Subterráneos

Como el sistema funcionaba, lo mantuve un rato más. Al cuarto dejé de contar porque era inútil e innecesario; la referencia al enano también la olvidé. Todo rastro de eso quedó aplastado por una sensación: estaba en Rocavarancolia y me estaba apañando sola. Cierto era que los dos estaban ahí, que las onyces ayudaban, pero mi vida dependía de mí exclusivamente. Igual que las de las criaturas que yacían muertas o aún desangrándose a mi alrededor. De ellas había dependido su propia supervivencia, pero habían fallado. Y las había matado yo. No las onyces o mi amigo o el vampiro. Yo. Ahora entendía a qué se referían mis sombras. Era una sensación de poder demasiado peligrosa y casi que tentadora. ¿No se acusa a la raza humana de eso mismo en cualquier juego de rol de fantasía? Otro muro de sombras, otra serie de hechizos en la diana y otra criatura desmoronada en el suelo. Siempre sedientos de poder, siempre corruptos, peligrosos. O lo mismo con la Fuerza y los rollos del lado Oscuro y el lado de la Luz. Pero yo conocía los límites. <<Recuerda que eso se decían los aprendices y luego la pifiaban>> Debía tener cuidado. Por eso rechacé hacer referencias humorísticas a la par que luchaba contra los hombres bestia, al igual que evitaría regodearme en que  había podido con ellos y les había robado su vida. <<Aunque realmente... Menuda vida tienen que tener aquí abajo. Si no los mato yo, alguien lo hará. Hoy o mañana, da igual>>

Uno logró esquivar mis hechizos y, como estaba cerca de la pared, al llegar hasta mí y atravesarme se golpeó de lleno con la piedra. En cuanto se recuperó, un hechizo de impacto le golpeó en la nuca y volvió a estamparlo. Y ahí se quedó.
¡Niña, son demasiados!—me llegó de pronto.

Me giré y entonces vi que las criaturas se lanzaban contra Dhelian y yo, ignorando al vampiro. ¿Por qué ahora y no antes con la intangibilidad recién puesta? No podía hacer frente a todos y las onyces no les podían frenar tampoco. Si se pasaba el efecto con tantos alrededor... Espera. Valek estaba hablando...
¿Cómo se atreve a darnos órdenes?
—Apartaos de ellos, venid conmigo!
Como quieras. ¿Qué está haciendo?—dijo otra poniéndose a mi altura.

Lo que fuera que el vampiro estaba haciendo resultó en una explosión que por instinto me hizo girarme y cubrirme la cara. El resultado fue... En fin, ya no quedaban fieras en pie. Al chico le había visto sacar una flecha y luego había sucedido todo. Tenía que preguntarle, pero el daeliciano se adelantó. Ya haría las preguntas largas más tarde. Seguida de mis espantos particulares, me acerqué a los dos.

—Sí. Y... bueno, sin heridos o muertos... —miré a las onyces—. Cuando os atacan demasiado y desaparecéis...
No somos tus inmortales protectores, niña.
Pero eso no quita que luchemos con todo lo que podemos. Así que ni se te ocurra ir de "protectora" con nosotras.
—En fin... Dhelian, si quieres luego te ayudo con eso. Hechizos de levitación y a casa —y luego miré a Valek—. ¿Y ahora, jefe?

– Runas – Respondí al brujo de las estigres mientras terminaba de llenar la petaca y echaba un buen trago. No había gastado mucha magia, pero ya que podía beber pues mejor. Allí abajo toda precaución era poca. Y justo hablando de precauciones justo salió un tema sobre eso.

– Nada de cadáveres flotando por los subterráneos. Eso nos volvería dianas ambulantes. Que coma ahora lo que pueda antes de que el olor atraiga a las alimañas, o como mucho esconded uno y a la vuelta veremos si sigue aquí. – Les dejé decidir qué hacer y cuando estuvimos todos listos continuamos la marcha.


No estábamos ya lejos, y llegamos sin complicaciones. La última galería por la que nos movimos se abrió de repente, mostrando una estancia gigantesca, tanto que la luz que tenían era incapaz de iluminarla entera. – Hemos llegado.

En aquel momento saqué una flecha, si podía llamarse como tal porque la punta había sido sustituida por lo que parecía un cristal esférico del tamaño de un puño. La metí en uno de los tubos de disparo y tras activar algunas runas de la esfera disparé hacia arriba. Las runas activadas eran un temporizador, que cuando llegó a cero activó varios hechizos previamente grabados en aquella esfera de cristal. En pleno vuelo y antes de empezar a caer se iluminó, a la vez que su caída fue frustrada por un hechizo de levitación que también procedía de la misma. Podría decirse que era una flecha bengala, salvo que esta no iba cayendo, sino que se quedaba en el sitio… al menos mientras duraran los hechizos. Sin embargo cualquier interés que cualquiera de los presentes pudiera tener en el artilugio probablemente se vería ofuscado por lo que dicha flecha acababa de iluminar.

