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- Isma
Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidadPersonajes :- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
- Damian: Humano italiano (1.35m)
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad.
Armas :- Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
- Damian: Dientes
Daga
Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
Imagina ser: El macho
07/09/23, 10:55 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Por la escalera llegaba una agradable corriente que, después del baño que tuvo con Rag y Airi, se le hizo agradable. Por seo Damian, mientras Aniol estaba con alguna otra cosa, se dedicaba a estar sentado en uno de los peldaños, echado sobre la pared. Aunque por esa hora a la noche ya andaba bastante adormilado, estar solo y sin nada que hacer le aburría demasiado y, con un suspiro, se levantó con la intención de dar vueltas por ahí.
Su objetivo inicial fue la primera planta, no muy concurrida a esa hora excepto por los que andaban bañándose. Tarareando la primera canción que se le vino a la cabeza, fue a paso ligero dando algún que otro saltito observando sus alrededores. Le agradaba todo el sitio, no podía estar más a gusto dentro de su castillo con pasillos grandes, habitaciones gigantes y... ¿una caja?
El circense se tuvo que detener para verlo. Por el rabillo del ojo pudo ver en la puerta un poco abierta una cajetilla. Se parecía mucho a esas cajas llenas de esos palillos llamados "cigarros" que más de una vez vio fumando de Stefano. Connor tambien parecía fumarlos.
—<<Ahhh. Son cigarros, como los de Stefano>> —pensó mientras con una mano la metía a través de la apertura, colando el brazo para alcanzar esa caja puesta encima de la mesa. Lo hizo con mucho cuidado, no quería que Connor lo viese con las manos en la masa y, para su sorpresa, al agarrarla estaba bastante ligera. Una vez con el tesoro en su poder habiéndolo "tomado prestado" se puso a ver el frente de la caja con su marca y una foto que daba bastante asco que decía en grande y bien grueso: "FUMAR MATA"—. Pero si Stefano fuma todos los días, estaría muertísimo —se encogió de hombros y abrió la caja con solo tres cigarros—. Joder, no hay casi nada. Bueno, algo es algo.
Fue bajando, observando uno de los cigarrillos con curiosidad y metiéndose el resto en el bolsillo. Por el camino olió uno de ellos, olía raro era como fuerte y a la vez suave. Eso le hizo arrugar la nariz un poco, le recordó un poco al tufo que dejaba el contorsionista dentro de su caravana. ¿Por qué fumaban si olía fatal? ¿Es medicina para la salud? ¿Te hace crecer más rápido? Le asaltaban muchísimas dudas en cuanto a la funcionalidad de esos palitos misteriosos, lo único que sí sabía era como hacerlos funcionar. necesitaba fuego y que bien que las llamas de la madera de la cocina aun estaban apagándose. Se acercó al rescoldo y puso la punta del cigarro en lo más rojo. El calor no tardó en pasar al tabaco, echando un pelín de humo por la parte en la que se estaba quemando.
El italiano, emocionado, fue bien ligero y tapando su nuevo juguete por lo ligero que iba al patio de fuera, concretamente al sitio que él mismo se reservo para hacer su rutina matutina de ejercicios.
—Ehh... Esto... ¿Va en la boca? —hizo una pregunta retórica, no muy seguro de si hacerlo. ¿Dolería? Está muy caliente la punta. Pero eso lo hacía Connor y con bastante facilidad. Quizás si él lograse hacerlo igual, sería igual de fuerte que el de la cresta rosa y, desde lo que pasó con ese bicho negro, tuvo una especie de admiración hacia ese tío tan grande.
Con decisión se puso el filtro en la boca y aspiró con fuerza, demasiada. Eso hizo que el humo invadiese a tanta velocidad sus pulmones limpios que tuvo que toser con urgencia, teniendo lagrimones en los ojos.
—¡¡COFF COOFF COFFF UGHH COFF COFF!!
Por la escalera llegaba una agradable corriente que, después del baño que tuvo con Rag y Airi, se le hizo agradable. Por seo Damian, mientras Aniol estaba con alguna otra cosa, se dedicaba a estar sentado en uno de los peldaños, echado sobre la pared. Aunque por esa hora a la noche ya andaba bastante adormilado, estar solo y sin nada que hacer le aburría demasiado y, con un suspiro, se levantó con la intención de dar vueltas por ahí.
Su objetivo inicial fue la primera planta, no muy concurrida a esa hora excepto por los que andaban bañándose. Tarareando la primera canción que se le vino a la cabeza, fue a paso ligero dando algún que otro saltito observando sus alrededores. Le agradaba todo el sitio, no podía estar más a gusto dentro de su castillo con pasillos grandes, habitaciones gigantes y... ¿una caja?
El circense se tuvo que detener para verlo. Por el rabillo del ojo pudo ver en la puerta un poco abierta una cajetilla. Se parecía mucho a esas cajas llenas de esos palillos llamados "cigarros" que más de una vez vio fumando de Stefano. Connor tambien parecía fumarlos.
—<<Ahhh. Son cigarros, como los de Stefano>> —pensó mientras con una mano la metía a través de la apertura, colando el brazo para alcanzar esa caja puesta encima de la mesa. Lo hizo con mucho cuidado, no quería que Connor lo viese con las manos en la masa y, para su sorpresa, al agarrarla estaba bastante ligera. Una vez con el tesoro en su poder habiéndolo "tomado prestado" se puso a ver el frente de la caja con su marca y una foto que daba bastante asco que decía en grande y bien grueso: "FUMAR MATA"—. Pero si Stefano fuma todos los días, estaría muertísimo —se encogió de hombros y abrió la caja con solo tres cigarros—. Joder, no hay casi nada. Bueno, algo es algo.
