15, 11:08 pm
Al ver pasar a su hermano delante de ambos, tan insensato como siempre, su cuerpo se tensó como nunca, preparado para reaccionar a la más mínima amenaza. Lanzó una mirada de cólera helada que atravesó a aquel ser como una lanza de hielo. Dejo a su hermano hacer ya que realmente hablaba con coherencia, pero sus ojos no se apartaron ni un momento de su objetivo. Si aquella cosa osaba siquiera dar un paso en dirección a su hermano, él se encargaría de que no volviera a andar jamás.
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.
Personajes : ●Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
●Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
●Fleur: Humana (Francia)
Siwani
●Aniol: Humano (Polonia)
Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D
Re: Prisión (Archivo VII)
12/11/15, 04:00 pm
Debía de haberse raspado todo el culo al haber caído de espaldas sobre el suelo porque le dolía horrores, le escocía, y tendría alguna marca en el cuello, se obligó a no mirar con furia a la clinger y maldijo para sí mismo a Barael.
-No sé si se puede hacer- habló con tranquilidad- pero me cago en tu peso- continúo maldiciendo al nublino, era una suerte que solo le entendiera Dafne, el resto no se habría dado cuenta de que las cosas que decía por su tono neutral en la voz, observó quieto desde su postura un nuevo comportamiento en Eriel, evadió a Dafne y se interpuso entre el belga y Sakrilt, sin miedo a recibir ningún tipo de ataque. Tayron sonrió ante aquello.
-Tienen huevos, hay que reconocerlos- afirmó, sin saber si lo decía para sí mismo o si las palabras iban dirigidas a la noruega- mmm- murmuró- me encanta.
Frunció el ceño, Eriel le puso la mano en el pecho con delicadeza y Tayron no sabía que estaba haciendo, solo interpretó lo que quería decir una vez le empujó suavemente hacia detrás. Asintió a lo que fuese que le estaba comunicando, le llamó más la atención el tono que las palabras, no debía de admitir replica porque demostraba determinación, y aunque el humano no era de aquellos que se dejase llevar por los demás lo hacía por sus instintos, y su instinto no le decía ni más ni menos que continuase con aquellos dos que se le antojaban tan interesante. Además, debían irse de allí, las aventuras estarían fuera.
Entendió a la perfección lo que su amiga estaba intentando decirle al extraño, pero supo enseguida que podía ser algo complicado de captar, y más viniendo de otro mundo.
-Deberíamos dejarle- le susurró a la chica al pasar por su lado y mirando como los dos nuevos compañeros antes encontrados se iban alejando- si quiere vendrá con nosotros, si no, se dará cuenta más tarde de que era lo correcto. Este lugar no abarca demasiadas cosas, y tampoco gente, dudo que quiera quedarse solo o sola.- afirmando sus palabras decidió hacerlo con los hechos y con un gesto y una mirada sonriente la invitó a que si quería podría venir con ellos, relajó su mente y olvidó que tenía la navaja en el bolsillo, se encaminó hacia la salida con felicidad renovada.
-Impresionante- calificó el lugar cuando las paredes grises y frías se abrieron para mostrar un cielo gris y apagado, a lo lejos, cantidades de edificios ruinosos con recovecos se alzaban hacia arribas, sin orden aparente, sin contrastar para nada con el lugar.- daría lo que fuera por haberme vestido de halloween ayer, seguro que no destacaría aquí- hablaba dando pasos seguros, a veces se detenía un poco, ralentizando sus pasos para observar lo que Rocavarancolia les ofrecía, se acercó a la chica un poco más juguetón que de costumbre- ¿Te apetece que te lleve a caballito?, ignoraré el dolor de culo si quieres y...-pero se interrumpió cuando a lo lejos escuchó voces, y lo mejor...>>¡Humanos!- ¡Mira, allí, en esa fuente, hay gente!, que alegría de que no estamos solos- y sin pensarlo dos veces apresuró el paso para cambiar al trote y pocos segundos después comenzar a correr con entusiasmo a lo que más tarde serían su nuevos compañeros.
Sigue en: Plaza de la Fuente
-No sé si se puede hacer- habló con tranquilidad- pero me cago en tu peso- continúo maldiciendo al nublino, era una suerte que solo le entendiera Dafne, el resto no se habría dado cuenta de que las cosas que decía por su tono neutral en la voz, observó quieto desde su postura un nuevo comportamiento en Eriel, evadió a Dafne y se interpuso entre el belga y Sakrilt, sin miedo a recibir ningún tipo de ataque. Tayron sonrió ante aquello.
-Tienen huevos, hay que reconocerlos- afirmó, sin saber si lo decía para sí mismo o si las palabras iban dirigidas a la noruega- mmm- murmuró- me encanta.
Frunció el ceño, Eriel le puso la mano en el pecho con delicadeza y Tayron no sabía que estaba haciendo, solo interpretó lo que quería decir una vez le empujó suavemente hacia detrás. Asintió a lo que fuese que le estaba comunicando, le llamó más la atención el tono que las palabras, no debía de admitir replica porque demostraba determinación, y aunque el humano no era de aquellos que se dejase llevar por los demás lo hacía por sus instintos, y su instinto no le decía ni más ni menos que continuase con aquellos dos que se le antojaban tan interesante. Además, debían irse de allí, las aventuras estarían fuera.
Entendió a la perfección lo que su amiga estaba intentando decirle al extraño, pero supo enseguida que podía ser algo complicado de captar, y más viniendo de otro mundo.
-Deberíamos dejarle- le susurró a la chica al pasar por su lado y mirando como los dos nuevos compañeros antes encontrados se iban alejando- si quiere vendrá con nosotros, si no, se dará cuenta más tarde de que era lo correcto. Este lugar no abarca demasiadas cosas, y tampoco gente, dudo que quiera quedarse solo o sola.- afirmando sus palabras decidió hacerlo con los hechos y con un gesto y una mirada sonriente la invitó a que si quería podría venir con ellos, relajó su mente y olvidó que tenía la navaja en el bolsillo, se encaminó hacia la salida con felicidad renovada.
-Impresionante- calificó el lugar cuando las paredes grises y frías se abrieron para mostrar un cielo gris y apagado, a lo lejos, cantidades de edificios ruinosos con recovecos se alzaban hacia arribas, sin orden aparente, sin contrastar para nada con el lugar.- daría lo que fuera por haberme vestido de halloween ayer, seguro que no destacaría aquí- hablaba dando pasos seguros, a veces se detenía un poco, ralentizando sus pasos para observar lo que Rocavarancolia les ofrecía, se acercó a la chica un poco más juguetón que de costumbre- ¿Te apetece que te lleve a caballito?, ignoraré el dolor de culo si quieres y...-pero se interrumpió cuando a lo lejos escuchó voces, y lo mejor...>>¡Humanos!- ¡Mira, allí, en esa fuente, hay gente!, que alegría de que no estamos solos- y sin pensarlo dos veces apresuró el paso para cambiar al trote y pocos segundos después comenzar a correr con entusiasmo a lo que más tarde serían su nuevos compañeros.
Sigue en: Plaza de la Fuente
"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."
"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."
"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: Prisión (Archivo VII)
12/11/15, 07:30 pm
Ahora Sakrilt está confusa. Al contrario de lo que esperaba, el simio ha agarrado al agresor en lugar de intentar inmovilizarla a ella o amenazarla para que pare. Al ser tomada por sorpresa, la bicharraca deja de golpear. Tras unos momentos de incertidumbre, se levanta rápidamente y los observa cautelosa.
Y los mamíferos siguen hablando y realizando gestos de los que, por supuesto, la tía esta no entiende una mierda. Sin embargo, ya no desconfía tanto. En cierto modo, la forma en que les han separado le ha hecho pensar —¡milagro!— que tal vez no quieran hacerle daño. Además, comprueba que se marchan por donde estaban señalando antes. «¿Me intentan bloquear la salida?» Ya no está tan segura de ello.
Finalmente, concluye que la decisión más prudente es seguirlos, aunque desde la distancia. A pesar de que lo intenta, no logra ser todo lo silenciosa que quiere, así que seguramente se den cuenta de que los está siguiendo. Aun así, conserva la distancia más por desconfiada y miedica que por alarmarlos. Finalmente, cuando estos al fin salen a la calle, ella se queda tras el umbral observándolos. Fuera hay más de esos extraños simios pelados.
Sigue en la Plaza de la Fuente.
Y los mamíferos siguen hablando y realizando gestos de los que, por supuesto, la tía esta no entiende una mierda. Sin embargo, ya no desconfía tanto. En cierto modo, la forma en que les han separado le ha hecho pensar —¡milagro!— que tal vez no quieran hacerle daño. Además, comprueba que se marchan por donde estaban señalando antes. «¿Me intentan bloquear la salida?» Ya no está tan segura de ello.
Finalmente, concluye que la decisión más prudente es seguirlos, aunque desde la distancia. A pesar de que lo intenta, no logra ser todo lo silenciosa que quiere, así que seguramente se den cuenta de que los está siguiendo. Aun así, conserva la distancia más por desconfiada y miedica que por alarmarlos. Finalmente, cuando estos al fin salen a la calle, ella se queda tras el umbral observándolos. Fuera hay más de esos extraños simios pelados.
Sigue en la Plaza de la Fuente.
