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Sede de los Taumaturgos (Archivo II)

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Sede de los Taumaturgos (Archivo II) - Página 15 Empty Sede de los Taumaturgos (Archivo II)

17/10/11, 03:01 pm
Recuerdo del primer mensaje :

Cicatriz aguardaba frente a la puerta del edificio con las patas delanteras cruzadas sobre el pecho. Poco a poco los cosechados se fueron acercando algunos con reticencia, otros con ilusión y escucharon con atención a la loba.
-Bienvenidos al que será vuestro nuevo hogar.- dijo con voz firme- Aquí podréis continuar con vuestra formación como guerreros, avanzar y aprender, desarrollar vuestras habilidades y adquirir otras nuevas. Puedo aseguraros que no os faltará de nada, podréis disponer de todo el material que necesitéis y la comida y el agua no serán un problema. Pero, nosotros no mantenemos a vagos ni a parásitos, por lo que tendréis que demostrar vuestra valía si queréis continuar viviendo aquí.- señaló la puerta- En la entrada encontraréis un libro, que explica las dependencias de las que dispone el edificio, una vez hayáis decidido si queréis quedaros tenéis que firmar en las hojas en blanco. Así quedaréis registrados com inquilinos oficiales. También podéis llevar la cuenta de los logros y créditos que conseguiréis tanto en las misiones como en los entrenamientos. Eso es todo- al acabar, Cicatriz se hizo a un lado para permitir la entrada de los cosechados.

Leonart

Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical

Sede de los Taumaturgos (Archivo II) - Página 15 Empty Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo II)

22/04/12, 03:10 am
Toima estiró los ojos al ver su reación. Eran jóvenes e impetuosos. No sabian que hacian ni lo que deciar. Toima se frotó la frente, sumergido en la preocupacion, ya que parecia que los pequeños estaban con la mente fija en la idea de ir a los subterraneos. Aquello seria una muerte segura para ellos; eran solo unos críos.

Toima se dio cuenta de sus palabras y pensamientos. ¿Solo unos crios? ¿No habia sido él un crío cuando una granada de haz cortadora casi le sesgó el pie entero? ¿No habia sido él un crío cuando habia asesinado a sangre fría a su maldito tutor y profesor Unabara? ¿No habia sido él un crío cuando recibio un escopetazo en el estómago al intentar reclamar la venganza sobre su padre?

-¿Amo?-saltó Tania con la pregunta de pronto, viendo frustrado y preocupado a Toima. El ulterano no la escuchó, pues estaba absorto en sus pensamientos.

La ciudad me hizo pasar de crío a adulto-se logró contestar. Pero aquello solo le hizo plantearse otras preguntas que abrumaron su mente. ¿No habian ellos dejado de ser críos hace tiempo? ¿No les habia cambiado también la luna? ¿Eran críos solo porque no habian sido capaces de ser guerreros como él?

El ulterano se revolvio el pelo mientras les miró marcharse. No le gustaba dar tantas vueltas a algo. Él solo pensaba en el presente. ¿No podian, por lo menos esperar a que todos tuvieran un nivel como el de sus compañeros de la anterior cosecha?

-Tania.-soltó de pronto, con dejadez.
-¡S-si! ¿Qué quiere amo?-respondio diligentemente al ulterano.
Toima pausó por unos instantes.
-Quiero que aprendas a disparar con arco.-
Tania se quedó perpleja con lo que dijo el kaiser.
-Pero yo no...-
-Suficiente.-la cortó. El ulterano entró a la armeria y extrajo un carcaj y un arco corto. Se las dio de mala gana a la nublina y le hizo una señal para que le siguiera. Afuera, varios muñecos de entrenamiento estaban dispuestos y la nublina probaba suerte con su nueva tarea, errando la mayoria de los tiros para disgusto y frustración de su amo. Tras más de una hora de práctica, Toima explotó.
-¡NO! ¡NO! ¡Y NO!-dijo a gritos mientras le cogia de las muñecas y le volvia a poner en la postura correcta que le habia enseñado.- ¡Mujer, tienes que mantener siempre el equilibrio de la postura!-
Tania no podia con su alma. Aquello era agotador. No queria aprender a disparar porque no queria tener que dispararle a nada. Odiaba todas las formas de la violencia. Sendos lagrimones corrian por su rostro, hasta que hubo un momento en que no pudo aguantar más y se puso a sollozar, sintiendose inútil y desobediente de su señor.
Aquella fue la gota que colmó el vaso para Toima. Pegó un grito de impotencia. Todo le salia mal. Todo iba a acabar mal. Cargó contra el muro del torreón y descargó sus preocupaciónes como solo sabia hacerlo: Dandose de cabezazos y puñetazos contra la dura roca. Por mucho que le suplicase su ayudante, el ulterano no paraba. Fantasmas de su pasado le perseguian y le atormentaban como nunca antes lo habian hecho.
No fue hasta bien después de que la roca se tintara del color verdoso y rojizo de la sangre del ulterano hasta que paró y se desplomó sobre sus pies, inconsciente y con una hemorragia en la frente. La preocupada nublina tiró el arco al suelo y con mucho esfuerzo y preocupación, consiguio tumbar a su amo en el sofá del torreón y comenzó a aplicarle las curaciones necesarias en las zonas heridas.
Caillech

Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)

Sede de los Taumaturgos (Archivo II) - Página 15 Empty Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo II)

23/04/12, 07:41 pm
Había estado caminando por la ciudad probando mi resistencia a la hora de controlar mi hambre, comiendo cuando no podía más y sabía que no le estaba haciendo a nadie mal alguno comiendome algunas hienas e inmundicias que correteaban por la ciudad, hasta entrenando si alguno de ellos resultaba ser más fuerte o hábil de lo esperado. Pero al final todos terminaron devorados por Dama Gula.

Caminé hacia la Sede con tranquilidad, pero sin dejar de olfatear el aire por si aparecía algún peligro. Ese era un hábito que había cogido de cuando era cosecha, una que me había mantenido con vida y podría mantenerme viva aún ahora, después de que la luna me mostrase mi verdadero ser. Puede que me hubiese vuelto más alta, más fuerte, más resistente, pero al final del día siempre aparecía o podría aparecer uno mejor que tu, que estuviese un escalón más arriba que tu en la cadena alimenticia y te devorase, de igual forma que yo. Esa era una cosa que jamás me permitía olvidar, no después de lo que pasó en mis primeros días de transformada en la que aquel trasgo me venció sin siquiera cansarse. Ahora sabía que había personas más poderosos que yo y era mi meta superarlos, llegar a lo alto de la cadena alimenticia, asi nadie volvería a herir mi orgullo. Nadie.