Fue bajando, observando uno de los cigarrillos con curiosidad y metiéndose el resto en el bolsillo. Por el camino olió uno de ellos, olía raro era como fuerte y a la vez suave. Eso le hizo arrugar la nariz un poco, le recordó un poco al tufo que dejaba el contorsionista dentro de su caravana. ¿Por qué fumaban si olía fatal? ¿Es medicina para la salud? ¿Te hace crecer más rápido? Le asaltaban muchísimas dudas en cuanto a la funcionalidad de esos palitos misteriosos, lo único que sí sabía era como hacerlos funcionar. necesitaba fuego y que bien que las llamas de la madera de la cocina aun estaban apagándose. Se acercó al rescoldo y puso la punta del cigarro en lo más rojo. El calor no tardó en pasar al tabaco, echando un pelín de humo por la parte en la que se estaba quemando.
El italiano, emocionado, fue bien ligero y tapando su nuevo juguete por lo ligero que iba al patio de fuera, concretamente al sitio que él mismo se reservo para hacer su rutina matutina de ejercicios.
—Ehh... Esto... ¿Va en la boca? —hizo una pregunta retórica, no muy seguro de si hacerlo. ¿Dolería? Está muy caliente la punta. Pero eso lo hacía Connor y con bastante facilidad. Quizás si él lograse hacerlo igual, sería igual de fuerte que el de la cresta rosa y, desde lo que pasó con ese bicho negro, tuvo una especie de admiración hacia ese tío tan grande.
Con decisión se puso el filtro en la boca y aspiró con fuerza, demasiada. Eso hizo que el humo invadiese a tanta velocidad sus pulmones limpios que tuvo que toser con urgencia, teniendo lagrimones en los ojos.
—¡¡COFF COOFF COFFF UGHH COFF COFF!!
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mental
Re: Imagina ser: El macho
15/10/23, 11:39 am
Connor asintió con la cabeza conforme, en cuanto Damian empezó a pedir disculpas y prometer que no volvería a coger las cosas de los demás sin permiso. Estaba claro que el niño no era malo, simplemente era jodidamente molesto de cojones. Al menos parecía haber entendido la importancia de lo que le había querido decir. Aún seguía un poco enfadado con él, por mucho perdón que dijera... acababa de perder uno de sus putos cigarrillos. Pero estando más que zanjado aquel tema, Connor se limitó a escuchar las respuestas del italiano con la mirada fija en la pared del otro lado del patio. Y aunque no pudo evitar sonreír cuando Damian le devolvió los cumplidos, no dijo nada. No consideraba que "fuera la puta ostia" como decía el crío, menos aún tras los sucesos con el monstruo y cómo se quedó paralizado.
Por otro lado al motero le sorprendió escuchar que tenía doce años, ya que con su estatura y su flaqueza le había echado como tres años menos. Estaba claro que no comía una mierda de dónde venía, más claro aún cuando dijo que en esa ciudad se comía de puta madre y en el circo había días que pasaba hambre. Aquello lo hizo mirarlo unos segundos con el ceño fruncido, mientras veía en aquel pequeño italiano un reflejo de su propio pasado. De un niño canadiense famélico en pleno invierno, envuelto en un abrigo que ocultaba el delgado cuerpo que había debajo. Las palabras poco convincentes de Damian demostraban que él mismo era consciente de su situación respecto a la comida en su hogar. Connor apartó la mirada del crío, y la fijó en el pozo adornado por las figuritas de Ethan. El italiano parecía lamentarse por ser pequeño al no poder alimentarse bien... ¿Qué cojones podía decir a eso? No se le daban demasiado bien esas mierdas, y por milésima vez en aquella conversación intentó imaginarse lo que dirían gente como Räg o Airi. El motero suspiró antes de hablar.
-¿Te cuento un secreto, cabroncete? Pero no se lo puedes decir nadie o te prometo que me fumo al puto Rambo.- Su tono era confidente, aunque algo autoritario para dejar claro que no quería que Damian fuera pregonando por ahí. Una leve sonrisa dejaba claro que era una broma lo de fumarse a su juguete favorito. Connor volvió a hablar, pasando su mirada de figurita de papel a otra en el pozo, aunque su cabeza estaba muy lejos de allí.- Cuando era un puto crío pasé mucha hambre, como tú, joder. Era un canijo, y estoy seguro de que era más bajo.- Mintió en esto último.- Y mírame ahora, cojones. No te comas la puta cabeza y date tiempo, Damian, seguro que te pones como un puto gigante.- Animó al crío con una leve sonrisa.
Connor se quedó unos segundos en silencio, antes de salir del puto bucle de recuerdos y volver a dirigirse al italiano.
-Pero eh, Damian... Te he visto hacer volteretas y esas mierdas éstos días.- Lo cierto es que lo que hacía el crío era algo sorprendente, y dejaba bastante claro que tenía muy buen dominio de su cuerpo.- ¿Seguro que quieres ser un puto peso muerto y grande como yo? Porque ni de coña puedo hacer el pino.- Dijo con una leve sonrisa, aunque luego se apresuró a añadir con tono gruñón pero divertido.-Ni se te ocurra pedírmelo, cabroncete.-
Por otro lado al motero le sorprendió escuchar que tenía doce años, ya que con su estatura y su flaqueza le había echado como tres años menos. Estaba claro que no comía una mierda de dónde venía, más claro aún cuando dijo que en esa ciudad se comía de puta madre y en el circo había días que pasaba hambre. Aquello lo hizo mirarlo unos segundos con el ceño fruncido, mientras veía en aquel pequeño italiano un reflejo de su propio pasado. De un niño canadiense famélico en pleno invierno, envuelto en un abrigo que ocultaba el delgado cuerpo que había debajo. Las palabras poco convincentes de Damian demostraban que él mismo era consciente de su situación respecto a la comida en su hogar. Connor apartó la mirada del crío, y la fijó en el pozo adornado por las figuritas de Ethan. El italiano parecía lamentarse por ser pequeño al no poder alimentarse bien... ¿Qué cojones podía decir a eso? No se le daban demasiado bien esas mierdas, y por milésima vez en aquella conversación intentó imaginarse lo que dirían gente como Räg o Airi. El motero suspiró antes de hablar.