- Neith2
Ficha de cosechado
Nombre: Dafne
Especie: Humana
Habilidades: Habilidad mental, sentido común, reflejos
Re: Mazmorras de la Cosecha
12/11/15, 09:39 pm
Por fin aquel enfrentamiento tan repentino acabó, mas o menos bien, el golpe en la mandíbula no fue bastante grave al parecer de Dafne. Cuando el nublino se interpuso entre ella y Tay, la chica se llevó las manos a la cabeza, no podía creerse eso, pero al fin y al cabo, él fue el que ayudó a salir a su compañero de allí sin que la clinger le pudiese hacer más daño a causa de sus malinterpretaciones.
-Gracias a Dios que no ha pasado algo más grave-Dijo mientras miraba a Tay y al insectoide de reojo.
Después de todo los dos nublinos se encaminaron en busca de la salida, eso le alegró bastante, por fin se pusieron de acuerdo para salir de aquella mazmorra, tan oscura y tan vacia como otra cualquiera.
Ante la propuesta de Tay ella asintió contestándole...
-Sí, dejémosla, si viene bien y sino pues nada que se quede aquí, donde no va a durar mucho.
Dafne evitaba a toda costa mirar a la clinger, temía que su mirada demostrase alguna amenaza o algo por el estilo, ya que no se extrañaba que volviera a reaccionar mal, así que se dio la vuelta lentamente y se encaminó en busca de la salida y en esto, poder alcanzar a los nublinos.
>>Por fin, voy a dejar esta masa de piedras atrás...Por fin<<-Se repetía a sí misma mientras dejaba atrás habitación por habitación, cada paso que daba se colaba más luz por el suelo del gran pasillo. Allí estaba, la puerta que tanto deseaba encontrar...
-¡Mira, Tay!, ya hemos salido-Exclamó emocionada mientras lo agarró del brazo y lo miraba con delicadeza y una gran sonrisa.
Cuando llegaron al borde de la puerta la noruega no pudo evitar entrecerrar los ojos, ya se había acostumbrado a la vista en la oscuridad, pero no tardo mucho en darse cuenta de que a lo lejos también había gente...y ¡Humanos!
-¡Bien!, parecen tener pinta de ser como nosotros, o eso creo, reunámonos con ellos, a ver si hay alguno que hable nuestro idioma...-Bramó mientras empezó a andar con paso ligero hacia las personas que se observaban de lejos...
-Gracias a Dios que no ha pasado algo más grave-Dijo mientras miraba a Tay y al insectoide de reojo.
Después de todo los dos nublinos se encaminaron en busca de la salida, eso le alegró bastante, por fin se pusieron de acuerdo para salir de aquella mazmorra, tan oscura y tan vacia como otra cualquiera.
Ante la propuesta de Tay ella asintió contestándole...
-Sí, dejémosla, si viene bien y sino pues nada que se quede aquí, donde no va a durar mucho.
Dafne evitaba a toda costa mirar a la clinger, temía que su mirada demostrase alguna amenaza o algo por el estilo, ya que no se extrañaba que volviera a reaccionar mal, así que se dio la vuelta lentamente y se encaminó en busca de la salida y en esto, poder alcanzar a los nublinos.
>>Por fin, voy a dejar esta masa de piedras atrás...Por fin<<-Se repetía a sí misma mientras dejaba atrás habitación por habitación, cada paso que daba se colaba más luz por el suelo del gran pasillo. Allí estaba, la puerta que tanto deseaba encontrar...
-¡Mira, Tay!, ya hemos salido-Exclamó emocionada mientras lo agarró del brazo y lo miraba con delicadeza y una gran sonrisa.
Cuando llegaron al borde de la puerta la noruega no pudo evitar entrecerrar los ojos, ya se había acostumbrado a la vista en la oscuridad, pero no tardo mucho en darse cuenta de que a lo lejos también había gente...y ¡Humanos!
-¡Bien!, parecen tener pinta de ser como nosotros, o eso creo, reunámonos con ellos, a ver si hay alguno que hable nuestro idioma...-Bramó mientras empezó a andar con paso ligero hacia las personas que se observaban de lejos...
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:
Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Prisión (Archivo VII)
20/11/15, 05:17 pm
Sox caminaba rápido para entrar en calor, la mirada escudriñando las calles cada vez más oscuras para fijar en su memoria los recodos y dobleces.
¿Ave era una hembra? La miró con interés, advirtiendo que la cresta que señalaba parecía ser el factor diferenciante.
—Ya veo. ¿Cuál era tu nombre? No me he podido quedar con él antes.
Escuchó mientras caminaban entre el bullicio del resto del grupo.
—Hay un mínimo de seis especies diferentes entre nosotros —había hecho las cuentas en la plaza con rapidez. Tres de colores de piel distintos, Sinceridad, Siete y los que eran carabeses —. Estadísticamente podríamos haber tocado a diferencias aún más raras, así que me doy con un canto en los dientes. Para futuras referencias cuento como macho, aunque donde vengo no usamos ese término con nosotros mismos. Con que me trates de él está bien.
Llegó el primero a la puerta, y se quedó mirando el interior unos segundos prolongados. Se manoseó pensativo el mechón largo. Dentro de lo que cabía no estaba muy sorprendido por lo que estaba viendo, dadas las cosas que se podían hacer con magia en Carabás, pero cabía preguntarse exactamente por qué.
Buscó a la pareja de piel gris con la mirada y les conminó a que se acercaran a primera fila.
—Vais a tener ocasión de explicarnos lo que sabéis de este lugar antes de tiempo. ¿Qué podéis decirnos de esto?
"Esto" se trataba de cerca de más de media docena de criaturas demiúrgicas que zumbaban a lo largo del pasillo cercano a la entrada. A veces libélulas, otras dragoncitos en miniatura, otras seres semejantes a abejorros, estaban exquisitamente manufacturadas.
Entraban y salían volando de las habitaciones en un bullicio de actividad, y si se topaban con una puerta cerrada pulsaban un botón oculto entre sus entresijos para hacerse intangibles y pasar a través de ella. Cada vez se alejaban mas de la entrada, revisando uno por uno los cuartos. En los que estaban vacíos apenas se demoraban lo justo para confirmar dicha circunstancia.
Donde se demoraban era en las habitaciones ocupadas, donde había cosechados que aún dormían plácidamente. No importaría la cantidad de voces o zarandeos con los que se intentase despertarlos: no abrirían los ojos ni ofrecerían indicio alguno de reaccionar. Algunas criaturillas tomaban muestras con jeriguillas en miniatura adosadas a sus patas, otras se limitaban a revolotear en torno a los durmientes.
¿Ave era una hembra? La miró con interés, advirtiendo que la cresta que señalaba parecía ser el factor diferenciante.
—Ya veo. ¿Cuál era tu nombre? No me he podido quedar con él antes.
Escuchó mientras caminaban entre el bullicio del resto del grupo.
—Hay un mínimo de seis especies diferentes entre nosotros —había hecho las cuentas en la plaza con rapidez. Tres de colores de piel distintos, Sinceridad, Siete y los que eran carabeses —. Estadísticamente podríamos haber tocado a diferencias aún más raras, así que me doy con un canto en los dientes. Para futuras referencias cuento como macho, aunque donde vengo no usamos ese término con nosotros mismos. Con que me trates de él está bien.
Llegó el primero a la puerta, y se quedó mirando el interior unos segundos prolongados. Se manoseó pensativo el mechón largo. Dentro de lo que cabía no estaba muy sorprendido por lo que estaba viendo, dadas las cosas que se podían hacer con magia en Carabás, pero cabía preguntarse exactamente por qué.
Buscó a la pareja de piel gris con la mirada y les conminó a que se acercaran a primera fila.
—Vais a tener ocasión de explicarnos lo que sabéis de este lugar antes de tiempo. ¿Qué podéis decirnos de esto?
-
"Esto" se trataba de cerca de más de media docena de criaturas demiúrgicas que zumbaban a lo largo del pasillo cercano a la entrada. A veces libélulas, otras dragoncitos en miniatura, otras seres semejantes a abejorros, estaban exquisitamente manufacturadas.
Entraban y salían volando de las habitaciones en un bullicio de actividad, y si se topaban con una puerta cerrada pulsaban un botón oculto entre sus entresijos para hacerse intangibles y pasar a través de ella. Cada vez se alejaban mas de la entrada, revisando uno por uno los cuartos. En los que estaban vacíos apenas se demoraban lo justo para confirmar dicha circunstancia.
Donde se demoraban era en las habitaciones ocupadas, donde había cosechados que aún dormían plácidamente. No importaría la cantidad de voces o zarandeos con los que se intentase despertarlos: no abrirían los ojos ni ofrecerían indicio alguno de reaccionar. Algunas criaturillas tomaban muestras con jeriguillas en miniatura adosadas a sus patas, otras se limitaban a revolotear en torno a los durmientes.
"And if you gaze long enough into an abyss, the abyss will gaze back into you."
- Al veros conspirar... (CLICK):
- Al poner un evento... (CLICK):
- Durante el transcurso del evento... (CLICK):
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Prisión (Archivo VII)
21/11/15, 05:22 pm
Eriel sonrió al escuchar la respuesta de Sox y se presentó tras él.
Otro chico muy colorido se había acercado al nublino y le había hecho una pregunta que el chico casi podría clasificar como herejía. <<Espera Eriel espera, no debe ser culpa suya, no te pongas agresivo. Piensa que tienes la oportunidad de llevarlo a la verdad>>.
-Los dioses son seres todopoderosos, yo los he visto volar y con uno sólo de sus hechizos tumbar a cientos de personas. Y eso es sólo la falda de la montaña, hay historias y leyendas sobre esta ciudad y sus habitantes, llevamos en contacto con ellos muchísimo tiempo - le explicó al sinhadre con fervor mientras andaba con el resto hacia las mazmorras.- Ahora hablas el idioma de los dioses, es un idioma sagrado y... ¿qué mejor pintura podrías tener que el inmortalizar la imagen de un dios?