La estancia en la que nos encontrábamos era cilíndrica, y en su centro se alzaba una torre dorada de la cual cada varios metros surgían una serie de plataformas gemelas. Toda la estructura estaba inclinada y derrumbada sobre las paredes del cilindro, derribada tiempo atrás por alguna causa externa. Aun así se podía apreciar que aquellas plataformas habían sido diseñadas para girar, y si uno se fijaba bien podía ver interruptores en su superficie.

–Lo que veis delante es lo que queda de una trampa mágica, una de las muchas que hay escondidas por los subterráneos. Algunas fueron diseñadas para cazar cosechados, otras para proteger tesoros o secretos de sus creadores. Esta se encuentra inactiva, pero las runas que la hicieron funcionar en el pasado siguen mayormente intactas, y aquí es donde empieza el trabajo – Saqué un par de libretas pequeñas y material para escribir y se los pasé a ambos. –Vamos a tomar apuntes de las que podamos. Yo empezaré por la parte de arriba y vosotros por la base. Anotad las que veáis, y apuntad lo que hacen si lo sabéis. Y cuidado, que la trampa no funcione no significa que algún circuito no siga funcionando.

Ultimados los preparativos me deshice en polvo y volé hasta la zona alta de la columna, aterrizando sobre la única plataforma que no era gemela. Recordaba bien aquel lugar: Era la plataforma sobre la que había aterrizado la última vez que visité el torreón Sendar de cosechado. Allí había muerto uno de mis antiguos compañeros. Más importante: En aquel lugar había aprendido que los exletarguinos jamás podríamos convivir o cooperar juntos.

Estuvo de acuerdo con el vampiro en que pasearse con un cadáver a cuestas era igual que colocarse una diana en la espalda. Por ello e intentando que su incomodidad no se notase Dhelian se acerco a uno de los cadáveres en mejor estado usando a las estirges de pantalla para Alice, comió una buena porción de carne para saciar parte de su hambre sintiendo alivio inmediato. Definitivamente mas satisfactorio que alimentarse del cuerpo de una rata. No sintió ni pena ni muchos remordimientos al pesar en el hombre bestia, mas como una bestia que como un humano y menos influenciado por el apetito que estaba consumiendole por dentro incluso ates de que el estado de descomposición iniciara siquiera en el. Tras conseguir saciarse lo mas rápido que pudo se limpio.

-Voy a esconderlo con un hechizo de olor falso. Ónyx, ¿podrías pedirle a una de tus onyce que lo cubra mientras volvemos? Ya sabes, como si fuera un manto- dijo sin mirar a la humana aun un poco nervioso por haber tenido que comer frente a ella peor intentando no darle total importancia a aquel hecho. Tras lanzar el hechizo llevo el cuerpo hasta una que hacia esquina y aunque no era el mejor escondite estaba mas cubierto que el resto de cuerpos desperdigados por el lugar.

Tras aquello y metido en sus pensamientos, siguió a Valek hacia una zona mas profunda de los subterraneos con un par de estirges subidas en sus hombros y las otras tres volando cerca suya como si fueran tres mantos negros. No tardaron mucho en llegar y Dhelian observo con cierto interés las acciones del vampiro, no tardo en quedarle claro que este parecía realmente diestro en las runas lo que le hizo sentir un poco de envidia y también ciertas ansias poder descubrir que tipo de runas había estado completamente fuera de su alcance en su tiempo como cosechado. Ver a aquella cosa brillar sobre sus cabezas sin caer fue fantástico pero aun mas la imagen que ilumino. No se parecía en nada ni de cerca, pero la imagen de aquella cosa cilíndrica y las palabras de Valek le hicieron recordar como fogonazos de luz tras sus ojos, el circo.

-Nosotros también sufrimos varias trampas mágica durante nuestra cosecha, por que viendo esto supongo que eso era. Especialmente una me vino a la mente al ver esta cosa...era un circo, uno muy poco divertido -añadió Dhelian sin alzar mucho la voz observando atentamente aquella trampa con evidente desconfianza, tomando la libreta que fue entregada por el vampiro. El había estudiado bastante sobre runas durante la cosecha al menos todas aquellas a su alcance, incluso sin poder hacerlas había buscado información sobre ellas y también había cogido cierta soltura al dibujarlas por lo que aquel trabajo no debía ser un problema. Ademas le ayudaría a incrementar sus propios apuntes.

No pudo evitar cierta expresión de asombro al ver a Valek desaparecer frente a sus ojos en una columna de polvo alzándose en el aire. Habia visto muchas cosas extrañas pero aun así no lograba sacarse la sensación de fascinación ante cada cosa nueva que veía, al menos durante un instante.