Entre en la Sede con paso tranquilo, con las armas en su lugar y el estomago lleno. Mire las paredes que estos dos meses me habían dado cobijo y un lugar en donde entrenar y mejorar. Gracias a ese lugar me estaba volviendo más fuerte, más como una guerrera de Rocavarancolia debe ser, una guerrera que puede con sus enemigos. Además de que mi metodo para matar salvaba sus pobres almas, les daba la oportunidad de ir al Nassandra en vez de vagar por ahí como almas errantes. Al final hacía el bien, que más daba que ellos no lo viesen así, que no compartiesen mis creencias. Yo sabía la verdad y no me arrepentía de mis acciones, nunca.

- ¡Volví! -grité para que los demás habitantes de la Sede supieran que hoy tampoco me había devorado ningún ser, por desgracia o por fortuna, segun por que ojos mirases. - Espero que tengais hambre, he traido comida - dije a la par que dejaba la hiena atada en el suelo a la espera de que apareciesen los demás.
Administración

Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:

Sede de los Taumaturgos (Archivo II) - Página 15 Empty Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo II)

25/04/12, 10:12 pm
La maga tenía demasiada prisa como para ir andando; no podía preocuparse por aquello. Detuvo el hechizo de levitación a unos milímetros de la puerta con un revoloteo de telas grabadas y colgantes y gritó mágicamente con un pase de manos rápido e indiferente:
-¿Dónde están Koval y los demás? Iban a volver en una hora.
Lops

Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manual

Sede de los Taumaturgos (Archivo II) - Página 15 Empty Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo II)

26/04/12, 12:28 am
El potente grito me saca de mis reflexiones, al igual que habrá sacado a los demás de las suyas −o del sueño a los que vayan a dormir prontito−. ¿Quién se pone a gritar así delante del minarete? ¿Es que quiere tirar abajo el edificio de madera sólo con su voz? Eso me recuerda a cierta fábula terrícola... una sobre tres cerditos y un lobo.

Saco la cabeza por la ventana y veo a una chica... Kaila, la recuerdo de mis visitas al Burdel. Parece que no ha cambiado nada con la Luna Roja, pero diría que un cosechado no es capaz de proyectar su voz así. Ahora, lo que dice me ha preocupa. ¿Gael y los demás no están en Serpentaria?

−Aquí no hay nadie más que los de siempre, Kaila −le grito desde la ventana−. Por cierto, soy Adara, no sé si me habrás visto transformada... o si me recuerdas de mi época como cosechada. −La chica parece reconocerme, así que bajo a su lado y paso directamente a la pregunta−. ¿Dónde han ido Koval? ¿Y los demás quiénes son?

Me dijo que no sabía donde habían ido, pero que le prometieron volver en una hora y no habían aparecido. Lo que sí me dijo es que le acompañaban Noel, Alicia y Giz. Siento como un escalofrío me recorre el espinazo al recordar la discusión del día anterior: los subterráneos.
Jack

Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia

Sede de los Taumaturgos (Archivo II) - Página 15 Empty Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo II)

26/04/12, 01:27 pm
Sin problemas esta vez, debido a la idea de seguir los acantilados sin entrar en la ciudad, llegamos a la torre que alberga a los Guerreros. Elunin me miró curioso cuando le conté esto y le expliqué que yo no podía ser guerrero, ya que ellos eran auténticas máquinas violentas y yo prefería atacar desde las sombras, contando siempre con una rápida retirada y con cuidado de no ser herido. Pero cuál es nuestra sorpresa, aún más la mía, o quizá la del nublino, cuando veo a Kaila hablando con Adara.<<< ¿Cuánto hace que no la veo? Desde la pasada Luna, casi... ¿Un año hace ya, de verdad? Uf... >>>

Me acerco pues a saludar, siempre sonriente, pero me callo cuando veo el gesto preocupado de Adara. Y no solo eso ya que su sangre también la empiezo a percibir agitada... Algo ocurre y no parece ser nada bueno. Y encima Gael, o Koval, parece implicado. Borro la sonrisa y sin más preámbulos libero la pregunta:
-¿Ocurre algo? y ¿Le ha pasado algo a Koval?
Y cómo no, como Elunin le conoce, también empieza a preocuparse y se me acerca más, pero no se atreve a preguntar ni a decir nada. Tampoco puede evitar mirar de vez en cuando a Kaila, curioso y cohibido por su presencia, totalmente nueva para él.
-Es Kaila, una amiga, de mi cosecha.-le susurro para ver cómo sus ojos brillan con entendimiento, aplacando su nerviosismo, pero no su preocupación.

alpeca
alpeca

Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:

Sede de los Taumaturgos (Archivo II) - Página 15 Empty Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo II)

26/04/12, 09:50 pm
Oigo un grito fortísimo y pierdo la concentración en mi entrenamiento. Suelto una maldición, pues me había costado llegar a ese estado de concentración, y salgo de la sala de entrenamiento.

Veo a Adara, que saca su cabeza por la ventana. Me hago un hueco en ella y saco la mía también. Kaila, una cosechada a la que conocí, está delante de la sede diciendo algo de que Koval y los otros no han vuelto...espera, ¿los que vinieron a la sede el otro día? ¿los que querían entrar en los subterráneos? No me digas que...

-Kaila, aquí no están...si no están en Serpentaria, pues...no, no puede ser...

Para poder hablar mejor, corro hacia abajo y salgo del minarete. Adara ya ha bajado, volando, claro.
Me dirijo hacia Adara.

-Adara, no pensarás que han ido...bueno, ya sabes, querían ir a los subterráneos. No habrán sido tan estúpidos como para aventurarse, ¿no? Porque si lo han sido, lo tienen crudo...

Suelto una maldición y muevo la cabeza. El hecho de que han sido transformados y entrenados les ha metido en la cabeza que son lo suficientemente poderosos como para salir impunes de cualquier peligro. Deberíamos haberlos avisado con mucha antelación...aunque ahora ya no podemos hacer nada.

Tomo una decisión.
-Adara, me voy a los subterráneos. No sabemos si estan, pero no está de más comprobarlo. Me iría bien alguien que venga conmigo, alguien que sepa de magia. ¿Vienes?
Leonart
Leonart

Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical

Personajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :
Heridas:

Sede de los Taumaturgos (Archivo II) - Página 15 Empty Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo II)

26/04/12, 10:56 pm
Toima sangraba abundantemente por la cabeza. Se había hecho una brecha en la frente que, aunque no tuviera ya ojos, seguía siendo un lugar vulnerable a los golpes. A duras penas, Tania consiguió arrastrarle hasta un sofá del salón y recostarle mientras manoteaba, delirando.
-Amo estese quieto por favor...-le suplicaba Tania mientras le curaba las heridas con un trapo húmedo. Miraba a su alrededor, no sabiendo si avisar a alguien o quedarse al lado del ulterano que cerraba los ojos perdiendo la consciencia.-¡Amo! ¿¡Amo!? ¿¡AMO!?-fueron las últimas palabras que escuchó antes de perder lo que le quedaba de consciencia.