-¿Te cuento un secreto, cabroncete? Pero no se lo puedes decir nadie o te prometo que me fumo al puto Rambo.- Su tono era confidente, aunque algo autoritario para dejar claro que no quería que Damian fuera pregonando por ahí. Una leve sonrisa dejaba claro que era una broma lo de fumarse a su juguete favorito. Connor volvió a hablar, pasando su mirada de figurita de papel a otra en el pozo, aunque su cabeza estaba muy lejos de allí.- Cuando era un puto crío pasé mucha hambre, como tú, joder. Era un canijo, y estoy seguro de que era más bajo.- Mintió en esto último.- Y mírame ahora, cojones. No te comas la puta cabeza y date tiempo, Damian, seguro que te pones como un puto gigante.- Animó al crío con una leve sonrisa.
Connor se quedó unos segundos en silencio, antes de salir del puto bucle de recuerdos y volver a dirigirse al italiano.
-Pero eh, Damian... Te he visto hacer volteretas y esas mierdas éstos días.- Lo cierto es que lo que hacía el crío era algo sorprendente, y dejaba bastante claro que tenía muy buen dominio de su cuerpo.- ¿Seguro que quieres ser un puto peso muerto y grande como yo? Porque ni de coña puedo hacer el pino.- Dijo con una leve sonrisa, aunque luego se apresuró a añadir con tono gruñón pero divertido.-Ni se te ocurra pedírmelo, cabroncete.-
- Isma
Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidad
Re: Imagina ser: El macho
16/10/23, 12:53 pm
Si bien no estaba triste por ello, el tema de la comida le tenía bien pensativo, dudoso. No era lo suyo razonar cosas tan complejas teniendo en cuenta que desde pequeño se encontraba nadando en la ignorancia, acomodado en un entorno que le forzó a encontrar dicha en cosas que cualquier otro con acceso a mejores recursos repudiaría y siquiera lo toleraría.
—Ehhh claro, no diré ni mú —dijo algo extrañado por esa amenaza de Connor seguida de esa propuesta que, por ello, debía de ser importante o al menos lo suficientemente personal. Igualmente prestó atención, parecía interesante de narices.
Y la respuesta fue una sorpresa que pilló para bien a Damian, genuinamente. Sentía que podía reflejarse en Connor, sentía que la similitud le hacía encajar más con aquel tipo. También tuvo hambre, de nuevo el tema lo exponen como una rareza y ahí se confirmaron las sospechas del circense. Ya en películas y en familias que veía a escondidas para allá y para acá era normal, comer más era normal, repetir todos los días comida era normal. Por eso siempre se sentía un poco raro, aceptaba cualquier respuesta que su mamá le daba. “Cuando pase un tiempo tendremos más comida”. “Tendremos más en las siguientes ciudades”.
—Mhm, por lo menos creciste un huevo —fue una respuesta algo sosa para venir de Damian. El tema de la comida, como muchos otros en el circo, eran muy delicados y lo silenciaban. Eso se le quedó y no indagó mucho en el tema de la infancia de Connor por lo pronto, apuntaba a ser por el estilo y no quería llegar a algo "prohibido".
Al menos la afirmación de Connor sobre tener el cuerpo que tiene ayudó a sacar al niño de esa comida de cabeza, sacándole una sonrisa con las esperanzas de ser tan gigantón como él.
—Como un camión por lo menos joder —afirmó apuntando bien alto.
Normal que le viese hacer volteretas, se dedicaba todas las mañanas a ser el culo inquieto que siempre estuvo destinado a ser y esa duda de Connor le hizo hasta gracia, ¿quién no querría un cuerpo como el suyo?
—Pero eso da igual, ¿no? ¿Tu no puedes, en serio? —vaya, vaya. Eso estimuló un lado peligroso de Damian: su ego—. Venga ya, si está tirado de hacer el pino cabrón. Mira esto.
Y como si fuese algo de todos los días, en un cabeceo hacia delante, invirtió su eje vertical viendo todo boca abajo y sobre sus manos. No se tambaleaba casi nada por su nulo peso y se meneaba dando “pasos” con sus manos y los pies por encima de su cabeza controlando el equilibrio. Se giró a Connor así, juguetón.
—Va, intentalo. Con esos brazacos que llevas tío lo deberías de tener tirado. Intentaloooooo vengaaaaaa.
—Ehhh claro, no diré ni mú —dijo algo extrañado por esa amenaza de Connor seguida de esa propuesta que, por ello, debía de ser importante o al menos lo suficientemente personal. Igualmente prestó atención, parecía interesante de narices.
Y la respuesta fue una sorpresa que pilló para bien a Damian, genuinamente. Sentía que podía reflejarse en Connor, sentía que la similitud le hacía encajar más con aquel tipo. También tuvo hambre, de nuevo el tema lo exponen como una rareza y ahí se confirmaron las sospechas del circense. Ya en películas y en familias que veía a escondidas para allá y para acá era normal, comer más era normal, repetir todos los días comida era normal. Por eso siempre se sentía un poco raro, aceptaba cualquier respuesta que su mamá le daba. “Cuando pase un tiempo tendremos más comida”. “Tendremos más en las siguientes ciudades”.
