Jardines de la Memoria
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Jardines de la Memoria
02/08/11, 06:39 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Rodeados de un muro de ladrillos hexagonales de color violeta, poseen cincuenta conjuntos escultóricos (algunos construidos en piedra ingrávida) que representan momentos y personajes de la historia de la ciudad.
- Descripción más detallada sacada de la saga:
- Los muros que rodeaban los Jardines de la Memoria pronto resaltaron entre el
resto de los edificios. Eran altas paredes de diminutos ladrillos hexagonales, de color violeta claro, con arcadas ojivales en el lado norte.
Aquel solar amurallado era uno de los recintos más grandes que habían encontrado hasta entonces: en extensión igualaba a la superficie que cubría el torreón Margalar y su patio. Varias estatuas se repartían por el lugar, grandiosas y magníficas. Algunas, labradas en piedra ingrávida, flotaban a varios metros de altura, inmóviles en el aire. De los cincuenta conjuntos escultóricos que habían contenido los jardines, sólo quedaban diez completos y fragmentos de una docena más. Y ya no había ni lastro de los espectaculares vergeles que habían adornado el lugar, algunos flotando también sobre extensas capas de tierra volante. Pero aunque fuera un pálido reflejo de lo que una vez fue, los Jardines de la Memoria seguían siendo
impresionantes.
Ver a Marina y Rachel, señalando extasiadas la maravillosa estatua de piedra azul de dama Escalofrío, envuelta en su extenso chal de seda y pedrería, postrada como si pidiera clemencia, le llenó de alegría. O contemplar a Bruno flotando junto a Maronet el hechicero, mientras éste se enfrentaba con su cayado y su hacha de doble hoja al rey gigante de Esfronax. La estatua del mago, esculpida en piedra ingrávida, estaba suspendida a más de quince metros de altura, justo frente al rostro del monstruoso gigante, con el cayado adelantado en la mano izquierda y el hacha en la derecha, disparada en horizontal hacia la cara de su adversario que ya mostraba en varios puntos el mordisco del arma. El rey de Esfronax, vestido con una armadura que parecía fabricada con conchas de galápago, tenía los brazos extendidos y parecía a
punto de desplomarse.
La mayor de las estatuas supervivientes era la de dama Irhina, la reina sangrienta y su espectacular montura, el dragón vampiro Balderlalosa. Medía treinta metros de largo y ocho de alzada. El dragón negro estaba representado en vuelo rasante, con sus cuatro alas extendidas. Sus colmillos, grandes como cimitarras, relucían oscuros en la penumbra de sus mandíbulas entreabiertas. Montada sobre su lomo estaba ella, la primera reina vampira de Rocavarancolia. El autor de aquella maravilla había conseguido que la majestuosa montura no eclipsara a su jinete. Había esculpido a dama Irhina de tal forma que era el centro de atención en la pieza. Tenía la mano izquierda apoyada en el lomo de la bestia en un ademán tan vigoroso que parecía decir: «No tengas miedo del dragón que monto. Témeme a mí que soy quien lo
domina».
—¡Ricardo! ¡Esto nos lo has contado tú! —gritó Rachel.
Estaba junto a Lizbeth ante un conjunto de estatuas situadas en el mismo centro de los jardines. Allí, sobre un pedestal en forma de media luna, una docena de encapuchados rodeaba a un hombre escuálido que levantaba una mano en señal de invitación mientras su rostro expresaba tal desprecio que daban ganas de apartar la mirada. Llevaba puesto lo que en un principio se podía tomar por un collar de perlas, hacía falta un segundo vistazo para comprender que era un macabro collar de ojos. Del centro exacto de su frente surgía un cuerno afilado de unos veinte centímetros de longitud.
—Es Hurza —dijo Ricardo, y luego añadió con un susurro—: El Comeojos…
Mistral asintió con la cabeza. No sabía qué artista había esculpido ese momento crucial en la historia de Rocavarancolia, pero había logrado que Hurza pareciera mucho más peligroso que los hechiceros que se disponían a darle muerte.
—La ejecución del primer Señor de los Asesinos —murmuró el cambiante.
Enfrentada a la media luna en la que se veía aquella escena había existido otra plataforma idéntica, sobre la que se escenificaba la muerte del primer rey de Rocavarancolia. A Harex lo habían matado mientras dormía. Icaria, su amante, había sido la encargada de verter en su oído un chorro de Penuria, el veneno más letal conocido, hechizado además de tal modo que atravesó todas las protecciones mágicas del rey como si no existieran.
- Estatuas añadidas en el transcurso del rol:
-Un conglomerado de plantas leñosas crecido sobre un banco da forma a lo que puede parecer una criatura humanoide sentada engullida por semillas germinadas. Una placa a sus pies dice: "Sepalian Xila, antiguo consejero de recursos naturales. Se cree que fue transformado en esta estatua vegetal con magia desconocida".
-Estatua de oro que muestra a dama Liviana y es más de lo que parece. Ella misma se volvió de oro por error y de forma irreversible, por lo que ahora forma parte de las estatuas de los jardines. La inscripción de su placa dice: "Dama Liviana, alquimista real y bruja de las brisas que sirvió al consejo hasta que su propia pócima la convirtió en oro".
-Figura de oro que representa a un velador asreniano con la mano extendida y expresión seria. En su inscripción pone: "Granta, el Protector de los Durmientes. A pesar de que acababa de ser bendencido por la Luna rescató a Rocavarancolia de una de sus mayores crisis, liberando a los ciudadanos del yugo de la Torre de los Soñadores".