-Me pregunto si el circo también estara por aquí...o si es posible encontrarlo en algún sitio en particular.-murmuro Dhelian dirigiéndose ahora únicamente a Alice en un tono un tanto frío y carente de emoción, no teniendo muy claro que haría en el caso de encontrarse algún día de nuevo con aquel lugar. Su vida de cosechado se le hacia cercana y distante al mismo tiempo, como si hubiese vivido un largo sueño con tintes de pesadilla y ahora por fin, estuviese despierto. "Supongo no es fácil de olvidar lo que paso con aquellos que se quedaron a mitad de camino. La regla de este mundo es muy clara: o comes o te comen. Aunque sus métodos puedan ser crueles, el objetivo al final es ese"pensó distraidamente sintiéndose un poco confuso al respecto, sacudió su cabeza, asustando a una de las estirges de su hombro a las que ordeno claramente no tocar nada, no quería que activasen por casualidad nada por error. "Deja de volver a lo mismo, solo vas a conseguir enloquecer...tu lo conseguiste y eso es lo único que debería importarte ahora" se recordó de nuevo, buscando concentrarse en lo que Valek les había pedido.

Con el cuaderno en mano se acerco a la primera runa, fijándose bien en estas comenzó a dibujarlas, sacando del baúl de sus recuerdos cualquier dato que supiera, si es que lo había, sobre las runas que encontrase.

Valek avisó al daeliciano de que no avanzaríamos cargando con los cuerpos, algo obvio, así que este primero "almorzó" —aunque no me dejó verle— y luego acordé con Dhelian y un par de onyces esconder el cuerpo, pero no era muy optimista en cuanto a que se quedaran ahí a esperarnos. La orden había sido clara: "cubrid esos cuerpos y esperad sin dejar de cubrirlos hasta que llegue". Pero sospechaba que si tardábamos mucho, se aburrirían, o también que los cubrirían a intervalos, o que si aparecía alguna criatura se lanzarían a por ella.

No podía prever qué harían y no podía asegurarme de que cumplirían la orden, así que me desentendí de las que se quedaron atrás y continuamos la marcha. Al cabo de un rato, el vampiro volvió a usar su guantelete multiusos —¡definitivamente, tenía que preguntarle a la vuelta!— y esta vez una flecha actuó de bengala solo que flotó en el aire. <<¿Un hechizo de levitación? No le he visto hacerlo... ¿Será una runa?>> Automáticamente, mi mente se fue a diseñar vehículos voladores, desde alfombras hasta barcos enteros.

Pero en cuanto la luz iluminó lo que habíamos venido a buscar, todo pensamiento se esfumó. La primera visión me dio la imagen de una torre dorada, inclinada mucho más que la de Pisa, prácticamente derrumbada sobre la pared de la sala. Luego me fijé en las... ¿Aspas? No me imaginaba a esa cosa volando... Aunque sí parecían capaces de girar. ¿Plataformas? ¿Quién demonios se subiría ahí y para qué? ¿Quizá para pulsar los botones exteriores...? Espera. ¿De qué sirve poner botones fuera del cuerpo principal de la estructura? Confundida, tuve que mirar al vampiro en busca de la respuesta.

Desgraciadamente, llegó. Su uso no era nada fantástico que se me pudiera haber ocurrido. ¡Podía haber sido un extraño vehículo mágico volador de antaño! Pero no.

—Es una jodida trampa... —mascullé, aprentando los puños a la vez que Dhelian hablaba de aquel maldito circo.

¡Y por esto tienes que conquistar la ciudad y matarlos a todos!
Mataron a compañeros tuyos, ¿verdad?
Por sus gestos, parece que mataron a amigos suyos. Miradla, parece que va a explotar
Niña, recuerda esta sensación cada vez que pienses en tu dilema de matar o no. La ciudad os hizo daño, ¡devolvédselo!

—Neith, Akasha y Álvaro —volví a mascullar, tensa. Me estaba clavando las uñas en la palma de tanto apretar. La mano izquierda se libró por sostener la libreta.

En ese momento odié al vampiro por traernos a una de esas trampas. Era como Skarog. Cómo podía este bromear, cómo podía Valek trearnos a un sitio así? Por suerte, el trabajo era desvalijarla. Y eso junto con las palabras de Dhelian y las onyces me dieron una idea. Aproveché el momento en que el vampiro se adelantó a hacer el trabajo para hablar.

—Voy a ir a ese circo, enterrar a Akasha y quemarlo. Destruirlo. Que no quede nada —declaré, mirando a la trampa y girándome luego para buscar y mirar fijamente a Dhelian, que también se había puesto a buscar runas.

Has dicho tres nombres.

—La de Neith estaba cerquísima de Letargo... será imposible cuando llegue la nueva cosecha. La de Álvaro era una casa... No sabemos exactamente qué le pasó, pero bien podríamos quemar la casa entera.