Al llegar a las mazmorras Eriel vio las creaciones demiúrgicas y le brillaron los ojos. Aquella sólo era otra muestra del poder de los rocavarancoleses y al chico le encantaba poder presenciarla.
-¿No está claro? - le respondió a Sox.- Son los sirvientes de alguno de los dioses y están usando magia para entrar en los cuartos. Deben de estar buscando algo - supuso.- Y bueno, mejor que hablar aquí en el pasillo sería mejor en alguna habitación.
Abrió una puerta por la que había salido uno de los seres y vio una figura tumbada sobre la cama.
-Anda, si no estamos solos - dijo acercándose a la figura. Había un ochrorio tumbado sobre la cama y todavía parecía dormir.- Otro tipo raro, me pregunto si los otros nublinos estarán por aquí - dijo en voz baja recurriendo a su idioma materno de forma inconsciente.- Eh, despierta - dijo sacudiendo el hombro del muchacho.
Otro chico muy colorido se había acercado al nublino y le había hecho una pregunta que el chico casi podría clasificar como herejía. <<Espera Eriel espera, no debe ser culpa suya, no te pongas agresivo. Piensa que tienes la oportunidad de llevarlo a la verdad>>.
-Los dioses son seres todopoderosos, yo los he visto volar y con uno sólo de sus hechizos tumbar a cientos de personas. Y eso es sólo la falda de la montaña, hay historias y leyendas sobre esta ciudad y sus habitantes, llevamos en contacto con ellos muchísimo tiempo - le explicó al sinhadre con fervor mientras andaba con el resto hacia las mazmorras.- Ahora hablas el idioma de los dioses, es un idioma sagrado y... ¿qué mejor pintura podrías tener que el inmortalizar la imagen de un dios?
Al llegar a las mazmorras Eriel vio las creaciones demiúrgicas y le brillaron los ojos. Aquella sólo era otra muestra del poder de los rocavarancoleses y al chico le encantaba poder presenciarla.
-¿No está claro? - le respondió a Sox.- Son los sirvientes de alguno de los dioses y están usando magia para entrar en los cuartos. Deben de estar buscando algo - supuso.- Y bueno, mejor que hablar aquí en el pasillo sería mejor en alguna habitación.
Abrió una puerta por la que había salido uno de los seres y vio una figura tumbada sobre la cama.
-Anda, si no estamos solos - dijo acercándose a la figura. Había un ochrorio tumbado sobre la cama y todavía parecía dormir.- Otro tipo raro, me pregunto si los otros nublinos estarán por aquí - dijo en voz baja recurriendo a su idioma materno de forma inconsciente.- Eh, despierta - dijo sacudiendo el hombro del muchacho.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Merodeador
Ficha de cosechado
Nombre: Nadzieja Sikorski.
Especie: Humana.
Habilidades: Resistencia, oído musical e imaginación.Personajes :- ● Ergot: -Véspido Soldado Repobladoril-
● Nadzieja: -Escoria Cosechada HomoSapiens-
Status : Las dudas son como los muertos, siempre acaban saliendo a flote.
Humor : Epístola de San Pablo a los adefesios: "Sois feos de cojones."
Re: Prisión (Archivo VII)
22/11/15, 12:55 am
-Soy de Bélgica “y no te recomiendo que vayas a los Países-bajos porque ya estas bastante fumada sin haber estado allí ¿y cómo que “Grrr” e “ir a buscarle”? Esta mal de la cabeza pobrecita, lo mejor será abandonarla sin posibilidad de que nos vuelva a encontrar lo antes posible, aunque algo me dice que no es lo peor de este grupo… A este paso no creo que vaya a ver nunca más la luz del día, moriremos antes del amanecer, este grupo de “cosas” y yo moriremos, seguro…” y a mí me vino a buscar el coco, fumaba de su pipa de humo verde, estaba sentado en mi ventana.- Pensar en su cosecha la llenaba de tristeza, rabia y miedo por diferentes razones pero no tuvo tiempo de pensar en ello por las conversaciones y cosas que sucedían a su alrededor.
Tras haber pedido que se marchasen de ahí, disimuladamente, lo antes posible. Nadja tuvo que soportar la charla de los personajillos grises sobre convertirse en dioses y no sé qué más burradas, además de tener que sentir verdadera vergüenza ajena ante las palabras y actos de la española “La discreción y el recato no son su fuerte”. Luego tuvo que enfrentarse a uno de los grises que se acercó a ella para aparentemente tranquilizarla.
-Muchas gracias, me llamo Nadzieja...-Le respondió con una tímida sonrisa mientras intentaba usar el vestido-pañuelo para esconderse, su mente por otro lado decía otra cosa. "¿Y este de que va? No me vas a engañar con tu sonrisa... ¡No soy una niña pequeña llorona! No os necesito para nada. ¿y tú que pareces enfermo, tú de verdad vas a protegerme del peligro? este esta loco si piensa que voy a confiar en él..."
Aunque más tarde pudo averiguar cosas tan sumamente interesantes e indispensables como que el pájaro era pájara, y se ofendió cuando esta los llamo raros “¡Rara serás tú! “Chaman esto y chaman lo otro” (imito mentalmente con burla), eres un pájaro con cresta gigante que habla, algo más raro aquí que tú dudo que exista”. Finalmente, para alegría de Nadzia fue “ojos rojos” quien les puso en marcha cuando ya todos hubieron bebido. Se mantuvo junto a Mónica mientras volvían al sitio de donde habían salido.
Regresaron a las mazmorras donde un espectáculo espeluznantemente hermoso estaba teniendo lugar. Criaturas voladoras de insectos y dragones miniatura volaban por la estancia llenándola de maravillas. Del asombro la pequeña estuvo a punto de soltar los zapatos, su mente solo gritaba “Magia. Magia. Magia. Que cosa más bonita, es tan mona. Magia. Magia. Quiero uno de esos. Magia. Magia. Magia. Magia…”. E ignorando la explicación del nublino, la pequeña se adelantó al resto, tirando de la española para que la siguiese y no estar sola en ese tenebroso pasillo. La niña perseguía a un dragoncillo de llamativos colores verdes, azules y dorados que se retorcía volando en el aire, cuando este atravesó una puerta la pequeña soltó a Monica y abrió la puerta de un tirón pero no entro pues desde ahí podía observar la escena de horror perfectamente. Nadzieja Sikorski gritó con todas sus fuerzas y del susto cayó al suelo. Se arrastró hacia atrás, soltando en el proceso los tacones del chino, hasta chocar la espalda contra la puerta contraria a la que había abierto. Frente a ella un remolino de criaturas de ensueño clavaba artefactos de pesadilla en un niño, un niño no mucho mayor que ella, un niño al que le estaban extrayendo fluidos del cuerpo y que se mantenía inerte a pesar de ello, parecía que estuviese muerto. A la pequeña la visión la tenía aterrada, no podía evitar llorar y temblar, no tenía fuerzas ni para levantarse ni el valor necesario para lanzarles el tacón de princesa. Desde el suelo, la pequeña empezó a llamar entre alaridos y sollozos a su madre, con todas sus fuerzas.
El miedo y la imaginación la aseguraban que esa noche si dormía moriría así. En ningún momento se había esperado aquello viniendo de aquellas creaciones tan asombrosas, pues la niña nunca había sido consciente de que de las cosas bellas también podía nacer el terror.
Tras haber pedido que se marchasen de ahí, disimuladamente, lo antes posible. Nadja tuvo que soportar la charla de los personajillos grises sobre convertirse en dioses y no sé qué más burradas, además de tener que sentir verdadera vergüenza ajena ante las palabras y actos de la española “La discreción y el recato no son su fuerte”. Luego tuvo que enfrentarse a uno de los grises que se acercó a ella para aparentemente tranquilizarla.
-Muchas gracias, me llamo Nadzieja...-Le respondió con una tímida sonrisa mientras intentaba usar el vestido-pañuelo para esconderse, su mente por otro lado decía otra cosa. "¿Y este de que va? No me vas a engañar con tu sonrisa... ¡No soy una niña pequeña llorona! No os necesito para nada. ¿y tú que pareces enfermo, tú de verdad vas a protegerme del peligro? este esta loco si piensa que voy a confiar en él..."
Aunque más tarde pudo averiguar cosas tan sumamente interesantes e indispensables como que el pájaro era pájara, y se ofendió cuando esta los llamo raros “¡Rara serás tú! “Chaman esto y chaman lo otro” (imito mentalmente con burla), eres un pájaro con cresta gigante que habla, algo más raro aquí que tú dudo que exista”. Finalmente, para alegría de Nadzia fue “ojos rojos” quien les puso en marcha cuando ya todos hubieron bebido. Se mantuvo junto a Mónica mientras volvían al sitio de donde habían salido.