-Escultura plateada en la que pueden verse a dos personas apuñalando juntas a una mujer de pelo trenzado postrada en una cama. El hombre tiene el cabello ondulado, perilla y bigote, y la mujer posee rasgos de súcubo de las pesadillas y el cabello largo. Sus nombres aparecen en la inscripción: "Melodes, el compositor de sueños", "Nihil" y, la víctima, "dama Sueño". Debajo se puede leer: "Un puñal de sueños para acabar con las pesadillas".
-Escultura de plata que representa la última batalla de un demiurgo contra el íncubo de las pesadillas que lo mató. La inscripción reza: "La batalla entre Doce Punto, demiurgo de Altabajatorre, y Corann en el plano onírico".
Re: Jardines de la Memoria
19/07/21, 03:26 am
—Oh no. Diviértete como bien quieras~ —rio la maga ante el rubor de la finlandesa y sus inseguridades. Abri por su parte hizo el tonto fingiendo claramente mal que no sabía a qué se refería y con la tensión un poco relajada el frivy como que escurrió el bulto, no sin la mirada aún penetrante de Raelene en la nuca.
Nery´s vio como veían aquellas manos que eran... lentas para él y no solo las esquivó con gracia si no que les dio unos besitos por los dorsos. Se dejó llevar por ella sin soltar el abrazo. En su interior sentía la infantil gana de no volver a soltarse de ella nunca más. Tan solo posar la cabeza en su hombro y permanecer flotando con ella durante horas.
Tuvo que contener la risa según escuchaba las palabras de la ruborizada criatura que se hallaba en sus brazos aunque con el codazo le fue casi imposible. —Deberías especificar cualos... aunque a mí me gustan como están... —susurró como contestación sin especificar el tampoco que parte de ella se refería bromeando solo para ellos dos. Aunque anotó mentalmente lo de agradecerles propiamente que lo hayan buscado.
Abri levantó la mano en un gesto quitándole importancia a lo último que dijo la Jack Frost. Y el brillo que emitía Nery's aumentó en cuanto vio que Kiki acabana de hablar en "nosotros" emocionado. —Estarán de fiesta allí los de la anterior cosecha, pero nosotras somos más veteranas y no de ese grupo. Nuestra fiesta estaría maaas lejos casi en los cuarteles pero hoy tenemos el día para aquí el idiota adicto al trabajo.
—Ey —se quejó Nery´s sin que ninguna le hiciese caso.
—Llevamos desde que nos enteramos de que lo escogieron preparándonos para cuando se transformara, —continuó la maga— si quería una algo bestia nos lo llevaríamos allá, y si quería algo tranquilo pues en nuestra casa de tranquileo. Y visto lo visto... —dirigió la mirada a como la rodeaba con los brazos. Con mimo desmdedido, como si fuera algo frágil o lo más importante que había sostenido nunca... Le recordaba a como se veía Abri abrazándola a ella. —Lo segundo será. —Sentenció.
—Un baño, —empezó Abri— comida rica, bebida, juegos de mesa o un rato en el jacuzzi...
—Lo de la magia es super fácil. Te paso esta noche y vemos si puedes lanzar algún hechizo. —Declaró Raelene. —Además tenemos una copia de los compendios de transformaciones para ver en que se transformaba él... No los necesitamos porque es obvio pero podemos mirar que eres tú.
—En resumen, que eres más que bienvenida jo. —le espetó Abrazos —tu a nuestra habitación y estamos a nuestro rollo~
La burbuja comenzó a descender y todos ellos con ella, si la humana se giraba, podría contemplar al fin su parada.
Sigue en La habitación de los abrazos. (Inciso localizado en la Sede de los Taumaturgos)
Nery´s vio como veían aquellas manos que eran... lentas para él y no solo las esquivó con gracia si no que les dio unos besitos por los dorsos. Se dejó llevar por ella sin soltar el abrazo. En su interior sentía la infantil gana de no volver a soltarse de ella nunca más. Tan solo posar la cabeza en su hombro y permanecer flotando con ella durante horas.
Tuvo que contener la risa según escuchaba las palabras de la ruborizada criatura que se hallaba en sus brazos aunque con el codazo le fue casi imposible. —Deberías especificar cualos... aunque a mí me gustan como están... —susurró como contestación sin especificar el tampoco que parte de ella se refería bromeando solo para ellos dos. Aunque anotó mentalmente lo de agradecerles propiamente que lo hayan buscado.
Abri levantó la mano en un gesto quitándole importancia a lo último que dijo la Jack Frost. Y el brillo que emitía Nery's aumentó en cuanto vio que Kiki acabana de hablar en "nosotros" emocionado. —Estarán de fiesta allí los de la anterior cosecha, pero nosotras somos más veteranas y no de ese grupo. Nuestra fiesta estaría maaas lejos casi en los cuarteles pero hoy tenemos el día para aquí el idiota adicto al trabajo.
—Ey —se quejó Nery´s sin que ninguna le hiciese caso.
—Llevamos desde que nos enteramos de que lo escogieron preparándonos para cuando se transformara, —continuó la maga— si quería una algo bestia nos lo llevaríamos allá, y si quería algo tranquilo pues en nuestra casa de tranquileo. Y visto lo visto... —dirigió la mirada a como la rodeaba con los brazos. Con mimo desmdedido, como si fuera algo frágil o lo más importante que había sostenido nunca... Le recordaba a como se veía Abri abrazándola a ella. —Lo segundo será. —Sentenció.
—Un baño, —empezó Abri— comida rica, bebida, juegos de mesa o un rato en el jacuzzi...
—Lo de la magia es super fácil. Te paso esta noche y vemos si puedes lanzar algún hechizo. —Declaró Raelene. —Además tenemos una copia de los compendios de transformaciones para ver en que se transformaba él... No los necesitamos porque es obvio pero podemos mirar que eres tú.
—En resumen, que eres más que bienvenida jo. —le espetó Abrazos —tu a nuestra habitación y estamos a nuestro rollo~
La burbuja comenzó a descender y todos ellos con ella, si la humana se giraba, podría contemplar al fin su parada.