¿Y por qué no el barrio entero? Ya hay un barrio quemado, así que a nadie le importará otro más.

—Ya veremos. Pero tenemos que...
¿Y cómo sabes que quedará algo de Akasha? —interrumpió una sonriente onyce, volando peligrosamente cerca. Estuve a punto de golpearla.
—He. Dicho. Que. Ya. Veremos. Vamos a hacer el trabajo.

Me curé la mano magullada y eché a levitar hacia las plataformas, buscando las runas que había dicho el vampiro. No tocaría esos botones por nada del mundo. Concentrarme en tomar apuntes de las runas y tener cuidado en dicha tarea me vino bien. Las palabras de las onyces un rato antes me habían envenenado. Tenían razón, claro que la tenían, pero no podía arrasar con la ciudad porque hubiera unos cuantos que se dedicaran a cazar cosechados. Y claro que recordaría la sensación de perder a mis amigos, pero no para destruir la ciudad sino para, cómo decirlo, intentar que no volviera a ocurrir. Algunos seguramente me dirían que "perder amistades fortalece a los cosechados", pero no lo compartía. Las onyces también usarían ese argumento, pero se lo callaron cuando mi enfado les convino.

Entretanto, aprovechando el eco del lugar y que todos nos desplazábamos volando, preguntaría a Valek:

—¡Oye! ¿Y sabes para qué sirven estas runas? ¿Qué hacía la trampa?

Quería saberlo pero no quería pero sí quería. Era como lo de tener un enemigo. Mejor conocerle a fondo, ¿no? Pues saber el funcionamiento de una de tantas trampas me vendría bien si quería seguir modelando lo que estaba pensando. ¿Podría encontrar trampas peligrosas para cosechados y reunirlas en un libro para la Biblioteca? ¿O directamente desactivarlas? En ambos casos, sería un trabajo de campo demasiado extenso y peligroso, porque a saber la de trampas letales que habría por ahí. <<No solo por eso... Si algunos de los que las hicieron siguen vivos... Podría buscarme serios problemas>> Peligroso y casi en vano, ya que si no se desactivaban, podrían morir igualmente: había miles de libros en la Biblioteca, nada me aseguraba que encontrarían el catálogo de trampas. <<Y si no les mata una trampa o un monstruo, sus propios compañeros lo harán como la rata y Talento...>> No merecía la pena matarme, casi literalmente, para hacer semejante proyecto que seguramente no solucionaría nada y me traería, para colmo, problemas. Así que relegué esa idea a un rincón de mi mente y rescaté la idea de volver al circo a ver qué había sido de Akasha, enterrarla si se podía, y fuera cual fuera el resultado, destruir el lugar. Había sido su tumba, ¿no? Pues lo sería a lo grande.

—Dhelian, cuando volvamos, recuérdame que te cuente una cosa si no lo hago antes. Es sobre Akasha —dije al daeliciano al pasar cerca buscando otra runa que anotar.

Continué tomando mis propios apuntes desde arriba y capté que los otros dos hablaban entre ellos, pero no me molesté en escuchar lo que decían. No era asunto mío, y si me querían decir algo ya alzarían la voz. De hecho fue eso lo que pasó poco después cuando Alice preguntó por el funcionamiento de la trampa.

– La mayoría de los botones controlan los movimientos y posición de las plataformas que tiene. Aunque algunos hacen más cosas. También recuerdo que había sistemas automáticos que controlaban la posición mediante el peso. –Además  sabía de dos circuitos más, los que realmente me interesaban: El de teletransporte, y el que generaba un campo antimagia. Pero sin saber muy bien por qué omití esa información. –En cuanto al funcionamiento… Cuando caímos en ella se comportaba como un puzle. Las plataformas giraban, cambiaban de posición o se detenían según cómo pulsábamos los botones. También se comportaban como balanzas así que cuando te equivocabas corrías el riesgo de desequilibrar a alguien y de que se cayera, y si tenía la mala suerte de sobrevivir a la caída las alimañas se lo comían vivo. –Me sorprendí yo mismo al comprobar la tranquilidad con la que revivía aquellos acontecimientos. Tal vez fuera por todo lo que había cambiado desde entonces, o quizás simplemente influía que ya no me llevaba bien con nadie de entonces, lo mismo daba.

Tomar apuntes de toda la estructura tomó unas cuantas horas, pero no hubo incidente alguno más allá que encontronazos con alimañas menores que huyeron al darles la luz. Una vez terminaron volvieron a la gruta donde los novatos habían escondido el cadáver y, la verdad, era un milagro que siguiera allí. Las onyces, frustradas por lo aburrida de su tarea, habían acatado la orden solo de forma justa y cubrían apenas una uña del cadáver en cuestión. Por suerte había suficientes como para que las alimañas aun siguieran ocupadas alimentándose de los otros. Bastó con hacer ruido y  todas huyeron.