-¡Enano! ¡Enano! ¡Agacha la cabeza y ven aquí!-le ordenó la voz carrasposa del caporal. Toima sacó los pies del fango. Un rio de sangre verde y roja corría por su rostro. Sus manos, manchadas de barro y sangre que no era suya. El estimulo de la voz del caporal lo sacó de su ensimismamiento y todos los sonidos volvieron a él. Estallidos, gritos, sonidos de disparos. A su lado había un chico no mucho más mayor que él con los sesos esparcidos por el suelo. Toima entrecerró los ojos pues una nube de humo le cegó momentáneamente.
Distinguió al caporal vestido antirreglamentariamente. Llevaba unas cuantas ropas de cuero de cazador y un pañuelo rojo en el cuello atado tras la rubia melena. Su cuerpo estaba cubierto de cicatrices y quemaduras de aspecto muy feo. Toima se puso de pie, trastabillando. Se sentía pequeño y en verdad lo era, no tenía ni doce años en aquel momento. Su ropa, andrajosa y pringada en diferentes tonos dejaba mucho que desear. Al fondo de la trinchera, había unos gimoteantes heridos que se retorcían doloridos. A algunos les faltaban las piernas, otros tenían marcas de disparos, un equipo de ulteranos muy atareados, más empapados en sangre que los propios soldados iban de camilla en camilla, buscando remediar los males de los heridos. Una carga de vacio explotó muy cerca y Toima tropezó, cayendo al barro una vez más. Alguien le recogió del suelo y le puso sobre sus pies. El mismo caporal se había cansado de esperar al muchacho.
-¿Estás bien? ¿No tienes nada roto?-le dijo, examinándole. Su acento sureño hizo que Toima arrugara la nariz pero sin embargo, no dijo nada. No estaba para palabras. Pronto iba a morir.-No pareces estar herido, no...-dijo y su único ojo bueno serpenteo sus manos, manchadas de sangre.-Vamos, te estamos esperando.-
Siguiendo al caporal desganadamente por un laberinto de túneles y pasillos subterráneos llegaron a una cámara llena de gente. Todos ellos soldados, con las armaduras de ceramita listas que, aunque protegían de la mayoría de disparos, no eran eficaces contra armas penetrantes, como las cortadoras.
-¿Donde está la sargento?-ladró el caporal. Los soldados se encogieron de hombros. El caporal tosió, molesto con la ausencia de su superior y extrajo una lista con nombres de su fardo.
-Nnetzoch, Mailter, Gahstburz, Emeer. Tenéis órdenes de arriba. Coged vuestro equipo y seguidme.-
El Caporal comprobó como cuatro de los soldados de la sala se echaban al hombro sus rifles reglamentarios y cogían los fardos. En fila siguieron al caporal y a Toima, quien estaba absorto en sus pensamientos como para prestar atención a los soldados que le seguían. Por el camino se encontraban con ulteranos yendo y viniendo, cargando armas, medicinas, herramientas e incluso a algunos que habían perdido la poca valentía que les quedaba y pretendían esconderse de los comisarios reguladores. Las ejecuciones sumarias de cobardes estaban a la orden del día en el mundo bélico de Ulterania. Los cobardes pronto eran localizados y asesinados insitu. Los soldados murmuraban a espaldas de los que lideraban la fila.
-¿Habéis visto a ese peliblanco?-comentó el primero, que llevaba casco que le tapaba por completo el cráneo.
-Sí, es un crío ¿y qué?-comentó el tercero con el pelo rojizo recogido en tres coletas. Pronto el cuarto contestó al primero, en un tono burlón.
-¿Ahora te van los críos, Gahnz?-y contuvo unas risas al ver como llevaban en brazos a un tullido que había perdido todo por debajo de la cintura. Los soldados guardaron un respetuoso silencio mientras el equipo médico se llevaba al tullido que estaba inconsciente.
-No es eso, pedazo de imbécil. ¿Cuántos soldados conoces con el pelo blanco?-contestó Gahstburz apodado “Gahnz”
-No muchos...-admitió el segundo que era una mujer, ligeramente más bajita que los demás. Llevaba además un rifle más largo y sofisticado que sus compañeros. Una sola coleta alta recogía su cabello trenzado y pardo.
-Tienes razón, Emeer, ¿y si es un noble?-contestó el tercero. El cuarto, de apodo “Mail” nombre Mailter volvió a contestar en un tono bromista.
-¿Un crío de la nobleza combatiendo y en primera línea? Si, seguro, Nnoch.-y los ánimos del grupo se decayeron de pronto. Gahnz retomó la conversación con una idea así que giró la cabeza y les contó lo que se le había pasado por la cabeza...
-Tíos, ¿los watahré no se teñían el pelo de blanco?-
Pero el resto no le contestó y se quedaron mirando a la espalda de Gahnz. El soldado con casco se giró y se topó con la cara amenazadora del caporal que le sacaba un par de cabezas.
-Esto...yo...-dijo intentando buscar una escusa.
-Se acabó el hablar en la fila, soldado.- Y volvió a andar delante de Toima quien tenía una mirada aburrida pero una sonrisa burlona debido a que el soldado había sido regañado.
-¡Serás...!-dijo, e intentó aplastarle con la pesada bota de la armadura. Emeer le sujetó por detrás para detenerle.
-Es solo un crío, contrólate.-
Siguieron el resto del camino sin muchos problemas. Llegaron hasta una puerta acorazada de aspecto tremendamente reforzado. Se necesitaría mucho explosivo para derribar aquella puerta. El caporal golpeó cuatro veces el pesado metal de esta y la ventanilla se abrió. Tras comprobar sus identidades la pesada puerta se abrió con un chirrido. A Toima le recordó a las de los refugios antiaéreos.
El techo retumbó con el estallido de una nueva bomba de masa ligera. Aquella nueva arma les estaba dando problemas.
-Eso ha sonado jodidamente cerca...-comentó Emeer mientras entraban.
-¿Pero cuantas les quedan?-se quejó Gahnz. Mail volvió a bromear.
-Más que oportunidades que tenemos nosotros que salir de una pieza de este... ¿como lo llaman los jefazos? “Encuentro de intereses”-
La sala de mando se extendía ante ellos. Escritorios polvorientos llenos de documentos y coordenadas en papeles. Ocupados secretarios y asistentes de armas pesadas daban órdenes por los diferentes comunicadores. En la mesa de mando, con proyecciones holográficas del transcurso de la batalla. Un ataviado mandatario arrojó unos lápices a través de la habitación en medio del estrés.