Regresaron a las mazmorras donde un espectáculo espeluznantemente hermoso estaba teniendo lugar. Criaturas voladoras de insectos y dragones miniatura volaban por la estancia llenándola de maravillas. Del asombro la pequeña estuvo a punto de soltar los zapatos, su mente solo gritaba “Magia. Magia. Magia. Que cosa más bonita, es tan mona. Magia. Magia. Quiero uno de esos. Magia. Magia. Magia. Magia…”. E ignorando la explicación del nublino, la pequeña se adelantó al resto, tirando de la española para que la siguiese y no estar sola en ese tenebroso pasillo. La niña perseguía a un dragoncillo de llamativos colores verdes, azules y dorados que se retorcía volando en el aire, cuando este atravesó una puerta la pequeña soltó a Monica y abrió la puerta de un tirón pero no entro pues desde ahí podía observar la escena de horror perfectamente. Nadzieja Sikorski gritó con todas sus fuerzas y del susto cayó al suelo. Se arrastró hacia atrás, soltando en el proceso los tacones del chino, hasta chocar la espalda contra la puerta contraria a la que había abierto. Frente a ella un remolino de criaturas de ensueño clavaba artefactos de pesadilla en un niño, un niño no mucho mayor que ella, un niño al que le estaban extrayendo fluidos del cuerpo y que se mantenía inerte a pesar de ello, parecía que estuviese muerto. A la pequeña la visión la tenía aterrada, no podía evitar llorar y temblar, no tenía fuerzas ni para levantarse ni el valor necesario para lanzarles el tacón de princesa. Desde el suelo, la pequeña empezó a llamar entre alaridos y sollozos a su madre, con todas sus fuerzas.
El miedo y la imaginación la aseguraban que esa noche si dormía moriría así. En ningún momento se había esperado aquello viniendo de aquellas creaciones tan asombrosas, pues la niña nunca había sido consciente de que de las cosas bellas también podía nacer el terror.
"Mientras no tengan conciencia de su fuerza no se rebelarán, y hasta después de haberse rebelado no serán conscientes. Éste es el problema." G.O.
- Alicia
Ficha de cosechado
Nombre: Siete
Especie: Idris
Habilidades: oido musical, orientación, reflejosPersonajes :- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
- Ri:Tengu. Aurva albina, 18 años. 170 cm
- Nero:Sin esencia, edeel. 18 años, 175 cm.
- Siete: idrino cosechado. 18 años. 172 cm.
Heridas/enfermedades : Cicatrices desiguales con forma de arañazo en los gemelos, que se extienden hacia la parte frontal de la pierna. Más anchas y verticales en la pierna derecha.
Status : So. FLUFFY.- Seon: aurva soñadora, 20 años. 163 cm
Re: Prisión (Archivo VII)
22/11/15, 01:19 am
Siete notó otro cambio en si mismo mientras andaban: los gestos habían perdido gran parte de su significado. Ya no podía asociarlos a palabras concretas, lo que le molestaba vagamente; contribuía a la sensación de estar perdido. Eran un grupo discordante, desafinado. No sabía donde empezar a unirlos. De una forma u otra, sentía imperante que funcionasen cuanto antes.
Iba a la altura de Sox y Sinceridad porque les que ponía nombre y los veía en marcha. También llamó a Radar, para que se les uniese. De vez en cuando se giraba o miraba de reojo al resto. A los niños más pequeños, al ambiente tenso o asustado de otros. Ina y la niña pescadito habían escogido protectores y Siete consideraba prudente dejarlas tranquilas al menos hasta que estuvieran establecidas. Pero la pareja más curiosa seguían siendo los niños viejos. Ahí estaban hablando con convencimiento de gente todopoderosa. Una parte de él seguía preguntandose si los "dioses" no eran los encargados de castigar o reunir a la gente que estropeaba las cosas o si todos ellos no eran, en realidad, notas sobrantes en la composición del mundo. No, los niños viejos estaban muy convencidos de su suerte. Siete aun no había abandonado del todo el sentirse protegido por Rocavarancolia y se tomó como una buena señal que pensaran así.
Miró fascinado el enjambre reunido en las mazmorras, los sonidos metalicos, el zumbido conjunto de la busqueda. Pero estaba también muy quieto viendolos ir y venir y no fue hasta que siguió al más pequeño de los entusiastas que vio otra figura tumbada.
Se quedó apartado durante los primeros intentos de despertarlo. Le daba la sensación de estar viendo un muerto. Sintió que se quedaba sin aire y el pecho empezó a dolerle. Sirce, Sirce, ¿Se lo habría dicho a alguien? El nuevo respiraba imperturbable, como un Ahogado eterno.
- ¡No!- interrumpió al final- Dejadlo. Puede que haya alguna razón para mantenerlo así. Salgamos.
Oyó entonces un grito cerca y se apresuró a un cuarto cercano. La niña había cruzado la línea hacia el pánico y esta vez Siete se echó la camisa mojada al hombro y sujetó a la niña por los suyos.
- Eh, calma. Mira como respira todavía. No le ha molestado nada de lo sucedido. Deja de gritar, tu estas despierta, estas con nosotros y tienes que comportarte. Intenta ser valiente, los bichos nos ignoran ¿ves? Ya esta, deja de llorar. Vamos a buscar un buen sitio donde quedarnos todos juntos. Nadie hará nada malo si somos muchos- añadió, habiendo notado que desconfiaba de todos menos de Mónica. Y entonces le cargó a ella el bulto, mirandola con gesto de disculpa justo después de hablar-. Ella se encarga.
Siete hubiera seguido a alguno de los reptiles voladores o de los insectos, pero decidió explorar más tarde a favor de establecer primero un campamento y lo dijo así si alguien quiso irse.
- Si hay otros... otros como este, no se moverán del sitio. Podemos buscar despues.
Su camisa todavía goteaba a ratos y decidió que la pondría en algun recipiente o plato si los encontraban. Por lo pronto, fue abriendo puertas hasta dar con una habitación algo más amplia y sin muestras de ir a tirarles el techo encima. Dejó su camisa en un hueco y salió a arrastrar colchones de los cuartos vecinos al interior de aquella.
- ¿Os parece esto bien?
Iba a la altura de Sox y Sinceridad porque les que ponía nombre y los veía en marcha. También llamó a Radar, para que se les uniese. De vez en cuando se giraba o miraba de reojo al resto. A los niños más pequeños, al ambiente tenso o asustado de otros. Ina y la niña pescadito habían escogido protectores y Siete consideraba prudente dejarlas tranquilas al menos hasta que estuvieran establecidas. Pero la pareja más curiosa seguían siendo los niños viejos. Ahí estaban hablando con convencimiento de gente todopoderosa. Una parte de él seguía preguntandose si los "dioses" no eran los encargados de castigar o reunir a la gente que estropeaba las cosas o si todos ellos no eran, en realidad, notas sobrantes en la composición del mundo. No, los niños viejos estaban muy convencidos de su suerte. Siete aun no había abandonado del todo el sentirse protegido por Rocavarancolia y se tomó como una buena señal que pensaran así.
Miró fascinado el enjambre reunido en las mazmorras, los sonidos metalicos, el zumbido conjunto de la busqueda. Pero estaba también muy quieto viendolos ir y venir y no fue hasta que siguió al más pequeño de los entusiastas que vio otra figura tumbada.
Se quedó apartado durante los primeros intentos de despertarlo. Le daba la sensación de estar viendo un muerto. Sintió que se quedaba sin aire y el pecho empezó a dolerle. Sirce, Sirce, ¿Se lo habría dicho a alguien? El nuevo respiraba imperturbable, como un Ahogado eterno.
- ¡No!- interrumpió al final- Dejadlo. Puede que haya alguna razón para mantenerlo así. Salgamos.
Oyó entonces un grito cerca y se apresuró a un cuarto cercano. La niña había cruzado la línea hacia el pánico y esta vez Siete se echó la camisa mojada al hombro y sujetó a la niña por los suyos.
- Eh, calma. Mira como respira todavía. No le ha molestado nada de lo sucedido. Deja de gritar, tu estas despierta, estas con nosotros y tienes que comportarte. Intenta ser valiente, los bichos nos ignoran ¿ves? Ya esta, deja de llorar. Vamos a buscar un buen sitio donde quedarnos todos juntos. Nadie hará nada malo si somos muchos- añadió, habiendo notado que desconfiaba de todos menos de Mónica. Y entonces le cargó a ella el bulto, mirandola con gesto de disculpa justo después de hablar-. Ella se encarga.
Siete hubiera seguido a alguno de los reptiles voladores o de los insectos, pero decidió explorar más tarde a favor de establecer primero un campamento y lo dijo así si alguien quiso irse.
- Si hay otros... otros como este, no se moverán del sitio. Podemos buscar despues.
Su camisa todavía goteaba a ratos y decidió que la pondría en algun recipiente o plato si los encontraban. Por lo pronto, fue abriendo puertas hasta dar con una habitación algo más amplia y sin muestras de ir a tirarles el techo encima. Dejó su camisa en un hueco y salió a arrastrar colchones de los cuartos vecinos al interior de aquella.
- ¿Os parece esto bien?
-
- Jack
Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia
Personajes :
● Jack: Vampiro de humo terrícola.
● Atol/Skarog: Helión libense.
● Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
● Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
● Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
● Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
● Tawar: Repobladore de la montaña
Unidades mágicas : 12/12
Síntomas : Pérdida gradual del miedo a salir al exterior. Al regresar de algunas salidas tendrá jaquecas, que aumentarán en intensidad cuanto más tiempo haya pasado fuera.
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco
Humor : Os falta bosque, gigantes
Re: Prisión (Archivo VII)
22/11/15, 02:00 am
—¿Qué es eso del nombre? —preguntó con curiosidad. No había oído esa palabra en su vida—. Ya puedo pensar en ti como "el Chamán". El Chamán y Sinceridad sobrevivirán a la noche en este sitio perdido —añadió y lo acompañó con un gesto de "victoria" con el puño derecho.