–Bueno, Con esto concluye el trabajo –Dije a ambos tras haber salido a la superficie mientras sacaba unas hojas que le tendía a Dhelian. –Como acordamos: Son mapas de algunas zonas de los niveles superiores de los subterráneos, indicando donde suelen concentrarse los hombres bestia. –Desvié la vista hacia Alice – En cuanto al nuestro: Te recomiendo tomarte tu tiempo para pensar lo que vas a preguntar exactamente y luego ven a verme a la sede cuando estés lista. ¿O prefieres hacerlas ya mismo?

Valek explicó el funcionamiento de la trampa y me quedó una incógnita... No, no había incógnita alguna. Era obvio que alguien se había caído: ¿cómo si no sabía su funcionamiento?

Lo que pensé que sería un rato se convirtió en varias horas de llenar hojas y hojas. Eso sí, pensé en tomar apuntes de menos y realizar copias de cada cosa anotada y guardarme las páginas arrancadas en los bolsillos... Pero como tenía tres preguntas de "pago", me lo pensé mejor.

Cuando acabamos, volvimos por donde habíamos venido y, por suerte, el cuerpo escondido seguía a "buen recaudo". Lo habían cubierto, sí, pero solo una mínima parte.
—No era esto lo que acordamos. Teníais que cubrirlo entero, sin que nada fuera visible.
¿Seguro? Dijiste que...—empezó a decir de forma que el resto la entendiera, pero la fulminé con la mirada y la interrumpí.
—Callad todas. No volváis a hablar hasta que yo os lo ordene.

Sabía lo que había dicho y no volvería a cometer el mismo error. Habían mantenido al cuerpo intacto, sí, pero no como les había pretendido ordenar. Eso de "el fin justifica los medios" no podía ser aplicado a las onyces, o podría acabar medio muerta en numerosas ocasiones. Luego miré a los otros dos y atendí al vampiro. Zanjó su parte con Dhelian y luego me tocó a mí.

—Tengo una pregunta que podría ser ajena a esto, pero lo decides tú. He hecho apuntes dobles pero siguen en la libreta. ¿Puedo quedármelos? Habría que arrancar las páginas, eso sí.

Se puso  con las runas mientras escuchaba las palabras de Alice, la mención de Akasha, Alvaro y Neith le hicieron sentir un regusto amargo ante el recuerdo de lo que les había sucedido. La ciudad había acabado con ellos y el saber que había sido frente a sus ojos y no habían podido hacer nada para evitarlo era como una espina clavada. Habían tenido mas muertes en letargo pero aquellas era la que mas recordaba, las más imprevistas.

-No suena mal lo de hacer algo con esas trampas…yo lo haría- susurro ante las palabras de Alice sobre la casa de Álvaro. Sonaba precipitado tal vez peor poco le importaba necesitar terminar con aquello, tanto una venganza por sus amigos muertos como para el mismo. La ciudad estaba poblada de trampas que acaban con aquellos cosechados que venían año tras año, fruto de a saber que maniaco homicida y aunque era ilusorio el pensar en terminar con ellas, las tres que habían matado a sus amigos eran otro cantar. Eran algo personal, solo así sentía que podría darles real descanso a esas muertes.

Tras el recordatorio de Alice, que se prometió decirle cuando volvieran, se puso seriamente a dibujar las runas con lo poco que sabía de estas en  el cuaderno entregado por Vale. Tras la explicación dada por el vampiro de cómo se usaba o para que servían y movido por su propio interés en las runas, hizo copias n su propio cuaderno conforme iba a acabando con aquellas que debía entregar al vampiro. Aun así y entre los tres, aquello le llevo algunas horas y cuando por fin terminaron se dispusieron a volver al lugar donde habían tenido el encontronazo con los hombres bestias. Algunas alimañas hacían buena cuenta de los cadáveres, pero por suerte aquel que Dhelian había dejado aparte aun seguía intacto, precariamente protegido por una de las onyce de su amiga.

Que el cuerpo siguiera allí sin haber sido devorado podía considerarse un milagro. Sus estirges ante el festín frente a sus ojos se acercaron al cuerpo picoteando la cara del cuerpo con intención de sacarle los ojos, hasta que Dhelian las paro acercándose para realizar otro hechizo de olor falso. “Ahora una forma de llevárselo…supongo lo mas fácil es la levitación” pensó realizando el hechizo sobre el cadáver y tras algunos momentos de dudas, realizando a su vez otro de intangibilidad para tener mas facilidad para sacarlo entre los corredores estrechos de aquel lugar. Tras terminar indico a sus  estirges agarrarse a él en el camino de vuelta pues sentía sus fuerzas haber menguado en comparación a cuando llegaron, tenia mas fortaleza mágica pero seguía sin acostumbrarse a lanzar tantos hechizos  en tan corto plazo.