—Mhm, por lo menos creciste un huevo —fue una respuesta algo sosa para venir de Damian. El tema de la comida, como muchos otros en el circo, eran muy delicados y lo silenciaban. Eso se le quedó y no indagó mucho en el tema de la infancia de Connor por lo pronto, apuntaba a ser por el estilo y no quería llegar a algo "prohibido".
Al menos la afirmación de Connor sobre tener el cuerpo que tiene ayudó a sacar al niño de esa comida de cabeza, sacándole una sonrisa con las esperanzas de ser tan gigantón como él.
—Como un camión por lo menos joder —afirmó apuntando bien alto.
Normal que le viese hacer volteretas, se dedicaba todas las mañanas a ser el culo inquieto que siempre estuvo destinado a ser y esa duda de Connor le hizo hasta gracia, ¿quién no querría un cuerpo como el suyo?
—Pero eso da igual, ¿no? ¿Tu no puedes, en serio? —vaya, vaya. Eso estimuló un lado peligroso de Damian: su ego—. Venga ya, si está tirado de hacer el pino cabrón. Mira esto.
Y como si fuese algo de todos los días, en un cabeceo hacia delante, invirtió su eje vertical viendo todo boca abajo y sobre sus manos. No se tambaleaba casi nada por su nulo peso y se meneaba dando “pasos” con sus manos y los pies por encima de su cabeza controlando el equilibrio. Se giró a Connor así, juguetón.
—Va, intentalo. Con esos brazacos que llevas tío lo deberías de tener tirado. Intentaloooooo vengaaaaaa.
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mental
Re: Imagina ser: El macho
22/10/23, 02:02 pm
Hablar de aspectos de su pasado como la comida y el hambre siempre era algo más jodido de contar que otras cosas. Y aunque no podía evitar que algunos recuerdos asomaran por las esquinas de su mente, lo cierto es que había un detalle que lo suavizaba todo. Damian era jodidamente gracioso hablando tan mal. Ya se lo había parecido el primer día, y además su forma de hablar escupiendo tantos tacos le provocaba la misma reacción que cuando escuchaba a Szecheniak: sentía cierta familiaridad porque le recordaba al club. Y lo cierto es que se veía muy reflejado en el italiano. Pero sí, aquello era divertido de cojones porque esas palabras malsonantes venían de un puto crío de metro y poco.
Aún así se dio cuenta de la respuesta escueta del niño, y con el ceño fruncido el motero pensó si había dicho algo fuera de lugar. Sin embargo no pareció ser nada, ya que pronto el crío se vio ilusionado ante la promesa de que podría ser tan grande como él. La verdad es que no tenía ni puta idea de si sería así... ¿Pero qué otra mierda podía decirle? Ya era bastante jodido para un niño estar en esa ciudad lejos de su familia, como para que viniera él a decirle: "No tengo ni puñetera idea de cómo crecerás, joder. Igual te pones grande o lo mismo eres un puto enano de adulto." No, ni de coña podía decirle algo así. Por eso había optado por darle unos ánimos que buscaban avivar un poco su humor, como pensaba que podrían hacerlo gente como Nohlem, Ethan, Räg o Airi si estuvieran en su caso.
Cuando dijo que no podía hacer el pino, Damian se sorprendió, alegando que no era tan difícil y enviándole un "cabrón" que le sacó una sonrisa a Connor y una breve risotada. Aún así era algo de pura lógica, ya que al ser tan grande era mucho más complicado levantar su cuerpo. El canadiense estaba acostumbrado a levantar pesos pesados, sí. Pero una cosa era hacer press de banca y otra muy distinta hacer el pino. Ejercicio que no tardó en mostrar Damian con una facilidad increíble, como todas las veces que se le veía hacer algún truco alzando su cuerpo.
-Pero serás cabroncete...- Halagó el motero su demostración con una leve sonrisa, mientras lo aplaudía un par de veces. Sin embargo pronto bufó divertido y negando con la cabeza, cuando el crío insistió en que hiciera el pino.- Ya te he dicho que no puedo, Damian. ¿Quieres que me parta el puto cuello?- Bromeó mientras se incorporaba y se acercaba al niño que aún hacía el pino, con una sonrisa. Lo cierto es que tras el enfado inicial con los cigarrillos, al menos ahora se estaba distrayendo. Y ya que no podía volver atrás en el tiempo para evitar el robo ni pegarle dos hostias por hacerlo porque era un crío... al menos podía pasarlo bien un rato. Asintió convencido, era una puta locura. Pero peores había hecho estando borracho con su familia.- Qué cojones... Voy a hacer el puto pino. ¿No puede ser tan difícil aguantar un segundo... verdad, joder?- Le preguntó a Damian mientras daba un par de pasos hacia atrás para hacer carrerilla y se frotaba las manos. No pensaba durar ni la mitad que el crío, pero esperaba hacerlo al menos un segundo. Lo justo para mantenerse en pino y luego retraer las piernas al suelo.
Connor suspiró un par de veces. Luego y sin previo aviso dio tres pasos rápidos hacia adelante, puso las manos en el suelo y echándole unos cojones que en aquel momento no sabía de dónde salían... Hizo el pino. Para ser exactos hizo el pino durante 0,5 segundos. Porque nada más hacerlo sus brazos fallaron de forma automática, precipitándose contra el suelo y cayendo literalmente con la puta cara.-¡AHHHGG MIERDA!- Se quejó del golpe, mientras veía impotente como no podía controlar ni un ápice de su cuerpo en aquel instante. Sus piernas por otro lado siguieron adelante por la inercia de la carrerilla, por lo que por un momento parecía que estaba simulando la jodida figura de un escorpión, entre quejidos. Después todo su cuerpo siguió el mismo camino haciendo una absurda burla de voltereta, desastrosa y muy dolorosa. Un motero de más de 1,90 y que pesaba 97 kilos, precipitándose hacia Damian.- ¡Quítate, Damian! ¡Quítate, JODER!- Avisaría mientras dejaba de ver el mundo del revés y torcido para empezar a ver el cielo. Estaba terminado de dar la vuelta y solo esperaba que Damian no estuviera por el camino.