Y llegaron a la entrada... aunque Sinceridad apenas se adentró. Se quedó pegada a la puerta, o al menos al lado de esta para que los demás entrasen (si querían). Y abrió mucho la boca mientras señalaba y miraba a toda velocidad a las cosas que revoloteaban a apenas unos metros de ellos. <<Ojalá tuviera un arma... Un palo aunque fuera y no tantos bichos parlantes raros, un Chamán que me desconcierta y ahora, para colmo, esas cosas que vuelan y a saber qué son exactamente y qué quieren>>
—Yo no me muevo de aquí. Si viene alguien, le veré. Y si hay que huir, seré la primera.
<<Locos. ¡Allá van a explorar tan felices! Si les matan, al menos podré hacerme algo con sus huesos y cenar. ¿A qué sabrán? Pero... Bah, ni lo pienses, no es canibalismo si no son roquenses y no parecen útiles para otra cosa>> pensó, bastante decidida. Pero el Chamán había dicho algo interesante y la roquense se acercó a cotillear... Hasta que algo hizo saltar sus alarmas <<Eh... ese Blandito está hablando de dioses>>
—Oye, tú, diminuto fanático, déjate de rollos de dioses. En mi ciudad a los fanáticos religiosos nos los comemos, así que mide tus palabras —le amenazó—. Ve tú a explorar si quieres con esos bichos de tus loados dioses.
<<Lo que me faltaba por oír. Cuando se lo cuente a los demás van a creer que me di un atracón de hierbas. ¡Dioses! Al menos no parecen ser del Coro, pero aún así... Como estén igual de chalados menuda nochecita me espera...>>
—¿Crees que son inofensivos? —preguntó al Chamán, pero lo aclaró por si acaso—. Me refiero a los bichos —pero lo volvió a aclarar, pues seguía pensando en los que hablaban de dioses—. Los que vuelan, vaya. Si los Exploradores Chalados vuelven ilesos será buena señal, al menos.
Y llegaron a la entrada... aunque Sinceridad apenas se adentró. Se quedó pegada a la puerta, o al menos al lado de esta para que los demás entrasen (si querían). Y abrió mucho la boca mientras señalaba y miraba a toda velocidad a las cosas que revoloteaban a apenas unos metros de ellos. <<Ojalá tuviera un arma... Un palo aunque fuera y no tantos bichos parlantes raros, un Chamán que me desconcierta y ahora, para colmo, esas cosas que vuelan y a saber qué son exactamente y qué quieren>>
—Yo no me muevo de aquí. Si viene alguien, le veré. Y si hay que huir, seré la primera.
<<Locos. ¡Allá van a explorar tan felices! Si les matan, al menos podré hacerme algo con sus huesos y cenar. ¿A qué sabrán? Pero... Bah, ni lo pienses, no es canibalismo si no son roquenses y no parecen útiles para otra cosa>> pensó, bastante decidida. Pero el Chamán había dicho algo interesante y la roquense se acercó a cotillear... Hasta que algo hizo saltar sus alarmas <<Eh... ese Blandito está hablando de dioses>>
—Oye, tú, diminuto fanático, déjate de rollos de dioses. En mi ciudad a los fanáticos religiosos nos los comemos, así que mide tus palabras —le amenazó—. Ve tú a explorar si quieres con esos bichos de tus loados dioses.
<<Lo que me faltaba por oír. Cuando se lo cuente a los demás van a creer que me di un atracón de hierbas. ¡Dioses! Al menos no parecen ser del Coro, pero aún así... Como estén igual de chalados menuda nochecita me espera...>>
—¿Crees que son inofensivos? —preguntó al Chamán, pero lo aclaró por si acaso—. Me refiero a los bichos —pero lo volvió a aclarar, pues seguía pensando en los que hablaban de dioses—. Los que vuelan, vaya. Si los Exploradores Chalados vuelven ilesos será buena señal, al menos.
No Hope. No Dreams. No Love.
My Only Escape Is Underground
My Only Escape Is Underground
- Aes
Ficha de cosechado
Nombre: Aniol
Especie: Humano
Habilidades: habilidad manual, automotivación, olfato fino.Personajes : ●Ruth: Humana (Israel)
Demonio de Fuego
●Tayron: Humano (Bélgica)
Lémur
●Fleur: Humana (Francia)
Siwani
●Aniol: Humano (Polonia)
Unidades mágicas : 03/12
Síntomas : Querrá salir más del torreón. En ocasiones, aparecerán destellos de luz a su alrededor que duran un instante.
Status : KANON VOY A POR TI
Humor : Me meo ;D
Re: Prisión (Archivo VII)
22/11/15, 03:43 pm
Con una sonrisa contempló a la noruega, mirándola a los ojos.
-¿Caballeroso?, lo que sea por cortejarla- y no le besó la mano porque la chica continuó hablando sobre la fuente, aquella tan apetecible y misteriosa, algunos le hacían señas extrañas, como una chica que iba vestida de una forma particular con un vestido muy extraño ante el que no pudo reprimir una risa- mira esa, parece salida de un cuento de terror, porque de princesas como que no- y continúo hasta el bordillo, observando el agua nítida que su amiga estaba a punto de beber- eso eso, si alguien se muere de veneno que seas tú por favor, avísame cuando tu garganta empieza a quemar o cuando notes que ves dos Tayron en vez de uno, en caso de vómito puedes potar en la fuente, será divertido ver quien tiene cojones de beber de ella- decía mientras la chica tomaba un sorbo y ponía caras extrañas.
Y sucedió algo extraño, la muchacha habló, y el belga no la entendió en absoluto.
-¿Tu estás tonta?- se cruzó de brazos- ¿Qué haces?, ahhhhh, ¿Estamos jugando a eso?, a decir cosas sin sentido, mmm, mi turno ¿No?- por alguna extraña razón la chica no parecía seguirle pero no pensaba ser tomado por tonto, sabía que se estaba dejando- abahulúchamitoki, isistroskidelululú- y se echó a reír- diría que te he ganado- pero paró su actitud en seco cuando Dafne se dirigió al resto, entonces comprendió que lo estaba haciendo en el mismo idioma que el resto, y estuvo a punto de darse una bofetada en la cara el mismo- vale... ¿Quieres que beba no?, vamos allá.- e inclinó la cabeza y metió la cara en el agua, mojándose el pelo y sintiendo la magia recorrer su garganta, a punto estuvo de caerse de nuevo de espaldas y solo mantuvo el equilibrio aferrándose al brazo de la chica, haciendo de palanca para no caerse. Se sentó en el filo de la fuente y esperó a que aquella agua mística dejase de hacer una noria con su cerebro, notaba como las palabras cambiaban, su francés desaparecía y de lo poco que sabía del inglés tampoco quedaba ni rastro.
-¿Que paranoia no?- y se tapó la boca asustado, para pasar la mirada frenéticamente de un cosechado a otro.- ¿Hola?- hablaba en un idioma diferente al natal, y lo más interesante, ahora entendía las frases de su alrededor- la hostia, de verdad, ojalá nos hicieran una guía turística, ¿Qué es lo siguiente?- miró como la mayoría se introducían en las mazmorras de nuevo, no tenía ni idea del por qué ni de la justificación que tenía adentrarse en la oscuridad otra vez pero le daba algo de canguelo quedarse allí fuera y tenía ganas de conversar con la gente de otros mundos.
Tayron caminaba distraído por detrás del grupo general, y cuando entró dibujó una enorme “O” con la boca, se había equivocado antes al decir que la aventura estaba fuera, docenas de criaturas volaban de un lado para otro, haciendo a saber qué, con distintas formas, el belga siguió a una que se desviaba a la derecha, por una puerta entreabierta- voy a ver- le dijo a su compañera.
Lo que vio no le gusto nada, una chica estaba tendida en el suelo, con los ojos cerrados y las manos sobre el pecho, una larga cabellera dorado yacía en el suelo, extendiéndose con bucles, una humana bastante alta, quizás de su edad.
-¿Hola?, ¿Estás bien?- no había respuesta, en cambio algunas criaturas voladoras revoleaban a su alrededor y una se posó en su cuello, extrayéndole algo con sutileza- ¡Eh, déjala capullo!- pero no le hacían caso- me cago en..., será mejor volver, esto me da mala espina- dijo marchándose por donde había venido, tenía que contárselo al resto, escuchó un grito no muy lejos, de chica, y decidió seguirlo, se adentró en una de las habitaciones, había humanas, una de ellas era la tipa extraña que les hacía señas.- ¿También habéis visto gente inconsciente en el suelo?, no sé si les estaban quitando o dando algo, en el segundo caso puede ser que fuera exactamente lo mismo que nos han hecho a nosotros antes, y eso...no me da buenas sensaciones- comentó fijándose en que una de las chicas parecía asustada- aunque no creo que sea nada malo del todo, probablemente algo para localizarnos.
-¿Caballeroso?, lo que sea por cortejarla- y no le besó la mano porque la chica continuó hablando sobre la fuente, aquella tan apetecible y misteriosa, algunos le hacían señas extrañas, como una chica que iba vestida de una forma particular con un vestido muy extraño ante el que no pudo reprimir una risa- mira esa, parece salida de un cuento de terror, porque de princesas como que no- y continúo hasta el bordillo, observando el agua nítida que su amiga estaba a punto de beber- eso eso, si alguien se muere de veneno que seas tú por favor, avísame cuando tu garganta empieza a quemar o cuando notes que ves dos Tayron en vez de uno, en caso de vómito puedes potar en la fuente, será divertido ver quien tiene cojones de beber de ella- decía mientras la chica tomaba un sorbo y ponía caras extrañas.