-Yo también tengo algunos apuntes de las runas, aunque lo tengo en mi cuaderno. Si aun así dices que no quieres que los tengamos, quitare las hojas- añadió observando al vampiro tras recibir los mapas de las mejores zonas de caza. Pronto se pusieron en camino con el cadáver flotando a su lado y las estirges agarradas a él con sus garras, subidas en sus hombros o espalda

Mientras volvían Dhelian observaba el cuerpo del hombre bestia sin saber aun que haría con él, le incomodaba pensar en el aun como una fuente de comida a pesar de ya haberlo usado con ese menester unas horas.“Piensa en él como en la carne de las cestas o como…como las costillas que hizo Skarog, no como en una persona. No puedes estar eternamente sintiendo remordimiento de esto” se repitió por enésima vez Dhelian sabiendo que aquella era su realidad actual y que debía mentalizarse lo antes posible a ella, pero aun costaba a pesar de todo. Tenía ratos donde conseguía evitar pensar en que comía cadáveres, y aun mas que tendría que ser de humanoides, pero cuando todo se calmaba y su estomago se llenaba  de nuevo volvía aquella sensación de malestar que no le abandonaba.

”Debo buscar alguna forma de mantener lo que cazo…no durara tampoco mucho, por más hechizos de olor falso que le eche el cuerpo sigue su curso vital. ¿Habrá algún hechizo que mantenga la carne en buen estado durante más tiempo? Suena un poco ridículo pero dijeron que había otros ghoul y criaturas que se alimentan de carne, tal vez haya algún tipo de magia para esto” era algo que debía buscar para el futuro. Por el momento intentaría mantener lo que pudiera  aquel cuerpo que ahora llevaba de vuelta a Serpentaria, que dudaba hiciera gracia a sus compañeros de torreón, por más que el pensamiento de hacer rodajas del hombre bestia le provocara retortijones, mas provocado por algo psicológico que por algo físico.

El roquense nunca supo si había conseguido huir de aquel gruñido o no. Tampoco si había conseguido salir del suelo o en su lugar había seguido hacia abajo o hacia los lados. En aquellos momentos de histeria solo tenía dos cosas claras: que no estaba solo y que la oscuridad a su alrededor le cegaba y oprimía tanto como si fuera líquida y se le colara por todos los poros de su cuerpo translúcido. Esta sensación, además, remitía a la sensación de asfixia que había experimentado anteriormente y, a su vez, a algo que no terminaba de recordar. No sabía qué le ocultaba su mente, pero tener esa sensación junto con todo lo que estaba experimentando no le hacía ningún bien. Y de nada servía su fanatismo y su empeñarse en que la Voz le estaba poniendo a prueba: se podía meter sus pruebas por... <<Calla, so hereje, calla y corre>>

Y eso hizo. Corrió y corrió, intentando hacerlo en diagonal y, con suerte, hacia arriba. Al principio, obviamente, no lo consiguió, pero pronto comprobó que había más ruidos de monstruos en una dirección y, teniendo en cuenta que en la ciudad no los había en tanta cantidad, quizá cuanto más bajara habría más monstruos... <<Así que si me alejo de sus gruñidos, estaré subiendo>>

Por suerte para él no se topó ni con nada mágico ni llegó a ninguno de los niveles inferiores. Su escapada fue caótica, sí, y quizá digna de calificarse como "de pesadilla", pero por su bien todo sucedió en la más absoluta oscuridad, por lo que no pudo ver los esperpentos vivos (o no muertos) con los que se cruzó y a los que en ocasiones atravesaba. Si el atravesarles le produjo algún tipo de sensación nueva, no se percató de ello, tan centrado como iba en salir de aquel laberinto oscuro. Y asustado, muy asustado, para qué negarlo, pues estaba bastante seguro de que algo allí abajo podría matarlo y no deseaba eso. No solo por lo que significaba morir... sino que tampoco quería darle la razón a sus herejes favoritos en cuanto a que estaba muerto. ¡Más quisieran ellos que lo estuviera!

Desgraciadamente, su suerte tan solo afectaba a lo anterior. No solo no conseguía salir a la ciudad sino que lo que en un primer momento creyó que era una salida acabó revelándose como un portón inmenso custodiado por gigantes de arena. Cabe añadir que en principio pensó que algún loco habría construido aquello, pues la puerta estaba al revés, pero después razonó que el que estaba al revés era él mismo. Esto supuso un gran alivio, pues le solucionaba muchos problemas <<¡Ya solo tengo que subir!>>