Aún así se dio cuenta de la respuesta escueta del niño, y con el ceño fruncido el motero pensó si había dicho algo fuera de lugar. Sin embargo no pareció ser nada, ya que pronto el crío se vio ilusionado ante la promesa de que podría ser tan grande como él. La verdad es que no tenía ni puta idea de si sería así... ¿Pero qué otra mierda podía decirle? Ya era bastante jodido para un niño estar en esa ciudad lejos de su familia, como para que viniera él a decirle: "No tengo ni puñetera idea de cómo crecerás, joder. Igual te pones grande o lo mismo eres un puto enano de adulto." No, ni de coña podía decirle algo así. Por eso había optado por darle unos ánimos que buscaban avivar un poco su humor, como pensaba que podrían hacerlo gente como Nohlem, Ethan, Räg o Airi si estuvieran en su caso.
Cuando dijo que no podía hacer el pino, Damian se sorprendió, alegando que no era tan difícil y enviándole un "cabrón" que le sacó una sonrisa a Connor y una breve risotada. Aún así era algo de pura lógica, ya que al ser tan grande era mucho más complicado levantar su cuerpo. El canadiense estaba acostumbrado a levantar pesos pesados, sí. Pero una cosa era hacer press de banca y otra muy distinta hacer el pino. Ejercicio que no tardó en mostrar Damian con una facilidad increíble, como todas las veces que se le veía hacer algún truco alzando su cuerpo.
-Pero serás cabroncete...- Halagó el motero su demostración con una leve sonrisa, mientras lo aplaudía un par de veces. Sin embargo pronto bufó divertido y negando con la cabeza, cuando el crío insistió en que hiciera el pino.- Ya te he dicho que no puedo, Damian. ¿Quieres que me parta el puto cuello?- Bromeó mientras se incorporaba y se acercaba al niño que aún hacía el pino, con una sonrisa. Lo cierto es que tras el enfado inicial con los cigarrillos, al menos ahora se estaba distrayendo. Y ya que no podía volver atrás en el tiempo para evitar el robo ni pegarle dos hostias por hacerlo porque era un crío... al menos podía pasarlo bien un rato. Asintió convencido, era una puta locura. Pero peores había hecho estando borracho con su familia.- Qué cojones... Voy a hacer el puto pino. ¿No puede ser tan difícil aguantar un segundo... verdad, joder?- Le preguntó a Damian mientras daba un par de pasos hacia atrás para hacer carrerilla y se frotaba las manos. No pensaba durar ni la mitad que el crío, pero esperaba hacerlo al menos un segundo. Lo justo para mantenerse en pino y luego retraer las piernas al suelo.
Connor suspiró un par de veces. Luego y sin previo aviso dio tres pasos rápidos hacia adelante, puso las manos en el suelo y echándole unos cojones que en aquel momento no sabía de dónde salían... Hizo el pino. Para ser exactos hizo el pino durante 0,5 segundos. Porque nada más hacerlo sus brazos fallaron de forma automática, precipitándose contra el suelo y cayendo literalmente con la puta cara.-¡AHHHGG MIERDA!- Se quejó del golpe, mientras veía impotente como no podía controlar ni un ápice de su cuerpo en aquel instante. Sus piernas por otro lado siguieron adelante por la inercia de la carrerilla, por lo que por un momento parecía que estaba simulando la jodida figura de un escorpión, entre quejidos. Después todo su cuerpo siguió el mismo camino haciendo una absurda burla de voltereta, desastrosa y muy dolorosa. Un motero de más de 1,90 y que pesaba 97 kilos, precipitándose hacia Damian.- ¡Quítate, Damian! ¡Quítate, JODER!- Avisaría mientras dejaba de ver el mundo del revés y torcido para empezar a ver el cielo. Estaba terminado de dar la vuelta y solo esperaba que Damian no estuviera por el camino.
- Isma
Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidad
Re: Imagina ser: El macho
25/10/23, 03:33 pm
Damian se meneó contentillo cuando Connor lo aplaudió un poco, pasando de una mano a otra y meneando sus pies. Su pelo ya algo largo barría levemente el suelo y si le viesen Rag o Airi probablemente se llevarían las manos a la cabeza por no cuidar su pelo rubio.
—¡No te lo partes si lo haces bien, que no es tan complicado cabroncete! —animó el chiquillo, sacando su pulgar aprobador mientras mantenía el equilibrio con la otra mano. De vez en cuando daba palmadas con sus pies, en un conjunto de payaseo propio de Damian, realmente quería ver a Connor haciendo el pino y tenía muchas esperanzas depositadas en que lo haría de escándalo—. ¡Eeeeso es! ¡Si esto es más simple que un muelle, joder!
El italiano dio una voltereta para incorporarse, quería ver bien al enorme tipo ponerse boca abajo. Puso sus brazos en jarra y se puso bien cerquita de míster músculos para animarlo.
—Pilla un poco de carrerilla o si no te ostias —y si que lo hizo, casi sin avisar. Damian puso su boca en forma de “o”, sorprendido de ver por un breve momento a Connor boca arriba pero vaya yoya se llevó el de la cresta. Literalmente besó el suelo en un giro tan pasional que el circense no pudo evitar descojonarse sin cortarse un pelo—. ¡JAJAJAJAJAJAJA, VAYA OSTIA! —y ahí, como si el karma estuviese haciendo de las suyas, una rueda humana de más del doble de peso que su víctima iba en camino. Los gritos de Connor eran inútiles pues el niño pido ver casi en cámara lenta como se precipitaba sobre él, mirando hacia arriba e incluso haciéndole sombra.