Sigue en La habitación de los abrazos. (Inciso localizado en la Sede de los Taumaturgos)
Re: Jardines de la Memoria
30/06/22, 12:49 am
A pesar de la experiencia que proporcionaba el tiempo Rox seguía odiando ir solo por Rocavarancolia. Pasearse por la ciudad demostraba o mucha confianza en ti mismo y tus habilidades, o bien, la total falta de luces, y no es que el cambiante se definiese como miembro del primer grupo. No tenía problema en sus rutas diarias, pero por aquellas zonas…
Había acompañado a Rena hasta Kankri para seguir trabajando en la casita de la playa. Ella pensaba echar el día y puede que la noche en el mundo vinculado, una propuesta que le habría gustado seguir de no ser porque se le acumulaban otras responsabilidades; de ahí que volviera solo. Con tal de no acercarse al barrio quemado por motivos de peso había pillado por los jardines de la memoria, y aunque la zona fuese tranquila iba con todos los sentidos en alerta. Irónico que, aún con las orejas tan afinadas como las de una liebre, por dedicarle demasiada atención al repentino aleteo de un pájaro Rox se fuese a tropezar contra un chaval tan ancho como Rena y largo como Milo que, para más inri, estaba agachado recogiendo hojas secas del suelo. Al menos agilidad no le faltaba, y en lugar de caer encima de nadie dio un bote atrás a tiempo de poner distancias entre ambos.
—¡Mier-! —por su cabeza pasaron maldiciones a toda velocidad antes de quedar en blanco, con el corazón dando botes, pose defensiva y todos los dedos de las manos transformados en largas y afiladas agujas negras, el mismo color de los tatuajes que le recorrían brazos y cuello. Algunos habían vibrado del susto y se veían como tinta húmeda rozada por error. Al reconocer el bulto con el que se había dado como “humano” bajó las manos y deshizo las garras—. ¡Hostia, lo siento! Joder no- no sé como no te he visto.
Como si los jardines no fueran enormes y sus sentidos finos para eso. Evaluaba a toda prisa si tenía que correr o no, sin embargo una vez visto mejor el rostro del otro su tensión bajó: el cambiante no olvidaba una cara, incluso si aquella en concreto la había visto menos veces que dedos tenía en una mano. Juraría que se trataba de un novato. Se acercó por si necesitaba ayuda, ahora intentando verse lo menos hostil posible.
—¿Estás bien?
Había acompañado a Rena hasta Kankri para seguir trabajando en la casita de la playa. Ella pensaba echar el día y puede que la noche en el mundo vinculado, una propuesta que le habría gustado seguir de no ser porque se le acumulaban otras responsabilidades; de ahí que volviera solo. Con tal de no acercarse al barrio quemado por motivos de peso había pillado por los jardines de la memoria, y aunque la zona fuese tranquila iba con todos los sentidos en alerta. Irónico que, aún con las orejas tan afinadas como las de una liebre, por dedicarle demasiada atención al repentino aleteo de un pájaro Rox se fuese a tropezar contra un chaval tan ancho como Rena y largo como Milo que, para más inri, estaba agachado recogiendo hojas secas del suelo. Al menos agilidad no le faltaba, y en lugar de caer encima de nadie dio un bote atrás a tiempo de poner distancias entre ambos.
—¡Mier-! —por su cabeza pasaron maldiciones a toda velocidad antes de quedar en blanco, con el corazón dando botes, pose defensiva y todos los dedos de las manos transformados en largas y afiladas agujas negras, el mismo color de los tatuajes que le recorrían brazos y cuello. Algunos habían vibrado del susto y se veían como tinta húmeda rozada por error. Al reconocer el bulto con el que se había dado como “humano” bajó las manos y deshizo las garras—. ¡Hostia, lo siento! Joder no- no sé como no te he visto.
Como si los jardines no fueran enormes y sus sentidos finos para eso. Evaluaba a toda prisa si tenía que correr o no, sin embargo una vez visto mejor el rostro del otro su tensión bajó: el cambiante no olvidaba una cara, incluso si aquella en concreto la había visto menos veces que dedos tenía en una mano. Juraría que se trataba de un novato. Se acercó por si necesitaba ayuda, ahora intentando verse lo menos hostil posible.
—¿Estás bien?
Re: Jardines de la Memoria
30/06/22, 05:06 pm
Ese día Adam marchó tranquilo a por más hojas secas al mismo sitio que la última vez. Aunque fuese el dominio de Chromsa las propias hojas no se libraban de romperse y el ruso quería reponer las faltantes antes de que el fauno las echase en falta. Estaba bastante agachado para meter en el saco unas pocas más antes de irse cuando notó un empujón que le hizo perder el equilibrio y caer de bruces contra el suelo.
No le dolió demasiado la caída, siendo entre comillas más grave la suciedad en su ropa. Rápidamente volteó a ver de quién se trataba y abrió mucho los ojos al ver a un humano con unas garras enormes algo extrañas, como si fuesen parte de los tatuajes de sus brazos. Estuvo en guardia para echar a correr cuando el culpable de su caída se terminó disculpando, deshaciendo las garras.
—N-no pasa nada, estoy bien —intentó transmitir poca importancia ante todo el asunto de la caída, sacudiendo un poco su ropa mientras se incorporaba. Aprovechó para analizar a la persona de arriba abajo rápidamente—. Estaba muy agachado, mas bien fue mi culpa que te terminases chocando —dijo con modestia aunque no fuese verdad. Agarró el saco de hojas para llevarlo a su espalda—. Es que soy nuevo por aquí, soy Adam de la Torre Serpentaria. Nos mudamos mi grupo y yo hace nada ahí —se presentó con amabilidad, siendo algo más confiado que de costumbre por la buena vibra que le transmitió el hacedor de garras con esa breve disculpa.