Y sucedió algo extraño, la muchacha habló, y el belga no la entendió en absoluto.
-¿Tu estás tonta?- se cruzó de brazos- ¿Qué haces?, ahhhhh, ¿Estamos jugando a eso?, a decir cosas sin sentido, mmm, mi turno ¿No?- por alguna extraña razón la chica no parecía seguirle pero no pensaba ser tomado por tonto, sabía que se estaba dejando- abahulúchamitoki, isistroskidelululú- y se echó a reír- diría que te he ganado- pero paró su actitud en seco cuando Dafne se dirigió al resto, entonces comprendió que lo estaba haciendo en el mismo idioma que el resto, y estuvo a punto de darse una bofetada en la cara el mismo- vale... ¿Quieres que beba no?, vamos allá.- e inclinó la cabeza y metió la cara en el agua, mojándose el pelo y sintiendo la magia recorrer su garganta, a punto estuvo de caerse de nuevo de espaldas y solo mantuvo el equilibrio aferrándose al brazo de la chica, haciendo de palanca para no caerse. Se sentó en el filo de la fuente y esperó a que aquella agua mística dejase de hacer una noria con su cerebro, notaba como las palabras cambiaban, su francés desaparecía y de lo poco que sabía del inglés tampoco quedaba ni rastro.
-¿Que paranoia no?- y se tapó la boca asustado, para pasar la mirada frenéticamente de un cosechado a otro.- ¿Hola?- hablaba en un idioma diferente al natal, y lo más interesante, ahora entendía las frases de su alrededor- la hostia, de verdad, ojalá nos hicieran una guía turística, ¿Qué es lo siguiente?- miró como la mayoría se introducían en las mazmorras de nuevo, no tenía ni idea del por qué ni de la justificación que tenía adentrarse en la oscuridad otra vez pero le daba algo de canguelo quedarse allí fuera y tenía ganas de conversar con la gente de otros mundos.
Tayron caminaba distraído por detrás del grupo general, y cuando entró dibujó una enorme “O” con la boca, se había equivocado antes al decir que la aventura estaba fuera, docenas de criaturas volaban de un lado para otro, haciendo a saber qué, con distintas formas, el belga siguió a una que se desviaba a la derecha, por una puerta entreabierta- voy a ver- le dijo a su compañera.
Lo que vio no le gusto nada, una chica estaba tendida en el suelo, con los ojos cerrados y las manos sobre el pecho, una larga cabellera dorado yacía en el suelo, extendiéndose con bucles, una humana bastante alta, quizás de su edad.
-¿Hola?, ¿Estás bien?- no había respuesta, en cambio algunas criaturas voladoras revoleaban a su alrededor y una se posó en su cuello, extrayéndole algo con sutileza- ¡Eh, déjala capullo!- pero no le hacían caso- me cago en..., será mejor volver, esto me da mala espina- dijo marchándose por donde había venido, tenía que contárselo al resto, escuchó un grito no muy lejos, de chica, y decidió seguirlo, se adentró en una de las habitaciones, había humanas, una de ellas era la tipa extraña que les hacía señas.- ¿También habéis visto gente inconsciente en el suelo?, no sé si les estaban quitando o dando algo, en el segundo caso puede ser que fuera exactamente lo mismo que nos han hecho a nosotros antes, y eso...no me da buenas sensaciones- comentó fijándose en que una de las chicas parecía asustada- aunque no creo que sea nada malo del todo, probablemente algo para localizarnos.
"Ya No Hay Fuego, Pero Sigue Quemando."
"Son Un Sentimiento Suspendido En El Tiempo, A Veces Un Evento Terrible Condenado A Repetirse."
"Deja Que Tu Fe Sea Más Grande Que Tus Miedos."
"¡Se Lo Diré Al Señor Santa!"
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Prisión (Archivo VII)
22/11/15, 05:23 pm
Lorenzo
Asi el diestro que asistio a espectaculo más de fregacalles que de nenos. Guardose su opinion sobre las palabras de luteranos de los nenos grises, y al igual, lo hizo con los demás. De hecho, non habló mucho, guardandose las apariencias, aquela situacion dejabale de gustar a grandes trancos. Si acaso serian de tan dispares lugares, podiase ser cierto todo aquello, puede que ya no estuvieran si quiera en su mundo y hubieranles portado a uno nuevo y diferente, aunque a ojos del español al momento, pareciole horrible. Miro hacia atrás, los rezagados ya parecian haber comprendido que iban a volver, aun a pesar de no querer acercarse. Sin duda, el español no iria a ellos, no mientras tanta confusión reinase.
Adelantose la nena, arrastrando a su compatriota. Justo cuando ibalas a reprender por alejarse, ocurrio lo impensable. Criaturas voladoras, asi como parecianle insectos, revoloteaban el lugar, llendo de puerta en puerta, como extraños mendigos vertebrados que buscaban algo. Aquello que buscaban no tardó en desvelarse, acompañada del grito de la nena. Muy para el horror común, vieron como las criaturas pinchaban a otro arrapiezo, quien parecia inconsciente, o muerto. Como sádicos matasanos extrajian de sus liquidos. Al español, el labio se le torció, que avanzó a trancos hasta el quicio de la puerta e interpusose a que nadie entrase.
―Mejor seria que fueramosnos.―declaró. Aquella cosa tan siniestra no era a ellos. De haber tenido a Reyerta encima... Por el momento el diestro debiase esperar en controlar la rabia.
Comprobose por la alcuenca del ojo que el chaval de nombre numerado torcia a la nena lejos. La silenciosa aprovación del diestro fueron acomàñados por los pasos extraños hasta perder a la criatura de vista. Locarizaron una sala, algo amplia. De nuevo la iniciativa de Siete recibio la aprobación del español.
―Buena idea, Numerado.―dijole y luego tornose al grupo.―Vos podedes permanecer aquí, mas yo voy a comprobar otros cuartos. Puede ser que puedase alejar alguno de los que non hayan despertado de las criaturas.―musitó antes de separarse del grupo y adentrar marcha a la obscuridad.
Aunque las sus palabras fueran positivas, los instintos del español decianle que aquellos, eran cadaveres y no somnolientos. Desarmado, procurose mantener distancias con los enjambres de extrañas criaturas, sin tomar demasiados riesgos.
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Bellota
Ficha de cosechado
Nombre: Mónica Gutiérrez.
Especie: Humana (Española, madrileña de las afueras).
Habilidades: Espontaneidad, automotivación, imaginación.
Personajes : ● Mónica: Bruja de los espejos. Terrícola.
Heridas/enfermedades : ● Mónica: Pequeñas cicatrices por el cuerpo.
Manos heridas, chichón en la cabeza.
Armas : ●Mónica: Bolsito de pompones rosa multiusos.
Cuchillo del pan.
Espejos.
Status : «En busca de 12.: el romance».
Humor : No.
Re: Prisión (Archivo VII)
22/11/15, 05:52 pm
Mónica escuchó atentamente a Barael, asintiendo con la cabeza ante su discurso, dicho con voz tranquilizadora. “También es lógico” se dijo “a él lo mismo le puede impactar mi color de piel… Tonta. ¿Y saben de este lugar de antes? ¡Uau, qué guay!”. Iba a responder a eso, pero la regañina velada de Eriel la distrajo, e hizo que soltara una risotada.
-Tienes más razón que un santo- le dijo, sonriéndole. Esa salida de Cenizo (como había decidido llamarle debido a su color, predominantemente gris) le había hecho mucha gracia. –Lo siento, es que de donde vengo ese color no está considerado como sano, tienes razón. Y no, no estoy enferma. Pero si me quedo aquí con las ropas mojadas puede que acabe resfriándome… como Zanahoria y todos los que estamos empapados, por otra parte.
Sin embargo ignoró por completo su discursito fanático acerca de no-sé-qué dioses, que a Mónica le sonaba a cualquier cosa menos a pensamiento sano.
Cuando la chica que venía con el que le tiraba los trastos se le puso enfrente a parlotear Mónica encarnó una ceja y le volvió a señalar la fuente con el dedo, insistentemente. “Esta chica es demasiado educada. O eso, o es algo tonta, porque lo de venir a saludar así porque sí con el 80% de posibilidades de que no nos entendamos ni de broma… me recuerda a la de “Princesa por sorpresa”, no sé por qué. La llamaré Princess. O Dama. Ya veremos”.
-Colega, no te entiendo. Ve a la fuente y pégale un buche como he dicho antes, y después vuelves, ¿sí?
Las voces de Tritón y el chico de pelo azul, que se unieron a la charla, hicieron que frunciera el ceño, aunque le reconoció la buena idea al chico pez. Sin embargo a Mónica se le estaba acabando la paciencia y las ganas de ser sociable, sobre todo después de ver cómo el ligoncete de turno de pelo verde y negro le dirigía una mirada que la chica identificó como burlona, algo que le puso de mal humor (“¿Qué pasa, tío, no has visto a alguien disfrazado de princesa en tu puta vida antes?”), de modo que en cuanto vio que Vampy se ponía en marcha con don Plumitas a la zaga les siguió sin dudar y en silencio por primera vez, arrastrando a la pequeña Zanahoria tras ella y escuchando la charla de todos acerca de los géneros con sincero interés. “Así que “don” es “doña”… qué curioso, sí señor” pensó asintiendo distraídamente a las palabras de la mini-belga antes de detenerse de golpe a las espaldas de Vampy y echar un vistazo a lo que volaba dentro de las mazmorras, quedándose plantada y ojiplática en el sitio, casi sin creer lo que veían sus ojos.