Dirigió una última mirada cargada de curiosidad al lugar que le había salvado, miró a los golems con formas súper extrañas que parecían custodiar la entrada, y ascendió hacia el techo. No tenía ni idea de qué era aquel sitio, pero le importaba bastante poco. Solo quería salir de aquel entramado de túneles oscuros y volver al torreón. Tampoco sabía en qué punto de la ciudad aparecería ahora, pero tan solo tenía que ascender lo suficiente hasta divisarlo. Sus compañeros le debían una explicación que ya se había demorado bastante. Y luego, quizás, les hablaría de la extraña puerta mágica que había visto. ¿Quizá la Voz le había llevado hasta ella? ¿Quizá era el lugar por el que conectaban los mundos con esta infame ciudad? Todo era posible. <<¿No quieren explorar? Se lo pasarían bien en estos túneles... Y mejor me lo pasaría yo viendo cómo les quitan la herejía a mordiscos>>

Sigue en el Torreón Maciel

Para ese dia Samika se había parapetado, tanto de algunos hechizos de refuerzo y proteccion, especialmente para sus alas, cortesia de Twixy's, como de ropa adecuada para moverse, por lo que probablemente serían caminitos estrechos e incomodos. Llevaba sujeto a los muslos dos correas donde iban sujetas un par de dagas, asi como guantes y butas epeciales para poder trepar. Llego con tiempo, no tardando en captar la imponente figura de Gahna que se encontraba espeandola. Samika escucho silenciosamente su explicacion asintiendo. Había estado entrenando precisamente para eso, en buscar la figura de Rasqa en diferentes escenarios, de noche, de dia, en zonas ruidosas y con obstaculos.

Aun asi no se confiaba, el subterraneo era terreno inexplorado y por lo que sabía estaba llenos de alimañas y crituras de mas o menos inteligencia, bastante pleigrosas.

-Creo que podre ingeniarmelas y sino, es que no valgo para esto- dijo Samika suavemente, con la vista puesta hacia donde notaba corria algo de aire, siendo esta la entrada del subtrraneo. Sonrio internamente, lamiendo sus finos colmillos, mientras chasqueaba la lengua y veia con tal claridad como si estuviera viendolo con sus ojos, pero practicamente en blanco y negro, la figura de Gahna. << No solo se percibe la forma del cuerpo...tambien si tiene o no pulso, aunque en un grado menor, tanta practica con Rasqa me ha ayudado a diferenciar objetos inertes, como rocas o estatuas, de algo vivo incluso si esta quieto. Seguro eso me sera util alli abajo. >> penso Samika siendo positiva como siempre esperando que Gahna diera el  pitido de salida para iniciar aquella fase, consciente que en otra parte, Rasqa también debía estar iniciando su propia prueba.

En cuanto Gahna le dio el pase, Samika se adentro por el hueco de los subterráneos empezando inmediatamente a  usar la ecolocalización con suaves silbidos y chasquidos. La total oscuridad del interior del subterráneo no la altero como meses taras habría hecho. Había estado entrenando para evitar eso precisamente, para que el hecho de no estar rodeada por alguna fuente de luz, le incomodara y bloqueara. Debía recordarse a si misma que ahora era, en términos prácticos, un murciélago y la oscuridad era su dominio, su campo de juegos, casi tanto como lo era el cielo.

No tuvo problemas en llegar al cruce de caminos gracias que ya había hecho un esquema aproximado de la entrada. Sabia que había tres caminos, podía percibir lo sonidos que salían de dos de ellos, vagos, al acercarse, pero no tenia pista reales de cual era el correcto.

<< Esperemos que funcione, aun no consigo manejar con exactitud los ultrasonidos por su cuenta para eliminar magia en si siempre que quiero, pero si lo mezclo con la ecolocalización que si se usarla, puede que consiga un mapa del terreno mas claro >> pensó Samika centrada y tomando aire, agudizo sus orejas en el momento que grito, un grito fuerte, potente e insonoro para la mayoría de las criaturas. Su ecolocalización y los ultrasonidos unidos, chocaron contra las paredes de subterráneo recorriendo los corredores frente a ella y haciéndole llegar a sus oídos con una mayor exactitud, las “imágenes” del terreno, formando un esquema mental de lo que podía encontrarse mas adelante. <<Esperemos que sirva >> añadió escuchando de vuelta y dándole forma en su mente a la informacion que acababa de proyectarse en ella.

La información que su ecolocalización le hizo llegar se tradujo en su mente de diferentes formas en cada camino. No era información mucho mas detallada de la que ya tenía, pero le sirvió para eliminar de su lista el camino central que entre las alimañas y lo escombros dificultarían bastante su movimiento , sin contar que de haber pasado alguien por ahí se debería notar.

De las dos que quedaba la que mas llamo su atención fue la de derecha ante la breve figura humanoide que se formo en su mente y por el sonido del repiqueteo, mas y mas insistente por ese camino. Se dispuso a ir por esta << Un momento... >> se frenó antes de adentrarse << Escuche comentar que en lo subterráneos existen los hombre bestias que a juzgar por el nombre, deben tener forma humanoide. Si fuera el examinador no estaría tan cerca de aquí ¿cierto? >> se recordó dudosa.