-¿Tenemos la jodida situación del folde oeste o no?-le gritó a uno de los asistentes mientras le apuntaba con el dedo. El asustado asistente rebuscó entre los diferentes aparatos que tenia pegados al uniforme de mando y vociferó ordenes. Dentro de la sala se respiraba por todos lados el estrés y la tensión acumulados. Toima se mimetizó con el grupo, pasando desapercibido ante el mandatario. El caporal puso paso firme hacia el enfadado señor. De cerca podía apreciar que era bastante más bajito que él y que las diferencias entre los dos eran increíbles. El mandatario tenía el pelo oscuro, grasiento y trenzado al final de cada coleta. Numerosas decoraciones de oro y otros metales le recorrían el uniforme, dejando su posición clara como miembro de la nobleza.
-Señor he reunido al grupo que solicitó. Sin embargo, la sargento no aparece por ningún la-
Una mujer que había pasado desapercibida detrás de un archivador se hizo de notar e interrumpió al caporal.
-Tan educado como siempre, caporal.-le dijo. La mujer llevaba un modelo más avanzado de la armadura de ceramita. Más ligera y centrada en la defensa de la parte izquierda del cuerpo, la más expuesta para disparar si se era diestro. Al cinto llevaba unas cortadoras gemelas, varias granadas fotónicas y una pistola de alto calibre, posiblemente de caliente y destructor plasma. Su pelo de color carmesí estaba decorado con diferentes ornamentos tribales y recogido apuradamente en un moño.
-Mi sargento yo...-
-No digas más. General, me encargo yo de explicarles la misión.-dijo la mujer viendo que el general iba a romper a gritar con una latiente vena en el cuello. Este se apartó de la mesa y salió del cuarto por la puerta acompañado de cuatro guardaespaldas fornidos con una armadura de ceramita dorada, llevando sofisticadas cortadoras en forma de alabardas. Ellos eran el watahré. Los equipos especiales de la nobleza, entrenados en cuerpo y mente para servir y proteger a determinados nobles que pertenecían a un círculo cercano al emperador y, por supuesto, al emperador mismo. La mayoría de veces eran hijos segundones de nobles. Para los soldados presentes, era una mezcla entre miedo y admiración lo que sentían al verles. Se decían que uno solo de ellos podía acabar con un equipo entero de enemigos. Mail soltó una carcajada, al verles marchar grácilmente tras el general.
-Y decías que el mocoso este era un watahré...-
-Por cierto ¿a dónde va el general con tanta prisa?-comentó el callado Nnoch.
-Huye con el rabo entre las piernas porque sabe que vamos a perder.-comentó Gahnz, pesimista. Emeer le dio un golpe en el casco con su rifle para avisarle, pero fue demasiado tarde. El poderoso brazo de la sargento se abalanzó sobre el cuello de Gahnz y le estrelló la cabeza contra la mesa, haciéndole caer sonoramente al suelo con el casco abollado.
-Mi nombre es Tankzaton de la familia Ibolia, si alguien vuelve a ignorarme mientras intento dar las órdenes creedme que recibirá más castigo que este desgraciado...-y dicho esto le plantó la bota en el débil cuello expuesto de la armadura y presionándole, dándole una falsa sensación de ahogo, siguió hablando. -Tenéis la suerte de que de todos los sargentos de por aquí soy la que más me preocupan mis soldados. Por eso veréis que he... prescindido de los servicios del comisario regulador reglamentario...-
Todos estuvieron de acuerdo en aquello. Los comisarios reguladores eran unos fanáticos del código imperial que solo buscaban la “muerte honorable” para los soldados. Si un soldado huía, era ejecutado. Si un soldado dudaba, era ejecutado. Si un soldado estornudaba o tosía mientras pronunciaba el nombre del emperador, era ejecutado.
-Y también recordad que nuestra sargento es la única que no parece haber nacido con un palo metido por el culo de todos los de nuestra división.-comentó el caporal con una sonrisa. El puño de la sargento se hundió tan fuertemente en la cara del caporal que el rubio retrocedió hasta chocar contra la pared desplomándose, inconsciente. Gahnz tosía, con las manos aferradas al cuello, creyéndose haberse salvado de una muerte segura.
-Esta regla también se aplica al gracioso del caporal. Bien ¿alguna pregunta rápida? No. De todas formas no iba a contestarla. Podéis dirigiros a mí como Kat. Ahora, vuestra misión, soldados...-
La sargento se inclinó sobre la mesa de mando, con el holograma de la distribución de fuerzas de ambos bandos, las armas pesadas y la extensión de las trincheras que, por cierto, era kilométrica. La ventaja sobre el terreno la tenían los enemigos pues estaban en un punto más elevado de la colina pero ellos tenían sin duda más y mejores hombres. El plan consistía en lanzar un ataque relámpago sobre una de las posiciones de armas pesada, una importante batería de morteros que estaba reteniendo una posición de minas estratégica con la cual podrían usar toda su capacidad numérica sobre sus enemigos, invadiendo sus mismísimas trincheras. El problema de este plan de ataque radicaba en, principalmente, una línea defensiva de ametralladoras posicionadas alrededor de los morteros. Su misión era flanquear las tropas enemigas que estaban siendo distraídas por un avance pesado de la carrocería en el oeste e ir eliminando de una en una las ametralladoras para cargar contra los morteros y liberar así el túnel.
Para ello, usarían una vieja galería de una casa derruida en tierra de nadie que les dejaría justo detrás de la posición enemiga, permitiéndoles una movilidad increíble, capaz de acabar con las ametralladoras desde detrás, el único punto débil para las armas regulares. El caporal se unió a mitad de la conversación la nariz rota por la fuerza del sargento y hasta dejaron que Gahnz se uniera. Toima permanecía ensimismado con sí mismo. Como si aquella conversación no fuera con él.
Explicaron además que se dividirían en dos equipos para poder atacar desde dos frentes y no dejarles reposicionar sus armas pesadas pues entonces, el plan se volvería en su contra y se truncarían sus esperanzas de victoria. La sargento consultó a los demás sobre sus dudas. Mail fue el único que tenía una.
-¿Vamos a caminar todo ese camino? Quiero decir, quince kilómetros a pata no es precisamente un paseíto por el campo...-
La sargento sonrió.
-Unos buggies nos esperan fuera...-
;-