-¡Vaya! ¿Y esto? ¡Qué bonito! Si vuelan…- musitó, emocionada, sin darse cuenta de que Cenizo se había adelantado y estaba abriendo una puerta para entrar a ella. Zanahoria, sin embargo, no estaba por la labor de esperar en la puerta y admirar el paisaje, porque tiraba de ella como si no hubiera un mañana. Mónica la siguió, mirando asombrada a todas partes, y cuando la pequeña soltó su mano se detuvo en el sitio y continuó observando los revuelos de las criaturas, sin prestar mucha más atención a lo que había más que a esa clara demostración de la magia que le había prometido Doce Punto.
-Esto es genial- dijo en voz alta. -¿Qué creéis que ser…- los gritos aterrorizados de la belga, que llamaba a su madre en un paroxismo de auténtico pánico, la sobresaltaron por completo. Mónica se abalanzó hacia ella, comprobando si estaba bien, asustada, y después miró hacia dentro, viendo por primera vez lo que había asustado tanto a su pequeña compañera.
Se adentró en la habitación con mucho cuidado y algo aterrorizada, dejando a Zanahoria al cuidado de Tritón por un momento, quien la estaba tratando de tranquilizar, y comenzó a hacer aspavientos para ahuyentar a esos bichejos del cuerpo inconsciente (“Porque está inconsciente, ¿verdad?” se dijo con miedo) del pequeño. No pudo hacerles desistir de su espantosa labor, y cuando volvió a la puerta, cerrándola de golpe para que la pequeña no viera más esa escena de pesadilla, Tritón le pasó el muerto de consolar a la niña.
-¡Pero no me dejes aquí así! ¿Y yo qué hago?- fue a protestar pero de nuevo el sirenito había tenido una muy buena idea, buscar un cuarto libre para todos.
Mónica abrazó a Zanahoria sin saber muy bien que hacer, ella misma asustada, pero dándole palmaditas consoladoras en la espalda y chasqueando la lengua como hacía su padre con ella cuando era pequeña, estaba muy asustada e iba por las noches a su cuarto después de un mal sueño.
-Tranquila, tranquila, no vamos a dejar que te pase eso a ti- le repetía con voz tranquilizadora. La voz del tira-fichas de pelo de colores la sobresaltó al aparecer de golpe. -Puede que lo que está pasando ahí dentro sea bueno- le comentó con la voz forzadamente agradable, dirigiéndole una mirada intencionada y mirando repetidamente a la niña a la que sostenía en brazos para que se diera cuenta de que ya había alguien lo suficientemente asustado como para que otra persona la acojonara más. Cuando él pilló la idea ella le siguió el rollo–Claro, para localizarnos, será eso. Lo mismo es como… ¿Cómo un análisis de sangre?- dijo para no dejar translucir ella misma las dudas que tenía. Sin embargo su voz no sonaba muy convencida.
Asintió a la pregunta de Tritón, por lo que agarrando a la niña de la mano se dirigió hacia esa habitación. Antes de llegar a adentrarse en ella le señaló a Lorenzo con el dedo.
-Mira, Zanahoria, Íñigo Montoya va a ver qué está pasando. No te preocupes.
Sin embargo la española no creía que la gente que estaba en esos camastros volviera a despertar alguna vez. Se adentró en la habitación arrastrando a la belga tras ella, se sentó en el suelo y atrajo a la pequeña a su regazo, no sólo por consolarla a ella, sino también para consolarse a sí misma.
¿Dónde estaban? ¿Qué estaba pasando?
“Y lo más importante. ¿Dónde está Doce Punto?”.
-Tienes más razón que un santo- le dijo, sonriéndole. Esa salida de Cenizo (como había decidido llamarle debido a su color, predominantemente gris) le había hecho mucha gracia. –Lo siento, es que de donde vengo ese color no está considerado como sano, tienes razón. Y no, no estoy enferma. Pero si me quedo aquí con las ropas mojadas puede que acabe resfriándome… como Zanahoria y todos los que estamos empapados, por otra parte.
Sin embargo ignoró por completo su discursito fanático acerca de no-sé-qué dioses, que a Mónica le sonaba a cualquier cosa menos a pensamiento sano.
Cuando la chica que venía con el que le tiraba los trastos se le puso enfrente a parlotear Mónica encarnó una ceja y le volvió a señalar la fuente con el dedo, insistentemente. “Esta chica es demasiado educada. O eso, o es algo tonta, porque lo de venir a saludar así porque sí con el 80% de posibilidades de que no nos entendamos ni de broma… me recuerda a la de “Princesa por sorpresa”, no sé por qué. La llamaré Princess. O Dama. Ya veremos”.
-Colega, no te entiendo. Ve a la fuente y pégale un buche como he dicho antes, y después vuelves, ¿sí?
Las voces de Tritón y el chico de pelo azul, que se unieron a la charla, hicieron que frunciera el ceño, aunque le reconoció la buena idea al chico pez. Sin embargo a Mónica se le estaba acabando la paciencia y las ganas de ser sociable, sobre todo después de ver cómo el ligoncete de turno de pelo verde y negro le dirigía una mirada que la chica identificó como burlona, algo que le puso de mal humor (“¿Qué pasa, tío, no has visto a alguien disfrazado de princesa en tu puta vida antes?”), de modo que en cuanto vio que Vampy se ponía en marcha con don Plumitas a la zaga les siguió sin dudar y en silencio por primera vez, arrastrando a la pequeña Zanahoria tras ella y escuchando la charla de todos acerca de los géneros con sincero interés. “Así que “don” es “doña”… qué curioso, sí señor” pensó asintiendo distraídamente a las palabras de la mini-belga antes de detenerse de golpe a las espaldas de Vampy y echar un vistazo a lo que volaba dentro de las mazmorras, quedándose plantada y ojiplática en el sitio, casi sin creer lo que veían sus ojos.
-¡Vaya! ¿Y esto? ¡Qué bonito! Si vuelan…- musitó, emocionada, sin darse cuenta de que Cenizo se había adelantado y estaba abriendo una puerta para entrar a ella. Zanahoria, sin embargo, no estaba por la labor de esperar en la puerta y admirar el paisaje, porque tiraba de ella como si no hubiera un mañana. Mónica la siguió, mirando asombrada a todas partes, y cuando la pequeña soltó su mano se detuvo en el sitio y continuó observando los revuelos de las criaturas, sin prestar mucha más atención a lo que había más que a esa clara demostración de la magia que le había prometido Doce Punto.
-Esto es genial- dijo en voz alta. -¿Qué creéis que ser…- los gritos aterrorizados de la belga, que llamaba a su madre en un paroxismo de auténtico pánico, la sobresaltaron por completo. Mónica se abalanzó hacia ella, comprobando si estaba bien, asustada, y después miró hacia dentro, viendo por primera vez lo que había asustado tanto a su pequeña compañera.
Se adentró en la habitación con mucho cuidado y algo aterrorizada, dejando a Zanahoria al cuidado de Tritón por un momento, quien la estaba tratando de tranquilizar, y comenzó a hacer aspavientos para ahuyentar a esos bichejos del cuerpo inconsciente (“Porque está inconsciente, ¿verdad?” se dijo con miedo) del pequeño. No pudo hacerles desistir de su espantosa labor, y cuando volvió a la puerta, cerrándola de golpe para que la pequeña no viera más esa escena de pesadilla, Tritón le pasó el muerto de consolar a la niña.
-¡Pero no me dejes aquí así! ¿Y yo qué hago?- fue a protestar pero de nuevo el sirenito había tenido una muy buena idea, buscar un cuarto libre para todos.
Mónica abrazó a Zanahoria sin saber muy bien que hacer, ella misma asustada, pero dándole palmaditas consoladoras en la espalda y chasqueando la lengua como hacía su padre con ella cuando era pequeña, estaba muy asustada e iba por las noches a su cuarto después de un mal sueño.
-Tranquila, tranquila, no vamos a dejar que te pase eso a ti- le repetía con voz tranquilizadora. La voz del tira-fichas de pelo de colores la sobresaltó al aparecer de golpe. -Puede que lo que está pasando ahí dentro sea bueno- le comentó con la voz forzadamente agradable, dirigiéndole una mirada intencionada y mirando repetidamente a la niña a la que sostenía en brazos para que se diera cuenta de que ya había alguien lo suficientemente asustado como para que otra persona la acojonara más. Cuando él pilló la idea ella le siguió el rollo–Claro, para localizarnos, será eso. Lo mismo es como… ¿Cómo un análisis de sangre?- dijo para no dejar translucir ella misma las dudas que tenía. Sin embargo su voz no sonaba muy convencida.
Asintió a la pregunta de Tritón, por lo que agarrando a la niña de la mano se dirigió hacia esa habitación. Antes de llegar a adentrarse en ella le señaló a Lorenzo con el dedo.
-Mira, Zanahoria, Íñigo Montoya va a ver qué está pasando. No te preocupes.
Sin embargo la española no creía que la gente que estaba en esos camastros volviera a despertar alguna vez. Se adentró en la habitación arrastrando a la belga tras ella, se sentó en el suelo y atrajo a la pequeña a su regazo, no sólo por consolarla a ella, sino también para consolarse a sí misma.
¿Dónde estaban? ¿Qué estaba pasando?
“Y lo más importante. ¿Dónde está Doce Punto?”.
- Naeryan
Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades: Personajes :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: idrino transformado en skrýmir, albino y de ojos azules. Tiene buenas dotes sociales y una gran pasión por la magia; es embajador para el castillo.