No le dolió demasiado la caída, siendo entre comillas más grave la suciedad en su ropa. Rápidamente volteó a ver de quién se trataba y abrió mucho los ojos al ver a un humano con unas garras enormes algo extrañas, como si fuesen parte de los tatuajes de sus brazos. Estuvo en guardia para echar a correr cuando el culpable de su caída se terminó disculpando, deshaciendo las garras.
—N-no pasa nada, estoy bien —intentó transmitir poca importancia ante todo el asunto de la caída, sacudiendo un poco su ropa mientras se incorporaba. Aprovechó para analizar a la persona de arriba abajo rápidamente—. Estaba muy agachado, mas bien fue mi culpa que te terminases chocando —dijo con modestia aunque no fuese verdad. Agarró el saco de hojas para llevarlo a su espalda—. Es que soy nuevo por aquí, soy Adam de la Torre Serpentaria. Nos mudamos mi grupo y yo hace nada ahí —se presentó con amabilidad, siendo algo más confiado que de costumbre por la buena vibra que le transmitió el hacedor de garras con esa breve disculpa.
Re: Jardines de la Memoria
01/07/22, 01:14 am
La calma dio paso a la risa nerviosa por vergüenza. Joder, ¿que de verdad no había jardines para correr que se tenía que chocar con la única persona que estaba allí entonces?
—No no, ha sido culpa mía —lanzó un vistazo significativo a su alrededor—. Iba tan concentrado a lo que pudiera saltarme a lo lejos que no he visto lo que tenía a medio palmo de narices. A menos que seas un imán… –se rio.
El otro le sacaba casi una cabeza. Rox se consideraba alto, al menos en su cuerpo habitual, pero lo de esa criba no era ni medio normal: entre cuernos y alas casi todos eran unos armarios. Y el recién y muy rápidamente presentado Adam por supuesto que no era la excepción.
—Me lo he imaginado. No es que conozca a todo el mundo pero eres una cara reciente- ¡Ah, espera! —el rubio conjuró el hechizo de limpieza con la velocidad pasmosa de quien lo usa todos los días; Adam quedó libre de polvo en un pestañeo—. ¡Ea! Yo soy Rox, de la Sede —por costumbre hizo una breve reverencia, luego le tendió la mano en gesto más común—. De la criba anterior. ¿Eres humano?
Se fijó en el saco a su espalda y las hojas y trocitos de estas a sus pies. Solo esperaba que no llevase un cadáver o algo así en el saco. Mierda, quizás hubiera entrado demasiado rápido a la conversación.
—¿Qué estás haciendo aquí tú solo?
—No no, ha sido culpa mía —lanzó un vistazo significativo a su alrededor—. Iba tan concentrado a lo que pudiera saltarme a lo lejos que no he visto lo que tenía a medio palmo de narices. A menos que seas un imán… –se rio.
El otro le sacaba casi una cabeza. Rox se consideraba alto, al menos en su cuerpo habitual, pero lo de esa criba no era ni medio normal: entre cuernos y alas casi todos eran unos armarios. Y el recién y muy rápidamente presentado Adam por supuesto que no era la excepción.
—Me lo he imaginado. No es que conozca a todo el mundo pero eres una cara reciente- ¡Ah, espera! —el rubio conjuró el hechizo de limpieza con la velocidad pasmosa de quien lo usa todos los días; Adam quedó libre de polvo en un pestañeo—. ¡Ea! Yo soy Rox, de la Sede —por costumbre hizo una breve reverencia, luego le tendió la mano en gesto más común—. De la criba anterior. ¿Eres humano?
Se fijó en el saco a su espalda y las hojas y trocitos de estas a sus pies. Solo esperaba que no llevase un cadáver o algo así en el saco. Mierda, quizás hubiera entrado demasiado rápido a la conversación.
—¿Qué estás haciendo aquí tú solo?
Re: Jardines de la Memoria
02/07/22, 12:03 am
—Es cierto, nunca se está lo suficientemente alerta. Haces bien y debería hacer lo mismo —Adam rio con el cambiante tomando con muy buen humor su comentario, como si fuese un tremor pero imantando a personas a sí mismo.
El pegaso en un inicio se asustó un poco cuando el ciudadano empezó a conjurar el hechizo pero se le quitó cuando su ropa quedo impoluta, como si estuviese recién lavada. Parecía mentira que el propio Adam no supiese hacer ese hechizo aun siendo que es muy útil para emergencias como esa.
—Vaya. ¿Del año pasado? El gusto es mío Rox —correspondió el gesto de la mano, agitando con firmeza y con una gran sonrisa—. Y si, no soy un extraterrestre. Cien por cien de la Tierra, concretamente de Rusia.
No pasó por desapercibido la mirada de Rox al saco, quizás estaba destacando demasiado con el gran saco colgando de sus espaldas.
—Justo estaba acabando de recoger hojas secas —el ruso imaginó que eso no sería suficiente detalle para Rox así que continuó—. Esto, sabes sobre los dominios de los brujos, ¿no? Uno de mis compañeros acabó transformándose en un fauno pero también es un brujo con afinidad a esto —sacó una hoja seca del saco para volver a dejarla en su sitio después—. En ocasiones se queda con pocas y... tampoco quiero que se ponga triste por no tener ninguna a mano, los brujos necesitan su dominio cerca —admitió con algo de vergüenza.
El pegaso en un inicio se asustó un poco cuando el ciudadano empezó a conjurar el hechizo pero se le quitó cuando su ropa quedo impoluta, como si estuviese recién lavada. Parecía mentira que el propio Adam no supiese hacer ese hechizo aun siendo que es muy útil para emergencias como esa.