Y con un golpe seco Damian fue aplastado, atrapado bajo la espalda de Connor como si de un edificio se tratase.
—¡OWWFFFFF! —menos mal que Damian tuvo mucha suerte de no haberse roto nada pero para haberse matado poco se estaba quejando, apretando los puños y meneando sus bracitos enrabietados—. ¡Quitatequitatequitatequitate! —intentó escurrirse pero era todo en vano.
—¡No te lo partes si lo haces bien, que no es tan complicado cabroncete! —animó el chiquillo, sacando su pulgar aprobador mientras mantenía el equilibrio con la otra mano. De vez en cuando daba palmadas con sus pies, en un conjunto de payaseo propio de Damian, realmente quería ver a Connor haciendo el pino y tenía muchas esperanzas depositadas en que lo haría de escándalo—. ¡Eeeeso es! ¡Si esto es más simple que un muelle, joder!
El italiano dio una voltereta para incorporarse, quería ver bien al enorme tipo ponerse boca abajo. Puso sus brazos en jarra y se puso bien cerquita de míster músculos para animarlo.
—Pilla un poco de carrerilla o si no te ostias —y si que lo hizo, casi sin avisar. Damian puso su boca en forma de “o”, sorprendido de ver por un breve momento a Connor boca arriba pero vaya yoya se llevó el de la cresta. Literalmente besó el suelo en un giro tan pasional que el circense no pudo evitar descojonarse sin cortarse un pelo—. ¡JAJAJAJAJAJAJA, VAYA OSTIA! —y ahí, como si el karma estuviese haciendo de las suyas, una rueda humana de más del doble de peso que su víctima iba en camino. Los gritos de Connor eran inútiles pues el niño pido ver casi en cámara lenta como se precipitaba sobre él, mirando hacia arriba e incluso haciéndole sombra.
Y con un golpe seco Damian fue aplastado, atrapado bajo la espalda de Connor como si de un edificio se tratase.
—¡OWWFFFFF! —menos mal que Damian tuvo mucha suerte de no haberse roto nada pero para haberse matado poco se estaba quejando, apretando los puños y meneando sus bracitos enrabietados—. ¡Quitatequitatequitatequitate! —intentó escurrirse pero era todo en vano.
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mental
Re: Imagina ser: El macho
28/10/23, 09:29 am
Mientras daba la vuelta pudo escuchar la risa de Damian, pero todo fue tan rápido como cabría esperar de aquella voltereta tan desastrosa y ridícula. El motero pudo notar como sus piernas impactaban contra el pequeño cuerpo del italiano, y como si fuera una apisonadora el niño quedó por completo aplastado bajo sus 97 kilos. Debido a ello el golpe fue amortiguado y mucho menos doloroso, aunque igualmente Connor dejó escapar un quejido cuando acabó por caer.
Aún con todo, el canadiense abrió los ojos como platos siendo consciente de lo que acababa de pasar. <<MIERDA. MIERDA>>. Y mientras Damian pedía a gritos que se quitara de encima Connor ya estaba haciendo eso mismo con velocidad.
-¡Joder, Damian! ¿Estás bien?- Empezó a preguntar con gesto preocupado en su voz y arrodillado en el suelo, mientras no podía evitar mirar de vez en cuando hacia la entrada del salón. Deseando que nadie se diera cuenta ni de que le había hecho daño sin querer al niño, ni del espectáculo desastroso que había protagonizado con su intento de hacer el pino.- No era mi puta intención, cabroncete... Se me ha ido todo el puto cuerpo...- Empezó a disculparse, mientras se pasaba la mano por el cuello dolorido.
No estaba seguro pero... ¿Se había puesto las jodidas piernas casi en la espalda? Porque es lo que le había parecido y ahora le empezaban a doler hasta las putas caderas.
Aún con todo, el canadiense abrió los ojos como platos siendo consciente de lo que acababa de pasar. <<MIERDA. MIERDA>>. Y mientras Damian pedía a gritos que se quitara de encima Connor ya estaba haciendo eso mismo con velocidad.
-¡Joder, Damian! ¿Estás bien?- Empezó a preguntar con gesto preocupado en su voz y arrodillado en el suelo, mientras no podía evitar mirar de vez en cuando hacia la entrada del salón. Deseando que nadie se diera cuenta ni de que le había hecho daño sin querer al niño, ni del espectáculo desastroso que había protagonizado con su intento de hacer el pino.- No era mi puta intención, cabroncete... Se me ha ido todo el puto cuerpo...- Empezó a disculparse, mientras se pasaba la mano por el cuello dolorido.
No estaba seguro pero... ¿Se había puesto las jodidas piernas casi en la espalda? Porque es lo que le había parecido y ahora le empezaban a doler hasta las putas caderas.
- Isma
Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidad
Personajes :- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
- Damian: Humano italiano (1.35m)
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad.
Armas :- Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
- Damian: Dientes
Daga
Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
Re: Imagina ser: El macho
01/11/23, 02:05 pm
Era bastante presión la que Connor estaba ejerciendo sobre el cuerpo que, en comparación al que estaba encima tirado, palidecía en cuanto a tamaño. Damian estaba haciendo fuerza vertical, empujando sin éxito alguno a Connor como quien hace una flexión con una pesa de 90 y largos kilos y su cara enrojecida de hacer tanta fuerza lo delataba.
Menos mal que se pudo quitar la mole crestuda y Damian suspiró de alivio, apoyando la cara contra el suelo. El no intencionado preguntó si estaba bien y el italiano alzó un pulgar hacia arriba y soltando un quejido alargado, parecía un motor escacharrado.