● Taro: cosechado carabés, cabello negro y ojos amarillos. Practicante de parkour y siempre con unos discretos auriculares, le encanta la música y suele dudar de sus capacidades.
● Sox: (imagen pre-Luna) ángel negro carabés, rubio y de apariencia llamativa. Competitivo y racional, aspira siempre al rendimiento más alto y posee mucha determinación.
Unidades mágicas : DENIED
Armas :- CLICK:
- ● Shizel/Desidia: magia y esgrima idrina, con amplia preferencia por la primera.
● Sox: según la salida, ballesta simple con torno o sable. Al cinto siempre un puñal.
Status : Traumaturga
Humor : Productivo (lo intento)
Re: Prisión (Archivo VII)
22/11/15, 07:46 pm
—Un nombre propio es una palabra con la que te representas a ti mismo como individuo —definió de forma desapasionada mientras los otros dos llegaban a su altura—. Sox es para mí el equivalente para ti de Sinceridad.
Más parloteo incoherente sobre dioses. El rubio frunció el ceño, pero el que había hablado ya se había adelantado alegremente pasillo adentro. El carabés buscó con la mirada al otro chico gris, del que esperaba oír algo notablemente más imbuido de sentido. Mirarle le hizo recordar otra cosa que había dicho.
—Dijiste que había otra persona despierta. ¿Dónde la dejasteis?
Un chillido cargado de dejá vù a aquellas alturas cortó la conversación. Sox se giró en aquella dirección, el entrecejo fruncido de nuevo. Sí, tenía toda la pinta de que la enana se había encontrado al inquilino que les faltaba. Al menos a juzgar por la semejanza con la escena con la que el carabés se había topado al encontrarse por primera vez con aquel grupo.
No obtante sus sospechas se vieron decepcionadas cuando se asomó al cuarto del que provenía el alboroto. Sox no había visto hasta entonces lo que estaban haciendo las criaturas, y examinó sus trajines con ojo crítico.
—Es posible que nosotros estuviéramos en un estado similar antes de despertar —comentó como única aportación a Siete. No se molestó en comprobar su brazo en busca de marcas: en Carabás era protocolo estándar que un hechizo cerrara la herida tras sacar la aguja y dio por supuesto que en aquel lugar las cosas funcionaban igual.
Con todo, era extraño. Un chequeo médico no era algo cuya voluntariedad fuese a constituir un problema, y de hecho habría sido una oportunidad perfecta para reunirlos a todos en un mismo lugar, hacerles recuento y darles instrucciones.
—Si hay organizadores pendientes de todo esto aún, es como si estuvieran poniendo cuidado especial en no interactuar directamente con nosotros—declaró con ciertas reservas. ¿Qué podía significar eso?
La habitación se estaba abarrotando de curiosos y en consecuencia Sox salió de ella. Eran más que suficientes los que había para tranquilizar a la pequeñaja y explicarle cómo estaban las cosas.
De nuevo en el pasillo miró pensativo a aquellos seres ante la pregunta de Sinceridad.
—Parecen estar construidos con fines médicos —con todo estaba admirando con cierto grado de impresión la fina factura de aquellos artefactos y sobre todo su comportamiento. Sus movimientos parecían más semejantes al resultado de aquellos materiales cobrando vida más que a órdenes programadas—. No creo que sean agresivos incluso si interrumpimos su labor. Pero nunca está de más asegurarse.
Cogió sin miramientos una sábana de un cuarto cercano y atrapó a uno de ellos como dentro de un saco. Aguardó y efectivamente unos segundos más tarde la libélula de metal salía limpiamente de su encierro hecha intangible. Lejos de reaccionar de forma adversa contra quien la había encerrado, le rodeó claramente para introducirse en su lugar en otra habitación ocupada.
—Son capaces de reaccionar a situaciones imprevistas, como mínimo, y aun así no parecen interesados en nosotros. Sospecho que ya hemos pasado por este trámite —con aquello Sox dejó de darles pensamiento de momento. No tenía sentido esperar de aquellas máquinas otra función distinta a aquella que claramente les había sido inculcada. No obtendrían respuestas de ellas, y seguirlas cuando salieran de las mazmorras, dada la oscuridad reinante fuera, quedaba descartado.
Vio a Siete buscando acolchamiento para reunirlo en una sola habitación, y al carabés le pareció bien. Supuso que era prioritario por encima incluso de buscar al ser rezagado, dado que tendrían que conducirle a alguna parte concreta cuando le encontraran. Además, si mal no había entendido, de aquello se estaba encargando Lorenzo. Si bien algunos trabajaban más rápido que otros, el carabés determinó en silencio que en media aquel grupo sonaba medianamente competente.
—Quédate con este pasillo y yo cojo el de más adelante —le dijo a Siete. No tenía sentido que él fuese revisando cuartos que ya habían sido vaciados por su compañero, y viceversa. Tal y como dijo, se adentró en la mazmorra para cumplir su parte.
—Estamos reuniendo ropa de cama en esa habitación de la derecha para estar más cómodos —dijo en uno de sus viajes de vuelta, al pasar al lado de los cuartos donde aún se estuviera discutiendo el tema de los durmientes—. A antes terminemos antes podremos sentarnos a sacar cosas en claro, así que arrimad el hombro.
Más parloteo incoherente sobre dioses. El rubio frunció el ceño, pero el que había hablado ya se había adelantado alegremente pasillo adentro. El carabés buscó con la mirada al otro chico gris, del que esperaba oír algo notablemente más imbuido de sentido. Mirarle le hizo recordar otra cosa que había dicho.
—Dijiste que había otra persona despierta. ¿Dónde la dejasteis?
Un chillido cargado de dejá vù a aquellas alturas cortó la conversación. Sox se giró en aquella dirección, el entrecejo fruncido de nuevo. Sí, tenía toda la pinta de que la enana se había encontrado al inquilino que les faltaba. Al menos a juzgar por la semejanza con la escena con la que el carabés se había topado al encontrarse por primera vez con aquel grupo.
No obtante sus sospechas se vieron decepcionadas cuando se asomó al cuarto del que provenía el alboroto. Sox no había visto hasta entonces lo que estaban haciendo las criaturas, y examinó sus trajines con ojo crítico.
—Es posible que nosotros estuviéramos en un estado similar antes de despertar —comentó como única aportación a Siete. No se molestó en comprobar su brazo en busca de marcas: en Carabás era protocolo estándar que un hechizo cerrara la herida tras sacar la aguja y dio por supuesto que en aquel lugar las cosas funcionaban igual.
Con todo, era extraño. Un chequeo médico no era algo cuya voluntariedad fuese a constituir un problema, y de hecho habría sido una oportunidad perfecta para reunirlos a todos en un mismo lugar, hacerles recuento y darles instrucciones.
—Si hay organizadores pendientes de todo esto aún, es como si estuvieran poniendo cuidado especial en no interactuar directamente con nosotros—declaró con ciertas reservas. ¿Qué podía significar eso?
La habitación se estaba abarrotando de curiosos y en consecuencia Sox salió de ella. Eran más que suficientes los que había para tranquilizar a la pequeñaja y explicarle cómo estaban las cosas.
De nuevo en el pasillo miró pensativo a aquellos seres ante la pregunta de Sinceridad.
—Parecen estar construidos con fines médicos —con todo estaba admirando con cierto grado de impresión la fina factura de aquellos artefactos y sobre todo su comportamiento. Sus movimientos parecían más semejantes al resultado de aquellos materiales cobrando vida más que a órdenes programadas—. No creo que sean agresivos incluso si interrumpimos su labor. Pero nunca está de más asegurarse.
Cogió sin miramientos una sábana de un cuarto cercano y atrapó a uno de ellos como dentro de un saco. Aguardó y efectivamente unos segundos más tarde la libélula de metal salía limpiamente de su encierro hecha intangible. Lejos de reaccionar de forma adversa contra quien la había encerrado, le rodeó claramente para introducirse en su lugar en otra habitación ocupada.
—Son capaces de reaccionar a situaciones imprevistas, como mínimo, y aun así no parecen interesados en nosotros. Sospecho que ya hemos pasado por este trámite —con aquello Sox dejó de darles pensamiento de momento. No tenía sentido esperar de aquellas máquinas otra función distinta a aquella que claramente les había sido inculcada. No obtendrían respuestas de ellas, y seguirlas cuando salieran de las mazmorras, dada la oscuridad reinante fuera, quedaba descartado.
Vio a Siete buscando acolchamiento para reunirlo en una sola habitación, y al carabés le pareció bien. Supuso que era prioritario por encima incluso de buscar al ser rezagado, dado que tendrían que conducirle a alguna parte concreta cuando le encontraran. Además, si mal no había entendido, de aquello se estaba encargando Lorenzo. Si bien algunos trabajaban más rápido que otros, el carabés determinó en silencio que en media aquel grupo sonaba medianamente competente.
—Quédate con este pasillo y yo cojo el de más adelante —le dijo a Siete. No tenía sentido que él fuese revisando cuartos que ya habían sido vaciados por su compañero, y viceversa. Tal y como dijo, se adentró en la mazmorra para cumplir su parte.
—Estamos reuniendo ropa de cama en esa habitación de la derecha para estar más cómodos —dijo en uno de sus viajes de vuelta, al pasar al lado de los cuartos donde aún se estuviera discutiendo el tema de los durmientes—. A antes terminemos antes podremos sentarnos a sacar cosas en claro, así que arrimad el hombro.
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