—Vaya. ¿Del año pasado? El gusto es mío Rox —correspondió el gesto de la mano, agitando con firmeza y con una gran sonrisa—. Y si, no soy un extraterrestre. Cien por cien de la Tierra, concretamente de Rusia.
No pasó por desapercibido la mirada de Rox al saco, quizás estaba destacando demasiado con el gran saco colgando de sus espaldas.
—Justo estaba acabando de recoger hojas secas —el ruso imaginó que eso no sería suficiente detalle para Rox así que continuó—. Esto, sabes sobre los dominios de los brujos, ¿no? Uno de mis compañeros acabó transformándose en un fauno pero también es un brujo con afinidad a esto —sacó una hoja seca del saco para volver a dejarla en su sitio después—. En ocasiones se queda con pocas y... tampoco quiero que se ponga triste por no tener ninguna a mano, los brujos necesitan su dominio cerca —admitió con algo de vergüenza.
- Status : es medianoche en la discoteca cementerio
Personajes :
● Jace Stanfield: Dullahan imbécil procedente de la Tierra. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Seo Rox: Cambiante pinche furro, humano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’59m (sin botines)
Heridas/enfermedades : Alguien que le eche una mano xfi
Ficha de cosechado
Nombre: Kahlo
Especie: Varmana granta
Habilidades: Habilidad manual, inmutabilidad, carisma
Re: Jardines de la Memoria
02/07/22, 12:24 pm
—¡Ruso! —repitió con emoción—. Eres el primer ruso que conozco. Que guay. Yo soy australiano pero nací en Corea. La del sur. —especificó después.
El viejo continente era para él un cuento de hadas o una peli de Disney, con calles de adoquines y casas de colores con más años que su país, y con Rusia en concreto ese sentimiento le era especialmente fuerte. De hecho siempre olvidaba que Tayron era holandés porque con él se le moría pronto ese romanticismo europeo.
Se relajó un poquito más al saber que el saco estaba lleno de hojas. No es como si nadie en su sano juicio fuese a confesar que cargaba algo turbio, pero no tenía motivos para no creerle. De hecho cuando le puso en situación diciendo que las hojas eran para un (medio) brujo Rox rio entre dientes y rodó los ojos. Vaya si conocía sus manías.
—Ya, no hace falta que me lo jures —acarició instintivamente el anillo que le había regalado Milo con el pulgar de la misma mano—. Mi novio le puso nombre a su bola de cobre y se cree que está viva. Cobrecito… —masculló con burla, aunque se notaba que incluso en ello había cariño.
Pensó en como el irrense le daba personalidad a Cobrecito, en como lo escondía cuando querían intimidad por si quedaba impresionado de verlos, o como a veces le daba las buenas noches antes que a él. En lo que no pensó fue en lo fácil que fue llamarle novio. Hace no tanto el australiano habría escondido esa información como algo inconfesable, le habría llamado amigo por miedo a los prejuicios humanos, sobre todo con la nacionalidad de Adam, pero irónicamente, Rocavarancolia se había convertido de alguna forma en su zona segura y, por primera vez en 20 años, las opiniones se la traían floja.
El viejo continente era para él un cuento de hadas o una peli de Disney, con calles de adoquines y casas de colores con más años que su país, y con Rusia en concreto ese sentimiento le era especialmente fuerte. De hecho siempre olvidaba que Tayron era holandés porque con él se le moría pronto ese romanticismo europeo.
Se relajó un poquito más al saber que el saco estaba lleno de hojas. No es como si nadie en su sano juicio fuese a confesar que cargaba algo turbio, pero no tenía motivos para no creerle. De hecho cuando le puso en situación diciendo que las hojas eran para un (medio) brujo Rox rio entre dientes y rodó los ojos. Vaya si conocía sus manías.
—Ya, no hace falta que me lo jures —acarició instintivamente el anillo que le había regalado Milo con el pulgar de la misma mano—. Mi novio le puso nombre a su bola de cobre y se cree que está viva. Cobrecito… —masculló con burla, aunque se notaba que incluso en ello había cariño.
Pensó en como el irrense le daba personalidad a Cobrecito, en como lo escondía cuando querían intimidad por si quedaba impresionado de verlos, o como a veces le daba las buenas noches antes que a él. En lo que no pensó fue en lo fácil que fue llamarle novio. Hace no tanto el australiano habría escondido esa información como algo inconfesable, le habría llamado amigo por miedo a los prejuicios humanos, sobre todo con la nacionalidad de Adam, pero irónicamente, Rocavarancolia se había convertido de alguna forma en su zona segura y, por primera vez en 20 años, las opiniones se la traían floja.
- ♪♫♬:
- Status : Patata
Humor : Retorcido, muy retorcido.
Personajes :- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
Armas :- Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo
Ficha de cosechado
Nombre: Adam
Especie: Humano ruso
Habilidades: Fuerza bruta, resistencia, oido musical
Re: Jardines de la Memoria
02/07/22, 01:04 pm
Australia, Corea… Realmente todos los humanos venían repartidos de muchos sitios dispares. Se alegró un poco porque tal y como con Reina, en parte procedían del mismo contiente.
Rox parecía haber vivido la misma situación del ruso por lo que dijo, acariciando ese anillo y sonriendo. Adam parecía curioso por el tema, dejándolo continuar pero conforme empezó a describir un novio que también es un brujo el pegaso progresivamente puso una cara de sorpresa.
—¿U-un brujo con dominio del cobre? ¿¡Y es tu novio!? —Rox podría malinterpretar que le sorprendía para mal pero mas bien fue al contrario. Bendita casualidad lo que se acaba de encontrar. Empezó a reír también entre dientes—. ¡Qué casualidad! Resulta que el brujo para el que recojo hojas secas es mi novio también y como tu pareja también sea un ochrorio me va a dar algo—. Se puso un poco colorado sin quererlo por la vergüenza de decir que es su novio, no estaba tan acostumbrado.