Cruzaban la roñosa galería. Ya se habían separado en los dos grupos. Uno dirigido por la sargento, otro dirigido por el caporal. Toima iba con el caporal, junto con Emeer y Nnoch. Caminaban en silencio puesto que ninguno de ellos era muy hablador. El caporal compadecía a la sargento que se había quedado con los más cabezas huecas del equipo. Llegaron a la salida y a la señal del caporal asaltaron la plaza que estaba desierta, al menos de personas vivas. Montones de cadáveres esparcidos y apilados los unos de los otros y, como pudo comprobar el caporal, eran de ambos bandos. No había sido la primera vez que luchaban aquí entonces. Había llegado hace una semana pero el conflicto llevaba desde meses en pie de guerra.
Se giró hacia el pequeño para contemplar su expresión. Toima miraba con parsimonia las muertes que se extendían ante él. Las manos secas de sangre que no era suya, el pequeño no llevaba otra arma que un cinto de cuchillos arrojadizos y, por la manera que caminaba, probablemente llevaría un cuchillo mayor en la pierna para el combate a corta distancia.
Aún se preguntaba porque la sargento había insistido para que el pequeño vinera a la misión. Si experiencia ni tenia, ni mucho menos sabría disparar un arma de fuego. Solo le veía muerto al primer conflicto. Toima lo sabía. Sabía porque estaba ahí: Para morir. Emeer localizó la primera ametralladora con sus prismáticos. Hizo señas al caporal para indicarle lo que veía. Desenfundó el largo rifle de precisión y apuntó al ocupado soldado que estaba abriendo fuego contra sus objetivos, apostados tras unos sacos de arena.
Cuando la francotiradora fijó el blanco en la mirilla y fue a por el tiro, sonó un disparo tras ellos que dio en el codo de la francotiradora, que soltó el arma, abrazándose el brazo herido. Los tres que no habían sido heridos se giraron. Uno de los cadáveres estaba más vivo de lo que parecía y había disparado a Emeer.
-Larga vida al...- El cuchillo surcó el aire y se clavó en el ojo del desgraciado que, finalmente, cayó muerto. El caporal se quedó pasmado con el chico. Como había sido capaz de haber hecho ese lanzamiento tan precisa y letalmente sin vacilar, pero es que lo sorprendente fue que el pequeño no había cambiado su cara en todo aquello. Había matado a alguien a sangre fría y ni se había inmutado. Luego, el caporal habló, preocupándose por Emeer y sin perder la vista de las ametralladoras que no se habían percatado del disparo en su retaguardia.
-Por eso no llevo armadura... está llena de agujeros y te hace lento... Nnoch ¿puedes curarla?-le dijo al médico.
-Puedo, pero no podrá usar el brazo en un tiempo...-dijo mientras desmontaba la armadura y aplicaba un torniquete al brazo. El caporal chasqueó la lengua y buscó el rifle en el suelo, tenia más puntería que él médico. Sin embargo, lo encontró en las manos del joven Toima que lo miraba como si fuera la cosa más maravillosa del mundo. Hacia mucho que no caia un arma en sus manos. Era ridículamente grande y larga para él, pero le daba igual. Lo sujetaba, con la mirada brillando.
-Enano... dame el arma.-dijo, algo sorprendido con la reacción del chico.
Toima alzó el rifle y apuntó al caporal con una sonrisa despiadada en el rostro. El caporal se detuvo en seco. Emeer y Nnoch miraban preocupados la escena.
-Baja el arma antes de que ocurra algo de lo que te arrepientas.-dijo aparando el cañón de la trayectoria hacia su cara. Toima se echó el rifle a la espalda y echó a correr, esquivando ágilmente el agarre del caporal y saltando los sacos de arena se aventuró en el trecho de yermo que les separaba de las posiciones elevadas de las metralletas, sin ninguna cobertura para esconderse.
-¡Vuelve aquí!-
-¿¡Quieres que te maten!?-
Las voces ya no le llegaban a Toima, quien estaba enajenado ahora que tenía un rifle, ahora que podía matar alegremente. Se tumbó en el suelo, como si estuviera tomando el sol y sujetó el rifle con los pies mientras que con sus pequeñas manos se echaba el flequillo hacia atrás y apuntaba hacia arriba, llevando la mano al gatillo. Riendo despiadadamente, disparó a los desprevenidos enemigos, atravesando sus cascos por la parte posterior, mientras los inertes cadáveres caían sobre él. Girando y girando, iba el cañón apuntando hacia su siguiente víctima. Al otro lado de las trincheras, la sargento y el resto del equipo comprobaban como el crío estaba haciendo todo el trabajo solo. Cuando no quedaba ametralladora con vida Toima relajó la postura y jadeando, observó a sus compañeros detrás de los sacos. Salvo que algo no había salido según los planes.
Sus compañeros estaban siendo retenidos por miembros de la guardia Watahré. A su espalda escuchó una risa seca y una estridente voz que provenía de un ser extremadamente alto cuya sombra tapó al pequeño Toima por completo. El niño sabía muy bien quien era aquel gigante.
-¿No te prohibieron las armas de fuego, mocoso?-
-¡UNABARAAAAAAA!-gritó el pequeño con rabia y odio mientras le apuntaba con el rifle, demasiado tarde pues el gigante le plantó la enorme y pesada bota en la cara, dejándole inconsciente y hecho una pulpa sangrante.
Toima se incorporó jadeando. Los fantasmas del pasado se habían cebado con él. Se llevó las manos a la cara y se la frotó de puro estrés. A sus pies había una toalla húmeda que Tania había puesto en la frente del ulterano. El albino solo tuvo una pregunta para la nublina.
-¿Cuánto tiempo he estado inconsciente?-
La nublina miró sorprendida a su amo pues tenía una brecha muy fea en la cabeza, además de los nudillos en carne viva pero sin embargo se había incorporado y recuperado en casi nada de tiempo.
-Más de una hora, mi amo... mucho más...-
Toima se levantó bruscamente y las piernas le fallaron.
-¡No debe forzarse, amo!-protestó la nublina. El ulterano no hizo caso y se palmeó la mano, manchándosela de sangre al haberse abierto la herida. En la puerta de la sede, localizó a Adara hablando con Kaila. Por su expresión, denotó la situación.
-Ayúdame a llegar a la puerta...-ordenó a la nublina que se echó el brazo del ulterano por encima del hombro y fueron hacia la puerta donde el ulterano preguntó a Adara cual era la situación.
-¿Qué diablos pasa con Koval y los demás?-
Al instante le volvieron a fallar las piernas y la nublina le protestó otra vez.