El otro camino que quedaba era aquel donde el silencio parecía hacerse mayor con cada paso que uno daba en su interior y en ese lugar, daba tan o mas mala espina que el camino de las alimañas. Un silencio tal donde ni sus oídos captaban algo en ese camino, en esa especie de hormigueo gigante con cientos de bestias, no era algo halagüeño.

La elección era difícil << Todos los caminos tiene su pegas...no sirve de nada pensarlo mas que esto, es seguir uno y solventar el problema que surja...como si tengo que hacer un rodeo completo para encontrar al dichosos examinador antes del tiempo>> se convenció Samika, masajeandose el cuello y dejándose llevar por donde su instinto y la información obtenida le dijera.

Finalmente sus pasos la dirigieron por el camino de la izquierda, no por intención de escapar de la posibilidades de los otros caminos, sino porque, el silencio de ese corredor a oscuras le hacia pensar instintivamente que algo realmente había por ese camino que incluso repelía a las pequeñas alimañas que pululaban por todas partes. Habiendo al fin escogido, Samika mantuvo los oídos atentos y avanzó a paso rápido tras haber formado una mapa mental antes con su eco-localización, adentrándose cada vez mas profundamente por el oscuro corredor esperando no haberse equivocado mientras avanzaba a oscuras. Y de hacerlo tener aun tiempo de ir por otro camino.

El recorrido por el corredor fue bastante tranquilo,incluso si escucho el sonido del paso de pequeñas alimañas, ninguna le ataco, todas huian de ella. Con su ecolocalización supo el momento exacto en el que el corredor se aparecio llegar a su fin, justo cuando este parecia que iba a ensancharse y Samika se acerco, extrañada. Por un intante tuvo la impreison de haber llegado a un camino sin salida, ya que en la oscuridad era incapaz de ver ni a medio palmo de su cara, pero sentir que el aire corria desde el punto mas alla dela palma de su mano,que no tocaba por poco, aquel aparente muro frente a ella.

<< Si hay un muro enfrente mia bloqueando el paso, pero si deja correr el aire como sino hubiera nada...¿es una barrera  magica? Las que yo conozco y de las que escuche, suelen funcionar como trampas cuando se las trapasa o toca, esta a simple vista parece bloquear el paso...aunque tampoco voy a intentar comprobar si puedo trapasarla sin mas, no quiero acabar derritiendome aqui mismo o algo peor >>  penso Samika, percatandose al fin que aparte de aire desde el otro lado de esa barrera, tambien escuchaba el sonido de paso. De que no sabria decirlo, pero ante la posibilidad de que tras esa barrera hubiera algo que pudiera atacarla, agarro firmemente sus dagas  y agudizo sus orejas al maximo posible.

A esas alturas sabía por propia experiencia que sus gritos eliminaban la magia tanto de hechizos a medio pronunciar como aquellos que estaban en pleno proceso, como bien a habia notado a raiz de usar sus ultrasonidos de anti-magia, por llamarlos de algun modo, inicialmente sin darse cuenta, alguno de sus compañeros de Serpentaria habia ido a reclamarle por fastidiarles en plena levitacionde algun objeto o casos similares. Siendo uno de los motivos por el que se habia centrado en practicar por la noche, donde de forma mas localizada donde no molestaba a nadie con ayuda de Ayne y Eara, ya que sus ultrasonidos no podian ser oidos.

Tambien tenía en cuenta, que podia cancelar hechizos ya previamene anclados, pero no tenia constancia de haber conseguido fastidiar alguno de esos anclajes con anterioridad. << Aunque probablemente haya fastidiado alguna que otra proteccion anclada de Serpentaria o de alguno de mis compañeros pero simplemente no me han dicho nada >> penso Samika viendolo como plausible,ya que si algo tenia claro a esas alturas es que los gritos anuladores de magia eliminaba toda la magia que cumpliera alguno de esos requisitos,si distincion de amigos o no. No podia dirigirlos solo hasta donde ella quisiera, sino que englobaba todo elentorno que le rodeaba en un perimetro más o menos amplio, dependiendo de la fuerza que ella le diera al gritar y de los obstaculos.

Y en ese momento la barrera frente a ella solo era un obstaculo más a eliminar. << Venga hazlo como has hecho hasta ahora, solo es cosa de conseguir lafrecuencia adecuada, no es diferente a cuando eliminas magia en pleno funcionamento...simplemente esta tal vez necesite un ultrasonido más firme >>  Y sin dejar pasar mas tiempo tomo aire y grito, con el ultrasonido mas firme hasta el momento alcanzando tras unos momentos de dudas los ultrasonidos que sus oidos ya recordaban como aquella que llamaba la "frequencia antimagia" que cancelaba el flujo magico a su alrededor.