Rox parecía haber vivido la misma situación del ruso por lo que dijo, acariciando ese anillo y sonriendo. Adam parecía curioso por el tema, dejándolo continuar pero conforme empezó a describir un novio que también es un brujo el pegaso progresivamente puso una cara de sorpresa.
—¿U-un brujo con dominio del cobre? ¿¡Y es tu novio!? —Rox podría malinterpretar que le sorprendía para mal pero mas bien fue al contrario. Bendita casualidad lo que se acaba de encontrar. Empezó a reír también entre dientes—. ¡Qué casualidad! Resulta que el brujo para el que recojo hojas secas es mi novio también y como tu pareja también sea un ochrorio me va a dar algo—. Se puso un poco colorado sin quererlo por la vergüenza de decir que es su novio, no estaba tan acostumbrado.
- Status : es medianoche en la discoteca cementerio
Personajes :
● Jace Stanfield: Dullahan imbécil procedente de la Tierra. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Seo Rox: Cambiante pinche furro, humano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’59m (sin botines)
Heridas/enfermedades : Alguien que le eche una mano xfi
Ficha de cosechado
Nombre: Kahlo
Especie: Varmana granta
Habilidades: Habilidad manual, inmutabilidad, carisma
Re: Jardines de la Memoria
02/07/22, 06:55 pm
Abrió bien los ojos al no esperarse tanta reacción por su parte. Entonces el cambiante sí que volvió sobre sus palabras, preguntándose si la información le chocaba en el peor sentido posible, mas lo que precedió a la risa del otro no fue ni odio ni burlas. Se quedó a cuadros. Que existieran parejas mixtas en la ciudad era un hecho, pero que fueran del mismo género, con un humano y él supiese de ello era otra cosa.
—¿Un ochrorio? —repitió, todavía con los ojos como platos y una sonrisa tonta en la cara. Le sonaba la palabra, no la especie en sí. Si había conocido alguno ahora no caía—. ¿Estás saliendo con un alien? —era su turno de ser malinterpretado, sin embargo su cada vez más ancha sonrisa y el peculiar rubor (primero blanco y luego rojo) de su rostro delatarían que no iba a malas—. No, no, el mío... El mío es irrense. Tiene nariz como de gatito y un brazo robótico guapísimo...
Al decir lo de la nariz la suya adoptó la forma de una irrense, lo justo para enseñársela y ya. No aguantó a sostenerla la mirada a Adam y se echó a reír de seguido.
>>>Buah, gay y encima furro... —dijo en voz más baja tal y como se había repetido mil veces, aún con pequeñas risas aquí y allá—. ¿Y desde cuando lleváis saliendo? ¿Cómo es que te ha molado un alien a ti también? ¿Cómo son los ochrorios? —por el aluvión de preguntas era obvio que le ilusionaba encontrar a un igual. Se dio cuenta de lo brusco que sonaba después—. ¡Perdón! ¡Es que vaya casualidad tío!
—¿Un ochrorio? —repitió, todavía con los ojos como platos y una sonrisa tonta en la cara. Le sonaba la palabra, no la especie en sí. Si había conocido alguno ahora no caía—. ¿Estás saliendo con un alien? —era su turno de ser malinterpretado, sin embargo su cada vez más ancha sonrisa y el peculiar rubor (primero blanco y luego rojo) de su rostro delatarían que no iba a malas—. No, no, el mío... El mío es irrense. Tiene nariz como de gatito y un brazo robótico guapísimo...
Al decir lo de la nariz la suya adoptó la forma de una irrense, lo justo para enseñársela y ya. No aguantó a sostenerla la mirada a Adam y se echó a reír de seguido.
>>>Buah, gay y encima furro... —dijo en voz más baja tal y como se había repetido mil veces, aún con pequeñas risas aquí y allá—. ¿Y desde cuando lleváis saliendo? ¿Cómo es que te ha molado un alien a ti también? ¿Cómo son los ochrorios? —por el aluvión de preguntas era obvio que le ilusionaba encontrar a un igual. Se dio cuenta de lo brusco que sonaba después—. ¡Perdón! ¡Es que vaya casualidad tío!
- ♪♫♬:
- Status : Patata
Humor : Retorcido, muy retorcido.
Personajes :- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
Armas :- Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo
Ficha de cosechado
Nombre: Adam
Especie: Humano ruso
Habilidades: Fuerza bruta, resistencia, oido musical
Re: Jardines de la Memoria
03/07/22, 01:48 pm
—Pues… si, por así decirlo. Dicho así suena algo raro —Adam dijo eso en guarda de esperar una reacción negativa de Rox pero su rostro y lo que dijo a continuación era todo lo contrario—. Su nombre es Chromsa.
Se quedó boquiabierto por la revelación de que esa otra persona es un irrense. Recordó que del grupo de Maciel había una irrense que, curiosamente, tenía también un brazo robótico que perdió por culpa del lagarto. Ademas ese tal Krono Radem parecía ser de la misma especie y justamente caía perfecta con su profesión, imaginando a Kahlo en un futuro con un brazo de características irrenses.
—¡Oye venga ya! —dijo entre risas con lo de furro. No negó haberlo pensado sintiéndose algo inseguro por lo que pensaría el resto sobre salir con uno mitad animal, literalmente. Tomando compostura cruzó sus brazos, pensativo—. A decir verdad nos confesamos el uno al otro sobre la mitad de nuestra cosecha… ¡No, no pasa nada! —respondió a la disculpa con las palmas alzadas, no le molestaba en absoluto—. Por así decirlo los ochrorios son parecidos a nosotros solo que tienen las orejas algo más subidas de lo normal, tienen un poco de hocico, unos pocos bigotes y tienen piernas algo cortas si lo miramos de un punto de vista humano. Siendo ahora las patas de una cabra no se notan tanto, sinceramente. ¡Oh! Y también noté de él que tiene mucho pelo e-en la espalda —recordar ese extraño día en los baños del Palacete le hicieron tartamudear de la vergüenza.