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Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
Lops
Lops

Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manual
Personajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.

Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.

Sede de los Taumaturgos (Archivo II) - Página 15 Empty Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo II)

27/04/12, 01:38 am
Poco después de descender, llega Jack con Elunin y salen del minarete Aníbal y el káiser con Tania. Todos excepto el del brazo mecánico, que ya se enteró de lo que dijo Kaila, me preguntan por Gael. Además, el primero en llegar ha pensado lo mismo que yo, sólo que él lo ha expresado en voz alta.

−No sabemos dónde están Gael, Azura, Noel y Giz. −Me fijo en la herida del káiser mientras hablo, así que me acerco a él y, sin dejarle replicar, le curo con un hechizo−. Te necesitamos en plenas facultades si están realmente en los subterráneos.

Me giro hacia Aníbal para replicar su comentario tan impulsivo.

−Y no corras tanto, chico, aún no sabemos si están ahí. −Recuerdo el hechizo de rastreo que me enseño Gael, sería ideal−. Escuchad, vamos a ir a Serpentaria y desde ahí rastrearé el camino que han seguido hasta encontrarles, ¿entendido? −Me giro ahora hacia el vampiro y prosigo−. Jack, ¿crees que podrías rastrear una salida una vez estuviéramos dentro de los subterráneos? Ah, y puedes dejar a Elunin aquí en la Sede, le doy permiso para entrar. Deberíamos avisar a Caillech, si está en el edificio.
Jack
Jack

Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia

Personajes :
Jack: Vampiro de humo terrícola.
Atol/Skarog: Helión libense.
Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
Tawar: Repobladore de la montaña

Unidades mágicas : 12/12
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco


Humor : Os falta bosque, gigantes

Sede de los Taumaturgos (Archivo II) - Página 15 Empty Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo II)

27/04/12, 05:17 pm
Al poco aparecen también Aníbal y el káiser, pero no les saludo sino que atiendo a lo que dice Adara, tomando nota mental de todo <<< Gael, Azura, Noel y Giz desaparecidos... genial. No podía desaparecer alguien de mi cosecha solo, no, tenían que ser los demás... Vale que haga tiempo que estén transformados, pero aún así...
-¿En los subterráneos? Ahí abajo hay de todo. Literalmente.-murmuro, no por nada.-Ya he estado otras veces ahí abajo...

Aníbal quiere tomar la iniciativa pero Adara le refrena, explicando a continuación el plan y mencionando a Elunin. Este nos mira a todos, sorprendido.
-¿Me quedaré aquí, mi Señor?
-Sí. Aquí estarás a salvo.
-¿Y los jóvenes señores?-pregunta de pronto, claramente preocupado
-Estarán bien con nosotros. Luego vuelvo, ¿vale?-le digo, seguido de un apreton con el brazo en sus hombros <<<Imagino que Tánia se quedará también... >>>-Y mira, no estarás solo. Quizá ella se quede.-después miro a Adara y asiento.-Sí, sin duda. En el barrio derruido hay varias, por ejemplo.
-Vale... ¡Vale!

Elunin acaba alejándose de mi lado y se acerca a Adara, hace una reverencia y le agradece el permiso, para después entrar en el torreón. Lo extraño es que de pronto lo veo recular, ensombrecido. ¿Qué... ¡Pero si es Caillech! La trasgo sale del torreón y el nublino vuelve a entrar, correteando esta vez, quizá asustado, pero más por su presencia que por otra cosa, pues consiguió mejorar el autocontrol. Al parecer ha bajado a causa de la sorpresa por la presencia de Kaila y la mía. La ponemos en situación y sin dudarlo se apunta. Yo miro al cielo, empezando a preocuparme y a ponerme nervioso.
-¿Nos vamos? Cuanto antes, mejor para todos. No queremos encontrarles y verme convertido en ceniza, ¿a que no?-digo medio en serio, medio bromeando.
Y sin más dilación, salto con impulso y en el aire me convierto en humo, partiendo presto hacia la torre Serpentaria...
Sigue en la Torre Serpentaria.

FdR: Cail, si controlo a tu pj es por agilizar ^^

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alpeca
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Ficha de cosechado
Nombre:
Especie:
Habilidades:

Sede de los Taumaturgos (Archivo II) - Página 15 Empty Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo II)

27/04/12, 05:51 pm
Salen Jack y Caillech. Adara me refrena y asiento.

-Cierto...no debemos precipitarnos. Pero aún así, debemos darnos prisa. Si de verdad están ahi abajo, cada segundo es vital. No nos arries¡guemos ni pequemos de cautos.

Sin perder un segundo, sigo al humo que es Jack hacia la torre Serpentaria. No puedo dejar de pensar en lo que les puede haber pasado a esos chicos. Si han ido a los subterráneos, deberíamos ir lo más rápido posible, pero tampoco podemos arriesgarnos demasiado...de momento, vamos a Serpentaria y idearemos un plan, pero mi instinto de ayuda a los demás me dicen a gritos que baje corriendo. Lo acallo como puedo y sigo corriendo.

(Sigue en la Torre Serpentaria.)
Leonart
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Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical

Personajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :
Heridas:

Sede de los Taumaturgos (Archivo II) - Página 15 Empty Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo II)

27/04/12, 07:35 pm
Toima abrio los ojos de pura sorpresa al oir lo que le dijo Adara tras lo cual, le curó a traición, cosa que golpeó en el orgullo del ulterano que murmuró algo parecido a un "gracias". Tras aquello, Adara explicó un plan que, a ojos de Toima tenia mucho sentido.
-Eso es un buen plan para proceder...-comentó puesto que, curado se encontraba algo traspuesto. Los demás se ponen en marcha y Toima no tarda en seguirles. Algo tira de su sudadera.
-Amo... Y yo, ¿que deberia hacer?-
Toima entrecerró los ojos. Era demasiado peligroso traerse a la nublina con él.
-Te quedarás aquí. Luego, cuando volvamos, hablaremos tu y yo...-
Tania asintió lentamente y vio marcharse al ulterano por la puerta.

(continua en la torre serpentaria)

La nublina se derrumbó sobre una silla, al borde de las lágrimas.
-Se ha enfadado... le he fallado...-se repetia en voz baja.

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Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
Caillech
Caillech

Ficha de cosechado
Nombre: Dama Gula, antes conocida como Caillech (Cail o Cai)
Especie:
Habilidades: Conocimiento de técnicas de supervivencia, olfato muy fino y agilidad (cosas indispensables para una nómada)
Personajes : Caillech: Suele tener mal caracter y un humor peor, normalmente a causa del hambre que la irrita. Es muy impulsiba y a veces se deja de llevar por sus impulsos sin pensar. Aun así si consigues su amistad la tendrás para siempre, cosa que pocos son los afortunados que logran.
Alexandra: es una buena amiga, siempre que puedas tratar con su gran pereza y su extraña fascinación hacia la sangre.

Sede de los Taumaturgos (Archivo II) - Página 15 Empty Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo II)

28/04/12, 01:49 am
No sabia lo que pasaba, pero algo no iba bien, eso seguro. No sabría decir porqué lo sabía, el aire, el olor, algo. Estos mese había estado... ausente digamos, demasiada centrada en mi autocontrol y en mejorarme a mi misma para percatarme de algo más. Si puede que fuese mi culpa, era mi culpa, de haber estado más encima, como en mis tiempos de cosechada, es posible que no me encontrase en esta situación de ignorancia. Hubo un tiempo que sabía lo que les sucedia a mis compañeros, pero ahora... Estaba en la completa ignorancia.

Quería explicaciones y los quería para ayer. Si, soy impaciente, un poco mucho, pero no había forma de cambiar lo que una es. Por lo menos más de lo que había cambiado a causa de la bendita luna roja.