—No… pasa nada —se sentía como si a uno lo hubieran amasado entero con un rodillo enorme. Se levantó estirando sus brazos y piernas, apoyando la mano en su hombro y meneándolo. Estaba entero, al menos eso parecía pero el susto aun estaba ahí—. Ya te miré antes que venías aplastándome, joder me he cagao tío…
Aun con esas el circense sacó una sonrisa en mitad de los quejidos, riéndose mas bien de la tontísima situación que había envuelto a ambas partes.
—Tampoco sabía que pesabas catorce mil millones de kilos, ¡que hijo de puta jajajajaja! Al menos, ¿has aguantado? Casi te tocas la nuca con los pies, así.
Aunque un poquito dolorido, se presentaron las ganas de vacilar de su flexibilidad y se dispuso a imitando la caída de Connor se tumbó en el suelo con gracia y levantó sus pies más y más hasta que parecía un donut bien finito, con la suela de sus zapatos tocando su cabeza.
—Nghhh… Asi… —lo intentó pero no pudo aguantar mucho la postura, aún estaba machacado y se desmontó hacia el suelo con los brazos abiertos—. Joder… ¡Ay! ¡Coño, puedo aguantar más! Es que me has reventado cabronzón —ahí le volvió el buen humor, riendo un poco al grandullón que ya le caía fenomenal.
Menos mal que se pudo quitar la mole crestuda y Damian suspiró de alivio, apoyando la cara contra el suelo. El no intencionado preguntó si estaba bien y el italiano alzó un pulgar hacia arriba y soltando un quejido alargado, parecía un motor escacharrado.
—No… pasa nada —se sentía como si a uno lo hubieran amasado entero con un rodillo enorme. Se levantó estirando sus brazos y piernas, apoyando la mano en su hombro y meneándolo. Estaba entero, al menos eso parecía pero el susto aun estaba ahí—. Ya te miré antes que venías aplastándome, joder me he cagao tío…
Aun con esas el circense sacó una sonrisa en mitad de los quejidos, riéndose mas bien de la tontísima situación que había envuelto a ambas partes.
—Tampoco sabía que pesabas catorce mil millones de kilos, ¡que hijo de puta jajajajaja! Al menos, ¿has aguantado? Casi te tocas la nuca con los pies, así.
Aunque un poquito dolorido, se presentaron las ganas de vacilar de su flexibilidad y se dispuso a imitando la caída de Connor se tumbó en el suelo con gracia y levantó sus pies más y más hasta que parecía un donut bien finito, con la suela de sus zapatos tocando su cabeza.
—Nghhh… Asi… —lo intentó pero no pudo aguantar mucho la postura, aún estaba machacado y se desmontó hacia el suelo con los brazos abiertos—. Joder… ¡Ay! ¡Coño, puedo aguantar más! Es que me has reventado cabronzón —ahí le volvió el buen humor, riendo un poco al grandullón que ya le caía fenomenal.
- Seth
Ficha de cosechado
Nombre: Connor
Especie: Humano
Habilidades: Fuerza bruta, inmutabilidad, rapidez mentalPersonajes :
● Devoss: Humano (Países Bajos) Licántropo Tigre
● Maila: Humana (Hawaii) Bruja de la Arena
●Connor: Humano (Canadá)
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Sufre episodios de insomnio.
Re: Imagina ser: El macho
08/11/23, 11:04 am
Por suerte Damian no parecía haberse roto nada, alzando el pulgar hacia arriba en un gesto que a Connor no pudo evitar hacerle algo de gracia. Aunque por su quejido alargado en realidad parecía claramente dolorido, y el motero se quedó a su lado con el ceño un poco fruncido por la preocupación.
Sin embargo, una sonrisa adornó el rostro del italiano mientras se reía, y aquello hizo que Connor se relajara un poco. Antes de que se diera cuenta, estaba acompañando al niño con sonoras carcajadas, mientras recordaba los segundos antes del incidente y luego cómo había caído con el puto cuello en el suelo. Las risas del motero resonaron en el patio, alejando cualquier duda que pudiera tener sobre que Damian estuviera malherido. Posiblemente era la primera vez que se reía tan fuerte desde que había llegado a aquella pesadilla, pero sabía que había sido tan patético su intento de pino que no podía evitar descojonarse de él mismo.
-Lo siento, cabroncete... Ya dije que me iba a partir el cuello si lo intentaba.- Comentó con una sonrisa, y el nacimiento de otra carcajada a punto de salir de sus labios. Que el italiano le llamara "hijo de puta" solo añadía un tono aún más divertido a todo aquello, y soltó un bufido divertido con sus ocurrencias sobre su peso.- ¡Eh, Damian! Que no peso como un puto elefante, joder. Pero sí que has tenido por lo menos cien kilos... ¿Seguro que no tienes roto algo?- Preguntó mientras le cogía uno de los brazos delgados y se lo movía un par de veces.
Luego, el circense volvería a hacer gala de su flexibilidad. Mostrándole cuál había sido la postura exacta que había hecho al caer. Lo primero que pensó Connor fue en que ese niño cada vez le sorprendía más. No solo era ágil, sino que ahora parecía un puto contorsionista. Lo segundo que pensó, entre risas, fue que si esa había sido su forma de caer... Bueno, entonces había parecido un jodido fanático del yoga haciendo el estilo del puñetero escorpión.