—Pero la principal razón de que me guste es que es muy bueno con todo el mundo, todo el rato se comporta de diez y ayuda siempre que puede. Y tiene una cara bonita, además —se le perdió la mirada, sonriendo demasiado. Se sobresaltó, cayendo en que se estuvo enrollando mucho—. ¡Ay lo siento! A veces me enrollo. Puedes contarme sobre el tuyo. ¿Cómo se llama? —no quería pecar de entrometido pero estaba demasiado curioso por saber más de esa pareja.
Se quedó boquiabierto por la revelación de que esa otra persona es un irrense. Recordó que del grupo de Maciel había una irrense que, curiosamente, tenía también un brazo robótico que perdió por culpa del lagarto. Ademas ese tal Krono Radem parecía ser de la misma especie y justamente caía perfecta con su profesión, imaginando a Kahlo en un futuro con un brazo de características irrenses.
—¡Oye venga ya! —dijo entre risas con lo de furro. No negó haberlo pensado sintiéndose algo inseguro por lo que pensaría el resto sobre salir con uno mitad animal, literalmente. Tomando compostura cruzó sus brazos, pensativo—. A decir verdad nos confesamos el uno al otro sobre la mitad de nuestra cosecha… ¡No, no pasa nada! —respondió a la disculpa con las palmas alzadas, no le molestaba en absoluto—. Por así decirlo los ochrorios son parecidos a nosotros solo que tienen las orejas algo más subidas de lo normal, tienen un poco de hocico, unos pocos bigotes y tienen piernas algo cortas si lo miramos de un punto de vista humano. Siendo ahora las patas de una cabra no se notan tanto, sinceramente. ¡Oh! Y también noté de él que tiene mucho pelo e-en la espalda —recordar ese extraño día en los baños del Palacete le hicieron tartamudear de la vergüenza.
—Pero la principal razón de que me guste es que es muy bueno con todo el mundo, todo el rato se comporta de diez y ayuda siempre que puede. Y tiene una cara bonita, además —se le perdió la mirada, sonriendo demasiado. Se sobresaltó, cayendo en que se estuvo enrollando mucho—. ¡Ay lo siento! A veces me enrollo. Puedes contarme sobre el tuyo. ¿Cómo se llama? —no quería pecar de entrometido pero estaba demasiado curioso por saber más de esa pareja.
- Status : es medianoche en la discoteca cementerio
Personajes :
● Jace Stanfield: Dullahan imbécil procedente de la Tierra. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Seo Rox: Cambiante pinche furro, humano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’59m (sin botines)
Heridas/enfermedades : Alguien que le eche una mano xfi
Ficha de cosechado
Nombre: Kahlo
Especie: Varmana granta
Habilidades: Habilidad manual, inmutabilidad, carisma
Re: Jardines de la Memoria
03/07/22, 06:21 pm
La sonrisa divertida que se pintó en su rostro tras la descripción del tal Chromsa escapaba a su control, mezclada con lo lindo que le parecía que hubieran empezado a salir en un momento tan difícil. Si él se había rallado basto por enamorarse de alguien con nariz de gato a saber como lo habría pasado Adam.
—Me ganas —patas de cabra, espalda peluda, hocico y bigotes… había perdido el título de furro con esa competencia. A falta de referencias se estaba imaginando al ochrorio como el fauno de la primera película de Narnia, bastante cuco—. Los irrenses son más humanoides.
«Aunque tienen demasiados pezones», pensó.
Sonrió un poquito más, guardándose las manos en los bolsillos del pantalón. El entusiasmo de Adam por su pareja le parecía adorable y le hacía querer conocerlo mejor. Despachó sus disculpas con un gesto.
—Nada, yo te he preguntado y tú has respondido —le había subido la vergüenza con la respuesta del ruso, a él los cumplidos a su novio le salían en forma de piques e insultos suaves. Excepto delante de Rena, que sino ya era bullying—. Se llama Milo. Es brujo del cobre a secas. Ahora trabaja en una clínica biomecánica… —le sorprendió lo cerebro gordo que sonaba eso—. Y antes de venir a Rocavarancolia era un hacker —sonrió con una pizca de orgullo; si la faceta de delincuente era privada lo sentía mucho, pero era lo que más le gustaba contar sobre él—. Y luego estoy yo, humilde dependiente y modelo de ropa.
Hizo una breve reverencia teatral.
>>Aunque suene muy listo en realidad es tan tonto como yo. Y bueno, no sé si has visto alguno pero los irrenses no tienen casi vello corporal, tienen nariz de animalillo, orejas así más pequeñucas… —frunció el ceño. ¿Por qué se lo estaba describiendo cuando podía enseñárselo? Le hizo un gesto de pausa y todo su cuerpo cambió; su tono de piel se oscureció, su pelo se tiñó de negro, más corto, liso y puntiagudo, sus ojos se volvieron dorados y volvió a salirle lo que él llamaba morro de gato. Su rostro se hizo más angulado, fino, y su altura se acercó a la de Adam, siendo difícil distinguir cual era más alto ahora. El bajo de los pantalones le quedó algo pesquero debido al cambio. Como una sonrisa le volvió a ofrecer la mano—. ¡Un placer, este es Milo! Sin el brazo cyberpunk porque me cuesta todavía hacer cosas inorgánicas, pero bueno —y antes de que flipara o creyera que estaba loco, que en realidad eran la misma persona, añadió con un guiño de ojos—: Soy un cambiante, imitador a tiempo completo. En eso molo más que él.