Es entonces cuando veo a los demás, tanto a caras familiares como no tan familiares. Uno de ellos recula ante mi vista. No era de extrañar. Si antes de la Luna ya era grande, esta me había dotado de mayor extatura y de un aspecto de peligrosidad, ya sea por mi dientes o mi aspecto, pero poco a poco ya me estaba haciendo a esa reacción. Y no era para menos, teniendo en cuenta que me comia seres como así como desayuno.

Aún así me comporté gracias al entrenamiento de Jack y esperé lo más pacientemente que pude a una explicación a la que sucedía, lo cual logré. Mi reacción no se hizo esperar.

- ¡Vamonos ahora! - conteste a su revelación, ya había leido algunas anotaciones del mapa en su tiempo sobre aquel lugar, cosas que no me dejaban para nada tranquila, pese a no haberme adentrado ahí jamás - Si cabe una pequeña posibilidad de que estén en apuros en ese lugar debo ayudar, debo protegerlos. Es mi deber - puede que ahora no fuesen los de antes, que no fuesen aquellos que necesitaban de mi ayuda gracias a los cambios que la Luna les había aportado, pero esa era uno de los habitos que la Luna no había cambiado en mi - En marcha.

No espero más, empiezo a caminar hacia fuera, no queriendo avandonar a mis compañeros a su suerte si cabía la posibilidad de ayudarles en lo que podía. Mientras salía toqué cada una de mis armas para asegurar de que estaban en su sitio, listos para ser utilizadas para ser utilizadas para defender a mis amigos. No quería ni pensar en lo peor, pero de pasar, que no quiera Nassandra, me aseguraría de que no quedase vivo ni una maldita criatura. Nadie se libraría de la furia de Dama Gula, nadie.

Yo me encargaría de ello con mis propias manos, de eso no cabía ninfuna duda en mi corazón...

Sigue en la Torre Serpentaria.

P.D: No importa, me parece bien Jack

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Al principio lloré,
pero tiempo después
el hambre y el dolor me hizo cambiar
teniendo que matar y de carne alimentar.

Si tu olor golpea mi nariz, siento tu carne
y así el hambre aflora.
No, nolo puedo evitar, no creas que esta mal
es que yo soy asi
pues el pasado he de olvidar
Jack
Jack

Ficha de cosechado
Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia

Personajes :
Jack: Vampiro de humo terrícola.
Atol/Skarog: Helión libense.
Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
Tawar: Repobladore de la montaña

Unidades mágicas : 12/12
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco


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Sede de los Taumaturgos (Archivo II) - Página 15 Empty Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo II)

30/04/12, 04:50 am
Elunin
Desde el interior del torreón pude ver por una ventana cómo el amo se alejaba con el resto de sus compañeros y luego me acerqué a la otra nublina, desconocida de momento, por no estar solo, tomando una silla ni muy cerca ni muy lejos. Pero en cuanto veo que empieza a llorar y a murmurar algo, me acerco e intento consolarla, secarle las lágrimas con la manga de la camiseta, hablarle, que cambie de tema:

-Eh, eh, oye, tranquila, eh, calma, caaalma.-y al estar más cerca, logro escuchar lo que se repite.-Ya verás como no le has fallado, tranquila... -quizá no suene muy convencido, pero es que no lo estoy. No sé qué ha pasado, pero si dice eso es por algo que ha hecho mal... ¿Tiene amo?-Eh, mira, yo soy Elunin.-sigo diciéndole, colocándome esta vez frente a ella.-¿Cómo te llamas? ¿Vienes de Varanubla? ¿O prefieres que te cuente yo algo sobre mí?-sigo preguntando cosas así, hasta que de pronto una voz resuena en la ciudad...

Al parecer son noticias sobre los demás mundos vinculados, así que presto atención por si acaso. No puedo evitar emocionarme cuando nombra al Gran Alfa Necir, el mago que logrará levantar Varanublagálago. Pero algo no me encaja en el discurso... <<< ¿Exigencias? ¿Presión? ¿No lo hace por nosotros acaso? ¿¡Descabellado intento!? ¿Crisis aprovechada por el bien del reino? Pe...pero... Amo siempre ha dicho que el Gran Alfa Necir lo lograría... Amo no mentiría... Es muy bueno conmigo... ¡La voz miente, sin duda! >>> Y vuelvo a caer en la cuenta de que no estoy solo.

-Eh, oye, no hagas caso a esa voz: miente. El Gran Alfa Necir logrará levantar Varanublagálago.-afirmo con voz firme.- Y entonces yo seré como mi Amo, más débil, por supuesto, pero seré como él.-consigo decir, tartamudeando de la emoción.


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Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Personajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :
Heridas:

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30/04/12, 05:11 am
Tánia
La chica sorbio su pena cuando se dio cuenta que el otro nublino estaba hablandole. No sabia nada de él, pero parecia más confiado en aquel entorno que ella. ¿Como que no le habia fallado? Él esperaba que ella hiciera algo que nunca habia hecho en la vida y que odiaba hacer. Entrenarse para hacer daño a la gente...
De pronto, para interrumpir sus pensamientos, una voz habló en su cabeza. Sorprendida por aquello, apenas se dio cuenta de que hablaba. Algo del Varanublago... Decian cosas muy feas de él... Pero... Si lo que habia oido era cierto, aquello convertiria a Nubla en un mundo muy poderoso, a la sombra de rocavarancolia, pero poderoso. La mente de Tánia de pronto le dio vueltas al asunto, viendo como se indignó su compatriota ante los comentarios de la voz. Cuando por fín calló, Tánia se aventuró a enunciar algo en voz alta, algo que, para el nublino medio, requeria mucho coraje y valor.
-Puede ser que... ¿no quieran que nubla mejore? Puede ser que...-tragó saliva.-¿Tengan miedo de Nubla?-dijo tímidamente mientras seguia dandole vueltas.
Negó con la cabeza, no le gustaba andar en temas de intrigas. Finalmente se encaró con el nublino y le contestó. Ya tendria que lidiar con su amo más tarde.
-Me llamo Tánia, soy de un pueblo de las afueras. Ayer mi amo me trajo aquí y estoy algo perdida.-dijo rascandose la nuca.-Si me pudieras aconsejar o contarme algo más de la ciudad te estaria muy agradecida.-admitio.

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Jack
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Nombre: Tawar
Especie: Repobladore de la montaña
Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia

Personajes :
Jack: Vampiro de humo terrícola.
Atol/Skarog: Helión libense.
Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
Tawar: Repobladore de la montaña

Unidades mágicas : 12/12
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
Pefka: lo que pille, normalmente machete y arco


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Sede de los Taumaturgos (Archivo II) - Página 15 Empty Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo II)

01/05/12, 05:29 pm
La nublina acaba serenándose pero para entonces es lo de la voz riéndose del Gran alfa Necir. Yo seguí un rato quejándome, murmurando, hasta que la chica se armó ve valor y habló sobre el tema. ¿Que no quieran que nuestro mundo mejore? ¿Miedo de nosotros? Imposible, imposible. Nuestro mundo mejorará pero nunca lo suficiente para dar miedo a los habitantes de Rocavarancolia.
-¿Cómo podríamos equipararnos con los dioses? No, no nos temen.-afirmo sin duda, con fervor.