-¿He hecho esa mierda y todavía puedo andar? Mierda...- Dijo algo sorprendido, mientras veía cómo el niño volvía al suelo sin ser capaz de aguantar mucho la postura, excusándose con el golpe anterior.- Te creo, Damian... Y también creo que voy a dejarte las putas piruetas a ti. Se te dan mucho mejor, ¿verdad, joder?- Diría divertido a la par que se levantaba. Después una sonrisa adornó sus labios, mientras le daba un golpecito con el puño en el hombro.- Si algún día quieres tener público en tu función, me avisas, cabroncete. Y deberías enseñárselo a todos aquí, lo que haces no se ve todos los putos días.-Le halagó de forma sincera, habiendo olvidado ya su enfado por el robo de los cigarrillos.
Connor no tardaría en irse de allí tras charlar un poco más con el niño, y aunque se tomó su tiempo a solas para fumarse su penúltimo cigarrillo, su mente no divagó entre sombras del pasado o sombras aún más oscuras del futuro. Viajó hasta la conversación amena y divertida que había tenido hacía poco con Damian, en las risas y en lo casi lo cotidiano que había sido todo. Como si no estuvieran en un mundo de monstruos, secuestrados y en peligro. Su percepción sobre el italiano había sido mala en un inicio, aquel día en las mazmorras. Gritón, desobediente y poniendo en riesgo a los demás. Pero ahora, como con todo lo demás, pensaba diferente. Damian seguía siendo todo eso, pero las malas palabras no le enseñarían nada. Ahora veía que tenía que ser como Airi, Ethan, Räg, o Nohlem a la hora de tratar con él, porque solo eso le había servido para acercarse más al italiano. Ahora solo deseaba llevarse aunque fuera la mitad de bien con Aniol. Y por encima de todo eso algo que siempre había estado ahí en un inicio: Protegerlos a toda costa.
A pesar de todo lo malo de su nuevo hogar, Connor dormiría algo mejor que de costumbre. Sin olvidar donde estaban, pero el paso de los días volvía a uno más confiado lo quisieras o no. Esa noche dormiría bien. Pero tardaría mucho tiempo en volver a hacerlo.
Sin embargo, una sonrisa adornó el rostro del italiano mientras se reía, y aquello hizo que Connor se relajara un poco. Antes de que se diera cuenta, estaba acompañando al niño con sonoras carcajadas, mientras recordaba los segundos antes del incidente y luego cómo había caído con el puto cuello en el suelo. Las risas del motero resonaron en el patio, alejando cualquier duda que pudiera tener sobre que Damian estuviera malherido. Posiblemente era la primera vez que se reía tan fuerte desde que había llegado a aquella pesadilla, pero sabía que había sido tan patético su intento de pino que no podía evitar descojonarse de él mismo.
-Lo siento, cabroncete... Ya dije que me iba a partir el cuello si lo intentaba.- Comentó con una sonrisa, y el nacimiento de otra carcajada a punto de salir de sus labios. Que el italiano le llamara "hijo de puta" solo añadía un tono aún más divertido a todo aquello, y soltó un bufido divertido con sus ocurrencias sobre su peso.- ¡Eh, Damian! Que no peso como un puto elefante, joder. Pero sí que has tenido por lo menos cien kilos... ¿Seguro que no tienes roto algo?- Preguntó mientras le cogía uno de los brazos delgados y se lo movía un par de veces.
Luego, el circense volvería a hacer gala de su flexibilidad. Mostrándole cuál había sido la postura exacta que había hecho al caer. Lo primero que pensó Connor fue en que ese niño cada vez le sorprendía más. No solo era ágil, sino que ahora parecía un puto contorsionista. Lo segundo que pensó, entre risas, fue que si esa había sido su forma de caer... Bueno, entonces había parecido un jodido fanático del yoga haciendo el estilo del puñetero escorpión.
-¿He hecho esa mierda y todavía puedo andar? Mierda...- Dijo algo sorprendido, mientras veía cómo el niño volvía al suelo sin ser capaz de aguantar mucho la postura, excusándose con el golpe anterior.- Te creo, Damian... Y también creo que voy a dejarte las putas piruetas a ti. Se te dan mucho mejor, ¿verdad, joder?- Diría divertido a la par que se levantaba. Después una sonrisa adornó sus labios, mientras le daba un golpecito con el puño en el hombro.- Si algún día quieres tener público en tu función, me avisas, cabroncete. Y deberías enseñárselo a todos aquí, lo que haces no se ve todos los putos días.-Le halagó de forma sincera, habiendo olvidado ya su enfado por el robo de los cigarrillos.
Connor no tardaría en irse de allí tras charlar un poco más con el niño, y aunque se tomó su tiempo a solas para fumarse su penúltimo cigarrillo, su mente no divagó entre sombras del pasado o sombras aún más oscuras del futuro. Viajó hasta la conversación amena y divertida que había tenido hacía poco con Damian, en las risas y en lo casi lo cotidiano que había sido todo. Como si no estuvieran en un mundo de monstruos, secuestrados y en peligro. Su percepción sobre el italiano había sido mala en un inicio, aquel día en las mazmorras. Gritón, desobediente y poniendo en riesgo a los demás. Pero ahora, como con todo lo demás, pensaba diferente. Damian seguía siendo todo eso, pero las malas palabras no le enseñarían nada. Ahora veía que tenía que ser como Airi, Ethan, Räg, o Nohlem a la hora de tratar con él, porque solo eso le había servido para acercarse más al italiano. Ahora solo deseaba llevarse aunque fuera la mitad de bien con Aniol. Y por encima de todo eso algo que siempre había estado ahí en un inicio: Protegerlos a toda costa.
A pesar de todo lo malo de su nuevo hogar, Connor dormiría algo mejor que de costumbre. Sin olvidar donde estaban, pero el paso de los días volvía a uno más confiado lo quisieras o no. Esa noche dormiría bien. Pero tardaría mucho tiempo en volver a hacerlo.
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