—Me ganas —patas de cabra, espalda peluda, hocico y bigotes… había perdido el título de furro con esa competencia. A falta de referencias se estaba imaginando al ochrorio como el fauno de la primera película de Narnia, bastante cuco—. Los irrenses son más humanoides.
«Aunque tienen demasiados pezones», pensó.
Sonrió un poquito más, guardándose las manos en los bolsillos del pantalón. El entusiasmo de Adam por su pareja le parecía adorable y le hacía querer conocerlo mejor. Despachó sus disculpas con un gesto.
—Nada, yo te he preguntado y tú has respondido —le había subido la vergüenza con la respuesta del ruso, a él los cumplidos a su novio le salían en forma de piques e insultos suaves. Excepto delante de Rena, que sino ya era bullying—. Se llama Milo. Es brujo del cobre a secas. Ahora trabaja en una clínica biomecánica… —le sorprendió lo cerebro gordo que sonaba eso—. Y antes de venir a Rocavarancolia era un hacker —sonrió con una pizca de orgullo; si la faceta de delincuente era privada lo sentía mucho, pero era lo que más le gustaba contar sobre él—. Y luego estoy yo, humilde dependiente y modelo de ropa.
Hizo una breve reverencia teatral.
>>Aunque suene muy listo en realidad es tan tonto como yo. Y bueno, no sé si has visto alguno pero los irrenses no tienen casi vello corporal, tienen nariz de animalillo, orejas así más pequeñucas… —frunció el ceño. ¿Por qué se lo estaba describiendo cuando podía enseñárselo? Le hizo un gesto de pausa y todo su cuerpo cambió; su tono de piel se oscureció, su pelo se tiñó de negro, más corto, liso y puntiagudo, sus ojos se volvieron dorados y volvió a salirle lo que él llamaba morro de gato. Su rostro se hizo más angulado, fino, y su altura se acercó a la de Adam, siendo difícil distinguir cual era más alto ahora. El bajo de los pantalones le quedó algo pesquero debido al cambio. Como una sonrisa le volvió a ofrecer la mano—. ¡Un placer, este es Milo! Sin el brazo cyberpunk porque me cuesta todavía hacer cosas inorgánicas, pero bueno —y antes de que flipara o creyera que estaba loco, que en realidad eran la misma persona, añadió con un guiño de ojos—: Soy un cambiante, imitador a tiempo completo. En eso molo más que él.
- ♪♫♬:
- Status : Patata
Humor : Retorcido, muy retorcido.
Personajes :- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
Armas :- Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo
Ficha de cosechado
Nombre: Adam
Especie: Humano ruso
Habilidades: Fuerza bruta, resistencia, oido musical
Re: Jardines de la Memoria
03/07/22, 11:06 pm
Quizás no hacía falta tanta disculpa con Rox, asintiendo a lo que él dijo dando la razón con ese gesto. Se sorprendió por lo bien que le sonó Milo, imaginándolo como una persona brillante. Además le llamó la atención el contraste: en Ochroria no es que estuviesen demasiado puestos en avances tecnológicos pero los irrenses son otra cosa definitivamente. Adam divertido se imaginó a su pareja manipulando un teléfono móvil o un portátil ciertamente perdido, el pobre.
El pegaso andaba atento a la descripción de Rox pero lo siguiente sí que no se lo vio venir, aun con los cambios corporales previos que el australiano manifestó. Ver esos cambios periódicos lo hicieron poner sus ojos como platos, incluso creció en altura. Era otra persona que se presentó como Milo que seguía siendo Rox por dentro, tampoco es que tuviese un estandar como tal pero se le hizo bien parecido el irrense, entendiendo los gustos del australiano. El ruso tendió la mano con una media sonrisa, impresionado.
—¿Cambiante? Guau, es la primera vez que oigo hablar de vosotros y mira que he leído transformaciones por un tubo en la biblioteca de la Torre Serpentaria —admitió su ignorancia, sus estudios exigían estudiar bastantes transformados pero no atinó en la de Rox. Miró a Milo a su altura—. Vaya, es bastante alto. He visto a otra irrense pero Milo es el más alto de lejos. Me parece que tenemos las alturas cambiadas, Chromsa es más o menos de tu altura —dijo ese dato con humor, pareciéndole algo que merecía la pena mencionar—. Y… ¿Puedes transformarte en más cosas? —terminó preguntando buscando saciar esa curiosidad propia de un niño pequeño.
El pegaso andaba atento a la descripción de Rox pero lo siguiente sí que no se lo vio venir, aun con los cambios corporales previos que el australiano manifestó. Ver esos cambios periódicos lo hicieron poner sus ojos como platos, incluso creció en altura. Era otra persona que se presentó como Milo que seguía siendo Rox por dentro, tampoco es que tuviese un estandar como tal pero se le hizo bien parecido el irrense, entendiendo los gustos del australiano. El ruso tendió la mano con una media sonrisa, impresionado.
—¿Cambiante? Guau, es la primera vez que oigo hablar de vosotros y mira que he leído transformaciones por un tubo en la biblioteca de la Torre Serpentaria —admitió su ignorancia, sus estudios exigían estudiar bastantes transformados pero no atinó en la de Rox. Miró a Milo a su altura—. Vaya, es bastante alto. He visto a otra irrense pero Milo es el más alto de lejos. Me parece que tenemos las alturas cambiadas, Chromsa es más o menos de tu altura —dijo ese dato con humor, pareciéndole algo que merecía la pena mencionar—. Y… ¿Puedes transformarte en más cosas? —terminó preguntando buscando saciar esa curiosidad propia de un niño pequeño.
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