Niega con la cabeza y luego me mira para hablarme, respondiendo a mis preguntas iniciales, tomando nota mental de todo lo que dice. <<< Tánia, de las afueras... Uno de los de antes era su Amo... Vale >>> Sonrío ampliamente cuando menciona lo de la ciudad y asiento varias veces, luego me bajo de la silla y empiezo a contar todo lo que sé sobre la ciudad, los barrios, las criaturas y alimañas que la habitan, mi Amo vampiro, lo bien que me trata y cómo nos llevamos de bien; dónde vivo con él, que me dejó su cama el primer día, la ropa que uso en su hogar, el trabajo que desempeño allí a veces como camarero. Qué se hace en el Burdel es la parte en la que me cuesta más hablar, no por mí sino por la chica. También le cuento que mi Amo trae comida semanalmente de Nubla, para mí ya que él bebe solo sangre...
-Vale, perdón, hablo poco de la ciudad... Lo mejor que puedes saber es que mejor ir con nuestros amos o somos presa fácil. Hay cada bestia hambrienta...-añado con cierto miedo, pero rápidamente cambio de tema.-¿Y quién era tu Amo? ¿El ulterano o el terrícola?

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Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
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Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :
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Sede de los Taumaturgos (Archivo II) - Página 15 Empty Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo II)

02/05/12, 12:21 am
Tania asintio con la cabeza. Habia dicho algo estúpido. Aún estaba confundida con tanto cambio. El chico, de nombre Elunin, le contó sobre su vida y su día a día con su amo, Jack. Al parecer se trataba de un temible vampiro que se alimentaba de la sangre. Un escalofrio recorrio la espalda de la nublina. No aparentaba ser un ser tan peligroso. Al parecer, no todo lo que veia con sus ojos en aquella ciudad era cierto. ¡Eran leyendas después de todo! ¿Que pretendia? ¿Que todo fuera igual que antes? No. Ahora estaba ahí, sirviendo a uno de ellos.
Al parecer Elunin tambien durmio una vez con su amo. Tania se sonrojó levemente al recordar como ella tambien habia dormido aquella noche con su amo, estando él ligeramente desnudo. ¿Seria una tradición? De pronto, su compatriota le hizo otra pregunta.
-¿Ulteraque?-No habia escuchado bien o no le habia entendido. ¿Que serian aquellos nombres? Poco sabia Tania sobre los mundos vinculados, pues, de rocavarancolia, solo tenia conocimiento de su planeta, nubla, en el cual actuaban como dioses.

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Habilidades: Artesanía, habilidad manual y resistencia

Personajes :
Jack: Vampiro de humo terrícola.
Atol/Skarog: Helión libense.
Alice/Onyx: Onycemante terrícola.
Tesón/Eterno: fantasma roquense, sin magia.
Sinceridad: Argos magnético roquense de Tierra Bruja.
Pefka: Lenguaraz hijo de Luna Kepryna.
Tawar: Repobladore de la montaña

Unidades mágicas : 12/12
Armas : Jack: dos espadas. Magia.
Atol: lanza, espada y escudo. Magia.
Alice: magia y onyces. Espada o arco.
Sinceridad: arco, jabalinas, espada/lanza y escudo.
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Sede de los Taumaturgos (Archivo II) - Página 15 Empty Re: Sede de los Taumaturgos (Archivo II)

05/05/12, 01:07 am
Llegué a la Sede a velocidad vertiginosa, pero logré detenerme y adoptar un paso normal en menos de dos segundos, como si hubiese dado un sencillo paseo. Me alisé la ropa y me detuve ante la puerta para hacer un rápido examen: sangre por todas partes. No puedo entrar así, Elunin no se importunará, pero la otra nublina... Acabo haciendo un hechizo de limpieza que apenas noto y paso al interior en perfecto silencio, con una extraña sonrisa y notando la piel cálida bajo la ropa. Los dos nublinos charlan en la cocina, sentada Tánia y Elunin dando vueltas mientras habla...

Elunin
Mientras hablo, veo que se sonroja... ¿Será por lo del Burdel? Seguramente... Y porque no he contado nada más... Y cuando acabo, descubro que no sabe nada del mundo de su Amo... Extraño, ya que mi Amo en este tiempo me ha contado cosas de su mundo anterior, poco pero algo. Así que empiezo a contarle lo poco que sé sobre Ulterania, incluyendo lo de la amiga de mi Amo, Nia, otra compatriota del Kaiser. Por lo que sé son muy peligrosos y poderosos en el campo bélico, no puedo evitar tenerles un poco de miedo y esto se nota en mi monólogo. También hablo del mundo en que sus habitantes son felinos, muy pacíficos, o del de Giz y Caillech, con su aterrador desierto -desde el punto de vista de mi Amo.

Pero de pronto veo de refilón algo en la pared, a lo cual me giro sobresaltado: nada.
-Creí que...-empiezo a murmurar, pero luego sacudo la cabeza.-Nada...-y vuelvo a girarme hacia Tánia.

Abro la boca, dispuesto a seguir mi torrente de información, pero noto un repentino calor en torno a mi cuello y una sensación familiar me atraviesa el cuerpo, provocando varios escalofríos que contrastan con el calor que emana el cuerpo de mi Amo mientras me besa y bebe, aunque solo por unos instantes que se me hacen eternos. Creo que nunca me acostumbraré al caos de sensaciones...sé que es como si la vida se me escapase, pero confío en él, soy suyo y no me matará. Además, es tan extraño y relajante cuando todo acaba, me cura la mordedura para después dar un paso al frente, hacia mi interlocutora.

Jack
<<< No tengo remedio. Pero verle sin posibilidad de defenderse, de espaldas, hablando y hablando... >>> Sacudo la cabeza y miro a Tánia, sonrío y hago una inclinación de cabeza:

-Buenas noches. Me temo que nos vamos, otro día si queréis venimos y seguís hablando, o si no, venid al Burdel y preguntad por Elunin o por mí, ¿vale?-digo a la nublina, pensando en que puedo confiar en el Kaiser y, por qué no, mejor llevarse bien con él.
-Nos vamos ya... Vale, otro día seguimos.
-Sí, a casa
-De acuerdo.-el nublino mira a Tánia y me imita con una ligera inclinación de cabeza.-Buenas noches y hasta otra, Tánia.

No pierdo más tiempo y le cojo en brazos, para luego echar a correr como alma que lleva el diablo hacia el Burdel. Allí decido que al día siguiente iremos a la taberna, así que nos acostamos y a la noche siguiente partimos hacia el local, pero con ánimo de pasar el rato, nada laboral...
Sigue en la Taberna.

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